Viernes, 22 de Abril de 1977

Durante las últimas dos semanas me he dedicado a vigilar a Sirius, casi me recuerda a cuando lo vigilaba todo el tiempo en segundo año porque estaba locamente enamorada de él, pero ahora es diferente, ahora tiene un propósito.

Sí, estoy completamente segura de que Sirius sabe que soy, y yo sé lo que él es, pero nadie dice nada, actúa completamente normal y eso me enoja, ¿Por qué no preguntarme de frente?

Ahora, estoy en el comedor, porque bueno, después de todo necesito hacer tarea, pero tengo en la mira a Sirius y a su grupo de amigos, están en el comedor organizando lo que harán para pascua, puesto que el lunes nos darán el día libre.

Trato de escuchar su conversación, pero no soy tan buena como Pandora.

Ahora, Pandora ha estado intranquila desde que le dije lo que sé, pero no lo hemos vuelto a hablar. Salimos durante las noches y disfrutamos correteando en el bosque, pero nada más.

Sigo haciendo mi tarea cuando los cuatro merodeadores se ponen de pie y se van, comienza a llegar hasta donde estoy y se escucha lo siguiente:

—Padfoot nunca habías tenido tan buena idea. —James le dice a Sirius.

—Por supuesto, ¿no sabes con quién estás hablando?—Sirius le dice y cuando me ven me saludan todos de lejos, solo con la mano.

Yo sonrío y sigo con mi tarea.

Padfoot, Padfoot, Padfoot

¡Claro! ¿Cómo he sido tan tonta? Sirius Black, es el maldito perro negro del bosque.

Parece que me ha golpeado un rayo, guardo mis cosas y me voy corriendo directo a la biblioteca, donde Pandora estará estudiando con un grupo de chicas de las clases que no tomamos juntas.

Al llegar tan alborotada y cansada la bibliotecaria me lanza una mirada de "Si haces el más mínimo ruido, te corro."

Me controlo y camino por todo el lugar buscando una cabellera platinada, cuando la encuentro me acerco y le toco el hombro.

—Pandora, necesito tu ayuda. Urgente. —Todas me voltean a ver pero Pandora analiza lo que quiero decir con esas palabras.

—¿Ayuda en...?

—Lo que te dije, ya sabes... —Lo comprende y se excusa con sus compañeras.

Salimos de la biblioteca y regresamos al salón abandonado que hemos tomado como cuartel, una vez que recuperamos el aliento lo suelto.

—Sirius es el perro negro, el que luego nos va a visitar cuando estábamos en el invernadero.

—¿El perro que alimentamos y que Remus siempre trata de pulgoso? —Pandora desvía la mirada como si estuviera recordando todo.

—Sí, ese mismo. El día que nos convertimos en animagos nos trató de correr del bosque prohibido porque él sabía del hombre lobo. —Ella sigue tratando de armar todas las piezas, piezas que estoy entregándole.

—Si Sirius es el perro, wormtail... wormtail, ¡Peter es la rata! —Ella suelta y yo asiento. —La rata que estaba espiando la fiesta del 14 de Febrero de Hufflepuff. —No recordaba eso, pero sí, era la misma rata que estaba en la mesa de bocadillos. —Y James, bueno eso es fácil, ¿Prongs? el ciervo.

—Uno pensaría que podrían ser más originales ¿no crees? —Digo esto y me rió, Pandora lo hace después de mí.

—Espera, si ellos son los animales que viste...significa que...

—Remus es el hombre lobo. —Lo suelto porque sé que Pandora no quiere decirlo. —Todas esas cicatrices, su gran apetito, todos los días después de la luna llena que estaba enfermo, todo encaja.

—¿Cómo no nos dimos cuenta antes? —Pregunta completamente seria y con la mirada perdida.

—Porque nunca lo imaginamos, jamás pensamos que fuera uno de nosotros. —Le digo y ella asiente.

—¿Crees que Dumbledore sepa?

—No veo por qué no. —Me alzo de hombros.

—Deberíamos decirle algo... A Remus. —Pandora comienza a hablar y sé de inmediato a dónde quiere llegar.

