What am I to you?





Todo el mundo sabía de su relación.

Todo mundo hablaba de la bonita pareja que ambos hacían.

Todos supieron de su rompimiento.

Todo el mundo supo sobre su regreso.

Todos hablaron sobre las inseguridades de Minseok.

Todos comentaban sobre como el «Adorable Xiumin» tenía la culpa de los rompimientos y de las disculpas del otro.

Todos hablaban de lo lamentable que era Jongdae al encontrarse con aquel tipo de persona insegura y celosa de paso.

Todos los vieron. Todos comentaron. Todos estuvieron en contra a varias actitudes del Kim. Todos se sentían con el derecho de elevar a Jongdae mientras hundían a Minseok.

Pero, ¿acaso ellos entendieron la razón del todo? ¿Ellos estuvieron en su lugar cuando pasaron las cosas?



—Yo siempre quise saber, ¿porque razón Jongdae y tú, terminaron?



Ahora podemos imaginar el silencio más absoluto del mundo. Justo en el lugar más desolado del planeta. A un lado de las imágenes más cautivadoras y dementes que hacen a tu cerebro el preguntarte «¿Qué tenían estos artistas en la cabeza al crearlas?». Y no solo eso, la áspera carcajada cargada de pesadez y temor, provocando un eco aterrador que de la nada, te provoca lagrimear sin conocer la razón.

Y te vuelves a preguntar «¿Qué hice mal en mi vida para merecer esto?». No entiendes absolutamente nada. Pero sabes que eres culpable de una u otra forma.



Él me engañó.



Y la música regresa. El ambiente cambia y la pesadez de la sonrisa que Minseok tiene estampada en su rostro, comienza a notarse cada vez más.

Los bellos ojos, un tanto rasgados, se colorean lentamente mientras que su pequeña nariz de botón, se abre un poco para evitar que los malos recuerdos entren a su mente otra vez y termine llorando frente a sus amigos y alguno que otro desconocido.



—Y no sólo una o dos veces. — sonrió, sin darle mucha importancia. ¡Ocho veces!

Minseok...

—Y todo con distintas mujeres. —Sin siquiera poder controlarlo, sus ojos lagrimean. Sonríe divertido y su garganta hace sonidos mudos al querer continuar hablar. — ¿Fui patético, cierto? —preguntó a sus amigos, la sonrisa no se apartó de su rostro, hasta parecía que era mentira todo lo que soltaba todo gracias a esa divertida sonrisa estampada en sus labios.

—Hyung...

—Una vez escuché que soy un celoso y un completo desconfiado... —calló por uno segundos, la sonrisa tambaleó y ahí, justo frente a sus amigos, supieron que era realidad lo que decía. —Chicos, lamento si alguna vez me vi como de esa forma por la persona que amo, pe-pero...soy tan poca cosa que eso es lo único que puedo hacer para demostrar mi amor.



Pequeñas lágrimas y un sentimiento de enojo, coraje y demás, suspiros pesados. Sonrisas falsas que disfrazan las lágrimas y agonizantes palabras.



—Kyungsoo, ¿conoces este sentimiento, cierto? —Y ahora su voz se escucha congestionada. Y entre pausas, continua, mientras sorbe por la nariz y violentamente limpia aquellas lágrimas saladas que salen sin su permiso. — Cuando amas a alguien, y pese a saber el tipo de mierda que es, le das otra oportunidad porque te prometen cambiar y sigue...— para, suspira y el ahogo en su garganta remordió la conciencia de cada uno de los amigos que alguna vez lo juzgaron. —sigue siendo el mismo idiota que conociste la primera vez.

—Yo...

—Dime, ¿te sientes un idiota completo, cierto? Un idiota que cae cada que puede, porque espera un cambio, ¿o me equivocó?

Je...—Y la risa amarga en contestación, no ayudó de mucho. —Te vuelves en su imbécil personal...un patético imbécil.



Jongdae suelta un simple y adolorido «Soy un hijo de perra». Sonríe porque él lo advirtió desde un principio. Toma la mano de Kyungsoo y sonriéndole dulcemente, sus palabras salen con burla «¿Te dije o no? Que merezco salir en Caso Cerrado», intentando relajar el ambiente se hace el divertido.

