Vigésimo octavo capítulo (3)


Y justo en este momento en mi cabeza comienza a sonar esa canción. Que no recuerdo la letra, pero si la música. Creo era... Tun, tun, tun... tuntuntun tun turuntun... ¿o era Tan taran, tan tarantan tarantan...tan, tan, tan?

Sea cual sea, la canción hablaba sobre enamorados, que tuvieron un problema e intentan arreglarlo todo mediante una canción. Soltando lo que no pudieron decir antes. ¿O era la de ganar mi primer millón? No, yo estoy seguro de que era la de un amor. Bueno, como sea, no debió ser famosa si no recuerdo la letra en estos momentos.

Doy un largo suspiro y Mei se me queda mirando. Después recibe mensajes y suelta grandes gritos de alegría. Acomoda su cabello y pone frente suyo el celular. Yo por el momento comienzo a hurgar en la cocina y noto que hay comida de todo tipo. Inclusive hay más comida que en mi departamento, donde YO SÍ vivo. Aquí, está vacío por completo. Ni una sola alma que habite esta zona con aire de riqueza e inseguridades.



— ¿Qué estás haciendo? —Pregunto mientras muerdo la barra de cereal, realmente estoy procesando la idea de ir corriendo hasta el departamento de Jongin y llevarme conmigo a Mei solo para que ella le explique la razón del porque está aquí... A mí lado... Conmigo... En un departamento que no es mío.

Sí, ¿quieres conocerlo? —No me respondió, es más, ni siquiera sé si sabe que le hablé, se encuentra tan asombrada que, sin imaginarlo, caminó hasta donde yo me encuentro después de preguntar algo a su teléfono. —Kyungsoo, te presento a Wei, mi novio. — ¿Wei? ¿Mei? ¿Se enamoró de una persona que tiene su nombre solo que por error puso la "M" al revés?

—Hola. —Digo de inmediato en cuanto me entregó el celular y pude ver a su novio juzgándome y pidiéndome que lentamente mueva el teléfono hasta que todo se arregle en su cabeza. Lo dejé criticarme, así que ahora es mi turno, desde su cabello castaño hasta su rostro y los dientes, siempre es importante mirar los dientes; sin mentir, Wei parecía ser un poco mayor y como todo hombre debo aceptar que Mei no tiene tan malos gustos. Después de tenerme a mí, es casi imposible que consiga algo mejor. Eso, aumenta mi ego.

¿Tu eres Kyungsoo? —Asiento de inmediato, por el tono de su voz parece no estar muy contento. — ¿Así que eres el otro?

—...Bueno, yo no diría que soy el "otro". —Fingí una sonrisa, esta situación es tan inesperada que espero no cagarla.

Mei me contó todo. —Responde con enojo.

Wei Chen, ¿estas celoso? —Mei asoma la cabeza y el afirma con un fuerte «si» seguido de un resoplido.

No me gusta la idea de que estés con tu ex. — Y me miró a la vez que me gruñó y pidió, sin pedir, que me alejara de su vista porque de lo contrario podría golpearme en cualquier momento, en su mente, pero golpes al fin. —Eso me pone muy celoso y molesto. ¿Y si quieres regresar con él? —Mei me arrebata el celular y niega efusivamente, haciendo leves pucheros. — ¿Y si crees que soy una mala elección? Digo, él es alguien a quien quisiste y...



Mei lo comienza a prometer que ni en su siguiente vida, volvería conmigo. ¿La razón? Ella solo lo ama a él. Es bonito todo eso de superar a tus exparejas, me alegra tanto saber que no hay rencores entre nosotros así que, entiendo perfectamente el hecho de conocer un nuevo amor y pensar solo en el presente y no el pasado.

Regreso a la cocina y aunque no lo quiera, sigo escuchando la conversación sobre como Mei solo lo ama a él, confesándole cuanto lo extraña. Preguntarle sobre si sus padres le han vuelto a hacer algo o algo similar. Y así, esa clase de conversación que las chicas ricas suelen tener con el novio no deseado por los padres.

Pero la cosa aquí no es Mei, se trata de mí, se trata de un gran imbécil —claramente hablo de mi— quien después de un plátano, un vaso de leche, otra barra de cereal, y recordar que debo terminar la tarea, la realidad viene a mi como balde de agua fría.

¡Jongin!

¡Jongin debe sentirse inseguro! ¡Claro! Mei es mi ex. Él es mi...uh, novio. Tal vez este teniendo las mismas inseguridades que el Wei. Ah, Wei... Su nombre, no lo logró superar. Wei, Wei, Wei, me agradas Wei.

¡Enfócate Do! ¡Esto es cosa de vida o convertible!

Si logro entender la posición de Jongin al momento de esperar el ascensor detrás de nosotros y escuchar nuestra pequeña conversación de hace algunos minutos, podré deducir que, como toda persona celosa y controladora que es, en este momento debe de estar desconfiando de mí. ¿Qué estamos haciendo los dos? ¿Por qué estoy con ella? ¿Por qué dije que somos amigos? ¿Por qué no le dije que era su pareja? Quizás sean las preguntas que en este momento se esté cuestionando.

Obre mal, sí, lo acepto. Soy despreciable, lo acepto. Soy una persona con doble moral, a pesar de decir que soy moralista, lo acepto. Creo que soy una oveja que se ha salido de su sendero. Solo necesito a mí, ¿Cómo se les llama? Estas personas que cuidan a las ovejas, esas mismas que las dirigen al rebaño correcto...creo lo he olvidado el nombre de ese señ- ¡Pastor!

Oh, Kim Jongin, sé mi pastor... O si no quieres, puedes ser el lobo hambriento que ha visto a la pobre oveja perdida. Lo que suceda después, es tu decisión.



— ¡Abre la maldita puerta pedazo de-!

¿Por qué siento que estás diciendo malas palabras, Kyungsoo? —Pregunta Mei algo asustada por el tono que estoy usando mientras golpeo brutalmente la puerta.

—Porque lo estoy haciendo. —Respondo con la verdad y Mei no me reclamó más. Me pide que repita lo que he dicho e intenta repetir lo mismo solo que de forma graciosa. —No, no, lo estás diciendo mal. —Le reprimo mientras golpea la puerta e intenta maldecir. —Tienes que decir "pedazo de mierda". Repite conmigo: Mierda. —Una vez que le ayudo en su lenguaje. Continuamos golpeando, pateando y maldiciendo a su puerta. Pero, ¿Quién no haría lo mismo que nosotros? Llevamos casi diez minutos tratando de que abra la puerta y nada. Creo que nos está evadiendo.

— ¿Y si tocamos el timbre? —Pregunta Mei en el momento que lo nota, y me golpeo mentalmente porque no se me había ocurrido antes. Pero, jamás lo aceptaré, ella no sabe nada, yo soy el novio aquí.

—Haz lo que quieras. —Estaba avergonzado, no lo negaré, pero lo dejaré pasar porque seriamente no pienso de la mejor manera en estos días. Y bueno, ahí estábamos, presionando una y otra vez, tantas que es casi imposible recordar el número, la velocidad aumentaba cada vez más aun cuando el dedo me dolía y pasaba el turno a Mei, creo que se sumió el botón, pero también creo haber escuchado una respuesta desde dentro.

— ¿Qué quieren? —Oh, sí. Esa voz que hace casi media hora no escuchaba se sintió como si los ángeles me hubiesen hablado, y aunque fue gruñona pasaba a lo celestial para mis oídos. Suelto una pequeña sonrisa junto a un suspiro.

—Jong-

¡Yah! ¡Pedazo de mierda, abre! ¡Abre la maldita puerta! ¡Abre, mierda! —No puedo detener mi carcajada al escuchar a Mei insultarlo. De inmediato al recordar la razón por la cual estamos aquí presentes, la callo, tapándole la boca con mi mano y pidiendo que se controle un poquito.

Solo...solo abre, ¿quieres? —pido mirando directo a la cámara de forma convexa y hago raras caras mientras quito mi mano de la boca de Mei, después ella me imita, y comenzamos a hacer una clase de aegyo para convencer. Por Dios, nadie se resiste a mi aegyo, soy como el amo y señor del aegyo...o bueno, al menos lo intento...



En realidad, no tenía un plan, después de que pasaran diez segundos estaba preparado para largarme a llorar a mi departamento y que Mei me consolara mientras Wei trata de pasarse del teléfono a donde estamos, pero jamás creí tener la oportunidad de la ver la puerta abrirse, o escuchar aquel sonido de la alarma que me indica como cumplí mi meta una vez más. Jongin estaba fuera, o parte de, asomaba su cabeza y medio cuerpo. Su rostro era neutral. No sé si acaba de reír por nuestra burla de aegyo, o estaba llorando porque me vio con Mei una vez más. o simplemente no hizo nada, importándole una mierda que casi lo haya engañado. Aunque claro, no lo iba a engañar. Solo quería ayudar a una vieja amiga es todo.



— ¿Qué quieren? —Pregunta con voz monótona, trago, no sé qué decir. Creo que me quedé en blanco. Cuando Mei está por maldecirlo, las ideas regresan a mi cerebro como una ráfaga.

Hablar.

—Lo estamos haciendo. —Responde con obviedad.

—Cierto, cierto, a lo que yo me referencia es a hablar sobre porqué Mei está aquí. — señalo a donde esta ella y después lo señalo a él solo para señalarme al final, y esperar a que triangulen las ideas que tengo. —Y porque, estamos aquí.

—Están aquí solo para maldecirme, lo he notado.

— ¡No! ¡No es así! —Doy un hondo respiro y suelto todo el aire; jamás creí que esto fuera tan difícil. —Mei, hace un momento te mentí. —Hablo en mandarín y Mei me presta toda su atención.

¿Eh?

—Jongin, no es mi amigo...



Alto, alto ahí. Se me es complicado continuar con lo siguiente. No quiero que las demás personas me digan « g a y », porque está claro de que yo no soy gay. Ni mucho menos homosexual. El homosexual es Jongin, yo solo fui arrastrado en las garras de Kim Jong-homosexual-In. ¿Es tan difícil para las demás personas comprender eso?

Oh, esa mirada que Mei me ha dado, me hace pensar, ¿Por qué terminé con ella? Tal vez si siguiéramos juntos, ahora estaríamos teniendo de uno a dos hijos, siempre quise tener hijos. Ella dejaría de ser bailarina por estar al cuidado de nuestros pequeños, yo comenzaría a trabajar en la empresa de Yunho y para agradarles más a mis suegros haría que Junment acepte una alianza entre ambas empresas. Solo la vería unas nueve horas al día. Viviríamos nuestra sexualidad, tal como siempre lo hemos hecho, en todos estos años y cuando tengamos nuestro quinto bebe, yo descubra que Mei me ha sido infiel, o yo le he sido infiel, porque pasar solo nueve horas al día con una persona no son lo suficiente para demostrarle cuanto la amo. Además de dejar en claro que siete de estas nueve horas, las pasaré durmiendo... Jamás habría conocido a Jongin. Jamás habría tenido amigos como Minseok y Tao. Dae sería un soltero de treinta y tantos como lo es Micky. Habría dejado de estar en contacto con Yixing. Hyung estaría siguiendo mi ejemplo, buscando una linda esposa para poder tener familia, y Luhan sería el tío no reconocido por mis hijos...



