Miércoles, 1 de Septiembre de 1976
Era el comienzo del sexto año en Hogwarts, ya estaba ubicada en el compartimiento del tren donde, mientras el resto de estudiantes del colegio buscaban alguno libre para ocuparlo, miraba intermitente por la ventana y el pasillo en caso de poder verlo por unos segundos. Su altura y su cabellera negra, así como su piel blanca como la cera resalta del resto de los estudiantes.
Además, si su atractivo no fuera suficiente, siempre lo acompaña una ola de rebeldía, ruido y diversión junto con sus tres amigos, no podía imaginarme cómo debería de ser su sala común.
¡Boom! Lo encuentro a través de la ventana a punto de subirse despidiéndose de los Potter y junto a James, de inmediato me pongo nerviosa y finjo abrir un libro que tengo en las manos pero de reojo veo por la puerta del compartimiento para ver el momento exacto mientras pasan.
Por fin lo vuelvo a vislumbrar, después de lo que siento que fueron horas, y veo que viene sonriendo de oreja a oreja mientras James le cuenta algo y supongo que buscan a sus amigos para reunirse porque dan una corta mirada a nuestro compartimento en caso de verlos, pero en el momento que ven a dos chicas con el uniforme de Ravenclaw se van.
—¿Sabes? Una pensaría que después de seis años podrías hablarle. —Habla mi amiga, Pandora, interrumpiendo sin dejar de mirar el libro que trae en sus manos.
—Le hablé una vez. —Admito molesta.
—Sí, y solo le dijiste "Sí" cuando te pidió una pluma.
—También le dije "De nada" —Rueda los ojos.
—Como sea, no queda mucho tiempo antes de salir de la escuela, es nuestro penúltimo año y por como veo las cosas en el mundo mágico quién sabe cómo saldremos parados nosotros los mestizos.
Claro, la guerra, ¿cómo olvidarla? Nadie habla mucho al respecto en casa pero todo mundo sabe que lo que está pasando con las familias muggles o las mestizas no es nada bueno. Todo eso, provoca mucha incertidumbre en el mundo mágico y no se ve para cuándo terminará.
—Solo digo, que deberías de hablarle antes de que sea tarde. —Se que lo dice por mi cara, a nadie le apetece hablar mucho del ambiente que se vive y sé que ella lo dice para darme valor, pero simplemente me mata mi buen humor.
El resto del camino me la paso mirando por la ventana, compartiendo los dulces que ambas traemos y hablando de un plan secreto que tenemos desde hace años, compartiendo los que llevamos y pasando las libretas para corregirnos mutuamente. Aún no podemos llevar a cabo dicho plan pero por lo que leo, no nos tardaremos mucho y este año podríamos realizarlo.
Al llegar todo mundo va hacia el gran comedor, nuestra mesa está hasta la pared del lado izquierdo, sigue la de Hufflepuff, Gryffindor y por último Slytherin. Pandora y yo tomamos nuestros lugares donde corresponden sentarse a los de sexto año. Estamos tan metidas en nuestra conversación que no escuchamos cuando Rita nos habla.
—¿No son tiernos? —Nos dice de nuevo señalando a los niños que van entrando por el comedor para ser sorteados a sus casas.
—Sí. —Responde Pandora con una sonrisa y solo asiento.
—¿Creen que haya alguien interesante por ese grupo?
—Tal vez, tal vez no. ¿Eso que importa? —Pregunto
—Me gusta estar informada de todo. —Asiento y Pandora ríe, sabe que no me agrada.
Ahora que las tengo frente a mí con su uniforme de Ravenclaw, puedo notar que son prácticamente iguales con su piel de porcelana, su cabello rubio casi platino, sus ojos verdes, bien podrían ser hermanas. Solo que por alguna razón, Rita Skeeter no es de mi agrado, siempre hace preguntas de más, y siempre quiere ser incluida hasta que se aburre y encuentra algo más que perseguir. Apuesto a que si se enterara sobre mi enamoramiento de Sirius se lo diría a toda la escuela y aunque la gente no me conoce, se hablaría aunque sea solo un poco, tal vez uno o dos días.
El solo pensarlo me hace ponerme nerviosa así que lo borro de mi mente y sigo escuchando a la profesora McGonagall hablar sobre lo que les espera a los nuevos.
Después de la ceremonia de selección, tenemos un pequeño grupo de Ravenclaws sentados al inicio de la mesa.
Otra de las cosas que ha traído consigo la guerra, ha sido que cada vez menos magos mandan al colegio a sus hijos, las generaciones son pequeñas, e inclusive, algunos de los que ya estaban cursando el año escolar son sacados por órdenes de sus padres.
