Vigésimo sexto capítulo


Nota importante: Todo ocurre en el mismo día salvo lo último que sucede un día después, y será relatado por varias personas, eso es todo, se me cuidan mientras leen ♥.




« L u h a n »



— ¿A quién esperas, Luhan?

— ¿Yo?

—Estas mirando desde hace rato la puerta, ¿esperas a alguien?

—Yo no he hecho eso. —Quizás, solo quizás, tía Liahn tenga un poco de razón, no lo sé, como que el día está un poco triste como para ser verdadero, se siente como un domingo cualquiera.

—Lo estabas haciendo hace un momento, llevas desde la semana pasada haciendo lo mismo. —Hago un ademán con la mano.

—Creo que se ha equivocado, tía. —Tomo el block de notas junto al lápiz y espero febrilmente algún cliente nuevo. —No me he fijado en ningún momento en la puerta. Solo...estoy, concentrándome en ese libro que tanto he pensado escribir, pero ahora que tengo tiempo, lo haré.

—Oh...

—Sí, creo que las vacaciones son el mejor momento para iniciar a escribir. —aunque cualquier momento es el mejor momento para escribir, no debo desperdiciar estas vacaciones.

—Entonces, — sonríe, levanta su pulgar derecho y agitando su mano izquierda, trata de despedirse— no te robo más las ideas y continúa.

—Yo terminaré de escribir, tía. —Se da la media vuelta y va al almacén, ahora me quedo completamente solo.

Vaya, ahora que lo pienso claramente, si estoy mirando la puerta como dijo ella. ¿Será porque está un poco sucio el cristal?

Por aquellas puertas de cristal, solo veo pasar a gente desconocida. El día se ha tornado más obscuro y al parecer está a nada de llover. Desde que llegué siempre parece que lloverá, pero en ningún momento ha sucedido. Solo son advertencias del clima más nada se vuelve realidad.

Miro el reloj, una de la tarde con doce minutos, ¿acaso estoy deprimido? Creo que son los días como estos. Los días lluviosos no ayudan en mi autoestima. Me pongo melancólico y un tanto depresivo en estas fechas, tal vez se deba al clima lluvioso mi estado de ánimo, creo que lo leí en una revista, sobre la existencia de una teoría referente a la influencia del ambiente en las personas.

La puerta se abre, sonrió de forma casi inmediata, pero no es exactamente a quien, hace casi seis días, no he vuelto a ver.

¿Así que, no piensas aparecer?




•♦•

« J o n g d a e »




—Pero Min-eh, no fue mi culpa, ella se abalanzó. — pido por un poco de atención, Minseok sigue ahí, ignorando mis palabras, ignorándome. —Te juro que le dejé en claro que te tenía a ti. —Y sin respuesta. Creo que voy a morir si él sigue de esta manera. —Min-eh, por favor, escúchame...

—Chen, mesa ocho. —Jia habla después de interrumpir el silencio que Minseok estaba manteniendo y asiento de inmediato. Acomodo el uniforme, lo único bueno de Kyungsoo es que nuestras ropas son del mismo tamaño.

—Incluso me intento limpiar solo para tocarme, pero la detuve, Min-eh.

—Que mal —chasquea los dientes y mueve su cabeza en negación—, desaprovechaste la oportunidad. —Responde con odio y trago saliva.

Minnie...

— ¿Qué? ¿Te falló el coqueteo y por eso mojaste tu uniforme? —abre sus labios y mira a todos lados salvo a donde estoy yo, que es justamente a un lado suyo, mueve su cabeza en afirmaciones y sin que pudiera soltar más, tomo la palabra.

— ¡Sé que soy coqueto, pero eso no pasó! — levanté la voz, él finalmente me a volteado a ver—No llego a tanto, ni siquiera necesito de mucho.

—Lo estás aceptando ahora. —suspira molesto. Creo que la cagué, pero no lo creo, ¿Qué está sucediendo? —Ve a atender la mesa, Chen.

—Pero...

Ahora. —Ordena, le refunfuño, pero al final lo obedezco.

No se le puede considerar coqueteo a la manipulación sentimental, con el único fin de obtener una cotización mayor en cada orden, por ende, una mayor financiación se hará por parte del trio de mujeres. ¿Cierto? Yo solo lo hago para la empresa o lugar en este caso, en la que estoy fungiendo como mesero o trabajador a medio tiempo. Yo no coqueteaba, solo pedía la orden.

Que ellas se sonrojaran con mis manipuladoras palabras, era algo totalmente distinto.

Yo, solo soy el mesero.

Ellas, unos clientes.

Y el coqueteo es, ética y moralmente, prohibido en el ámbito laboral.

— ¿Ya saben que van a ordenar?

Volteo, a solo cuatro mesas de mí se encontraba él. Sonriéndole de forma amable al joven imbécil que le está coqueteando. ¡Yo conozco esas miradas! Por eso sé que le coquetea. Alguna vez pude haberlas hecho.

