Vigésimo octavo capítulo (2)


¿Quién saldría con alguien que solo quería jugar? Nadie, ¿cierto?

Una persona puede llegar a ser estúpida las veces que quiera, pero, cuando sobrepasa las cosas estúpidas establecidas por la ley, ya no es considerado estúpido. Ahora es un imbécil con toda la extensión de la palabra.

¿Quién tropezaría con la misma piedra? ¡Nadie!

Incluso Jongdae, quien llevó años esperando el regreso de su madre, sabiendo que ella no volverá, pero aun teniendo la esperanza de que ella regresará algún día. No la pudo perdonar a la primera.

Digo, si mi madre, quien justo ahora está curando enfermos desde el cielo, me hubiera abandonado. Hubiera tenido otra familia. Jamás me hubiera dado una explicación al porque lo hizo —su abandono— y que solo quiera que la perdone a la primera. Eso jamás sucedería.

Aun necesitaría tiempo para poder volver a ser estúpido y perdonarla. Digo, me hicieron orgulloso después de todo, no es que yo no pueda perdonar, pero mi genética es de ese modo.

Pero esto no se trata de Jongdae, claro que no. Se trata de mí.

¿También tengo permitido hacer cosas estúpidas en ocasiones, que no? Todos pueden hacer cosas estúpidas. Todos pueden ser estúpidos las veces que quieran, incluido yo.


—Buenos días, nene.


Pero yo, ya soy un imbécil.


—Buenos días.


Por el rabillo del ojo puedo ver como un somnoliento Jongin quita cualquier rastro de sueño en su rostro. Se apoya contra la almohada y de ahí pasa su mano por mi cabello.

Sonríe al ver que lo estoy mirando y me obsequia un tierno beso mañanero.

La sabana café, nos cubre. Le sonrió de igual manera, después recuerdo que posiblemente tengo ese mal olor mañanero en mi boca, o incluso baba seca en mi cara, uno nunca sabe, un día desperté con lagañas verdes en los ojos porque dejé las ventanas abiertas, puedo tener una imperfección en éste día sin querer. Jongin al notar mi rostro, pasa su dedo pulgar por mis labios, mirando minuciosamente mi rostro y después plantando un beso más.

Un beso lento, un beso que me hizo revolotear mi interior, un beso que me sacó suspiros y uno que otro mal pensamiento.

Su mano toca mi rostro, de forma cuidadosa con miedo de poder hacerme daño y se separa. De forma lenta, sonriéndome mientras ve que abro mis ojos y pestañeo varias veces. Susurra un «hermoso» y me sonrojo. Me muevo un poco y su desnudo pecho se muestra a libertad, bajo la mirada para encuentrarme de la misma forma que él. Puedo escuchar perfectamente un «te amo» cuando sus labios tocan mi oreja, con la única intención de hacérmelo saber.

Argh, odio todo esto de las cursilerías.

En un movimiento rápido, ya me encuentro sobre de él. Su mirada se vuelve en una de puro deseo y mira el reloj.


—Solo tenemos cincuenta y siete minutos...—soltó rápidamente mientras cambia de posición y me besa el cuello, haciendo que replique porque me da cosquillas.

—Necesitaremos más, pero con esos bastan. —Jalo su cabello y gime o de dolor, o de placer, no importa, el asunto es, ¿saben cuan sexy es un hombre gimiendo? ¡Eso me prende! ¡No saben cuánto logra prenderme! Toma mis manos y las coloca por encima de mi cabeza, me da una de sus lascivas miradas seguido de un guiño; juro por mi madre que yo soy así, pero algo despierta dentro cada vez que lo miro, debe ser su nariz chistosita o sus labios, pero no puedo dejar de pensar en cosas subidas de tono.

Me encanta esa actitud. —Responde en un gruñido mientras quita la sabana por completo.


Algo que debo dejar escrito en mi autobiografía es que yo: Do Kyung-Imbécil-Soo, hui de Kim Jong-Acosador-In por casi tres días. Bueno, es que ya se sabe que «A la tercera es la vencida», y pues, yo estoy de acuerdo en eso.

A quien quiero engañar. ¡Aun quiero mi jodido convertible!



• ♦ •



Jongin me toma de la mano, este es uno de esas situaciones en las que no te interesa en lo más mínimo las miradas que las demás personas te dirigen. En las que te quieres sentir querido. Incluso los leves mimos que Jongin me hace, me hacen sentir bien. De esas situaciones que son perfectas hasta que aparece el negrito en el arroz. En este caso, Yunho.

Los tres dándonos miradas. Jongin a Yunho, Yunho a Jongin, Jongin a mí, después Yunho a mí y a de paso a Jongin. Jongin se me queda mirando, Yunho a él, yo a Yunho y después Jongin a Yunho, así, siendo un cuento de jamás acabar.

Creo que debo decir algo.

Después de todo es mi padre.

Si huyo, ¿creen que Yunho se enoje?



—Kyungsoo...—Papá habla, y me tenso por completo. ¿Qué no tiene una empresa que dirigir? Hay miles de personas que subsisten gracias a él, ¿no debe estar en su empresa checando papeles? ¿Despidiendo gente, o sea lo que sea que los grandes ejecutivos hacen?

—Yunho...—Hablo firme y papá me da una de esas miradas señalando rápidamente a Jongin, y sé que quiere una explicación de porqué estamos tomados de la mano.

— ¿Quién es tu amigo? —Se cruza de brazos y comienzo a sudar. ¡Donde esta Jaejoong cuando más se necesita!

—Oh, si... él es Jongin, Jongin este de aquí es Yunho. Jung Yun Ho. —Hago una presentación rápida y Jongin hace una pequeña, casi misteriosa inclinación.

—Mucho gusto señor Jung. —lo dijo Jongin, no yo, yo ya no hablo más, si por mi fuera ya me hubiera ido y aquí sigo firme, pero no papá quien deja caer su peso en su pierna derecha, mientras nos mira a los dos. —Usted es-

— ¿Sabes quién soy? —Pregunta intimidante y Jongin asiente de inmediato. —Pues si lo sabes, será mejor que no te tomes de la mano de mí-

— ¡Mi clase! Señor Yunho, debemos entrar a clases. Creo que Luhan estaría encantado porque lo visite. —Jalo rápidamente a Jongin y dejamos atrás a un perplejo Yunho. Casi. Casi era delatado. No creo que papá soltara algo, después de todo, sabe que estoy fingiendo quien soy desde que ingresé a Neibor, pero uno nunca sabe cuándo un padre celoso suelte información vital.



