Trigésimos cuarto capítulo

Ahí me encontraba yo. Como cualquier otro día, en cualquier otro trabajo de medio tiempo al que he recurrido ya que un trato más con papá no me queda nada mal. En especial cuando me vea trabajando y crea que soy responsable y ya no me pida trabajar en la empresa. Me dará mi espacio. Me dirá que soy una increíble persona. Y, sobre todo, no me tomará en cuenta cuando la empresa se quede sin CEO's. Después de eso, mi vida seguirá siendo perfecta como hoy en día.

También me imagino que papá bailará alegremente porque haré lo que más deseo hacer en esta vida: Cantar. Y él ira a todos mis conciertos cuando sea un famoso, ah, cierto, Hyunbin, asistirá de igual manera, a cada uno de ellos. Siendo mi fan número uno. Enviándome cartas de amor a cada día. Viviendo una aventura secreta lejos de los reporteros y paparazzi. Iremos a Francia y nos casare-



—Kris, quiero eso. —Me detengo a soñar. Mi pulso palpita con fuerza, Tao y Kris presentes en el cine, cine donde claramente trabajo.

—Panda, no vine a complacerte, ¿sabes? —Kris voltea a otro lado; con su típico aspecto muy bien portado y llamativo, varias mujeres, ancianas y jovencitas, se le quedan mirando. —Si lo quieres, cómpralo tú mismo. No gastaré mi dinero en ti.



Me escondo para no ser visto, uno de mis compañeros de trabajo se me queda viendo raro. Y después me susurra «¡Oh! ¿Compañeros de clases?», afirmo casi de inmediato. Él me sonríe y después susurra de nuevo «No hay problema, yo también sentía raro cuando antes me pedían la tarea y ahora un combo». Sonrió y mi estimado compañero, me cubre.



—Bienvenidos a CGV Cheongdam Cinecity, ¿Algo que deseen para ordenar? — Mi compañero pregunta con sonrisa fingida. Logro ver las caras de Kris y Tao por los cristales de los dulces. Kris, como siempre, frunce el ceño y levanta sus labios para decidir. Tao por su parte, mira los caramelos, suspirando por los que posiblemente Kris no le quiso comprar.

—Quiero...dos palomitas grandes, con dos refrescos grandes, una crepa y, —se detiene y voltea a ver a Tao. — ¿Quieres una crepa? —Tao niega. —Seria todo.

—Muy bien, serán dos palomitas grandes, dos refrescos grandes y una crepa. — confirma la compra manteniendo esa falsa sonrisa y en segundos mirando la pantalla para cobrar. —Por solo 4500 wons más, puede llevarse uno de los premios sorpresa que tenemos. —Ahora ambos miran bajo el cristal y me muevo rápidamente para no ser visto.

—Bien, quiero ese, el que parece una tortuga. —Kris está por entregar el dinero, cuando lo que siento como el típico "remordimiento" llega a él y habla antes de que hagan la factura. —También quiero esos raros dulces blancos.


Tao sonríe, Kris sonríe de igual manera y finalmente paga. Tao agradeció en mandarín y a lo que entendí, cosa que y no quería de verdad; le agradeció, insertando también el tan respetado «Ge» para referirse a su persona. Se me erizó la piel de solo escucharlo usando un tono chillón de agradecimiento. Ambos se van y me quedo yo con mi compañero. Este buen ser humano altruista, merece ser reconocido mundialmente y que se le entregue el novel a la Paz. Es como un radiante ser del más allá que solamente ha caído a la tierra para hacer el bien y cuidar del prójimo.

Creo que besaré sus manos si no me deja de mirar con aquella sincera sonrisa y sus pequeños ojos que me dicen «Lo hicimos bien, campeón». Y si lo beso... ¿se molestará?




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Camino recto. Por la misma vereda sin perder el rumbo. Aspiro un poco y a los pocos segundos, destornudo. Sigo caminando. Ahora comienzo a trotar. Más y más rápido que antes. Corro. Comienzo a correr, sintiendo el sudor por el cuerpo. Mi cuerpo inicia teniendo cansancio, mi respiración se agita y el aire no llega completamente hasta mis pulmones. Una vez que se acostumbra, el correr es más insignificante.

Me agacho. Toco el piso, y continúo corriendo. Uno, dos, tres, giro y toco el piso, me levanto y regreso a la posición inicial. Dejo de correr y comienzo a trotar. Mi respiración se va controlando. Ahora ya no corro o troto, no, ahora ya me detengo.

Un grito y miles de maldiciones al igual de silbidos recibo en mi parada. Sonrió y hago un simple calentamiento más.

