Vigésimo quinto capítulo

« J O N G I N »




—Oh, cuando te atrape, no saldrás vivo de esta.


Un salto.


—Espera a que te tenga en mis manos y ya verás...


Un salto. Otro. Otro más. Cuando se cansa, toma el cucharon más grande de madera y dando mortales saltos, intenta golpearlo. Gran vista, no lo miento, que el continúe brincando da buenas ideas a mis pensamientos, saber porque brinca me hace reír.


—Ahora sabrás quien es Do Kyung Soo, maldito.


Salta de nueva cuenta. Roza con el cucharon la caja de cartón y cuando creemos que lo ha obtenido, cae la avena directamente en su cabeza. Era justo el pomo grande y que, obviamente, estaba completamente lleno, pega un grito de dolor e inmediatamente maldice hasta en hebreo. No soy muy experto en esto, pero ¿acaso existen insultos en hebreo? No lo sé, pero de solo pensar en cuan inteligente es Kyungsoo, me prende.

Lanza el cucharon en molestia y casi por buena o mala suerte golpea la caja, solo para rebotar y caerle de plano en el pie. Y justo después, maldice el cereal y al Dios de los cucharones por ser muy cabrones en su día.


— ¿Te ayudo? —Voltea de inmediato, con un pequeño puchero, niega de inmediato. Da un pequeño estiramiento y después amenaza al cereal.

—Puedo solo, gracias. —Da un brinco y se mantiene en el aire por algunos segundos; hace un split casi perfecto, apoyando su mano sobre la cubierta de la cocina integral, sus piernas se mantienen en el aire y si no fuera porque respeto su hogar, oh ni el mismísimo Lucifer sabría lo que quiero hacer en esa posición.

— ¿Necesitas ayuda? —Solo necesito que me dé una afirmación y Dios, juro que vamos a tener sexo después de bajar el cereal.

—Soy autosuficiente, Jongin. Yo puedo solo.

Bien...


Solo lo observo. Casi siete minutos y aun no puede tomar el cereal. Soy un maldito por ponerlo hasta arriba. ¡Dios! Prometí no volverlo a hacer, pero, es tan gracioso verlo saltar. Tan gracioso y excitante saber cómo se las puede apañar para tomar su alimento.

Yo soy el maldito sí, pero, ¿cómo puede ser una persona con promedio mayor a nueve punto dos, ser tan estúpida? Si no alcanzas algo, por lógica subes a una silla. ¿Por qué no se le ha ocurrido aun? Tal vez, le guste sufrir o solo sabe cuan loco me tiene que no le importa estar en bóxer mostrando sus lindas piernas y recreando posiciones que he visto en algunos lugares para adultos.


— ¿Seguro que no quieres mi ayuda?

—Esto es entre el cereal y yo. No te metas en este asunto.


Camino a su lado y como si nada, tomo un plato hondo. Me da una mirada de muerte, a lo que simplemente lo ignoro y continuo con mis cosas. abro el refrigerador y tomo el cartón de leche; Kyungsoo chisteó, pero no me dijo nada cuando puse la leche en la mesa. Abro uno de los cajones de la cocina de la que Kyungsoo ahora mismo está trepando y tomo una cuchara.

Kyungsoo estira la mano y cuando creemos que lo ha obtenido y que tendrá en sus manos el cereal, sus dedos fallan y en lugar de tomarlo, lo adentran aún más. Grita, enojado, la risa salió sin poder contenerla y me golpeó enojado, ¿Cuándo fue siquiera que una persona me golpeó antes? Y no solo eso, ¿Cómo es que pega tan fuerte si sigue trepado en los muebles de la cocina? Diablos, sentí que mi brazo se caería, pero como soy todo un galán, le sonrió ante el mohín que hizo por lo molesto y enojado que se encuentra.

Tarareo una canción, Kyungsoo baja y me mira con odio justo cuando me paro de puntillas y con mi mano estirada, tomo la caja de cereal, sin mucho problema. La dejo en la mesa y tomo asiento —si, en la silla que posiblemente debió de haber usado para obtener el cereal, pero que no la uso, aun teniéndola a un lado. —, sigo tarareando la canción y él toma asiento frente mío, con un plato hondo en mano y la cuchara.



—Eres un bastardo. —gruñe al servirse.

—Buenos días a ti, también. —burlo y recibo una patada por debajo de la mesa, ¡Dios! ¿Cuánta fuerza tiene si apenas hoy en la madrugada juraba morirse si no parábamos?

—Juro, que a la próxima te descuartizare mientras duermes y yo-

—Se nos hace tarde, nene. —Lo interrumpo y planto un beso en sus labios, este de inmediato se limpiar y me amenaza con su cuchara.

—Solo espero, que se te caigan todos los dientes menos uno y que éste te duela. —Me maldice y sonrió ante aquello. Ha mejorado bastante, antes eran todo referente a comidas como: «espero, que vivas como una cebolla, con la cabeza enterrada», o eso de: «Que te crezcan remolachas en el ombligo y orines borscht», busque el significado de ambos, por más de dos semanas. Aún sigo con muchas dudas sobre el significado, digo, me di la tarea a buscar lo que significaba y nada hasta el día de hoy.



Justo cuando terminamos de desayunar, me ofrezco a lavar los trastes, es lo mínimo que puedo hacer para que me perdone por mi pequeña broma, además estamos en su pequeño espacio —muy pequeño— así que debo comportarme como se debe y no dejar al dueño del lugar con la carga de todas las tareas.



—Listo, he terminado. ¿Ahora, puedo? —Alzo una ceja y él cruza sus brazos. Niega lentamente y después suspira. Maldición, que se haga el difícil me prende aún más.

Ya que...—Sé que le gusta, aunque se haga el difícil.



En un movimiento rápido, lo tomo de la cintura y lo cargo —usando mi bestial fuerza— hasta sentarlo sobre la mesa. Tomo lugar entre sus piernas y él de inmediato me abraza de la cintura. Oh, Dios, desde un inicio estuvimos de acuerdo en hacerlo siempre que Kyungsoo quisiera, no importaba el día o el momento, siempre y cuando tuviera su consentimiento podíamos tener un poco de sexo. Este fue ese día, él dijo que después de tener algo en el estómago o estaba seguro que iba a vomitar en cualquier momento por hacerlo en ayunas, después de todo, despertamos pronto para ir a clases, ¿Por qué no aprovechar este momento, eh?

¿Siquiera puedo cansarme de esto? Es tan fascinante todo, que estoy pensando seriamente en cambiar el tiempo de la apuesta.



—Jongin...

¿Uhm? —Inclino mi cabeza y mis labios viajan por todo su cuello, dejando pequeñas mordeduras. Sonrió cuando me golpea y beso sus labios, maldición, ¿Por qué Kyungsoo debe besar tan bien?

—Aún te voy a matar maldito.

—Claro nene, como digas. —Beso de nueva cuenta sus labios, ahora más que hinchados.

—Debemos...ir a clases...—Intenta separarme, pero falla.

Faltemos.

—No puedo...Changmi-in...—Lo cargo y de inmediato aferra sus piernas en mi cintura. Beso quisquillosamente su cuello y él se retuerce, gritando que pare y golpeándome levemente. No puedo, juro por mis perros que trato de detenerme, pero me dejo llevar por la sensación, comienzo besando sus labios, mi mano siendo juguetona entra dentro de su bóxer y justo cuando estoy por tocar más dentro, nos separamos al escuchar el sonido de la puerta al abrirse.



Detenemos cualquier movimiento. Su respiración se vuelve más agitada igualando la mía. Su mirada se vuelve de pánico puro y claro, no lo iba a dejar atrás, así que lo imito, aunque no sé por qué; pero tal vez, eso de que entren a tu departamento a las seis y tantas de la madrugada, cuando aún debes estar dormido o preparado para clases—que es en nuestro caso—, da más terror que nada, así como da la respuesta a nuestras miradas de pánico.

El sonido de bolsas cayendo, es lo único, además de las pisadas, que suena en el obscuro pasillo. Kyungsoo me pide que me quede en mi lugar mientras él averiguará quién o qué, ha entrado. Toma el cucharon de madera y justo cuando estoy por impedirle que vaya, una voz nos eriza la piel.



—Kyungsoo, acabo de hablar con Luhan, ¿sabes a cuantos grados se encuentra China justo ahora? Es un poco pronto para llamarle, pero, he aquí la sorpresa que te vengo a contar, Luhan...



Por la puerta de la cocina aparece un hombre un poco más alto que yo. Llevaba una bufanda que le cubría el cuello y parte del rostro, con lentes puestos, en su cabeza llevaba una boina negra que hacia contraste con su ropa —gris y negro, con jeans azules—. Kyungsoo se hela por completo y yo igual, hasta creo que el desconocido lo hace. Digo, no lo sé todo, pero encontrar a dos jóvenes condenadamente buenos y casi desnudos en la cocina del departamento que están por robar, fue un gran shock para él y para nosotros ni se diga.