—No, no debemos decir nada. —La corto y ella se voltea a la ventana.

Pandora querrá hablar con Remus y decirle que todo está bien y que todo saldrá bien, pero verdaderamente no creo que eso sea lo mejor.

Recuerdo cuando mi tía enfermó, era hermana de mi padre, ella odiaba esa clase de comentarios, y siempre que un adulto salía de su habitación me decía lo mucho que detestaba la falsa simpatía de gente que no entendía lo que ella estaba viviendo.

Conozco a Remus y sé que él debe de pensar lo mismo, si no, ya lo hubiera dicho antes, ya nos hubiera dicho algo.

—Pandora, ni lo pienses, será mejor dejarlo así. —Le vuelvo a insistir y puedo ver que desiste de su idea.

—De todos modos, ¿qué haremos con Sirius? —Pregunta.

—No creo que le diga a nadie, además, ¿quién le creería? —Le digo tratando de calmar sus nervios.

—No me convence, tienes que hablar con él.

—¿Y si termina mal? —Le digo sintiendo un nudo en el estómago.

—Solo asegúrate de que no vaya a decirle a nadie, si no, ¿crees que podríamos borrarle la memoria? —Parece muy seria al decirlo y no mentiré, da un poco de miedo.

—¿Es broma?

—Claro que es broma, tonta. —Pandora me asegura y ambas reímos.

—Bien, iré a buscarlo. —Digo y dejo mi mochila para no cargar ese bulto por todo el castillo.

—Perfecto, yo iré a ver a Regulus, ¿nos alcanzas? —Ella sigue sin saber que Regulus y yo no nos hablamos, solo asiento, pero no iré con ellos.

Al salir de la torre puedo sentir el frío, comienza a anochecer y necesito encontrar a Sirius antes de que la cena comience. Camino hacia la torre de Gryffindor en caso de encontrarlo, afortunadamente me encuentro a Marlene y ella me dice que los chicos están a las afueras del castillo haraganeando.

Comienzo a caminar a la salida y desde la puerta los veo, James está a un metro sobre su escoba y lanzando una snitch, Remus y Peter están platicando y Sirius le lanza cosas a James mientras se ríe.

James, al estar en la escoba, es el primero en notarme y puedo ver que le hace una seña a Sirius, ¿Acaso ellos ya sabrán sobre Pandora y yo? Probablemente, no hay nada que Sirius no le diga a James.

—¡Hey, chica lista! —Escucho a Sirius ser el primero en saludarme, aún me hacen falta unos metros para llegar a su lado pero sonrío y los saludo con la mano.

—Hola chicos. —Les digo una vez que estoy lo suficientemente cerca.

—¿Qué te trae por acá? No te habíamos visto en semanas? —Remus me sonríe, ahora, puedo notar las más recientes cicatrices en su cara y trato de fingir que eso no me afecta de cierta manera.

—Mucha tarea. —Doy una respuesta sincera, claro, yo los he visto todas estas semanas, vigilando.

—¿Y vienes a divertirte hoy viernes? James ha conseguido una botella de firewhiskey, después de la cena puedes acompañarnos a la sala común de Gryffindor a abrirla. —Sirius me dice y hace una seña para que tome asiento cerca de él.

Al hacerlo, y al estar cerca de su oído susurro: "Tenemos que hablar."

Él me voltea a ver sin hacer ningún gesto y asiente.

—Chicos, Cas y yo irémos a pasear por el lago, ustedes adelántense. —Sirius se pone de pie y me extiende su mano para hacer lo mismo, apenas y me había sentado.

Los tres merodeadores restantes se voltean a ver entre sí y sonríen, puedo ver que quieren reirse.

—Vale chicos, solo no se tarden, que hace frío. —Peter se despide.

—Vamos, wormtail, no tendrán frío. —James le dice y no puedo evitar sonrojarme por completo. Sirius solo le dice "Compórtate." Pero veo como muere por reírse.

Remus se va con ellos y nos despedimos con la mano.

—¿Así qué hablas? ¿Ahora que hice? —Sirius saca un cigarrillo y lo prende, luego me ofrece uno y por los nervios que siento en mis manos lo acepto temblando.

