Capítulo 3| Comenzar una nueva vida
Gradient miraba a la nada, no tenía ganas de pasar en ese lugar tan tétrico que le producía mucho temor, pero era sí o sí entrar o morir en la calle, de frío, de hambre, o cualquier cosa parecida. Tenía miedo de avanzar por la sala y que lo miraran como un bicho raro o algo así por el estilo, pero bueno, no podía temer.
Caminó con la mirada perdida, no le gustaba ese sitio, era tan horrible... Pero no podía presentarse en otro orfanato, ese era el único accesible, y por suerte, algún día podría conseguir otro lugar e incluso un nuevo hogar, pero esa idea en esos momentos no le ilusionaba nada. No quería tener padres de nuevo para después ver como mueren de nuevo, no lo podría soportar. Quería tener una vida buena, y no le importaba si eso significaba que tenía que vivir en el orfanato hasta que cumpliera la edad legal para vivir por su cuenta. Por ahora, debía superar lo que había sucedido aquella noche, debía comenzar de nuevo con su vida.
Pero no todo es tan sencillo como parece, y eso lo sabía muy bien el pequeño Gradient, que no tenía experiencias con nada malo, siempre había vivido con felicidad junto a sus padres y nunca había tenido que hacer algo para vivir por su cuenta. Nunca pensó que una simple vela acabó con la preciada vida de sus padres y tendría que ir a un lugar distinto para continuar con su vida de una manera demasiado distinta.
La gente, en especial los niños, se lo quedaron mirando, sorprendidos por la llegada de un niño que nunca en su vida habían visto, y una de las encargadas del lugar se le acercó, ofreciéndole una sonrisa cínica que le hizo temblar, sabía que esa señora no era de confiar. Tenía buenos instintos, y no los desaprovecharía, no quería juntarse con personas malas que pudieran hacerle mucho daño. No quería sufrir más de lo que ya estaba sufriendo,
Miró hacia esa señora con mucho miedo, no quería tener pavor, pero es que... Es que esa mujer no inspiraba confianza, así que necesitaba calmarse si quería acostumbrarse, necesitaba parecer tranquilo. Pero eso era imposible, no podía parecer seguro con esa señora delante de él.
A veces pensaba de que su vida perfecta, pero ahora ya no había razón para serlo, nunca pensó de que las cosas darían tal giro, no comprendía la razón por la que la vida era tan injusta pero... No, tenía que continuar con su vida, no podía rendirse tan pronto solo porque algo le salía bien, debía vivir la vida que le habían concedido sus padres, tenía que seguir por ellos. Tenía que comenzar una nueva vida.
—¡Hola pequeño!—Saludó esa mujer, acercándose mucho más a Gradient, que no podía retroceder si no quería causar una mala impresión, debía parecer un buen niño. Miró con temor a los ojos cínicos de esa señora, que tenía una pose bastante orgullosa pero a la vez cansada por culpa de los niños 'alegres'.
—Ho-Hola...—Tartamudeó de regreso el pequeño, intentando contener la respiración para no acabar sudando. Quería mantener la calma, quería poder encontrar la nueva vida que ahora deseaba pero que nunca pensó que necesitaría.
—¿Qué haces aquí?—Se notaba que en el tono de la señora había un cierto rechazo, seguramente porque no quería acoger a más niños por haber tantos, pero sabía que un pequeño no iba a entrar allí a por comida y a marcharse después, eso no sucedía, por su mala suerte.
—Mis padres... Murieron esta noche.—Gradient quería omitir detalles, no hacía falta decir toda la versión, quería olvidar lo sucedido lo antes posible y para eso tenía que omitir contar sobre lo sucedido, o pensar sobre ello. Quería conseguir distintos métodos para no aburrirse y pensar en ello, pero en ese lugar no había mucha diversión, o eso era lo que pensaba, pero bueno, era normal que no pensara bien de ese lugar tan tétrico que producía miedo a todos los niños que pisaran sus suelos llenos de moho y hierbas que habían crecido en el suelo rocoso.
La mujer sonrió, hipócrita, mientras le daba la mano, iba a apuntarlo al lugar, por lo que Gradient hundió su cabeza en su ropa. Tenía miedo de lo que pudiera llegar a pasar, pero bueno, no podía quejarse. Había sido aceptado y no moriría en la calle de frío o hambre. Algo es algo, y no se podía quejar si es que podía continuar con la vida que sus padres le otorgaron.
