Sábado, 12 de Febrero de 1977

Por fin es fin de semana, esta segunda semana del mes ha sido desastrosa, nos han dejado demasiada tarea, pero por fin hoy podremos descansar.

Me levanto algo temprano porque tengo una misión, hoy me toca conseguir, las hojas de mandrágora para nuestro proyecto, así que iré a buscar a la Profesora Sprout, para que me regale unas cuantas, así podremos tener de repuesto. 

Voy de camino a los invernaderos mientras disfruto de un muffin que pase a recoger al comedor y recibo los rayos del sol en la cara calentándome lo más posible, llego al invernadero y me encuentro con la profesora Sprout hablando cálidamente con estudiantes de su casa, no es hasta que los deja trabajando cada quien en sus cosas que me acerco a ella.

La profesora está llena de tierra de pies a cabeza, y tiene algunas canas en sus cabellos rebeldes que cubre con un sombrero para el sol. Es regordeta y parece como una abuelita adorable, pero que no los deje engañar, ella puede provocar miedo cuando alguien lastima a uno de los suyos, por eso es la jefa de Hufflepuff.

—Buenos días, Profesora Sprout.

—Casiopea, buenos días, ¿qué te trae por estos rumbos? —Me regala una cálida sonrisa mientras se la devuelvo de manera tímida.

—Bueno, me preguntaba si podría regalarme algunas cuantas hojas de mandrágora.

—Oh claro, pero yo no, tengo un encargado de las mandrágoras, él decidirá si puede dártelas. —Asiento.

—¿Dónde está el encargado?

—Al final del invernadero, ten llévate las orejeras, no queremos que te pase algo. —Le acepto las orejeras que me ha dado con sus manos llenas de tierra y las sacudo, me las pongo y me encamino hasta el rincón más alejado de aquel invernadero.

Poco a poco, los llantos de aquellas plantas tan horrorosas se hacen más fuertes y me doy cuenta que he llegado al final, ahí me encuentro a nada más y nada menos que Amos Diggory. 

Amos Diggory es un chico de séptimo año que fue atacado por Rita en el mismo número que yo, de la GACETA DE HOGWARTS, pero creo que para maltratar a alguien como Amos se necesita más que unas cuantas palabras.

No me muevo de mi lugar, desde ahí puedo ver a Amos y todos sus movimientos. Tiene sus orejeras puestas, guantes y tiene una que otra mancha de tierra por su cara. Aún así, se ve completamente impecable, y su cabello rubio está perfectamente peinado, excepto por el mechón salvaje que cae por su frente. Se ve sumamente concentrado en su tarea de trasplantar a las mandrágoras y colocarles más tierra. 

Creo que he visto suficiente cuando decido acercarme.

—¡Hey! —Grito y muevo mis manos para captar su atención.

—¡Hola! —Él me grita mientras mete una a la maceta y comienza a colocar tierra para poder callarla, después de lograrlo se quita las orejeras.

—¿Eres el encargado de las mandrágoras? —Pregunto y él asiente. El sol le da en todo su esplendor y él mismo parece que emana rayos de sol.

—¿En qué puedo ayudarte?

—Me gustaría saber si podrías regalarme algunas hojas de mandrágora, la profesora Sprout dijo que estaba bien siempre y cuando tú accedieras. —Amos se me queda viendo y está pensando.

—¿Para qué las necesitas?

¡Mierda! La profesora Sprout no preguntaría. Piensa Casiopea Piensa.

—Pociones, estamos haciendo cosas nuevas, ya sabes, para los E.X.T.A.S.I.S. —No me cree.

—¿No eres de sexto?

—El profesor Slughorn en verdad quiere que estemos preparados, y bueno, me gusta experimentar, quiero ver para que me pueden servir. —Eso suena más creíble porque asiente.

—Está bien, ¿cuántas necesitas?

—4

—Ok, pero tengo una condición, mi compañero no pudo venir, y me falta regar, ¿crees que puedas ayudarme? La verdad es que quiero terminar rápido porque tenemos entrenamiento de Quidditch.

—Me parece justo. —Yo saco mi varita y comienzo a regarlas.

