Miércoles, 4 de Mayo de 1977
Al día siguiente despierto en la cama de alguien, en el dormitorio de alguien y no recuerdo nada.
Las cortinas que rodean la cama, son ¿rojas? Debo de estar en Gryffindor. No sé en qué momento me convertí en humano de nuevo pero todo regresa a mi mente como un rayo.
Pandora llorando pero colocando parches sobre mi cuerpo, Peter pasándole las cosas completamente asustado, yo muriendo de dolor y de nuevo, oscuridad.
Mis tenis están en el suelo, mi ropa también, salvo que está manchada de sangre, mi playera está completamente arruinada. Mi suéter se salvó.
No hay nadie en el dormitorio, veo un reloj de mesa y son apenas las 12, medio día, todo el mundo debe de seguir en clase. Como puedo me siento en la cama pero muerdo mis labios para no gritar de dolor.
Volteo hacia mi abdomen y está completamente vendado, traigo una playera que reconozco como parte del guardarropa de Sirius, los pantalones son de una pijama.
Si alguien me ve aquí habrá preguntas, lo sé.
Como puedo me pongo los jeans y mis tenis, agarro una sudadera amplía y salgo del dormitorio.
Afirmativamente, estaba en la torre de Gryffindor, bajo las escaleras como puedo y salgo del retrato de la dama gorda. No hay nadie en los pasillos, así llegaré sin problemas a mi torre.
Apenas y puedo caminar, cada paso que doy es un martirio, es como si mi costilla se me enterrara. ¿Lo peor de todo esto? No puedo ir a la enfermería.
Ya puedo ver la entrada de la torre de Ravenclaw cuando escucho a alguien llamar mi nombre.
—Señorita York, justo la persona que estaba buscando. —Es el profesor Flitwick. —Me han informado que no ha ido a clases el día de hoy, no debo de recordarle que es una falta grave. Es por eso que justamente he venido a buscarla.
—Una disculpa, profesor.
—¿Y cuál es la razón por la cuál no ha asistido? —Me pregunta y no sé qué responder.
—Tuve un accidente.
—Eso veo. —Señala mi cuello y al tocarlo recuerdo el rasguño.
—¿Sabe que soy sonámbula? —Le pregunto y él profesor me ve completamente extrañado.
—No, no me lo habían informado. —Veo que trata de recordar si mi madre lo ha dicho durante el primer año, donde hacen a los padres escribir si sus hijos tienen alguna enfermedad, alergia o condición.
—Bueno, comenzó hace unos años, nada grave, pero creo que ayer pasó, Pandora fue la que me lo informó, dice que hablaba y que caminaba por todos lados. Creo que me caí de las escaleras. —Merlín, más vale que me crea porque yo no me creo ni una palabra.
—En ese caso, debe ir con Madame Pomfrey a que la revise. —El profesor me dice y toma mi brazo para escoltarme con ella.
—¡No! De verdad estoy bien, solo necesito descansar. —Digo tratando de sonreír sin que se me noten los nervios.
—Insisto, además de que ella deberá entregarle un justificante que después me lo dará a mí para firmarlo y yo informaré a sus profesores, así la dejaran entregar sus trabajos.
El profesor sigue haciéndome caminar hasta la enfermería. Parece ser que no quiere que me vaya a otro lado, pero con sus pasos cortos y mi cojeo nos tardamos más de lo necesario.
Me pregunta si ya he escogido lo que quiero estudiar, o cómo están mis padres. Yo trato de parecer lo más normal posible.
Después de una eternidad llegamos, no hay nadie en la enfermería, salvo una persona, está rodeado por las típicas cortinas blancas pero sé quién es.
—Madame Pomfrey, le dejó a una de mis mejores alumnas de duelo, por favor, no la deje ir a menos que esté completamente bien y que desayune algo. —El profesor Flitwick le comunica a Madame Pomfrey, se despide de mí desde lejos y se va.
—Señorita York, ¿qué es lo que le ha pasado? —Se escucha espantada, así que debo de verme horrible, tal vez por eso Flitwick no me contradijo en nada.
—Me caí.
—¿De la torre de astronomía? —Sé que es sarcasmo pero así se siente.
—Soy sonámbula, y al parecer molesté algunas lechuzas en el cuarto de mis compañeras y me enterré algunos lápices. —Es lo único que puedo pensar que podrían haberme causado las heridas que tengo y no las garras y dientes de un hombre lobo.
—Venga, la voy a revisar. —Me empuja hasta una cama y cierra las cortinas con su varita.
Retira el parche del cuello y pregunta: —¿Cómo me dices que pasó esto?
—No lo sé.
—¿Y no lo sentiste? —No me cree y con justa razón.