Minseok llora, pero él sonríe. Jongdae es un pedazo de idiota para todas las personas. Un jodido patán de mierda. Los dos hermanos Jung, olvidando por completo el hecho de que el mayor se casó en secreto; empuñan sus manos por mera impunidad. ¿Siquiera saben cuántas veces Junmyeon le pidió a Jongdae olvidar a Minseok, porque le hacía daño? Porque desde aquella vez en que rompieron por cuarta vez, Junmyeon estuvo presente. Él se lo repitió mil y una veces a su hermano «Una persona así, no te hará bien, Dae. Mereces algo mejor». Vaya, Junmyeon solo se equivocó de persona al aconsejar.



— ¡Oh, vamos! Paren esas caras largas, que el engañado fue Minseok, no ustedes. —Pidió alégreme después de golpear la mesa para que todos vieran su enorme sonrisa estampada en sus labios.

Cínico hijo de puta. —Y rompiéndosele la voz al finalizar, Baekhyun le lanza lo primero que tiene en mano a su amigo.



Aun con aquella gatuna sonrisa, atrapa el vaso de vidrio antes de que este impacte contra su rostro o el suelo. Niega. Deja aquel cristalino objeto sobre la mesa y sacudiendo sus manos, eleva su rostro y soltando una carcajada, mira a Baekhyun a los ojos.

Sin siquiera romper la mirada o parpadear, las disfrazadas palabras de diversión salen al fin.



—Si ser cínico hace que Minseok me olvide por completo, lo seguiré siendo. —Ampliándosele la sonrisa aún más, tomando entre sus manos de aquellas botanas y continuando con la vista clavada en el Byun, Jongdae flaquea un poco. —Si con ser un patán hago que entienda que no cambiaré, y es tiempo de que busque a alguien más. Lo seguiré siendo. —Ahora, con sus ojos rojos por no parpadear, o hasta por retener las lágrimas; él solo continúa hablando. —No me pidas que lo lamente, Byun, porque me prometí a mí mismo no pensar en una oportunidad. Por favor, déjame seguir siendo un jodido imbécil.



En un lamento y con varios pares de ojos sobre su cuerpo. Jongdae tomo la mano de Minseok. Aferrándose a ella por completo, mientras cariñosamente toma el rostro de este entre su mano desocupada.



No me hagas prometer cambiar, porque haré que Minseok-hyung llore otra vez. —susurra. Muerde sus labios y después de lo que parecieron realmente horas para todos los presentes y no solo para dos o tres, suelta el delicado rostro del Kim y dando una última presión a su mano, lo soltó. —No hagas que Minnie cambie de parecer, porque, no sabes cuánto he tratado para que me odie.



Si tan solo todos entendieran que Jongdae está reteniéndose en estos momentos para abrazar a Minseok y pedirle perdón una y otra y otra, y si se puede, otra vez por ser el bastardo que nadie desearía conocer.

Por dejar de ser el tipo de persona que advirtió desde un inicio.

Pedir perdón porque no lo quiere ver más triste.

Suplicar piedad porque ser un hijo de puta no se hace, se nace.

Pero, sobre todo, pedir perdón porque, por más que intente moldear sus raíces, estas continuarán siendo las mismas.



—No pidas que me sienta mal porque estoy tratando de ocultarlo.



Pero en el momento en el que Jongdae llora, Minseok sonríe.

¿Qué loco es este mundo no? Desde un primer inicio. Muchísimo antes de que Kyungsoo apareciera en la vida de Minseok. Tiempo atrás donde no conocía Neibor ni nada relevante a este lugar. Hace años donde Minseok solo vivía sin muchas preocupaciones, apareció Jongdae diciéndole aquellas duras palabras «Me gustan las mujeres, pero me gustas tú. ¿Tienes una maldita idea de lo que haré para olvidarte en cada momento?». Y desde ahí, todo cambió.

Vamos, ¿Qué clase de loco se acerca a ti solo para decirte esas palabras? Es decir, ¡era la primera vez que lo veía!

Minseok sonríe aún más al recordar al viejo Jongdae, el mismo que alguna vez tuvo en frente cuando aún no salían. «Yo no soy malo, pero, ¿Por qué tienes que ser un chico?» Un amargo gimoteo sale de Minseok. Él también se lo preguntó mil veces. ¿Por qué tenía que ser un chico? ¿Por qué tenía que gustarle exactamente un chico?

Las lágrimas de Minseok se secaron completamente, porque Jongdae se lo dijo varias veces. Se lo repitió cuando ambos dormían. Cuando ambos paseaban: «Minnie, no creo ser capaz».

Y vaya, después de intentarlo, realmente Jongdae no fue capaz.



