Capítulo XXVIII: Síndrome de Estrés Post Traumático
Pokémon y sus personajes no me pertenecen, esta historia no tiene otro fin más allá de entretener.
PARA EL HOMBRE QUE LO TIENE TODO
Capítulo XXVII: Síndrome de Estrés Post Traumático.
-Definitivamente frenaría al maldito ejército yo solo por verla sonreír - sonrió Edward dándole un sorbo a su bebida.
Habían pasado algunas horas desde que el agente de PSF Ash Ketchum junto con Pikachu se encontraron sentados en la unión de los cerramientos de ambos domicilios a la altura del césped con el abogado Edward Petrenko, identidad secreta que casi se descubre por la espontaneidad que tenía el moreno, el encuentro fue extraño por las altas horas de la noche, pero siendo Ash una persona amigable y Edward un hombre tranquilo no hubo mínimo problema en presentarse, claro que el asunto fue que se encontraban en las mismas circunstancias casi.
Ash se encontraba preocupado por el gas verde neurotóxico que vio en acción en la misión de rescate del embajador Díaz, no comentó nada de la neurotoxina, pero sí de su vida como soldado, el moreno de Kiru por su lado siguió fiel a su historia, siendo un abogado recién casado con una esposa que había sido su novia toda la vida e intentando levantar ese sueño en esa ciudad. Habían compaginado bien, el problema fue que ambos por necesidad guardaban secretos, con la excusa de seguir charlando Ash trajo gaseosas, que Edward aceptó gustoso.
-Veo que ambas mucho a tu esposa - soltó el entrenador del pikachu tomando un sorbo y dándole una caricia al roedor en sus piernas
-S....- fingió una tos para ordenar sus ideas - Michelle ha sido la mujer de la que me enamoré desde que nos conocimos en la escuela - comentó con Pyroar dormido a su lado.
-Serena yo la conozco desde niños - dijo Ash - aunque, por un tiempo la olvidé, no en el sentido de olvido y nueva relación, pero si no la tuve muy presente, mi sueño de ser maestro pokémon y muchos viajes, creciendo las prioridades cambian-
Eso produjo una risa entre ambos, habían charlado por varias horas, cosas típicas como lugar de nacimiento, profesión, pokémon y varias más fueron los temas primarios, después y dada la confianza que producía el azabache la charla fue natural. No hacía mucho frío, no caía lluvia, y la madrugada estaba llegando.
-Sólo espero que Michelle encuentre conmigo lo que estaba buscando toda su vida, ser feliz - asintió dando un sorbo grande, si algo había olvidado es que amaba la gaseosa, aunque desde que Kiru entró en guerra ni siquiera se había preocupado por una, es más, desde que llegaron a Kalos empezaron a desayunar de forma tardía y sostenida, pocas veces ocurría eso en el frente, pero ocurría ahora muy seguido.
-¿Por qué dejaron Lensis? - preguntó Ash a la par que lo miraba intrigado genuinamente.
-Lensis es una región casi no habitada - comentó el interpelado - es sitio de estudio de varios pokémon y sus hábitos, por no decir que no se encuentran muchas cosas por hacer, no tienen ligas así que viajamos por... - en ese momento guardó silencio, debía recordar donde estaba según su coartada - Sinnoh -
La verdad que Edward lo más cerca que había estado de Lensis era el nombre en su acta de nacimiento falsa y lo que estudió en internet, además de que el guión del servicio de inteligencia de Kiru había sido pensando para ser lógica y coherente, lo de Sinnoh había visto folletos y algunas fotos, bendito es internet por dejarle aprender un poco de la geografía de la regiones de Sablera.
-Pero sobre todo - prosiguió después del sorbo de la gaseosa - Mis padres y mis suegros ya fallecieron, y como ambos estudiamos en Kalos decidimos que haríamos vida aquí, le pedí matrimonio cuando acabamos la carrera, eso nos conduce hasta el barrio, y pues...una serie de eventos afortunados hasta esta nueva amistad y está soda -
Sonrió Edward alzando su gaseosa.