Como no comparto clases con éste morenazo sexy, solo lo corrí porque él debe tener sus propias clases. Aunque no quería que se fuera. Jesucristo, creo que nos estamos convirtiendo en la típica relación acaramelada. Ya no me dan esas ganas de querer insultarlo, debe de andar algo realmente mal en mí.Desde que Jongin se me declaró —eso se escucha tan gay, ugh, se me erizó la piel por mero recuerdo—, Dae ha tratado de ignorarlo lo más posible que se pueda ya que, como parte de su declaración, el sentarse con nosotros, en nuestra mesa, formaba parte de la aceptación.

Y henos ahí.

Minseok refunfuñando porque Jongdae está gruñéndole a Jongin.

Tao daba fugaces miradas en la anterior mesa de Jongin. Solo hay una respuesta para esto: Se está poniendo de acuerdo para verse secretamente con Kris. Yo lo sé todo, nada me pueden ocultar, por el amor de Dios.

Junmyeon mirando entretenido como Jongin me abraza protectoramente.

Yixing comiendo, e ignorando todo a su alrededor. Por lo que pude notar, sus mejillas se le teñían cada que hyung hacia algún movimiento. ¿Incomodidad quizás? Para mí que este par no se llevan aun bien a como esperé después de tanto tiempo, bueno, lo comprendo, cuando Junmyeon-hyung trata de ser gracioso solo da pena ajena y Yixing-Ge aún no está preparado para confesarle cuan vergonzoso es hablarle después de un chiste.

Minho hizo su grandiosa aparición en nuestra mesa, con esta, serán dos veces que lo hace. Provocando que ahora, Jongin no solo le gruña a Dae, sino también a él.

A lo lejos pude notar como Taemin nos miraba. Creo que no le agrada mucho la idea de que Minho esté con nosotros. Es decir, es un milagro que Taemin se encuentre en la cafetería. Por lo que pude escuchar, nunca lo hace. ¿O será que aún tiene esperanzas con Jongin?

Y después esta Luhan.

Comiéndose a una chica con la mirada.

Tocando a una chica descaradamente con sus lujuriosas manos.

Sonriéndole coqueto a una chica, a la que debemos aclarar, es una desconocida.



— ¿Por qué Luhan puede tener sexo en la mesa y yo no? —Pregunta Dae en el momento que la chica ataca los labios de Ge. Asombrándonos a todos.



Jongin tapa mis ojos en el momento que se vio la lengua de ambos, susurrándome cosas como que es indebido que vea eso, o que me podría pervertir. Y después susurrando que si quería los podríamos imitar.

Hyung se digna a aclarar la garganta y provoca que los besucones se separen de inmediato, en un estruendoso «muack». Luhan, algo sonrojado, se limpia el rastro que la chica dejó y nos sonríe. Creo que un cambio de universidad cambia a las personas por completo. Aun puedo recordar vagamente como Ge nos educaba con que no se deben dar ese tipo de muestras en público y mucho menos seguido. Pero, él lleva haciendo lo mismo desde hace casi dos semanas.



—Se les va a enfriar la comida. —Habla divertido hyung y Luhan lo mira un tanto apenado.

—Bien, es nuestro turno. —Habla con aires de grandeza Dae, da un pequeño giro y ahora mira a Minseok. —Minnie, bésame como en las telenovelas. —una burlona risa salió de Minseok, ¿escuché bien? ¿acaso Minseok-hyung se burló de su novio? — ¿Minnie? —Uh~, alguien aquí está en problemas.

—Tengo que hacer tarea, nos vemos después Lu-Ge. Adiós, chicos. —Se levanta y todos lo miramos alejarse. Antes de que pudiéramos decir o reaccionar ante aquello, Dae salió corriendo tras él.

— ¡Así es Troll, ve para que te den por-! —Y antes de que Jongin dijera lo siguiente, abre sus ojos, voltea a vernos y avergonzado, esconde su rostro en mi cuello. — ¿Yo lo dije en voz alta? —Pregunta casi en un susurro y me abstengo a reírme en su cara.

Así es. —respondo divertido.

—Maldición.



De ahí todo siguió su rumbo. Comimos, hablamos, compartimos historias, el timbre sonó y cada quien fue a su clase. Yo y Jongin compartimos la clase así que nos fuimos juntos.

Es algo frustrante el que estemos todo el día juntos. ¿Qué no tiene una vida social que cuidar? Porque, hasta va a mi trabajo solo porque no tiene nada que hacer.

Creo que, si intentara engañarlo, no podría. El día que conoció a Boram-nonna, se restregó en mí como si fuera un cachorro marcando su territorio. Mientras nonna nos miraba algo perdida por la reacción que él tuvo cuando me saludó. Digo, ¡estábamos en la calle! Todos nos miraban con miedo y Jongin solo les gruñía. Nonna no ha vuelto a decirme algo —porque, bueno, eso pasó apenas ayer— por la impresión que Jongin dejo en ella, pero ni un mensajito ni nada.



—Tu teléfono suena, ¿no piensas contestar? —Pregunta Jongin y no sé en qué momento llegamos al salón, me quedé sentado, la profesora llegó e impartió su clase y, sobre todo, cuando fue exactamente que estuve anotando cosas en mi libreta. ¿Estaré sufriendo de Alzheimer? ¿Tan pronto? Que yo sepa, no existe enfermedad similar en mi familia, bueno, solo falta conocer más los registros familiares por parte de mamá. —Nene, está sonando...

—Sí.



Miro el número que está llamando, y aparece como «desconocido». Me levanto de mi lugar, pido permiso y de inmediato salgo. Lo sé, lo sé, ¿Qué estudiante universitario pide permiso para contestar una llamada? Respuesta: Un educado Do Kyung Soo.

Deja de sonar y cuando estoy por entrar al salón, vuelve a sonar la música que indica que tengo una nueva llamada.