¿Cómo se atreve a sonreírle a mi Minseokikie? ¡Debe mantener la mirada gacha, solo asentir, y hablarle con respeto o de lo contrario, será una falta de respeto! Cada día se están perdiendo más los valores.

—No le hemos llamado. —La gruesa voz de un hombre roba mi atención.

Que yo recuerde, en la mesa ocho no había ningún hombre. Solo mujeres. Argh, debí de equivocarme. Doy un vistazo y en efecto, es la mesa dieciocho. Vaya errores que llegamos a cometer por los celos, creo que cometeré otro error más adelante y tiraré una rebanada de pastel en el imbécil cliente que le coquetea a Hyung. Pero eso será después, ahora ¿Cómo arreglo mi error?

Doy un largo suspiro, ¿Cuáles eran esas palabras que Luhan me enseñó para que todos crean que estoy arrepentido? Creo que eran...

—Realmente lamento la interrupción, —vaya, jamás creí que las palabras vacías se escucharan tan bien por mi parte, ¿debería ser actor? Creo que estoy entendiendo de poco en poco como es que se siente Kyungsoo tomando su carrera sin mucho futuro empresarial. —estoy bastante apenado por mi confusión.

Y ahí, en ese momento, justo cuando levanto mi vista, la veo. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Me he quedado sin palabras o mentiras, solo creo haberme congelado.

¿Quién lo diría? Yo he cambiado, he crecido, y podría decir que he madurado. Pero ella...sigue igual. Igual de hermosa. Los años pasan en vano en ella. Sonrió torpemente y ella me mira, como si me juzgara, pero eso no importa ¡la he vuelto a ver! Trato de formular alguna palabra, pero es casi imposible ¡Argh, quiero llorar!

Trago un poco de saliva, y aclaro mi garganta. Muevo mis labios, solo para decir nada. No puedo decir nada. Es como si todos mis circuitos hayan cambiado drásticamente y en lugar de hablar, muevo mis manos. ¿Hace calor? ¿Por qué tengo calor? Esperen un momento, ¿mis piernas son las que se sienten como gelatina o es solo mi imaginación?

—No importa, solo sírvanos el vino.

Casi temblando tomo la botella de vino, humedezco mis labios y aun con la sonrisa intento llenar las copas, tiemblo solo un poco o al menos solo tengo un poco de control en todo mi cuerpo. Suspiro tres veces, y en esas tres veces imaginé mil cosas emocionantes que podría decirle a ella. Me callé y continué llenando las copas.

Primero tomé la del hombre, me muevo un poco y tomo lugar a un lado de ella, controlo lo más que pueda aquellos instintos de abrazarla y llorar, mientras le confieso lo mucho que la extrañé. Pero soy un adulto ahora, y a ella le gusta su especio, bien que lo recuerdo.

Me alejo lentamente de ella, inundo mis fosas nasales de aquel aroma que tanto la caracteriza y retomo mi lugar. Si no caigo desmayado en el piso después de llorar y confesarle cuando la amo, juro sacaré las mejores calificaciones y seré mejor hijo.

—Mamá... ¿yo también puedo beber vino? —Ouch, creo que algo pinchó mi pecho.

No cariño. —Mi sonrisa desaparece. —Eres muy pequeño aún.

Pasa su mano por el cabello del niño, que quizás ignoré en un comienzo, dejando a la vista aquel anillo plateado. Dedicándole una mirada de cariño. Una mirada que solía darme a mí y a hyung. Una mirada que me destrozo por completo.




• ♦ •

« C h a n y e o l »




Toco el timbre y lo último que pensé encontrarme seria a un Kyungsoo semidesnudo, con una sábana roja, en bóxer, con el casco de alguna motocicleta en su mano derecha y el palo de escoba en esta misma. Totalmente despeinado, y agitado. Me mira algo curioso, aunque, en esta situación el curioso debería ser yo.

— ¿Qué se te ofrece Chanyeol? El departamento de Baek es abajo.

—Venia por mi película, ¿Por qué estás vestido así?

Estamos jugando. —Sonríe de medio lado, algo divertido y eso me da miedo, no sé qué clase divertida estarán haciendo, pero el que un palo de escoba se vea involucrado mientras están casi desnudos no me crea mucha confianza. — ¿Quieres entrar?

—Claro. —Respondo algo dudoso, ¿Qué tipo de juego estarán jugando para estar vestidos de esa manera? ¿Tal vez la botella? ¿O a las cartas de prenda? ¿Algún tipo rol de amo-esclavo?

— ¿Quieres jugar, Chanyeol?

Lo sigo y nos detenemos frente a la sala. Esta la televisión encendida y los pies de Kai sobresalen del sillón, tal vez he interrumpido en su sesión de romance-juego-del-sexo, y justo ahora Kai este desnudo. Mierda... ¿Ahora cómo me largo de aquí?

Debo inventar una buena excusa y salir lo más rápido posible de este lugar.