-Por la nueva amistad - asintió Ash.
Un silencio muy cómodo hizo presencia, la facilidad de Ash para hacer amigos le facilitó acercarse al joven Adler, y siendo sincero consigo mismo Edward necesitaba un amigo, aunque tendría que guardar su distancia en ciertas cosas.
-Happiny - resonó el característico sonido el pokémon haciendo que ambos voltearon un poco cuando el pokémon mencionado saltó al regazo del moreno
-Genial, ¿Tienes un Happiny? -
-Ciertamente - respondió Edward para alzarlo sonriente - aunque lo capturé yo, se lo regalé a mi esposa - dejando al pokémon al lado para que se recueste junto a sí.
-Debe tener una historia - entregando una nueva soda el de Kanto preguntó
El de Kiru la recordaba, no es la mejor historia que tenía, pero su memoria recordaba distinto a lo que iba a comentar.
-Bueno...- empezó - Michelle tuvo una depresión algo fuerte hace algún tiempo, bastante fuerte si soy sincero, perdió...-suspiró al sentir la ausencia y frío por lo que iba a decir - a alguien muy amado (De seguro Mess se encuentra mejor que nosotros), así que recordé que desde que viajamos por Lensis quería capturar un Hapinny, aprovechando las vacaciones viajé en su búsqueda, y aquí está !Happiny! - terminó levantando al Pokémon que sonrió.
Ante eso, el moreno sonrió, recordando el incidente con el Poliwag que terminó haciendo que él y Serena se encuentren, los primeros rayos del sol empezaban a encontrar el alba, con una sonrisa y recogiendo la basura ambos se despidieron, rumbo cada quien a casa.
Mientras Edward mantenía a Happiny en brazos recordó que la historia no fue tan sencilla, de hecho, casi lo envían a Corte Marcial por eso. Cerrando todo nuevamente, siendo el fin de semana lo que cerraba el alba, fue hacia el cuarto de la castaña, la encontraba dormida plácidamente en la cama, miraba únicamente su espalda, dejó que Happiny entrara.
-Casi me envían a Corte Marcial - soltó al depositar al Pokémon en el suelo - pero...desde que llegaste ella no ha estado sola, eres un gran amigo Happiny -
El pokémon feliz asintió caminando hacia la castañada. Mirando el reloj eran casi las 6 AM, habían charlado mucho, asintió feliz y puso rumbo a su cama, muy cansado se puso la ropa de dormir, Pyroar se encontraba en el sofá.
Al arroparse en la cama, el moreno miró el techo, Happiny era especial.
Hace algunos meses, en Kiru.
Habían pasado algunos días desde que murió Mess en fractal. Si bien Edward había prometido no separarse de Stefany, por seguridad debido a que se encontraba muy afectada el Capitán Seller había ordenado en remitir a la cirujana de campo a las bases en campo, considerando que distraída podría causar la muerte del equipo y en un acto de extrema comprensión por la necesidad desesperada de cubrir esa área. Stefany se movía con el equipo, y el equipo se movía a diferentes sitios, habían enterrado al moreno delgado, su familia presente, sus hermanas, sus padres, todos se despidieron, Edward fue ascendido a cabo por su actuación en ese momento, estaba al nivel de Orus; por ende, fue delegado para esa actuación.
Esa noche, en el campamento más allá de fractal en los bosques de la zona, el equipo había establecido una base de avance, en los claros, desde allí se despachaban hacia la siguiente ciudad, dentro de los perímetros habían varias tiendas, equipos de radares portátiles, lanzamisiles tierra aire, antiaéreos en caso de ataque, torres de vigilancia improvisadas y zanjas cavadas a mano. Esa noche estaba de guardia el moreno, caminaba por la zona mientras pasaba al lado del equipo médico, dentro traían a los heridos del frente, muchos de ellos eran atendidos de urgencia.