Al final nos dividimos el trabajo y terminamos más rápido, ahora, él se dirige hacia su sala común a cambiarse de ropa y yo voy a presumirle a Pandora lo que he obtenido.

—¿Me dijiste que te llamas Casiopea? —Yo asiento. —Siento mucho que rompieras con Black.

¿Quééééé? Ese comentario es como si me lanzara agua fría. 

—Ah, eso. Está bien. —Me alzo de hombros indiferente, pero la verdad es que no quiero hablar de Sirius, porque todavía el pensar en él me hace llorar.

—Ahora estás con Remus ¿no?

—Oh no. —Me río incómoda. —Solo somos amigos.

—Ah, es que...

—La Gaceta. —Termino por él. —No me dirás que lo que escriben de ti es real ¿o sí?

—Claro que no, la verdad al chico que expulsé es porque no se presentaba a los entrenamientos, solo que no lo tomó muy bien cuando por fin decidí expulsarlo. —Yo me río porque jamás había visto a Amos Diggory molesto. Claro, esto es lo más cerca que hemos estado uno del otro.

Es solo que él es tan popular, y no sé, un año de diferencia de edad si es bastante cuando lo piensas, o ¿no?

—Bueno, en ese caso, lo que dicen de mí tampoco es real.

—Entiendo. —Ya estamos por llegar al castillo cuando hace otra pregunta. —¿Qué harás hoy por la noche?

—No lo sé.

—Bueno, los de Hufflepuff tendremos una fiesta, ya sabes, por eso de San Valentín, y estaba pensando que podrías venir, puedes traer a quien quieras. —Yo volteo a verlo y asiento, una fiesta no nos vendría mal. —Y si quieren traer algo, o si no, no te preocupes, tenemos de sobra.

Pienso en mis compañeras de cuarto y asiento. —Suena excelente.

—Perfecto, comienza después de la cena. —Él me sonríe y se va en dirección a su sala común, yo, por otro lado, voy directo a mi torre a informar a Pandora los planes de hoy.

Al menos así, no tendré que estarme preocupando por lo que Sirius haga en su estúpida fiesta de San Valentín. 

—¡Pandora! ¡Pandora! —La encuentro con Delfos, en mi cama. —Oh, Delfos, ¿qué hay?

—Hola Cas. —Me responde la rubia y estira la mano para que le de las hojas de mandrágora que ella guardará bajo llave. —Delfos acaba de llegar y trató de jugar con Pimienta, ahora no lo encuentro.

—Ya encontrarás a ese sapo. —Me acerco a mi lechuza y la acaricio, ella me señala con su mirada un pequeño paquete que ha dejado en mi cama. Lo tomo rápido y le entrego premios a Delfos.

—Me alegro mucho que pudieras conseguirlas, cuanto te tardaste, creí que recurrirías a robarlas o algo.

Yo solo me río mientras sigo tratando de averiguar de quién es el paquete que he recibido, es una cajita pequeña llena de galletas de doble chocolate, parece ser que no trae nada más, solo son tres galletas decoradas en una caja rosa.

—¿Qué crees? —Le digo a Pandora y ella se levanta del suelo, ya que sigue buscando a Pimienta debajo de las camas. —Nos invitaron a una fiesta hoy, en la sala común de Hufflepuff.

—¡Oh que bien! Nos vendría bien una fiesta. —Ella se alegra.

Yo dejo aquella cajita en el cajón de mi buró y me siento a contarle lo sucedido en el invernadero, Delfos se queda un rato con nosotras hasta que se aburre y sale por la ventana, y parece ser que Pimienta la había estado observando, porque sale casi después que mi lechuza se va.

Después de eso, seguimos platicando hasta que es hora de ir al comedor a cenar, y regresar a arreglarnos y tomar el alcohol que Pandora ha traído estás vacaciones.

En el comedor, me encuentro con Remus y Lily sentados solos en la mesa de Gryffindor y con la mano los invito a la de Ravenclaw, claro, asegurándome de que Sirius no esté cerca.

—Oh muchas gracias, justo estábamos hablando sobre está noche. —Lily se sienta a mi lado y Remus se sienta frente a nosotras y a un lado de Pandora.