—Jongin es mi novio. —Suelto sin delicadeza.

¿Eh? —Responde ambos al mismo tiempo.



Sin darle mucho tiempo de reaccionar, beso a Jongin con ímpetu. Él, algo sorprendido, intenta tomarme de las caderas ya que prácticamente me abalancé contra él. Escucho vagamente el pequeño gritito de felicidad que Mei soltó. ¿Cuándo fue exactamente que olvide sobre sus raros fetiches? Aún recuerdo cómo me pedía que yo lo hiciera con un hombre mientras ella era espectadora. O que lo hiciera ella con una mujer mientras yo era el espectador.

He cavado mi propia tumba...

Cierro mis ojos y me dejo guiar por la gloriosa sensación que los labios de Jongin me dan. Él sí sabe cómo dar y controlar en un beso. Hasta olvidé como respirar, ¿pueden creerlo? Tengo hambre y también quiero seguir besándolo, ¿Por qué no me pongo de acuerdo? ¡Necesito hacer ambas cosas en este momento!

Una vez que nos separamos, puedo notar las coloradas mejillas de Jongin y sonrió ante ello. Una leve explicación a Mei y ella se fue, Jongin se quedó algo aturdido y aún más por el beso de despedida que Mei le dio. Besando su mejilla y bajando lentamente hasta su comisura, solo para depositar otro beso. Hizo lo mismo conmigo, solo que yo reaccione de forma distinta.



— ¿Y...? —Me recargo sobre la pared, mostrando solo mi cabeza y un poco de mi cuerpo, estoy en el marco de la puerta y Jongin está dentro. Sonriéndome.



• ♦ •



Neibor. Neibor. Neibor. No me quedan palabras para demostrar lo que siento por ti. Así que, solo vomitaré.



— ¿No crees que el uniforme me queda un poco entallado? —Y por millonésima sexta vez, Luhan pregunta, mientras las personas a su alrededor lo miran.

—Se te ve perfecto, Ge.

—Pero, me siento incomodo...

—Lu, te vez sexy, ¿sí? Todos te miran porque no pueden entender cómo puede haber tanta sensualidad en un humano.

—Eso lo dices porque eres gay...—suelta un mohín, mientras se cruza de bazos, se recarga contra su casillero y mira a otro lado que no sea donde yo estoy.

¡Yah! ¡Yo no soy gay! —Y la venita de mi cuello crece. — ¡Jongin es el gay, yo no!

— ¿Te estás dando cuenta de que salen con un hombre, cierto? —Me pregunta un tanto burlón.

— ¿Y eso qué? Tú puedes salir con uno también. Además, ¿Quién dice que solo por salir con alguien de mí mismo sexo me hace gay?

—Pues todos.

—Jodida sociedad. —Empuño mi mano, ¿en qué mundo he caído, señor? —Púdranse con su moral jodida, yo puedo salir con la persona que quiera y a ustedes no les debe importar ni un jodido bledo.

—Pero, ya en serio, ¿no me habré pegado un chicle en el trasero? ¿Por qué todos me miran eh?

—Ge, puede ser porque-

—Luhan-hyung. — no me dio tiempo a continuar, fue como si el chisme me llamara por lo que ambos volteamos, casi como nos llamáramos Luhan y nos encontramos a un Sehun con una larga gabardina negra. Era extraño, estamos en Neibor, ¿Por qué diablos Sehun trae puesta una gabardina? ¿y porque diablos Luhan parece tan feliz? Oigan, ¿qué se trae este par?

—Después nos vemos, Soo.



Como si fuera flash e incluso más veloz, Luhan camina delante de Sehun y es seguido inmediatamente. Lo repito, ¿qué se trae este par? Bueno, sea lo que sea, no creo que sea algo ilegal. Lu no haría ese tipo de cosas.

Doy media vuelta, y sigo caminando por el pasillo en dirección a mi clase.



—Buenos días. —Susurran a mis espaldas y por el tono que se usó, mi piel se puso por completo de gallina.

—Buenos días. —Me giro y me encuentro con un sonriente y peli-grisáceo Kim Jong In. Hace exactamente cuatro días que se tiñó el cabello.



Me arrastró entre sus garras y ahora soy pelinegro. ¿Qué puedo decir? El negro me queda demasiado bien. Es imposible encontrar a otra persona que se vea mejor que yo.

Y no es egocentrismo, es la realidad.



• ♦ •




Miro el enorme calendario. Lo recibí en un taller mecánico, o eso espero que todos crean, en realidad lo tuve que comprar en una tienda. Hyun Bin, merece la pena todos esos wons que gasté en él. Al igual que todas aquellas post-card, que compré. ¿Qué puedo decir? Soy su fan. Solo espero que Jae no lo note. Él cree que es mi artista favorito número uno, y la verdad, no estoy preparado mentalmente para confesar lo que mi corazón indica.

Tomo el plumón azul y marco el día en el que nos encontramos.

Exactamente veintidós de abril, hace exactamente veintiocho días saliendo verdaderamente con Jongin. Así es, lo he calendado todo perfectamente, ¿qué? ¡Soy un romántico cuando realmente quiero a alguien! Jamás olvido una fecha, todo lo tengo fríamente calcula y si habrá un error, no será de mi parte.



—Aún me sigo preguntando, ¿qué tipo de taller mecánico te regala un calendario de un hombre? —Pregunta Jongin a mis espaldas y tapo el plumón.

—Ya te dije. — suspiro cansado, aquí viene esa plática de nuevo. — Ya no tenían el calendario de Julie Hoi, así que me tuvieron que dar este. —Me muerdo el labio, ¡Oh Dios mío! Hyunbin con bigote. ¿Por qué no puedo verme tan atractivo como él?

— ¿Y qué tanto ves? ¿No me estarás engañando con tu poster?

¡Yah! ¡No es un poster! —Volteo y noto la socarrona sonrisa pegada en su casi perfecto rostro, digo casi porque le vi una espinilla en la frente. —Es un calendario. No gastaría mi dinero en un poster de otro hombre. —digo con ironía. —Además, cualquier cosa que sea gratis, es bien recibida.

Mmm...

—"Mmm", ¿qué? —Me cruzo de brazos y Jongin enarca una ceja.

Mmm, que sexy te verías con un bigote azul. —Relame sus labios y escondo aún más el plumón.

Mmm, no lo creo. —me alejo de mi querido calendario y camino a un lado de Jongin.

Mmm, yo creo que sí.



Oh si, como te odio pedacito de mierda sexy. Mi plumón de cuatrocientos cuarenta wons y yo, te estamos repudiando muy dentro.

Me cegó por completo con el flash que dio directo en mis ojos y escucho como Jongin alardea como hice bizcos. Toma fotos, una y otra y otra vez, después de la foto número catorce ya no hice nada y solo dejé que me pintara todo lo que quisiera mientras toma evidencia mediante fotografías.

Cuando se aburrió, fue mi turno.

Creo que acaba de descubrir que cualquier cosa que me haga, la regreso al triple. Esa respuesta, el plumón azul, el negro, el permanente, el rojo, el rosa, y la cinta americana, lo entienden a la perfección. Uno nunca sabe cuándo necesitara la cinta americana, además fue una ganga. Seis plumones + la cinta americana = cuatrocientos cuarenta Wons bien invertidos. Ese tipo de ofertas, no se pueden desperdiciar.



— ¡Ya, ya, lo siento! —grita cuando logra quitarse la cinta de la boca. Su respiración se agita y noto el temor en cada palabra que suelta. —S-solo, no la jales, ¿quieres?

—Eso no me conviene, nene. No me creo tus disculpas. —Lo rodeo y él me mira con miedo. —Además me pintaste el culo, ¿por qué yo no puedo jalar la cinta?



Bajo un poco el bóxer, ya que, este hombre fue demasiado rápido y habilidoso para hacer desaparecer mi ropa a la quinta fotografía. Miro lo que está escrito en mi nalga derecha, «propiedad d-» después volteo al lado contrario y veo su nombre «e KIM JONG IN». Remarcado y en mayúsculas. Bajo mi cabeza y en mis muslos internos, esta una larga flecha, levanto un poco mi pierna y acaba justo en el lugar menos esperado, suspiro y logro ver un «Mío» al inicio la flecha.

Tomo el celular de Jongin, veo todas y cada una de las fotografías que ha tomado a detalle, suspiré pues es un completo asco intentando poner bigote.



¿Por qué me amas? —Pregunta inseguro. Mis mejillas se tiñen y Jongin suspira aliviado. Grave error.

—Kim Jong In, tú eres el rival más débil. — Con voz monótona y sin piedad alguna, jalo aquel largo pedazo de cinta color grisáceo y lo jalo otra vez hasta verlo retorcerse en la misma agonía que él pidió cuando tomó el plumón en sus manos.



Un desgarrador grito sale de sus labios. Incluso pude ver lágrimas brotar por las comisuras de sus ojos, cierra la boca e intenta callar sus lastimeros gritos. Su respiración se vuelve más agitada y noté su pecho subir y bajar en repetidas ocasiones. Soy el enviado de satanás lo sé. No puedo burlarme de esto, no, no puedo, no debo hacerlos... ¡Maldición! ¡lo quiero volver a hacer!



—Ya, ya pasó. —Beso sus labios y él de inmediato voltea su rostro. Logro escuchar un pequeño sollozo y me muerdo los labios para no carcajearme. —Incluso nos ahorramos lo de la depilación. —suelto divertido y Jongin deja caer la cabeza hacia atrás después da otro quejido y se tranquiliza.

— ¡Tú! —Me señala con sus manos, las cuales están pegadas de cinta. Dios, yo de verdad que me tomé esto muy en serio. —Tú...

—Ya, ya, todo pasó, ya se acabó. —acaricio su rostro, planto un beso en su pequeña naricita y espero a que se relaje. —Solo queda la otra pierna y-

— ¡Ni se te ocurra! —Grita alterado, comienza a moverse como gusano y si alguien más nos viera, parecería que lo he secuestrado, por eso de estar cubierto de cinta, llorando y gimoteando por ser libre.