—No quiero molestar... ¡Mira qué hora es! Mis padres deben de estarme esperando, solo me dejaron salir hasta las dos de la tarde, y ya casi son las cuatro, tal vez después ju-

—No estamos haciendo nada indebido, ¿sabes? —Casi de inmediato me calla Kyungsoo, trago saliva. ¿Acaso piensa que yo pensé que ellos tenían algún tipo de raro ritual de apareamiento y por eso las ropas o los chupetones en el abdomen? Porque si es así, entonces tiene razón.

—No es que piense que estén teniendo sexo a estas horas, o que tengan algún fetiche raro y por eso el casco y el palo de escoba. — contengo la respiración, inflo el pecho y saco lo que no quiero decir pero que, si quiero, pero no frente a ellos, estoy en shock. —O que te creas un súper héroe gay e intentes salvar a Kai...No, no he pensado eso. Es solo que, se me está haciendo tarde...

¡Yah! No todo es sexo en esta vida. —Dice algo indignado Kyungsoo, ¿Y, no lo es? Yo conozco a Kai, y sé que él debe vivir del sexo (o algo así nos ha contado él). Chasquea los dedos, y un largo gemido ahogado sale de Kai. —Sura, ven aquí.

—Hyung~, esto es vergonzoso. —Trago pesado, ¿Qué sucede con estos dos?

—Jongin, prometiste que lo harías. —Le reprocha y Kai asoma medio rostro. ¿Le está llamando Jongin así sin más? Wow, Kai ha cambiado mucho.

—Pero no frente a mis amigos.

Un largo suspiro sale de los labios de Kyungsoo, se quita la sabana de su cuello, deja el casco en el suelo, el palo de escoba lo pone sobre la sabana, da unos pasos y se pone sus pantalones. Justo cuando esta por abrochárselos, se detiene y le deja más que claro que se ira, Kai deja un largo y más que audible «Hyung~». Kyungsoo toma la sudadera, y sin playera o camisa, porque al parecer la perdió, toma el casco y segundos antes de que llegue a la puerta, Kai lo detiene. Lo abraza por la espalda y lo presiona fuertemente contra su pecho, todo pasó lento y tan extraño frente a mis ojos.

¿Acaso estoy viendo bien? ¿Mis ojos me están traicionando? ¿Eso que aparentemente es Kai, es verdaderamente Kai? ¿Qué le has hecho Kyungsoo?

— ¿Cuál es tu línea? —le pregunta algo divertido, cerré los labios esperando una respuesta y Kai, o lo que quedada de Kai, abre los labios para hablar.

—Prométeme, que volverás con vida. Que volverás a mi lado. —suelta algo bajo, pero audible y no puedo contener mi carcajada.



•♦•

« L u h a n »




Miro el blanco lápiz. ¿Por qué ninguna idea llega a mi cabeza? Esto me está frustrando cada vez más. Ya tenía esa idea, de cómo iniciar el reporte. Pero, se borró de la cabeza la idea principal.

— ¿Sabías qué en la población coreana el uno punto siete por ciento se llama Han Sol? —Muevo mi cabeza en negación, y Micky solo sonríe. —Nueve años y apenas tuvimos los datos correctos. —suelta algo divertido. —Luhan, ¿tienes el retrato?

Algo...algo ha impedido que me concentre. — confieso, porque para ser sinceros siempre que trato de dibujarlo solo me quedo en blanco. —Cada que mi lápiz toca el papel, hago otra cosa totalmente distinta. Mira.

Y lo único que vemos son dieciséis de cincuenta hojas blancas, llenas de distintos marcos. Con formas distintas, al igual que patrones y colores distintos. ¿Qué me está sucediendo que no puedo dejar de dibujar marcos? No dudo de mi gran capacidad para dibujar retratos, ¿pero que me sucede con los marcos? Unos son de corazones, otros simplemente se asemejan a un cuadro verdadero —por los toques surrealistas que les di—. Unos pocos, son una verdadera aberración.

En la hoja diecisiete está un leve retrato de Hansol. En la dieciocho, el perfil, ese perfil que sin mucho esfuerzo logro dibujar de Hansol. De la hoja diecinueve hasta la veintiuno están unos dibujos que los gemelos hicieron, apenas están aprendiendo a escribir por lo que todo está completamente deforme, y no logro entender del todo. La hoja veintidós esta mamá, fue apenas cuando estábamos en China. Pero a partir de la hoja treinta y ocho, solo garabatos salen.

No he podido concentrarme desde que llegue a Corea. Y eso que han sido solo un par de días. Tal vez, es mucha presión en la que he estado viviendo este último tiempo.

—Al menos, este marco me gusta. —Responde divertido y sonrío.

—Tal vez mi mente bloqueo el rostro de la persona que arrebató mi felicidad. — las palabras salieron, mis dedos se enfriaron y Micky tosió. —Y por eso...no lo recuerdo.

—Puede ser...

— ¿Estas defraudado porque no lo puedo recordar? —Pregunto algo triste y Micky me abraza cariñosamente.

