Capítulo XIII: Volver

Pokémon y sus personajes no me pertenecen, esta historia no tiene otro fin más allá de entretener.


Para El Hombre Que Lo Tiene Todo

Capítulo XIII: Volver.


Las mañanas en Kalos eran frías, en normalidad eran así, lo cual provocaba que la gente gustase de dormir con cobijas abrigadas, naturalmente una etapa que Ash aún superaba era su mal dormir, cuestión que las primeras veces había empezado a molestar a Serena, quien dormía plácidamente acurrucada con quien amaba, pero el problema resultaba que a las 3 de la mañana la pelimiel se despertaba entumecida de sus miembros inferiores, normalmente se le hacía molesto, pero esta mañana Serena despertó totalmente tapada, no sentía frío, aún afuera estaba oscuro, entre la pereza y el sueño la chica miraba por su ventana donde la lluvia caía.

Ella movió un poco su cabeza para enfocar su atención en su reloj de noche, marcaba las 3 de la madrugada, ella se sintió extraña; a su lado aún escuchaba respirar a Ash,

¿Estaba dormido él?.

Un suspiro hondo la sacó de sus pensamientos, ella volteó fingiendo estar dormida aún cruzando su brazo en el pecho de Ash.

Este normalmente salió de sus pensamientos para mirarla, otra vez dejó escapar el aire de sus pulmones, mirando la ventana donde llovía, esto era triste, él dormía muy bien, tal vez demasiado pero esa noche como un asalto traicionero su mente volcó demasiadas ideas que mitigaban su mente, produciéndole más dolor que soluciones, es así como el moreno con el mejor sueño de todos los viajes por primera vez en mucho tiempo no pudo consolidar el sueño.

Serena lo miraba, este se llevaba los dedos al puente de su nariz y se lo acariciaba como quien busca mitigar sus sentimientos mediante la presión en la nariz, lo cual, físicamente sólo le produce aún más dudas.

-¿Qué sucede Ash?-

Él parpadeó y miró a su lado encontrándose con un par de ojos azules que chocaron de frente con su par café.

-Lo lamento Sere- soltó volteándose y tomando su mano – no he podido dormir-

Ella hizo una sonrisa que se podía contemplar medianamente por la luz de la luna que iluminaba tan tenuemente la habitación.

-¿Qué puede preocuparte tanto como para no poder dormir? ¿Tienes hambre? ¿Deseas que prepare algo de comer?- dijo ella pensando en simple

-No- rio con suavidad y con su mano libre le acarició la mejilla- nada de eso, si fuera tan simple Pikachu, Arbok y mi persona hubiéramos asaltado ya la cocina-
El turno de reír fue de Serena

-Si con comida no pude contentarte no se me ocurre nada cariño- se acomodó en la cama y le besó- quizá eso ayude un poco-
Él se sonrió mirándole fijamente

-No es tu culpa Sere- le regaló una sonrisa- normalmente con eso ya estuviéramos abajo comiendo, pero esta vez sólo….-

Con cierta tristeza la luz de la luna dejó entrever su brazo robótico, el cual destelló ante el golpe de aquella luz.

Serena le tomó aquella mano y la apegó su mejilla.

-¿Aún hay dolor fantasma?-

-No…- suspiró él- para nada, sólo que a veces siento que aún están allí mis dedos, mi mano en sí, no me produce dolor como antes, es sólo un problema pero…al final todo valió la pena-

Una sonrisa sincera hizo que Serena se apegara más a él.