Corro. Corro velozmente. No me detengo en ningún segundo. Sigo corriendo. La adrenalina llega a mi cuerpo y me impulsa a ser más veloz de lo que ya soy. Sigo corriendo. No miro atrás o me detengo. No. Nada de eso. Solo correr y correr es lo que hago y haré y continuaré haciendo el resto de mis días hasta que el policía ya no me persiga.

Una vagoneta negra provoca que me estrelle contra ella. Estoy por maldecir cuando la corrediza puerta se abre y me jalan dentro. El policía quedó atrás, muy pero muy atrás. Ya no veía su traje gris. Tiemblo y Jongdae se carcajea una vez que llegamos a un baldío.



— ¡Maldición! —grita y vuelve a carcajearse. Luhan me entrega mi ropa y comienzo a vestirme. — ¡Mierda! ¡Mierda! —ahora ya no entiendo si está llorando o riendo. — ¡No lo grabé, mierda! —Y continúa repitiendo «mierda» por unas cuarenta veces más.

—El auto tiene cámara, yo creo que Junmyeon si lo hizo. —Luhan aporta mientras mira por el espejo retrovisor. Me guiña y arranca la vagoneta cuando me vio vestido.



Intento acomodarme, pero todo mi cuerpo se queda estático, fue de mucha ayuda eso de ponerse el cinturón de seguridad, uno nunca sabe cuándo salvará tu vida —o servirá para que reconozcan el cuerpo cuando nos estrellemos—. Mis manos tiemblan quizás sea por la persecución, o quizás me esté dando el Parkinson y por ello el tembladero.



— ¿Qué te sucede, Soo? — Luhan pregunta burlón y si no fuera porque mis ganas de insultar se desvanecieron junto a la adrenalina, ya lo habría golpeado.

—Sí, mi pequeño Sol, ¿Qué te sucede? — Dae pregunta burlón y tiemblo de ira (o Parkinson) ya que los malditos me hacen sufrir.

—Dame una manzana y les contestaré lo que me acontece. —Sonrió malicioso y ambos se quedan con rostros estáticos. Solo necesito un alimento para obtener energía, y después, ambos sabrán mi respuesta.


Silencio. Minutos silenciosos en un ambiente silencioso. La puerta del copiloto se abre y Junmyeon entra, quitándose los lentes de sol y acomodándose el saco. Sonríe con su extraña sonrisa abstracta y después de acomodarse el peinado, habla.



— ¿Qué? ¿Eres un shinigami?



Como odio las malditas apuestas con estos seres despreciables. ¿Qué más puedo hacer? Las apuestas me sorben el alma como si de una esponja se tratará. No tengo control sobre ellas y ellas si tienen el control en mí. Controlo la furia y sonrió de medio lado, pegándole a lo sádico y a lo angelical.

Quizás muchas personas me vieron desnudo, y hasta incluso salga en televisión nacional en una persecución policiaca. Pero al menos, no seré la persona que medio oriente verá haciendo el ridículo ya que tengo un gran amigo —a.k.a Han súper-amante-de-las-paletas-chinas-de-nombre-extraño-pero-que-las-llamo-chuchu-pop Sol —, que me debe un favor y el cual es un gran nerd computacional. Y que esto será mejor que robar un banco, ya que, como buen hermano y amigo que soy, haré que su vergonzosa pronta presentación, sea presentada a nivel internacional.

He visto cómo trabaja mi estimado Hansol. Y sé que no me defraudará.




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"Sí, tengo un serio apestoso cumpleaños", le dije a mi gata, Nala.

(Bueno, la verdad que ella no es mi gato más bien yo soy su persona. Ya sabes cómo son los gatos: Ellos realmente no tienen propietarios, ellos tienen personalidad. Un hecho que la mayoría tratan de pasar por alto.)

No es que tenga nada contra este libro, pero, ¿Cuándo fue exactamente el momento en el cual comencé a leerlo y que termine en la tercera saga? "Elegida". Gran libro si me preguntan, aunque en realidad no me entró nada de lo que leí de los últimos dos tomos pasados.

Enserio, no tengo nada contra la saga de "La casa de la noche", pero, ya ni recuerdo que tanto drama le sucedía a Zoey.



— ¿Qué estás leyendo? — La cortina es jalada y los rayos del sol entran, me cubro rápidamente con la sabana y apago la lámpara a mi paso. — ¿Qué? ¿Eres un vampiro acaso? — Dae pregunta divertido mientras trata de quitar la sabana.



Le lanzo el libro, y él lo esquiva. Escucho su carcajada resonando por toda la habitación. Un «Vamos vampirito, sal a pasear» y comienza a carcajearse.



