Capítulo VIII: Un Segundo En El Tiempo
Pokemon y sus personajes no me pertenecen, esta historia no tiene otro fin más allá de entretener.
Para El Hombre Que Lo Tiene Todo
Capítulo VIII: Un Segundo En El Tiempo.
Ash vio como la pelimiel subía hacia su cuarto, cuando dobló la esquina de la escalera un leve contacto visual se encontraron en el espacio, él no supo si por casualidad o destino pero ambos sonrieron alegres en ese momento; mientras que Serena subía muy a prisa para pedir la asesoría de Bonnie con el conjunto que planeaba usar para la cita, de solo pensarlo a la chica se le llenó el pecho de muchas sensaciones nuevas, oficialmente no era alguien con un cacumen (Sinónimo=Inteligencia, conocimiento) amplio en el amor y el cariño, pero ahora, sin tener mínima idea solo sonrió y puso rumbo al cuarto que le correspondía y que Meyer le asignó, los 4 amigos se quedarían en el gimnasio de la torre Prisma y no en la casa del blondo inventor.
-Vamos Pikachu- Ash le indicó su hombro donde el pokemon subió- ¡tengo mi primera cita!-
Ambos se sonrieron como los amigos entrañables que eran para ir a la alcoba.
Con cuidado en las escaleras Serena sonreía contenta de haber conseguido dar un par de pasos, era como si la madurez hubiese golpeado a su amigo de repente, aunque el Ash juguetón y divertido seguía allí, esa mezcla era algo digno de crecer poco a poco, nuestra pelimiel ya llegó al pasillo y fue primero al cuarto de la pequeña donde tocó la puerta esperando que la niña aun no se haya dormido.
Ash por su lado optó por el ascensor; estaba algo nervioso, y un tanto apenado, todavía le daban vueltas la historia del héroe Venom Arbok, y aunque su sueño era ser maestro pokemon, quizá el destino le trajo hasta Kalos para entender que el bienestar colectivo superar el sueño personal, aunque altruista este pensamiento le resultaba llamativo, además, ser campeón regional no era algo que solo se pudiera intentar una vez, tenía toda una vida para hacer sus sueños, mientras la delicada música del aparato seguía sonando, el azabache se puso a pensar en su futuro.
Mercenario definitivamente no era la palabra que usaría para describir a su padre, aunque lo pareciera, el trabajo en PFS era algo distintivo, supera esa barrera de solo dinero, era ser un héroe en el mundo pokemon. Definitivamente iría a seguir este camino.
Líder de gimnasio era, por otro lado, algo que quisiera para su Pueblo, hacer crecer ese poblado y llevarlo muy alto, con ese sueño salió de pueblo Paleta, con ganas de dejar su nombre en todo lo alto, posiblemente y con la ayuda de Clemont este sueño para su lugar de origen no era para nada descabellado.
Cerebro de la frontera definitivamente era algo que le gustaba, pero tendría que pedirle a Scott que su frente fuera a elección propia, pero eso era algo, así como sus sueños de ser bombero en la infancia, que podría ser pasajero.
Maestro pokemon por su lado ya no era algo tan llamativo, mientras participaba en las ligas se dio cuenta que no era cuestión de un título para ser fuerte, ser fuerte era cuestión de dedicación y esfuerzo, así como aprender a tocar un instrumento, no rendirse, a la par que el ascensor llegaba a su piso, Ash enterraba ese deseo infantil.
-"Dicen"- pensó Ash-"que si el plan no te lleva a la meta, cambies el plan, y no la meta, pero si la meta es innecesariamente complicada, no vale la pena deprimirse por no haber llegado"-
Cuando Ash se bajó vio como el piso era diferente, allí habían dos puertas, naturalmente no dudaría entre las puertas que estaban allí, pero como estaba aun distraído y hambriento cuando los Bolt mayores le indicaron su cuarto, este no escucho si era la puerta izquierda o derecha.
-Eh- con nerviosismo miró a pikachu- ¿cuál crees que era amigo?-
-Pikachu pi (estaba hambriento)- rio el pokemon- pika chu (No presté atención)-
Ambos rieron, y Ash dedujo que si se equivocaba de puerta en su defecto y por descarte la otra era suya, además, una de esas era un lugar que usaba Clemont para algo que no escuchó pues se distrajo, pero la otra era una alcoba, entonces Ash con cuidado abrió la primera puerta
Serena tocó por enésima vez y le abrió Bonnie, quien algo adormilada, la niña se restregaba el sueño de los ojos con el dorso de la mano mientras Serena le sonreía
-¿Sucedió algo?- preguntó la niña-
-No Bonnie- la mayor contestó- sólo quería tu ayuda para prepararme para mi cita-
La niña dio un suspiro y le dio la señal a que entre
-al menos no tengo deberes o algo así, si no me sentiría culpable por tener tanto sueño- soltó la niña.
Ash en cambio se había quedado mudo por el contenido de esa habitación, y es que había muchas cosas que no esperaba ver.
La habitación en sí era grande, allí había un gran piano de cola negra, estaba muy limpio, Ash y pikachu miraban que aparte de eso habían muchos instrumentos más, al fondo en un pedestal estaban dos guitarras, una negra de cuerdas de acero que parecía ya usada, y otra con cuerdas de nylon, ambas demostraban que eran usadas mucho, o fueron. Cerca de las mismas en un estuche pequeño se veía un violín Stradivarius
-sabía que muchos inventores y científicos también son músicos- Ash miró a su alrededor- pero...¡Clemont debe ser un genio!-
-¡Pika!- Asintió el roedor.
La curiosidad de Ash pudo más y se internó en la habitación, primero fue al piano y saltaba de tecla en tecla, no sabía que hacía pero el sonido no era malo, ni bueno, era solo eso, sonido.
