Viernes, 28 de Enero de 1977
Es viernes y estoy agradecida de que básicamente el peor mes que he tenido en el colegio está por acabar.
Además, Pandora ha sido en verdad mi apoyo para soportarlo. Nos hemos metido tanto en nuestro pequeño proyecto que no he tenido tiempo ni para pensar en otra cosa.
Claro las cartas semanales a mi familia se han detenido por orden de mi madre que dice que no quiere que se vean lechuzas cerca de la casa y yo acepto que tengo que dejar que mi madre se encargue del asunto. Mi padre por otro lado le ha enseñado a Gina la manera muggle de enviar cartas a Hogwarts y Gina de vez en cuando me escribe o simplemente me envía los dibujos que Daisy hace.
Estamos saliendo de Defensa contra las Artes Oscuras. La única clase que compartimos con los Gryffindor y aunque ha sido incómodo todo ha vuelto a ser como antes, todo mundo finge como si no nos conociéramos (aunque a Lily no le importa y siempre me sonríe y me saluda, es difícil de fingir no conocerla cuando es tan linda conmigo)
Vamos por el pasillo y nos dirigimos a nuestra torre cuando comienzo a hablar con Pandora:
—¿Cuál es el plan para hoy?
—Bueno creo que hay Quidditch, pensé que podríamos ir a ver el juego. —Ella dice y se ve entusiasmada.
—Vale. Creo que nos irá bien en el partido. —Digo y seguimos caminando aunque no me doy cuenta qué hay gente que va escuchando la conversación hasta que es muy tarde. —¿Quién juega hoy?
—Bueno, juega nuestra casa contra Slytherin.
—Excelente, será divertido espero Mulciber se caiga de su silla. —Comentó y Pandora se ríe.
—Sí pero recuerda que apoyaremos a Regulus aunque aún así queremos que Ravenclaw gana. —Ella me anuncia y yo asiento.
—Claro.
Detrás de nosotras se escucha un choque y luego un estruendo.
Pandora y yo volteamos a ver qué es lo que ha pasado y me encuentro a Sirius Black en el piso y sobre él están James Potter y Peter Pettigrew.
—¿Están bien chicos? —Mi amiga pregunta y se acerca a ayudarlos mientras yo me quedo congelada en mi lugar sin saber qué hacer.
—Oh sí estamos bien. —Dice Sirius poniéndose de pie tan rápido que cuando volteo al suelo James y Peter siguen ahí ya que nos ha tirado de nuevo al levantarse.
—Solo tropezamos. —James se ve molesto al ver a Sirius. —Pero todo bien.
—Que bueno. —Por fin logró decir y me arrepiento de inmediato.
—Bueno chicas supongo que las veremos en el partido. Esperamos Ravenclaw gane —James vuelve a hablar y yo solo trato de no ver a Sirius pero lo hago de reojo. Ahora espero que no me descubra.
—Oh sí, nosotras también queremos que gane. —Pandora dice y ella nota que estoy incómoda. —Bueno será mejor que nos vayamos.
—Adiós chicas. —Peter se despide y sus dos compañeros lo hacen con las manos.
Nosotras también nos despedimos en silencio y salimos de ahí lo más rápido que podemos.
Nos dedicamos a prepararnos para el partido, toda la casa está emocionada y eso hace que el ambiente se sienta diferente, eufórico, la gente se pinta la cara, todo es azul y plata por todos lados y puedo ver a unos de séptimo preparando pequeños fuegos artificiales en caso de que ganemos.
Pandora ha sacado los dos pares de pompones y yo solo los recibo lista para recibir mi baño de brillos.
Ella decidio pintarnos la cara con una estrella y un corazón de color azul en cada lado de la cara y como aún falta media hora para el partido no hay manera de negarme.
Después de eso, por fin nos comenzamos a mover a la cancha, toda la casa de Ravenclaw va junta y van entonando una porra, nunca antes había sucedido, excepto claro cuando hay posibilidad de ganar el primer lugar y todo mundo está muy emocionado.
No es hasta que llegamos a la planta baja que todo mundo se separa y deja de cantar, es ahí, que nos encontramos con Regulus saliendo del comedor, ya trae su uniforme, y faltan 15 min para el partido.
—¿No deberías de estar ya en la cancha? —Pandora le pregunta y él sonríe, no es una sonrisa ancha, y apenas es visible, pero así es como él sonríe.
—Debería, es solo que tenía antojo de algo dulce, ya saben, para los nervios. —Eso le recuerda algo a Pandora y dice:
—Uy, debería llevar bocadillos aprovechando que todavía hay en la mesa, Cas, espérame aquí. —Y de nuevo, como cuando fue a buscar las hojas del té, se va sin respuesta y dejándonos solos.
—¿Así que nervios? —Pregunto divertida.
—¿Qué te digo? Tenemos que ganarles para poder tener oportunidad de ganar. —Él sigue con su panecillo.