— ¡Vamos, Kyungsoo! ¡Quiero jugar! —Patalea en mi cama y lo mal encaro.

— ¡Déjame! —Me mira y después se carcajea otra vez. — ¿Qué? ¿Tengo monos en la cara o qué?

—Realmente pareces un vampiro con tu pálido tono de piel, ¿sabes?

—Soy un vampiro. —afirmo y Jongdae enarca su ceja.

—No te creo. —Se cruza de brazos.

—No me tientes. —Advierto y Dae se descruza. Ahora yo me arrodillo sobre la cama y Jongdae se inclina hasta quedar a cortos centímetros de mi rostro.

Chúpame, vampiro.



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Neibor, Neibor, Neibor. ¿Cuándo fue exactamente que pintaste tus sangrientas paredes marrones y las cambiaste por el tono de la paz? ¿Cuándo dejaras atrás la hipocresía y nos dejarás en claro el tipo de edificio eres? ¡¿Cuándo?! ¡Dime! Dime, ¡qué de raro tiene que me esté muriendo, por una mujer!

Oh, creo que eso no era lo que quería pensar...Maldita Neibor.



— ¡¿Qué diablos te pasó en el cuello?! —Tao pregunta sorprendido. Es más, ni preguntó. Gritó. Gritó como nunca lo había hecho en toda su bendita vida.

—No quiero hablar de ello. —Dae responde con tono traumado. Mirando a la nada, y sorbiendo por la nariz. Lentamente me dirige la mirada, y tiembla. Tomando a Sehun entre sus brazos suplicando que lo proteja.


Algo más que extraño pasó aquí, Minseok se aclaró la garganta. Y Dae no le hizo caso alguno. Es más, él seguía aferrado a Sehun que ni escuchó nada. Después de eso, Minseok lentamente cambió de silla y quedó a su lado. Miró la enorme mordida ya morada, un poco rodeada de rojo y con los dientes aun marcados en su piel, y eso me hace pensar en que tal vez, solo tal vez, lo mordí demasiado fuerte.

Bueno, Jongdae tarde que temprano iba a prender que, con Do Kyungsoo no se juega. A la próxima, medirá mejor sus palabras, ya que, si me lo hubiera propuesto, realmente le habría chupado la sangre.

Solo fue una mordidita, que poco aguante tiene.

Luhan no dijo o hizo algo por eso de que Jongdae abrazará a su pareja, o eso de que Minseok se interpusiera entre él y Sehun.



Wow, se ve increíble. —Minseok masculla, y después el "chic" de la cámara nos roba a los cinco la atención. El bollo mira la foto que acaba de tomar y después voltea a vernos a todos. Lo interrogo con la mirada y él se pone nervioso. — Saliste muy bien, Lu-Ge. —Felicita al chino.

—Luhan está detrás de ti. —Tao comenta y al Bollo se le colorearon las mejillas. Tao parece disfrutar avergonzarlo. Nunca despegó la mirada de Minseok, es más, creo que ni parpadeará hasta ver el tiempo en el que el verdadero color regrese a este.

—Era con la cámara frontal. —Minseok abre sus ojos, regresando lentamente a su color por tener una buena cuartada.

—Entonces, ¿Por qué estaba el celular frente al cuello de Chen? —Vuelve a interrogarlo. Esta vez, escucho a Minseok tragar.

—Era una selfie. —Minseok responde rápidamente. Y Tao se queda callado por unos segundos.

—Entonces, ¿por qué se prendió el flash? —Enarca una ceja y Minseok abre la boca solo para dar la excusa más torpe y extraña de todo el universo.

—Encendí la linterna por error. — Rápido y sin dudar, responde.

— ¿Puedo ver la foto que acabas de tomar? —Pegunta Tao, señalando el celular que Minseok sostiene con fuerza en su mano. Estira su derecha y justo en el segundo que esta por tocar el aparato, Minseok-hyung lo retira.

—Tiene contraseña. —Advierte señalando al celular.

—No importa, puedes quitársela y-

—No me la sé. —Lo interrumpe.

— ¿Cómo no vas a saber la contraseña de tu propio celular? —Tao pregunta divertido, tomando el jugo de naranja y rodando los ojos con obviedad.

—No es mi celular. —Parpadea y un tic sale del ojo de Tao.

— ¿Lo robaste, acaso?

—Me lo encontré tirado.

— ¿Y si llamo a tu celular? ¿Qué pasará si es el que tienes en la mano? —Tao toma su teléfono en sus manos y después con este mismo, señala el que Minseok esconde bajo la mesa.

—Activarás una bomba y todos moriremos.

— ¿Me estas tomando el pelo?