Dejando eso de lado fue a los pedestales, con cuidado tomó una de las guitarras e intentó tocarlas
-¿Recuerdas el libro del profesor?- Preguntó Ash
Negó el pokemon
-esto era..¿Do?- dijo para sí mismo el azabache mientras sus manos tomaban la posición de dicho acorde.
El chico le recorrió un gusto increíble y su cuerpo se llenó de sensaciones divertidas al intentar entonar el instrumento, entonces miró a la pared, con cuidado dejó la guitarra de lado y se puso a leer a la par que el roedor miraba el violín.
-¿Academia de bellas artes de Kalos?- Leyó el chico
En un cuadro estaba enmarcado un diploma entre varias certificaciones otorgadas al rubio, Ash entonces rio
-Pikachu- llamó a su fiel compañero- debo tener 18 para entrar en PSF ¿verdad?-
-Pikachu- asintió el pokemon de Kanto
-entonces, ¿por qué no aprender un arte?- dijo Ash- además y sirve para quedarme más tiempo en Kalos con Serena-
La idea, orientada así, le encantó y entonces al decir Serena se acordó que debía arreglarse dejando así la habitación.
El rubio inventor por su lado en la calle se sentía raro, por primera vez muchas chicas se fijaban en él, le daban miradas muy por encima de lo que él estaba acostumbrado, entonces él pasaba por la pastelería y se miró en el reflejo.
La camisa se ceñía sobre su cuerpo, el pantalón le quedaba perfecto y los zapatos daban distinción, oficialmente se miraba como alguien muy atractivo, y eso; para referirse a él mismo, se le hacía raro, el mundo cambiaba de a poco y con el mundo, él también lo hacía, los cambios, vienen bien.
El rubio algo más alegre volvió a caminar, esta vez ya sin el peso de la mochila su forma de andar le era más cómoda, tal vez a futuro debería desarrollar una mano de Aimpom portátil.
Por andar distraído se golpeó con alguien.
-¡Lo siento muchísimo!- Clemont se asustó y de inmediato se puso en pie
-¡Fue mi culpa!- una chica se paró frente a él
Clemont se topó con el jade de su mirada pero como sus lentes se cayeron al chocar con la chica no distinguió bien, el cabello era rubio, y piel ceniza clara, sus ojos se abrieron mucho
-¡Korrina!- dijo alto
-¿eh?- la chica le miró algo asombrada
Cuando Clemont se tranquilizó recordó que la líder de Shalour estaba en el hospital, y su visión se aclaró más, aquella chica era más pequeña, más que él, y según el rubio deducía Korrina tenía que estar ahora de su altura (Imaginemos que nuestro amigo creció desde su visita a Shalour).
-discúlpeme señorita- se disculpó- le confundí con alguien...-
La chica vio como el rubio se volvía algo melancólico, entonces su pokemon blanco le señaló un par de lentes que ella tomó, y se los colocó
-No sucede nada- ella sonrió- pero no me gusta que me digan otros nombres...mi mamá lo hacía menudo y es molesto-
El rubio se disculpó y se acomodó sus anteojos para ver frente a él una chica con un Vulpix blanco..¿Blanco?
-Un Vulpix forma Alola- Clemont miró al pokemon- ¡se ve tan genial!-
La chica se sonrojó pues el rubio se había acercado mucho hacia ella para mirar a su pokemon, dando pequeños respiros ella se controló y respondió
-sí- contestó - él es mi pokemon y su nombre es Shiron-
-Vaya- Clemont miró a la chica y se puso nerviosos- lo lamento tanto, que descortés soy, mi nombre es Clemont Merrick Bolt, o Clemont Lemuel Bolt, pero Lemuel no me gusta como segundo nombre así que lo cambiaré- rio para romper tensiones el chico
La rubia se fijó en él detenidamente, oficialmente era alguien atractivo, tenía facciones muy finas en su rostro y una blonda cabellera muy larga, ella sintió un ardor en las mejillas muy fuerte, demasiado fuerte y el corazón le latía muy rápido, pero se tranquilizó, alguien así ya debía tener novia.
-Oh lo lamento- ella se disculpó- mi nombre es Lillie Marie Cosmarine-
Ambos se estrecharon las manos, Clemont se sentía raro, era como si algo aquí hubiese confabulado para terminar conociendo a esta chica.
-¿y qué te trae por Ciudad Luminalia Lillie?- Preguntó él
La rubia se puso muy triste
-mi mamá- ella suavemente empezó- falleció en un accidente de laboratorio, y mi hermano viaja demasiado, entonces, como no tenía a nadie pensé que me quedaría sola, ya que papá había muerto en la guerra entre PSF y la milicia privada que atacó Alola-
Clemont vio como por las delicadas facciones de la chica rubia empezaban a bajar lágrimas y este no supo que hacer, entonces solo se dejó llevar y sacó un pañuelo con la insignia voltaje para limpiarle las lágrimas
-tranquila, lo siento, no debí preguntar-
-No es eso- la chica suspiró- es que mi abuelo vive en esta ciudad, y tengo que llegar con él, quiero tener una familia, mi hermano mayor ya es mayor y tiene sus hijos con una chica llamada Moon Prest, yo solo tengo 14 y quiero vivir con alguien y no sentirme sola...-
Entonces la chica empezó a llorar, nuevamente Clemont la hizo tranquilizar llevándola hacia una banca cercana.