—Bueno, nosotras tenemos planes, deberían venir. —Pandora comienza a hablar.

—¿De qué hablan? —Remus pregunta intrigado.

—Bueno, a Casiopea la invitaron a una fiesta, los de Hufflepuff, ya saben, por todo esto de San Valentín y vamos a ir. —Pandora toma un pan sin darse cuenta la mirada que Remus me lanza, él sabe que los de Gryffindor tendrán su fiesta.

—Oh, nosotros también haremos una fiesta, en realidad por eso James, Sirius y Peter no han venido a cenar, están asegurándose de que esté todo listo. —Lily menciona.

—Lo siento Lily, pero entenderás que no podemos ir a la de Gryffindor, pero espero sea buena, amé la de Halloween. —Pandora le sonríe y luego deja de sonreír al ver que la estoy mirando.

—Oh claro, entiendo. —Ella dice y el tema cambia.

La cena es completamente tranquila, al final, la mayoría de los de séptimo de Hufflepuff se van antes que todos al igual que la mayoría de los de Gryffindor, Remus y Lily se van con ellos, no sin antes desearnos suerte y prometer que contaremos lo que pase en cada fiesta.

—Pan, creo que será mejor ir a la torre, para arreglarnos un poco y tomar el alcohol.

—Excelente idea, además no creo poder comer más.

Las dos nos vamos y les decimos a las chicas que las veremos en la fiesta, ellas al parecer piensan pasearse por la torre de Gryffindor un rato, y entonces la incertidumbre comienza a hacerse presente, ¿Y si Sirius regresa con April? ¿Debería besar a alguien para no sentirme mal? No, eso solo me hará sentir peor. Trato de dejar de pensar en todo eso y decido pasar un buen rato, sin imaginarme a Sirius besando a otras chicas.

Al final, ni Pandora ni yo tenemos ganas de arreglarnos, nos vamos como estamos, tomamos el alcohol y yo meto las galletas que me regalaron en mi bolsa, la cual tiene una botella de firewhiskey.

Al bajar a la sala común de Hufflepuff me impresiona lo grande que es, es muy amplia pero está completamente llena, desde Ravenclaw, Slytherins, hasta Gryffindors (que se supone tienen su propia fiesta). Al llegar nos reciben y nos dan tragos de bienvenida, ¡Es putas madres vodka! Jamás lo había probado pero en verdad es fuerte. Pandora y yo comenzamos a platicar con unas chicas de Slytherin con las que compartimos mesa en clase de pociones.

Ya ha pasado una hora desde que llegamos a la fiesta y puedo sentir los efectos del firewhiskey y del vodka en mi cuerpo, debería de comer algo pero he perdido mi bolsa con las galletas dentro. Así que me acerco a la mesa de aperitivos que los anfitriones han tomado de la cocina y veo a una rata más grande de lo normal mordiendo una galleta, debe de ser una mascota de alguien.

—Rata, buenas noches, vengo por un sandwich, así que hazte a un lado. —Le digo en mi estado de ebriedad y no se si soy yo, o el vodka pero lo hace, se mueve y me deja tomar lo que quiero.

Agarro unos cuantos más para alejarme de ahí cuando choco con Lily Evans.

—¡Evans! ¿Qué haces aquí? Creí que estarías en la fiesta de Gryffindor.

—Es un desastre, al parecer todo mundo prefirió venir a la de Hufflepuff, así que aquí me tienes.

—¿Y James?

—Se enojó, está con Sirius lamentándose de que su fiesta fue un fracaso, Remus está con ellos, y Peter no lo sé, no lo vi. Pero yo vine con Marlene y Mary. —La pelirroja me señala a sus amigas que platican muy animadamente con Dorcas Meadowes.

—Entonces bien, será una noche de chicas. —De una bandeja flotante tomo dos vasitos de vodka y le entrego uno a Lily. —Por la noche de chicas.

—¡Por la noche de chicas! —Ella y yo chocamos bebidas y nos lo tomamos de un trago.

—¡Una rata! —Alguien a lo lejos grita y hay algunas chicas volviéndose locas.