—Tienes mucho cabello. —Responde serio y no puedo más. Así de simple. No pude aguantar la carcajada.




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A veces, he tenido ese tipo de situaciones en las que las cosas no encajan. Y me pregunto, ¿cómo pudo ser posible que llegué ahí? Como ahora mismo. Que estoy en el maldito cuarto piso, nadie por los alrededores; solo yo y mi agitada respiración, junto a la única persona viva justo a mi lado.

La misma que creo que se ahogará si continúa sorbiendo tan fuerte como lo está haciendo. El hormigueo en mi parte baja comienza a aparecer. Pongo una mueca y mi mano cae en la cabellera del otro. Marcando un mejor ritmo, justamente el que necesito para finalmente, poder terminar.

Muevo mi mano, rápido. Marcando como lo quiero y de la nada, su mano toca la mía. Detengo mis movimientos y entrelaza nuestras manos. Continúa moviéndose, besando, chupando y sorbiendo sin importar qué. Bajo la cabeza y por primera vez en el rato, hago contacto visual con él. Un simple guiño que de simple no tuvo nada, y sin tener acción alguna. Me vine.

Así de simple. Me vine en su boca. Me vine sin control alguno.



—Gracias, compañero. —subo mis pantalones y los acomodo. Jongin continúa en el suelo, con sus carnosos labios rodeados de un poco de mi sustancia. Muerdo mi labio porque, ¡Oh maldita mierda! ¿Por qué lo hice?



¿Por qué maldita sea estoy en el cuarto piso y con él específicamente? ¿Por qué se tiene que ver tan sexy después de haber hecho una maldita felación? ¿Por qué no dice nada? ¿Por qué me mira de esa manera?

Tal vez, solo deba romper el silencio diciendo alguna frase célebre y huir rápidamente.



—Com-

—De nada, compañero. —Me interrumpe y sonrió forzadamente. En alguna otra situación, yo habría besado a Jongin porque, no es por nada, pero se ve tan bien con mi semen en sus labios. Y eso es algún fetiche que comencé a tener cuando ambos solíamos...convivir. Pero, como todo adulto que soy, no lo hice y no lo haré.

—Bueno, creo que-

— Kyungsoo, — me interrumpe; vamos Diosito, juro que esto no volverá a pasar, pero ayúdame ¿quieres? —yo...yo quería preguntarte si-



Alabada sea la campana que me ha salvado en esta ocasión y la misma que me provoca el valor para poder tomar la situación como absurda.

Absurda, porque, ¿qué hace un hombre honrado como yo en el más deshabitado piso de su escuela con la persona más corrompida jamás existente en el mundo entero? Absurdo, ¿cierto?

Mantengo firme mis ideales y simplemente etiqueto la situación como «salida de control». Donde mentalmente advierto que nunca jamás volverá a suceder lo mismo. Juro que esta, chingo a mi amor por Hyunbin, será la primera y ultima vez que vuelva a estar en el cuarto piso con él.

O bueno, al menos no mientras esté en todos mis sentidos.



—Debo entra a clases, compañero. —Aviso, abriendo la puerta y tomando el celular en mano. —Nos vemos luego.



Un paso. Dos pasos más y soy detenido. Giro y encaro a Jongin, quien mira al suelo y sostiene mi brazo.

Suspiro y con mi derecha, deshago su agarre.



—Se hace tarde, compañero. —le recalco, no, me recalco bien firme cual es la situación en la que estamos y los papeles que estamos jugando, esta bien de mi parte no odiarlo, pero vamos ¡qué no juegue con su suerte!

—Hyung, yo-

—Jongin, tengo clases. —Un tanto agobiado, le comento. Él por su parte, balbucea.

—L-lo sé, solo quería... ¡diablos...! y-yo quería que-

—Adiós, — término agobiado. Jamás imaginé que una mamada me causaría tantos problemas si se trata de hablar con la persona que me la hizo. —tengo clases. —Suelto y sin importarme los gritos que pegó clamando mi nombre, entro al elevador.



Un último vistazo y Jongin se mantiene en la misma posición en la que lo dejé.

Bueno. Esto apenas comienza.

Uy, hasta mi piel se puso chinita al solo recordar como llegué a este lugar.




• ♦ •




T-Neibor. ¿Qué debo saber sobre ti?



— ¿Por qué todo el mundo está vistiendo casual? Me siento un desubicado con el uniforme puesto. —Refunfuño y Minseok palmea mi hombro. Reconfortándome. Realmente esto me descoloca por completo ya que él no comparte curso conmigo, sus clases están en otro edificio que queda a largos minutos del mío.