No se sentía muy bien, sentía que iba a vomitar, pero debía contenerse, no quería hacer el ridículo de esa forma, no quería que la gente lo viera con asco. ¿De dónde sacó esa timidez y ese miedo hacia las personas? Ni siquiera él lo sabía, pero bueno, ya mismo lo averiguaría. Pero por ahora, debía continuar con su rumbo de vida que había tomado en una sola noche.
Temía también por su vida, pero no se dejaría acobardar, así que con pasos medio firmes se movió por todo el lugar, acompañando a la señora, que como notaba que el pequeño no podía ver su rostro había quitado esa sonrisa cínica para dar a paso una mueca desagradable. Gradient aguantaba la respiración, temía hacer algo que fuera malo y que todos se burlaran de él, pero bueno, nadie a parte de algunos niños curiosos se habían dado cuenta de su presencia.
Antes de entrar en un despacho que olía horrible, se giró a ver la puerta de entrada, la puerta por la que él había entrado a su nuevo hogar, pero ahora esa puerta se estaba abriendo poco a poco, mientras otro niño, un esqueleto de cuencas moradas con toques rosados y ojos color amarillos dorados, se asomaba con timidez. Parecía saber en dónde se encontraba, y estaba en una pésima condición física, con unas ojeras negras que resaltaban su cansado rostro. ¿También se habría quedado sin padres?
Por un momento, sus miradas conectaron, pero pensaron que solo era una casualidad. De todos modos, se dieron unas sonrisas, unas sonrisas entre forzadas y entre medio verdaderas. Eran unas sonrisas que parecían ofrecer ánimos, que parecían ofrecer recuerdos dolorosos acompañados de nostalgia.
De nuevo, centró su mirada en el despacho, mientras cerraba la puerta tras él, tenía ganas de saber lo que pasaría, y si encontraría amistades. Pero en ese momento tenía miedo de ver morir de nuevo a algún ser querido, eso sería el colmo, no quería perder la cordura a tan corta edad, no quería tener algún problema mental por lo que había vivido, sería fuerte, no caería ante nada.
Y su motivo era vivir una nueva vida por la que sus padres habían luchado. Esa era su frase moral, no valía pensar nada más, porque eso era lo único que importaba, conseguir una nueva vida en la que pudiera lograr ser feliz como antes.
Suspiró mientras entraba en ese despacho o lo que fuera, mientras se sentaba en una de las sillas mugrientas que habían frente a una larga mesa en la que habían unos cuantos papeles. La señora le pasó un bolígrafo y un papel: un papel en el que tendría que rellenar las casillas sobre su información y poder quedarse en ese lugar hasta que consiguiera un nuevo hogar.
Empezó a rellenar esa información, temiendo que no fuera suficiente para poder quedarse allí, pero por suerte la señora guardó el papel en un cajón para luego pasar un pequeño papel a Gradient. El papel era uno en el que estaba escrito el número de su habitación, por lo que suspiró aliviado de saber que había sido aceptado. Iba a poder vivir en un lugar seguro sin problemas del mundo exterior, o al menos podría vivir un poco mejor que en la calle, incluso sabiendo que allí no habían muchos puntos positivos, menos siendo un lugar tan repleto de niños y con poco dinero.
—Algo es algo.—Dijo Gradient una vez salió de ese despacho, mirando como otra señora atendía al niño de antes. Por una razón, quiso acercarse a hablar con él, pero no quería arriesgarse, debía esperar, por lo que decidió ir a la habitación que le habían asignado, caminando por un largo pasillo que daba bastante pavor y estaba lleno de humedad y telarañas.
Siguió por todo el lugar, con mucho miedo, hasta que acabó en frente de una puerta con una placa bastante dañada en la que estaba escrito el número que le correspondía. Abrió la puerta encontrándose con un habitación minúscula, pero llena de camas, en total habían como unas diez, cosa que asombró a Gradient.
—¿Cómo han podido caber tantas camas?—Fue lo único que pudo preguntar, mirando a su alrededor. En ese papel también había el número de la cama que le pertenecía, así que fue directo a esa cama, una cama que parecía más bien muy poco cómoda.