Lily y yo volteamos y ella abre los ojos muy asustada: —¡Es mía! —Ella grita y se apresura a tomarla entre sus manos mientras recibe varias miradas de odio. —Lo siento, se me escapó.

—¿Es tu rata? —Ella asiente y me la enseña de frente. —Hace rato estaba en la mesa de aperitivos, creo que me entiende.

Claramente el alcohol me está afectando.

—Oh, es muy inteligente, solo algo torpe. —Lily sonríe y mete a la rata en una bolsa de su chamarra. —Será mejor que deje a esta pequeña en la torre de Gryffindor, o estará molestándonos toda la noche.

Después de eso, ella se va y yo me pongo a bailar con mis amigas, hasta que llega Amos y se une.

—¡Que bien que pudiste venir, Cas! —Me grita porque la música es muy fuerte. —Me dijeron que perdiste esto. —Él alza su mano y me enseña mi bolsa.

—¡Sí, es mía! —La tomo y me aseguro que todo esté, efectivamente todo se encuentra ahí. 

Seguimos bailando un poco y me estoy divirtiendo demasiado, está vez nada de veritaserum y nada dentro de mí además de alcohol y tabaco.

Está por comenzar una canción cuando Amos se agacha hasta mí y me dice: —¿Quieres ir a tomar aire?

Mi corazón se detiene. ¿Acaso soy así? ¿Voy a salir a "tomar aire" con el chico más atractivo de séptimo año? ¿Soy la persona que supera a su ex con otra? Parece ser que el sentido común se ha ido por la ventana porque asiento y comenzamos a salir de ahí.

Queremos escabullirnos sin que nadie se de cuenta cuando chocamos con Remus.

—¡Remus! —Me espanto de inmediato. —¿Qué haces aquí?

Amos Diggory se aleja de mí y se va, pero a lo lejos me señala a donde se ha ido, esperando a que lo siga.

—La fiesta de James y Sirius ha sido un asco, así que decidimos venir a embriagarnos, aunque James y Sirius han venido a criticar. Mira. —Me señala un rincón donde se encuentran los dos leones viendo a todos con disgusto y coraje mientras beben y charlan.  —¿Tú? ¿Te diviertes? ¿Te vi bailar con un chico mayor? Se llama Diggory, ¿no?

Yo me sonrojo de inmediato.

—Algo así, la verdad este vodka es buenísimo. —De una de las charolas voladoras tomo otro trago y me lo tomo, no quiero tener que dar explicaciones, además, Amos está esperándome y estoy lo suficientemente interesada en lo que me puede ofrecer aquel Hufflepuff.

—Vale, diviértete. Vi a tu chico salir hace unos minutos. —Él me mira con una mirada que no quiero volver a ver en su cara y yo comienzo a alejarme. —¡Cas! —Él me detiene y lo veo de nuevo. —Usa uno de estos. —De su bolsillo me lanza algo y lo cacho de inmediato, como la vez que me lanzó los cigarros

¡Es un condón! Lo guardo de inmediato en mi bolsillo.

—Remus Lupin. —Digo molesta, porque sigo siendo virgen y bueno, no quiero perder mi virginidad aún, ¿o sí?

No, es el alcohol hablando.

Al final salgo y no encuentro a nadie afuera, además de una puerta semi abierta de uno de los salones abandonados, así que voy para allá.

Antes estos salones estaban ocupados, pero con eso de que los padres no quieren enviar a sus hijos a la escuela, por lo que está pasando, hay salones que simplemente dejan de usarse.

Al llegar me encuentro con Amos que sonríe al verme y entonces unos nervios se apoderan de mí. No esperará que yo haga eso, ¿o sí? No, no. Tranquila Casiopea, nada malo pasará.

Después de eso, cierro la puerta y cuando menos me lo espero ya nos estamos besando, mi cabeza da vueltas y aunque en verdad lo estoy disfrutando mi mente juega conmigo, porque mientras pasó mis manos por su cabello puedo ver que el rubio se torna en color negro y cuando me separo para ver su cara, solo puedo ver unos ojos negros que he tenido frente a mi en miles de ocasiones.

Hoy en la mañana, cuando vi a Amos pensé que de él salían rayos de sol, dorados como su cabello, pero hay que ser sinceros, siempre he sido más de admirar la noche y sus estrellas y ahorita estoy pensando justamente en eso.