— ¿Quién eres? —Preguntamos al mismo tiempo. —Lo siento...—soltamos de nuevo, a la par. —por favor...—Y nuestras mentes piensan lo mismo de nuevo. —Lamento la- —De nuevo...

— ¿Qué haces aquí? —ahora es tiempo de que Kyungsoo cuestiona la intromisión del extraño, mi erección se me bajó del susto y si no fuera porque también se me bajó la presión, noté un tanto asustado a Kyungsoo; ahora ya todo se ha puesto raro, ¿Por qué pareciera que se conocen?

— ¿Quién es él, hyung? —Pregunto a su oído, pero creo no haber preguntado bajo porque la expresión que puso fue algo aterradora, cuando el hombre intento responder por él. Y eso me hace creer que hable normalmente.

—Soy su pa-

—Papas, pepitas, piruetas, papayas, pavo, pasas, pepinos, ¡piñas! He comprado todo, boss. —Dice enumerando cada cosa, y sinceramente, no sé de qué hable. —Todo, todo lo que le gusta a Luhan.

— ¡Ah! Sí, cierto, cierto...la comida. —Habla un poco nervioso el hombre y volteo a ver a Kyungsoo. —Por eso es que vine, por la comida... ¿Dónde la tienes Kyungsoo?

—Oh, pues...Donde siempre...boss, creí que la tenía ya.

—...Oh.

— ¿Por qué esta aquí, boss? —Pregunta hyung y el hombre destapa su rostro (quitando su bufanda un poco); sonríe, mostrando aquellos perfectos y blancos dientes.

—Solo viene por un asunto, Kyungsoo, no pude esperar hasta más tarde para darte la noticia. —saca una hoja doblada a la perfección, mueve sus manos y detrás de esta, sale un boleto de avión. —Irás a china.




• ♦ •






Kyungsoo me alimenta, no me pienso separar, o al menos no hasta que se vaya. Pero de momento, tendré que ser un koala. Desde hace rato que se dio por vencido, así que ya no me reprime eso de que le estoy robando su espacio vital, o el oxígeno o que lo asfixio con mis brazos. Diablos, se irá por unos días, ¿qué acaso eso no es lo peor del universo? Se supone que debe enamorarse perdidamente de mi para poder cumplir con la apuesta, ¿Por qué lo alejan tan pronto? ¿Por qué es así la vida?



— ¿Por qué caminas raro, Dae? —Y he ahí al segundo ser más despreciable del mundo entero.

— ¿Qué hace eso aquí? —Pregunta con odio y yo hago mayor presión en Kyungsoo. Este maldito Troll, realmente me debe de odiar. Desde hoy decido llamarlo así, porque, "hermano del Primer Lugar" es muy largo y no tengo ganas de perder mi tiempo con alguien de nombre largo, va, para eso está Kyungsoo nadie más.

—Yo pregunté primero.

—A veces, el amor es doloroso. —Así que, a este Troll, le han dado duro por el culo. El adorable Xiumin me está agradando cada día más. —Ahora tú, ¿Por qué está esta basura en nuestra mesa? —Si no fuera porque es amigo de hyung, ya estaría en el hospital en este momento.

—Iré a China, y-

— ¿Iras a ver a Mei, cierto?

— ¿Mei? ¿Quién es Mei, Jongdae? —la voz sale de sus espaldas, y el adorable Xiumin deja su comida en la mesa.

—Mei es-

— ¿Por qué estamos hablando de Mei? ¡Oh! ¿Por qué Kai está en nuestra mesa? —Lay mira a los otros señalándome.

—Jongin está aquí, porque-

—Soo se va a China, y dejará esa cosa... —Me señala y eso aumenta mi ira. —e irá por el amor de su vida: Mei.

—...Yah—Oh maldición, le voy a partir la cara, presiono con mayor fuerza las caderas de Kyungsoo y de inmediato comienza a negar. —No es eso, Dae, no exageres, solo iré a China a-

— ¿Acabo de escuchar bien? ¿Han dicho Mei? —El Primer Lugar aparece, me mira algo extrañado, pero después lo pasa. Toma asiento a un lado de Lay, deja su comida en la mesa y pasa su vista de Kyungsoo a donde yo me encuentro, mueve sus hombros y sin dudarlo, pregunta una vez más sobre Mei. Oh, maldita Mei, no sé quién mierda eres pero no eres bien recibida por aquí.

— ¿Quién es Mei, Suho-hyung? —El Panda se detiene al verme abrazar a Kyungsoo, todos me miran, pero después regresan a su charla. Toma asiento aun lado mío y regresa a la misma pregunta.

—Mei es...—Un suspiro largo por parte de los cuatro. Lay, el Troll, el Primer Lugar y Kyungsoo.

La mujer más encantadora. —Habla el Primer Lugar.

Sexy. —Ahora es Lay quien aporta su conocimiento sobre ella.

Hermosa. —El Troll dice en un largo suspiro.

—Aventurera, comprensiva...fue mi todo en ese tiempo, tan gustosa por experimentar, tan amante de lo peligroso que-oh, acabo de recordar algo que vivimos en el aeropuerto, jejeje, solo diré que: nos gustaba experimentar...—wow, esperen un segundo, que lo haya dicho finalizando con un suspiro, acaba de encender mi enojo, maldita mierda, ¿qué demonios les pasa? ¡soy su jodido novio! ¡no debería hablar de sus parejas anteriores así de fácil! Ah, condenados sentimientos de odio, ¡aléjense!



No puedo, no puedo más, no me permitiré ser visto como una basura por parte del imbécil que dice ser mi novio, así que lo suelto y él, al no sentir que lo estrujo, voltea a verme. Deja un leve «Hey» y yo como de la ensalada. Mastico un trozo de carne y él de inmediato me abraza de la cintura, me pregunta si estoy molesto, y por supuesto que no es así. Yo no me molestaría por esas cosas. Solo lo odio, más no me molesto.

Deja un pequeño beso en el cuello, y después me contenta con un «Recuerda que tú fuiste el primero, Mei fue la cuarta». Bien, bien, bien, lo perdono por esta, solo porque me suplicó.



— ¿Irás a ver a Mei, Soo? —le pregunta Lay con aquella paciencia que se carga y todos en la mesa lo cuestionamos con la mirada.

—Antes de que me interrumpan. —Mira al Troll y éste suelta un «Que va». —Iré a china por cinco días, pero no iré a ver a Mei. Iré por Luhan, hay algunos asuntos que debe tratar aquí en corea. —toma mi mano, creo que se está enamorando de mí, ¡voy a ganar esta apuesta cueste lo que me cueste! — Además de que es mi trabajo.





Día 01 sin Kyungsoo





—Salgamos esta noche.

— ¿Y tu novio? ¿Dónde lo has dejado, eh, Kai?

—No es mi maldito novio, Tae.

—Pues parece uno...—para, ríe y su voz sale en un matiz de burla—mejor dicho, lo tratas como a uno.

—Kyungsoo no es nadie, Tae. Solo lo uso. —aclaro— Cuando el plazo termine, será completamente tuyo.

—Ya no lo quiero, Kai. —Responde mientras lentamente desabrocha su camisa de botones, me detengo, wow, ¿tan mal uso se le puede dar a Kyungsoo que ni siquiera Taemin lo quiere usar para algo? —Lo quiero fuera una vez que termines.

—Tus deseos son ordenes...—Beso aquellos delgados labios y me pierdo en la textura y suavidad de estos, qué va, si quiere o no a Kyungsoo no es mi problema, después de todo es solo un especial más.



Joder, ¿hace cuánto que no hacemos esto? He estado tan ofuscado con el cuerpo de Kyungsoo que olvidé por completo lo que se siente estar con la persona que realmente quiero estar.

Taemin cae sobre la cama, llevándome consigo mientras me toma de la corbata y caigo encima suyo. Bajo lentamente hasta delinear su cuello, dejando unos pequeños besos mariposa sobre su delgado y tostado cuello, al igual que alguna que otra mordida.

Su piel se mostraba libremente, sus piernas se cerraban para ocultar su sexo ya erecto y justo en ese momento delicado en que estaba por desabrocharme el pantalón, en ese momento exacto, el celular sonó. Maldito sea el momento en que lo dejé con sonido y no en vibrador.



Hey, Kai. —maldita sea la persona que interrumpe este extraordinario momento— Tu novio ha enviado un mensaje. —suelta juguetón al mirar el celular.

— ¿Y qué dice? —Bajo, entre mis dientes tomo aquel rozado pezón, lamiéndolo y sintiendo como se pone duro casi al instante.

