Viernes, 19 de Mayo de 1977


—¿No se supone que deberíamos tener clase? —Pandora pregunta llegando 5 minutos tarde a nuestra clase de Defensa Contra Las Artes Oscuras, todavía todos los alumnos están afuera.

—El profesor aún no llega. —James es el primero en responder. —En realidad no creo que llegue.

—En ese caso, vámonos. —Sirius es el primero en comenzar con el desorden pero lo volteo a ver mal y se calma guiñandome un ojo.

—¿Pero por qué no crees que venga? —Pregunto viendo a James con sospecha. —¿Qué fue lo que hicieron?

—¿Nosotros? —El Gryffindor se ve ofendido por suponer que ellos hicieron algo, como si no los conociéramos.

—Ja, obviamente ustedes. —Lily me apoya conociendo a su novio al 100%

—No hicimos nada, pero puede ser que lo hayamos visto salir del castillo temprano y por lo que veo, no ha regresado. —Se encoge de hombros como el hombre inocente que es.

—En ese caso, ¿qué hacemos? ¿Le avisamos a alguien? —Lily pregunta, ahora entiendo el porqué es prefecta.

—Vamos Lils, no seas aguafiestas. —James se acomoda su mochila y se prepara para irse con el resto de los chicos. —Iremos a la cancha aprovechando que está vacía, si llega nos avisas.

Todos se despiden, Sirius me da un beso y antes de que alguna pueda decir algo más, él sale de ahí.

—¿Y ahora qué hacemos? —Pandora pregunta.

—¡No lo sé! Pero no soy una aguafiestas. —Parece ser que el comentario de James ha afectado a Lily.

Marlene ríe y nosotras también.

—Sabes que siempre es así, no deberías dejar que te afecte. —Mary dice entre risas.

—Quisiera vengarme, hacerle saber que no es él el único que puede ser divertido. —Lily comenta algo molesta y yo volteo a ver a Pandora con una casa de cómplice.

—Oh no, ¿qué tienes en mente? —Mi amiga me dice haciendo que el resto de las chicas me vean.

—Tengo un poco de amortentia, y lleva mucho tiempo, si la dejamos reposar más será uno de los hechizos de amor más poderosos. —Parece ser que a Lily le ha dado algo porque su mirada se enciende.

—¡Sí! Podríamos usarla con los chicos, pero la pregunta es ¿de quién se enamoraran?

—¡De McGonagall! —Marlene dice algo alto y la callamos de inmediato.

—Excelente idea. Cas, ve por el amortentia y te vemos en la torre de gryffindor, después de todo, ya sabes la contraseña, nosotras conseguiremos algo de la profesora Mcgonagall para que funcione. —Lily, al igual que su novio, no me deja responder nada cuando se va junto con Mary y Marlene.

—¿En verdad haremos esto? —Pandora pregunta emocionada.

—Creo que merecemos un poco de felicidad después de estos días, además, James se lo merece, puede ser algo engreído, no se lo espera.

Pandora asiente y nos vamos, aún recuerdo cuando ella vertió su veritaserum sobre mí, y como Sirius trato de darme un poco de amortentia que terminó en manos de Diggory, tal vez, después de todo, James no sea el único que se lo merezca.

—Ven, tenemos que ver al profesor Flitwick. —Le digo ya casi llegando a la torre de Ravenclaw.

—¿Disculpa?

—Sirius me debe una y qué mejor opción que ahora. —Sonrío maliciosamente mientras trato de no soltar una carcajada. Pandora rueda los ojos pero sé que me apoyará.

Después de pasar por la botellita mágica, entramos a la oficina del profesor Flitwick, al tocar, nos dimos cuenta que no estaba, y qué mejor momento para entrar y fingir demencia.

—Rápido. —Pandora dice vigilando la puerta.

—Ya voy. —Saco mi varita. —Accio un cabello de Flitwick. —Un pequeño cabello negro, flota hasta mi y como puedo lo guardo en un pañuelo, esperando que no se pierda.

—Cas. —Pandora susurra y guardo la varita de inmediato.

—Señoritas. —Flitwick se ve sorprendido de vernos en su oficina. —¿No deberían de estar en clase?

—El profesor nos dejó salir antes. —Pandora informa para que no investigue más de porqué no estamos en posición de que nos descubran.

—Está bien, pero eso no me dice que hacen dos jovencitas en mi oficina. ¿Todo bien? —Flitwick toma asiento en su escritorio y nos hace tomar asiento enfrente.

—La verdad es que le pedí a Pandora que me acompañara, es que mi madre me dijo que me mandaría... me mandaría dinero, pero ya sabe, me dijo que lo mandaría con usted. —Merlín, este último año me he convertido en una experta en las mentiras.