Pasó de largo, no podía quedarse, unos minutos le tomó llegar hacia el perímetro de la zona, cruzando las estructuras y zanjas debía llegar hasta más adelante de un claro del bosque, al alcanzar su posición relevó al compañero. Su posición era una caseta cerca del claro, miraba hacia el bosque profundo, la noche dejaba entrever la poca luz de la luna entre las ramas, más allá de lo posible, la oscuridad infinita era únicamente penetrada por la luz del faro de vigilancia.
Las horas pasaron sin nada relevante, el moreno se sentó un poco cansado, hacía mucho frío, juntó sus manos para respirar y tratar de calentarse, el brazo le dolía mucho desde esa vez que tuvo que acomodarlo por la fuerza, de cierta manera se encontró muy cansado, había recorrido Kiru en todo ese tiempo, con Mess y Stefany, siempre fueron ellos 3 con el equipo Echo, algo de tristeza le invadió el corazón al recordar que no se encontraba sepultado ni siquiera en su ciudad natal, sino en una rivera del río de Fractal.
Un llanto penetró el espectro de la noche, con una sutileza levantó el arma en alto usando su otra mano para usar la linterna nuevamente el llanto infantil cruzaba la rivera de la zona, movió su mano involuntariamente pues sentía que iba a ser una trampa. Se movió con cuidado con el arma en alto, pasado el follaje de los arbustos y en medio ya de las ramas la luz no entraba de forma clara, se perdía de forma difusa, con cuidado el moreno se acercaba al origen de ese llanto tan apagado, y a la vez tan inocente.
El sonido se hacía cada vez más fuerte, empezando a entrar un poco en pánico el moreno decidió respirar ya de forma pesada, con ya poca luz llegó hasta un sitio con árboles destrozados, una de las aeronaves de la aviación de guerra de Kiru había caído en la zona, pero hace ya algún tiempo, sacó su linterna del arma para encenderlo, con eso inspeccionó la zona de impacto.
El helicóptero había caído sobre el claro, estaba abandonado, no había señales de vida dentro, se notaba que había sido incendiado en la caída, pero el fuego no se expandió, al mirar dentro, vió lo que no esperaba ver. Debajo de las piezas de metal, sobre la cabina de pasajeros, un nido ya maltrecho se encontraba allí, con un pequeño bulto rosado sobresaliendo dentro sí, se trataba de esconder ante la luz del moreno.
-Hey- le sonrió Edward dejando de lado su fusil - Hola....-
El pokémon estaba debajo de todo, intentando no ser visto, pero cuando vio un pequeño pedazo de galleta que se acercó hacia su nido no pudo alejarse del olor de la comida, muy indefenso, asustado el pequeño pokémon salió, sus ojos algo llorosos delataron que estaba solo desde hacía algún tiempo.
-Está bien..-Edward llevó más comida hacia el nuevo amigo, el mismo vió con cariño como el moreno le extendía su mano - te encontré amigo, ya comiste algo..- sonrió retirando su mano pero fue detenido.
-Happi....- soltó el pokémon atrapando con sus manos el dedo índice del soldado de Kiru.
-Hey...- el moreno vaciló, pero el pokémon se encontraba viéndolo como quien suplica ayuda, finalmente se acuerda de algo, que decidió un poco esa noche y un poco de su vida también.
-"Happiny es el pokémon favorito de Stefany" - recordó -
Allí, en medio de ese claro, le tomó algunos minutos, pero pudo retirar mucho metal, el pokémon lo trajo hacia sí, y muy agradecido él mismo lo abrazó, enseñándole la pokeball el mencionado no dudó en ingresar, menos de dos pitidos, por su pequeño tamaño Edward dejó que no debía tener muchos días de haber nacido, después de recogerlo fue a comprobar lo que temía.
La luz efectivamente le reveló que el fuselaje de la pesada maquinaria bélica había aplastado el nido de Happiny, no había rastros de ningún otro pokémon cerca de la zona, ladeando el rostro volvió al puesto de vigilancia, era un gran regalo para su deprimida amiga, era su pokémon favorito después de todo.