—No vas a sentir nada, lo prometo. —Tomo la extremidad de la cinta y Jongin se muerde el labio. Niega efusivamente. —Cuando cuente tres, no sentirás nada. Solo mírame. —Asiente y me mira directo a los ojos, trata de regularizar su respiración y hace algunos sonidos con sus labios al intentar tomar aire. Tomó respiración semejante a cuando están por dar a luz, Dios, estos momentos serán los que podremos contar como anécdotas después. — ¡Tres!


Jalo el pedazo de cinta y esta se lleva los bellos de la pierna de Jongin. Bastantes bellos debería de aclarar. La zona ha quedado completamente roja. Escucho a Jongin ahogar pequeños sollozos y como recompensa, le quito la cinta de sus manos y de su abdomen —donde estaba claramente la camiseta— y lo libero de la silla. Él, en agradecimiento, se tiró contra el suelo, haciéndose bolita.

Como me encanta esta situación. Ahora Jongin se nota arrepentido por sus acciones. Bueno. Algún día debía aprender. Aunque fue a la mala...



—Ya no te quiero...—Repite como un mantra y me carcajeo cuando veo su cuello y boca. Un explícito «Aquí, solo la meto yo», junto a mi firma, señalada con una flecha en dirección a su boca. Y en el cuello hay una pequeña etiqueta, con código de barras y dice: «7 55Kyungsoo 1214Dueño». Wow, amo ser rencoroso y detallista a la vez.




• ♦ •




Miro de nueva cuenta aquel enorme calendario. Ahora con plumón rosa, marco un día en específico. Treinta de abril. Hace exactamente un mes y cinco días desde que salgo con Jongin verdaderamente. Suspiro. Dibujo una carita feliz y todo termina ahí. Nueve meses ya, desde mi apuesta con los Kim...Y aun no estoy muy seguro sobre quien perderá. Yo estoy más que seguro que será Dae. Entonces él se llevará entre los pies a Hyung, y pasará algún tiempo hasta que descubran que yo también formo parte de la familia Jung. Vamos, ellos fueron los tontos que dijeron ser hermanos desde el primer momento en que ocultaron su identidad.



— ¿Estás pensando en engañarme con tu poster? Estoy notando tus intenciones. —soltó celoso a mi espalda. Sonrió y me giro, solo para caer de plano sobre el amplio pecho de Jongin. Pasó mis brazos por su cuello y le sonrió de nueva cuenta.

Nope.

—Más te vale.



Me separo y camino en dirección a mi mochila, saco un par de libretas junto al lápiz y comienzo a terminar la tarea que deje inconclusa. No lo sé, ambos ya estamos en esa etapa de la relación en que no necesariamente necesitamos todo el día en la cama o avisar de cada movimiento que hagamos, es decir, ahora mismo yo podría salir a la tienda y traerle un helado a Jongin y él me agradecería o se molestaría porque no le avisé a donde iría para él poder encargar algo. Ya estamos comenzando en esa fase de la relación.

Y bueno, sigo en mis quehaceres escolares, muevo mi cuello y termino la primera partitura de piano. Reconociendo de inmediato cual es la parte incorrecta y arreglándola. Es fácil de reconocer a final de cuentas, mi mente tiene un piano integrado, descargado desde hace años. Bien afinado y casi nuevo. Fallo en la guitarra, pero el piano es fácil.



—Siempre me pregunté, ¿cómo puedes salir conmigo, trabajar, pasar casi todo el día conmigo y, aun así, tener la tarea lista del día siguiente? —Toma asiento sobre la mesa de estudio. — ¿Acaso la hacías mientras duermo? ¿O eres un brujo-hace-tareas?

—Suelo hacerla en el trabajo. — Dejo de escribir, volteo a verlo, él casi sin pensarlo me da un poco de la manzana que está comiendo, después de una mordida continuo con lo mío. —Ahí obtengo mucha ayuda. Está Kota, quien me explica algunas cosas, aunque no sean de su carrera...Minseok-hyung, quien me ayuda en ocasiones a transcribir algunas cosas y después esta Dae, quien, por ningún motivo, dejo que se acerque a mis apuntes.

Hmph...ese Troll.

— ¿Quién?

—Ese Troll...—Vuelve hacer hincapié en lo último y no sé de quién hable. A veces creo que se les cayó a sus papás y por eso me salió un poco defectuoso.

— ¿Hablamos de Dae? —Un suspiro y sé que he acertado cuando Jongin rodó los ojos y pegó una mueca mientras imita el «Dae» que había dicho.

— ¿Por qué debes trabajar con él?

—Porque-

—No es que me interese mucho en realidad, pero no me agrada la idea de que trabajen juntos...

— ¿Celoso?

— ¿Quién? ¿Yo? —Se señala y mira a todos lados en la habitación. —Sí, —confirma, hasta se me fue la respiración por lo lindo que se escuchó. — no lo puedo controlar. Detesto que se te acerque ese Troll.

—Aww...Mi humanito celosito~. — Vaya, jamás creí que me emocionaría ver a un tipo guapo todo celoso por mi propio hermano, juro que cuando los Kim pierdan le contaré la verdad. —No creo que a Minseok-hyung le agrade mucho la idea de que Dae se me acerque mucho. No debes ponerte celoso de él.

Uhm...—Hace un pequeño gesto con los labios, asiente con la cabeza en repetidas ocasiones, comienza a ver el techo y los muebles que nos rodean. Suspiro otra vez, creo que hoy será un día demasiado largo.

— ¿Quién más? —Dejo atrás mi tarea, abro la libreta hasta la mitad y en una hoja limpia dibujo una tabla de dos columnas. En dos filas, en la primera fila escribo «personas a las que NO debo acercarme» y en la otra, «Las que SI debo acercarme». En la primera columna escribo el nombre de Dae y se la muestro.

—Minho. —Responde de inmediato y lo anoto. —Sehun-ah. —Suelto un bufido. —Chanyeol. —Lo miro incrédulo. ¡Son sus amigos! —El Troll.

—Él ya está anotado.

—Pues vuélvelo a poner para que lo tomes en serio. —Sonrió, ¿no se puede controlar solo un poco?

—Mei.

—Ella ya se fue hace tiempo.

—Aun así, anótala.

—Lay. —Me giro a verlo, él solo alza sus hombros. — ¿Qué? No me agradaba desde hace mucho, además me roba tu cariño cuando te dice «Dodo». Dodo mis-

—Celoso~. —Canturreo interrumpiéndolo, no quiero saber más. ¡Me esta dejando sin amigos!

—Calla. Uhm, Luhan, me agrada, pero te toquetea cada que puede, ahí ya no me agrada.

— ¿Alguien más? ¿Obama? ¿Rambo? ¿Hyunbin?

—Principalmente Hyunbin, anótalo siete veces.

— ¡¿Por qué?! —Pongo mi carita de cachorro y creo que Jongin se ha vuelto inmune a ella, no cambió de postura ante sus palabras.

— ¿Por qué? —Pregunta incrédulo y cruza sus brazos. —Te he observado, muy, muy de cerca.

— ¿Y eso qué?

— ¡Que le dices te amo a la televisión cuando él sale!

— ¿Y?

— ¡A mí no me lo has dicho ni una sola vez! —Grita y su vena del cuello crece, su rostro se pone rojo por completo. Con brazos cruzados, dándome la espalda y murmurando cuando le duele compararse con un señor.



¡Hombres!

Dejo atrás la libreta y muevo el hombro de Jongin, solo veo como se menea todo como si fuera gelatina, pero no me mira. ¡Dios! ¡Esto es tan lindo de su parte! ¿Por qué no me contaron que entraría en una relación con alguien de este tipo? ¡Habría aceptado desde hace tiempo!



—Hey, esas palabras son, difíciles, ¿sabes?

—Yo te las digo, pero tú nunca confiesas algo similar, ahora que lo pienso... ¡tú nunca me respondes! —Frunce los labios.

— ¡Hey! Eso es...cierto.

— ¿Ves? —Voltea, se inclina y quedamos frente a frente. —Hasta tú mismo lo aceptas. —ruedo los ojos.

—Bien, te quiero, ¿contento?

—No lo estás sintiendo, parece que te estoy obligando. —suspiro.

—Te quiero. —tomo su rostro entre mis manos. —Te quiero. —Planto un pequeño beso en sus labios y al sepárame, lo veo sonreír. —Te quiero...soy algo torpe en ocasiones para demostrar mis sentimientos, solo es cuestión de tiempo para decirlo abiertamente...Nunca antes he sido así. — confieso, y es cierto, no soy tan bueno enamorándome, además debería ser él quien espere y no obligarme. —Por lo general, salía con chicas, ya sabes, lo que normalmente se acepta en sociedad; es fácil sentirlo ahí, pero es difícil siendo contigo, eres un hombre después de todo. — «¡Gracias por aclararlo! Por un segundo me sentí un calcetín no un hombre» burló molesto, creo que no escogí mis palabras, a ver, esta es mi segunda oportunidad. —Lo que quiero decir es que no es que no lo haga, ya sabes, eso; sino que actualmente no me siento preparado para confesarlo, solo espera un poco más para que puedas escucharlo salir de mis labios, ya sabes, para poder asimilarlo... Digo, no sabes cómo te cambian las ideas una vez que te dan por el culo. Un día dices jamás hacerlo y al otro, ya no puedes caminar correctamente y-

—Basta, nene, creo que entendí el punto.

—Oh, ¿y quieres que yo te dé por el-?

—No...yo hablaba sobre tus sentimientos.

—Ah...si, si, los sentimientos... ¿Y no piensas cambiar de opinión en lo otro?

—No. —Responde firme.

—Al menos lo intenté. —Doy un último suspiro y miro la libreta. Aún queda una columna vacía, sin ningún nombre de persona escrito. Muerdo la punta del lápiz, e intento pensar en la persona que Jongin realmente quiere que me le acerque. — ¿Y las que debo? —enserio, intenté en la respuesta, y quebrarme la cabeza buscando el nombre de las personas. Pero, nada se vino a esta. Tal vez Hyung forme parte de esto...

— ¿Qué no es obvio? —Suelta una pequeña risita y creo que fue mala ideal el peguntar. —Yo, nene. Solo yo, lo tengo permitido.




• ♦ •




Me miro en el espejo por cuarta vez en veinte minutos. Mis dientes los cepillé por tres veces seguidas. Acomodé mi atuendo para que no se arrugara y vuelvo a verme en el espejo. ¿Por qué el nerviosismo? Respuesta: iré a una cena con la familia de Jongin. Esto es tan agonizante que en verdad quiero ir al baño otra vez. Doy un largo suspiro y a mis espaldas aparece Jongin. Mirando nuestro reflejo y sonriendo cuando me sonrojo. Planta un casto beso en mi mejilla y me toma de la mano.



—Estás perfecto.

— ¿Y si no le agrado a tu familia? —Esta bien, no era la primera vez que me pasa, pero, diablos que quiero dejar una buena imagen.

—No siempre es importante lo que ellos piensen, recuerda que el importante aquí soy yo, no ellos.