-¿cómo se llama tu abuelo?- preguntó el rubio
Como líder de gimnasio probablemente lo conocía pero nadie le preparó para lo que vino
-Mi abuelo se llama Klaus Bolt, mi mamá dijo en su última voluntad que tenía también un tío y dos primos-
El rubio empezó a hacer memoria, no tenía idea de quien era
-"¿Klaus Bolt?"- pensó hasta que finalmente lo descubrió-¡Tú eres la hija de tío Claude!-
-¿tío Claude?- preguntó ella y miró al rubio- un segundo, ¿Clemont?...¡CLEMONT!- ella sonrió y se lanzó en un abrazo al chico- así se llama el hijo mayor de tío Meyer-
El rubio abrazó fuertemente a la chica y esta empezó a llorar muy fuerte mientras Shiron miraba enternecido la escena
-no volverás a estar sola jamás Lillie, te lo prometo-
(quizá a futuro me aviente un fanfic de Lillie y Clemont, es más, tengo planeado un Amourshipping fanfic mezclado con Assasin's Creed, pero, eso deberá esperar).
A la par mientras la familia que, por azares del destino no se conocía o no se recordaba estaba conversando nos situamos en la torre Prisma donde Klaus Bolt atendía una llamada con su hijo Meyer.
-¿Qué sucedió con Samina oficial Jenny?- preguntó Meyer
-falleció en un accidente en Alola, y Gladio esta casado, Lillie está en Luminalia, los busca a ustedes, ¿la pueden acoger?-
Meyer suspiró, desde el fallecimiento de su hermano mayor Claude él y su cuñada Samina no se hablaban, ahora, ellos eran todo lo que le quedaba a la pequeña Lillie.
-Sí, es mi familia- asintió Meyer
-iremos a notificar a las oficiales de Kalos, los trámites legales para su custodia deben durar entre 7 a 14 días-
Los adultos asintieron, en la misma torre dos chicos se preparaban para una cita, con un deseo similar a lo sublime, la intención de los dos era la misma, el joven se encontraba en la que sería su habitación durante su estadía en Ciudad Luminalia, dejando a sus pokemon libres y empezando a cambiar su tradicional ropa por algo mas elegante.
Con Ash
Oficialmente Ash Ketchum se preocupó, demasiado, estaba a punto de ir de cita, y no tenía concepto alguno de lo que era, sabía que era una forma de salir con la persona del sexo opuesto a realizar actividades, pero, en lo mismo se dio cuenta, él era Ash y ella Serena, un trotamundos consumado a la causa de las ligas en antaño, pero ahora con un destino diferido, Serena era una performer, una mujer sublime de terciopelo que él admiraba por siempre caminar hacia delante con ellos, en sus grupos siempre hubo sentimientos por sus compañeras y compañeros.
Misty Waterflower era lo más cercano a una hermana mayor, discusiones, golpes y llamadas de atención, con mucho cariño recordaba a la chica de cabello zanahoria, la sirena de sueños de élite en el gimnasio de Ciudad Celeste era a quien recurría si tuviese algún percance, no en vano era como ya lo dijo antes una hermana mayor.
Brock Takeshi era alguien que no olvidaría nunca, era su hermano, no había a donde más ir, o qué más pensar, y es que cuando alguien te sigue en un gesto altruista no puedes evitar deberle la vida, y tu gratitud eterna.
May Balance era su hermana menor, era su pequeña hermanita que si algún patán se atrevía a tocar y tratar mal él personalmente saltaría en defensa de ella, no es que May fuese alguien indefensa pero ese sentimiento de hermandad era grande.
Max Balance era otro hermano, alguien a quien educas y quieres aunque no se lo demuestres casi nunca, donde quiera que estuviera el menor de los Balance le deseaba la mejor de las suertes.
Dawn Berlitz era su mejor amiga, hasta tenían un saludo, la peli zafiro era, alguien a quien llamaría si se arma una trifulca y necesitas ventaja en cuanto a sagacidad, porque Dawn era muchas cosas, pero tonta no.
Iris Burton era como aquella amiga que aunque te moleste no quieres alejar de ti, porque sabes que siempre te tenderá la mano después de reírse de ti un poco
Cilan Striaton ocupaba un puesto de amigo cercano, había cuidado de sí como si Ash fuese su responsabilidad, aunque su jerga fuese algo compleja en ciertos momentos no pediría un amigo de Unova mejor.
Había tanta gente en su vida además de ellos, y a todos ellos les debía algo de sí mismo, se atrevía a decir que él era la mezcla de lo mejor de todos ellos.
Volviendo a su ropa vio un montón de cosas que probablemente no servían, su chaleco obviamente no pero con lo poco que sabía, ¿qué diablos se usaban en una cita? Realmente con su conocimiento escaso en ese ámbito solo podría decir que hasta un par de jeans con una camisa blanca cumplían su objetivo, pero siendo sincero Serena era hermosa, despampanante, destellante, y no podía permitirse ir solo con eso para ella, algo en su mente masculina deducía que obviamente tenía que verse atractivo.
El chico rebuscó entre todo, desde una camiseta con una pokebola hasta su ropa deportiva, pero al final solo recordó que su cita era Serena, la mujer más comprensiva en la faz de la tierra; un ángel que deponía sus armas para apreciar la belleza en lo más sublime, esa la filosofía de Serena, tanto que al imaginarse al lado de ella le decoró un sonrojo enorme y por fin su mente se decidió algo simple, una camisa azul con cuello en V dejando a descubierto su cuello y unos pantalones jean color café que acompañaban correctamente a sus zapatos negros formales
Elegido ya su conjunto decidió bañarse, mientras en la ducha sus pensamientos eran solo sobre el como lograr su cometido, las gotas de agua golpeaban su cuerpo y en estas se iba poco a poco el sudor acumulado pero aun así le temblaban las manos, poco a poco se restregó el rostro y cerró los ojos cuando sintió el shampoo bajando por los mismos.