—No me ha llegado nada. —Se ve confundido, revisando papeles esperando que se haya confundido.

—Ah entonces no se preocupe. Le enviaré otra carta a mi madre, lo veo luego. —Pandora y yo nos paramos y vamos hasta la salida.

—Ok señorita York, nos vemos, y no se metan en problemas. —Es lo último que escuchamos antes de salir de su oficina.

Al cerrar la puerta, Pandora y yo nos reímos como locas y nos vamos corriendo hasta la torre de Gryffindor, al entrar, podemos ver que somos las únicas, además de Lily, Marlene y Mary.

—Que bueno que llegaron, ya tenemos todo. —Mary saca su caldero y lo pone a calentar en la mesa.

—Chicas, quiero una pequeña venganza contra Sirius, así que si podemos dividir la poción en dos, será un placer.

—Claro que sí. —Lily me dice colocando dos botellas de jugo de calabaza a un lado del caldero.

Después de dividir la poción e integrar los respectivos cabellos a cada uno, los colocamos en las botellas y nos preparamos para ir a verlos, yo llevo la de Sirius y Lily la de James, además llevamos dos extras para Peter y Remus, no queremos que piensen que nos hemos olvidado de ellos.

Cruzamos todo el castillo platicando a gusto, pero ansiosas porque ya queremos ver las reacciones que tendrán esos dos pobres diablos. A lo lejos los vemos, Remus parece ser que ha decidido quedarse en las gradas, pero los otros tres están en sus escobas persiguiéndose.

Vamos con Remus y todas lo saludamos, le damos su botella, y nuestra llegada capta la atención de los jugadores.

James va con Lily y Sirius se acerca a mí.

—Muy bien amor, si siguen jugando así, pronto podrán alcanzar a Ravenclaw. —Eso me hace ganar una mala mirada.

—Muy graciosa pero aprecio la bebida. —Casi se la termina de un trago y yo trato de evitar la sonrisa. —Ahora solo falta que haga efecto.

Después de estar un rato ahí, ya casi es hora de comer, así que decidimos ir todos juntos, y parece que la poción está funcionando, porque James y Sirius parecen estar buscando algo.

Casi casi corren hasta la entrada del castillo, y eso hace que las chicas y yo nos veamos cómplices.

—¿Qué fue lo que hicieron? —Remus me dice al oído.

—Nada. —Trato de guardar la sonrisa pero no puedo.

—Ya veo, algo malvado espero. —Yo sólo niego y entramos, pero oh sorpresa. Al entrar al comedor, Sirius y James están frente a la mesa de profesores, ambos se han fajado y peinado.

Nos acercamos hasta ellos logrando que los chicos de primer año se nos queden viendo, no muy seguido un grupo de quinto se acerca hasta el inicio de las mesas.

—¿James? ¿Sirius? ¿A quién esperan? —Peter pregunta y los dos gryffindor hablan al mismo tiempo.

—McGonagall. Flitwick.

—¿Poción de amor? —Remus se da cuenta de inmediato y yo ahora sí sonrío.

—No es una simple poción de amor, es Amortentia. —Remus abre los ojos sorprendido.

—¿De dónde han conseguido eso?

—El Profesor Slughorn no dio un poco, la hicimos al inicio del año, y créeme que esto funciona de maravilla. —Le explico y se ríe.

—¿Y esto por qué?

—Ya estaba harta de que James me dijera aguafiestas, a ver si le gusta una cucharada de su propia medicina. —Lily se mete en la conversación y Remus asiente.

—Vaya, siempre supe que no debería de meterme con ustedes. Merlín, no quiero perderme de esto.

—No creo que dure mucho, era muy poca poción pero, si durara lo que resta de la comida, lo que es perfecto para tener un show.

Después de eso, empujamos a unos niños de primero y desde la mesa de Ravenclaw nos sentamos a observar lo que estos dos van a hacer.

La profesora McGonagall entra platicando con la profesora Sprout y James corre hasta ella desde la mesa de profesores para escoltarla.

—Profesora McGonagall, ¿le han dicho que hoy se ve radiante? Ese verde en su capa hace que sus ojos brillen. —Nunca había visto esa cara en la profesora McGonagall, su cara estaba entre roja de la pena y pálida de la sorpresa, pero la verdadera prueba era la siguiente, El profesor Flitwick iba entrando con dos libros en sus manos.

—¡Profesor Flitwick! ¡Profesor Flitwick! —Sirius corrió hasta el jefe de mi casa y sin pedirle permiso, tomó sus libros y los cargó con él, ambos Gryffindor estaban acompañando a sus respectivas parejas hasta la mesa de profesores. —Profesor Flitwick, usted es uno de los mejores profesores que he tenido, además de muy guapo.