—Sí, pero-

—Se nos hace tarde, nene.

— ¿No me veo mal? ¿Estoy presentable? ¿No me veo muy-?

—Hermoso, te ves hermoso. —Suspiro. Eso no ayuda en mucho, yo quiero verme guapo, no hermoso, ¡Dios! ¡Quiero ir al baño ahora mismo!

—Entonces, ¿no vamos? —Pregunto algo nervioso y Jongin asiente, toma mi mano y caminamos en dirección a la puerta.



Estando en el auto, comienzo a morderme el dedo. Jongin pone un poco de música y me relajo solo por un par de minutos en lo que recuerdo a donde iremos y los nervios regresan otra vez. Miro las tiendas pasar, las personas las hemos dejado atrás y sudo frio cuando entramos al fraccionamiento donde papá vive. Bueno, es imposible que Jongin sepa algo de mí, ¿cierto? El de seguridad, nos deja entrar, antes de eso, se asoma y gracias a que llevábamos los cristales abajo, nos pudo ver a la perfección. Le dice unas palabras a Jongin y después mira más allá encontrándose con mi mirada. Hace una mueca un tanto graciosa al verme en el auto y solo atino a sonreír.

Cuando era más joven, el viejo señor Joon solía enseñarme cómo funciona todo dentro de la caseta de vigilancia. También pasaba los ratos con él cuando no quería ir a casa, él solía cantar canciones de «Fly to the Sky» y de ahí, yo le imitaba. Hasta hoy en día no sé como nadie pudo llegar a conocerme si me la vivía aquí por las tardes.

El auto se detiene. Jongin abre la puerta del piloto y sale de inmediato. Creo que pensé bastante en todo lo que he vivido cerca del viejo señor Joon, y la puerta del copiloto se abre. Jongin me dedica una de sus tiernas sonrisas, al igual que me ofrece su mano y sin chistar la tomo. Caminamos hasta llegar a la puerta principal y no me sorprendo en lo más mínimo al ver la enorme mansión. Bueno, he vivido en una por varios años.

Una de las sirvientas abre la puerta y ella manteniendo la cabeza gacha, entramos. Una leve inclinación a la fila de sirvientas que esperaban nuestro ingreso o el de cualquier persona a la mansión. Jongin sonríe, «solo ignóralas, es su trabajo» me habló al oído cuando traté de presentarme. Bueno, en casa de Yunho, las sirvientas las tratamos con igualdad, papá tiene esos ideales así que ingresar a otro lugar donde piensan un poco diferente, es algo extraño.



—Hemos llegado, padre. —Nos detenemos frente al enorme comedor. El lugar no es tan distinto a la mansión Jung. —Les presento a Kyungsoo, mi novio.



Siete pares de ojos me miran quisquillosos. Doy una tímida sonrisa y siento ser comido de la cabeza a los pies, que bueno que Jongin compró un traje tan caro y bonito creo que ellos me juzgarían por mi forma de vestir.

Jongin toma asiento frente al comedor y lo sigo sin chistar, situándome a su derecha, quedando a la izquierda de una joven chica que me mira con desagrado. Tal vez sea su prima.



— ¿Qué no es el especial de música? —Pregunta un chico frente a nosotros, da un sorbo a su vino y en ningún momento me apartó la vista, ni cuando le sonreí incomodo, nada, él seguía inspeccionándome. Me dio miedo y unas buenas ganas de soltarle un puñetazo para que vea otra cosa. —Con un poco de buena ropa, casi me confundía. —se burló divertido y me abstengo de insultarlo.

— ¿Un especial, oppa? —Pregunta indignada la mujer de mi derecha. — ¿Trajiste a un especial a nuestra cena familiar?

—Que indignante de tu parte, Jongin-ah. —Ahora, en un bufido, una señora con bastante maquillaje sobre su rostro, habló; creo que no puede hacer alguna mueca porque el maquillaje no se lo permitía.

—Querida, dejemos a nuestro Jongin, él tiene derecho de querer a quien sea. —uno de los señores habla a su mujer, bueno, creo que es su mujer, y por un instante me agradó, hasta que abrió la boca de nueva cuenta. —No importa claro, que sea un pobretón de quien se enamore...



Suelto un bufido y estoy por lanzar algo de vino a la maquillada mujer y a su limpio esposo, de paso a la bruja de su posible prima junto al demonio del chico de enfrente. Tal vez, su primo. Junto al anciano que desde hace rato me está mirando con tanto repudio y de paso al suegro.

La única persona que no dijo, o habló o se refirió a mí de forma grosera. Fue el hombre bien conservado y bastante joven. A quien creo se llama Jungki, creo que fue la única persona a quien Jongin le habló con respeto cuando llegamos. Doy un rápido vistazo y lo encuentro mirándome. Hay un aura de diversión a su alrededor y trago.



— ¿Kyungsoo, cierto? —enarca una ceja y asiento de inmediato, los demás se quedan callados y nos dan miradas interrogantes. — Te he visto...—Abro mis ojos por la sorpresa. —Junment... te he visto salir de ahí varias veces.

—Puede ser porque trabaja en la empresa de los Jung, además de ser becado por ellos. —Responde con simpleza Jongin mientras parte la carne, y da un mordisco a esta misma. Si no fuera por él, juro que diría la verdad.

—Puede ser...tu nombre lo he escuchado varias veces en otros lugares...

— ¿O sí? ¿y dónde? Si se puede saber. —Pregunta Jongin con desinterés y mis mejillas se tiñen, ¿acaso su tío sabe algo sobre mí?

—De Jung Yoochun. —suelta con diversión, mis ojos se abren de más, los otros se me quedan mirando interrogantes, pero Jongin solo sigue comiendo. ¿Olieron eso? Así es, me cagué.

Uhm, yo los he visto incluso siendo cercanos. —Aporta Jongin mientras limpia la comisura de sus labios con la servilleta de tela. —Es amigo de los hijos del señor Yunho.



Mis ojos se abren a más no poder, pero segundos después regreso a la misma postura. La chica de al lado me da un vistazo, hace una mueca y comienza a cenar. El chico de frente solo suspira y parte su comida. Los tíos groseros, imitan a estos dos, y comienzan a cenar. El tío Jungki me da un guiño, y sonríe divertido mientras niega con su cabeza. Jongin suelta un «gracias» y todos nos quedamos en una silenciosa cena.

Era un tanto asfixiante el ambiente, en especial cuando la cena terminó y llegaron algunos postres. Después las preguntas del señor Kim —el suegro— que me ponían un tanto nervioso. El abuelo que se refería a mí como si fuera una basura. Y Jongin que dejaba en claro cuánto le valía lo que su abuelo pensara sobre nuestra relación, besándome libremente frente a su familia. Con el único que no me sentía incómodo era con el tío Jungki, aunque cada vez que me miraba era como si intentara descubrir mi identidad. Aun continuábamos todos en la mesa. Agradecí a los cielos en ese momento porque mi teléfono comenzó a sonar.



—Un momento. —Me levanto de mi lugar y con ayuda de una de las sirvientas, llego al enorme jardín principal. Tomo de inmediato la llamada. — ¿Sí?

¡Oh, Soo! —Grita alegre Junmyeon y por un instante creí que mi tímpano reventaría.

— ¿Qué sucede? —Pregunto mientras doy un largo respiro, todo allá dentro era realmente incómodo. Hasta el propio aire parecía tener una clase de veneno, un poco más ahí adentro y creo que moriría. ¿En serio pueden vivir cómodos?

Verás, Minho me llamó, diciéndome que estabas en una cena con la familia de Kai. ¿Es cierto?

—Sí, es cierto. ¿Solo llamabas por eso?

Woo, ¿Acaso, señor Do, está intentando agradarle a la familia para obtener más beneficios después?

— ¡Claro! ¿Qué no lo sabe mi estimado señor Kim? Solo salgo con él por su riqueza.

Waa...no puedo creer que sea tan sinvergüenza, señor Do.

—Bueno, ya sabe lo que dicen: «El dinero cambia a la gente». Yo sinceramente, quiero gozar de todos los privilegios que el dinero me puede dar. —Respondo divertido y hyung comienza a reír, y mi risa le siguió, cuando hyung rie de esa manera, a carcajada suelta, me es imposible no seguirlo. Bueno, también cuenta el hecho que necesitaba quitar la incomodidad de hace un rato.

Bueno, la razón del porque mi llamada es la siguiente: lo que sucede es que te fui a buscar a tu departamento y como no estabas, le llamé a Minho sobre si sabría dónde estabas, ya lo conoces, te tiene fríamente checado. Creo que te puso un GPS-

—Aposté con Minho. —Lo interrumpo y escucho un gritito de su parte.

¿Qué cosa? ¡Cuenta! ¡Cuenta!

—Solo, es algo, después lo descubrirás. —tomo una flor de la decoración que está en el jardín. — ¿Mañana estarás en tu hogar?

Se dice, NUESTRO hogar. —recalca enojado, «mocoso» terminó de decirme.

—Como sea.

Y sí, papá te quería ver. Por eso te llamo, ¿hoy tienes tiempo?

Uhm, mañana nos podemos ver y sirve de que los dos invitan la comida. Yo seré solo suyo, ¿qué te parece?

También Dae estará ahí.

— Entonces, seré de los tres, solo por mañana. ¿Qué te parece?

Bien, cumple tu palabra y llega a tiempo.



Colgamos al mismo tiempo y de inmediato recibo una llamada más, es de papá, básicamente diciendo lo mismo que hyung; le entró la nostalgia así que quiere pasar el día en familia. No debo faltar, o él se molestará lo suficiente como para hacerme sentir mal, ósea, no me dirigirá la palabra por tres días seguidos. Después de confirmarle mi entera disposición, me colgó.

Me doy la vuelta y cuando estoy por entrar me encuentro a un sonriente Jongin. Me tendió la mano y de eso, nos despedimos de su familia. Una vez que estábamos en el auto, Jongin avanzó lo más rápido que la ley de tránsito le permitía, y en poco tiempo llegamos a mi departamento. Ambos subimos a mi departamento, mire la hora, ya pasaban de las diez de la noche. Jongin comenzó a besar mi cuello, primero lentamente, después, comenzaba a ser más violento. Cuando menos lo espero, ya mis pantalones del traje habían desaparecido.

Jongin me toma rudamente de la cadera y sin delicadeza me lanza contra el sillón. Intento quitarlo, pero cuando me descuido me toma de ambos brazos y ejerciendo presión no me deja moverme.



—No, espera Jongin, no...duele...espera. —Mi cuello comienza a escocer e intento detenerlo, pero, no puedo.