Aun así, Amos está causando cosas en mi cuerpo que jamás había sentido, ¿Será porque es un chico mayor y tiene más experiencia? Con Sirius jamás llegamos a nada como esto, él jamás hizo nada por el estilo.

¡Ah claro! Porque tú no le gustabas, tonta.

Una voz me grita en la cabeza y yo solo la trato de callar, seguimos besándonos de una forma que no es nada delicada ni romántica, pero por Merlín, en verdad estoy disfrutándolo.

Después de un rato nos detenemos, y cada quien se arregla el cabello y se acomoda la ropa, que nada parezca fuera de lugar.

—¿Quieres una galleta? —Pregunto incómoda porque no se de que hablarle ahora que no me siento como un estúpido animal en celo.

—Sí claro. —Él me acepta una galleta y yo estoy por comer la mía, pero la verdad es que creo que necesito más alcohol para afrontar lo que sigue, así que abro la botella de firewhiskey y le doy un trago grande.

—¿Puedo tomar otra? —Me pregunta y como son tres, le digo que sí, la verdad es que ya no pienso comer nada que no sepa quien me las ha dado, así que no tengo nada en contra de darle otra. —Cas, estas galletas están deliciosas.

—Será mejor que volvamos a la fiesta. —Digo y él asiente. Aún tengo la última galleta en la mano.

Salimos del salón sin que nadie nos vea y nos quedamos un rato afuera y luego entramos, Pandora me ve de inmediato y sonríe, pero puedo notar que ella ya también está ebria.

—¿Sirius? —Pregunta Amos cuando ve a mi ex acercarse.

—¡Sirius! —Me espanto de inmediato, ¿nos habrá visto salir juntos? ¿Podrá distinguir el sonrojo de mis mejillas? ¿Tengo el cabello despeinado? ¿Mi ropa está bien?

—Hola Cas. Bella noche, ¿no crees? —Está feliz por alguna razón. ¿Se estará burlando de mí?

—Así es Sirius. ¿Qué tal? ¿Te diviertes?

—No lo seee. ¿Tú te diviertes?

—Yo me estoy divirtiendo mucho, Sirius. —Amos se mete en la conversación y los dos lo vemos extrañado. ¿Por qué se ve diferente? Se ve ido y sus ojos brillan de una forma que jamás había visto. 

—Que bueno. —Sirius le responde al rubio completamente desinteresado. —¿Tu nuevo novio?

Yo niego.

—¿Es porque te gusta alguien más? —Me pregunta y yo lo veo extrañado, es como si estuviera esperando a que yo responda algo.

—Sirius no me gusta nadie. —Respondo y Sirius me ve como si no entendiera lo que sale de mi boca. El pelinegro no responde nada y ve a James y niega. Su amigo se alza de hombros sin entender lo que está pasando.

—¿Te gustaron las galletas? Sé que tus favoritas son de doble chocolate. —Eso lo pregunta porque sigo teniendo media galleta en mis manos, volteo a ver a Amos y sé que me ha robado la otra mitad.

—Así que tú las enviaste. ¿Sabes? Hubieras puesto remitente.

—Lo haré la próxima vez.

No se que hace Amos pero no deja de ver a Sirius sin apartar la vista y hasta se acerca a él. Entrelaza sus brazos y puedo ver cómo el mayor de los Black se ve confundido.

—Sirius, ¿te han dicho que tienes una piel muy bonita? —Amos lo dice mientras recarga su cabeza sobre el hombro de él y Sirius se aleja lo más que puede, pero sigue con su brazo enredado.

—¡¿Qué mierda?! —Sirius grita y no lo puedo expresar mejor. Pienso exactamente lo mismo.

Más porque hace unos minutos estaba muy segura de que le gustaban las mujeres, digo, él me lo demostró, y ahora... un momento.

—Amos. —Capto su atención por un segundo pero se ve que quiere seguir con Sirius. —¿Qué opinas de Sirius black?

