Miércoles, 15 de Septiembre de 1976

—Vamos Cas, creo que debemos de ir este fin de semana a Hogsmeade, podemos comprar esas galletas de doble chocolate que te encantan y me dijiste que querías una nueva libreta. Por favor. —Nunca he visto a Pandora tan ansiosa por ir a una excursión fuera de Hogwarts.

La examino de nuevo, esperando encontrar sus verdaderas intenciones pero no encuentro nada. Por fin me rindo y acepto, ella da un salto de alegría con un gritito que me hace reír.

—Mientras voy a la biblioteca, tengo que revisar unas cosas y contigo dando vueltas por todo el cuarto no me dejas trabajar. —Ella ríe.

—Oh por mí no te preocupes, justamente iba a ir a la lechucería a enviar una carta.

—En ese caso, ten. —Voy hasta un buró a un lado de mi cama y saco del cajón una bolsa de premios que le doy a Delfos, pero no he podido ir a verlo. —¿Puedes darle tres de estos a Delfos? Si te picotea por uno más, puedes dárselo, pero solo si te picotea, y si quieres dale tu carta, no lo he ocupado mucho y se que se muere por dar un paseo.

—Claro que sí, jefa. —Ella toma la bolsita de premios y se va corriendo con su carta en mano.

Maldigo por lo bajo, debí haber contado los premios porque se que Pandora le dará más de los que le dije. Anotaré "premios para Delfos" en mi lista de cosas que compraré en Hogsmeade.

Luego de verla marchar, tomo mi mochila vacía y me dirijo hacia la biblioteca, en la sala común veo a Otto hablando con Pandora, sus ataques se han vuelto menos físicos y más venenosos, o al menos así los describimos ella y yo. Aunque no lo entendemos, hay días en donde Otto parece que sigue tratando de que Pandora le acepte una cita, y otros días donde la repudia, no importa el humor que este, siempre es incómodo para ella.

—¡Pandora! —Grito al verla y ella me sonríe con emoción. —Vamos, que esa carta no se va a enviar sola. —Ella asiente y se aleja de Otto.

Las dos salimos y cada quien se va por su lado, dice que ella me alcanza en la biblioteca y asiento.

Al llegar, como siempre, devuelvo los libros que he desocupado y busco los nuevos que necesito, está vez solo es uno de pociones, voy al estante donde debería de estar y de nuevo, ahí está Remus.

Recuerdo el pequeño encuentro de la semana pasada y de nuevo me hago notar tratando de no hacer ninguna expresión al ver sus cicatrices.

—Hola. —Él se aleja del libro y me voltea a ver.

—No me digas, ¿lo quieres? —Alza el pequeño rectángulo que tiene en su mano y asiento.

—Me temo que está vez no podré dártelo, puesto que estoy a punto de reprobar pociones y lo necesito. —¡Rayos!

—¿Qué tipo de pociones estás viendo ahora? —Le pregunto porque no se lo que vea, este año casi todas mis clases las he tomado con los de Slytherin, excepto, Defensa Contra las Artes Oscuras, esa si la tomamos con los Gryffindor y debo de decir que es de las mejores, al ser una clase "casi" práctica me deja ver a Sirius sin miedo de que alguien me descubra.

—Estamos viendo pociones de curación y de regeneración.

—Entonces ese libro no va a funcionarte. —Digo recordando las pociones que tiene el índice.

—Pero si ya lo encontré. —Me dice señalando las hojas, sonríe divertido, creo que él piensa que quiero despistarlo para poder llevármelo, pero no le miento.

—Si no me equivoco son como 5 hojas de los temas que quieres. —Él no dice nada pero se que tengo razón. —Bueno, hay un libro de curación que trae un capítulo por tema.

—¿Segura?

—Puedo dártelo. —Él asiente y me sigue sin soltar el libro que ambos queremos.

Comienzo a caminar y no volteo atrás para saber que me sigue. Por fin llegamos a la zona que quiero y lo busco, está muy alto para mí. Lo señalo y él entiende que debe de bajarlo, lo hace de inmediato, aún sin soltar mi libro de pociones y comienza a ver el índice, al ver que no le he mentido, sonríe y me entrega el que quiero.

—Vale, pero aún así necesito lo que dice en esas hojas, ¿te molesta que me siente contigo en lo que las copio? Por como veo tu mochila sé que tienes otros deberes con que entretenerte.

—Me parece bien.

Buscamos una mesa disponible y él hace lo que dice, yo mientras tanto organizo lo que tengo que hacer. Después de un rato, Remus se despide y se lleva el libro que le he entregado dando las gracias.

¿Por qué puedo hablar con Remus tan fácil y no con Sirius? Ni siquiera sé si Remus se sabe mi nombre, pero aún así, me es muy fácil decirle algo tan simple como un hola, mientras que con Sirius no puedo ni mirarlo a los ojos.   

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