— ¿Qué soy para ti, Jongdae?



Si le preguntaran a Minseok, ¿cuál fue el engaño más doloroso? Él sin duda alguna te dirá que el quinto.



—Eres mi todo, Minnie.



Porque, por más que no lo quiera aceptar, el haber encontrado a Jongdae besando a una mujer completamente distinta a las anteriores.

Verlos alejarse de la mano.

Escucharlos. Mirarlos. Y no poder detenerlos, porque, ¿quién es Minseok después de todo? Él solo es el Adorable Xiumin. No es nadie salvo eso. No tiene nada. No tiene dinero. No tiene orgullo. No tiene bienes. No tiene completamente nada. Él solo tenía a Jongdae, o al menos, eso creía.

Ahora Jongdae se alejó. Partió de la mano de una desconocida hacia algún lugar. Partió dejando atrás a Minseok. Partió ignorando todo. Partió olvidándolo.

Y Minseok se quedó sin nada, otra vez.

Pero el haber encontrado a Jongdae al siguiente día con un bello ramo de rosas, bien vestido con su ropita de domingo y un peluche hermosísimo. Mientras Jongdae le obsequia varios besos y palabras de amor en cada caricia que le da; le habla de los mil sentimientos que tiene, le susurra el futuro de ambos. Un hermoso, bello y utópico futuro. Porque Jongdae pese a todo, solo ama a Minseok.

Todo aquello, lo hizo entender que todo continuará siendo igual.

Jongdae lo ama. Pero no lo puede aceptar.

Jongdae lo engaña. Pero no lo puede dejar.

Jongdae le hace daño. Pero él también es humano.

Jongdae estará con él por siempre. Pero también estará solo.

Jongdae le dará todo. Pero también se lo arrebatará con la misma facilidad.

Porque el primer engaño, fue un error. El segundo, fue por casualidad. El tercero fue una promesa que se olvidó. El cuarto los hizo entender a los dos que ya no hay vuelta atrás. El quinto, el más doloroso, hizo el cambio. El sexto no se pudo detener. El séptimo vino con las inseguridades. Con los intentos a volver a ser los mismos de antes. Con las aptitudes de comenzar de borrón u cuenta nueva. La distancia se los aclaró. El octavo engaño, solo le dio la respuesta a una relación inservible.



—Aunque, ¿saben chicos? yo también tuve la culpa. —Minseok suelta amargamente, todo su rostro comienza a tener tics nerviosos, y mientras controlas los suspiros que salen involuntariamente, mira todos los conocidos. —Fui culpable de-



Luhan lanzo la primera piedra...o vaso, como lo quieran tomar; porque él ya está libre de pecado. Calló la confesión de Minseok y sonriéndole dulcemente, giro la botella. Alguien debía detener la matanza del alma de Minseok. Si nadie lo detenía seguro y al rato se ahorca en el baño por recordar los engaños de la persona que por mucho tiempo amó.

El silencio llegó y todos lo entendieron, estaba bien, no querían que Minseok continuara, querían saber cuan doloroso era, pero no querían recordárselo otra vez.

Como si fuera suerte o solo la mano de Sehun interponiéndose, una persona ebria y maldita le toco ser cuestionada.

Un gruñido de molestia y Woorin aplaude por la picara pregunta de Sehun.



—Estando frente a frente. —Culpemos al alcohol, culpemos a Sehun, culpemos a la noche; pero cuando a Kyungsoo le preguntaron sobre su "posición sexual favorita", no pudo evitar mirar de reojo al moreno y morderse el labio al solo recordar. —Eso es endemoniadamente caliente.

—No me lo puedo imaginar. —Su novia, niega, no hay mundo en su cabeza para tal posición.

—Es porque no tienes experiencia. —Do rueda los ojos y ante la súplica de su pareja para que le dé un ejemplo de que tan candente es aquella posición, se levanta de su lugar y camina hacia una persona en concreto.



Jongin pasa más saliva de la que su boca puede crear, palmea su corazón ante la lasciva y para nada tierna mirada de Kyungsoo. Solo un par de pasos y ambos estuvieron alejados por casi nada. Ahora estaban frente a frente.

Para cuando Jongin le sonrió arrogante a Woorin, quien se encontraba del otro extremo de la mesa, Kyungsoo cayó en las piernas de Yixing.



—Este es un hombre casado, consíguete el tuyo. —Sin delicadeza alguna, Junmyeon lanza a su hermano fuera de las piernas de su pareja.