—No te preocupes, Kyung, al menos no serás el único. Te aseguro que Luhan también vendrá con el suyo. —Agradezco las reconfortantes palabras de mi tierno y adorable amigo, y antes de que pudiera preguntarle la razón del porque está en otro edificio que no es el suyo me detengo a solo disfrutar de sus palabras. —Es imposible que no lo haga, recuerda: «Yo apenas estudio aquí». —repite las palabras que Ge suele decir a cada cosa que le preguntamos relacionada en este diabólico lugar.



Y no es que yo sea un maldito y disfrute de las desgracias y las vergüenzas de los otros, pero lo que me dijo, realmente me subió el ánimo. Al menos no seré el único ser viviente en esta despreciable Universidad que se haya equivocado en el vestuario del día.



—Oh, mierda...—Minseok mira sorprendido y alarmado a mi espalda. Giro a ver qué es lo que ve con tanta atención.

— ¿Qué-? ¡No!



Luhan.

Ese mismo chino que parece mujer.

Luhan.

La persona que tiene una jodida inteligencia de los mil demonios.

Luhan.

Ese mismo ser humano desagradable es quien ahora camina como si una pasarela se tratara. Ganándose los flashes de las cámaras (quienes en realidad están manejadas por un muy embobado Sehun).

Luhan.

El ser vivo que está vestido con ropa casual.



—Quiero morir...—Meto la cabeza en el casillero y tomo la puerta de este para finalmente tratar de estamparla contra mi cuello y morir, si se puede, en ese mismo lugar.

Kyung...—Minseok me detiene y solo se queda de ayuda moral para que no me sienta un tonto.



Apenas siendo lunes y ya deseo que la tierra se abra y literal, gritar: ¡Trágame!






• ♦ •






Acabo de entender mejor cómo se maneja todo este misterio de T-Neibor. Lo más importante de todo esto es que, redoble de tambores mentales, ¡No hay clases!

Así como maldita sea se escucha. ¡No hay malditas clases, pero se debe asistir, sí o sí! ¡Que se pudran todos en este maldito lugar! Que se pudran y ardan en las llamas del infierno por hacerles esto a las honradas personas como yo.



— ¿A dónde vas, Kyungsoo? —Tao me pregunta, después toma mi brazo y me dirige a donde las demás personas van.



Habla sin cesar. Habla de lo que hará en vacaciones, ya que esta vez, si darán vacaciones normales y a mediados de diciembre tendremos totalmente para nosotros y nuestros descontrolados deseos vacacionalitas. Estoy por dar una gran frase sobre como amaré Neibor después de un par de días, cuando las vacaciones quiten todo el odio que he juntado en tan poco tiempo. Cuando de la nada, el Panda comienza a hacer sonidos guturales.

Tapa su boca y noto lo verde que se ha puesto por querer sacar toda la sustancia que se le ha formado en la boca. ¿O será que verde ya estaba? Suelta todo en el bote de basura que logré obtener para él, ya que el baño se encontraba lejos. Muy pero muy lejos de nosotros. A kilómetros si de exagerar se tratara.

Las arcadas aparecen de nuevo y vuelve a soltarlo. Palmeo su espalda, dando apoyo moral. Al menos no seré el único que haga el oso en este día. Ahora mi atuendo pasará desapercibido y todos se centrarán en mi amigo.



— ¿Qué? ¿Estas embarazado? —Pregunto divertido. Después tiemblo al solo haberme imaginado a Kris y Tao teniendo un bebé, juntos. Dhu, mi piel se puso de gallina por completo.

— ¡Hyung! —Tao chilla y antes de lo esperado, vuelve a soltar lo que guardó desde hace rato.



Continúo palmeando su espalda. Como buen amigo que soy. El que está en las buenas y en las malas. En lo más vergonzoso ahí estaré.

Un grito en pro de asco salió de unas de las mujeres que estaban pasando e inmediatamente les pido que continúen con su camino.



—Vamos a la enfermería. —Ordeno y solo espero que no se vomite encima de mí, la enfermería está en el otro edificio. Ay, Dios, cuanto odio la universidad ahora mismo.




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Martes.

T-Neibor. Esta vez no me sorprenderás.

Abro las puertas de par en par. No abro los ojos y solo espero minutos para que se deslumbren con mi sensual atuendo y mi seductor cuerpo.

Ya lo escucho. Los murmullos están aumentando. Más y más y más y todavía más murmullos clamando mi sensualidad. Los abro. Es el momento indicado. Todos lo saben, yo lo sé, ellos lo saben. Y no los hago esperar más.

Cierro las puertas y me escondo entre lo más obscuro que la zona pueda tener. Los murmullos desaparecen y por segunda vez consecutiva, quiero morir.