—¿Disculpe Señor Black? —La cara de Flitwick fue algo que ojalá pudiera recordar para siempre, ¿dónde están las cámaras cuando las necesitas?

—Es solo que quería decirlo, no muy a menudo conoces gente como usted, tan atento, tan feliz con su trabajo. Que se dedique tanto a sus alumnos.

Las carcajadas que salían de nuestras bocas podían escucharse por todo el comedor, pero nada se comparó con lo que estaba pasando.

—Señor Potter debe dejarme caminar sola, soy 100% capaz de llegar a mi lugar sin que usted quiera tomar mi brazo.

—Pero, Profesora, por favor, permítame compartir estos alimentos con usted.

—Señor Potter, no se que es lo que está tramando pero no me gusta nada, y por más que me gustaría tenerlo vigilado, quiero que se aleje de mí.

—Profesora McGonagall. —Flitwick interrumpe a los tortolitos porque detrás de él viene Sirius, aún con los libros y tratando de captar la atención del jefe de Ravenclaw. —Me temo que su alumno me está acosando y no sé detiene.

Se notaba que los dos profesores estaban hartos, pero ellos merecían ese castigo.

La profesora McGonagall nos escucha reír después de que Sirius tomara flores de una alumna de primero de Hufflepuff y se colocara una en el cabello y otra en el cabello de Flitwick.

—Las margaritas realzan el color de sus ojos, Flitwick.

—¿Algo que quieran comentar? ¿Señoritas? —Tratamos de aguantarnos la risa mientras la profesora McGonagall nos pregunta y Flitwick se nos queda viendo.

—No fuimos nosotras, los encontramos así. —Digo rápidamente.

—¿Señorita Evans? —La mira esperando encontrar algo en sus ojos.

—Lo que Cas dice, nosotras estabamos en la biblioteca cuando los encontramos corriendo en el corredor, preguntaban por ustedes. Creemos que fue una poción de amor, son muy populares en Zonko. —Remus nos da una mala mirada, está claro que espera que nos descubran.

—Esperábamos ver al profesor Slughorn aquí y ver si nos podía ayudar.

—Por mucho que quiera al profesor Flitwick no me agrada que mi novio le coquetee de esa manera. —Digo esperando que eso termine de poner el último clavo de nuestra excusa.

Parece que esto último convence a la profesora de que nosotras no hemos sido, además, con nuestra reputación ellos podrían acusarnos y aún así no les creerían.

Los dos profesores se van a su mesa con sus porristas a su lado, Sirius tiene tan cerca a Flitwick que pareciera que quiere besarlo y James intenta de darle de comer a McGonagall, haciendo que se gane manotazos por parte de ella.

Después de la comida, los dos jefes de casa se van, todavía seguidos por los dos Gryffindor, nosotras, Remus y Peter decidimos hacer la sobremesa en la sala común de Gryffindor mientras comenzamos con nuestras tareas del día.

Estamos hablando, comiendo grageas y palomitas cuando el retrato de la dama gorda se abre dejando entrar a dos chicos muy molestos.

—¡Lily Evans!
—¡Casiopea York!

Esos gritos solo hacen que todos se rían, Peter y Remus ya están al tanto de todo, así que también lo hacen, saben que sus amigos merecen esa pequeña travesura.

—¿Qué fue lo que nos dieron? Slughorn pasó media hora tratando de evitar que no besaramos a Flitwick y a McGonagall. —James dice tomando asiento a un lado de su novia

—¿Ustedes hicieron que?

—Por suerte no lo hicimos, pero poco faltaba. —Sirius se sienta junto a mí. —Sabes entiendo que Lily quiera vengarse de James pero ¿yo? ¿yo que te hice?

—¡Hey! Creí que eramos amigos.

—¿Recuerdas las galletas que quisiste darme? —Sirius finge demencia. —Las que le dí a Amos, bueno, no creerías que me iba a quedar de brazos cruzados. Oh no me veas así, que tu y Flitwick se veían hermosos con esas margaritas en el cabello.

—¡Basta! Esa persona no era yo.

—¿Sabes? Debería ser yo quien esté molesta, a mi nunca me has dicho que mis ojos se ven radiantes. —Digo y todos ríen, James algo fuerte y eso le da impulso a Lily.

—Oh pero tu no te salvas Potter, ¿cómo pudiste darle de comer a McGonagall en la boca? A mi nisiquiera me has cocinado.  


---------------------

Siento muchísimo haber estado desaparecida, pero ya estoy aquí de nuevo, esperando que me perdonen pero la universidad me comió por completo, 


Pronto estaré actualizando con más regularidad. 


Espero les guste :) 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top