Tomo la llamada de inmediato, por segundos, nadie dijo nada. Solo podía escuchar el sonido del viento, no digo nada, y sé que no dirán nada en la otra línea así que estoy por colgar cuando escucho una risita. Esa voz que de inmediato hace una gran presión en mi corazón y una enorme sonrisa aparece en mi rostro. Aclaro mi garganta y se me es imposible el no soltar una carcajada.

Después de lo que creí que fueron horas solo riendo y carcajeándome, comienzo a tomarme en serio la llamada. Hago un pequeño paseo por el pasillo y la conversación es un tanto extraña.



—Uhm...

Ujum...

—Uhm...uhm...

Ujum...jumm...

—Mmm...—Hago graciosos sonidos y comienzo a escuchar su risita por el parlante del celular.

Ajam...

—Perdiste. —Suelto con diversión y lo último que escucho es una risita antes de hablar.

Claro que no, tú hablaste primero. —su melodiosa voz resuena por toda mi cabeza y doy un largo suspiro, incluso puedo sentir como mis mejillas se acaloran, ¡y eso que no la tengo delante mío!

—Tú fuiste quien dijo una vocal distinta a-

— ¿Nene? ¿Por qué hablas en mandarín? ¿Me estas engañando con-? —Giro a donde la voz se escucha y para mí no sorpresa es a mis espaldas. Por un segundo, casi me da un infarto al escuchar a Jongin. ¿Qué tanto habrá escuchado? ¿Desde cuándo está siguiéndome y oyendo conversaciones ajenas?

—Un momento. —pido al teléfono y lo tapo con mi mano. Doy un suspiro cansado y Jongin aún sigue mirándome, esperando a que le dé una respuesta. — ¿No se supone que debas estar en clases?

—Tardaste...—Responde bajo, agachando la cabeza y se me es imposible no sacar un «aww», ¿acaso el que este en una verdadera relación lo hace un chico tierno? Paso mi mano acomodando su peinado y de ahí miro el celular.

— ¡Yah! ¡Solo son tres minutos! —Exactamente tres minutos con veintiocho segundos es lo que la llamada está durando. No, ahora son tres minutos con treinta y dos.

— ¿Piensas durar mucho? —Mira quisquillosamente el teléfono y doy otro suspiro. — ¿Puedo escuchar contigo? Quizás te estén extorsionando y-

—Las clases Jongin. —suspiré con fuerza, él no se movió, solo me miró y hasta creo que se reseteo porque no a parpadeado además no entiende la indicación indirecta que acabo de dar, ¡Diablos! ¡¿qué onda, acaban de morir sus neuronas o qué?! —Jongin...las clases.

— ¿Prometes no durar mucho? —Pregunta y no sé si intenta aguantar la molestia de que hable con alguien más, o simplemente no tiene confianza en mí. Tal vez solo sea un celoso con baja autoestima. Maldito brujo con baja- ¡Un momento! ¿Estos son celos reprimidos, acaso?

—Lo prometo. —le hablo dulce porque de lo contrario no me creerá y no se irá y justo ahora necesito estar lejos suyo o no podré hablar como Dios manda, la verdad el chisme no se disfruta si alguien más me vigila, yo necesito ser libre. — Ahora, entra a clases.

—Bien. —Lo dice, pero se queda parado aún. Hago un movimiento con la mano, indicándole que se vaya y muy a fuerzas me obedece.

— ¿En qué estábamos? —Pregunto y logro escuchar otra risita.

En que vendrías por mí al aeropuerto.

—Ajá, y- ¡Que! —Abro de más mis ojos y vuelvo a escuchar su risa. — ¡No te rías! ¿Estás en aquí o acaso-? Un momento, ¿Cómo conoces mi número?

Pues, Corea tiene su precio para todo. ¿Quieres conocer cómo fue que conozco tu número? —asiento con la cabeza y cuando estoy por palmearme porque sé que no me ve, vuelvo a escuchar su risa. — ¿Acabas de asentir, cierto? —Asiento de nuevo y me siento un tonto. —Como sé que lo acabas de hacer, solo te diré mi secreto de investigación: Xing-Xing.

— ¿Esta acechándome señorita Mei?

Lo haría, pero solo necesito un lugar donde quedarme. —Da un largo suspiro y eso me deja un tanto perplejo, ¿Por qué razón Mei querría un lugar donde quedarse? Si no mal recuerdo, su familia es una de las más reconocidas en Beijín. — Y recordé que tengo un amigo poderoso y rico. —Esto, suena un tanto raro. —Las mujeres también tenemos el derecho de escapar, ¿sabe? señorito Kyungsoo.

— ¿Acabas de llamarme "señorito"?

— ¿Acabas de decir que vendrás en veinte minutos? Wow, eso me encanta.

— ¿Estas manipulando mis palabras?

¿Qué traerás contigo comida? No sé si quieras volverme a conquistarme, pero, eso me agrada.

—Espera, espera, ¿Dónde estás?

Incheon. —Responde con emoción. Y sonrío al escuchar su asentó. Es diez veces más gracioso que el que Yixing tenía cuando lo conocí.

— ¿Qué llegaras en taxi? Eso sería genial. —Pregunto y puedo imaginármela haciendo un puchero.

¿Qué me dirás la dirección de dónde estás? Bueno, eso es fenomenal.



Lo pienso por algunos segundos. Aún tengo clases. Tengo una beca que mantener. No puedo solo enviarla a mi departamento. Así que no tengo otra opción. Si hago un poco de cálculo mental, llegará hasta aquí, cuando terminen mis clases, por lo que, si me escapo de Jongin, puedo pasar el día con ella. Pero, hoy tengo trabajo, así que tendré que mantenerla bajo llave en el departamento y nadie dirá nada.

Pero, he aquí el «pero» de la situación, Mei querrá que la lleve a conocer los alrededores de Seúl. Jongin querrá que este con él. Mei querrá estar conmigo. Y si es que algo de lo que creo que puede llegar a suceder, sucede, tendré que presentarlos a los dos. Y que pena la verdad, aun ni formalizo mi relación frente a Yunho.



—Solo lo haré, si prometes no reírte, ¿bien?

Yo jamás lo haría. —su voz se vuelve completamente seria.

—Debo hacer algo en estos momentos, por lo que solo te enviaré la dirección por mensaje, ¿bien?

Yeah.