¡Por qué! ¡¿Porque Dios de Neibor?! ¡¿Por qué me haces esto solo a mí?!



— ¡Hey! Kyungsoo, ¿Qué haces en este lugar? —Escucho la voz chillona de Baekhyun y maldigo porque me encontró en mi escondite. —Sal de ahí, no cabes en el casillero, no me hagas pasar vergüenza por favor.



Lentamente me alejo de mi escondite. Encaro con mala cara a la versión refinada de Chaplin. Y gruño a lo bajo porque todos en el lugar parecen sacados de una película de blanco y negro.

Maldición, ¡Incluso el maldito de Baekhyun tiene el sombrero, el bastón y el bigote falso! Como odio a todos en este maldito lugar.



—Wow, yo también me escondería en un casillero si estuviera vistiendo igual que tú.

Jó-de-te. —Digo mientras me tapo mi sexy atuendo y maldigo a lo bajo.

— ¿Por qué no viniste disfrazado eh? —Me pregunta, muestras toma su bombín entre sus aniñadas y delgadas manos bien cuidadas. — ¿Qué? Junment quedó en bancarrota. —Pregunta burlón y estoy por golpearlo cuando de la nada, Chanyeol aparece.



Un alto. Muy alto, por cierto. Demasiado alto debería aclarar. Tan alto como la estupidez humana. Así de alto es Chanyeol. ¿Por qué yo no soy alto?

Abraza a Baekhyun y le cuestiona como se ve. Su novio, claro está, responde con total franqueza.



—Tus piernas se arquean, eres tan alto que te ves gracioso. —Mueve su boca como si estuviera mascando chicle y afirmo de inmediato.

—Baek, tiene razón. —Cruzo mis brazos y lo humillo.

—Escóndete. —Pide su novio.

—Piérdete.

—Muérete.

—Mejor metete en el casillero, no queremos pasar vergüenzas.

—Pero-

¡Ey, Kyungsoo...! —Baekhyun menciona mi nombre en un siseo, creo que no debí de haber dicho aquello. — ¿Qué? ¿Chanyeol es tú? No, verdad. —Su alto novio sonríe emocionado y toma su brazo, agradeciendo que lo ha defendido y cuando esta por acercársele para plantar un beso en su bajito novio, este continua—: Chanyeol no cabe ahí, que mejor se encierre en los baños.

— ¡Yah! —La voz gruesa y molesta nos grita.

¿Ah...? —Baekhyun sisea y Chanyeol baja la cabeza. — ¡Este! ¿Quién se cree que es eh? ¡Al baño dije!

—Pero-

— ¡Al baño!



A paso lento y dramático, Chanyeol comienza a andar lejos de nosotros. Da una mirada de tristeza y ambos lo alentamos a que continúe su camino hacia los baños.

Esta por doblar la esquina y antes de que lo pudiera hacer, una chica lo detiene. Baekhyun suelta una carcajada falsa y antes de pestañear, ya se encontraba a un lado de Chanyeol.

Wow, los celos no son para nada buenos.




• ♦ •







Sigo la dirección a la cual todo el mundo está avanzando. Me detengo al ver al hermano más pequeño de los Kim y este al verme, sale corriendo a mis brazos.

Sus amiguitos de la escuela, me saludan de igual manera y me preguntan la razón del porque estoy vestido de tal manera. Así es, incluso estas miniaturas de humanos están disfrazadas acorde al día. Mentí diciendo que me robaron mi ropa. Ellos me creyeron a la primera. ¡Já! Pobres niños ricos de temprana edad. Por poco y nacen rubios.



—Kyungsoo-hyung, ¿ese no es tu papá? —Señala a la persona que pasa a metros de mí, y achinando los ojos logro identificarlo.

—Mamá. —Rectifico. Claramente Jaejoong es mi madre, no mi padre.

—Oh...

—Bueno, adiós Samuel. —Me despido y camino en dirección a donde mi madre se fue.



Solo unos diez minutos bastaron para estar a metros de hyung, quien, a su vez, esta con el profesor Shim. Estoy por saludarlos, cuando de la nada, un tipo alto; al cual recuerdo como el estudiante que me dio a firmar aquella hoja, me toma del brazo y me dirige a las gradas, donde todos los demás estudiantes se encuentran.



—Kyungsoo, es nuestro turno de mandar. —susurra y los demás afirman. Casi como si ellos también hubieran escuchado.



El auditorio se queda en completa obscuridad. Veinticuatro personas son iluminadas en el escenario. Todos eran profesores de Neibor. Los "elegidos". Hombres y mujeres. Que imparten clases en los distintos niveles de este instituto, y entre ellos, el profesor Shim junto a Jaejoong-hyung.