—Me temo que no siento nada cuando soy sonámbula. —Menuda mentira que me estoy aventando, no tengo la menor idea de lo que pasa cuando alguien se encuentra en esta situación. —Le digo que Pandora me dijo que había molestado a algunas lechuzas, ¿ha visto las garras de esas cosas?
Parece que eso es suficiente para que se quede callada, pero puedo ver en su mirada que aún duda de mí.
Luego, otro problema, me quita las vendas del abdomen y se ven 4 puntos, o mejor dicho, cuatro colmillos. La cosa es que Peter y Pandora lo único que hicieron fue evitar que dejara de sangrar.
—¿Y eso fue con los lápices? —Parece ser que Madame Pomfrey ha aceptado mi mentira, no significa que me crea, pero al menos sé que no quiere escucharme mentir más y lo agradezco porque tampoco quiero seguir mintiendo. Yo asiento.
—Siéntese, iré por algo.
Madame Pomfrey no se tarda nada en volver, trae una pomada, vendas limpias y medicina. Me da eso en ese orden, coloca la pomada, las vendas y puedo ver como disfruta ver mi cara al tomarme la medicina, supongo que es por mentirle.
—Pasarás el resto del día aquí en observación. En un rato te traen de comer.
—Gracias, Madame Pomfrey. —Sonrió porque me comienzo a sentir mejor de inmediato y sin nada más que hacer me quedo dormida.
No pasa más de una hora cuando despierto, ya son las dos, todavía falta una hora para que las clases terminen.
Al despertar puedo ver que hay alguien sentado en la silla a lado de mi cama, al abrir bien los ojos me doy cuenta quien es.
—¡Remus! —Me espanta verlo, él brinca al escuchar mi voz y hace que su libro se caiga.
—No quería espantarte, es solo que me desperté y te ví, pensé en hacerte compañía. —Al escucharlo decir todo esto quiero llorar, ¿Cómo es posible que un niño tan lindo tenga que vivir así? —¿Estás bien?¿Qué te pasó?
—Sí, un accidente. ¿Tú estás bien?
—Sí, algo me cayó mal, ya sabes. —Yo asiento. —¿Pero accidente de qué? ¿Qué pasó?
—Nada grave, ya estoy bien. —Le dijo y sonrió.
Hablamos un poco, compartimos la comida sentados frente a frente en la misma cama. Madame Pomfrey nos regaña por hacer eso pero después se rinde y nos deja mientras se va refunfuñando.
—¡Cas! —Pandora llega a la enfermería corriendo, con su cabello alborotado y su respiración entrecortada. —No encontraba, hasta que Flitwick me dijo que él mismo te había traído aquí. ¿Dónde te encontró?
—Estoy bien, Pandora. —Mi amiga me ve pero su semblante cambia cuando ve a Remus, sé que está recordando todo, como gritaba y como el lobo la acorralaba. He elegido creer que el Lobo y Remus no son la misma persona, eso me tranquiliza, pero Pandora no parece tener el mismo pensamiento. —Me encontró entrando a la torre de Ravenclaw. Al parecer fue a buscarme.
—¿Encontrarte? ¿Dónde estabas?
—Oh, vagando por ahí. —Me río nerviosa.
—¿Remus? ¿Te molesta que hable a solas con ella? Es importante. —Ella no puede verlo a la cara pero parece que Remus lo ignora o no le importa.
—Claro, lo siento. —Él deja su bandeja y se regresa a su cama asignada. —Con permiso.
Una vez que está lejos ella habla: —Cas, en verdad discúlpame, jamás debimos de haber salido, debí de hacerte caso. ¡Merlín! Creí que moríamos y luego tú, tú te convertiste en humana y yo no sabía qué hacer. —Todo eso era dicho en susurros, susurros desesperados y rápidos. —Y luego Sirius te trajo y estabas llena de sangre, tu pelaje naranja se veía negro y Peter y yo no sabíamos que hacer, de verdad, estabas pálida y no dejabas de sangrar. ¡Disculpame por haberte dejado! Pero James dijo que sería lo mejor, Sirius también quería quedarse pero nadie quería que te descubrieran y todas las clases me la pasé pensando en ti.
—Pandora, cálmate, estoy bien. Madame Pomfrey ya me dio algo.
—¿Qué le dijiste? Tienes uno de los peores rasguños que he visto en el cuello.
—Si te digo te vas a reir. —Le digo y comienzo a contarle mi mentira, le cuento todo en caso de que Flitwick le pregunte o Madame Pomfrey que no la veo cerca.
—Vale, es la historia más estúpida que he escuchado. —Me dice una vez que termino.
—Lo sé, y la verdad siento que tanto Pomfrey y Flitwick lo saben, pero no me contradijeron.
—Mientras sigas con vida. —Pandora se queda en silencio y voltea a ver a Remus discretamente.