Al cruzar de vuelta se encontró al capitán con Orus inspeccionando la zona.
-"mierda" - soltó para sí mismo.
Al entrar en rango de visión de la luz del reflector directamente fue visto por Orus quien alzó su fusil de asalto.
-!Kiru Libre!- soltó sin pensarlo Edward
-Cabo Adler - Saller se acercó para mirarlo - ¿Dónde estabas? -
El moreno le comentó la historia, Orus asintió y miró directamente al capitán quien llevó su mano al puente nasal, intentando liberar cierta presión que tenía, volteó a Orus y le hizo una señal de vigilar, él asintió para voltear sobre la estructura y mirar el camino.
-libre capitán -
El mencionado se acercó a Edward.
-Edward - con una voz tranquila llamó .- estamos en guerra, por amor a Arceus, debes entender que si alguien te descubre fuera del área o te disparaban si no te reconocían o te mandaban a corte marcial, donde también hubieras terminado parando balas del pelotón de fusilamiento, en tiempos de guerra la deserción o el abandono puede tener una pena muy fuerte, considerarse un crimen de guerra, no lo hagas más, y ahora, cubrirás tu turno -
Asintió el moreno mientras Orus y el capitán volvían, las horas pasaron sin novedades, el alba rompió la noche, la madrugada llegó, Happiny había sido devuelto a su pokeball, sería un gran regalo. El relevo llegó, con algo de sueño puso rumbo hacia la base de paso, le costó algunos minutos pero llegó sin contratiempos.
Con un análisis rápido puso su mirada en la tienda de campaña de enfermería, se acercó tomando la pokeball en su bolsillo, examinó rápidamente para encontrar a la castaña, estaba al lado de un soldado que se encontraba en una de las varias camas.
-Stef - llamó.
Ella volteó, tenía su bata llena de sangre en las mangas, guantes guardados en los bolsillos y su respectivo uniforme debajo, en el armazón de sus lentes pudo notar su mirada un poco perdida, pero le sonrió lacónicamente.
-Hola Ed - le saludó
Él sacó de su bolsillo una pokeball, que ella miró sorprendida, pensó que había tenido problemas con su pokémon.
-Pyroar ¿Está herido o algo? -
Sonrió el moreno cuando con su brazo libre le tomó la mano, para colocarla.
-Es un regalo, Stef yo quería decirte algo muy importante...-
Ella lo miró algo intrigada, era su mejor amigo, ¿Qué podría decirle?. Dentro de sí Edward afrontaba la dura decisión de hablar ahora, en ese momento, expresar sus emociones, aceptar también el más probable rechazo que sabría que sentiría, por lo mismo se encontraba tratando de reunir las palabras necesarias para poder expresarse. Un súbito estruendo alarmó a las personas, el movimiento afuera lo trajo nuevamente a su sti, el campo de batalla, su mirada se encontró con la de la castaña, en silencio ella parecía expectante a lo que diría, tomaba con ambas manos su pokeball, pero La alarma sonó en todas las instalaciones.La gente empezaba a moverse, el comunicador del pecho del moreno sonó atrayendo su atención con cierta tristeza.
-Aquí Echo 3 -1 -
-Edward, atacan por el norte, nos movemos, debemos respaldar a delta y a Lima, !vamos es ahora se amontonan y tienen blindados! -
El moreno asintió dejando a la castaña en ascuas, sin decir nada él tomó su arma de la correa que la sostenía, volteó casi mecánicamente, no dejaría ver a la castaña la lágrima que le escapaba en la mejilla de forma traicionera.
-Ed - llamó mirándolo irse - vuelve pronto..-
Él le guiñó el ojo ocultando su tristeza lo más que podía.
-Estaré aquí en menos de lo que suturas una herida Stefany -
Con una fingida sonrisa el moreno corrió para encontrarse con su equipo, se alistaban para salir, al apuro, poca agua, poca comida, balas en montones, y sobre todo, al empezar a caminar hacia la batalla.