—Nada, ¿qué no podemos hablar? —Mentira, ¿qué tal si estoy mal? Tal vez imaginé todo.

—Ya veo. Buscando excusas para estar sola con Sirius Black. —Yo lo volteó a ver y está sonriendo divertido, luego le da una calada a su cigarro y me parece extremadamente sexy.

—Oh sí, es que si no te veo una vez a la semana me muero. —Lo digo sarcásticamente y él rueda los ojos.

Estamos caminando por la orilla del lago negro, ya los últimos rayos del sol se están desvaneciendo, pronto tendremos que entrar y yo no sé como comenzar con el tema.

—¿Sabes? —Él habla después de un rato. —Yo sí quería hablar contigo.

Los nervios aumentan y puedo sentir que ahora no solo mis manos tiemblan, también mis piernas y mi estómago parece estar dando marometas dentro de mí.

—¿De qué? —Pregunto fingiendo demencia.

—Ya casi acaba nuestra educación.

—Nunca pensé que te importaran mucho los estudios. —Le digo y él me mira ofendido.

—Bueno, no, pero me gusta este lugar, fue un hogar para mí, y he conocido a mis mejores amigos aquí. Mi verdadera familia, lo entiendes, ¿cierto? —Yo asiento pensando en Pandora. —Y me di cuenta de algo.

—Aja. —Lo hago continuar.

—Creí que no me importaría si la escuela terminara mañana mismo, pero no es así, en realidad sí me importaría. —Se termina su cigarro y lo tira al pasto para después pisarlo y desaparecer la colilla. —No me importaba porque sé que los merodeadores y yo siempre seguiríamos siendo amigos, Lily estaría ahí y Marlene, Mary y hasta Dorcas, pero entonces comprendí porque no quiero que esto se acabe.

—¿Y por qué es?

—Porque no sé si tú estarás ahí. —Lo suelta de pronto y no entiendo nada, mi cabeza comienza a dar vueltas.

—No lo estoy captando.

—¿Y dices ser de Ravenclaw? —Yo lo miro mal y él ríe fuerte. —Vale, déjame ponerlo con otras palabras. Te quiero, y te quiero en mi vida.

—Vaya si que eres directo. —Yo me sorprendo y de mis manos se me cae el cigarro lo piso y Sirius lo desaparece. —¿Por qué me dices esto?

—Casiopea, ¡porque quiero estar contigo!, porque ya me harté de verte caminar por todo el castillo y no poder acercarme a besarte o no poder tomar tu mano todas las veces que hemos estado sentados juntos, odio que digas que no sales con Amos Diggory pero te vea usando su suéter, debería ser mí suéter el que uses. O en todo caso mi chamarra, es más, ten. —Sin dejarme decir nada se quita su chamarra de cuero y la coloca sobre mi hombros, Sirius siempre ha sido impulsivo pero ahorita más de lo normal. —Ame ese día que pasamos juntos, y tu me dibujaste y pude conocerte, desde que hemos terminado es lo único que he tratado de hacer, conocerte, porque tú dijiste que no nos conocíamos lo suficiente, bueno, ahora te conozco.

>>Sé que te gustan las galletas de doble chocolate de Hogsmeade y sé que te escapas a la librería que vende ejemplares muggle en Hogsmeade, sé que estás últimas semanas has sido amable con Rita Sketeer a pesar de las estupideces que escribió sobre nosotros porque la gente es horrible con ella. Sé que el 14 de Febrero estuviste con Amos porque su enamorada lo rechazó y regalaste esas flores porque preferiste que alguien más las tuviera a verlas en la basura y sé que te gusta tomar el té con Pandora en el invernadero abandonado. Muerdes tu mejilla cuando estas nerviosa y te gusta dibujar, odias los deportes porque eres algo torpe, amas a tu media hermana y siempre que puedes le mandas cartas, no tienes la menor idea de lo que harás cuando salgamos de aquí pero quiero que sepas algo, que de mí no te podrás deshacer, porque no pienso alejarme de tí nunca.