—Debo colgar ahora y-

¡Espera! —Respondo un vago «qué pasa, rana» y ella continúa. —No tengo dinero. Bueno, si tengo, pero se supone que estoy escapando y la situación del dinero se me olvidó. Y pues, ya no me queda mucho. ¿No crees que el taxi me cobre demasiado?

—Yo pago. —Logro escuchar un grito de victoria junto a un largo «adiós». Y colgué, o bueno, me colgó, pero esos son detalles mínimos.



Regreso al salón, Jongin no me dirigió la mirada en ningún momento. Presto atención a lo que la profesora está explicando, pero solo puedo pensar en Mei, volverla a ver después de tanto tiempo y el cómo haré para escapar de éste Deseo Negro sin morir en el intento.

Comienzo a sonreír torpemente. Cuando terminamos, creo que ambos lo entendimos a la perfección. No hubo mucho drama. Yo debía irme, ella tenía que quedarse, el suegro me odiaba, la suegra igual, mi familia la amaba —aunque no la conocían—, y Yixing...él solo me tenía a mí en esos momentos.

Mi bolsillo comienza a vibrar, creyendo que es Mei, lo saco de inmediato.

Era un mensaje.

De una persona celosa.

Con palabras que solo una persona celosa pondría y que nunca aceptaría.



De: Deseo negro ♥
10:21 a.m.

¿Por qué sonríes? >:(

A: Deseo negro ♥

10:21 a.m.

La clase es divertida. ¿No lo crees?

La profesora Bom, comienza a decirnos sobre un plan «b». Creo que me perdí lo anterior. Pero si no me equivoco, era sobre qué hacer si es que no funciona el plan «a». Creo que estamos hablando sobre nuestra carrera y nuestro futuro.

Todos tienen una expresión de póker, si, nadie se está riendo esta vez.


De: Deseo negro ♥
10:22 a.m.

¿Con quién hablabas?


De: Deseo negro ♥
10:22 a.m.

¿No contestarás?


De: Deseo negro ♥
10:22 a.m.

¿Estás acaso evadiendo la pregunta?


De: Deseo negro ♥
10:23 a.m.

¿Así que no dirás nada?


De: Deseo negro ♥
10:23 a.m.

Está bien. No me interesa.


De: Deseo negro ♥
10:24 a.m.

¡Responde!


De: Deseo negro ♥
10:24 a.m.

Esta vez no me interesara nada.


De: Deseo negro ♥
10:25 a.m.

¿No vas a responder?


De: Deseo negro ♥

10:26 a.m.

¡Ley de hielo para ti!


De: Deseo negro ♥
10:27 a.m.

Terminamos >:(

A: Deseo negro ♥

10:27 a.m.

Hola :D

De: Deseo negro ♥
10:28 a.m.

No me hables. Estoy molesto contigo.


A: Deseo negro ♥

10:29 a.m.

Bien.

De: Deseo negro ♥
10:29 a.m.

No puedes ignorarme así de fácil. Voltea.

Hago exactamente lo que me indico y lo miro. Graciosamente saca su lengua y después me llega un mensaje.

A: Deseo negro ♥

10:30 a.m.

¿Sabes que eres lindo? Enserio, 

incluso tuve una erección a causa de tu lengua.

Jongin voltea a verme algo asombrado, feliz, o asustado, algo de eso demostraba su rostro. De inmediato su vista para en mis pantalones y puedo escuchar a la perfección como la profesora Bom hace una pregunta a Hojoon-oppa.

Le doy un guiño y un nuevo mensaje aparece.


De: Deseo negro ♥
10:31 a.m.

¿Enserio?

A: Deseo negro ♥

10:32 a.m.

¿Dudas de mí?

De: Deseo negro ♥
10:32 a.m.

¿Qué clase de pervertido dice "lindo"
y "erección" a la misma vez?

A: Deseo negro ♥

10:33 a.m.

Yo.

De: Deseo negro ♥
10:33 a.m.

Eso me calienta, nene.

A: Deseo negro ♥

10:34 a.m.

¿Quién es el pervertido ahora?

De: Deseo negro ♥
10:34 a.m.

Entonces, ¿saliendo de esta clase
quieres dar un recorrido al cuarto piso?

A: Deseo negro ♥

10:35 a.m.

¿Qué me está proponiendo mi estimado?

De: Deseo negro ♥
10:35 a.m.

La gloria ;)


De: Deseo negro ♥
10:36 a.m.

La profesora D:


De: Deseo negro ♥
10:36 a.m.

Nene, creo que estas en problemas DD:


De: Deseo negro ♥
10:36 a.m.

Te amo~


—Kyungsoo, sabes que no acepto celulares en el salón, ¿cierto?

—Lo siento. —Da un largo suspiro. Me da una advertencia. Estira la mano y mecánicamente, yo le entrego el celular. Me da un regaño nuevamente. Guarda mi celular y me dice que a la hora de la salida me lo entregará.



Me sentía como en el preescolar, cuando mamá me compró el Game Boy y que, por estar jugando, no presté atención a lo que me decía la maestra. Después de regañarme, quitármelo y advertirme con que le dirá a mi madre sobre mi comportamiento, le tuve que rogar para que no le dijera nada e incluso, ayudé a regar las plantas que estaban fuera del pequeño salón. Mamá nunca supo eso. Y me devolvió el game boy. Prometí nunca jamás usar mi valioso tiempo en algún artefacto electrónico.

¡Oh, Dios! He roto una promesa.



—Kai, tu turno. —Habla la profesora y Jongin me guiña.

—Hacerme cargo de mi empresa. —Habla con superioridad y la profesora asiente.

—Kyungsoo.

—Eh, pues... ¿mi plan «b», cierto? —Ella asiente mecánicamente con su cabeza sin soltar ni una sola palabra y busco mis distintas opciones. —Siempre quise ser actor. Pero, si no puedo con mi plan «a», creo terminaría siendo un simple accionista de la empresa de mi padre. Aunque con un poco de suerte, puedo llegar a ser el gerente general. Pero, si es que de mí dependiera, viviría una vida plena sin tener que trabajar y vivir del dinero que las acciones que tengo... Creo que, si realmente mi suerte fuera la peor, ocuparía el puesto de mi padre y seria el director de la empresa. —Hago una mueca al terminar. —Aunque creo que ser médico también me funcionaria, médico general, no creo que sea mucho problema, puedo tener mi propio consultorio después de invertir lo de las acciones de la empresa, así que creo que todo estará resuelto. —Asiento varias veces. Ceo que tendría una verdadera mala suerte si a Yunho se le diera por hacerme cargo de Junment. Digo, para eso está hyung, o Dae. Yo soy un alma libre y sin compromisos.