—Sí claro, suerte con eso. —Me burlo y él niega. —Este año, Ravenclaw tiene a su mejor equipo.
—Bueno, Slytherin es mejor, lo juro.
—¿Ah sí? ¿Y eso?
—Me tienen a mí, duh. —Dice como si fuera tan obvio.
—Claro, y entonces ¿Por qué los otros años no ganaron? —Por fin logro sacarle una expresión que jamás había visto, sorpresa.
—Ese fue un golpe bajo, Casiopea. —Yo me alzo de hombros como si no me importara. —¿Qué tienes aquí? —Él estira su mano hasta mi cara y con su dedo quita el pequeño corazón que Pandora se tarda en dibujar, la estrella sobrevive.
—¡Oye! Pandora pintó eso.
—Lo siento, creí que era mugre. —Él se disculpa y se aleja.
—Claro, porque no me baño. —Digo con sarcasmo.
—Lo que hagas en tu tiempo libre, o más bien, lo que no hagas, no es mi problema. —él se alza de hombros y sigue mordiendo ese panecillo.
—Ya vete. —Le digo algo molesta, pero solo es broma, ya que Regulus tiene un sentido del humor algo diferente, y hasta cierto punto disfruto ser algo grosera.
—Me iré, pero hey, ¡Vamos Slytherin! —Y se va corriendo con su varita en la mano.
Lo veo hasta perderse, luego volteo al comedor y veo que Pandora sigue metiendo comida a su bolsa, yo solo me río y niego con la cabeza, apuesto a que no comeremos ni la mitad.
—¿Te diviertes? —La voz de Sirius me distrae de Pandora, está molesto. ¿Me habrá visto platicar con Regulus?
—Pues Ravenclaw va a la delantera, así que sí.
—Creí que no te gustaba el quidditch. —Tiene razón.
—Oh, no me gusta pero mi casa puede ganar y siempre he disfrutado una buena fiesta. —Digo tratando de controlar mi corazón.
—Ya veo, pero no sabía que los colores de tu casa fueran verdes, claro a menos que ahora apoyes a otra casa. —Ese comentario me toma desapercibida, y no es hasta que veo mi ropa que me doy cuenta que todo lo que antes era azul, ahora es verde.
—Regulus. —Digo en un susurro solo para mí.
Los hermanos Black verdaderamente están haciendo mi vida imposible este año.
—Entonces...—Sirius vuelve a ver mi vestuario.
—Juró que eran azules. —Él no dice nada y saca su varita, para ayudarme a regresar mi ropa a sus colores anteriores. —Gracias. —Él hace un movimiento con su cabeza diciendo "de nada".
—Espera tienes algo en la cara. —Con su pulgar, me ayuda a quitar lo que queda del corazón que previamente Regulus había intentado quitar, pero la proximidad de Sirius me pone nerviosa y ni siquiera digo nada, o me muevo.
Su tacto es delicado y sus manos están frías, pero eso no es lo que me hace estremecer, es su respiración casi tan cerca de la mía y sus ojos, oh merlín, esos ojos donde podría perderme horas.
—Era maquillaje, Pandora me pintó. —Muevo la cara para enseñarle la estrella que está intacta y él asiente.
—Lo lamento, pensé que era suciedad.
—Claro, porque soy una sangre sucia. —¡Melín! ¿Por qué dije eso? Desde el momento que salió de mi boca quise golpearme la cara, Sirius se ve nuevamente molesto, sus ojos brillan pero no de felicidad, y yo tengo una mano cubriendo mi boca, fue casi instintivo.
—Yo jamás te llamaría así, no sé si tus nuevas amistades lo hagan. —Mierda, se refiere a Regulus, lo sabe, sabe que somos amigos.
—No lo hacen. —¡Casiopea! ¡Cierra la maldita boca! me grito y Sirius asiente, claramente enojado.
—Que te diviertas en el partido. —Y con eso se da la vuelta y se ve, dejándome sola.
Me quedo ahí y siento a Pandora tomando su lugar a mi lado.
—¡Vaya! Me quedé escondida esperando a que terminaran de hablar, pero desde donde estaban las cosas se podían ver tensas. —Yo asiento sin decir nada.
—De verdad que lo he arruinado.
—No lo creo, Cas. Tal vez no estaba tan enojado.
—Oh créeme, lo estaba. —Ella me entrega el regaliz rojo de la mesa.
—Bueno, será mejor que nos vayamos, el partido ya debe de haber comenzado. —Comenzamos a caminar hasta que ella me ve la cara. —¿Qué le pasó a tu corazón?
—Oh, me lo rompieron. —Respondo para soltar un suspiro de lamento.
—Me refería al que te he pintado. —Ella me mira mal y entiende que no quiero hablar.
—Los Black lo arruinaron —Le digo y seguimos de camino al campo.
--------------
2/5
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top