-"el día a llegado, tengo que esperar lo mejor, y dar lo mejor de mí como si fuese una batalla pokemon, además todo esta planeado, nada puede salir mal"- confiado en su mismo se vio súbitamente asaltado por el bicho de la duda-"pero ¿y si ella no siente lo mismo?..."-
Mientras se bañaba el joven se debatía en si su plan daría el fruto, perder la amistad de Serena por aquel choque de sentimientos le volvían loco, y eso era un poco pues había que aceptar que al fallar todo aquel imperio de sueños y castillos escritos en naipes y memorias se vendría abajo sin poder controlar su caía, a la par que en otra habitación.
Con Serena
Serena y Bonnie habían batallado campalmente eligiendo el atuendo apropiado para Serena, era frustrante para ambas que teniendo tanta ropa a disposición no pudieran combinar nada que acordasen mutuamente, es decir, ambas no concordaban en el atuendo, desde trajes sencillos hasta unos modernos pasaron por Serena pero nada les complació correctamente.
Agotadas por la campaña que acababan de realizar, ambas se recostaron en la cama de la niña mientras Braixen, DeeDeene y compañía pokemon seguían como una división de la moda rebuscando entre la ropa.
-Bonnie- algo insegura Serena llamó- ¿y si me rechaza?-
-¿Por qué habría de hacerlo?- Bonnie sonrió- Serena, no tengo idea de cómo funcionan los romances más allá de lo que he leído en mangas y visto en tv, pero creo que sólo debes ser tú misma, te prometo que no te arrepentirás, todo saldrá bien-
-eso espero- Serena suspiró pero el sonido de los pokemon les llamó la atención.
Braixen, Sylveon y demás le mostraron a la chica un vestido que ella tenía guardado y lo reconoció
-mira este vestido-dijo nostálgica Serena-lo pensé en utilizar para la final de la clase maestra, pero decidí por otro en ultimo momento, además es cómodo y lindo...-
La pelimiel levantó el vestido a que sea visto en todo su esplendor, y dicho esto Bonnie contemplo un vestido de color menta con detallitos de hilo dorado, que señalaba y resaltaba la figura de Serena, era algo casual no era un vestido de gala ni menos, ¡pero era precioso! Sin duda alguna.
-¡es hermoso!- alagó la pequeña-¡te quedará lindísimo!-
- Bonnie...espero que todo salga bien...- Serena abrazó su vestido y aspiró el aroma a nuevo.
Bonnie le sonrió
-tranquila ¡mejor aséate y prepárate para tu cita!-
Serena sonrió y procedió al baño de su habitación, ella tenía sus dudas con respecto a su cita, pero siendo junto a Ash, nada podía salir mal.
CON SERENA
El azabache se sentía raro, rarísimo, pocas veces andaba sin gorra, ahora, hasta lucía elegante, lo cual, siendo él alguien tan relajado era muy complejo de sentir, siempre se consideró un chico promedio, un líder natural, pero ahora su instinto de supervivencia y las estrictas normas de urbanidad que mamá le enseñó quedaron reducir a una lucha por deducir un plan, siendo Ash alguien no convencional, no podía permitirse una cita convencional.
Acabó de vestirse, mientras se colocaba una pisca de colonia, bendito Arceus que hizo que Misty le diera ese regalo por su cumpleaños reciente, pues sino estaría pensando seriamente en realizar un hurto a la que tenía la insignia Voltaje, repasaba su plan para pedirle a su amiga de la infancia que sea su compañera en la vida, su novia. Pero la nula experiencia desembocaba en que Ash estuviese muy nervioso.
Con cuidado se sentó en el filo de la cama mientras sus pokemon descansaban ya en el rancho. Todos menos Goodra que volvió a la granja y pikachu que estaba descansando en la cómoda cama.
Con delicadeza llevó las manos a su cabeza para repasar su idea, poco a poco iba pensando en sí mismo como novio, tenía miedo, tanto que sus manos ya daban leves tirones en su cabello.
-"primero ir al parque"- pensó-"luego cuando sea algo tarde mirar el atardecer desde aquel mirador al lado del rio y luego...bueno supongo que tendré que planear sobre la marcha"-
Ante la falta de ideas la risa se hizo presente, pikachu estaba mirando a su entrenador y al ver tan feliz a Ash se le acerco y caminando en dos patas traseras se le acerco y le dio un pequeño abrazo mientras su entrenador se le agacho para decirle
-¿qué opinas pikachu?¿me veo bien?-
-pika pi (sí amigo)- el pokemon asintió
Ash acaricio a su pokemon y se separó de él, con cuidado tomó su peinilla la cual era casi nueva por el poco uso y se peinó, o hizo el intento pues su cabello no se acomodó, desistió de su idea y volvió a su mochila, de allí abrió un bolsillo y tomó su pequeño reproductor de música.
Aquel aparato era un walkman, un regalo de su mamá, por obvias razones no podía hacerle competencia a los MP3 actuales, pero Ash lo atesoró y lo colocó a un lado de su correa de cuero riendo al seguir estando nervioso, con cuidado se colocó el par de auriculares y encendió la radio mientras su persona se dirigió a la sala de estar donde esperaría a Serena.
Con Clemont.
Después del encuentro el rubio llegó hasta su destino, naturalmente dejó a Lillie con su papá, tuvo que llamar a su padre, avisarle llevar a la rubia a casa y dejarla allí, aunque en el fondo un sano cariño por la chica a quien veía como una hermana menor se sentía algo frustrado, pues hubiese querido ver a la líder de Shalour cuanto antes, ni modo, ella, aunque quisiese no podía ir a ningún lado.