—Que-e...ngh...ha llegado, ya. —Se ríe y después toma mi rostro entre sus manos para besarme. Maldición, me estoy calentando mucho más ahora. —Cree que le interesas, sí que es patético.

—Bastante patético. —Cierro mis ojos y lo vuelvo a besar.

— ¿Respondo? —Pregunta jadeante, da un pequeño gritito al sentir mi dedo dentro de él.

Solo ignóralo.



Ingreso un segundo dedo y un gemido sale de sus labios. Meto y saco estos de forma rápida, provocando gemidos y chillidos por parte de Tae quien prácticamente me suplica a que lo haga ya.

Muerdo mi labio. Es totalmente hermoso, sus labios entre abiertos y jadeantes, sus mejillas teñidas casi por completo y su agitada respiración, maldición, es esa clase de vistas que no podría obtener de ninguna otra persona. No lo quiero lastimar, así que solo esperamos a que se encuentre plenamente dilatado para poder tomarme, ingreso un dedo más y justo cuando estoy por moverlos, el celular vuelve a sonar.



¡Ja, ja, ja! Kai, ¿quieres escuchar lo que tu adorable novio te escribió?

—Ya que...—suelto con indiferencia, no me importa lo que Kyungsoo quiera en estos momentos, solo importa lo que yo quiera y lo que yo quiero es tener una verdadera noche de sexo con la persona que realmente quiero tener en estos momentos.

—"Hey pedazo de mierda, no me ignores", —ríe sin parar, uhg, desde que Kyungsoo existe, mis días felices terminaron, ¿Por qué él debe ser tan hocicón? No puede ser un novio de verdad y tratarme cariñosamente por mensaje mientras no estamos juntos, creo que eso será pedir mucho. Palmo mi rostro, suspiro hondo y me detengo para dedicarme solo a mirar a Taemin. —Tiene agallas el especial. —Y se vuelve a carcajear. Sonrió de lado y de inmediato tomo el celular para contestar. — ¿Qué pretendes, Kai?

—Solo le responderé es todo.



A: Zapato valiente
9:17 p.m.

Acabo de leer tus mensajes, nene.
Apenas salí de la ducha.

De: Zapato valiente
9:20 p.m.

No, no es cierto. ¡Me estabas ignorando, imbécil!

A: Zapato valiente
9:21 p.m.

¿Cómo puedes estar tan seguro?

De: Zapato valiente
9:23 p.m.

El mensaje lo envié hace casi 20 min.

De: Zapato valiente
9:23 p.m.

Lo mucho que puedes durar en
una ducha son 8 min.

De: Zapato valiente
9:23 p.m.

Sueles ver el celular constantemente,
en especial saliendo de la ducha.

De: Zapato valiente
9:24 p.m.

Tienes una manía y por eso
siempre revisas el celular.

A: Zapato valiente
9:26 p.m.

¿Cómo sabes todo eso?

De: Zapato valiente
9:27 p.m.

Eres fácil de predecir, además de
que te he observado.
Bien, adiós, Jongin.

A: Zapato valiente
9:28 p.m.

¡No soy fácil de predecir!



—Taemin, ¿soy predecible? —Doy un vistazo y este niega efusivamente con la cabeza.

—No. No lo eres. ¿Por qué preguntas?

—Solo, tenía duda...




A: Zapato valiente
9:32 p.m.

¡Contesta! ¿Con que me observas, eh?
¡Eres un depravado!



Y la única forma de poder hacer molestar a Kyungsoo, es llamando o pervertido, o depravado. Eso, lo pone totalmente furioso...pequeños detalles que he aprendido a lo largo de los días a su lado.

No es que me interesé en realidad, solo, lo descubrí por mero error. Que lo recuerde en estos momentos solo es por la situación o de lo contrario, ni por mi cabeza pasaría la existencia de ese tal Do Kyungsoo cejas gruesas, no, ni me acordaría de él.


De: Zapato valiente
9:38 p.m.

¡Jódete imbécil! Apuesto a que justo
ahora estas en algún club, o estar
por ir a uno.



¿Cómo mierda lo supo? ¿Es algún tipo de psíquico o algo por el estilo? O realmente soy el tipo predecible que me dice que soy, no, no lo creo, debe ser un brujo, eso sí que es cierto.


De: Zapato valiente
9:44 p.m.

¡Já! Acerté. Que te diviertas, pervertido.



—Kai, no vas a dejarme así, ¿cierto? —no puedo pensar en Taemin cuando estoy peleando con Kyungsoo, pero no puedo decirle eso a Tae porque voy a parecer una mierda, no me importa ser una mierda o parecerlo, pero, solo, ¡argh! Vete a la mierda Kyungsoo.

—No, solo...terminaré de contestar esto, y será todo.



Envió cerca de ocho mensajes, no recibo contestación alguna. ¿Acaso está ignorándome? ¿Está jugando a quien sede primero? ¡Já! No sabe con quién se mete. ¡Soy Kim Jongin, bastardo de mierda!



—Mierda, ¡contesta! —responde la operadora, cuelgo de inmediato. Marco de nuevo su número y solo espero a que tome la llamada. — ¡Contesta rápido, imbécil! —oh, hijo de las re-mil putas, ¡yo soy quien está jugando contigo, pedacito de estiércol!



No supe en que momento comencé a caminar en círculos alrededor de la habitación, o cuando fue exactamente que Taemin se arregló y dándome un beso de despedida, se fue.

Solo sabía que mi maldito especial la pagaría si no contesta rápido.



— ¡Juro qué si no contestas ahora, compraré ahora mismo un maldito boleto de avión e iré por ti, infeliz! —fue el primer mensaje de voz que dejé, no lo amenacé, solo le dejé en claro lo que iba a pasarle.



Otros cuatro mensajes de este tipo, más. Con aquel tono de voz que le especificaba lo que sucedería si no atendía a mis llamadas y mensajes; tomé las llaves y la billetera cuando por fin recibo un simple mensaje.


De: Zapato valiente
11:01 p.m.

¿Qué se siente ser ignorado, nene?




Día 02 sin Kyungsoo





El plato tenia aquella sustancia roja con olor a tomate, volteo a todos lados, me miran sin parar, sonríen y bajan sus copas al momento en que retiro la sopa; ellos saben cuánto odio ese tipo de comidas, ni un solo segundo a esperar más y de inmediato sirven un plato fuerte, bueno, un poco de carne no le hará mal a nadie. Tomo el cuchillo junto al tenedor, y parto la carne.



— ¿Y nuestro Jongin-ah, ya tiene novia? Oh, de eso estoy más que segura, él es muy alto y guapo, cualquier chica moriría por serlo.

—Oh, cariño. ¿No has notado como mira su celular? Solo para ver si no ha recibido un mensaje. —esperen un momento, ese maldito Kyungsoo tenía razón. Como nunca me di cuenta que suelo mirar el teléfono. —Claro que tiene novia.

—En realidad no tengo novia, tío, tía. —Respondo con franqueza y estos me miran algo perdidos. Les sonrío y después de imaginar la escena en mi cabeza, hablo. —Tengo novio.



Y el sonido del acero de los cubiertos, golpeando el cristal de los platos, fue música para mis oídos. Todos me miran de nueva cuenta, dándome algunas quisquillosas miradas de asco y yo solo les sonrió, vaya, nunca esperé a que esto fuera tan divertido.



— ¿Qué? —Exclama la hermana de mi padre, mirando preocupado a su marido. — ¿Escuché bien?

—Sí. — francamente hablo, creo que alguien necesita asistir al médico si es que ya no puede escuchar correctamente—He dicho: que estoy saliendo con un hombre. —Papá se aclara la garganta y volteo a verlo de inmediato, por un segundo, por un maldito segundo aguanté la respiración.

—No estamos para bromas estúpidas, Jongin. —papá lo dijo primero, wow, no sé qué está pasando que en realidad no me importa lo que él pueda decir.

—Oh, no es ninguna broma, padre. Salgo con un hombre. —Le confieso con franqueza, porque en sí, es más que cierto. Yo mismo comprobé que Kyungsoo tiene pene, eso ya lo hace todo un hombre hecho y derecho. —Sin lugar a dudas, no me puedo equivocar si incluso le vi el-

— ¡Jongin! —Exclaman con cólera, interrumpiendo y golpeando la mesa.

— ¡Oh, abuelo! Kyungsoo, es tan encantador que, si lo conociera, se enamoraría de él. —Digo desafiante y veo colérico se pone cada vez más. —Aunque, claro, él es mío.

—Jongin, basta.