—Jamás lo estaría de mi sobrino favorito.

—Pero no soy tu sobrino verdaderamente. —Cruel y absurda realidad.

—Eres al único que necesito. —Responde dulcemente y asiento.

—Si Jongdae escuchara esto estaría deseando que muriera. —Le advierto y él me presiona un poco más.

—Dae es un celoso. —Ríe. —Me gusta molestarlo.

—A mí también.




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« J o n g d a e »





— ¿Qué? ¿qué hace? —Pregunta indignado el hombre al verme tomar asiento. No me importa nada de lo que me pueda decir este tipo, quien debe tomar toda la responsabilidad aquí es ella.

¡Soy su jodido hijo! ¿Por qué no se ha dado cuenta? ¿Qué no se supone que las madres tienen un sexto sentido con sus hijos? Entonces... ¿por qué? ¿Por qué pareciera que me está temiendo? ¿estoy actuando como un desalmado acaso?

Coloco ruidosamente la botella en la mesa y esa alegre familia me mira sorprendida. Los allegados a la mesa pararon lo que hacían para mirarnos, ¿qué nadie sabe cuan triste y frustrado me encuentro ahora?

—Usted cállese. —Le dirijo una mirada de odio y éste bufa indignado. —Tsk. —tomo una de las copas vacías y sirvo del vino. De un solo trago bebo todo el contenido. — ¿Es feliz?

Por varios segundos se mantuvo callada, mientras miraba mi rostro tratando de averiguar quién soy. Pero quitando posiblemente, alguna duda al leer el nombre que está en el gafete. Do Kyung Soo, las letras que el gafete tiene. Do Kyung Soo, lo único que sale de esos delgados labios.

¡¿Por Dios?! Estoy igual a cuando era niño, ¿simplemente se olvidó de mí? ¿Acaso fue así de fácil para ella?

—Oh, ya veo...—Respondo en voz baja. Sirvo más del vino y les sonrió ladino. —No se preocupe, hoy pago yo. —le digo con burla al hombre, su enojo y sus enormes ganas de gritarme eran tan obvias que sigue sin importarme si nos agarramos a los golpes en ese preciso momento. —Por la bella mujer que tiene, gastaría todo el dinero que tengo.

— ¡Que le sucede! —Prolifera molesto. — ¡Eso es un atrevimiento!

Uy...—Río y su enojo aumenta aún más. —Cuídela, es muy hermosa. —Humedezco mis labios y la miro fijamente. —Nunca sabe cuándo lo puede abandonar. —Mis palabras salen con odio, ni siquiera puedo controlar el tono, quiero llorar, pero también quiero que se disculpe y que me recuerde mientras la trato de odiar, pero, ¿qué demonios está sucediendo? ¿Por qué justamente hoy tuvo que aparecer? —Cuando más la ame, ella se irá.

Y antes de que pudiera decir más, mamá vierte todo el vino sobre mi rostro. Su respiración se vuelve agitada y su expresión de odio se hace cada vez más presente, wow, romperé en llanto en cualquier momento. Puedo escuchar perfectamente el pequeño sonido que las demás personas hicieron al vernos, solo espero que no me despidan.

— ¡¿Quién eres tú para difamarme?! —Pregunta molesta, mi mandíbula se tensa y las lágrimas piden a gritos salir. — ¡¿Eh?! ¡Contesta! ¿Quién eres? —Una risita sale de mis labios, controlo los sentimientos, la veo.

—Que poco se acuerda de mí, señora Kim. —Sorpresa, su expresión de sorpresa pura marcó muchísimo más el hecho de que el odio que espero tenerle borre por completo el amor absoluto. —No sabe cuánto la he extrañado. — Mi voz tembló, me detuve y sonreí con burla al recordar cómo demostraba ser feliz ocultándonos tanto a hyung como a mí. —Aunque creo que usted ya me olvidó. —Rio. —Usted fue mi primer amor, ¿sabe cuánto tiempo la busque?

—Por favor...

Kim Min Jung. —Me levanto. —Esta es la última vez que nos reunimos, ¿de acuerdo?




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« C h a n y e o l »





Tomo asiento. Y solo espero la grandiosa escena. Kai me amenaza justo cuando Kyungsoo se da la vuelta.

—Ni una palabra de esto, a nadie, ¿entendiste? —me ordenó.

—Soy toda una tumba. —Le respondo divertido.

Kai acomoda lo que sería un vestido rojo, aunque si lo miraba bien, era una simple sabana roja, atada a algunos lazos negros, pero le queda perfecto. Alguien debió de haber sido diseñador en su otra vida. Estilista no, porque el peinado de Kai era un revoltijo. De lo demás, ideas en cinco minutos envidiarían el outfit casi perfecto.

Kyungsoo toma un pedazo de tela y aun con la vergüenza, Kai sube de su vestido y muestra de sus tan torneadas piernas.

