Jueves, 6 de Enero de 1977
Es el primer jueves de regreso a Hogwarts y Remus ya está enfermo del estómago, al parecer pescó algo en su casa. Es por eso que la primera sesión de estudio es en la enfermería.
—De verdad gracias por venir. —Me dice Remus al verme.
—Te ves muy mal, amigo. —Yo tomo una silla a su lado. —Parece ser que te han atropellado.
—Eso me gustaría más.
—¿Sabes? He estado enferma del estómago todo este tiempo y te entiendo completamente aun así, te traje una rana de chocolate, me regalaron muchas.
—Oh, muchas gracias. —Él la toma y la guarda debajo de su almohada. —Si no la escondo, Peter o Sirius se las comen.
Yo río. —No te preocupes, les daré una a cada uno, para que te dejen en paz.
Después de eso comenzamos a "estudiar" pero la verdad, solo hemos estado platicando y ellos me cuentan sobre su siguiente broma, al parecer hoy por la noche comenzarán a poner bombas fétidas a las afueras de la sala común de Slytherin para que las pisen y apesten el viernes por la mañana.
Ya casi es hora de la cena, y escucho varios pasos acercándose, son el resto de los merodeadores.
—¡Cas! —Todos me saludan. —Ya vimos que andas cuidando a nuestro Moony.
—Hola, chica lista. —Sirius se acerca y me da un beso.
—¿Qué hacen? —Pregunto y ellos tienen una bolsa llena de lo que creo son sus bombas fétidas.
James está por responderme cuando Madame Pomfrey se acerca al escuchar todo el alboroto.
—Ah no, el señor Lupin pasará la noche aquí. —Ella los regaña. —Cada vez que prometen cuidarlo termina aquí por la mañana peor de lo que se los mandé.
—Poppy. —James hace una cara que solo lo he visto hacer cuando coquetea con Lily. —Es muy necesario que Remus esté con nosotros.
—Nada de Poppy. —Ella se defiende. —Hoy no, el señor Lupin se queda, no me importa cuanto lo necesiten en la sala de Gryffindor.
Los 4 se voltean a ver sopesando la pérdida de su amigo y mientras todo mundo se queda en silencio, Remus habla.
—Yo creo que Casiopea puede explicarles el tema de las guerras de los gigantes. —Parece ser que todos saben a que se refiere, pero las guerras de los gigantes las vimos hace meses, entonces comprendo, esto es por la broma.
—Sí, creo que Cas puede ayudarnos. —James habla y los otros dos asienten.
—En ese caso Moony, será mejor que te dejemos. —Sirius se acercó hasta su cama y se despidió. —Tenemos muchas cosas que ver, vamos preciosa. —Toma mi mano y yo me acerco también a despedirme.
—Nos vemos Remus, que te mejores.
Después de eso. Los 4 salimos de la enfermería y otra faceta de los merodeadores sale a la luz, una que pocos ven.
—Vale. Tú y Padfoot comenzarán a colocar las bombas fétidas en los lugares ya acordados. —James me entrega la bolsa de bombas. —Llévense mi capa en caso de que los descubran. Wormtail y yo iremos a organizar la segunda parte del plan.
—Apúrense que estamos retrasados. —Nos indica Peter viendo su reloj.
Yo no sé ni cuál es la primera o cuál es la segunda parte o si hay una tercera pero tomo la capa y la bolsa que está relativamente pesada y sin poder decir nada James y Peter se van.
—Entonces, Cas será mejor que te pongas la capa y lleves las bombas.
—Perfecto.
—Irémos a las mazmorras. Cuando yo ponga mi mano detrás de mí será cuando me pases una bomba fétida. —Él me enseña de qué forma y yo asiento.
Me parece bien. —Después de eso me meto debajo de la capa de invisibilidad y comenzamos a caminar hasta las mazmorras.
Normalmente no me metería en estas cosas, y hay una pequeña voz que me dice que salga de ahí, pero con ellos me divierto tanto, que no puedo decir que no. Además, es un pequeño favor para Remus que está convaleciente.
No nos tardamos en llegar a las mazmorras y cada dos pasos Sirius estira la mano para que yo coloqué una bomba fétida en ella, ya solo quedan dos en la bolsa, cuando detrás del muro de piedra salen tres Slytherins de ella.
Son Severus, Barty y Mulciber que se ven sorprendidos al ver a Sirius afuera, claro, no tienen la menor idea de que estoy con él.
—Vaya, estás muy lejos de tu guarida, Black. —Mulciber se ve contento de esta oportunidad. —Y además, sin tus amiguitos, ¿a qué debemos ese placer?
—Mis asuntos no son de tu importancia, Mulciber.
—Pues me importa más cuando te muestras tan interesado en rondar por nuestros territorios, no tienes porque estar aquí y aún así, te atreves a venir y sin tus amigos.
—Tú cállate Crouch, o tendré que decirle a tu padre que te vuelva a golpear. —Eso parece causar una reacción por parte de Barty.