La castaña vió alejarse al moreno en su multitudinaria cantidad de soldados, los tanques lideran el avance, la guerra seguía su curso, las horas pasaron, el equipo médico escuchaba llegar algunos heridos, escuchaba órdenes vacías algunas, estaban de pie, estaban completos, pero la castaña había alcanzado su límite, le dieron descanso para que vaya hacia su tienda de descanso. En el camino, viendo la tarde caer, el rojo sangre colmar el horizonte longitudinal, alcanzado su catre, tomó la pokeball, dejó salir a su lado, encima del improvisado colchón a su nuevo amigo, de la luz, dormido encontró un Hapinny que abrió sus ojos y la miraba sonriente, una gran sonrisa se ladeó en su rostro, para tomarlo en brazos por un momento, después de todo, era un gran regalo por parte de Edward Adler, volteó su rostro hacia la tarde, allá se encontraba su eterno compañero, recogiendo algunos cargadores, escuchando los gritos y partiendo hacia el frente de batalla.
Volviendo a Kiru
En la ciudad de Shalour, alcanzando la mitad del día, donde el astro rey alcanza su mayor punto, cerca de la playa, a unas cuantas calles de la misma en el complejo residencial más cercano, era una casa sencilla, dos pisos, jardín al frente, un cerramiento de hierro, cristales grandes, estilo moderno, no muy antigua, desde adentro, las cajas acomodadas de forma asincrónica, las más cercanas abiertas, las otras cerradas algunas con polvo y otras muy nuevas, allí, en la mitad de un cuarto grande de la segunda planta, en un colchón grande matrimonial colocado delicadamente sobre el piso flotante del inmueble, se encontraba una rubia de hermoso cuerpo, cabello largo como los tallos del maíz maduro, brillando sobre el camisón de dormir, a su lado el otro rubio se movía del abrazo al haber despertado, su cabello estaba más corto, un poco más cómodo así, los lentes de marco más ligero y los anteojos pupilentes en su respectivo espacio sobre una mochila.
Lentamente Clemont se movió de las cobijas, con cuidado miró a su alrededor, algunas cajas desempacadas, algunas cosas en el suelo, sonrió, el proceso de mudanza había sido algo complicado, en especial las amenazas de un larimiento Gurkin sobre el cuidado que merece Korrina, el amor que se lo merecía, entre algunos consejos matrimoniales y la promesa de ir de visita cuando tuvieran tiempo.
Miró a la rubia descansando, en su hombro derecho sobresalía la marca de la garra de aquel pokémon enviado por los traficantes para atacar, con una sonrisa le dio un beso en el hombro provocando un ligero gemido de su parte, sonriente victorioso salió del colchón con una leve coloración en sus mejillas.
En poco tiempo se arregló, ropa de casa, un jean, una camiseta blanca y los lentes respectivos, día libre luego de casi perder la vida en un país lejano y olvidado de la pata pacífica de Mew. Con una sonrisa fue a su celular,entró a su galería para ver una foto de todos uniformados, algo sucios, posando con la hermosa familia del embajador Díaz, era una foto que fue catalogada como secreto de estado.
Una sonrisa se hizo presente, había sido un hito muy importante en su vida esa operación, pero al voltear y ver dormida a su futura esposa había encontrado algo mejor aún para recordar, con una sonrisa divertida procedió a bajar las escaleras rumbo a la cocina.
Un vaso de agua fue lo primero que buscó, el calor de Shalour era normalmente agotador, cancino a falta de mejor palabra, la luz del sol que rompía el poco polvo levantado en la zona, los muebles acomodados sobre las baldosas, sin armonía aún, los mesones impecables esperando ser estrenados, era el sabor y brillo que siempre dejan una casa nueva.
Allí, en la parte de abajo empezó a preparar todo lo necesario para ese día, desde el desayuno para los dos hasta un poco de ropa que deseaba probar, los minutos pasaron y tan ensimismado, hasta que "eso" que había experimentado últimamente volvía a pasar. Una desagradable vez más.