—Quiero que...—Kyungsoo enreda aquel pedazo de tela en la pierna y aprovecha para tocar más de la piel, yo ya no puedo aguantar la risa. —siempre mantengas esto, y así sabrás que estoy a tu lado.

En un movimiento rápido, Kai toma a Kyungsoo de los hombros y lo levanta, atacando sus labios al instante. Bien, ya no es tan gracioso cuando comienzan a desvestirse. Es realmente incómodo. Tal vez deba despedirme o simplemente irme...

Aclaro mi garganta y ambos se separan al instante.

¡Yah! Esa todavía no era tu línea. Imbécil. —Le regaña y Kai lo reta.

— ¿Y acaso el que me toquetearas si era la tuya?

—Cuando Spartacus le coloca el pedazo de tela la cámara enfocó sus rostros. Yo solo improvisé, eso es lo que le hizo a Sura, justo cuando ambos eran enfocados. —Responde Kyungsoo y se me es imposible el no carcajearme por su ocurrencia.

— ¡Tu cállate! —Me reprime Kai y lo ignoro.

—Kyung, tiene un punto a su favor Kai. —lo señalo; detuve las carcajadas y por un segundo se me ocurrió hablarle a los demás para que vean aquello que yo estoy disfrutando en estos momentos, después él me lanzó un guante y eliminé mis ideas, esto solo puede quedar enterrado conmigo hasta el día de mi muerte. — Es solo eso.

Después de eso, ambos tuvieron una pequeña, casi nula, pelea sobre el libreto y sus líneas.

Era bastante divertido el ver cómo es que Kyungsoo controlaba a Kai.

Aunque, pues, todo debe terminar. Y mi risa terminó al momento de aquella línea que no estaba en el libreto, y que fue improvisado. Se salió de control. Realmente, lo juro, hubiéramos estado aun riéndonos por la vergüenza que Kai sentía, pero Kyungsoo siempre la debe cagar.

—Lindas piernas, ¿a qué hora abren? —Pregunta con picardía.

Hyung~...

Sí. Solo eso fue más que suficiente para hacerme salir despavorido con dos películas en mis manos. Antes de que pudiera presenciar algún rito de apareamiento gay o cualquier cosa que ese par de sinvergüenzas hagan. Dios, ¿acaso no pueden separarse por un segundo?

Subo al elevador y marco un número en específico. Menos de quince segundos y llego al piso.

Acomodo mi ropa e intento acomodarme el cabello.

— ¿Sí? —Pregunta algo avergonzado, mordiendo su labio mientras intenta ver la puerta de su vecino.

—Tengo una película. —suelto algo ansioso, feliz, eufórico; estoy frente a Baekhyun, no sé si vuelo o camino, no sé nada mientras lo miro.

— ¿Y?

— ¿Quieres verla? —Pregunto un tanto nervioso. Creo que no lo convenceré, ha puesto esa mueca que me deja en claro que quiere, pero no. Como si dudara si la película fuera lo bastante buena como para perder su tiempo en verla. Pero, tengo un as bajo la manga. —I give my first love to you...

Nuestra relación puede no ser muy usual. Pero, sé cómo convencerlo para que de vez en cuando, me de algunos besitos mientras miramos una película japonesa.

Algo que siempre tendré en claro es lo siguiente:

Baek jamás podrá decirle «no» a algo relacionado con Japón. Tiene un tipo de apasionamiento a esta cultura. ¿Qué puedo decir? Me gustan los defectuosos.




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« L u h a n »




Todo ha obscurecido ya.

Quizás debí de haber aceptado la propuesta de Micky. Y ahora mismo estaría con él, pá y Jaejoong-hyung. Pero decidí el quedarme aquí. ¿Puedo arrepentirme ya? Ceo que estas son una de esas ocasiones en las que tomas malas decisiones. Sí. El quedarme fue una muy mala decisión. No ocurrió algo muy importante en este lugar. Tal vez, esperé más de lo que debí.

— ¿Luhan? ¿Luhan? ¿Cariño, que te sucede? —Pasa su mano frente a mi rostro, y fijo mi vista en ella.

—Nada, tía.

—Pues, llevo como cinco minutos intentando hacer que te conectes a la tierra y me respondas si es que irás al trabajo de Kyungsoo. —Da un corto suspiro y después me entrega mi suéter. — ¿Recuerdas que te invitó por las presentaciones que hacen?

—Oh, cierto... ¿eran hoy?

—Sí, ¿no le cancelarás, cierto?

—No, justo ahora estaba pensando en ir. —enarca una ceja y me sorprende. ¿Por qué yo no puedo levantar una ceja y ella sí? Suspiro, creo que me desconcentré solo un poco, no es la gran cosa, ¿o sí? Digo, todos nos perdemos en nuestros pensamientos algunas veces. —Puede, solo puede, que lo haya olvidado...

—Entonces, ve, que se te está haciendo tarde.