Jongin no me escucha y vuelve a hacer lo mismo en mi pecho. Muerde con fuerza y puedo notar como mi piel comienza a enrojecerse de inmediato, el dolor era horrible, eso no se siente como él. Lo intento detener, pero él no escucha. Muerde mi pecho llegando a los pezones y estos se hinchan rápidamente, dolía como no jamás imaginé. Doy un quejido lastimero, muevo mis piernas e intento golpearlo para que se calme y detenga aquellos instintos de violador, pero, al notar mi intención las atrapa contra sus piernas.

Revienta la camisa. Los botones salen volando en diversos lugares. Una de sus manos es la que ahora retiene mis brazos y con la otra, me obliga a que lo mire. Besa mi boca con desdén, violándola prácticamente, sin arrepentimiento al morderme o al hacerme sangrar. Mordía con fuerza mi piel y solo esperaba el segundo para tener la oportunidad de regresarle su propia rudeza. Me tomó del cabello y ya esto no se está convirtiendo en nada lo que pensé que llegaría a suceder en esta noche. Era todo lo contrario.


—Duele...—Respondo bajo. En el momento que Jongin intentó entrar, solo logrando ingresar la punta. Mi cuerpo decía que dolía, aunque prácticamente estaba dilatado ya que justamente en la mañana lo habíamos hecho. Pero sus intenciones eran otras...

Maldición...



Jongin sale. Se levanta y tira al suelo. Tapa su intimidad y se levanta rápidamente. No supe en qué momento mis lágrimas comenzaron a salir, pero de algo estaba seguro. Jongin está llorando. Se muerde el labio y saca su billetera. Deja caer algunos billetes en la mesita de centro y después sonríe falsamente.

Hubo ese sentimiento de dolor emanando desde mi pecho, mi voz no salió, temblaban mis labios, las lágrimas corrían sin detenerse; no podía comprender que acababa de suceder. ¿Acaso la cena con su familia lo puso de este humor de mierda?



—Ahí tienes tu dinero. Gózalo todo lo que quieras.




• ♦ •




Si alguien llegara a hacer una encuesta sobre el rango de estupidez de una persona. Seria medido en un rango de «0» hasta «Kyungsoo». ¿Y cómo no? Creo que he ganado el nivel Chanyeol. Ahora soy, dos veces más estúpido que él. Y no estoy tratando de decir que Chanyeol es estúpido, bueno si lo es, pero a la vez no tanto. En realidad, creo que es estúpido al intentar tener una relación con alguien que no quiere. Debemos tener un poco de amor propio, esa es la clave de la vida.

Pero, esto no debe tratar solamente de Chanyeol. Si no de mí también.

Soy, un, completo, imbécil.



—Quiero que vengas a ver algo conmigo. —Me tiende su mano e inmediatamente la tomo. Sonrió y él sonrió conmigo.



Me siento igual a cuando el marido engaña a la esposa. Ella después de saber toda la verdad de su engaño, continúa con él. ¿La razón? Espera que él logre cambiar y comprender que lo que le está ofreciendo es lo que realmente necesita y no debe buscar en terceros. Además de también echarle el muerto a los hijos porque, son pequeños y necesitan un padre y una madre para seguir por el camino correcto. O que el marido este decidido a separarse de la mujer para poder vivir libremente con su amante, pero, arrepintiéndose. Ya que le pegó una enfermedad a su esposa que fue contagiada por su amante y la culpa lo atormenta por eso es que continúan juntos.



— ¿Nene? —Jongin se arrodilla y puedo notar sus mejillas teñirse.

—Estoy muy ocupado. —continúo transcribiendo en la libreta.

— ¿Me perdonas? —Pregunta y por algunos segundos no digo nada.



Dejo caer el lápiz, ¿Qué no lo habíamos superado ya esto? Desde que prácticamente me llamo puta y su intento de violación, llevamos exactamente una semana con el mismo tema. Jongin me pide perdón una y otra vez, habla la razón por cual lo hizo y que aún sigue sintiéndose una mierda. Fácil, no pudo controlar sus celos.

Él me escuchó hablar por teléfono.

Por eso fue que inmediatamente, cuando salí a tomar la llamada, él me siguió. Aclarando que escucho a la perfección todo lo que había dicho. «Soy pobre, no un aprovechado», fue lo único que le dije. Y solo queda decir que desde entonces no logra perdonarse a sí mismo. «Nunca antes me ha sucedido eso, solo...no pude contenerme. Estaba cegado por los celos», fue lo que me confesó en su momento.

Y queda decir, que aquí estoy. A su lado...



—Tú sabes la respuesta. — toqué sus mejillas, sus ojos aun no tienen el valor de verme, pero ahí estoy yo, besándolo para que vuelva a ser el mismo chico lindo que es. —No sé porque lo preguntas de nuevo.

—Inseguridad...—responde bajo y solo suspiramos.



Siempre hay tiempo para romper un record. En este caso, el record a la persona más descerebrada —imbécil/estúpida/torpe— del mundo. Do Kyung Soo, la persona que ganó ese título con méritos propios y con un poco de ayuda de su teñido novio, Kim Jong In.



«Kyungsoo, ¿algo que decir a la televisora con transmisión mundial?»

«Soy un imbécil, gracias, totales.»




• ♦ •




—Hyung, vayamos a la playa mañana. —Jongin habla entre la noche, era como si hubiera tenido una epifanía y esta fuera tan asombrosa como para escucharse contento.

—Hay clases. —Respondo somnoliento.

—Faltemos. — pide emocionado— Será un solo día.

—Mejor vayamos este fin de semana.

—Pero... ya lo tengo todo listo.

— ¿Qué tienes listo? —Levanto mi cabeza y Jongin golpea ambos dedos índices, eso lo hacía ver estúpidamente tierno.

—Nuestro nuevo lugar especial. —Dejé de respirar por un segundo, sus palabras salieron con un extraño sentimiento que, sin mentir, me emocionó como no se tiene una idea. —El cual visitaremos cada año, les diremos a nuestros hijos; los cuales adoptaremos cuando nos casemos, que ese es el lugar especial de sus padres. —que sonriera, tan inocente y perfecto, me mató completamente— Donde se amaron, y donde se seguirán amando. ¿Qué dices?

—Eres un tonto.

—Pero uno que te gusta bastante. — Oh, Diablo, me está provocando ahora mismo. No sonrías demonio, no sonrías por favor. —¿Entonces?

—Te odio.



• ♦ •




Nos quedamos debajo de la enorme sombrilla de playa. Tuve que enviar un mensaje a Yunho, minutos antes de haber llegado a la playa. Le mentí sobre encontrarme enfermo, bien pude haberle dicho la verdad, pero no estamos tan preparados para este tema, así que no tuve de otra.

Como lo esperaba, él en su modo de padre sobreprotector, intentó enviar un médico a mi departamento, lo tuve que persuadir diciéndole que solo era una gripe y ya. Él hizo lo que debía hacer. Un justificante por mi beca.



—Nene, si te dieran a...—Deja caer la arena en mi cuerpo, enterrándome las piernas. —a elegir entre los tres hombres más sexys del mundo, ¿a quién elegirías?

Uhm...—Le ayudo y tomo más arena hasta cubrir por completo mis piernas. Jongin toma la pequeña cubetita roja con agua salda y la vierte por completo. Amoldando la arena. —A nadie.

—Debes decir por lo menos el nombre de alguien, no importa que sea el mío. —dice con gran confianza y me tiro por completo entre la arena, mientras Jongin continúa enterrándome.

—A mí ni siquiera me gustan los hombres.

— ¿Enserio?

—A si es. —La verdad ante cualquier situación.

Yo cambiaré tu forma de pensar. —soltó risueño y deja un corto beso en mis labios. Sonrió y a lo lejos un par de chicas nos miran, con desilusión al darse cuenta de la triste realidad.



Si, ya tengo a un celoso novio a quien domo cada noche. Un momento, eso sonó extraño hasta para mí, Dios, ¿en qué cosa gay me estoy convirtiendo?

Me separo y dejo que Jongin retome su trabajo con la arena. Ay, qué vergüenza, a partir de hoy no veré a nadie o me convertiré en lo que más odio.



—Entonces... —continua— si te dieran a elegir entre la mujer más sexy del mundo y los siete hombres más sexys del mundo, ¿A quién elegirías?

—Creo que la respuesta está más que clara, a la mujer. —Tomo los lentes de sol de Jongin y disfruto.

—Correcto, correcto, esta es la última pregunta. —Vierte agua sobre mi abdomen, el cual no tenía nada de arena e intento levantarme, pero se me es casi imposible, mis piernas están perfectamente bien enterradas, así que solo le suelto un bien puñetazo y Jongin se carcajea, sé que le dolió porque se sobó después. —Si te dieran a elegir entre la mujer más sexy del mundo y yo, ¿a quién elegirías?



Me quito los lentes y lo miro con incredulidad. ¡La respuesta es más que obvia! Eso no se pregunta, hasta pareciera que quiere sufrir con mis respuestas. Suelto un suspiro y me familiarizo mejor con la arena que con la familia de Jongin. Incluso encontré una pequeña concha de mar. Hola, Jacinto Kwo, un gusto conocerte.



—Tu pregunta ya tiene una respuesta expuesta, ¿Cuál crees que es? —Jongin hace un leve puchero y alza sus hombros.

Uhm...la muj-

Un trío. —Le guiño y por un instante creí que le había dado un paro cardíaco.



• ♦ •



Comienzo a sentir pequeños espasmos en mi vientre, mis ojos se vuelven blancos por completo. No puedo ver nada. Escucho voces por todos lados. Mi cuello comienza a punzar, taladrando hasta reventar mis venas y poder morirme desangrado. Algo cae contra mi tórax y siento perfectamente los huesos rotos perforando mis pulmones, mi corazón bombea sangre con gran esfuerzo y lentamente comienza a detenerse.

Trago una última gota de saliva y esta se queda retenida en mi garganta. Una luz me sega y mi visión comienza a aclararse, delante de mí esta Jongin, tocando indebidamente a una mujer. La besa lenta y pasionalmente. Toca su pecho sin descaro alguno y la voz de alguien más se escucha. «Despertó», una mujer de bata banca se acerca y tanto Jongin como ella me miran divertido. «Lo siento hyung, pero estuviste fuera tanto tiempo, que ya no te necesito». Solo eso fue suficiente y comenzó a besarla con descaro. Cierro mis ojos intentando no ver más pero cuando los abro de nuevo, los encuentro a los dos, desnudos y teniendo sexo sobre la cama de hospital.

Aun con mis heridas me levanto y lo comienzo a golpear.



— ¡Hyung! ¡Hyung! ¡Alto! ¡Alto! —Jongin se intenta defender a los golpes que reparto por doquier al igual que mis patadas voladoras. —Espera, duele...cálmate-

— ¡Tu pedazo de mierda! —Mis puños vuelan en todas direcciones. — ¡Atrévete a engañarme y juro que-! —Jongin cae al piso y comienza a andar en otra dirección que no sea la cama. Por mero odio, le lanzo una almohada que cae directo en su adormilado rostro.