-además- soltó él- estoy a 1 día de irme a PSF, y es extraño, me pongo a pensar en muchas cosas en sí-

-¿Cómo cuales?- preguntó ella

-pienso en si…- se detuvo intentando articular sus ideas- pues podre disparar-
Serena dijo sin mucho problema

-Ash ya sabes lo básico, allá pulirás todas tus habilidades-

-No es eso- dijo él- digo dispararle a alguien-

-¿Eh?- ella alzó su ceja

-Sí, piénsalo, no es sólo disparar a cosas inmóviles, tarde o temprano tendré que hacer un disparo a un ser humano…o a un Pokémon-

-Bueno…según leí en internet, muchos estudios revelan que los soldados no disparan contra el enemigo, muchos sólo disparan sin apuntar, intentando hacerlos huir en vez de matarlos, pero es una desventaja, sabes, otros sí disparan a matar, y es más probable que alguien le otorge un arma a otra si está dispuesta a usarla de verdad-

-Podría disparar, porque sé que serán gente mala, pero, ¿Quién soy yo después de irme?-

-Siempre serás Ash, siempre tú, tus desiciones te harán fuerte, y yo estaré aquí cuando todo pase, sé que he llorado mucho, pero planeo apoyarte, siempre planeo apoyarte, no puedo dejar de hacerlo, eres mi único amor mi primer amor de hecho…y quiero que envejezcamos juntos-

Él le acunó

-Gracias Serena- soltó él – muchas gracias mi cielo…-

Ella le sonrió

-Siempre estaré contigo, aunque no estés en casa, yo siempre seré tu hogar-

Y la lluvia caía, y él sólo calló, el golpeteo era refunfuñante, el aire húmedo, el sonido de los pokémon sonando en sus camas, durmiendo, descansando, y él, podía escuchar el corazón de ella, y ella, escuchaba su respirar, intermitente, cálido, único.

Poco a poco, poco a poco, él iba escuchando su corazón, sus corazones, su respiración, y luego…nada.


Ciudad Luminalia, Kalos


La madrugada sorprendía a Clemont, que estaba en su gimnasio que había convertido en un sitio de entrenamiento de disparo con relativa facilidad, empuñando un viejo M16 estaba allí practicando, disparando a objetivos que poco a poco iban cayendo y levantándose.

-Levanta más la mirilla- dijo su padre viéndolo desde las gradas- eso así, ahora apunta hacia la cabeza, cuando sea 1 dispara en ráfagas pequeñas, cuando sean un grupo dispara a discreción-

-Estoy seco- dijo el rubio quitando el cargador del arma

-Bueno ya es de madrugada- su padre bajó a la arena- ¿Tienes sueño hijo?-

-No, la verdad no- soltó el rubio sentándose en la sala- pero tampoco tengo ganas de hacer algo más-

El castaño rio viendo a su hijo dejando de lado el M16.

-Es fácil tirar con él ¿Verdad?- dijo tomando el arma

-Sí- respondió el rubio cogiendo un cargador y colocando las balas dentro de él- poco retroceso, mucha fiabilidad.-

El castaño sonrió

-Tu tío Sergei odiaba con toda su alma las M16, por eso prefería las HK, decía que los productos nacionales eran mejores y superiores, tanto así que dotó a las unidades Fallschirmjager con FG42 de diseño modernizado a munición 5,56.-

El rubio sólo sonrió

-si tuviera que elegir, me quedo con la M16 que te pertenece-

El mayor asintió dando un bostezo y saliendo del sitio, el rubio se sintió solo, pero se colocó la mano en la cien nuevamente y miró las balas a su lado, si bien eran pocas su puntería pasó de ser un asco a una decente con mucha práctica, suerte era disponer de su padre para corregirlo y orientarlo, más, algo andaba en su mente al igual que en su corazón

-Korrina- suspiró- a veces sólo quiero abrazarte y ya, detener todo, e irme contigo lejos de todo, es raro, es dificil, yo amo la ciencia, los pokémon, amo la paz, soy un poco cobarde e ingenuo, y creo en la bondad de la gente ¿Qué diablos estoy haciendo con un arma de fuego?-

El rubio se puso en pie mirándose sus manos y la pólvora estaba presente, ese olor a quemado

-¿Qué estoy haciendo yo con un arma?-

El chico sintió un escalofrío recorrerle la espalda; soltó el cargador de sus manos y se puso en pie rápidamente.

-Mis inventos los dejé de lado- y empezó a soltar unas lágrimas que bajaban por su rostro- ¿¡Qué estoy haciendo!?-


Ciudad Glorio, Kalos.