Esto ya lo comprendí más que otras cosas, prácticamente nosotros elegimos a los profesores que estarán en la época «T-Neibor», también tenemos todo derecho de elegir quienes competirán contra quien, al igual que quienes harán equipo para enfrentarse a los demás, en este caso, nosotros —como equipo masculino que apoya a las profesoras de todo Neibor— debemos hacer que el equipo femenino —quienes apoyan a toda la masa varonil de profesores— pierda.



—Seleccionen "Jung Yunho". —el que vendría siendo el líder, nos ordena después de que a todos nos llegó una encuesta de la plataforma de la escuela. Extraño, ya que yo no recuerdo haber instalado la app de la escuela.



Hago lo que se me ordena y por un segundo estuve por preguntar la razón cuando de la nada. Un grito histérico pegó la bancada femenina al otro lado de las gradas. Literalmente nos maldecían por lo que hicimos.



— ¿Qué está sucediendo? —Pregunto al chico que está a mi lado y él sonríe victorioso.

—Ahora mismo, tenemos la victoria ganada. —Me confiesa y cuando estoy por preguntar la razón, los presentadores hablan alegremente.

—El día de hoy: "duetos" es nuestro lema. —Habla la mujer, con un pequeño aegyo y me hace pensar en su sobreactuación como si de un inkigayo se tratara.

—Shim Changmin y Jung Yunho, formarán el primer dueto. —El chico es quien alegre comenta.

—Park Bom y Lee Sungwoong. — Los alaridos gritos de la mayoría de los hombres que forman parte de nuestro "equipo", se hacen parte. Las mujeres sonríen victoriosas por ello. —Serán el segundo dueto. —la mujer habla alegre.

—Choi Siwon y...



Se forman un total de doce parejas.

Me alejo de mi lugar y camino hasta donde papá se encuentra. Él y el profesor Shim estaban tratando de arreglar la situación. Ya que, papá no es ningún maldito profesor.

«Forma parte de Neibor» Escuché hablar a los jueces mientras el profesor recrimina la elección de los estudiantes. «Las reglas están hechas.» Ahora fueron las burlonas voces masculinas de mis compañeros de equipo «Cualquier persona que forme parte de Neibor puede participar en el día T, siendo elegido por los alumnos». Sentenció el jurado y mi estimado y bello profesor soltó un gruñido después de rendirse y aceptar las reglas que justamente ahora lo hacen formar equipo con papá.



—Se está poniendo interesante, ¿no? —Susurran a mis espaldas y doy un brinco de pánico. Jaejoong me mira sonriente y después continúa escuchando.

— ¿Qué está pasando? —Pregunto al fin, después de escuchar al profesor Shim gritar de odio por lo que se le ha hecho. —Te estoy preguntando, estas muy sonriente.

— ¿Qué? Nosotros los famosos también podemos ser unos malditos, y no solo en los dramas.

—Espera, que-

—Disfruta de esto que solo durará cuatro días. —Me guiña y desaparece.



Era más que obvio que Jaejoong-hyung tuvo algo que ver en todo este asunto, no es difícil de deducirlo, seguramente engañó a mi equipo para que tomaran la grandiosa decisión de que papá formara equipo con el profesor Shim, o sí, si mi suposición es cierta me dedicaré a ser brujo de hoy en adelante.




• ♦ •





Miércoles.

¿Tan pronto han pasado los días? Ni siquiera sentí cuando estos pasaron.

Claro, como no.

Entro lentamente a mi edificio y maldigo internamente porque a buena hora se me ocurrió venir de traje cuando todos los malditos estudiantes de este lugar tienen atuendos sesenteros.

Malditos todos.



—Hola compañero. —y mi día no podía ir mejor.

—Que hay, compañero. —Me paro en alto. Ya no me importa el hecho de no venir acorde al atuendo del día. Ya no más. Doy el primer paso y Jongin me detiene.

—Hyung, yo quería hablar sobre...bueno, sobre noso-

¡Oh! ¡Que tarde es ya! — Lo interrumpo casi sin pensármelo fingiendo una mueca de preocupación. — Lo siento, Jongin. —Ni siquiera sé cómo todo está avanzando, solo comprendo una cosa: no debí acompañarlo al cuarto piso ese día. ¡Diablos! ¡Ya no sé cómo quitármelo de encima! —Debo asistir a clases ya o de lo contrario-

—Hyung, es la "semana T", no hay clases en Neibor. —Con monotonía habla. Juzgándome por mi intento de salida fracasada,

— ¿Clases? ¿Dije clases? ¡Ah! Error mío, a donde debía ir es a-



Antes de poder terminar diciendo mi pequeña mentira piadosa, me toma de la mano y me arrastra a algún solitario lugar del primer piso.