— ¿Por qué me golpeaste? —Me interrumpe y soba su rostro. Enciende la luz y lo que ahora miro es la habitación de Jongin junto a un semidesnudo Jongin.

Tú me engañaste...—con rabia hablo, bajo y suspira, toma lugar en la cama y me abraza. Yo me siento totalmente abochornado, ¿Estos son celos dormidos? ¿O simplemente Jongin me ha pegado de su celosa enfermedad?

— ¿Donde? —Su voz es más grave y adormilada. Hace un ronco sonido y suelta al final una risita.

—En mi sueño...— ¡Oh esto es tan bochornoso!

Ah...—Risita. — ¿Al menos lograste golpearme bien mientras te traicionaba? —Pregunta divertido.

Casi te mataba...




• ♦ •




—Creo que me estoy enamorando de Jongin. —digo después de mi cuarto chupito de Tequila. Prometí que desde la primera vez que tome tequila, no lo volvería a repetir. ¡He roto otra promesa!

— ¡¿Qué...?! —gritan los seis tomadores a mi alrededor. Chupo el limón y hago una mueca por su acido sabor.

— ¿Estás seguro de eso? —Pregunta hyung y afirmo lentamente con mi cabeza. Llevamos ya casi dos meses y eso fue suficiente para conquistarme.

—Espera, Minho, ¿tú que piensas de eso? —Minho toma de un solo tiro el chupito y hace un gutural sonido.

—No lo sé, eso no había pasado antes. — Responde con simpleza mientras toma una de las botellas de tequila entre sus manos, suspirando al ver como vierte un poco del contenido.

—Es que, Jongin, me hace dar volteretas...en mi pansa. —confieso y doy un largo y profundo suspiro.



Antes de que dijeran algo, Luhan deja un aterrador grito y todos volteamos a prestarle atención. Tao comienza a hacer bulla con repetidos «¡Shot! ¡Shot! ¡Shot! ¡Shot!». Mientras Ge, se obliga a sí mismo a no desparramar en ningún momento del tequila. Tao ya ebrio, al ver que Ge desperdiciaba de aquella sagrada bebida, toma el rostro de Luhan y lame donde escurre. Ge, solo se deja hacer.

Bueno, en algún momento debían comenzar a llevarse bien, aunque es un tanto raro lo que acabo de presenciar. Pero, bueno, esa es su manera de empezar.



—Solo me queda decir que lo mataré si te hace algo, de eso estamos todos seguros. ¡¿Cierto?! —Todos gritamos un estruendoso «¡Sí!» A la propuesta de Dae quien se subió a la mesa solo para decir lo último.



Y en un segundo cada quien se fue a su mundo. Todos comenzamos a hablar sobre cosas sin sentido. O bueno, Yixing-Ge, estaba de lo más normal. Solo llevaba seis chupitos y nos miraba a todos con diversión.

Me rio en su cara. Él puede beber toda la cerveza que quiera, pero al probar un poco de tequila o whisky, lo perdemos. Y justo ahora comienza a hacer bizcos mientras intenta mantener su expresión de normalidad. Sonríe tardíamente a todo lo que se dice. Y tontea torpemente con un medio ebrio Junmyeon. Que bonito ver como mis amigos y mi familia se llevan tan bien.



— ¡¿Que será de mi vida?! —Grito y lanzo mi cabeza contra la mesa.

— ¡Minnie me terminó! ¿Qué será de mi vida? —Grita Dae y ahoga un sollozo en otro trago. Ahora que lo recuerdo, la razón por lo que estamos todos es por eso. Por el rompimiento de ellos dos.

— ¡Sehun se me declaró! No sé qué hacer...—Grita Luhan y si no fuera porque tenemos bastante alcohol en nuestro sistema ahora mismo habría interrogado hasta que contara la razón de porque lo ha hecho.

Argh, tengo unos cuantos asuntos con Taemin que resolver...—suelta Minho y sirve otro chupito.

Shee~, shee~, shee~ —Yixing hace pequeños sonidos y creo que acaba de intentar decir «oye». Junmyeon voltea a verlo de inmediato con una radiante sonrisa. —Ven...

—Mi vida es complicada, todo es realmente complicado una vez que tienes a una persona a tu lado y después a Minah. La quiero. Realmente la quiero. —Suelta Tao confesándole sus pesares a Lu mientras este le aconseja que suelte todo lo que siente. —Pero, después está el tema con Sehun, no me gustaría tener inconvenientes contigo por él, pero el realmente me gusta...—Tao comienza a hablar entre mandarín y coreano.

— ¡Jongin no se deja dar por atrás! —suelto el pesar más grande que me acongoja, al igual que todos, y comienzan a consolarme por ese asunto. Haciéndome sentir aún más miserable por no haber podido aún dejar que mi celestial ser, se adentre en él.




• ♦ •




— ¿Por qué no me dejas ser el activo esta vez? —Esta pregunta la llevo pegada en la cabeza desde que recuerdo. Solo creo que este es el momento adecuado para decirla. Jongin suspira y mientras se quita la camisa, toma lugar en la cama y se sienta al puro estilo indio.

—Al menos dame una condición para poder mantener mis esperanzas vivas. —Él palmea sus labios y comienza a "pensar", provoca largos «mmm» y al final, me da la respuesta.

—Cuando tengas más dinero que yo, tú serás quien dé.

—Debes mantener tu palabra. —Le advierto.

—Bien. Yo, Kim Jong In...—Levanta su mano izquierda y la derecha la coloca justo en el lado del corazón— en pleno uso de mis facultades mentales dejo en claro que, cuando Do Kyung Soo, tenga una riqueza mayor a la mía, yo me convertiré en su sumiso personal, solo le obedeceré a él, solo le perteneceré a él y solo él me podrá dar por detrás. —Las risas comienzan a sonar en toda la habitación. —Ya he dicho mis votos, ¿Puedo besar al novio?

—Puede besarlo. —Respondo divertido.



Sus labios se pegan a los míos lentamente. De forma calmada y sin prisas se posiciona delante de mí, mueve sus manos por mis muslos y los comienza a acariciar. Se separa solo un poco y deja entre nuestros labios un hermoso. Muerdo mi labio, muevo un poco mi cabeza y de esta manera obtengo más de Jongin. Reprimo un gemido en el momento que el comenzó a probar de aquellos botones rosas, sus manos me tocan con delicadeza y eso hace que mi corazón lata aún más fuerte.

¿Un paro cardíaco? Quizás. ¿Enamorado? Posiblemente.

Mis piernas se abren un poco, solo para que él pueda situarse dentro. Un bajo «muy hermoso» y mi respiración se aleja al momento en el que él me besa tan profundamente que siento morir, pero a la vez en la gloria.


—Hagámoslo. —Susurra en mi oído, mordiendo levemente mi lóbulo y yo ya he perdido el raciocinio de todo. —Hagamos el amor...




• ♦ •



Jongin mira atento el enorme calendario. Da un suspiro y marca el día al cual estamos hoy. Lo revisa minuciosamente y golpeo sigilosamente su brazo.


— ¿No me estarás engañando con mi póster?

—Tengo gustos más refinados, nene. —Suspira y después abre sus ojos. — Yah, acabas de aceptar que es tu póster.

—Mi calendario, yo he dicho: Mi calendario. Además, Hyunbin es lo más refinado y exquisito que puede-

Yah, ¿ves? Solo te digo su nombre y hasta pareciera que te dan cuerda, ya nada te detiene. —Hace un pequeño mohín mientras me señala y después se cruza de brazos.

Hey, eso no puede ser.

—Claro que sí, ahora mismo lo acabas de hacer.

— ¿Qué cosa?

—Mirarlo mientras babeas, yo me doy cuenta de todo.

Aish, es imposible eso. —Hago un ademan con la mano y miro la fecha que Jongin ha marcado.

¡Yah! ¡Lo estás haciendo otra vez!



Jongin tapa el rostro de Hyunbin y me carcajeo por su aniñada actitud. Después le digo que no se debe poner celoso, ya que Hyunbin es imposible que siquiera lo pueda ver frente a frente, o me desmayo, bueno, no le dije esto último, pero conmigo, ante todo siempre la verdad. Además de que solo soy su fan, no lo deseo de ninguna forma. Y concluyo diciéndole que si me dieran a elegir entre él y Hyunbin. Esta más que claro que sería él.

Él sonríe embobado mientras me da un pequeño y casto beso.



—Porque está claro que sería un sueño, mi triste realidad es otra. —niego, si solo fuera más animado y no me desmayara, mi realidad frente a mi actor favorito sería otra. — Hyunbin es un gran actor, un atractivo hombre, además de sexy y sensual. Tú, bueno tú...eres mi novio. —Termino en un suspiro y Jongin se aleja de mí.



• ♦ •




Hasta este punto mis sentimientos hacia Jongin, son todo un enigma. ¿Puedo confiárselos a esta persona que toma mí mano? ¿A quién hace poco me ha estado haciendo dudar sobre mi amor? ¿Puedo? Alguien por favor, ¿me dan el permiso de confesarlo?

Siendo sincero, llevo tiempo con esto en mi cabeza, cada que lo miro siento que esta relación avanzó tanto que me es imposible no entregar más de lo que tengo. Estoy completamente enamorado. Ya compré un terreno en una isla con la idea de vivir ahí con Jongin, ¿puede alguien entenderlo? No sé que esta pasándome, cada día me pongo tan nervioso porque pueda sucederle algo a él, no lo sé, tengo tanto miedo y tanta emoción, que no sé cómo equilibrarla con todo lo que siento.



—Jongin, yo...

— ¿Qué sucede, nene? —Pregunta alarmado, toma mi rostro entre sus manos y comienza a inspeccionarlo.

—Yo...yo tengo algo importante que...—Me detengo, ¿Por qué tartamudeo? ¿Acaso no estoy seguro de lo que siento? ¡¿Y porque jodida mierda todos se nos quedan viendo?! ¿Molestos porque ya pasaron más de cuatro meses? —que decirte.

—Uh, claro. Te escucho.

—A solas. —pido. — ¿Crees que podríamos, estar en un lugar donde no nos rodee tanta gente?



Ahora estos en uno de los tantos cuartos de conserjes, del edificio E. Jongin está por cerrar la puerta, y noto las miradas de los curiosos que quieren saber la razón de porque estamos dentro. Una vez que la cierra, todo desaparece.

Inhalo y exhalo repetidas veces. Que sea lo que Dios quiera. Si he de confesarme aquí, que así sea. Aunque, ¿está bien en este lugar? ¿aquí?