El tiempo para Ash ese día había corrido, había pasado muy rápida la mañana disfrutando de un entrenamiento con su novia, se había reunido con su madre via video llamada, había acompañado a Serena a su trabajo y hablado con Bonnie para confirmar su llegada el día de mañana con el fin de ir a despedirlos, aunque no pudo cuadrar la hora y menos pudo comunicarse con Clemont.

Ash estaba cenando, a sus 18 años una sensación extraña acunaba en su estómago, cual si estuviera dando una explicación a su organismo de que aprovecharan la comida de Serena, pues en el entrenamiento de PSF no esperaba que le dieran alimentos de buffet, es más, según había leído tendría que aprender a sobrevivir con dosis de comida contadas; las cuales no daban ánimo a su corazón.

Suspiró con temor notable al recordar que obviamente debía aprender a no comer; y esto le dio un respingo a su corazón.

-Serena mi amor prometeme que no dejarás de cocinar así de delicioso-

La aludida que estaba a su lado lo miró alzando la ceja con notoria sorpresa

-¿Eh?-

-Es que…ya no podré comer tu deliciosa comida en mucho tiempo, y la extrañaré y a ti y por favor no dejes de esperarme yo volveré y también-

Ella lo besó con calidez y tranquilidad.

-Siempre soñé con que tú y yo tendríamos una vida normal, que tú y yo tendríamos pokémon, yo estaría de reina y tú de campeón, y así pero esta vida- ella se acunó con él- es la que tengo, y para mí esperarte cada día me será dificil, pero no dejaré de hacerlo querido Ash, te esperé todos estos años, y lo haré hasta que vuelvas…-

En un abrazo todo quedó dicho, se tomaron de la mano y volvieron a su comida, a menos de un día de empezar su arduo acondicionamiento en PSF para unirse a sus filas, los dos enamorados estaban disfrutando de su ultima cena.

Por 6 meses Ash estaría encerrado en el campo de entrenamiento y sería enviado por varias regiones para aprender supervivencia y combate físico además como quería formar parte de la elite su entrenamiento sería mas que intensivo, Serena lo sabia así que planeo que esa ultima noche juntos fuera especial, le tenia una sorpresa.

Ash acabó pronto de cenar; se levantó con un beso agradeció la comida se dirigió a la sala, a pensar. Serena miró a Pikachu y Sylveon quienes asintieron.

El moreno tendría que salir de esa casa por varios meses, pero, quería que todo quedará bien con su novia, considerando que en esos meses no había visitas, aunque las llamadas no estaban prohibidas.

Con una sonrisa miró al techo, ¡así es! Siempre que podría se comunicaría con Serena

Se sintió emocionado pues también recorrería regiones con su nuevo maestro o maestra y después de ese esfuerzo vendría el "día de graduación" en el cual tendría que superar el examen final.

Un escalofrío le estaba recorriendo la espalda, con cierto pesar se puso a pensar que en caso de fallar…¡No! No pensaría en eso, movio su cabeza agitadamente para  pensar mejor.

No, ¡no podía fallar!. Era todo o nada, aunque si fallaba tendría que volver a seguir en entrenamiento e irse 6 meses más no le gustaría, fallar…que curiosa palabra para decir fracasar, perder.

Todo eso pensaba el joven mientras que con los dedos mecánicos sobaba sus párpados a la idea de que estar alejado de Serena lo acabaría antes que el mismo entrenamiento, pero pikachu se quedaría con ella y la protegería ante todo.

Mientras Ash divagaba Serena salió de la cocina, aprovechando que el moreno estaba distraído en un momento pudo pasar a una sala distante donde él tenía sus instrumentos, ella había visto muchas veces como Ash tocaba, ella siempre se sentaba a su lado cuando él empezaba a tocar su piano negro de cola asentado en suelo de caoba café y ella lo miraba, la abrazaba mientras el entrenaba y cantaba, cuando él salía ella a veces se sentaba a practicar y podía entonar una que otra canción, pero su sorpresa estaba en marcha ya, su despedida.