Un hondo suspiro hizo acto de presencia cuando se topó con la zona de información; con delicadeza y algo de exaltación se dirigió a la enfermera
-Buenos días- sonrió con educación- disculpe ¿dónde esta la señorita Korrina Corelia Trech?-
-Oh buenos días- ella sonrió- ella esta en la sala D, esta en el horario de visitas y su estado es normal, podrá pasar sin problemas joven...- esperó a que él le diera respuesta
-Bolt- Clemont se acomodó los lentes- Clemont Bolt-
El rubio se dirigia a través del hospital a la sala indicada, con cuidado el rubio fue leyendo los letreros para evitar perderse pero siendo sincero su corazón estaba perdido y su mente aun más, ese deseo de venganza escondido dentro de sí mismo salió a flote cuando llegó a donde reposaba Korrina, allí solo pudo observar a través de la pequeña ventana.
La rubia se encontraba con un libro en las manos, ella usaba una bata de hospital color menta glacial, desde su cintura para abajo se encontraba tapada por la sábana blanca del hospital, un par de cables estaban unidos en su brazo, y a su vez conducía hacia las máquinas que monitoreaban el estado de la rubia, Clemont por primera vez en su vida se agarró el pecho y sentía que la camisa le apretaba.
La rubia se veía tan frágil, tan suave y tan maleable, en aquella cama de hospital reposaba la mujer más hermosa del mundo a su parecer.
-"Arceus creyente no he sido, pero si existes en la infinidad del firmamento, no me quites a Korrina, así no se fije en mí, este es el gesto más altruista en mi vida, te ofrezco mi vida, mi corazón pero no dejes que esa bella sonrisa se extinga, y vamos, dame fuerza, es ahora o nunca, todo o nada, vamos Clemont, no hay nada que perder"-
Con cuidado Clemont golpeó la puerta y espero; la espera se sentía eterna, Korrina estaba leyendo acompañada por su inseparable Lucario, con cuidado llevó su vaso de agua a la comisura de sus labios y dio un sorbo
-Hasta el agua es rara aquí- suspiró la chica y se sonrió- "en momentos así extraño a Clemont, él haría maravillas con esa comida rara"-
Ella con cuidado depositó el vaso y una leve punzada dolorosa en el hombro afectado todavía tenia secuelas del ataque, ademas de la rutinaria ropa de hospital y de estar conectada a las maquinas que monitoreaban su estado sonreía. Clemont toco la puerta y el Lucario de Korrina se acercó y al verlo abrió la puerta permitiéndole el ingreso.
Un segundo en el tiempo, eso bastó para que los ojos del rubio se tornaran llorosos y sin aviso corrió hacia la chica pero no la tocó
-¿¡Clemont?!- ella se sonrió y también quiso darle un abrazo pero sus brazos le dolían aun, entonces solo sintió un pulgar en su mejilla.
-Hola Korrina- inconscientemente le sonrió y su pulgar delineó la mejilla.
Ella se sentía tan débil pero ahora, con ese tacto de los dedos algo callosos por el contacto con tanta herramienta admiró al chico con el que intercambió tantas cartas, era verdad, Clemont era alto ahora, muy alto, Korrina se sintió feliz y le dio la mano, el contacto era un mundo electrizante mutuo, esas sensaciones acompañadas del calor carmesí presente en las mejillas de los dos decoraba tiernamente la escena hasta que el rubio no pudo contenerse.
-Lo lamento tanto...- musitó casi inaudible
La rubia sintió como delicadamente los brazos del chico cruzaban su cuello y le daban un afectuoso abrazo, y con cuidado se acomodó pese al dolor sintiendo el fuerte latido, Korrina le devolvió el abrazo, estaba feliz de verlo ahí con ella.
Lucario simplemente sonrió y decidió dejarlo tiempos a solas saliendo de la habitación dejándolos en privacidad cerrando la puerta detrás de él, mientras el pokemon pensaba un poco y enrumbaba camino a meditar en el patio.
-"espero que el deseo que acunas en tu corazón se realice, aquel chico que ahora ha llegado y cuya visita a enternecido tu corazón pueda acompañarte y amarte tanto como tú deseas, tal como me confiaste aquel secreto cuando empezó nuestra estadía y tu recuperación es este hospital"-
El pokemon llegó afuera y se sentó en el césped donde pudo divisar la entrada de emergencias, con cuidado el pokemon aura dejó que todo calzara en su adolorida memoria, mientras dejaba escapar aire entre sus gruñidos, aquel dolor de ver a su casi hermana humana herida se cala muy en el fondo.
El abuelo de Korrina no pudo venir tan pronto, había llegado y se encontraba en las estaciones de policía poniendo el grito en el cielo sobre que su nieta, la líder de gimnasio de Shalour estaba herida y clamaba venganza, el pokemon aura recordó que ese sentimiento de dolor hecho fantasma para vivir oculto estaba en el corazón del rubio cuando llegó, pudo concluir que ambos buscarían venganza por ver así a la rubia.
Lentamente Lucario tomó su pose de meditar, los recuerdos le asaltaban ese otoño más seguido de lo que esperaba.
\\ FLASH BACK\\
El pokemon por primera vez esta asustado, pero se dio el privilegio de mirar a su entorno, estaba rodeado de humanos y un Audino, la enfermera en turno y el equipo médico se encontraban frente a la rubia en la ambulancia, él estaba sentado y sus patas delanteras temblaban, Korrina tenía una línea de la garra dragón que iba desde la altura de su hombro derecho y bajaba en una perfecta perpendicular sobre su busto y terminaba en el lado izquierdo de su cadera.
-RCP- ordenó el paramédico- ¡ahora!-
-¡Despejen!-
El pokemon sentía como el aura de su entrenadora se iba de a poco, entonces aquella descarga se sentía tan dolorosa y el cuerpo de la rubia se elevó un poco.