—Igual que tu madre, ¿no, Black? —Severus se mete.
Yo solo quiero irme pero los tres Slytherin han bloqueado el paso a Sirius, y por ende a mí. Puedo ver como tiene lista la varita y con la otra mano me hace una señal, entiendo que dice que me vaya, pero no hay manera.
—Snivellus, claro, que ahora que están tus amiguitos si hablas, pero cuando estás solo solo huyes como el maldito cobarde que eres. —Sirius lo mira con desdén y yo solo quiero que deje de provocarlos.
—¿Cobarde? Tal vez pero al menos mi arrogancia no ha puesto en peligro a la gente que amo. —Vuelve a decir y siento que ese comentario tiene un subtexto.
—No sé a qué te refieres, ahora si me disculpas me tengo que ir, ya pronto será la cena y tengo hambre. —Sirius camina sin dejarles de dar la cara y se voltea a la salida, pero Mulciber se vuelve a meter evitando que se vaya, yo me quedo atorada entre Sirius y Mulciber. Frente a mi novio están Snape y Crouch.
—¿En serio, Black? Sigues con esa sangre sucia hija de un muggle ¿no? —El tono de Snape cambia, de la misma forma en la que me han preguntado sobre mis vacaciones.
—Será mejor que vigiles las siguientes palabras que salen de tu boca, Snivellus. —Sirius lo amenaza con la varita.
—¿Estás saliendo con ella sí o no? —Crouch pregunta y todos ríen.
—Mis relaciones no les incumben.
—Vamos, todo mundo sabe que solo sales con sangres sucias para hacer enojar a tu madre, pero ahora te salió mal la jugada. —Mulciber habla.
—¿De qué están hablando?
—Hablo de que tú madre sabe que sales con ella.
Eso me hace congelarme en mi lugar, Mulciber habla y yo estoy frente a él solo que él no sabe donde me encuentro, Sirius está detrás de mí y se ve igual confundido que yo.
—¿Acaso crees que la invitaron a la fiesta Navideña de los Malfoy solo porque sí?
Sirius no dice nada y eso le da la señal a Mulciber de continuar.
—Tratas de hacer enojar a tu madre saliendo con todas esas muggles y mestizas y en tu intento de poner a Walburga furiosa lo arruinaste por completo. Van por ella y la van a atrapar. —La sonrisa que hace Mulciber me da escalofríos, es diabólica, era un plan, todo este tiempo fue un plan.
—Más te vale que le digas a tu noviecita que si le pasa algo a su familia fue por tu culpa y por tu impertinencia. —Severus se acerca a Sirius para decirle eso lo más cerca posible.
Jamás he visto aquella cara en Sirius, pero se ve increíblemente tensa y molesta, su mandíbula se nota, al igual que Mulciber, me pone nerviosa. Sirius se gira y toma a Severus por el cuello y se mueve hasta la pared para estrellarlo contra ella.
Crouch rápidamente toma al castaño por lo hombros y Mulciber choca conmigo, se ve confundido, así que, debajo de la capa de invisibilidad, saco mi varita y digo muy bajito "confundus", Mulciber se cae de inmediato y no puede levantarse.
Ahora volteo a ver a Sirius y veo que se ha quitado de encima a los dos Slytherin y grita, sin saber dónde estoy:
—Será mejor que me vaya de aquí. —Él comienza a correr y yo lo sigo, así sin parar hasta llegar al tercer piso del castillo.
Ambos estamos sin respiración, yo me he quitado la capa y la sostengo con una mano al igual que la mochila con dos bombas que nos sobraron.
Yo comienzo a pensar en la conversación que acabo de escuchar y comienzo a pensar en todo.
Todo se inició porque la madre de Sirius sabía quién era yo, lo supo todo este tiempo, y eso puso a mis padres como objetivos. Eso era lo que Regulus sabía, él trató de advertirme, las otras familias mestizas deberían de ser familias que también tienen "deudas pendientes" con familias poderosas.
—Casiopea. —Él se acerca a mí pero yo me alejo.
—No. —Mi mente sigue dando vueltas. —Será mejor que me expliques lo que acabo de escuchar, ¿Qué es eso solo de que sales con chicas muggles o mestizas para hacer enojar a tu madre?
—Fue un comentario estúpido.
—Pues explícame.
Él guarda silencio y sé que está pensando en cómo salir de esta.
—No, dime ahora, no quiero que tengas tiempo de pensar una excusa. —Estoy enojada, más porque saben cosas sobre mi familia, saben sobre Daisy.
—No tengo una excusa ¿¡Ok?! Ellos tienen razón maldita sea, solo salgo con chicas que no tienen sangre limpia para hacer enojar a mi madre, odiaría que el legado de la familia Black se manche.
—¡¿Manche?! ¿Eso soy? ¿La sangre sucia que estaba más que dispuesta a salir contigo?
—¡No! Así es como habla mi madre.
—Y solo sales conmigo porque tengo sangre mestiza.