—¿Sabes que no recuerda nada? —Le digo al ver como sus engranajes comienzan a trabajar detrás de su cabecita.
—¿En serio? —Parece que no me cree.
—Sí o es muy buen mentiroso, no deberías de condenarlo.
—Pero él...
—No, sabes bien que no fue él. Y será mejor que no digamos nada. —Pandora asiente y lo vuelve a llamar.
Remus sonríe y se sienta donde estaba para seguir comiendo.
—¿Quieres algo, Pandora? —Remus señala su bandeja y mi amiga niega.
—Estoy bien, pero me quedaré con ustedes si no hay problema. —Dice la rubia y avienta su mochila al suelo.
Pandora se ha quedado dormida en mi cama de enfermería junto a mí, las bandejas se han ido, Pomfrey nos ha vuelto a regañar por agregar a alguien más a nuestro club en la enfermería pero no ha querido despertara a Pandora, Remus y yo estamos jugando con cartas en la mesa, aún sentados en los mismos lugares. Es una imagen cómica los tres en una sola cama.
Después de un rato, James, Sirius y Peter llegan.
—Una disculpa, McGonagall nos ha retrasado, hemos llegado tarde a su clase y quería que recuperáramos esos munutos. —James dice cómo saludo.
—¿Cómo siguen? —Pregunta Sirius y tanto Remus como yo asentimos. Ambos sabemos que nuestro juego se ha visto obligado a terminarse. Así que dejamos las cartas de lado.
—¿Cómo llegaste aquí? —Sirius me pregunta y antes de que pueda decir algo Remus responde por mí.
—Flitwick la ha traído, tuvo un accidente anoche y no necesita que la molestes. —Lo dice con tono autoritario haciendo que Black alce sus manos en rendición.
—Si sabes que regresamos ¿no? —Él le hace saber y siento como mi estómago da un brinco.
—Mis condolencias, Cas. —Remus me dice y reímos, todos menos Sirius.
Aún así, puedo ver como James pasa su mirada, ya sea a Pandora que está profundamente dormida y a mí.
—Le preguntaré a Pomfrey si ya pueden irse, así podremos ir a la torre de Gryffindor, y Pandora podrá dormirse un rato. —James dice y se va con Peter a buscarla.
—Ojalá nos deje ir, quiero irme a mi cuarto. —Remus dice y yo asiento.
Comienzo a mover a Pandora y le digo que nos vamos. Ella se pone de pie y toma sus cosas, ni siquiera nos espera porque se va sola a la torre de Ravenclaw, así aprovecha para dormir lo más que pueda.
Después de eso, Madame Pomfrey nos deja ir. Remus se va delante bromeando con Peter y Sirius. Sé que James le ha dicho algo a mi novio, porque él me lanza miradas de vez en cuando.
—¿Desde cuándo....
—Un mes. —Suelto. No quiero más preguntas, pero después de como James arriesgó su vida por nosotras, supongo que se las debo.
—¿Alguien más sabe? —Pienso en Rita, pero ella no se metió en este problema, así que no la delataré.
—Solo nosotras.
—¿Por qué? —Pregunta y no se bien que decir.
—¿La verdad? Solo para saber si podríamos lograrlo, desde que McGonagall mencionó el tema en segundo año nos hemos dedicado a investigar lo más posible.
Él se queda en silencio, ya nos hemos quedado atrás por mucho, sigo sin poder caminar bien.
—¿Segura que estás bien?
—Sí, sólo quiero descansar, disculpame con los demás, pero quiero irme a mi cuarto. —James asiente y se desvía para acompañarme hasta mi torre. —Creo que hay mucha sangre en su cuarto, desháganse de ella antes de que Remus vea.
—Justo por eso llegamos tarde. —James dice y yo sonrío. —¿Acaso crees que McGonagall quiere estar más tiempo con nosotros que el obligatorio? —Me río.
—Buen punto. ¿Él no recuerda nada?
—Sí y no, no si no se lo decimos, si lo mencionamos le cuesta un poco pero recuerda.
—No le digan nada, por favor. —Le ruego.
—Sí así lo quieres. —James inclina un poco su cabeza y no se va hasta que lo pierdo de vista al entrar a la torre de Ravenclaw.
Subo ignorando a todo mundo y al llegar a la habitación encuentro a Pandora completamente dormida en su cama. Me acuesto como puedo, sin lastimarme pero aún adolorida y justo cuando cierro los ojos escucho la voz de mi amiga.
—Nunca jamás saldremos en luna llena.
—Entendido. —Le respondo con la cara en la almohada.
----------
2/2
Espero les hayan gustado y espero actualizar pronto, pero como les digo tengo este examen entonces haré mi mayor esfuerzo.
Que tengan bonito mes <3
Atentamente
Fernanda
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top