Minseok sonríe y carcajea junto a las nueve personas que le siguieron. Woorin no se quedó atrás y para cuando noto la mirada de Kai en ella, se burló en su propia cara.



—Ni se te ocurra. —Luhan sisea y los pensamientos de Kyungsoo sentándose en las piernas de Sehun, ese chico inexpresivo, fueron denegadas antes de enviar la petición.



Mientras el Do buscaba donde recrear su posición, Jongdae tomó la mano de Minseok y como buenos compatriotas, ambos salieron del bar.

Nadie les prestó atención, pues, ¿Quién les haría caso cuando Kyungsoo y Jongin se han vuelto a reunir después de tanto tiempo? Vamos, que aquellas pequeñas acciones que Kyungsoo junto al moreno tuvo, les quitaron más créditos a todas las confesiones desde la más inesperada hasta la menos esperada.

Porque para cuando Kyungsoo tomo lugar en las piernas de Jongin, todo el mundo se había quedado en completo blanco. No se sabía cómo o porqué, pero ya nada funcionaba bien en la vida.



—Sus manos, deben tocar tu espalda. —Y sin esperar a más, las morenas manos se adueñan de la espalda del más bajito. —Las tuyas en su pecho y... —Se detiene al momento en que sus ojos se conectan. Duda. Por un segundo, duda si debe continuar o no, tal vez después culpe su estado así que se arriesga. —Mirarlo atentamente mientras te acercas y tratas de besar...



Y, alto.



—Y así es como se hace una bella posición. —Antes de decir más o actuar, se separa.



Esperando a una mano que lo detenga y prosiga con lo que hacían, pero no, Jongin fue cobarde por no intentarlo. Wow, lamentable Jongin, quizás hubieras leído los labios de Kyungsoo cuando los movió diciendo «Hazlo» y la historia sería otra en estos momentos.

Suerte para la próxima querido Jongin. Bueno, si la logras tener.

Una enorme sonrisa por parte de Woorin y su pareja llega hasta su lado, ahora Jongin se está preguntando si era normal pelear contra ella por Kyungsoo. Ya saben, de los cabellos y el que aguante sin desmayarse o quedar noqueado, es quien gana al final. Suspiró resignado, ni él mismo sabe qué hacer en esos momentos, tal vez solo deba empinarse una botella de alcohol y después cantar alguna canción de desamor mientras sufre en silencio.

La botella gira y más preguntas salen. Nadie se ha dado cuenta de la pareja que hace falta en la mesa, a excepción claro, del Bartender que desde hace rato se fue a chismear cuando los vio salir de la mano y llorosos.

Jongdae suelta la mano de Minseok; el Bartender se esconde para ver y escuchar un poco más. Sale del local y dejando a un paralizado Minseok, no se despide o mece su mano para irse y abandonarlo como siempre lo ha hecho. El Kim da media vuelta, dispuesto a regresar dentro junto a todos sus amigos, cuando la puerta se vuelve a abrir. El hijo de Yunho entra y sin siquiera mirarlo, siguió caminando. Se detiene frente a Minseok y después de elevar una ceja, tomo su teléfono y arregló el saco.



—Hola, mucho gusto. —Estira su mano, Minseok no sabe que está pasando exactamente o que es lo que trama Chen, pero se abstiene a estirarle la mano. —Bien, seré breve. A mi amigo el de allá, le gustaste. —Estira su mano señalando a la persona y la carcajada del Bartender junto al ceño de Minseok salieron casi de inmediato.

—Jongdae, eso es un espejo.

— ¿Oh, sabes mi nombre? ¿Puedo saber el tuyo? —Pregunta con asombro, toma su pecho y gira a ver a su amigo. —Bueno, como sea, mi amigo dice que le pareciste atractivo. Y quería saber si estabas saliendo con alguien.

—Jongdae...

—Él tiene tres hermanos; uno que no sabe contar chistes, otro que es muy violento y el último que fue un error. —En una gatuna sonrisa, voltea al espejo y después al Kim. —Tiene dos papás y una mamá.

—Que estas tratando de-

—Él tiene mucho dinero. —Interrumpe. —No le gusta presumirlo, es estúpido presumirlo, pero si algún día necesitas algo, no dudes en decírselo.

—Dae...

—Me dijo que es un bastardo, que no puede cambiar, pero si mejorar.

—Por favor.

—Tiene muchos problemas, ahora que lo pienso. —Gira a ver su propio reflejo y gruñe. —Mejor no salgas con él.