No se si mis ojos están llorando por el viento frío o por todo lo que Sirius me ha dicho, pero lo único que huelo es su olor por su chamarra sobre mí y no sé qué decirle.

—Sirius...—Digo con cautela, porque que tal si lo toco y me acerco y todo se va al carajo, tal vez despierte por la voz de Pandora.

—¡No! No digas nada hasta que termine. —Me exige y se acerca a mí. Creo que va a besar y en el fondo, muero por que lo haga pero en lugar de eso, de una de sus bolsas de su chamarra saca un botecito de cristal y dentro se ve un líquido rosa brillante. Es un filtro de amor.

—¿Recuerdas la fiesta de San Valentín de Hufflepuff? Cuando Diggory se comió las galletas que tenían filtro de amor, para que te convencieras que debías de estar conmigo. —Yo asiento. —¿Recuerdas lo que me dijiste cuando preparamos el antídoto? —Esta vez niego. —Me dijiste que sí podría tomarme un filtro de amor que tú me des y no sufrir ningún cambio...

—Porque si es así, significa que en serio me amas. —Termino por él, si alguien toma un filtro de amor y no pasa nada, es porque ya amaba a esa persona verdaderamente.

—Yo jamás te contesté. —Siento como su mano sube por mi mejilla y luego la pasa por mi cabello, no es hasta que siento como arranca uno de mis cabellos que me alejo por instinto. —Bueno, con seguridad puedo decir que no pasará nada. Y más vale, porque esto es amortentia. Se la robamos a Snivellus, así que sabemos qué sirve.

Yo trato de acercarme a detenerlo pero no he sido la única que se ha alejado, sirius abre el frasco y coloca mi cabello, luego, lo agita y se lo toma de un trago.

No dice nada, solo se me queda viendo.

—¿Sirius?

—¿Si, Cas? —Trato de ver si en realidad ha cambiado algo, pero no estoy segura. —Sirius, ¿por qué no entras al lago?, creo que he tirado mi collar.

Es un pedido ridículo, considerando el clima y que yo no traía ningún collar, pero la cosa de crear amor artificial, es que no te cuestionas nada, es completamente ciego.

—Casiopea, con gusto me meteré al lago a recuperar tu collar. —Lo dice y no puedo evitar sentirme triste, se supone que debía de rechazarlo. —Pero no traías nigún collar contigo, y no estoy completamente demente.

Yo sonrío de oreja a oreja y brinco para caer entre sus brazos porque por fin sé que todo lo que ha dicho es verdad.

No puedo evitarlo, yo jamás había dejado de amarlo, y al pasar todo ese tiempo conociéndolo sólo aumentó mi cariño por él.

Sirius se ríe y al abrazarnos, su chamarra se ha caído, pero nadie hace nada por recogerla, Él solo se agacha para besarme y yo siento como si hubiera pasado años en el desierto y este es el primer vaso de agua que tomó. No había considerado cuanta falta me habían hecho sus besos, pero este es diferente, porque por primera vez, estoy completamente segura de que me ama de la misma manera de la que yo lo amo.

Nos separamos cuando la respiración nos traiciona pero él no me suelta.

—Será mejor que regresemos. —Le digo y él toma su chamarra de cuero para volver a colocarla sobre mis hombros.

—Supongo que sí, pero todo el mundo está cenando, podríamos adelantarnos a la torre de Gryffindor y aprovechar el tiempo solos. —Mueve sus cejas de arriba para abajo coqueto y yo me río. Aún así, no digo que no.

Nos regresamos agarrados de las manos al castillo, pero Sirius vuelve a abrir la boca para hablar.

—¿Qué era lo que querías decirme?

—Oh, puede esperar. —Le digo porque quiero disfrutar este momento al 100%. —Por cierto, ¿desde cuándo tienes ese frasco de Amortentia contigo?

—Mmm hace dos semanas, esperando a que fuera el momento correcto. 





--------------

Siento si no había actualizado pero me tomé un descanso para no hacer nada, espero les guste este capítulo y prometo actualizar en cuanto pueda.

Espero hayan tenido felices fiestas y les deseo un excelente inicio de  año y el resto también.

Las quiero

Fernanda.  

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top