Oh, Dios, creo que estoy comenzando con las taquicardias. Pero no solo eso, hay algo hirviendo desde dentro que comenzó cuando llegamos a Neibor y una chica, maldición una disculpa por lo que estoy comenzando a sentir, se acercó sin pena a él; «¿realmente te ama?» no sé si ella lo dijo para molestarme pero que Jongin solo sonriera avergonzado, «Yo creo que sí» ¡Diablos! ¡Esto no estaría pasando si solo yo lo confesara! Tal vez su respuesta habría sido un sonoro «¡Pero claro que sí!» y no solo una sonrisa tímida e insegura.



— ¿Qué tenías que decirme? —Cruza sus brazos y se recarga sobre la puerta.



Tomo aire. Y lo vuelvo a tomar. Mi corazón comienza a palpitar de forma desenfrenada y la saliva no puede pasar por mi garganta. ¿Y si solo me retracto?

Sudar, comienzo a sudar más de lo que alguna vez recuerdo haber sudado. Y eso que el estar con Jongin, me hace sudar bastante.

Mi cuerpo tiembla. Tal vez voy a morir, o solo me dé un ataque epiléptico. Incluso puedo escuchar mi pulso resonando por toda mi cabeza. Ojalá me muera antes de decir alguna tontería.



— ¿Nene? Se te va a hacer tarde para-

¡Te amo! —Grito y me da hipo. Cubro mi rostro con mis manos, y sin avisar, Jongin me descubre el rostro, quitando mis manos.

—Tú, ¿qué? — puedo notar como dice aquella pregunta con gran felicidad. —Repítelo, vamos, ¿tú qué?

—Lo que oíste. —Agacho la cabeza. Esto es tan vergonzoso. No lo volveré a repetir.

—Hey, solo quiero volver a escucharlo salir de tus labios. —Me toma del mentón. Mi vista viaja desde esos pulposos labios con un leve brote de bigote, la nariz por la que tanto me burlo, pero que es casi perfecta y me detengo en sus ojos. Aquellos mismos que brillan de la emoción. —Dilo... —pide.

—Te amo. —Respondo ahora con menos vergüenza. Jesucristo, mis mejillas están que arden. Como muestra de agradecimiento, Jongin me besa.

—Dilo otra vez.

—Te amo. —Cierro mis ojos por la grata sensación que sus labios le ofrecen a los míos. Sus besos están cargados con cientos de distintas emociones totalmente distintas entre ellas, pero igual de agradables.

Repítelo. —Su voz tiembla.

—Te amo. —Cuelo mis brazos en su cuello, provocando que se encorve aún más, por la fuerza que ejercí.

Te amo, nene, te amo. —Susurra en mis labios e incluso noté las pequeñas lágrimas que salían por sus ojos. Y era yo quien no podía con todo esto, pero él es el más emocionado.



Una vez que terminamos con las tormentosas confesiones; que claro, solo fueron para mí. Maldita vergüenza, incluso creí que ya no tenía eso. Para nuestra mala suerte debíamos entrar a clases, bueno, solo yo, Jongin tiene libre este módulo. Toma mi mano, y a paso lento, caminamos por el largo pasillo. Cientos de ojos nos miran con diversión. Tal vez lo que ellos tengan sea envidia, o tal vez estén alegres de ver que somos pareja tan jodidamente feliz. ¿Cuál otra podría ser la razón de aquellas caras felices? Aunque ahora eso es lo que menos me importa, lo importante es que me encuentro totalmente feliz.

Jongin hace presión en mi mano. Lo miro, algo perdido. Se muerde el labio y mira perplejo la intersección del pasillo para poder llegar a mi salón.



— ¿Sucede algo, Jongin?

—Sabes que te amo, ¿cierto?

—Me lo has dejado claro desde, uhm, hace un momento. —Oh malditas mejillas, ¿Por qué se acaloran eh?

Te amo.



Y el beso que a continuación me dio, lo dejo en la posición número dos de los mejores besos que he recibido por su parte. En un rango de diez mejores besos. Prácticamente me robó el aliento cuando mordió mi labio inferior, jalando delicadamente. Cuando tomo mi rostro entre sus manos, para que no me separa en ningún instante. Y al terminar, pegó su frente a la mía. Dejando entre suspiros pequeños te amo, y uniendo de nueva cuenta sus labios.

¿Por qué maldita sea estoy escuchando esa canción? Esa que fue escrita por una persona demasiado enamorada, y que solo deja en claro el nivel de estupidez en sus palabras ya que dos meses después saca otra canción donde han terminado y la trata como ramera. Pero, que queda a la perfección con la situación que estoy pasando. Creo que reacciono lento, y cuando menos lo he esperado. Jongin besa mi frente. Dándome una de esas cariñosas sonrisas, y vuelve a besar mis labios. Debo dejar de perderme en mis pensamientos, o al menos solo cuando hay acciones como estas.



—Creo que ya no me dejarán entrar... —susurré, no sé si él logre comprender lo que acabo de decir, pero espero y lo entienda rápido porque de lo contrario puedo morir ahora mismo de tanta emoción.



Jongin asiente. Deposita otro beso más en mi nuca, y se separa. Me toma entre sus brazos, contrayéndome y pegándome de plano contra su pecho, su corazón se escucha con fuerza, bombea sangre de forma rápida. Da un largo y ruidoso suspiro, se menea un poco y como estoy entre sus brazos por inercia, lo imito, una vez que termina con las muestras de cariño se separa. Toma mi mano, y solo a escasos centímetros de doblar para llegar al pasillo en donde mi salón está ubicado. Me suelta.

Dejándome totalmente anonadado, por tal acción. Me detengo por algunos segundos y Jongin sigue caminando. Noto algo totalmente diferente en él. Es como si de un segundo a otro, hubiera regresado a ser el mismo Kim Jong In que conocí la primera vez.



—Jong-



Todo se detuvo a mí alrededor.

Jongin está al lado de la persona con quien debía estar en un principio. Su mirar arrogante y de superficialidad lo encubren perfectamente. Taemin lleva una sonrisa de lado a lado, solo fue necesario un chasquido de dedos, para que Jongin, como el perro que es. Lo bese.

Estoy por pedir de una buena explicación a lo que con cinismo está haciendo, pero, creo que ya se tiene una respuesta desde antes de haber expuesto la pregunta.

He perdido.

Así de simple.

Me enamoré y perdí.

Alguien me toma de los hombros y sin cuidado me empuja. ¿Cuándo fue exactamente que comencé a llorar? Mis nudillos comienzan a doler; delante de mí, alguien pisa mis pies. Remoliéndolos con su brillante zapato de marca y provocándome aquel dolor.

Mis cabellos son jalados fuerte y dolorosamente, y alguien escupe en mi cara. Pero, eso no importa, he estado en peleas peores. Con personas que pegan aún más fuerte.

Mi cabeza es lanzada contra los casilleros. Pero, ¿eso qué? He soportado dolores peores. Entre cuatro o cinco personas comienzan a patearme. El aire sale y me es casi imposible tomar un poco. Mi quijada se desencaja de su lugar, pero ¿y qué? Me han golpeado en zonas peores, creo que les falta un poco de creatividad.

Puedo sentir como algo helado cae en mi cuerpo, tal vez sea agua, o pintura, o alguna otra cosa de baja creatividad. Risas e insultos resonando por todo el lugar. Mi cuerpo ya no tiene fuerza y caigo sin mucho esfuerzo contra el piso.

Pequeños sollozos salen, ¿Cómo pude caer? Yo lo tenía ganado. Todo había iniciado bien. Todo estaba estupendamente bien. ¿Qué no se supone que ambos estábamos en una verdadera relación? ¿O simplemente el juego se reinició y yo jamás estuve enterado de ello?



Jong-in...—Fue como una súplica, ni siquiera sé porque lo he dicho, pero las carcajadas de los demás me deja en claro que no lo he dicho tan bajo como creí.

Hey, Kai. El especial cree que es importante para ti. —Me toman del cabello y al fin logro verlo. En su rostro hay una enorme sonrisa, ¡puto embustero! ¡Sé que te duele ver lo que me está sucediendo! O al menos eso quiero creer...



Solo se gira, y con su brazo sobre la cintura de su adorable hyung, se aleja.

Dejando en claro que le importa una mierda lo que pueda suceder conmigo. Y dejándome más que en claro, que solo fui un juego.

Se detiene, aun mirando hacia al frente, pude escuchar esas perfectas palabras. Que resonaron en mi cabeza. Y que después de escuchar eso, me importo lo más mínimo lo que los demás hacen conmigo. Solo esas palabras que fueron necesarias para poderme romper por completo.



Tan patético.



¿Por qué? ¿Por qué comienza a doler todo lo que me hacen? ¿Por qué todo se pone de negro? ¿Por qué?

Solo esas palabras. Y ya no escucho ruido alguno, simplemente, lo escucho a él.

Repitiendo una y otra y otra vez lo patético que soy. Lo poca cosa que siempre fui.

Haberme enamorado de él, fue mi tercer error.

Un patético error.






------------

--------------------------


¡HOLAAAAAAAA!

Les cuenta, para que lo sepan, que me quedé sin cargador de computadora (se me desmadró la entrada de la carga así que comencé a utilizar un cargador diferente al de la lap, pero hasta hace unos días el cargador se me descompuso y como no tengo dinero y estoy en cuarentena, no lo he comprado) y estoy usando una computadora de escritorio que mis papás tienen y el teclado esta meeeeeeeeegaaaaaaaaaaaaaaa duroooooooooo, las teclas se traban o si no, se sumergen bien feo y así una no puede trabajar a gusto.

Bueno, les chismeo de igual manera, quienes adivinaron era el Trigo, a mi parecer es la piña pero weeeeenoo, así las respuestas.

Aquí va el chismeeeee intenso:

Bueno, pues sucede que a mis ex compañeros de la prepa se les ocurrió hacer una videoconferencia (por todo esto de la cuarentena), pero la cosa era que debíamos estar comiendo para darle más diversión al asunto, burlarnos y todo. Pues bueno, ahí estábamos tragando y riéndonos por cualquier tontería hasta que a una de mis amigas se le ocurre soltar lo que su ronco pecho tenía, no sé la van a creer.

Sucede que un ex compañero se convirtió en sicario después de terminar la prepa; si no están muy asociados al tema les cuento, en México (y creo que muchos lugares latinos) hay este tipo de grupo delictivo que su único fin es asesinar a personas, ya sea por medio del tormento (e incluso las destazan y tiran los restos en vía pública para hacerse conocer) o por medio de arma, es decir, que les disparan (que es lo más común). En la actualidad, Guanajuato (el Estado donde vivo) es uno de los lugares más violentos pues se centran varios de los carteles más fuertes de todo México, y Mi Pueblo (de donde soy) es de igual manera uno de los pocos más violentos, o bueno, tiene una gran taza de homicidios por narcotráfico. Bueno, dejando claro lo anterior, este morro, hizo algo de no creerse o bueno, si lo creo, teniendo el "trabajo" que tiene.