— ¿Qué estás haciendo? —Minseok pide a llantos cuando el menor de los Jung lo abrazó.



¡¿Cómo diablos puede permitirlo hacer eso?! El Bartender se levanta de su escondite y dando un paso para enfrentar y dar fin aquella toxica relación, se detiene al escuchar la voz del de gatunas facciones.



—Nunca te engañé, Minnie. —Finalmente lo dice. —No tuve confianza en mí, más no te engañé.



Con palabras ciertas y sentimientos libres, Jongdae confiesa. ¡Claro que nunca lo engañó! Hubo acciones mal interpretadas, mujeres en el camino y una falta de reciprocidad en su vida; pero nunca lo engañó.

Pudo haber salido con varias mujeres mientras salía con él. Pero, cuando nunca antes habías sentido atracción en alguien de tu mismo sexo, no sabes exactamente cómo te sientes. Te quedas atrapado en un hoyo donde no puedes salir. Y Jongdae estaba ahí. No sabía que era normal o no, él sabía que le gustaban las mujeres y que era normal estar con una, sin embargo, aparece Minseok volviéndolo loco y a él nadie le explicó que era posible no querer una mujer, cuando te enamoras de una persona completamente diferente.

Todavía, si hubiera sido Kyungsoo, habría tomado todo a la ligera y que sea lo que los sentimientos digan, si se va a hundir en el hoyo, que sea en el hoyo de la felicidad y punto. Pero Jongdae es muy distinto a su hermano, él tiene que saber porque razón son las cosas. ¿Por qué cayó en el hoyo en primer lugar? Además, si continuamos comparándolo, Junmyeon siempre tiene una solución a todo, y cuando están en aquel hoyo, solo compra una cuerda y sale.

¿Porque debían tener distintos pensamientos estos tres hermanos?

Jongdae tuvo una estúpida y grandiosa idea, mientras dormía y Kyungsoo se quejaba de su trabajo de medio tiempo en Mounter; él debía salir con ambos —Minseok y cualquier mujer— para dar en el punto claro de sexualidad.

Aquel primer beso en la fiesta de los Oh, le aclaró varias cosas. El sensual beso en los baños de Mounter, le dejó aquel sabor en la boca de pertenencia, cuando lo pensaba en las noches, sin poder dormir, lo atormentaba por no encontrar respuestas. Cada vez que ambos por algún error convivían en Neibor, lo hacían querer estar cada vez más cerca. Más y más unidos, cuanto más posible sería lo ideal para Jongdae.

La primera vez, cuando casi lo mata del susto y que descubrió lo bien que Minseok huele con el shampoo de moras y uvas, lo hizo sentir un pedazo de mierda porque nunca jamás podrá abandonarlo.

Minseok ya era lo que Jongdae quería.



—Me importaba más lo que los demás pensarán que lo que sentía. —El Jung susurra. El Bartender aplaude a tal pedazo de idiota valiente. Y Minseok continúa llorando. —Es tarde, pero a mi amigo y a mí, nos la pelan lo que los otros puedan decir.

—Jongdae yo-



Y como si solo Luhan fuera el indicado para que Minseok no cometa suicidio, apareció interrumpiendo las palabras de este humano. Con la respiración agitada, los ojos brotándosele porque el oxígeno no le ha entrado al cerebro y pronto se le reventarán. Así, como si estuvieran en el espacio. Pega una mueca de susto y preocupación a la vez. Toma las manos de sus dos amigos y sin más tiempo, habla a gritos.



— ¡Jongin y Woorin se van a matar! —Grita y el Bartender sale de su escondite, aquello no se lo pierde por nada del mundo.



Sin más tiempo a perder los cuatro entran al desastroso bar. Todas las personas estaban en las paredes, dándoles su espacio a las dos personas que se gritan varias cosas desde cerca.

Una botella es lanzada y el cuerpo de Sehun cae al mismo tiempo Luhan suelta un grito desgarrador. El cuerpo de Kyungsoo tirado a los pies del par que pelea y tanto Baekhyun como Chanyeol cubriéndose entre ellos mismo.

Los otros solo se mantuvieron silencios y no soltaron palabra alguna, después terminarían igual o peor que Sehun.



—Todo esto es mi culpa. —Luhan se lamenta y a gatas se acerca a su novio.



Woorin levanta la voz y Jongin no se deja acaparar por ello, así que la alza aún más.

¡Claro que esto es todo culpa de Luhan! ¿De quién más si no de él?




Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top