Dumbledore da un discurso algo ambiguo, diciendo que debemos de mantener a nuestros seres queridos cerca, que no seamos tan ilusos y confiemos en cualquier persona, que seamos valientes y aprovechemos el presente y termina dando comienzo al gran banquete.
Mientras como, me fijo en la melena negra de la mesa de Gryffindor y al comenzar a verla me tranquilizo. Ahora, se preguntarán ¿cómo comenzó todo este enamoramiento con Sirius Black?
Era mi segundo año y estaba por el tercer piso completamente sola porque Pandora había pasado la noche en la enfermería después de probar un hechizo tratando de cambiarlo, era normal en ella intentarlos de diferente forma. El hechizo salió mal haciendo que su cabello pasara de un rubio a un verde vómito y hasta produjera algo como moco, fue asqueroso de ver.
Bueno, ese no es el punto, yo estaba caminando sola y me preparaba para ir a mi clase de Historia de Magia, que justamente compartíamos con los Gryffindor, cuando unos niños un año mayor al mío me empujaron fingiendo que no me habían visto.
Mis pergaminos salieron volando por todos lados, así como mis plumas y mi tintero se había roto haciendo que me manchara mi uniforme por completo. Podía escuchar las risas y sentir las miradas pero estaba más concentrada en alejar mis pergaminos de la tinta que no me moleste en verlos.
—¡¿Te parece gracioso empujar a alguien más pequeño que tú?! —Escuché el grito, y tuve que voltear de inmediato porque alguien me estaba defendiendo.
Era un chico de Gryffindor que jamás había visto, o en realidad sí, iba en mi clase de Historia de Magia y estuvo también en mi primer año en la clase de vuelo pero nunca le había puesto tanta atención como hoy, venía con sus amigos y todos eran de Gryffindor.
Él tenía el cabello muy negro y largo, se veía molesto y les había gritado a los chicos de tercero que me habían empujado.
—¿Dijiste algo? —Preguntó él que parecía ser el líder.
Yo estaba en medio de lo que parecía ser un duelo, tomé mis cosas y me alejé dejando la tinta y el resto de los vidrios ahí, viendo como corría. El era segundo, y no tendría la experiencia mágica que el otro así que por su bien, pensaba que lo mejor sería que lo dejara de lado, a fin de cuentas yo estaba bien.
—Te dije que no te metieras con alguien indefenso. —Bueno yo no estaba indefensa, en realidad sí lo estaba, pero no dije nada.
—Cállate Black, tú no tienes poder aquí. ¿Qué? ¿Crees que no sabemos que tu madre está avergonzada de ti porque no entraste a Slytherin? —Él se rió y todos sus compañeros igual.
Eso fue todo lo que se necesito para molestar a Sirius. Pronto descubrí que la pelea no fue por mí, fui el pretexto para que Sirius pudiera atacar.
El chico que me había tirado era de mi propia casa, siempre nos molestaba a mi y a Pandora, porque ella lo había rechazado, Pandora era un año más grande que yo, se supone que debería de ir en tercero pero hubo una pérdida en su familia y ella perdió el primer año, así que comenzó el mismo año que yo. Por eso aprovechaba para molestarla cada vez que podía al igual que a mí solo por ser su amiga.
Fue como ver todo en cámara lenta, Sirius debía de saber que no iba a poder ganarle con magia, así que decidió irse a los golpes, brincó y se abalanzó sobre mi compañero de casa haciendo que ambos perdieran el equilibrio, cayeron sobre la tinta y los vidrios, afortunadamente nada les pasó (solo las manchas de tinta) y, mientras todos formaban un círculo alrededor de ellos y gritaban, nadie se había percatado de que el Profesor Flitwick había llegado, es tan pequeño que podría pasar por un chico de primero, aún así, sabía imponer respeto cuando era necesario.
De inmediato colocó su varita en su cuello haciendo como si su voz tuviera un amplificador y todo mundo se quedó en silencio.
—Señor Black, Señor Bagman —El profesor observó por toda la sala para ver si había algún otro involucrado, y fue entonces cuando me vio aun intentando meter mis pergaminos a mi mochila. —Y Señorita York. Acompáñenme a mi oficina.
El profesor Flitwick sabía que Pandora y yo teníamos problemas con Otto y siempre que lo cachaba lo reprendía pero no siempre era posible, porque Otto actuaba cuando sabía que nadie podría verlo.
Después de eso, llegamos a su oficina, nos preguntó lo sucedido, los dos hombres comenzaron a hablar al mismo tiempo pero el Profesor Flitwick los calló de inmediato y me dio la palabra a mí. Conte lo sucedido, los dos se llevaron castigo.
—Como veo que no podemos llegar a ningún acuerdo me temo que tendré que castigarlos. Señor Black pulirá y limpiará los trofeos de Ravenclaw hasta que queden limpios, sin magia, y usted, Señor Bagman hará lo mismo pero con los de Gryffindor. Por favor reportense hoy por la tarde a mi oficina y yo mismo me encargaré de vigilarlos. Ahora a clase, menos usted señor Bagman, tengo que hablar otra cosa con usted.