—¡Oh Merlín! Es guapísimo y es el mejor jugador de quidditch en el mundo y Wowowow sus labios son tan carnosos. —Yo ignoro todo lo que sigue diciendo Amos y volteo a ver a Sirius furiosa que tiene una cara de sufrimiento.

—Pusiste un filtro de amor en las galletas.

—No

—No era pregunta. —Aseguro y Sirius abre la boca para decirme algo pero no lo hace.

—¡Casiopea! No le grites a Sirius. —Amos me ve mal. —Él no lo merece, él es el mejor y es tan guapo.

—¡Sirius!

—Bueno tal vez sí pero era para ti, no para que las repartieras las galletas por toda la puta escuela.

—¡Sirius Black! ¿Cómo te atreves?

—Solo dura 24 hrs. Se supone que regresaríamos y tú estarías bien con eso.

—No puedo creer que hicieras eso. Eso es bajo hasta para ti. —Me siento furiosa, porque, podría ser yo quien se esté comportando como Amos y completamente vergonzoso.

—¡Hey! Averigüe tus galletas favoritas, eso es tratar de conocerte, ¿por eso me terminaste no? —Su respuesta no ayuda en nada a que deje de estar furiosa con él.

—No quiero que averigües mis gustos y me envenenes. Quiero que me preguntes mis gustos y te intereses en mí. Por eso te termine, grandísimo tonto.

—Además,  ¿por qué Amos se comió esas galletas? —Me pregunta cambiando el tema.

—Yo sé las di.

—¿Y por qué se las diste? —Está viéndome fijamente.

—Eso no te importa. —Respondo pero Amos se me adelanta.

—Oh Sirius, es que ella y yo estábamos en el salón de al lado besándonos pero no creas que la quiero. Yo solo te quiero a ti. —Sirius y yo lo miramos mal. 

—¡Amos! —Yo me quiero esconder porque Amos está actuando como un idiota por culpa de Sirius.

—¿Te besaste con Amos Diggory? —Sirius se ve molesto.

—Tú trataste de darme un filtro de amor. —Estamos gritando pero nadie nos presta atención. Cada quien está en sus cosas.

—Oh Sirius no te enojes conmigo. —Amos comienza a llorar. —Yo la bese y bueno pasaron más cosas pero jamás volveré a serte infiel. En verdad. Solo me gustas tú y solo tengo ojos para ti.

—Diggory, deja de llorar. —Sirius le dice y lo obedece de inmediato. —Será mejor que lo saquemos de aquí. Antes de que alguien lo escuche. —Sirius me dice y tengo que aceptar que tiene razón.

Cómo podemos lo hacemos seguir a Sirius y regresamos al salón, ahora ocupado,  donde Amos y yo salimos hace unos minutos.

—¡Fuera! —Le grito a la pareja que está ahí ya casi con la ropa de fuera, rápidamente toman sus cosas y se van, no sin antes soltarnos algunos insultos. —Bien, Amos, necesito que te sientes.

Él me obedece, pero no deja de apartar la vista de Sirius.

—¿Estás enojado conmigo? —el Hufflepuff le pregunta a Sirius y él niega. —Es que aquí fue el lugar donde nos besamos Casiopea y yo, y mira Sirius, yo jamás dejaré que eso pase de nuevo.

Sirius me voltea a ver y está completamente furioso, yo lo ignoro y pongo un hechizo para hacer dormir a Diggory, porque si comienza a describir lo que hicimos no podré soportarlo.

—¡Vaya! Ya querías dormir a tu novio ¿no? —Me dice en un tono que no me gusta.

—Sirius, cállate, no es mi novio. Y no necesito tu mal humor ahora, debemos quitarle los efectos de la poción. —Dijo de mala gana.

—No tengo antídoto.

—¡¿Qué?! —En verdad, ¿por qué las fiestas a las que voy siempre terminan mal?

—Mi plan era que tú las comieras, vieras lo enamorada que estás de mí y cuando pasara el efecto regresaras conmigo.

—¡Ibas a drogarme!

—Ahora que lo dices de esa manera, bueno, pues si suena mal. —Él agacha su cabeza y yo ruedo los ojos.

—¿James trajo la capa de invisibilidad? —Sirius me dice que sí. —Vamos a necesitarla para hacer el antídoto.