— ¿Qué sucede padre? No me diga que es uno de esos homofóbicos. Porque si es así, debe repudiarme muy dentro...más de lo que ya hace. —Niego con la cabeza y mi padre aclara su garganta. Casi sentí como me lanzaba la cuchara a media palabra. Por suerte, nunca lo hizo.

—Jongin, detente.

— ¿Porque? ¿Doy una mala apariencia? ¿Una deshonra? ¿Asco? No se preocupe padre, ellos seguirán lamiendo las sobras que les dé, ¿cierto, abuelo?

— ¡Jongin!

— ¿Está pensando en desheredarme? Hágalo. ¿Le doy asco? No hay problema padre. Quíteme todo, realmente no lo necesito.



Me levanto y guardo el celular. Aun sin despedirme, salgo de aquella enorme mansión.

Debo parecerles realmente patético.

Tal vez solo crean que busco atención. Y tal vez sea cierto o tal vez no, pero de solo estar dentro de esa casa todo se vuelve tan sofocante. Siempre es lo mismo, ni siquiera entiendo si de verdad me interesa o no lo que mi familia pueda decir, oh maldición me siento extraño, creo que voy a llamar a Kyungsoo para hacerlo enojar.



— ¡Hey! ¡Hey, tú! —Toca mi hombro y giro de inmediato. —Se te cayó la billetera. —Y la persona, es nada más y nada menos que, uno de los afamados Jung. Jung Yoo Chun.

—Gracias. —Respondo de forma inmediata y la guardo.

—De nada, chico. —Me da una leve sonrisa y se aleja corriendo, al parecer solo está haciendo algo de ejercicio. —Debes tener más cuidado.

—Lo tendré, gracias.



Siempre me pregunte, ¿Cómo son los hijos de Jung Yun Ho? Nadie nunca los ha visto, o al menos eso creo. He vivido en este fraccionamiento casi toda mi vida, y nunca les he visto. Bueno, vivo a casi quince minutos de la mansión Jung, tal vez solo sea eso, pero jamás en mi jodida vida he tenido la desdicha que toparlos. Sin mentir, he saludado más veces al presidente de Corea que a los Jung en toda mi vida.

A lo que he escuchado, los hijos de Yunho, pasan tan desapercibidos, que puedes conocer a uno e incluso ser su amigo, y no saber de su procedencia hasta que tiempo después lo descubres. O algo así he escuchado. No es que me importe demasiado, solo que, siendo sinceros, son las personas más jodidamente ricas de este lugar y absolutamente nadie los conoce.

Toco la puerta y después el timbre; Sehun abre, recargándose en el marco de la puerta y mirándome casi como si quisiera decir algo, pero lo callo antes de siquiera intentarlo.



—No preguntes ahora. —pido duramente y entro sin permiso alguno.

¿Cena familiar? —Tomo asiento en el sillón, miro entretenido la televisión.

—Dije que no preguntaras. —Sonríe y de inmediato toma lugar a mi lado. Me centro por completo en la serie que rueda actualmente en la pantalla y para cuando me siento más relajado, le doy un vistazo a Sehun.

— ¿Quieres uno? —Me tiende la cajetilla de cigarros y sin dudar tomo uno.



Él hace lo mismo, toma el encendedor, sale el fuego, acerca su cigarrillo y al terminar, hago lo imito. Hasta pareciera alguna clase de rito para olvidarlo todo. El humo me relaja, destensa mis músculos, lo retengo algunos segundos, y después lo libero. Llevándose a su paso, aquello que me aflige.


— ¿Qué pasó? — preguntó al fin.



De entre todos mis amigos, Sehun es quien más me conoce, no me quejo de los demás, pero siendo sinceros, quien ha estado en vida por más tiempo y que no se ha alejado tan fácil, ha sido él. Sé que no me juzgará, solo se quedará a mi lado hasta que las cosas salgan bien o mal, no importa, siempre lo sabrá todo.



— ¿Hace cuánto fue mi cumpleaños?

—Hace casi una semana, ¿Por qué? —Otra calada más y saco el humo.

—Papá no tuvo la delicadeza de recordarlo. —son cosas sin importancia, a mi parecer, pero no sé porque razón justo este día no estoy del todo seco, y eso es lo mismo que me hace sentir terrible en estos momentos.

Oh...— ¿Por qué sorprenderme? Eso pasa cada año.

—Y hoy solo hablamos de negocios, puestos, dinero, herencias, y sobre todo, el próximo director ejecutivo. No hubo lugar para cumpleaños.

— ¿Qué hiciste para salir tan pronto de eso? —Doy otra calada y el cigarro ya está a la mitad.

—Son unos homofóbicos. —conté rápido— Usé eso. —sonrío, no es ni siquiera la primera vez que padre sabe sobre mis ligues, pero daba la casualidad que ninguno llegaba a ser presumido en las comidas familiares. —Además de que no pueden decirme nada, soy el puto amo en esa casa. —Sonrió con picardía. —Usé a Kyungsoo, padre debe estar realmente molesto ahora.

—El señor Kim...—Sehun da una larga calada a su cigarrillo y cambia de canal, ahora hay una película de Disney, Kyungsoo estaría como loco cantando las canciones. Suelta todo el humo y habla. —sí que da miedo.

—Dímelo a mí.

Uhm... ¿quieres dormir aquí?



Apaga el cigarro en el cenicero y yo doy una última calada al mío.

Mi bolsillo vibra, saco rápido el celular. Tal vez sea papá, quien quiere que...



—Cuidado. —Sehun palmea mi espalda, comienzo a toser y él sigue golpeándola. — ¿Qué te pasó, Kai?

Kyungsoo...—le respondo en un hilo de voz y sigo tosiendo.

— ¡Contesto! —Me arrebata el celular al escuchar el tercer tono, y toma la llamada.



Camino hasta la cocina y tomo un poco de agua, mi garganta duele. Pasar saliva es tan doloroso, que lo único que puede ayudar hasta este momento, es el agua. El humo entró en lugares prohibidos y aún tengo la sensación de dentro. El escozor de garganta va disminuyendo, suspiro, y aclaro mi garganta.



—Sí, hyung, aquí está, solo fue por algo de agua, te lo paso. —Sehun me tiende el celular y a regañadientes, lo tomo.

—Hola, nene. —Aclaro mi garganta y toso de nuevo.

¿Por qué tu voz suena rara? ¿Estas enfermo? ¿Ya has ido al doctor? Abrígate cuando salgas, escuché que la gripe está de moda. —comienza a bombardearme con preguntas y solo tiendo a rodar los ojos. Es algo molesto que haga eso, preocuparse cuando al final no terminaremos en buenos términos.

—Estoy bien.

Bien, como sea. —un momento, ¿es mi imaginación o el tono de su voz cambió? Eso que acabo de escuchar fue un bostezo, ¿no es cierto verdad? ¡Soy Kim Jong In! —He cumplido mi trato, imbécil. —Y regresa a ser el mismo, ¡Dios! ¿Acaso su preocupación fue fingida? —Ya no molestes, adiós.

—Espera...espera, nene. ¡Dios! ¿No puedes ser un novio normal y durar horas en el teléfono? —Escucho un largo y claro «No» —Cuéntame tu día, como estas, que ha ocurrido hoy, a quien quisieras matar y esas cosas...

Soy una persona de pocas palabras. —contestó en un suspiro, esperen, ¿solo soy yo o le estoy suplicando?

Hmph... Iniciemos con algo sencillo, ¿Con quién estas?

Luhan.

— ¿Luhan? ¿El que parece chica? —Pregunto y desde la otra línea puedo escuchar claramente la melodiosa risa de Kyungsoo junto al reclamo de alguien más, quien grita más que molesto «¡No parezco chica!». Sehun de inmediato se pega al otro lado del teléfono, solo para escuchar más la conversación. A regañadientes, pongo el altavoz.

Lo tenía en altavoz...—Y la risa aparece de nuevo.

Kai, realmente...Deja atrás esa idea de que parezco chica...Me agradas, no quiero golpearte después.

—L-lo siento.

Se le pasará. —Responde algo bajo Kyungsoo y sonrío.





Día 03 sin Kyungsoo





— ¿Y qué tanto haces en China? ¿No es aburrido? Ya sabes, Neibor, tú, tú beca...eso de que tienes muchas tareas por realizar, ¿no te preocupa?

Jongin.

— ¿Uhm?

— ¡Son las jodidas dos de la mañana aquí! ¿No debes dormir ya?

—No tengo sueño.

¡Pero yo sí! —Grita molesto y me acomodo mejor en la cama, enciendo la televisión y veo a la perfección la hora en el noticiero, las tres y dieciocho de la madrugada, ¿Acaso no tienen familia con quien convivir estos conductores? La paga será así de buena para que acepten este tipo de trabajo o solo es su necesidad de pobre con orgullo a salir en televisión nacional.

