Jueves, 9 de Septiembre de 1976

Ha pasado una semana en la escuela desde que inició el año escolar, los días de otoño son mis favoritos, es cuando el clima comienza a cambiar y las lluvias se van para traer el frío, en estos momentos ya he salido de las clases y voy de camino a la biblioteca para hacer un poco de trabajo para los E.X.T.A.S.I.S que serán el siguiente año, aún no tengo la menor idea de que haré una vez que salga del colegio pero mi madre me ha dado indicaciones de que trate de sacar mis mejores calificaciones para poder tener un campo de oportunidades más amplias. Mi padre no está muy feliz al respecto, él quiere que pase algún tiempo en el mundo no mágico, como sabe que saldre a los 17, me dice que tengo un año para averiguarlo, ya que en el mundo no mágico, los 18 es cuando ya se te considera un adulto, mientras que desde los 17 lo eres en el mundo mágico, inclusive me dice que podría entrar a una universidad, pero tampoco tengo la menor idea de que estudiaría ahí.

Mis padres no han tenido sus mejores momentos desde que yo entré a Hogwarts, mi padre no quería que su hija fuera una bruja, mientras que mi madre insiste que es un privilegio y que "niños muggles morirían por tener magia", ahí mi padre no la contradice porque él adora la magia de mi madre, le gusta ver como se lavan los trastes solos mientras se planchan sus camisas y mientras tanto mi madre está tranquila leyendo un libro o en el jardín.

Por fin llegó a la biblioteca, es jueves, y el clima es muy bueno para dar un paseo así que no hay muchos alumnos ahí, muchos de los que hay, son los de séptimo que se preparan para sus E.X.T.A.S.I.S y los de quinto por sus T.I.M.O's, de mi mochila sacó los libros que tengo que entregar y me adentro para buscar otros.

Estoy justamente buscando el último que necesito cuando lo veo en las manos de un chico de Gryffindor, yo lo conozco, es Remus Lupin.

—Hola. —Me hago notar y el chico se estremece un poco, está claro que creía que estaba solo.

—Oh, hola. —Me da una sonrisa sincera.

Este chico es muy alto, demasiado para mí, con cabello castaño claro al igual que sus ojos, es guapo pero su cara siempre está llena de cicatrices horribles y está vez que lo veo se notan un poco recientes, una vez escuché un rumor de que vive en un orfanato de muggles donde ahí se las hacen, la verdad es que eso suena horrible pero no me animo a preguntarle qué fue lo que le ha pasado.

—¿Te puedo ayudar en algo? —Me pregunta al ver que no me muevo.

—Te quería preguntar si vas a llevártelo, es que quería ocuparlo. —Sonrío tímida.

—No, solo verificaba un dato. Toma. —Me lo entrega y al igual que su cara, veo sus manos llenas de cicatrices, debí de hacer una cara porque él lo nota y al ver que tengo el libro en las manos, esconde las suyas.

Ahora me siento muy apenada, no quería hacerlo sentir incómodo.

Él se despide y sale de ahí, y yo no pude disculparme. Me digo que ya tendré oportunidad de hacerlo y me siento en una mesa disponible para comenzar con mis deberes.

Paso casi todo el día en la biblioteca, se me une April para que le ayude a corregir unas cosas de su ensayo de Runas mientras ella me revisa unas fechas de mi reporte de Historia de Magia, luego nos da hambre y decidimos ir a dejar nuestras cosas a la torre para después ir al comedor para la cena. 

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