Su idea contaba con el apoyo de Braixen,  la ayudaría, Pikachu y Arbok que harían el trabajo sucio.

Este par de pokémon habían salido por la cocina con rumbo al generador, al switch principal que daba energía a toda la casa.
Braixen estaba ya con Serena en el cuarto, prendiendo unas velitas. Por su parte Ash seguía pensando en su sillón mientras algo lo sacó de su estado semi perdido, la luz fue cortada y todo se apagó.

Con rapidez el chico se incorporó y notó que en la ciudad aún había luz, y la luna  de la noche iluminaba todo lo poco que quedaba a su alcance dentro de su hogar.
Pikachu y Arbok entraron con rapidez, Ash supuso lo peor, ya que sabia que la luz no podía apagarse así de la nada.

-¡Serena! – grito el joven pero el silencio lo envolvió- ¡amor! ¿Estas bien?- de nuevo su eco se perdía en la noche y en el penar de la sala oscura.

Ash con temor corrió al cajón de su sala, donde sacó una linterna y la encendió algo nervioso y frunciendo el seño.

-¡pika pi!(por aquí)- sonó en la penumbra

-¡Pikachu!- Ash caminó con cuidado de no golpearse con los muebles de la sala.

Y siguió su camino, a pesar de la oscuridad el conocía como moverse por su inmobiliario, lo hubiera hecho con ojos cerrados pero la necedad de encontrar a su amada podía más degenerando en una ansiedad terrible.

Al caminar evitaba las decoraciones y plantas que tanto el conocía donde estaban, con prontitud en un par de saltos se encontró con Pikachu que le guió a su cuarto de música pero todo se volvio negro cuando al abrir las puertas Sylveon le tapaba con una de sus cintas la vista.

-Sylveon no tengo tiempo para juegos- dijo intentando tomar la cinta con su mano libre- debo buscar a Serena-

Arbok con su cola enroscó el brazo del chico y lo guiaba, para este punto Ash no opuso resistencia pero si le intrigaba que sucedía.
Lentamente llegó al centro del cuarto, y un piano suavemente empezó a sonar con un golpeteo constante, Sylveon le retiró su cola para que viera unas velas que iluminaban la estancia donde su amada Serena estaba entonando suavemente el inicio de una canción que ambos conocían bien.

Arbok soltó el brazo de Ash y los pokemon decidieron darle privacidad a sus entrenadores, sigilosamente salieron dejándolos allí, el chico se sentó y tomó esa guitarra junto a Serena mientras  juntos cantaban y tocaban


Tema: La Barca

Autor: Roberto Cantoral

Intérprete: Luis Miguel.


“Hoy mi playa se viste de amargura, porque tu barca tiene que partir, a cruzar otros mares de locura, cuida que no naufrague en tu vivir, cuando la luz del sol se este apagando, y te sientas cansada de vagar, piensa que yo por ti estaré esperando hasta que tú decidas regresar"

Cuando terminaron sólo se acercaron y se dieron en beso tan apasionado que era digno del último, pero no lo sería.
Interumpiendo el beso y separándose levemente Serena le dio una caja que al abrirla Ash reconoció de inmediato, contenía, un hermoso reloj digital CASIO dorado con detalles que tenia grabado algo en la pulsera que rodeaba al reloj "Para el hombre que tiene todo mi amor, Ash".

Ash sonrió, lo tomó con sumo cuidado; y le sonrió a Serena, pero cambió el reloj de mano y la tomó con la izquierda que usaba la bioprótesis para colocarlo en su derecha, pero Serena lo detuvo y tomo el reloj en sus manos.

-No quiero que lo uses en tu mano derecha, como todo hombre lo llevarás en la izquierda, y siempre será así porque te amo, y no te considero menos hombre por tu mano, de hecho te admiro más desde que sacrificaste tu mano por alejarme del Rhynhorn, nunca dejaré que eso te haga pensar lo contrario-

La chica tomó con su mano la bioprótesis y le colocó el reloj, con mucho amor le acarició su mano, En el silencio estaba sonando un pequeño disco con las canciones que ellos conocían bien

-Si va a ser tu última noche aquí deseo despedirme con todo de ti- le dijo ella y lo tomó de las manos para bailar aquello bolero que el día que ella cumplió 18 bailaron en el lugar elegante al cual Ash la invitó.