—¿Qué planeas?

—Ir a la clase de pociones y hacerlo, es fácil, y regresamos a dárselo.

—¿Mueres por qué regrese a tí? —Siento que el coraje regresa a su cuerpo.

—Sirius, es de séptimo, y no olvides que es prefecto, no podemos dejarlo así. —Él sabe que tengo razón porque no dice nada. —Además, se acordará de todo.

—Vale, ve sellando todas las puertas y quítale su varita, no podemos dejar que salga de aquí. —Yo asiento y él sale para ir a pedirle a James su capa. No se tarda nada en regresar, he revisado que el hechizo de sueño siga siendo efectivo, he tomado su varita y he cerrado las dos puertas del salón, solo podremos abrirla, Sirius o yo.

Después de eso salimos de ahí, la capa de James va en el brazo de Sirius, vamos en silencio y mientras más nos alejamos de la fiesta el silencio se hace más devastador.

No es hasta que llegamos al primer piso que nos colocamos la capa y ahora no solo el silencio me aturde, sino también la cercanía que tengo con el cuerpo de Sirius. Puedo oler su colonia y su shampoo.

—¿Crees que esté ahí? —Sirius me pregunta.

—No, es sábado, normalmente los sábados le gusta tomarse un trago e irse a dormir temprano. —Él me mira esperando una respuesta de porque sé eso. —Antes venía a hacerle preguntas hasta que me corrió un sábado, supongo que se hartó de mí.

Sirius se ríe.

—No es gracioso. —Llegamos a la puerta y está cerrada, así que susurro. —Alohomora. —Y listo, el salón de pociones queda abierto para nosotros.

De inmediato entramos y comenzamos a sacar nuestras varitas, no encendemos ninguna luz. Sirius cierra la puerta mientras yo me dirijo hasta el closet de materiales y saco un caldero y todo lo que necesito.

—Chica lista. —Me dice Sirius al ver que ya tengo todo listo y sobre la mesa más alejada de la puerta, en caso de que Filch entre.

—A ver, ¿qué clase de poción era? —Pregunto para saber qué hacer.

—Era una de amor, clásica, nada muy fuerte. —Yo lo juzgo con la mirada.

—Vale, entonces podremos hacer una poción de odio y ambas se cancelan. —la verdad, estoy hablando más conmigo, que con Sirius. Prendo el caldero y Sirius me alumbra.

—¿Y te divertiste? Al menos antes de que yo llegara. —Me pregunta y me sorprendo, claramente se acaba de enterar que me besuquee en un salón con Amos Diggory.

—Sí, la verdad la fiesta estuvo bien.

—Remus me dijo que te había invitado. —Maldita sea Remus.

—Lo hizo, pero entenderás porque no quise ir. 

—No te preocupes, de todos modos nadie fue, todos prefirieron la estúpida fiesta de tu noviecito. —Ahí está el coraje contra Amos.

—No es mi novio. —No volteó a ver al pelinegro porque estoy ocupada midiendo los materiales.

—¿Entonces por qué lo besaste? —Es un buen punto.

—Por qué quise, porque tenía ganas, porque es el chico más apuesto de séptimo año y él más popular. —Y porque no eres tú, me digo en silencio. Sigo sin voltearlo a ver, pero ahora porque me da pena hacerlo. —Pero eso no significa que somos novios.

—¿Entonces podría besarte y no pasaría nada? —Me pregunta y ahora si lo volteo a ver. Su mirada me dice que espera una reacción mía, pero no sé qué decir.

—Pásame el escarabajo. —Él obedece y no sigue preguntando si puede besarme.

—¿Me odias? —Sirius pregunta después de un rato.

Excelente pregunta, ¿Lo odio? No, jamás podría hacerlo, es solo que no sé, tal vez no seamos la mejor elección para el otro. Sigo haciendo la poción y no le respondo, no es hasta que pasa un rato.

—No te odio. —Su cara apenas es visible bajo la luz que emite su varita.

—Solo no soy tu persona favorita en este momento. —Yo asiento.

—¿Cuál era tu plan con este filtro de amor? ¿Esperabas que regresara a tus brazos? Sirius, el amor no se fuerza. —Claro que lo sé, porque a mi me pasa eso con él.