Aquí una historia corta para que entren en ambiente: En la prepa había una chava, su nombre lo dejaré como «C», C era una chica bastante inteligente, no tanto como yo obvia (jejejeje, mentira, si soy bien burra xd), ella vivía en un rancho (rancho es diferente a pueblo xdd) y siempre era cumplida en la escuela y toda la cosa. Pues aquí viene el sicario al que le pondré «L» para acortar todo el rollo. Continuando, L era un maldito infeliz que solía llamar de modo despectivo a C, ya lo saben, nombrándola put* y zorr* y todo eso, C no le hacía caso y regresa el insulto de igual manera; total, éramos mocosos de prepa, bien puñetas.

Sucede que C se salió de la prepa cerca de cuarto semestre (si no saben qué onda con eso, no se preocupen, es segundo año ya que un año tiene dos semestres según la educación pública mexicana) no recuerdo bien si fue por problemas familiares y monetarios, solo recuerdo que cuando entramos en quinto ella ya se había dado de baja.

Pues bueno, ahí estaba L, el wey todo triste y sin ganas de seguir la vida, miraba todos los días el lugar de C y cuando se daba cuenta que lo mirábamos, él solía decir "maldita C perr*, ¿quién le dio permiso de salirse de la escuela?". Ahí fue cuando todos nos dimos cuenta que a L le gustaba C. Después, en una fiesta que hicimos, L ya bien pedo confesó cuánto extrañaba a, cito, "la put* de C". Después de eso, L comenzó a salir con una chava de primero pero que justamente vivía cerca de donde él, ahí es de donde se conocieron.

¿Esto parece historia de fanfic, verdad? Pues yo pensé lo mismo, en un inicio creía que esto era un buen material para una historia toda tóxica y el pedo. Pero no van a creer lo que sucedió después.

Bueno. Para sexto semestre (último año) a casi tres meses de que terminará nuestra educación y nos graduáramos, L se da de baja. Así como lo leyeron. El imbécil se dio de baja de la escuela. Todos los del salón fuimos hasta su casa, le preguntamos la razón del porqué dejó todo a último momento y el muy maldito nos hizo una carne asada sin darnos respuestas. No solo eso pasó, si no que nos enteramos, por su propia boca, que su actual novia también dejaba la escuela porque ambos se iban a casar; para este momento les confesaremos que a ella le llamábamos "La Tóxica", así es, así es como la veíamos y así es como él nos hacía creer que era.

A los cuatro días de haber ingresado a la escuela y de descubrir que L se había salido, J, amiga de C, se le sale decir que C se había casado ya y que no solo eso, L la había visto el mismo día de la boda (aclararé que C se casó por el Civil y no hubo ceremonia religiosa hasta ese momento). J dijo que L insultó a C al verla en el registro civil y de paso, insulto al esposo. Pero la cosa no terminó ahí, la novia de L estaba con él y todo se volvió tan enredoso y dramático que, en aquellas épocas, fue la noticia que más traíamos.

Pues bueno, casi cinco años después, solo quedamos un grupo de desmadrozos en contacto todo gracias a R (de Rara xdd) que se salió de un grupo que compartíamos. Aquí llegamos al inicio, donde, después de tantas bebeuniones, se nos ocurrió la videollamada en conferencia y es donde la cosa se pone emocionante o trágica, no sé cómo ponerla.

Acontece que la borracha de mi mejor amiga (es que tengo dos mejores amigas borrachas, CH y P) CH, dice "ay chicos, ya no creo que lo pueda soportar, lo contaré ahora, pero quiero que se callen". Y nooombre, ¡Todos nos callamos en un santiamén! ¡Era chisme después de todo!

Que comienza: "¿recuerdan a C?" Y todos así tipo "¿quién es C?" Después de chismear, nos acordamos de ella. Y ya ahí es donde dice que estaba sucediendo con L, que la Tóxica lo dejó desde hace ya vario tiempo y que ahora la Tóxica era feliz pues, según lo que supo, ella jamás, en todo el tiempo de noviazgo con L, fue feliz ya que L seguía bien enamorado de C. "¿Qué onda?" Todos soltamos casi como si nos hubiéramos puesto de acuerdo. Estábamos felices ahora que la Tóxica era feliz finalmente y alejada de una persona que posiblemente muera el día de hoy (porque siendo sinceras, ese era el futuro más prometedor que podría tener). Pues ya entrando en el tema de C, preguntamos que había sucedido con ella, a lo que CH solo pudo decirnos que tuvo un bebé casi al año de haberse casado.

El asunto no quedó ahí.

Pues sucede que el esposo de C, después de un tiempo, se metió al mundo fácil (y no, no es la prostitución, en México hay algo peor, está el narcotráfico donde una vez que entras no puedes salir; peor que el laberinto de los EXO) y comenzaron a tener varios problemas. En primera, el bebé de C nació con una clase de deficiencia respiratoria, o eso nos contó P (¿la recuerdan? Es mi otra mejor amiga borracha), quien además, sufrió problemas de enanismo o algo similar, pero si, el bebé nació bastante enfermo. De ahí comenzaron los problemas.

Esto parece una novela, pensé lo mismo. Cuando me estaban contando todo hasta esperé el final para poder plasmarla con mis letras y un Kaisoo bien tóxico como resultado, con narcos y temática mexicana, uff, éxito garantizado.

Esta bien, continuaré, ya no tenemos comunicación con J amiga de C, ni con la mismísima C, pero si lo tenemos con L, ¿y por qué razón? Ni idea, todos tenemos miedo de que nos maten por solo hablar con él (así de feo está el asunto) y no es que hablemos muy seguido, pero sí que da miedo.

A todo lo anterior, CH nos dice ya un poco más triste, que C dejó a su esposo hace ya más de dos años, todo por el mundo en el cual se inmiscuyó aquel carajito. Y pues, solo tuvieron un bebe juntos pero este tipo llegó a amenazar a C (ya la cosa se comenzó a poner fea, así es, nos comenzó a dar un coraje que no se lo pueden imaginar) e incluso, cuando iba a ver a su hijo, habían ocasiones en las que la golpeaba solo porque él se le ponía hacerlo o porque descubría que ella tenía un nuevo amor, y ustedes dirán: ¿que demonios C? ¿Porque no ibas con la Policía o el MP para cuidarte? Pues yo pensé lo mismo, CH ya me confirmaba lo peor: "Wey, ese cabrón iba con arma y todo cuando la amenazaba, ¿crees que se quedaría en paz si lo denunciaba?" Y la verdad, México no provee de las mejores medidas de seguridad para las víctimas así que quise comprender la situación un poco.

"Y se me ocurrió contarle a L" dijo CH, todos dejamos de respirar, fue bien chistoso, mirábamos la cámara bien gracioso. "Chicos, no lo van a creer".

Chale, para ese momento ya todos imaginábamos lo peor. Digo, el L siendo sicario. La desaparición de C. Y el esposo narco de C. Ya todo nos olía bien feo.

Hablando de L, déjenme les cuento que el vato ya se casó y tiene una bebé que nació hace meses (tal vez como unos tres o cuatro meses) no supimos quién fue la valiente o tonta con la que cumplió su deseo de ser padre, pero así está la cosa.

Bueno. Como esto ya se alargó, sigo, hace más de tres meses a CH se le soltó contarle a L sobre C cuando éste mismo preguntó por su amor de la prepa (ajá. El wey ya lo acepta y hasta hace bromas porque según él, ya la superó desde que conoció a su actual pareja) CH no creyó que le haría mal relatar la vida de una compañera, así que habló. "Él solo me preguntó si vivía donde mismo" confesó CH, "yo no sabía, porque me había encontrado a la prima de C en la plaza y fue como supe todo, así que le dije que no lo sabía". Y todos así como de "no mames, ¿qué hiciste?".

Un compañero más soltó la boca y sin darle tiempo a CH de continuar, el siguió: "ah, ya sé de que hablas CH, de hecho L me contó lo que había hecho" y todos así como de QUE DEMONIOS, CUENTA DESGRACIADOOOOOO.

M (mi amigo chismoso) continuó: "la verdad, no sé si me da gusto o de verdad debo tenerle miedo a L, pero ese día que lo hizo, me pidió ir a tomar con él, por suerte tenía trabajo así que no salimos" ajajajjajajaj no recuerdo si lo dijo así. Pero algo por el estilo soltó, lo último dijo algo que casi no se le entendió pero si le había pedido ir a tomar.

Y todos volvemos con el NO MANCHES, CUENTA DESGRACIDO. NO TE LO COMAS TÚ SOLITO, COMPARTEEEEE.

"Lalo mató a este wey" NECESITABA PONERLE EL NOMBRE REAAAAAAAAL O DE LO CONTRARIO NO SENTIRÍAN EL DRAMAAAAAAAA.

WEEEEY, mi ex compañero mató al esposo de la morra que le gustaba en el prepaaaa porque la golpeaba. ¿SE DAN CUENTA QUE ESTO ES MÉXICO? Y NO SOLO ESO, SI NO QUE C ESTABA PRESENTE CUANDO PASÓ TOOOODOOOOO. EL EX LA ESTABA GOLPEANDO CUANDO LALO ENTRÓ Y SE LO LLEVÓ.

¿Han leído todos esos ff con esta temática en la que creemos que es romántico? Raza. DA MIEDO Y UNA MALDITA IMPOTENCIA QUE JAMÁS CREERÁN TENER. POR UN SEGUNDO ME ATERRÓ SABER QUE EL WEY QUE NO RESPETA LA JODIDA VIDA LE HIZO ESO A UNA PERSONA QUE NO LE AGRADABA. Nadie dijo nada. CH soltó el llanto sintiéndose culpable. Ella no sabía lo que había ocurrido y nosotros éramos unos de los pocos de los que sabíamos todo eso. M confesó que no supo cómo reaccionar. Es decir, él cree que en parte se lo merecía el otro pero no se siente con el derecho de opinar sobre ello.

Hubo un momento de silencio, hasta que a P se le ocurrió preguntar por C, "se fue con su familia. Sus papás ya viven por la frontera" nos contó M. Bueno, al menos sabemos que a ella no le pasó nada.

Y eso es toda la historia. Espero y que a partir de ahora vean las historias de otra forma. No hay que romantizar esos actos.


Dejando de un lado mi corta ---ajá--- historia de chisme. Cuídense, quiero que todas y todos lleguemos al final de esta historia ---"Papel", raza---, aléjense de esa gente que no hace bien a nadie. Los quiero un chingo y coman a sus horas, despiértense cuando se sientan preparados ---porque si es bien difícil despertarse---  y quédense en sus casas.


Besos ♥.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top