Además, la empresa iría en quiebra si yo soy el siguiente sucesor en la línea de los Jung. Sí. En definitiva, los Kim serian mejores que yo, después de todo, solo sé bailar y cantar, no tengo oportunidad ante mis amados hermanos.

Volteo a mi derecha y me encuentro con la juzgadora mirada de Jongin. Veo a mi izquierda y la chica que no recuerdo como se llama, pero que comparto varias clases con ella, me mira de la misma manera. Aunque, creo que ella me mira algo perdida. Como si no le entendiera lo que acabo de decir.

Doy un largo suspiro y ruedo los ojos.



—Comediante. Quiero ser comediante. —Digo explícitamente y todos asienten, dejando atrás las miradas.

—Ah... Taekwoon, eres el siguiente.



Después de esa clase. Tuve una misión que cumplir.

El cuarto piso nos espera.




• ♦ •




¿Qué es lo peor que tener que aguantar a Jongin celoso? Correcto, a Chanyeol en una crisis.

La razón es sencilla.

No se quiere separa de mí.

No quiere que le diga nada.

Solo quiere que palmee su hombro y no diga absolutamente nada.

No quiere que entre a clases.

No quiere prestarme dinero.

Y, sobre todo, no para de hablar sobre Baekhyun.

Baekhyun esto. Baekhyun esto otro. Baekhyun no sé qué. Baekhyun besó a Taeyeon. Baekhyun no quiso besarlo a él. Baekhyun, Baekhyun, Baekhyun.

Kris desapareció, Baekhyun no le habló. Sehun habló, Baekhyun no lo hizo. Kai se molestó conmigo, Baekhyun aún no le habla. Le compró una película japonesa, Baekhyun se la arrebató y huyó. Luhan le regaló una paleta, Baekhyun le levantó el dedo medio porque les coquetea a otros.

Después me dio una explicación de cómo conoce a Luhan.

Fue rápida.

Luhan y Sehun estaban hablando. Luhan le dijo «no» a Sehun y este último se fue triste. Ambos concordamos con que no le quiso regalar de sus paletas. Después de eso, Sehun llegó con una chica a su mesa y comenzó a besarla. Sucede que pasó lo mismo con Luhan en nuestra mesa. Era un tanto extraño esa situación. De ahí, Chanyeol le dijo «Hola» a Luhan, ya que parecía que era amigo de Sehun y Luhan de inmediato le dio una paleta.

Chanyeol me explicó que no les dice «Hola» a las personas, tan seguido o con facilidad. Pero que Luhan le agradó.

De ahí, Chanyeol estaba por separar de Luhan cuando Baekhyun los vio. Le levantó el dedo medio, y le dijo una palabra que le rompió el corazón a mi alto amigo. No me la dijo, porque según, se le volvería a romper. De ahí, no ha vuelto a ver a Baekhyun y al parecer cree que jamás lo volverá a ver. Porque según él, era definitivo su rompimiento.



—Así que ¿ya salían los dos por fin? —pregunto ya que no sé cuándo perdí tanto de mi vida durmiendo con Jongin, y pues, ya lo sabemos todos, el único método de saber de la vida ajena es mediante el chisme.

No.

—Pero, ¿rompieron, o no?

—Sí, pero no ha aceptado mi propuesta aún.

—Acabas de decir que rompieron. —Chanyeol se pega a mí como un koala. Un koala que me llevaba cerca de medio metro más. Al menos sé que él recibirá el rayo cuando llueva.



En el transcurso a la clase de danza —que no comparto con él, pero que se sentía solito y asistió a esta— nos encontramos a Jongin, quien, con una simple mirada, un chasquido de dedos y un movimiento de cabeza, hizo que Chanyeol se alejara de mí.

Ahora él es quien se pega a mí como un koala. Solo que es un tanto más agradable estar con él.

Miro la hora, una de la tarde con treinta y nueve minutos, y Donghae aún no aparece. Jongin comienza a hacerme algunas propuestas sobre él, yo, el cuarto piso, sin Chanyeol esta vez, una clase fuera. Y todas las fantasías que nunca había imaginado.

No lo negaré, me encanta su forma de pensar.



—Y con esto terminamos las clases por hoy. —La frase que más necesitaba escuchar, las grandiosas palabras salieron. —No olviden la coreografía, la quiero para al menos la semana que viene.



Paso mi brazo quitando el sudor de mi frente y tomo un poco de agua. Presto toda mi atención a la agujeta que se zafó y la intento atar de forma mortal. Alguien se para frente mío y yo solo intento hacer el nudo perfecto.



— ¿Me das de tu agua? La mía la olvidé.

—Claro. —Tiendo de mi agua aun sin prestarle atención a la persona, solo a la agujeta.

— ¿Ya tienes con quien hacer la coreografía? — ¿Dejavú? —Porque, sabes, yo podría hacerla con-

—Ya tengo con quien hacerla, gracias. —respondo divertido. Levanto la vista y me encuentro a un serio (pero con una pequeña sonrisita) Oh Se Hun. — ¿Chico propina? —Pregunto divertido y Sehun toma asiento a mi lado.

—Bueno, mi nombre es Sehun, pero si tú quieres puedes...espera, aun no, —voltea a todos lados, y cuando ve su objetivo, sonríe. —Puedes decirme chico propi-

—Sehun-ah, hazte a un lado. —Gruñe así que tanto Sehun y yo comenzamos a reír. Por un segundo creí que diría «lárgate a la chingada» o algo por el estilo.

—Hyung, esa no es tu línea. —Sehun hace un chasquido de lengua y niega, Jongin se cruza de brazos y se sienta a mi lado. —debes decir: "Te habla Donghae", después yo iré con él, y me dirá que no es cierto.

— ¿No era cierto? —Pregunto y Jongin voltea su rostro para no verlo.