-¡de nuevo!-
-¡despejen!-
Nuevamente Lucario escuchaba aquel pitido infernal que era la máquina donde Audino trataba de medir el pulso de la chico.
Entonces por fin pudo escuchar como el pitido agarraba un ritmo normal, la enfermera al fin dijo algo que pudo entender
-esta estable- dijo dando un respiro- ha perdido mucha sangre ¡rápido sutura!-
Lucario estaba agotado, oficialmente había combatido con un charizard mega evolucionado y poco a poco cerró sus ojos, pero sus desarrollados oídos escucharon un sonido saliente de la lastimada Korrina.
Lucario no supo si pasó un minuto o una hora pero lo cierto es que se encontró sentado en un sofá café, el olor que lo rodeaba era conocido, o mejor dicho ya supuso, pues ese olor a medicina y limpieza era típico de un centro médico, al final de cuentas la herida de su entrenadora no era algo para ir al centro pokemon.
El pokemon abrió sus ojos para encontrarse con la sonriente rubia
-¡que aventura!- rio ella - ¿verdad Lucario?, momentos así son tan increíblemente raros, pero pasan amigo, lástima que Clemont no estuviera aquí...-
Korrina acabo de ser estabilizada y estaba acompañada de Lucario mientras juntos estaban sentados en la cama de hospital, lo que sorprendió al pokemon fue que a pesar del evento, su entrenadora seguía pensando en el líder de Luminalia.
- Lucario por primera vez tuve miedo....- confesó ella- miedo de poder cumplir mi objetivo...-
Lucario solo estaba confundido y miraba a su maestra, siempre sintió que entre ese par hubo un chispazo, pero nunca esperó que su entrenadora fuese quien diera el primer paso, naturalmente en primera estancia Lucario sintió celos, pero siento él un pokemon, decidió que quien se encargaría de que Clemont Bolt respetase a Korrina sería Gurkin.
-Tengo que hablar con Clemont y decirle lo que siento- la rubia seguía sonriendo- ahora...debo esperar a que aparezca, el amor a florecido en mí-
Lucario sonrió y se apego a su maestra para demostrarle confianza y apoyo, si Korrina era feliz con el rubio, él no era nadie para no apoyar a su amiga.
\\ FIN FLASH BACK\\
Con Ash y Serena.
Ash ya listo enrumbó a la habitación de Serena y con cuidado golpeó la puerta.
-Serena- llamó- ya estoy listo, te esperaré abajo-
La pelimiel y Bonnie sonrieron, Serena se controlaba lo mejor que podía, ella era Serena Yvonne y no se dejaría notar nerviosa, al menos esta ocasión quería disfrutar al máximo. Pero siguiendo el consejo común de que un hombre debe esperar un poco dijo
-esta bien- intentado sin éxito no sonar nerviosa- bajaré enseguida-
Ash asintió y el sonido de los zapatos se fue distanciando de Bonnie y Serena.
Serena al fin acabó y decir que estaba despampanante era poco, pero estaba haciendo ejercicios que halló en la pokenav para no estar nerviosa, sobra decir que salir en tono cita con Ash no ayudaba a controlarse, poco a poco lo conseguía, y con toda la fuerza del mundo miró a Bonnie sonriendo
-te prometo que será mi novio- rio ella- y si no siente lo mismo no me dejaré vencer-
-¡esa es la actitud!- Bonnie le sonrió-
El chico por su parte pensaba un poco en que Brock tenía razón, enamorarse era tan simple pero demostrarlo tan complejo, ese amor por la pelimiel estaba en el fondo de su alma desde quien sepa cuando y como veneno, como un cáncer benigno iba creciendo, durante ese viaje parecía dormido, aletargado en el tiempo y forzado a detenerse, pero Ash ya no lo detuvo, se sentó en el sillón y dejó que los sentimientos más sublimes del amor le envenenen lentamente, porque hay que admitirlo, el veneno llamado amor es tan dulce, y solo bastó un segundo en el tiempo para que nuestro protagonista supiera ese sabor benevolente del amor.
Con esa sonrisa eufórica tomó su WALKMAN, decidió que ese intoxica miento de dulce lo mataría de amor antes de su cita, y prefería llegar vivo hasta ese momento, decirle que -"te amo"- a Serena y morir después.
Mientras esperaba prendió la radio para escuchar algo de música en aquella sala que acomodada con muebles de color acero y flores daban luz natural a la espera del chico por su amor secreto, bueno no tan secreto, pues otro de sus amigos Clemont ya sabía que sentía por la pelimiel.
Con cuidado se colocó los auriculares y prendió la antena de la radio, su amigo Clemont se encargó de acoplar esa vieja cosa hasta que pudiera recibir señal de radio y reproducir mediante USB o con descarga digital, pero Ash le gustaba usarlo a la vieja usanza (costumbre, tradición), es decir radio y casette.
-¡buenas tardes pokemundo! - sonó el comentarista de radio-Y ahora con una petición especial ¡vamos con la hora del romance! De la mano de Luis Miguel tenemos este hermoso tema llamado "La Incondicional", ¡dedícala a esa mujer que te ha seguido siempre!-
-¡como dice mi compañero!- el otro comentarista habló- ¡quédate con quien te ame lo que hagas, aunque sean puras tonterías!-
La canción empezó y Ash pensaba que era una señal del destino, recordando a la ojiazul de cabello miel, soltando una carcajada y cerrando sus ojos decidió prestarle mucha atención a la letra.