—No lo sé, supongo que sí, esperaba que regresáramos. Esperaba que este filtro de amor no te hiciera ningún efecto. ¿Lo sabes? ¿Sabes que cuando le das un filtro de amor a alguien que está enamorado de ti no pasa nada? —Yo asiento. —¡Claro que lo sabes! Porque eres brillante.

Yo lo dejo de ver y comienzo a mover la poción, está tomando un color rojo, lo significa que ya casi está, solo necesita hervir por 15 minutos más.

—Y ahora, solo agregue otra cosa a la lista del porqué no estamos juntos.

—¿Has pensado qué quieres que regresemos solo porque no puedes tenerme? Tal vez solo te gusta la idea de mí. —Yo digo lo mismo que april me dijo alguna vez. Él me mira sin decir nada. —Te pregunto, podría darte una poción de amor, ¿crees que sufrirías un cambio?

—No lo sé. —Me responde y agacha su cabeza avergonzado.

Yo lo miro con tristeza pero por primera vez no es tristeza hacia mí, es tristeza por él, trata tanto de querer amarme, pero no puede, él no me ama y aún así se está obligando a hacerlo.

Yo estiro mi mano y paso mi mano por su mentón alzando su mirada para depositarla en su mejilla, él no se mueve y solo lo acepta, es una caricia tierna.

—¿Recuerdas nuestra primera salida a Hogsmeade? —Yo asiento. —Supiste que no me gustabas desde ese día ¿no es así?

—Sí, quería pasar un tiempo a solas contigo y tú solo querías estar con tus amigos.

—Te fuiste y no me di cuenta hasta que Remus me dijo. —No entiendo porque se está sincerando tanto. —Y en verdad lo siento, me hubiera gustado ser la persona que querías que fuera.

—No fue tu culpa, en parte fue mía, yo me hice ilusiones.

—Pero yo no debí haberte ilusionado.

—Mira, dejemos en que fuimos ambos, ahora hay que irnos, esto ya está. —El tema cambia, en un pequeño frasco color ámbar, coloco la poción y nos vamos.

Regresamos tratando de evitar que alguien nos descubra y ambos entramos al salón donde Amos Diggory sigue dormido, de inmediato lo despierto y ve a Sirius, sus ojos se iluminan.

—¡Sirius!

—Hola Amos. —Él sonríe y yo le entrego el frasco a él, será mejor si Sirius le dice que se lo tome, lo hará sin problema. —Toma esto.

—Bueno. —No lo piensa y se toma la poción de odio de inmediato.

No pasa mucho tiempo cuando Amos Diggory se pone de pie. —¿Sirius? ¿Casiopea? ¿Qué mierda me dieron?

Ambos nos volteamos a ver y yo no sé qué decir, abro la boca para hablar pero Sirius se me adelanta: —Fue mi culpa, Diggory. Una estúpida broma. Será mejor que me vaya de aquí.

Yo trato de detenerlo, pero él me voltea a ver y me sonríe. —Corre, supongo que Diggory quiere una explicación, solo no hagas que me odie demasiado, dentro de poco jugaremos contra ellos.

Él se va con una sonrisa y un guiño. Yo asiento y luego me doy vuelta para verlo.

—¿Quieres salir a tomar un poco de aire? —Él me voltea a ver sorprendido. —Hablo en serio.

—Eso me gustaría y una explicación, estoy casi seguro de que casi beso a Black. —Eso me hace reír.

—Vámonos de aquí, socio.

Ambos salimos del salón y le entrego su varita, la fiesta continua y nadie ha visto nada, después de encontrar un lugar para sentarnos, comienzo a explicar todo.





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Nota: normalmente el cast de merodeadores que usó es el más popular. Ya saben Andrew como Remus. Ben Barnes como Sirius. Aaron como James
Pero no se que fancast se usa para Amos Diggory. Es por eso que les dejo la foto el inicio y aquí. Para que tengan en mente a quien imagino como Amos


4/5

La verdad está era la razón por la cual quise subir estos capítulos, me divertí mucho escribiendo este capítulo y merecía ser leído.

Espero les guste

Fernanda

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