— ¡Yah! Quiero ser un buen novio y preocuparme por lo que te sucede, ahora debes cooperar. —Respondo divertido.

— ¡Pedazo de mierda, no pienso-!

Hyung~. No puedo dormir~.

¡¿Y qué mierda quieres que haga eh?! —Se escucha un pequeño grito y después la respiración agitada de Kyungsoo. —Ya no tengo sueño, inútil. ¿Qué quieres hacer?

—No lo sé... Tengamos sexo telefónico. —Digo con voz sexy y logro escuchar el largo gemido en desaprobación de este.

¿Y si mejor...te cuento una historia de terror? —Su voz se escucha algo adormilada, soy un maldito por haberlo despertado a esta hora. Pero es su culpa por no estar aquí. —Tienes clases dentro de algún par de horas, ¿Qué dices?

—Bien. Pero que realmente asuste, si no, tendremos sexo telefónico.

Escucha y no interrumpas, que esto sale de la nada. —Se aclara la garganta y después de un par de suspiros se atreve a hablar. — ¿Sabes qué hora es?

—Las tres y veinticuatro.

¡Que no hables! —Después de pedir disculpas, continua. Maldiciéndome, pero aun así hablando. —La hora de los muertos inicia a partir de las tres de la mañana, mira debajo de tu cama...—No sé si quiera que lo haga, o así va la historia. Pero ni loco lo haría, no me quiero mover en lo absoluto. Ya estoy calientito, allá hace frio. Así que, no. —Qué bueno que no lo has hecho, ¿sabes por qué? —Me tiento a respondes, pero después recuerdo que se me ha dicho que me calle. —Justo ahora está aquel ser innombrable, ese ser que todo mundo tiene miedo. Aquel mismo que solía jugar contigo a la corta edad de un año, y que, por supuesto ahora no lo recuerdas, ¿sabes por qué? —Muevo mi cabeza en negación. — Porque ahora le temes, tu cuerpo le teme... a lo que antes creías que era tu amigo, ahora es un ser horripilante, que busca en cualquier momento tener lo que tú tienes, ser lo que tú eres, él quiere ser tú...

—Eso no es nada raro, todos quieren ser como yo. —Respondí sin siquiera pensarlo, fue algo que me nació, casi de inmediato y después me muerdo la lengua al recordar que lo he interrumpido.

Buenas noches, Jongin.

— ¡No, espera! —Y antes de que lo pueda seducir para que cambie de opinión, me cuelga.



¡Me colgó! ¡Un jodido especial me dejó hablando solo! Ah, pedazo de pobretón, si no fuera porque es una apuesta, ya lo habría golpeado.

Apago la televisión y justo cuando creo que he puesto el control remoto en el buró de cama, este cae sobre la alfombra, me muevo solo un poco para recogerlo, pero me detengo.

¿Será cierto? No, claro que no. Es una mentira, las historias son solo fantasías que... ¿Eso fue un ruido debajo de la cama, o solo fue mi imaginación? Si, solo es mi imaginación, todo está en la mente-e... ¿Eso fue otro ruido? ¡Argh, maldito Kyungsoo!






Día 04 sin Kyungsoo






— ¿Y, que llevas puesto? —Pido en voz ronca, cerré los ojos por un segundo esperando oír su voz y relamo mis labios.

¿Enserio vamos a hacer esto? ¿No puedes simplemente auto-complacerte y ya? ¡Estoy en un maldito autobús! —Grita histérico y rio al solo imaginarme a las personas que lo deben de estar mirando, como si de un loco se tratara.

—Solo coopera, hyung~...—Kyungsoo es una persona fácil de persuadir. Solo necesito la palabra "Hyung", y no hay cosa a la cual pueda replicar. Cosas que, casi sin importarme, logré grabarme de su persona.

Ya que...

—Ahora... ¿Qué llevas puesto, nene? —Aclaro mi garganta y sin pensarlo, mi voz se pone más ronca y sensual de lo que normalmente es. —Detállalo para mí.

Pues, una chamarra negra, me cubre casi completo. No sabes el frío que hace en este lugar. —Se escucha un pequeño ruido, como si el cierre de algo bajara, oh Dios, él no puede ser tan malo para esto ¿o sí? Es un pícaro de primera, no creo que no sepa cómo hacer sexo telefónico —Una camisa negra, la playera del mismo color...y unos pantalones grises. ¿También tengo que describir el calzoncillo? Porque traigo bóxer, y es negro. ¡Oh, mi bajada es esta! —Se escuchan leves «lo siento», «permiso», «realmente lo siento» «gracias», todo en mandarín, junto algunos gruñidos que las personas le dan. —Muy bien, continúas tú.

—Llevo el uniforme de Neibor y-

¡Un momento! ¿Estás en Neibor? —Pregunta alarmado. Y después de darle una explicación sobre, cual es el único lugar en el que estaría a las diez de la mañana, era en Neibor. Y dejarle en claro que no me he saltado ninguna clase a como él me pidió hacerlo.

—Esto...esto no está funcionando, nene.

Desde un inicio yo lo advertí.



Jueves, jueves, ¿Qué puedo hacer un día jueves? Tal vez, ir al gimnasio... o ir al resort, hace un buen tiempo que no voy. Aunque, no me siento estresado, y seria en vano ir ya que Kyungsoo no está, y puedo encontrar a alguna que otra amiga y hasta quizás se moles-te.

Espera un momento. ¿Por qué estoy pensando en Kyungsoo? ¿Acaso, soy exclusivo para él? No, claro que no. Pero...quizás se moleste o se sienta traicionado, si descubre donde o quien estoy...

No. Basta Jongin. Es un especial, quien después de poco tiempo, te odiará y jamás lo volverás a ver. No le debo ninguna exclusividad, solo es lo temporal.

No pienses en él. No piensen. Repítelo: "No pienses en él", "no es importante". Repítelo hasta que lo creas. Un especial. Un maldito y pobre, especial. Un donnadie. Un especial, eso es Kyungsoo. Un patético especial.



—Es un especial. Un especial...

— ¿Perdone, que dijo?

—Oh, nada. —Borro cualquier idea y sonrió coqueto. — ¿Tú serás mi instructora?

—No-o. —Muerde su labio y rápidamente baja la mirada. Después toma un poco de aire y levanta el rostro. —Yo lo llevaré con uno.

—Eso es malo. En realidad, no necesito ninguno, pero si eras tú, estaría más que encantado en tenerte.

—O-oh...no sé qué decir.

—No importa...tal vez deba ir primero al sauna.



Y sin que espere a su respuesta, camino hasta llegar a los casilleros, dejo la pequeña maleta de mano y comienzo a desvestirme, tomo la toalla y me cubro.

Llego en solo cuatro minutos, abro la puerta y entro en la sauna personal. Es tan genial esto de ser V.I.P., sobre todo cuando dentro de la sauna, te encuentras a una bella mujer. Desnuda. Y con la picardía en su rostro.


—Esto quiere decir que, ¿ahora eres mi instructora personal?

—Puede ser...—Y justo cuando cierro la puerta, ella se abalanza. Su sudado cuerpo se pega de forma tan sucia, que me hace reaccionar casi al instante.



Mis manos traviesas delinean aquella delgada figura. Sintiendo lo tersa y firme que esta, algo totalmente contraria a la de Kyungsoo, la cual solo es suave, tersa y con rollitos.

Alto, ¿qué estoy pensando?

Me separo un poco. Niego, miro el cuello de ella y suspiro.



— ¿Sucede algo? —Pregunta preocupada, y solo niego.

—Nada.



Beso aquel blanquecino cuello y desciendo, sus hombros son tan delgados y huesudos, que se marcan con tanta facilidad en su piel. Mis manos bajan hasta acentuarse en sus glúteos. La pego aún más a mi sudado cuerpo, y las pieles se contrastan poco a poco. En un fogoso beso, nuestros labios se unen. Ella mete su mano dentro de la toalla y la quita por completo. Se separa un poco, y se deslumbra con la vista. Una pequeña sonrisa socarrona sale de mis labios al ver su expresión de sorpresa.

Besa de nueva cuenta mis labios, sonríe ladina y baja lentamente. Dejando pequeños besos y mordidas sobre mi abdomen, provocando que de mis labios salgan algunos cortos gemidos. Se detiene y se sonroja al ver mi erección. Sonríe de lado y entre sus labios la toma. Su lengua comienza a juguetear por toda la extensión, provoca sonidos húmedos al meter y sacar mi hombría de su boca.

Tomo su cabello y ella obedece al instante, dejándome marcar el ritmo. Es casi imposible el retener algún gemido, que los saco con libertad. ¿Por qué no logro hacer que Kyungsoo me la chupe? Ya me he cansado de que no coopere, y yo sea quien lo haga...Aunque solo lo he hecho dos veces...Pero él jamás toma la iniciativa, es tan fatídico que... ¡¿Por qué mierdas, estoy pensando en él?! ¿Acaso me estoy volviendo loco?