El sonido del reloj digital sonó a su espalda, fue tal el estruendo que el rubio se erizo inmediatamente la piel, una sensación de frío le recorrió la espalda para tomarle por sorpresa, volteó instintivamente para deslizarse sobre el mesón y tomar cobertura en la misma, en eso varios de los utensilios cayeren hacia la loza, un vaso se quebró causando que el rubio empezara a sudar, en él, cerró los ojos fuertemente para intentar serenarse, compezó a respirar, al abrir los ojos, sintió su pesada ropa de combate, vió como el humo de la arena se elevaba y escuchaba a lo lejos órdenes que se confunden con el ruido ambiente, sus ojos le estaban engañando ferozmente.
No sentía su arma en manos, eso le empezó a causar cierta ansiedad, debajo de los guantes sentía seca la piel, deseaba tomar agua con todas sus fuerzas, comenzó a sentir cómo aumentaban los latidos de su corazón, con cada bala que escuchaba dispersa en el espacio; los pasos que recogía en su mente le estaban poniendo ansioso.
-¿Clemont? - escuchó por detrás.
Como volver a la realidad, preocupada con sus manos a la altura del pecho se encontraba Korrina, quien miraba como el rubio estaba sudando mucho, con los ojos cerrados y tomando cobertura en el mesón de la sala. Se acercó despacio hasta llegar a la altura, de rodillas se vieron, él mantenía los ojos cerrados fuertemente, respirando hasta bajar aquellos latidos de su corazón, sintió una suave mano en la mejilla.
-Todo está bien, estás en casa - susurró abrazándolo por el cuello, acto que fue correspondido de igual forma por el.
Pasaron unos minutos, ella acariciaba su cabello delicadamente, hasta que él se alejó un poco, frente a frente abrió los ojos, vió la pulcra casa, el sonido de las ollas, y el desastre en el suelo.
-Lo siento mucho Kori -se disculpó - hice un escándalo te desperté -
-Clemont - ella sonrió ante eso, había tenido un ataque leve, y aún así pensaba más en ella que en él, con eso le sonrió para besarlo suavemente, acto que tomó por sorpresa y sonrojó al rubio, pero no dejó que eso acortara su correspondencia en el beso. Cuando se separaron.
-Eres un tierno tonto - soltó ella finalmente poníendose de pie y extendiéndole la mano - no hay de qué disculparse -
Él asintió, y juntos limpiaron la cocina, ella, más feliz, parecía totalmente recuperada, bailaba al son de la radio, charlaba, se encontraba bien, eso, dentro de sí le dijo una sola cosa cuando miró en la mano de la rubia un anillo brillante que ella miraba con toda emoción, dentro de sí, Clemont sentía latir el corazón con un cálido sentimiento que llegó a provocarle una lágrima que se escapó.
-Elegí bien - se acercó para abrazarle por la espalda.
Y, sin una sola palabra, el sonido del reloj digital había vuelto a ser sólo un sonido normal, al menos, eso sería hasta que volviendo al campo de batalla fuere un explosivo, lo que no sabía la rubia, era que en el celular del chico, que sonó y atrajo su atención en unas horas posteriores a las mencionadas algo lo haría pensar seriamente:
-"Clemont; encontré lo que me pediste, cuando puedas, pásate por I+D en Glorio
Atentamente: Chris Evans"-
El rubio volteó hacia la chica, quien se encontraba totalmente feliz eligiendo cosas para su boda, antes de poder guardar su teléfono una llamada con un número clasificado entró, era obvio que era del sistema cifrado de PSF:
-Cabo primero Bolt al habla - soltó sin más
-Clemont - desde el otro lado era el moreno - tenemos una reunión importante, es con....el Dragonitty -
La palabra clave provocó una sorpresa.
-¿Estamos hablando de un asunto de seguridad nacional? -
-Yep - respondió el interlocutor - mañana en Luminose -
CONTINAURÁ
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