—Al inicio sí. —Estoy esperando que algo mejor salga de su boca. —Bueno, me agradabas ¿ok? Y cuando recordé que eras mestiza supuse que sería bueno salir contigo.
—¿Por esa misma razón invitaste a salir a April? —Él asiente y mira hacia abajo.
—Por esa razón es por las que salgo con todas esas chicas. —Yo no sé qué decir.
—¿Y cómo fue que tu madre se enteró de que salimos?
—No tengo la menor idea. Claramente no fui yo quien le dijo.
—¿Mi familia está en peligro por un capricho tuyo? —Entonces lo grito, no me importa que alguien más escuche pero para sorpresa mía no hay nadie por los pasillos, todos están en la cena.
—¿¡Capricho mío?! —Está enojado pero no me importa.
—"Oh sí, salgamos con la sangre sucia para hacer enojar a mami" —Lo imito de mala manera. —"¿Qué es lo peor que puede pasar? Al final del día no me importa."
—¡Retráctate!
—Por tu culpa mi familia tiene que esconderse. —Recuerdo que mi madre no puede dejar la casa, o que mi papá sale con miedo todos los días a su trabajo.
—No fue mi intención, además, de qué te quejas, tú eras la que quería salir conmigo. —Ese fue un golpe bajo, y puedo ver su arrepentimiento en su mirada, no importa no había marcha atrás, estoy muy molesta. —No quise decir eso.
—Ya no importa Sirius, lo dijiste, tienes razón, yo era quien quería salir contigo, pero no más.
—¿¡Qué?! ¿Estás terminando conmigo? ¿Por algo que esos imbéciles dijeron? Tú no sabes si ellos tienen razón o no.
—La tienen,básicamente me lo hicieron saber hace dos días. —Ahora nuestros tonos nos calmamos.
—¿Por qué no me lo dijiste? —Pregunta serio.
—Porque cada vez que quiero hablar de algo importante cambias de tema, nunca quieres hablar de sentimientos, solo aquella vez en casa de James, pero si soy yo quien quiere hacer la relación más personal te alejas.
—¡Sentimientos! ¡Todo es sentimientos! ¿Qué no para eso tienes a Remus?
—¿Por qué metes a Remus en esto? —Me sorprende que su nombre salga en la conversación.
—Porque cuando se trata de esas cosas personales prefieres a Remus, ¿qué hacías hoy con él en la enfermería?
—Es jueves, grandísimo tonto, son nuestras sesiones de estudio. No es mi culpa que estuviera enfermo.
—¿Sesiones de estudio? Remus es el segundo mejor de la clase, no creo que necesite tu ayuda.
—No es de que necesite mi ayuda, solo nos ayudamos mutuamente en estudiar. ¿Por qué te explico esto? Creí que lo sabías. Además, eso no tiene nada que ver con que no quieres hablar conmigo de otra cosa que no sea Quidditch o bombas fétidas.
Recuerdo que tengo la bolsa con dos bombas y la capa de James en la mano.
—¿Qué tiene de malo el quidditch o las bombas fétidas? Te gustan.
—¡No! Te gustan a ti. —Entonces él se aleja. —¿Sabes mi color favorito? ¿O las clases que tomo? ¿Sabes siquiera cuál es mi comida preferida? ¿Alguna vez te has molestado en preguntarme algo sobre mí?
De nuevo el silencio se hace presente. Es más apabullante el solo escuchar nuestras respiraciones.
—Tal vez tienes razón, soy yo la que quería salir contigo, y tú solo aceptaste porque te agradaba, pero no me quieres, al menos no de la misma forma en que quiero que lo hagas.
—Cas...
—No mientas. —Lo volteo a ver a los ojos. —Te agrado, sí, y posiblemente te gusto, pero, ¿puedes mirarme a la cara y decirme que me quieres de la misma manera en que yo te quiero?
Hay veces, en que el silencio es una respuesta, Sirius Black, con sus ojos negros y su boca cerrada de par en par, me ha dado mi respuesta.
—Siento haber puesto a tu familia en peligro. —Es lo primero que me dice después de un rato.
—Lo sé.
—No fue mi intención.
—Lo sé.
De nuevo nos quedamos en silencio.
—Entonces... —Él comienza a hablar.
—Creo que hasta aquí llegamos Sirius, ten. —Tomó la bolsa de James, al igual que su capa de invisibilidad y se le entrego en la mano. —Espero que la broma salga bien.
Después de eso me voy, no espero que me siga, hemos terminado, y aunque preferiría ponerme a llorar, me pongo a escribir, una carta para mamá, otra para papá y Gina y a Daisy le envío un dibujo, espero le guste.
Solo espero una respuesta por parte de ambos, algo que me diga que están bien, que no han desaparecido y que no los han encontrado, sólo así estaré tranquila porque estando encerrada en Hogwarts no hay mucho que pueda hacer.
Mi corazón roto puede curarse otro día.
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3/4
Solo espero no me quieran matar por esto, pero recuerden que la primera parte se llama corazón roto :(
Fernanda
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