— ¿Sucede algo, guapo?

—Nada importante...



De un jalón, la levanto y beso aquellos delgados labios, delineándolos con parsimonia y la cargo rápidamente hasta que ella enreda sus piernas en mi cintura...y fue raro. No puedo comparar los casi cuarenta kilos de ella, con los casi sesenta de Kyungsoo. Y es raro el compararlos. Pero, no sé porque lo hago. ¡pero por el amor a buda, sus piernas no son para nada rellenas como las de él!

¡Maldición! Me burlo de sus rollitos de grasa, pero justo ahora...quiero tocar esos rollitos... ¿Algo está mal en mí? ¿Siquiera es normal eso? Tal vez, solo necesito desahogarme con alguien más, uhm, ¿llenito? Y será todo.



—Realmente lo siento. Pero no puedo seguir. —Separo nuestros labios y ella abre sus ojos a más no poder

— ¿...Eh?

—Tengo pareja, sabes...

— ¿Y...?

—Creo que esto no es correcto.

—L-lo entiendo.



Y sin terminar aquella disculpa tan elaborada que pensé en menos de veinte segundos, toma la toalla blanca y cubre su cuerpo.

Maldición, debo ir a un doctor. Al menos a conseguirme a una sexy enfermera que logre cuidarme... o me ayude en algo más.




Día 05 sin Kyungsoo





—Y entonces, Yano camina y "sin darse cuenta", vierte toda la pasta en mi saco. Quizás creas que fue algo rudo lo que hice, pero lo golpeé hasta que su maldito amigo me separó. —Un suspiro. —Hace tiempo eso no sucedía. Creí que ya se habían calmado y todo eso, pero al parecer no.

Espera, ¿Yano, no es ese chico que golpeaste aquella vez que-?

—El mismo. —Respondo, y sirvo un poco del intento de comida que traté de hacer.

Uhm... ¿Por qué no simplemente contaste hasta diez y eso? Funciona bastante. Bueno. Lo digo por experiencia, aunque si no sirve eso, cuenta del veinte hacia atrás, mínimo despejas tu mente y hasta lo piensas dos veces mejor para saber si realmente es necesario partirle la madre a alguien.

—Es que, nene. En esos momentos no piensas. Simplemente sucede.

En eso tienes razón, ¿y que más ha sucedido en Neibor?

—Pues no mucho. ¡Oh! Esta semana que viene, es la última. Las vacaciones se han adelantado. Además de que, prácticamente he estado sin sexo en estos días. — en un inicio pensé en decirlo sin parecer un desesperado sexual, pero creo que no fue como lo pensé, qué va, no me importa, él debe entender y saber cómo es que me encuentro actualmente, después de todo somos novios. —Solo espera a que regreses, te lo prometo, no saldremos todo el fin de semana.

Eso si te dejo. —Comienza a reír y sonrió tontamente. — ¿Qué haces ahora?

—Recuerdas esa receta de, waffles, intenté experimentar en ellos y no es por nada, pero...

¿Quedaron deliciosos?

—Salados. —Su estruendosa carcajada me hace sonrojar, debo pedirle ayuda a Sehun, pero me da un poco de pena el que crea que realmente quiero cocinar algo, o es hasta posible que no me dejará hacer nada ya que él lo hará todo por mí. —Estaba leyendo que se le pone sal, y creo que se me pasó la mano...

Eres tan torpe. Jongin.

— ¡Hey! ¡No soy torpe! Solo...me gusta experimentar con la comida.

Claro. —Responde divertido y me imagino como rodo los ojos al decir aquello.

—Hagamos algo.

¿Qué?

—Juguemos un juego.

¿Qué tipo de juego?

—Preguntados. —Escucho un perfecto quejido de su parte. —Pero a mi manera. Yo haré una pregunta y tú responderás; además de que será tu turno a preguntar.

¿Veinte preguntas?

—No. Yo pregunto primero...— ¿Qué podría preguntar? Quizás algo sencillo primero. — ¿Qué relación tienes con el hermano del Primer Lugar y porque le permites que te toqueteé cuando quiera?

Algo larga la pregunta...—suelta con diversión y muerdo mi mejilla interna, tal vez debí de hacer iniciado con otra pregunta. —Bien, Dae y yo somos como hermanos, nos conocemos desde hace tiempo y tenemos ese tipo de confianza...No hay nada de lo que ponerte celoso.

— ¡No estoy celoso!

Claro. Mi turno, ¿Cuál es tu cuenta y contraseña de banco? —Wow, esto tardó más de lo que me imaginé. Al menos no esperé a que se cumpliera el mes para sacar sus verdaderas intenciones. Suspiro fastidiado, debí suponerlo y yo pensando que él será alguien diferente, después de todo es un maldito pobretón...Tal vez deba simplemente decirlo y es todo. Darle lo que busca.

—La cuenta es-

Ja, ja, ja, ¿la ibas a decir, enserio? —Y se carcajea como si lo que estaba por decir fuera tan divertido. —Eres un imbécil, ya...la verdadera pregunta es: ¿Por qué odias a Minho?

Tsk...Tenemos algunos problemas desde la preparatoria, es eso. —dejo atrás la comida y tomo un vaso de leche. —Mi turno, ¿Qué llevas puesto?

Pervertido...—Y me he imaginado como hace aquella expresión de odiarme, pero después se muerde el labio. —Acabo de tomar un baño y-

—Ya veo. —trago saliva, oh, maldición, no tengo que imaginarme cosas en este momento, debo detener cualquier idea absurda. —Estás desnudo. —Afirmo y escucho el pequeño jadeo que sacó.

¡Llevo una toalla, no estoy desnudo del todo! Bueno, la llevo en los hombros...mi turno, ¿me extrañas?

—Como no tienes idea.

Imbécil, te toca.

Hmph... ¿te tocarías para mí? —Relamo mis labios y miro mi parte baja, Dios, debo dejar de ser un pervertido.

Quizás... —Responde juguetón y saca un ligero gemido.

— ¡Maldición, Kyungsoo! ¿No podías simplemente maldecirme o algo similar? No podré resistir mucho hoy que te vea.



Un pequeño jadeo y cualquier raciocinio se pierden. Cierro las ventanas, bajo las persianas, aseguro la puerta y dejo todo en absoluta obscuridad al apagar las luces. Siempre que he tenido ganas he tenido a alguien que lo haga por mí, pero, ¡maldición! Éste es un momento único.

Corro hasta el baño y voy por una caja de pañuelos, desabrocho el pantalón y después de mirar el reloj e ignorar los salados waffles, tomo lugar en el sofá.

Limpio el poco sudor por lo rápido que fui al hacer todo, y finalmente, hablo.



— ¿Qué te estás haciendo? Detállalo para mí, nene.

Justo ahora...—Que respire tan cerca del parlante, no ayuda para mi bien mental, así que en un movimiento rápido me desprendo de la camisa y del pantalón. —Masturbo mi pene, subo y ngh, bajo...—El sonido húmedo que hace al chupar sus dedos, me deja completamente caliente. —Ngh... ¿quieres saber que...ngh...ha-ago? —Y su agitada respiración me deja sin respuestas.

—S-sí. —Respondo en un hilo de voz y puedo escuchar perfectamente la melodiosa risa de Kyungsoo.

¿Tan desesperado estamos? —Pregunta juguetón y gruño.

—No sabes cuánto, nene.

Ngh... ¿y qué quieres que-?

¡Oh santo Dios! —Una voz extra y detengo mi mano que estaba por tocar mi gran erección.

¿Q-que haces a-aquí Lu-u?

¡Y-yo no vi nada! ¡Me largo de aquí-í!

— ¿Quién es-?

Espera Luhan...No es lo que piensas...

¡Te estabas tocando! ¡En la cama de un hotel! ¿Eso no es cierto verdad? Mi cabeza está mal y tú estás cocinando... ¡Me estoy volviendo loco!

— ¿Te vio? —Pregunto divertido.

Cállate-e... ¡Lu, no es-! —Un sonido sordo y las maldiciones de Kyungsoo se hacen presente, al parecer se ha caído. —Luhan, para todo hay una ex-

¡Estás desnudo, Soo! —Grita alarmado y no puedo contener la carcajada. — ¿Por qué mi corazón late? Kyungsoo, creo que me voy a desmayar, Soo, agárrame...



Escucho a la perfección como es lanzado el teléfono, las pisadas que Kyungsoo dio y un golpe sordo. Realmente se desmayó. Ay, esto es tan gracioso e hilarante que no me la puedo creer.