Sirius no esperó a que Flitwick lo haga quedarse más tiempo y sale rápido, yo tomó mi mochila y salgo de la misma manera, ya voy muy tarde para Historia de Magia y le había prometido a Pandora que tomaría apuntes para ella.
Al salir me encuentro con que Sirius está esperándome, jamás he hablado con él.
—Fue un buen golpe ¿no crees? —Yo asiento.
—Lamento que se te rompiera tu tintero, puedes tomar este. —Saca un tintero nuevo de su mochila. —Mi madre insiste en tener repuestos, ya que siempre termino perdiéndolos.
—No puedo tomarlo.
—Por favor. —Se alza de hombros desinteresado. —Me diste un pretexto para golpear al idiota de Otto. Por cierto, soy Sirius, Sirius Black.
—Casiopea York. —Digo aceptando el tintero, después de todo lo necesito con urgencia.
—Casiopea, Casiopea, un nombre muy mágico para un apellido no mágico.
—Mi padre es muggle y mi madre es bruja, ella eligió mi nombre. —Sonríe y asiente, supongo que comprende el asunto. —Puedes llamarme Cas.
—Vale.
Después de lo que parece ser demasiado tiempo llegamos a la clase y ambos entramos a nuestros respectivos lugares con varias miradas curiosas siguiéndonos.
—Cas —La voz de Pandora me trae de vuelta, el banquete ha terminado y podemos irnos a nuestra sala común y yo muero por ponerme mi pijama y salir de ahí.
Vamos de camino a nuestra torre cuando todas las lámparas de las escaleras de Hogwarts se apagan dejando todo oscuro, de inmediato se escuchan voces a destiempo diciendo "Lumos" y continuando con su camino, pero el movimiento de las escaleras y la falta de luz no hace fácil llegar a nuestros destinos.
—Apuesto a que fueron esos tontos de Potter, Lupin y Black. —Pandora dice algo molesta. —Es el primer día, no pueden esperar ni un minuto para comenzar con sus bromas.
—No te olvides de Pettigrew. —Digo recordando al chico rubio y regordete que anda con ellos a todos lados.
—Como sea.
—Pero estoy de acuerdo contigo, ¿sabes? Quiero llegar a la torre y dormir. No tengo tiempo para esto. —Sentimos como la escalera donde estamos se mueve y comenzamos a caminar
A lo lejos escuchamos a los profesores tratar de volver a prender las lámparas, pero el hechizo que hayan lanzado es efectivo porque no lo logran.
Entonces se escucha una vez diciendo "Lumos maxima" y una estela de luz sale hasta arriba alumbrando todas las escaleras, luego otra y con eso tenemos hasta llegar a la torre.
En la puerta nos recibe el acertijo que siempre cambia, ambas respondemos cosas completamente diferentes, Pandora dice algo como "Pastel de Limón" y yo me oigo decir "Ducha", no sabemos quién está en lo correcto pero ambas entramos, subimos para encontrar nuestros baúles intactos, ahí está mi lechuza, es un Tyto Alba, se llama Delfos, por el oráculo, no es que ella predijera el futuro pero siempre me traía noticias, así que en mi mente funcionaba de la misma manera. Abro su jaula y después de unas caricias la dejo ir para que vaya a la lechucería o vaya a cazar algo. Pandora saca a su sapo de su "pecera" y lo acaricia, no soy una fan de él, pero siempre logra hacernos reír, a veces me da la impresión de que se parece a un tío de la familia de mi papá, así que ya que le tengo cariño a ese sapo gordo.
Después de hablar un rato, cada quien se toma su respectivo tiempo en el baño, compartimos el dormitorio con otras tres chicas, lo cual es bueno a la hora de los exámenes porque siempre estudiamos juntas, Elga es una chica mestiza castaña de cabello chino muy largo y piel aceitunada con unos ojos negros muy bonitos, luego está April, ella es hija de muggles, rubia y con ojos azules, no es el mismo rubio que Pandora, así que ellas no se ven tan parecidas, y por último está Branwen, también mestiza de cabello negro ondulado y ojos grandes de color castaño. Todas contamos sobre nuestros veranos y luego nos quedamos dormidas.
Estoy a punto de irme a dormir cuando siento que algo se pone encima de mí, no tengo que voltear a ver porque no es la primera vez que pasa.
—Pandora, si no quitas a tu sapo de mi cama, mañana se lo daré a Delfos como juguete.
—Ni se te ocurra. —Ella brinca de su cama y lo localiza de inmediato, lo toma y me da un golpe con su mano libre, odia que le hable feo a su mascota.
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