28. Invitada en casa
Ya es tarde pero Katty corre por la nueva casa de alquiler, salta y mira para todos lados.
Sonrío.
—¿Te gusta, princesa?
—¡Sí! —. Es un poco más pequeña, pero mi niña no se queja por esas cosas —¡Es linda nuestra nueva casa, voy a invitar a todas mis amigas!
—¿Cuantas amigas tienes? —pregunto esperanzado para que sean pocas.
Levanta todos los dedos.
—¡Así! —la esperanza se me fue al fondo del mar.
—Bueno, pero otro día.
—Ufa —hace puchero.
—Katty... —el timbre suena y me detengo. Voy hasta la puerta y sonrío —me alegra que hayas aceptado mi invitación, Helen.
—Cómo iba a perderme la nueva casa —sonríe también.
—Papi ¿Por qué? Tú invita a tu amiga, y... yo no —infla los cachetes mi niña.
—Porque tus amigas son muchas —le digo y sigue enojada.
—¡Ah! ¿Pero qué tengo aquí? —Exclama la belleza exótica y saca una cajita de adentro de su cartera —¿Te gustan las películas? —le pregunta.
—Sí, las de princesas —dice tímida y me muero de amor.
—¿Quieres ver la sirenita?
—¿La tenés? —dice emocionada.
—Sí, ¿Te gusta esa princesa o te busco otra?
—¡Sí, sí! —se pone a saltar alegre.
—Sí, pero después de comer, primero la pizza —le digo a mi hija y deja de dar saltitos bajando la cabecita.
—Bueno —responde a lo bajo.
Helen se le acerca.
—Entonces me como todo rápido, así la vemos ¿Sí? —le ofrece la mano y Katty sonríe.
—Sí.
Debo decirlo, esta mujer, sería una gran madre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top