Prácticamente soy corrido del lugar donde trabajo. Eso es algo inhumano. ¿Qué no entiende mis sentimientos por aquella tintorería? Ella es como mi Julieta y yo soy un Romeo, que no sobreviviría sin el suavizante y la pulcritud con la que deja cada prenda que mi Julieta toma entre sus máquinas de acero, con motor, junto a un poco de jabón.

Esperen, sonó muy raro. Lo único bueno es que no salieron las palabras de mi boca. Debo dejar de pensar en cosas raras, y centrarme en mí, uhm, camino.

Quizás ya que estoy hablando conmigo mismo, apoye a mi mente...mentalmente, algo raro, refiriéndome a mi propia mente, pero necesito levantar una sola ceja. ¿Cómo debo iniciar?

¡Vamos músculos que funcionan gracias a mi cerebro! Muevan solo una parte de mi rostro. ¡Ánimo! ¡Ustedes pueden! Solo, deben levantar en la zona de la ceja y alzarse. Tengo fe en ustedes. ¡Hipotonía ven a mí! Haz mi tejido muscular más flácido.

— ¿Tienes alguna reservación? —Pregunta de forma amable uno de los musculosos chicos del restaurant. Un momento. ¿Debía tener reservación? Kyungsoo no me dijo nada...apuesto por la cara de susto que puso el chico, que tengo una expresión de horror en estos momentos. ¿Debería hablar de algo? ¿Cómo puedo entablar una conversación con un chico musculoso? Las personas que conozco no tienen músculos bien formados o van a un gimnasio, ¿eso es algo malo?

—N-no...Kyungsoo-

¡Ah! ¿Eres Luhan, cierto? —Un asentimiento y él sonríe. —Mesa quince.

Eso fue extraño. Bueno. Lo extraño en esta situación es el cómo llegue a este lugar. ¿Acaso conocía antes este lugar? Bueno...ya que estoy aquí.

Busco a todos lados. Y al fin encuentro la mesa. Doy un leve vistazo a mí alrededor. Esta casi lleno. A lo lejos logro ver a Kota, quien se va a un lado de Minseok, un momento, ¿Minseok trabaja aquí? Espera, ahora que lo pienso, algo así escuché, pero ¿Cuándo? Como sea, las cosas se están dando de este modo así que no importa.

Comienzo a sonreír, mi pequeño cachetón parece algo molesto. Dejo de sonreír en el momento en que escucho unos leves gritos a pocas mesas de mí, y como si fuera el destino, encuentro a Jongdae, empapado por completo y una mujer más que molesta, con su copa en mano.

Me levanto de inmediato, a pocos pasos de ellos, me detengo.

—Kim Min Jung. Esta es la última vez que nos reunimos, ¿de acuerdo? —su voz suena dolida, y por algún momento creí ver como sus ojos intentan llenarse de lágrimas.

—Quiero hablar en este momento con- —el hombre de la mesa es callado de inmediato.

—Ya le dije yo pago todo, ¿sí? Así que solo mantenga el pico cerrado. —Le interrumpe con gran odio en sus palabras, y aunque estoy a espaldas del hombre, puedo ver como se tensa al instante, bastante molesto.

— ¡¿Quién te crees para-?!

No pude soportar más. Esos no son los valores que le he inculcado a lo largo del tiempo. Puedo soportar que sea un celoso, incluso que me haga molestar con nonna, pero mi moral no me permite dejarle que les falte el respeto a sus mayores.

Aunque, creo que mi moral se está deteriorando desde que los conocí, con todo eso y sus mentiras en juegos. Intentando ser otra persona que no...un momento, ¡¿Acaba de decir Minjung?!

¡Yah! ¡Kim Jong Dae!

Un grito a mi espalda.

Una copa rota.

La huida de Dae.

Y mi insana mente al ver a mi bollo salir tras un dolido Jongdae. Sí. Llevaba un pantalón más que ajustado. Negro. Bastante pegado. Algo, raro...

Maldito Sehun.




• ♦ •

« J o n g d a e »




Todo era más que sofocante. ¿Por qué estúpida razón hui de ahí como todo un cobarde?

— ¡Kim Jongdae! ¡Detente ahora!

Y tal como lo ordenó, me detengo.

—Juro que... ¿Qué tienes? —Pregunta algo preocupado y me es imposible no sollozar cuando toma mi rostro e intenta limpiar mis lágrimas. — ¿Por qué lloras? ¿Qué te sucedió? ¿Amor, por qué...? —Y ahora se me es imposible no llorar como todo un chiquillo al escucharlo. Ahí es cuando solo balbuceos salen de mi boca. — ¿Jongdae, me estas-?

Tomo su rostro e intento olvidar algo por el momento, mientras lo beso con desesperación. Lo único bueno es que después de separarnos, no me dijo absolutamente nada.

Suspiro un poco más relajado ahora. Ronroneo en su cuello y mi reloj sonando me hace saber que nuestro turno a terminado.

Amor.