Cuelgo y solo espero dos minutos en lo que vuelvo a llamar.



— ¿Ya se encuentra mejor?

Despertó como al minuto y al verme desnudo, se volvió a desmayar. —Da un largo respiro y sonrió. —Tenemos lo mismo, no sé porque se asusta.

— ¡Hey! No quiero que nadie te vea, cúbrete.

Ja, compórtate imbécil.

— ¿A qué hora llegaras a Corea? —Me pongo los pantalones y enciendo la televisión. —Para ir por ti, han sido días un poco aburridos, nene.

Jongin...

—No importa la hora, de cualquier manera, no tengo nada importante que hacer. No es que me interese ir por ti, o bueno si, nene. ¿Sabes lo que han sido cinco días? Cinco días sin tu-

Sobre eso...hubo un error en el pasaporte y, duraré más de lo planeado.

— ¡¿Qué?!





Primer día extra sin Kyungsoo






Todo es una mierda. La escuela es una mierda. El auto es una mierda. El celular es una mierda. Los directivos son una mierda. Las clases son una mierda. Mis malditos amigos, son unas mierdas. El inútil del Troll, es la mierda más grande del mundo. Kyungsoo es la segunda mierda más grande del mundo. Kris robándose mis zanahorias, es una mierda.



— ¡Deja de comer las malditas zanahorias, mierda!

—Cállate.

— ¡Tú eres una mierda!

—Jódete. —Mira su celular y me ignora por completo.

— ¡Todos en este lugar son unas mierdas!

— ¿Qué le sucede a Kai?

— ¡Eres una mierda también, Chanyeol!

—Pero...yo no he hecho nada.

—Vámonos de putas. —Les ordeno justo cuando el teléfono comienza a sonar y sale ese nombre de mierda, Zapato valiente. ¡Qué se vaya a la mierda desde este momento de mierda!

— ¿A dónde iríamos de putas a las once de la mañana? —Pregunta burlón Baekhyun y mi enojo aumenta.

— ¡A donde mierda se nos plazca y ya! ¡Mierda!

—Hyung, ¿no crees que exageras con no contestar las llamadas de Kyungsoo? —Sehun toma mi celular y mira las más de veinte llamadas perdidas de él. Se lo arrebato y me levanto de mi lugar.

— ¿Quién mierda es Kyungsoo? —Me relajo un poco, y pregunto con duda. —No sé de quién me hablas, Sehun-ah.





Segundo día extra sin Kyungsoo







Su cuerpo meneándose de un lado a otro, sentándose en mi regazo. El cabello largo, cayendo por sus hombros y bajando lentamente desde el hombro su camisa, desabrochándola y en menos de un minuto ya no la lleva más, y el sostén, hábilmente lo desabrocho. Dejando a la vista su espléndido cuerpo semidesnudo.

No hay nada mejor que una aventura con la secretaria de mi padre. Beso con parsimonia su cuello y ella se vuelve en solo excitantes gemidos, estoy por tomar su pecho, cuando el celular suena.

Un vistazo y el nombre en la pantalla aparece, zapato valiente.



—Contesta. —Ordeno y sin replica alguna, toma la llamada.

—Teléfono de Kim Jong In, ¿Quién habla? —Muerdo su cuello y ella suelta un pequeño grito, logró por un segundo tapar el teléfono con su mano antes de siquiera gritarlo libremente. —Enseguida le aviso...Por supuesto...Se encuentra en una junta...—Toma una pluma y comienza a escribir algo. — ¿Tal como lo ha dicho? ...Entendido.

— ¿Qué decía? —Beso su cuello y ella se estremece al instante, jala de mi cabello y después roza nuestros labios.

—Dejo una nota.



La aparto casi en seguida, ella se levanta rápidamente sin replicar a más y miro lo que acaba de escribir. Sonrió de inmediato y le pido que se cambie.



« 7:20.
Pedazo de idiota. »



Tomo el celular, me coloco el saco y salgo de la oficina. Papá no me extrañara, de eso estoy más que seguro.

Subo al auto y manejo lo más deprisa que la ley de tránsito me permite, y llego al departamento. Cambio mi ropa, por lo menos, cuatro veces. ¿Qué se debe usar para volver a ver a una persona que se fue? ¿Ropa formal? ¿casual? ¿Ir al estilista? ¿Peinado normal? ¿Despeinado? ¿Ir casual? ¿Perfumado? ¿Sin colonia? ¡¿Cómo maldita sea, cómo?!

Al final termino optando por ir vestido de forma casual. Con jeans, tenis converse negros y una playera azul con estampado de letras, y aun no me decidía sobre usar o no gorra...al final termino usando una de esas gorras planas, de la colección que Chanyeol me ha regalado a lo largo de nuestra amistad.

No lo pensé cuando vi el reloj siendo las seis y cuarenta y dos de la tarde, su vuelo llega a las siete y veinte, ¿Qué estoy haciendo aquí esperándolo? Me estoy volviendo loco. Tomo lugar en uno de los asientos del aeropuerto, algunas personas se me quedan mirando, estaba emocionado y un poco mucho más emocionado por lo que, sin perder el toque y tratar de demostrar que no me encuentro emocionado, les guiño. Me coloco los audífonos y comienzo a escuchar la música. System of the down, es lo único que escucho, dejando atrás los murmullos de las personas al mencionar mi nombre o mi identidad.

Cierro mis ojos, solo en pequeños lapsos de tiempo. Recibo un total de ocho mensajes, todos por parte del secretario Nam, quien, por parte de mi padre, me busca. No me pienso ir, ¡diablos, no ahora!

Las puertas corredizas se abren, algunas personas se aglomeran en búsqueda de sus familiares y/o amigos, e incluso algunas personas trajeadas se amontonan. Miro el reloj, el vuelo ya debe de haber llegado. Me levanto de mi lugar y me uno a la aglomeración.

A solo cuatro personas de mí, se encuentran nada más y nada menos, que los afamados Jung, junto a un par de secretarios a sus lados. Acomodo la gorra y avanzo dos personas, para quedar más cerca. Tal vez, sus hijos sean a quien esperan, o no...pero, aun así, quiero saber porque están aquí.

Avanzo a una persona, y ahora quedamos aún más cerca. Puedo escuchar la razón del porque están aquí, o algo similar. Las personas del otro lado de la puerta, aparecen. Algunas avanzan frente mío, pero saludando o abrazando a las personas de alado. Miro el reloj, siete y treinta y seis, una pequeña risita y lo veo. Mi corazón da un vuelco, mi estómago revolotea y una enorme sonrisa aparece. Mira su celular y voltea a todos lados, lleva una pequeña maleta de ruedas, en su izquierda, estoy por dar un paso, levantar mi mano y sorprenderlo. Pero me detengo.

Luhan aparece detrás de él.

Luhan camina y deja un cariñoso «Pá, estamos aquí», a Jung Yun Ho.

Luhan es abrazado casi de inmediato por el hermano de Yunho.

Luhan le dice que ha extrañado a su tío. Y continúa con el abrazo.

Kyungsoo rueda los ojos y deja un «Lo he traído a salvo» a Yunho, quien le sonríe feliz y le da un abrazo a Luhan.

Yoochun, alardea lo mucho que extraño a Luhan, ya que es el único sobrino que necesita. No como los otros que no lo respetan, y hyung le suelta algo irritado que él también estuvo fuera. «¿No me extrañaste?», pregunta y Yoochun niega.



— ¿A quién buscas, Soo? —Le pregunta Luhan, al ver como es que voltea a todos lados, las personas de mi izquierda se han ido ya, y prácticamente quedamos lado a lado. ¿Cómo puede ser que no me reconozca? ¡Soy Kim Jong In! Todo el mundo me reconoce a la primera. En definitiva, mi novio es un tonto.

—A alguien, Lu.

— ¿Quién es ese alguien? —Le cuestiona Yunho y él sigue volteando a todos lados.

—A un chico. —Responde con simpleza. —Es alto, rubio, y si Micky, ya sabes lo que se dice de los rubios...

— ¿Es un idiota? —Responde divertido el hermano de Yunho. ¿Por qué Kyungsoo tiene esa confianza de hablar informalmente con ellos? ¿Es solo por ser amigo de los Jung menores?

—Más bien, imbécil.



Acomodo la gorra hacia atrás, meto el celular y dejo sin leer los dos mensajes que me acaba de enviar. Me cruzo de manos, y escucho entretenido —molesto— la manera en que intenta describirme.



—Ya saben, ese tipo de chico que se cree el mejor por ir al gimnasio...

—No es que él se crea el mejor en el gimnasio, es que tu no vas a uno. —Le dice divertido Yoochun, y en eso tiene razón. —Estas blandito.