Pude notar como hacia algunos gestos a Sehun por abrir la boca y después mover sus brazos, como si quisiera golpearlo de eso, Sehun comienza a burlarse de él y se despide. Nos quedamos sentados, mientras todos salen de la sala de ensayos. Solo quedamos los dos. Puedo notarme fácilmente por los espejos que hay, la maldad llega a mi cabeza y las idea son implacables, yo solo las trato de hacer realidad.

En un movimiento rápido, tomo a Jongin de sus hombros y lo tiro contra el suelo. Él pega un quejido lastimero porque realmente lo lancé muy fuerte. Mi error, a la próxima controlaré mi fuerza, lo prometo.

Esta por decirme algo y lo callo.



—Sé quién eres. —Lo miro divertido y sus ojos se abren de más por la confusión. Relamo mis labios y continúo. —Sé quién eres.

¿Eh?

—Sé qué, y quién eres, Kai.

— ¿Qué?

Te he visto desnudo.

—Espera hyung, no entiendo lo que intentas decirme, ¿Por qué me tiraste al pis-?

—Cállate. —ahora estoy encima suyo, haciendo más presión en sus hombros. —Ahora me perteneces. —sonrió ladino y lo beso.



Tal como lo recuerdo, lo comienzo a besar. Tomo su labio superior entre mis labios y lo muerdo un poco, siento como sus manos hacen camino hasta situarse en mis muslos. Sobándolos lentamente. Muevo un poco mi rostro y toda su agitada respiración la puedo escuchar perfectamente, sin dudas, me encanta este sonido que se provoca al separar nuestros labios y por inercia los vuelvo a unir, solo para separarlos y escuchar de nueva cuenta aquel placentero ruido.

Y no lo beso porque quiera. ¡Argh! ¿A quién quiero engañar? Realmente lo beso porque quiero besarlo. Quiero sentir la caliente sensación que provoca en todo mi sistema y que una vez que inicia es difícil que me pueda detener.



—Ahora eres mío. —Respondo casi en un suspiro, miro aquellos ojos color aceituna que me dejan ver dentro de él. Por más rara y cliché que se escuche la frase, puedo ver como ahora se revolotea de felicidad en su interior, ¿saben cuan caliente me pone todo lo relacionado a Jongin? ¿pueden tener una mínima idea?

Soy tuyo.

—Eso no...no...—Soy callado una vez más por aquellos pulposos labios, que me quitan la respiración cada que toca los míos. — No es la línea.

— ¿No? —Pregunta algo perdido. Y sonrió como tonto.

—Se supone que me debes maldecirme y decirme que no lo haga o si no...—Me calla con un beso más y sonrió.

— ¿No querrás meterte en problemas, cierto?

No...—Niego rápidamente y puedo sentir como mis mejillas se acaloran al instante.

—Ahora me perteneces...—Un beso. —Ahora eres mío...—Otro beso. —Y no podrás resistirte.

No me pienso resistir...— Un momento, ¿acabo de decir eso? ¿Acabo de cavar mi propia tumba? ¿Estoy loco acaso? Caliente sí, loco nunca.

—Eso es bueno. —Sus labios rozan los míos y de inmediato se separa, un solo movimiento e inesperadamente soy yo quien está debajo y él arriba.



Me da una de sus arrogantes sonrisas y lentamente se acerca a mi rostro, mientras que con su mano derecha inicia el recorrido de mi muslo hasta mi cintura. Abre mis piernas y se introduce dentro, fue por la inercia que subo mis piernas a su cadera; y sin mucho esfuerzo me cargó, ¿a quién quiero mentirle? ¡tuvo que intentarlo por más de cuatro veces! Y finalmente me cargó sin que nos cayéramos. Me carga, teniéndome entre sus brazos.

Justo en el momento que me lanzó contra la pared, mientras se restregaba libremente, estaba por besarme cuando su celular comenzó a sonar. ¿Cómo supe que era de él? Sencillo, a solo dos segundos, recordé que yo debía ir por el mío con la psicóloga Bom.



—Debo irme, nene. —De inmediato me bajó y acomodó el uniforme.

—C-claro...

—Es el secretario Nam, —sonrió después de mostrarme la pantalla— Papá me ocupa. —suelta un suspiro y yo sigo asintiendo. —Te veo hoy en la noche, ¿quieres ver una película?

—Claro.

—Entonces te llamo.

Ajá.



Jongin se despide con un último beso y sale de inmediato. Yo por mi parte corrí en dirección a donde la profesora Bom se encontraba. No era cosa de pensarlo por mucho tiempo. Siempre la encontraremos en su salón. Solo fue cosa de un solo regaño y me lo entregó sin más.

El teléfono me marcaba catorce mensajes y todos del mismo número, solo miro el último. Este me heló la sangre cuando terminé de leerlo.

Mei está aquí.

Esta aquí desde hace casi veinte minutos, los mismos que usé jugando con Jongin.

Pero eso no lo es todo.

Jongin se acaba de ir.

¿Tan mala suerte tengo?



—Contesta Mei, contesta. —Pido por teléfono, no hay respuesta.



Salgo corriendo. Cuando vislumbro la luz del día salgo hacia ella. Una vez fuera, busco en todos lados. A lo lejos me encuentro con un taxi. Ya no debo buscar en otros lados. De eso estoy más que seguro. En una carrera rápida, llego hasta donde se encuentra este. Y sin que me dé tiempo para más, pregunto la cantidad de lo que se debe. Pago rápidamente, busco a todos lados, el taxi se ha ido, no sin antes dejarme las maletas de Mei.

Una risita, volteo. Sonrió.



—Mei, ¿Por qué no contestabas el-? —Me congelo. Muero. Revivo. Pierdo la noción del tiempo. Mi mente quedo en blanco. Creo que me cagué. —Baekhyun...— suelto en un bajo y casi inaudible susurro.

¡Kyungsoo! —Mei se abalanza de inmediato contra mí, besando mi mejilla y bajando cerca de mi comisura, siempre solía hacer eso, incluso cuando apenas nos estábamos conociendo y no éramos pareja en ese tiempo. Después, me dándome un caluroso abrazo que correspondo rápidamente. Nos separamos casi de inmediato y miro a Baekhyun, quien solo nos observa sin gesto alguno, nada, solo estaba ahí, mirándonos sin sentimiento. — Tu amigo me ayudó a encontrarte, pero cuando vimos que el taxi estaba por irse, vinimos de inmediato. —Dice rápidamente en mandarín y solo asiento con la cabeza. — Él dijo que te conocía.