\\FLASH BACK\\

Cumplir 18 años era de esos momentos importantes en la vida que merecen ser recordados, es decir, normalmente son momentos que perduran en la memoria y tienen larga duración.

Ash había pensado en todo, un sitio amplio, poco concurrido; frecuentado por gente de bien, y que otorgara las facilidades necesarias para disfrutar uno de los ocios que mejor se le daban a su novia, el baile.

La pareja estaba ya en el sitio, el cual era hermosamente amplio con una pista de baile y con una orquesta en vivo. Serena degustaba la comida siendo observada discretamente por Ash que con cierta impresión se aseguraba de que todo estuviera bien para ella, estaba algo nervioso, no sabía por qué, de hecho mientras comía se puso a recapitular todo el asunto y en eso sólo pudo mentalmente agradecer a su amigo Brock por tan genial idea, aunque primero tuvo que desechar un montón de ideas raras que involucraban poemas extraños y cursis y algo de la enfermera Joy.

Esto último le sacó una sonrisa disimulada, finalmente acabaron la cena, Ash con mucha caballerosidad se levantó para invitarla a bailar.

-¿Es una broma?- ella le sonrió tomándole la mano- a ti no te gusta bailar-

-Sí- él la levantó- pero a ti sí-

Acto seguido un poco nervioso la llevó a la pista de baile, tomando sus sitios iniciaron a bailar. A la pelimiel le sacó una sonrisa el ver el gesto de sacar levemente la lengua Ash al intentar bailar, primero lo hacía despacio pero con tiempo consiguió el llegar a dominar el movimiento.

La banda era especialista en ritmos de otro continente, y con magnífica eficacia empezaron con un tango lento que le permitió a la joven pareja acercarse y bailar prácticamente abrazados.


Tema: Volver

Autor: Carlos Gardel

Intérprete: Luis Miguel


"Yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van marcando mi retorno, son las mismas que alumbraron con sus pálidos reflejos ondas horas de dolor y aunque no quise el regreso siempre se vuelve al primer amor"

Ash y Serena simplemente se acercaron más y más, siguiendo la letra, el sonido, el barbullo de la gente parecía desaparecer mientras juntos estaban unidos con un amor que los embriagaba del aroma del otro.

"la vieja calle donde el eco dijo, tuyo es su cariño tuyo es su querer, bajo el burlón mirar de las estrellas hoy me ven volver"
Serena colocó su mentón en el hombro de Ash, y este recordó el día que Serena lo encontró en esa batalla, una sonrisa se escapó cuando pensaba que aquella chica ahora era su novia, extraño era eso del amor.

"volver, con la frente marchita las nueves del tiempo platearon mi cien, sentir que es un soplo la vida que 20 años no es nada y febril la mirada te busca en la sombra y vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que llora otra vez"

Ambos sabían que se amaban y se unieron en un beso que si nadie vio ni aplaudió, ellos en su corazón festejaron con vehemente pasión

\\FIN FLASH BACK\\

"…..vivir con el alma aferrada a un dulce recuerdo que lloro…otra veeeeeezzzz…"

Cuando termino la canción ambos sabía que habían bailado como aquella vez, pero ahora a la luz de la luna, en la privacidad de ese cuarto, acompañados por un radio, y allí un beso cerró el plan de aquella enamorada chica mientras las 12 marcaban el reloj.

Al campaneo del reloj se acabó la noche, Serena le tomó la mano y la llevó a su pecho, con una mirada apenada, con una sonrisa oculta, sin contacto visual, sin nada más que decir, ella le apretó la mano y él la abrazó como entendiendo lo que quería decir.

Si desean saber que paso les sugiero que escuchen la canción hasta el éxtasis de Eros Ramazzotti.

Continuará.

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