-"Tú, la misma siempre tú, amistad, ternura qué se yo, tú, mi sombra has sido tú, mi historia de un amor, que no fue nada,
Tú, mi eternamente tú, un hotel, tu cuerpo y un adiós, tú, mi oculta amiga tú, un golpe de pasión, amor de madrugada"-
Ash empezó a recordar muchas cosas sobre las experiencias con Serena y soltó una lagrima de felicidad al saber que quizá hoy tendría que cambiar, ya no seria su amiga, sino su novia, sería su responsabilidad cuidarla y hacerla sentir como la princesa que era, pero todo dependía de hoy, específicamente de lo que en realidad sintiera Serena.
Con Clemont
Clemont estaba conversando con Korrina, sus temas se versaban en :amigos, vida, viajes.
Clemont estaba tan cerca que escuchaba poco a poco el latir de la chica, ella le regalaba las mejores sonrisas, cuando finalmente se acabó el tema de charla ambos suspiraron y se miraron riendo
-¿cómo es que he podido vivir sin ti?- rio la rubia
-Bueno- él le sonrió- yo aprendí a vivir el día en que te conocí-
A la patinadora el carmín de sus mejillas le hizo sentirse nerviosa
-eso no es cierto- molestó ella- ya sabías vivir sin mí...-
-No- El tono de voz de Clemont se puso serio en toda regla- hay cosas que no se olvidan-
-¿cómo cuales?- ella le sonrió y sintió una leve pulsación eléctrica cuando la mano del chico se acopló a la suya
-Aquella noche cuando fuimos a entrenar tu megaevolución, me di cuenta que todo cambia, y lo sé, pero hay cosas que no lo hacen, no pretendo ser indiscreto o arreglar el pasado-
Korrina se sonrojó mucho y su corazón le latía demasiado, su pecho le ardía, y quería saber más, quería entender más allá de lo que veía a Clemont.
-metí la pata tantas veces- recordó melancólico- quise quedarme contigo, en Shalour, para ser tan valiente como tú, para conocerte mejor, pero me fui-
-estabas de viaje- ella alegó- no importa, me escribiste y no me dejaste nunca sin una carta cada fin de semana-
-pues es porque yo nunca te olvidé, lo que siento aquí..- señaló su corazón- no se olvida-
-yo también tuve errores- contestó ella- quise irme con ustedes, aprender se tu vida y de ti como ser humano, no como líder de gimnasio-
-debí quedarme en Shalour-
-¿por qué?-
-Porque así no hubieses tenido que venir a Luminalia y terminar lastimada-
-¿Quién dijo que tú te fuiste?-
El rubio se desconcertó
-¿eh?- preguntó él
-vives aquí- ella señaló su corazón- después de ti no hay nada, eres de esas cosas que por más que pasa el tiempo no olvidas, ese cariño y apoyo que me has dado, no puedes olvidar el aire si hace falta para vivir...-
-y no puedes olvidar el cielo- Clemont miró sus ojos- si algún día estuviste allí.-
Todo se volvió blanco para los dos no existía nada mas en el mundo que solo ellos, el sonrojo vino parejo, el aire de hospital, el sonido de zapatos y gritos afuera era una melodía vaga que ocultaba el entorno de los rubios.
- yo...yo...- el chico sentía una danza en el pecho
La maquina marcaba el aumento del pulso cardiaco de Korrina pero ninguno lo notaba, oficialmente si no fuera porque ella llevaba una vida sana ya hubiese sentido un ataque.
Clemont se armo de valor y tomo la mano de Korrina, para decirle todo.
-Yo estoy enamorado de ti Korrina, no es un amor de niños y mucho menos un juego, desde que te conocí no he podido olvidarte y ahora que te sucedió esto- las lagrimas involuntariamente empezaron a brotar de los orbes azules- yo no quiero vivir nunca sin ti, si tú te vas, se irá contigo el tiempo y mi mejor edad, no sé como decirlo, pero siento que si a ti te pasa algo yo me moriría allí, contigo.-
Korrina le miró y empezó a reir entre el llanto
-lo peor de estar aquí, es que no pude salir a buscarte inmediatamente, porque...yo quiero muchas cosas, pero entre ellas está vivir contigo-
Las palabras hacían eco de los alborotados corazones.
-no quiero morir si no es a tu lado- completó ella acomodándose lo mejor que podía en la cama del hospital.
-hoy y aquí aunque no sean las mejores condiciones- dijo el rubio- pero con las mejores intenciones...quiero pedirte que seas mi novia, y si el tiempo lo permite algún momento mi esposa, la madre de mis hijos, quiero...quiero envejecer cada noche a tu lado, y despertar cada noche en tus brazos, y seguirte más allá de la vida, en la existencia eterna, en el fin del mundo, y al inicio de otro-
Korrina empezó a llorar de alegría y solo pudo abrazarlo, los rubios estaban abrazados en un mar de alegría llanto y amor, y todo finalizo cuando al buen rato de estar separadas Korrina con voz alegre solo dijo
-acepto-
Lentamente el tiempo volvía a correr, cuando sus labios dieron inicio a un baile perfecto e inexperto, Clemont no creía lo que sus ojos veían la chica que tantos insomnios le provoco ahora le dio el beso de su vida, no solo eso a acepto ser su pareja, definitivamente cuidaría a esa mujer, y si ir al infierno era menester para que ella este bien, él lo haría.
Con Ash
(NA-: una escena de celos es lo que le prometí a sharonisabel , y soy hombre de palabra).
Ash ya había acabado de escuchar un par de canciones y algo cansado de esperar apagó su walkman y se puso en pie para estirar sus pies, pero el sonido de unos zapatos azotando contra el suelo le hizo prescindir de sus auriculares, guardándolos en su bolsillo y acomodando el WALKMAN en su cinturón sintió un aumento en el bombeo de su corazón conforme el sonido aumentaba.