— ¿Acabas de decirme gordo? —Pregunta y cuando recibe un asentimiento, pone esa carita de cachorro, armando un puchero y sus ojos parecen que están a punto de llorar como nunca, mientras su menudo cuerpo tiembla. La mirada de Yoochun se vuelve de preocupación. — ¿Verdad que yo no estoy gordo, ni blandito?

—No. No, lo estás. —Responde de inmediato Yunho y la diabólica sonrisa aparece en los labios de hyung. Dios, cuanto lo extrañé.

—Hyung lo dice, porque el también esta gordo. ¿No le ves la cara de oso que tiene?

—Yo no estoy gordo. —Responde de forma autoritaria, casi molesto e intento no carcajearme.

—Vamos, hyung, si estas gordo. Necesitamos alejarte de la cocina un poco.

—Hey, debemos dejar claro que no estamos gor-dos-¿Jongin?



El quinteto —incluido los secretarios— voltean al lugar donde Kyungsoo está mirando—me—, me sentí algo cohibido al sentir la mirada interrogante del afamado Yunho, y la de sorpresa del segundo afamado Yoochun. Pero eso terminó cuando Kyungsoo abrió su boca de la mera sorpresa por haberlo esperado.



— ¿Qué no habías dicho que era rubio? —Pregunta Yoochun y Kyungsoo sigue mirándome, mientras siente algo lento.

— ¡Oh, Jongin-ah! —Luhan me saluda y de inmediato le devuelvo el saludo con un corto "hola". —Pá, tío, les presento a Jongin, mi amigo.

—Mucho gusto. —Respondo bajo y les tiendo la mano, estos de inmediato la toman, solo que en turnos.

— ¿Qué eres de Kyungsoo? —Pregunta Yunho, al ver que este no respondía. Sonrió en mis adentros, se lo que Kyungsoo está pensando en estos momentos. Siete días han sido una eternidad para alguien tan cachondo como él.

Es mi novio. —Me arrebata las palabras, y cuando menos lo esperamos, me arrastra con él a no sé dónde. — ¡Tenemos cosas importantes que hacer, después los veo!



Soy lanzado violentamente contra la puerta del cubículo. Creo que me golpeé con el pestillo de la puerta. Maldición, eso duele.

La maleta desapareció no sé dónde. Me acorrala como si fuera una presa y arroja la gorra. Se relame sus labios y me da una de sus lascivas miradas, se acerca a mi oído y me susurra:



— ¿Ya te he dicho que me traen loco los morenos? —Niego y miro su socarrona sonrisa. — ¿Cuándo te has teñido el cabello?

—Hace dos días.



Su respiración choca contra mi cuello y me estremezco, ¿Cómo puede un ser tan bajito, hacerme sentir todas estas sensaciones?

Su lengua toca levemente mi lóbulo, y dejo salir un suspiro, la oreja es sagrada. Deja un pequeño beso en cuello y no sé en qué momento me volví tan tímido, como si el ser acorralado en un baño público fuera algo totalmente nuevo. O como si alguien me estuviera guiando en algo que conozco a la perfección, pero...que, por alguna extraña razón, no quiero decirle que eso lo sé de pies a cabeza.



Chúpamela.



Bien, quizás, eso de que Kyungsoo haya ordenado con una voz jamás reconocida, llena de deseo; me obligó a prácticamente obedecer.

¿Acaso me estoy volviendo un sumiso? ¡Claro que no! Simplemente estoy dándole confianza para creer que me tiene. Porque, por supuesto que no me tiene ahora, ni mucho menos me tendrá después.



—Jodido pervertido, ¿y dices que esta es tu tercera vez eh? —Se vuelve en armónicos gemidos. ¡Así es, lo tengo bajo la palma de mi lengua!




Lamo lentamente su longitud y se retuerce, ahogando uno que otro gemido. Toma asiento en el retrete y yo me arrodillo cómodamente. Mis pies salen del lugar, pero, a nadie le debe de interesar.

Subo y bajo. Mi lengua prueba juguetona toda aquella extensión y Kyungsoo coloca su mano sobre mi cabello. Con su respiración agitada, me pide que pare solo un poco, lo obedezco y de inmediato jala mi cabello, provocando que pegue un quejido lastimero, solo para ser callado por aquellos labios qué por casi siete días, no probé.

Su mano se mete indecente en mi pantalón, ahora ambos nos tocamos, ni siquiera sé en qué momento me puse tan duro, pero la jodida mano de Kyungsoo está haciendo un estupendo y genial, jodido trabajo. Siete días en china y se vuelve un maestro de la masturbación, ¿siquiera eso es posible?



Continúa...—Susurra sobre mis labios y asiento ciegamente.



¿Estoy cayendo bajo? No lo creo, solo estoy jugando con sus sentimientos del sexo. Solo eso. Esta será la última vez que lo haré, después él será quien me ruegue por hacerme una, lo tengo todo calculado, manipulado, ¡lo he deducido! Kyungsoo se morirá por probar este cacho de carne.

Bajo y subo de forma rápida, comienzo a masturbarme según las estocadas que él impone. Prácticamente viola mi boca, entra y sale, la saliva comienza a gotear por mi comisura. ¿Está mal decir que me está encantando como lo estamos haciendo en este momento ante las voces que llegué a escuchar fuera?

Kyungsoo hecha su cabeza para atrás, leves gemidos salen de sus apretados labios, muerde su labio y cierra sus ojos. Su respiración se vuelve más agitada. Yo sigo comiendo de aquello como si fuera nada, siendo algo que cabe perfectamente hasta mi garganta y que me asfixia en ocasiones.

Hacemos contacto visual, sonrió en mis adentros al ver sus sonrojadas mejillas, los ojos vidriosos envueltos en placer, su manzanilla que sube y baja lentamente al tragar saliva y aquellos melodiosos gemidos que salen guturalmente de sus labios. Mis manos se retienen en sus glúteos, él se estremece al instante y suelta un suspiro.


—J-jongin...ngh...y-ya-



Y justo cuando pruebo algo salado, se viene por completo en mi boca en un gutural gemido. Toda su esencia pego en mi garganta, provocando que saque su miembro rápidamente, solo para poder tragar aquello.



—Nunca antes mis hijos han llegado tan lejos. —Me dice orgulloso.

— ¡Maldición, hyung! ¡Me cayó en el ojo!

—Esos son mis muchachos. —Comienza a reírse y cuando estoy por maldecirle, me besa.



Y ahora olvidé por completo que su semen mancho mi pulcra ropa, y que, de paso, llegó hasta mi rostro. Besándome con parsimonia, y lujuria a la vez. ¿Cuánto tiempo había pasado sin estos labios? ¿Sin este pequeño cuerpo pervertido? ¿Cómo pude sobrevivir estos últimos días sin él?

Su lengua roza mi labio, delineándolo, dejándome en claro cuál es su intención, así que separo mis labios, y esta entra con total libertad. Caliente. Su lengua es tan caliente al momento de rozar la mía, que me vuelve loco.



—Kyungsoo.

— ¿Uhm? —Sus brazos los cuela en mi cuello y subiéndose al retrete, solo para no tener que estar de puntillas. Deja mis labios por algunos segundos para después besarlos con la misma intensidad.

—No vuelvas a irte, jamás.

No lo haré.



Bien, ese tipo de respuestas me gustan.




• ♦ •




—Pedazo de escoria de la vida, espera a que te atrape. Suplicarás por que no te tenga entre mis manos. —hace un pequeño calentamiento, rotando su cabeza y hombros.



Maldice mentalmente al maldito Dios de los banquitos, porque justo hoy el banquito que encontró la noche de ayer, ha desaparecido. Debo dejar de ser un maldito. Se nota que sufre por no alcanzar el cereal. ¡Dios! Juro que esta será la última vez que lo haga. Da pequeños saltos y su desesperación aumenta al no poner ni rozar con las yemas de los dedos la caja de cartón. Su respiración se agita y maldice.



— ¿Quieres que te ayude?

—No es asunto tuyo, Jongin. Es entre el cereal y yo. —Gira y me da una mirada de autosuficiencia.

—Como quieras.



Camino a su lado, y justo cuando él espera que me pare de puntillas y tome el cereal —como siempre—, lo cargo desde la cadera, lo elevo un poco y me mira sorprendido. Vamos, siempre he querido hacer esto desde el día en que vino a mi departamento.

Rápidamente sostiene la caja de cereal y la deja caer sobre la cubierta, por la posición debo alzar mi cabeza y él bajarla, para poder mirarnos. Sonríe juguetón y acerca su rostro para besarme.



—Jongin...—susurra en mis labios.

¿Uhm?

—Vuelves a hacerlo, y te mato.

—No lo volveré a hacer. —Le doy una mirada divertida, y él solo atina a suspirar.

Buen chico.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top