—Baek tú...no, no es lo que-

¿Parece? Jongin se fue, creo que eso es lo importante.

—Oh-

— ¿Estamos a mano, o no? Yo guardo esto y tú te callas en lo otro. — Un trato muy justo.



Lo bueno es que todos tenemos amigos. Además de que conocemos los secretos de estos, extrañare el manipularlo con lo de Chanyeol. Pero todo debía acabar en la vida.

Adiós diversión.

Un guiño y Baekhyun se va en dirección a su auto. Un Audi blanco. Malditos niños ricos, con sus malditos autos de lujo. Y yo me quedo con mi maldita pobreza.



— ¿A qué lugar iremos primero? —Mei intercambia mi mochila por sus maletas.

—Tomaremos el autobús y de ahí a mi departamento.

—Pero...pero...pero yo quería...

—Mei, tengo que trabajar. —Lo único bueno, es que las maletas tenían rueditas, si no, sería imposible que pudiera con ellas.

—No importa, te acompaño.



• ♦ •



Y mi vida, estas últimas horas, solo se basan en cuidar que Mei no sea raptada por alguna persona o que no escape y logre perderse. Mientras atiendo a las demás personas, al igual que pago por la comida de este diminuto ser. ¿Cómo puede alguien tan pequeño comer tanto? Me está dejando pobre.



Oppa, oppa, oppa~... Kyungsoo-oppa~, más~, oppa, oppa~...—Levantaba su brazo y habla casi bajo, en un susurro, es gracioso su asentó al decir «más», mientras señalaba su plato. En definitivo, me voy a quedar pobre y tendré que vender mi cuerpo para poder pagar todos sus gastos. ¿Jongin pagara bien por ello? Duda existencial.

— ¿Hace cuánto que no comes eh? —Pregunto divertido y ella mira sus dedos mientras cuenta.

Dieciocho horas. —Hace un pequeño puchero y se me es imposible el no traerle de inmediato la ensalada dulce que me pidió.



Cerca de la mesa quince se encontraba Jongdae, quien como por arte del destino, era su día libre, pero, como ya no concuerda con los días de Minseok-hyung, solo está aquí para hablar con él. O será que lo está siguiendo.

Una idea atraviesa mi cabeza. Creo que ya no me quedaré pobre después de todo. Esto es perfecto. Jongdae tiene dinero. Yo no. Mei consume mucho. Yo no puedo pagarle lo que ella pide. Pero...Jongdae sí. ¡¿Cómo no se me ocurrió antes?!

¡Por Dios! ¡Jongdae es el jodido hijo de Yunho! Él puede pagar todo lo que quiera —y lo que no—, por supuesto. No le importará despilfarrar algo de dinero en una linda chica. Aunque, después Minseok-hyung, puede molestarse con él, pero prometo que yo aclararé todo, conozco a hyung y parece ser un chico celoso, eso es claro, pero sin lugar a dudas un poco de dulces palabras por mi parte podrán arreglar todo.

A paso decidido me instalo en la mesa de Jongdae, quien mira los alimentos de la carta, decidiendo mentalmente por cual comprara esta vez.



—Sí, quiero desde la sección B hasta la sección C. Quitando cualquier cosa sana. —pide— Solo quiero lo que mayor dulce tenga, quiero visitar mi dentista, además, quiero este jugo de naranja, no, ya no quiero eso, la gaseosa de-

— ¿Mango?

—Exactamente, la de man- ¡Hey! Tú no eres mi-

—Como sea. —Tomo asiento en la silla desocupada y Dae me mira de reojo después recorre todo el lugar hasta encontrar a Minseok. —Hermanito, eres rico, —confirmo— necesito un favor.

—Yo no soy rico, lo siento. —sonríe, levanta sus manos y me pide alejarme— Ahora sigue tu camino.

¡Yah!

—No sé porque me etiquetas de rico, Soo. —niega con su cabeza, suspira y saca su billetera, traía un solo billete, y era de mil wons— Soy un simple ser humano que quiere gastar todo su sueldo en una simple comida además de-

—Solo ocupo un préstamo...—Prácticamente se lo suplico.

—Acabo de quedar en bancarrota. —Hace una mueca y asiente varias veces, después limpia las falsas lágrimas, muerde su puño y mira a otro lado.

—Eres el hijo de Jung Yunho, jamás te quedarías en bancarrota.

—Tú también eres su hijo. —Saca la lengua y se ve tan infantil, pero como tiene razón y lo necesito, no pelearé con él por el momento.

—Sí, pero yo no tengo dinero y tú sí.

—No lo tienes porque no quieres. —Su mirada se convierte en una de diversión pura. — ¿Cuánto quieres? —Trago duro, ya sé lo que quiere...—Solo debes decir una simple frase, y será todo. Es más, te doy mi herencia.



Me levanto lentamente. Fue mala idea el venir con Jongdae. Doy un suspiro de resignación y regreso a la mesa de Mei. Ella absorbió la ensalada. Ahora mira la carta para ver que más pedirá.



—Mei, solo lo repetiré una vez. Escucha con atención. —deja atrás la carta y me mira con atención. —Yo me encuentro en la misma situación que tú. Soy pobre.

— ¿Ah? —Sus ojos se abren de más. Sus ojos se humedecen, creo que le llego el arrepentimiento por haber pedido tanta comida. —Pero...pero...tu escuela.

—Papá aceptó que estudiara música, pero yo debo...trabajar. —suspiro tomo sus manos. —Ahora estamos en bancarrota los dos.

Oh my-

—Pero...lo importante es lo que harás a continuación. — cierro los ojos, pego sus manos a mi rostro y el «sí, oppa» fue la indicación —¿Estas dispuesta a hacerlo?

Sí. —Responde firme, mueve su cabeza y un mechón comienza a alborotarse por su rostro. ¿Cómo puede ser posible que terminé con ella y comencé a salir con alguien como Jongin? Imposible comparar la belleza femenina con la sensualidad masculina.

—Mi turno termina en ocho minutos. —Volteo a todos lados, nadie sospechará de nosotros. —Sal, como si hubieras pagado. Sin poner esa cara de sentirse culpable. Nadie lo notará. Así que me esperarás y yo iré por ti, no debes preocuparte.