La duda carcomía su ser y se acercó para ver quien era, su sorpresa fue demasiada cuando Serena vestía un hermoso vestido color menta con detalles de hilo dorado que llegaba casi hasta las rodillas, unas medias largas de color negro y unos zapatos blancos de muñeca hicieron que Ash solo pensara en algo e involuntariamente dejó escapar el pensamiento.
-te ves hermosa...- el embelesado entrenador ofreció su mejor sonrisa.
-Gracias- una ya muy sonrojada Serena se disponía a salir.
La detuvo cuando el brazo del chico se posicionó frente a ella y este se rascaba la mejilla
-¿me haces el honor?- soltó él
Acto seguido ella le tomó del brazo y haciendo un típico gancho juntos salieron, conversaron y caminaron hasta llegar al parque y juntos pasaron el tiempo recordando el pasado, lastimosamente por la mente de Ash su padre pasaba entre los pensamientos del joven que definía un futuro.
-Ash, ¿sucede algo?-
El aludido sacudió su cabeza, pero le enseñó una banca y se sentaron, mientras Ash suspiró.
-tengo hambre- soltó sin más
Serena solo rio y negó con la cabeza
-nunca cambias ¿verdad?-
-así y todo me quieres- rio Ash y se levantó- vi helados hace unos momentos, vuelvo enseguida, ¿quieres uno?-
-sorpréndeme- la chica sonrió
Ash asintió y fue por los helados, el cansancio mental de Serena se fue, ahora estaba sonriendo mucho y jugaba con los pliegues de su vestido, ni siquiera iba la mitad de la cita y ella ya estaba nerviosa.
-¡Detente allí!- sonó a lo lejos (No chavos y chavas, no meteré a Kalm).
La chica observó como un veloz Vulpix rojo corría a toda velocidad echando llamaradas a donde sea.
-¡quieto!-
Serena quiso moverse pero sin previo aviso un ataque fue hacia sus pies, ella pudo moverse y vio como el entrenador o alguien usando su pokeball trataba de estar en el rango de alcance
-¡Ya Vulpix solo fue una inyección!-
El tipo fuego lanzó otro ataque y esta vez el entrenador se puso frente a Serena recibiéndolo
-¡quieto de una vez!- el chico pudo devolverlo a su pokeball
Serena se quedó mirando al chico, cabello rubio, una bufanda, un claro sweater anaranjado con líneas blancas
-"No puede ser"- ella abrió sus ojos- ¿Barry?-
-lo lamento tanto, no estoy comprando nada señorita- el se dio vuelta- es que...¡¿SERENA!?-
Barry Burton, el chico de Sinooh estaba allí.
-¡Si¡- ella le dio un gran abrazo- ¡soy yo!-
Ambos se abrazaron mientras Ash miraba todo.
-"¿estos son celos?"- se dijo a si mismo.
Una fuerza asesina le recorría su cuerpo, quería correr y clavarle un golpe al tipo, pero siendo sinceros, ¿qué derecho? No era un animal peleonero, menos un asesino o algo así, solo un chico normal que estaba celoso, al menos eso deducía, sin embargo se aceró.
-¿interrumpo algo?- dijo algo molesto
El rubio se separó y la pelimiel le sonrió
-él es Barry Burton- le señaló- es mi...-
-¡soy su novio!- dijo en alto el rubio
Un silencio sepulcral hizo acto de presencia mientras Ash miraba asustado y molesto, pero ¿qué decir?
-yo no sabía...- Ash musitó-
El chico dejó sus helados de lado y miraba como la penetrante mirada del chico sobre su persona, oficialmente estaba celoso, y aun peor, estaba perdiendo el control sobre si mismo.
-advierto- dijo Ash- que hacerme enojar es peligroso...¡para tu salud!-
Barry y Ash ya se conocían, pero el cruce de fuego en sus miradas se hizo intenso, Serena estaba callada y se sorprendió
-"¡Ash esta celoso!"- pensó y se sintió tan importante
Entonces Barry sonrió y empezó a reir
-es broma Ash- el chico sonrió- Serena es mi prima, el padre de Serena es hermano de mi mamá, o era-
Ash sintió como cada músculo de su cuerpo se destensaba, poco a poco empezó a reír.
-eso no era necesario- entre risas Serena se unió
-Bueno yo estoy de paso- Barry se marchaba- me iré a Hooen, ¡nos vemos!¡rayos voy tarde!-
Serena sintió como Ash le extendía su helado
-Ash- ella le dio una probada al helado- ¿estabas celoso?-
Ash se sonrojó
-sí- fue sincero- perdón-
-olvídalo- venciendo todo miedo se recargó en su hombro- no importa-
-Serena...- llamó Ash y le sonrió- ya sé que era mi padre...-
Acto seguido le contó todo desde su nuevo objetivo de unirse a PSF y sobre el fallecimiento de su padre. Serena escuchaba cada palabra con detenimiento.
-Ash....eso es...- quiso decir ella pero se detuvo cuando la mano de Ash hizo contacto con la suya
-dejemos el pasado un momento- mientras caía la tarde caminaron por la rivera del rio mientras terminaban un helado y dialogaban sobre muchas cosas y ninguna a la vez.
Ash termino su plan, ahora dependía de la suerte pues llego hasta donde se había planeado, el mirador junto al río, Serena contemplaba el paisaje, era hermoso con el cielo tenia un color naranja y los árboles frondosos con todos verdes y ocres mientras que el silencio reinaba a pesar de que cerca estaban familias en comidas, paseos, parejas y niños corriendo y jugando.
-Serena tengo algo que decirte- sacando ese pequeño reproductor de música lo colocó a un lado con una canción sonando y con el tiempo aletargado en un latido en un segundo.
CONTINUARÁ.
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