Único
La pequeña Verónica, la hija del famoso matrimonio de futbolistas, Robert Lewandowski y Pablo Lewandowski Gavira. Era la luz de los ojos de sus padres, una pequeña Alfa dulce y tierna.
Era la consentida de todos sus tíos, tanto del Barcelona, como de la selección Española y Polaca.
Así que no es de sorprender que Pedri, su tío favorito, estuviera amenazando a un niño... Creo que me adelante.
Un día antes.
Verónica entraba a la cocina, donde su papá Robert estaba preparando algo de comer, la niña tenía una carita de tristeza.
–Papá.
–¿Hmm?–Robert volteó con su plato de sándwich en la mano, para ver a su pequeño angelito.
–¿Yo soy... Fea?–preguntó la pequeña, con la mirada en sus pies y jugando con sus deditos.
–¿Qué?–Preguntó Robert desconcertado, agachandose para tomar a su bebé en brazos.
–Eso es una tontería.–Decía con una cara seria, y luego la abrazo contra su pecho.–Eres la niña más hermosa en todo el mundo.
Robert repartió besitos por toda su cara, y Verónica solo soltaba risitas alegres.
En otro lado, no muy lejos, en la casa del matrimonio Torres/González. La pequeña Emma se encontraba en la cocina, observando a su padre Pedri, quien se encontraba preparando la cena antes de que llegara su otro papá.
Emma era una Omega con la personalidad de su padre Alfa, Ferran, así que era una pequeña ruda, que no dejaba que nadie la intimidase, pero hoy en la escuela, cuando estaba jugando con su amiga y ahijada de sus padres, Verónica, unos niños tontos se burlaron de ellas. No le habría tomado mucha importancia, pero Verónica lloro por eso, así que a ella le molesto y empezó a pensar que tal vez si sea cierto.
–Papá ¿Soy Fea?–Pregunto pelado una papa.
Pedri, quién estaba cortado unos pepinos y sin levantar su mirada de sus manos, respondió como todo padre haría.
–Cómo el culo.–Dijo riendo, y al ver que su bichito estaba por llorar, paro con las risas.–Es broma.
–¿Quién demonios te llamo fea?
Robert se encontraba en la puerta de la clase de su pequeña.
–Voy a hablar con tu maestra un momento. Deja tus cosas donde van.–Decía dándole su mochila.
–¡Oky!
Robert se acercó a la beta, quien estaba acomodando las sillas.
–Señorita Arlis.
–Señor Lewandowski. ¿En qué puedo ayudarlo?
–Mi hija me ha comentado que hay un niño en su salón que la molesto, así que...–
–¡AYUDA!–Robert fue interrumpió por el grito desesperado de alguien.
Ambos adultos salieron a ver que era lo que sucedía.
Encontrando a Pedri sacudiendo a un niño rubio, quien ya tenía los pantalones mojados.
–¡TIENES AGALLAS DE DECIRLE FEAS A MI HIJA Y A MI AHIJADA, CUANDO SE NOTA QUE NO TE HAS VISTO EN UN ESPEJO!–Pedri estaba molesto, y sumándole que estaba en espera, era peor.
Emma solo sonreía de una forma muy malvada... Parecida a la de Pedri cuando iba a cometer un acto muy poco legal.
–¡Pedri, así no se supone que arreglaríamos esto!–Robert se apresuró a tomar a su amigo, y jalarlo para separarlo del niño.
–El tío Pepi lo hizo mojarse en los pantalones, es genial.
–Seeh, papi es cool.
Fin.
Jajaja No me maten estoy tratando de hacer todos sus pedidos.
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