Pero mis-

—Yo las llevaré conmigo, nadie me dirá nada. ¿Entendido? —Ella solo mueve su cabeza por varias veces. Sonrió. —Bien, cuando diga tres, tú iras a la puerta de entrada y te alejarás, no regreses.

Yeah...

—Uno...dos...—Tomo la charola en mis manos y cuando me levanto digo «tres». Mei sale de inmediato.



Miro el reloj, mi turno termino hace ya dos minutos. Lo siento Mei, pero debía hacer esto o me dejabas en bancarrota.

Me dirijo de inmediato a la caja donde se debe pagar, Kota me mira algo intrigada y me pregunta sobre la clienta de la mesa cuatro, notó que éramos lo suficientemente cercanos como para hacer que huyera sin pagar nada. Me guiña y se aleja. Y sin quererlo, pago todo lo que Mei comió. Sigo suspiro. Ahora soy más pobre de lo que alguna vez llegué a pensar. Tomo las maletas de ella, y salgo por la parte trasera. A lo lejos pude notar a Mei temblando por el frio, camino hasta ella y le pongo el saco de Neibor. Me agradece y deja un beso en mi mejilla. No me arrepiento de haber pagado por ella si iba a recibir estos premios.

Emprendemos nuestro camino hasta mi departamento. Como no tenía efectivo, tuvimos que irnos a pie. La peor decisión de mi grandiosa vida. En cuanto vimos un cajero automático, vimos la gloria. Pasé mi casi vacía tarjeta, y sacamos lo suficiente para un taxi, comida, alguno que otro recuerdo y más comida.

Creo que Mei come más que Dae.



— ¿Y ahora me dirás la razón de porque estas escapando? —Pregunto mientras Mei come el pollo frito, haciendo provocadores sonidos al probarlo. Chica rica, dándose aires de pobre.

Esto es tan exquisito. Jamás en mi vida había probado algo como esto. —confiesa casi con lágrimas en sus ojos— No entiendo como mi maestra de ballet no dejaba que lo comiera. Me encanta la sensación de sentir mi cuerpo engordar por el aceite. —Y da una mordida más grande. Que en paz descanse el pobre pollo. O pollos...

— ¿No responderás a mi pregunta?

No. —Da un mordisco más. —Te pondrás celoso.

—Te he superado, ahora dilo.

Si mi profesora de danza contemporánea me viera, se moriría, tengo una dieta de alimentos "sanos".

—Responde o juro que te dejaré aquí. —Dos piernas de pollo, una parada, y el enorme eructo para nada femenino que sacó, Mei se dignó a hablar.

Conocí a un chico. —se soba la barriga y sonrió.

— ¿Y?

Ellos no lo aceptan. —«Clásico» solté sin pena, negué al ver su rostro y casi porque sentí que me lo suplicaba, le di un abrazo— Así que concordamos con que nos veríamos en Corea. —Muerde su labio y da un suspiro. —Temo que le puedan hacer algo. ¿Recuerdas aquella vez que estuviste en la cárcel?

— ¡Cómo olvidarlo! Tú padre se toma muy a pecho sus amenazas. —El taxista nos mira por el retrovisor, con cara de susto. Bueno, estamos teniendo una plática sentimental en otro idioma, no es para tanto. —Los ojos al frente.

Bueno, la única diferencia... es que contigo se arrepiente de lo que hizo, pero con él, no. Él... no es como tú...

—Uhm... ¿Qué es esto señorita Mei? ¿Es atraída por personas pobres de nueva cuenta? —Vuelve a soltar un suspiro y recarga su rostro contra el vidrio de la ventana. —No hay problema, ¿Qué puedo hacer por ustedes?

¿No estas celoso?

—En lo más mínimo. —suelta una risita.

Creo que por eso te amé.



En poco tiempo llegamos al lugar. Mei sonríe al ver los enormes edificios e inmediatamente se dirige dentro. Al primer lugar que llegamos fue a la recepción. Hyomin sonríe de inmediato al verme. Le hace una seña a Mei y me pregunta sobre quien es ella, solo le digo que será quien ocupe el departamento. Ella hace una nota rápida, para que el servicio de limpieza llegue más seguido.

Antes de que me diera las llaves, me pregunta sobre Jongin y por primera vez caigo en cuenta que éste es el mismo edificio de departamentos que el de él. Hago un ademan, restándole mi nerviosismo a la situación y caminamos hasta llegar a los elevadores.

¡Oh santa mierda! Hoy tenía una cita con Jongin.

¡Oh santísima mierda! Me iba a esperar en el trabajo.

¡Oh doble...!



— ¿Quién es Jongin, Kyungsoo? —Pregunta Mei, repitiendo su nombre con gran dificultad.

—Uhm...nadie importante.

—Oh...—Mueve su cabeza. Toma mi mochila entre sus brazos y acomoda el saco. — ¿Y porque la recepcionista te pregunto de él?

—Porque, uhm...suelo venir muy seguido con él. Es todo.

¿Va contigo? ¿En tu clase?

—Sí. Él es algo así como mi...amigo. —sonreí, pero en realidad me quería cagar, no es que o niegue ni nada por el estilo; es solo que aún no estoy preparado, es solo eso.

—Oh...— ¿Por qué no abre? ¿Tengo que soportar esta plática? ¡Porque no se abren las puertas de una-! Listo.



Entramos al elevador. Presiono el botón número ocho. Y antes de que Mei regrese con su charla, la puerta se vuelve a abrir. Agradezco a los cielos porque eso la mantuviera callada, pero una vez que miro al frente.

Creo que de verdad me he cagado.



—Hola, hyung.



Me he vuelto a cagar.



— ¿Tú debes ser Mei, cierto? —Pregunta en mandarín y Mei asiente de inmediato. —Tiene muy buenos gustos hyung.



Me re-cago en mi jodida mala suerte.



—Yo soy Jongin, el amigo de Kyungsoo-hyung.




 -------

Dinámica. Adivinen lo siguiente:

«Tiene olas y no es mar, tiene escamas y no es pez, ¿qué es?»

Y les cuento un chisme que me acabo de enterar mientra hacia una comida en linea con mis amigos de la prepa, salu2.

Esto es bien intenso, yo si les recomiendo la dinámica.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top