Se tumbó mientras suspiraba. Sentía tristeza, quería llorar, pero tampoco quería parecer débil, quería conseguir un poco de calma, y tal vez podría conseguir lo que anhelaba en esa habitación, o mientras estuviera solo allí, en la oscuridad completa, ya que no habían ventanas, todo un sufrimiento para la gente que odiara los espacios cerrados.
—¿Por qué me ha tenido que ha pasar esto?—Suspiró triste, no entendía por qué su suerte era tan mala, pero debía aguantar, debía conseguir un poco de suerte, aunque tuviera que buscarla. Solo quería ser feliz de nuevo, olvidar todo lo sucedido, pero eso parecía más bien una misión imposible.
Sonrió con falsedad, intentando conseguir un poco de tranquilidad en su mente revuelta, que no paraba de pensar en cosas distintas. Entendía de que su mala suerte tenía que ver con algo del futuro, podría ser algo del destino, pero tampoco pensó en que fuera solo porque sí.
Y al fin, cerró los ojos, intentando conseguir un poco más de calma. Durmiendo. Pero sentía un poco de dolor en su estómago, por lo que eso de dormir era algo complicado, sobretodo pensando en que quizás su vida cambiaría demasiado. Pero eso era algo que no se podía decir que no, porque su vida ya había cambiado y no la podría rehacer con tranquilidad. Debía luchar por conseguir lo que quería, y eso era conseguir una mejor vida.
Sintió una gran opresión en su pecho, mientras lágrimas comenzaban a salir de su rostro. No quería vivir así, quería pensar que todo esto era una simple pesadillas y que pronto despertaría para ir con sus padres. Pero eso no iba a ser posible, solo en sus sueños, sueños que costaría conseguir y serían bastante dolorosos.
—¿Por qué?—Preguntó con la voz entrecortada, mirando al techo del que caía unas cuantas gotas de humedad. Quería encontrasr la lógica de lo que estaba pasando, pero era imposible. No podría encontrar ninguna manera de explicar a nadie lo que estaba pasando, menos con las lágrimas que caerían si intentaba recordar eso.
¿Era masoquista? Porque no paraba de recordar el incendio. Pero lo hacía para poder conseguir un poco de consciencia, superar lo que había pasado. ¿Lo lograría? Tal vez, pero sería algo muy difícil de conseguir, pero intentaría hacer de todo para poder vivir como si nada hubiera pasado.
Su fuerza de voluntad era bastante buena, pero a veces la voluntad de los monstruos se debilita con el tiempo, y eso era lo que temía Gradient. Quería continuar siendo alguien con una buena cordura, quería continuar siendo alguien alegre.
Las gotas que escurrían por su rostro poco a poco se fueron secando, pero él seguía despierto, mirando al techo, pensando en cómo se había metido en ese lugar. Pero también empezó a pensar en ese niño que había visto antes. ¿Qué le habría pasado? ¿Algo parecido a lo que le sucedió a él? Bueno, tampoco le deseaba el mal, esperaba que fuera algo menos malo. No le deseaba el mal a nadie, pero ahora era todo tan complicado, era complicado no pensar cosas horribles en esas condiciones. Pero seguía intentando mantenerse cuerdo y no perder la salud mental que tanto había aguantado.
Miró hacia los costados, encontrando con la mirada las camas abandonadas que parecían incluso menos cómoda que la suya, y eso de que ahora su espalda crujía, con dolor. Era incluso más cómodo dormir en el suelo, o eso parecía. No quería comprobarlo, de todos modos.
Y al fin, con el suave ruido de los murmullos que se sentían de los niños en el pasillo, Gradient cayó profundamente dormido. Después de todo, el primer paso para poder vivir una nueva vida sería dormir y descansar de una vez por todas.
CONTINUARÁ
Ay Dios, cada vez me enamoro más del yaoi en general. Espero que os esté gustando el rumbo de la historia :D Sí, ya se han visto estos dos chiquitines. Ahora los consideraré mis bebés, bueno no. Pero de verdad que tengo ganas de elaborar la historia.
PD: ¿Os gustan los encabezados que hay en el inicio de cada capítulo :3?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top