• ♦ •

« J o n g i n »




— ¿Qué diablos les ha sucedido a ustedes dos? —Pregunta más que alarmado Sehun, moviendo sus mechones de color arcoíris al pasarse la mano por sus cabellos. Me señala y después a Kyungsoo.

—Solo conseguimos una pequeña pelea callejera. —Responde con simpleza y rio, de pequeña no tuvo nada.

— ¡Están ambos golpeados! —Grita histérico y ahora que lo noto, tiene razón.

Kyungsoo tiene parte del labio, sangrando. Su ropa está totalmente sucia y ha conseguido una raspadura en la rodilla, rompiendo a su paso el pantalón. Su ceja tiene sangre seca, endureciendo y parando lo que pudo haber sido una hemorragia.

Pero de ahí en más, todo perfecto.

Kyungsoo es lindo incluso cuando lo acaban de golpear.

—Hey, no te preocupes Sehun-ah, que los golpeados fuimos nosotros. —Da un ruidoso suspiro y toma el botiquín blanco. Refunfuña mientras da más pasos y después, lo deja en la mesa.

— ¿Acaso no has visto tu rostro? —Niego y él de inmediato me da su celular, mi rostro es reflejado de inmediato. Ahogo un pequeño y diminuto, grito.

Apenas estoy sintiendo dolor en mi nariz, la cual está completamente roja. ¿En qué momento fue que recibí un golpe? Mi pómulo derecho se ve levemente hinchado, y se está tornando de un color rojo. Mi labio esta partido y se puede ver claramente una línea que separa mis labios.

¡Oh, Dios! Justo ahora tengo labios de Angelina Jolie.

Trato de lamerlos, pero me es casi imposible, por no decir doloroso.

—Jamás en mi maldita vida, vuelvo a salir contigo. —Señalo a Kyungsoo quien se carcajea más que alegre.

Lo siento...—Comienza a carcajearse, y sé que no lo siente en lo más mínimo. Él es tan maldito que no siente nada. Rompes mis sentimientos, jodido enano.

— ¡Soy un casi modelo! Mírame ahora. —Me señalo. —No lo parezco, juro que te voy a demandar.

Y ahora no solo Kyungsoo se ríe, si no Sehun.

Tomo su celular y se lo lanzo en el rostro, este lo atrapa antes de que lo golpee, maldito tiene buenos reflejos.

Me cruzo de brazos y Kyungsoo trata de contentarme dándome besitos por el cuello, pero no me doblego, aún sigo molesto.

¡Mi rostro está casi asegurado! Debo ir a buscar a los infelices que me hicieron esto. ¡Cuando los tenga! Suplicaran porque no los demande, y los refunda en la jodida cárcel.

Un momento, algo acaba de llegar a cabeza, creo que es como una vaga imagen ficticia que puede estar alejada de la realidad, un momento, esto es cierto, ¡lo estoy recordando todo! y eso me hace enfurecer aún más.

— ¡Tú fuiste! —Lo señalo. — ¡Tú me golpeaste en la nariz! —Lo juzgo y este baja la mirada en un santiamén.

—Fue un error. Tú apareciste de la nada cuando estaba por golpear a-

—Terminamos. —Le digo indignado. Tomo la chaqueta de cuero azul y me la pongo. Solo para quitarla segundos después. Debo dejar de compararle a Kyungsoo ropa idéntica a la mía.

—Como quieras. —Responde con simpleza.

¡¿Qué?! ¡Me golpea y ahora me deja! ¡Debe hacerse cargo de sus acciones! ¿Cómo puede ser así de irresponsable? No. No puedo aceptarlo.

Estoy casi muriendo y él se quiere deshacer de mí así de sencillo. ¿Qué no tiene corazón? ¿Qué tipo de fría persona es esta eh? ¡Mis jodidos sentimientos, enano de mierda! ¡Mis putos sentimientos están siendo heridos, cabrón!

Debe hacerse cargo de lo que le ha provocado a mi rostro.

—No te desharás de mi tan fácil.

— ¿Eso quiere decir que terminamos o no?

No.

Suelta aquella pequeña risita y eso me hace molestar. ¿Me golpea, está por dejarme y después se ríe en mi cara? Esto es inaceptable.

— ¿Cómo fue que se lograron meter en una pelea? —Pregunta Sehun después de traer consigo un par de vendas. Me pasa de largo y toma asiento a un lado de Kyungsoo.

—Todo fue por las piernas de éste. —Me señala y pone cara de asco, ¡Acaba de decirme "éste"!

¡Yah! ¡Todo fue tu culpa! —Le grito molesto y le lanzo la chaqueta que es de él. Y por una mala puntería le cae a Sehun, quien le está curando la herida de la mano a Kyungsoo.

— ¡Te estaba defendiendo imbécil! —Me lanza la chaqueta que había lanzado primero y golpea mi nariz. ¡Por segunda vez me golpea la nariz!

—Gracias, pero se defenderme solo. —Se la lanzo de nuevo y sonrió al escuchar el chillido que saco al momento de que el deslizador de la cremallera le golpeo en el ojo.

— ¡Pedazo de mierda! ¡Ven aquí! ¡Nadie me lanza un-! —Tapa su ojo y se levanta de inmediato.

Justo antes de que pudiera alcanzarme y romperme de una buena vez la nariz, o alguna parte de mi apreciado cuerpo, Sehun lo detiene, tomándolo desde la cintura y lo carga.

Esperen ahí, maldito mano larga. ¡¿Quién se cree éste para poder tocarlo así sin más?!

— ¿Pueden no matarse en lo que curo sus heridas? —Su voz se escucha un poco dura, y eso quita cualquier instinto de molestia por mi parte.

Muy a nuestro pesar, lo obedecimos. En ocasiones cuando Sehun se volteaba, Kyungsoo aprovechaba para golpearme con puño cerrado. Debía callar cualquier quejido de dolor, si no queríamos a un Sehun molesto.

En leves instantes, yo aprovechaba que el huracán que tengo de novio bajaba la guardia y le jalaba o la oreja o la mejilla. Después él se vengaba con algún golpe doloroso.

¿De dónde saca tanta fuerza? ¿Es el cereal? ¿La leche? Aunque tal vez... la leche que yo le quiero dar, lo haría aún más fuerte de lo que ya es. Tal vez Kyungsoo solo debe aprovechar las proteínas que le estoy por entregarle y hacerme una...

— ¡Jodido pervertido, deja de mirarme así! —Con su dedo índice golpea mi cabeza, con sus manos tapa su cuerpo. Yo no lo estaba mirando. Claro que no. Saboreándolo sí, mirándolo no.

—No te sientas tan importante, nene. No te estaba mirando.

—Claro. —Rueda los ojos y rio en mis adentros.

Sehun suspira por tercera vez en el rato, y toma asiento sobre la mesa. Quizás no debimos haberle molestado en horas de trabajo.

Aún hay clientes que esperan ser atendidos.

La cafetería ha ganado algo de fama al enterarse que Oh Se Hun, es el dueño y mesero del lugar. Aunque nadie tiene conocimiento sobre los dotes culinarios que solo Sehun posee. La mayoría de los clientes son mismas personas de Neibor, así que este lugar se le ha asegurado el éxito.

— ¿No debes de atender? — Pregunto y él asiente con simpleza.

—Sí, pero estoy aquí.

—Ve. Nosotros ya nos vamos. —le indica de forma dulce Kyungsoo y le pongo mala cara.

— ¿Están seguro que no se matarán el uno al otro? —Pregunta algo preocupado, mientras nos señala. Negamos casi de inmediato.

—Tal vez otro día, pero no hoy. Estoy un poco cansado. —En un bostezo, Kyungsoo le dice, iba a añadir un «tal vez de placer podamos morir» pero tengo miedo de lo que me pueda hacer, por lo que callo como todo hombre debe callar.

—Solo espero y no me lance de la motocicleta. —Las palabras salen de la nada, con un poco de preocupación. Hoy Kyungsoo le dio por salir en moto. —Vámonos, nene. ¿Ahora si me darás un casco, cierto?

—Lo estaba pensando, pero no.

Paso mi brazo por los hombros de Kyungsoo y él sin protestar le da un vago "adiós" a Sehun. Yo hago lo mismo y salimos de la cafetería.

Recibiendo leves miradas de mujeres y hombres. Algunos nos miraban horrorizados, y podía escuchar leves murmullos que adivinaban la razón de porque nuestra apariencia, y el por qué colocaba mi brazo en sus hombros. Además de que decían mi nombre.

Y lo atractivo que soy sin la cara roja.

Sé que ahora, no soy muy atractivo.

O bueno, siempre seré atractivo. Aun golpeado.

—Deja de soñar inútil, o te irás a pie. —Golpea a mi costado, y creo que me ha roto una costilla.

—Hey, nene, solo tu estas en mi cabeza. No debes de ponerte celoso. —le planto un pequeño pico en los labios y pude notar su sonrojo.

Jongin: uno. Diabólico-pequeño-asesino-Kyungsoo: cero

En ocasiones odio que sea tan territorial.

Pero eso tierno.

Aunque ya no lo es tanto cuando está a golpes con personas que le llevan veinte centímetros más de altura.

Y se vuelve totalmente odioso cuando no me da un casco y me despeino por el fuerte aire.

Aunque sigue siendo tierno después.

¡Dios! ¿Por qué no puede ser normal como los demás?










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Importantes palabras de su autora:

No sé si se lo habrán preguntado, pero Kim Min Jung (Su nombre verdadero es Lee Min Jung) es la madre de los Kim ^^

La mamá de Kyungsoo es Do Chung Ah (Quien en realidad se llama Lee Chung Ah, pero, bueno...es ficción ö.ö).


Ahora les paso unas fotos de las presuntas madres:

Min Jung:

Chung Ah:


Como sea, los/as amo ♥



*Besos zukulentos*

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