Así es. Para ser más específico, en el baño de hombres.



— ¿Me estás evitando? —Pregunta un poco dolido y hago un ademan. Claro que no lo hago. Yo solo estoy un poco apurado y por ello no tengo conversaciones muy largas con él. Es solo eso.

—No.

— ¿Y porque siento que lo estás haciendo?

—No lo estoy haciendo, ¿Por qué lo crees eh? —Pregunto bajo, colocando mi mano sobre el hombro de él y este solo me mira un tanto sonrojado. —Somos compañeros después de todo. —Intento calmarlo y sí, huir mientras él se queda ahí pensando si lo evito o no.

—Hyung...

—Jongin, debo salir ¿entendido? — sonrío, vamos, solo necesito alejarlo lo más pronto posible para poder alejarme y no volver a topármelo en lo que resta del ciclo escolar. —También tengo una vida social fuera, no puedo permanecer todo el día en el baño.

—Yo-o...hyung...

—Kai. Dejémoslo aquí. —Suelto con amargura en el segundo que él trató de besarme. Me mantengo a una distancia prudente de él y continúo hablando. —No sé si quieras arreglarlo, no sé si pienses que de la nada te corresponderé, no sé si creas que lo que pasó el viernes pasado seguirá pasando; no, no lo sé, — ¡Ya me quiero ir de aquí, con un demonio! —pero si de algo estoy muy seguro, es que debemos mantener distancia entre nosotros.



Un suspiro y un ahogado asentimiento, en el silencioso baño, aparecieron.



—Seamos amigos, sí. —suspiro, quito su mano y doy un paso fuera, tan lejos de la libertad y tan cerca de él, Dios, ¿por qué me haces esto? — Pero no creo poder corresponder tus sentimientos después.

—Pero-

—Jongin, alejémonos. —Digo casi como si de una orden se tratara. —Lo nuestro ya pasó. — Vaya, creo que mis palabras fueron demasiado duras porque justo ahora vi sus ojos colorearse de un tono rojo. —Alejémonos. Vivamos nuestras vidas lejos del otro. — Y doy un nuevo paso lejos de él. — Descubramos nuevas cosas...amores.

— ¿Quieres...quieres espacio? —Pregunta un tanto dolido y estuve a punto de aplaudir por su percepción tan rápida. ¿Quién lo diría? Este humano de cabeza vacía, antes rubia cabellera y ahora pelinegra, pueda entender las indirectas tan fácilmente. Vaya, vaya...

—Exactamente.

—B-bien...

—Entonces... ¿Hasta nunca?

—No, compañero, esto es un simple adiós.

—Cierto, cierto...bien, adiós compañero y vecino. Espero que no nos crucemos más. —Agito mi mano y Jongin hace exactamente lo mismo. Yo doy media vuelta y él, aún se mantiene dentro y en el mismo lugar.



Y como si de una película americana se tratara, salí por la puerta grande y me alejé de aquel deseo. Y no lo digo por el deseo que se me armo de besarlo, no claro que no. Lo digo porque Jongin, es y seguirá siendo eso: el Deseo.

Tal como la primera vez.

Él continuara siendo la primera cosa que más deseas y que nunca vuelves a obtener.




• ♦ •





El jueves pasó volando. Apenas y supe el momento en el cual yo me encontraba en las presentaciones que «T-Neibor» ofrece. Lo juro. Algo en mi ser no paró de repetir lo mismo y lo mismo, desde el martes pasado.

Ver a papá y al profesor Shim juntos.

Cantando a compás.

Con un intrigante y fascinante ritmo.

¡Incluso el maldito baile!

No volví a ver a papá de la misma forma. ¿Quién diría que no se lastimó la rodilla a como creí que aun pudiera dar batalla? Nadie.

Y por más que repito el sensual y agradecido video. No me lo puedo creer.

Papá ha quedado en un pedestal hoy en día.



—Hey, Kyungsoo...vuele en sí. —Chasquean los dedos en mi cara y dejo atrás lo que pensaba.

— ¿Qué sucede? —Pregunto alarmado, miro a todos lados, esperando clientes y nadie a la vista que quiera un poco de palomitas, refrescos y dulces. —Juro que no estaba dormido. —Aviso por si el gerente está cerca.

Ja, ja, ja, eres lindo, Kyungsoo-ssi. —Comentan y volteo a ver al hombre que acaba de decir aquello. —Te quiero pa' mi prima. —Confiesa y antes de lo pensado, ya era hora de salir.



Mi compañero de trabajo, cuyo nombre es Minwoo, me llevó con él. Haciendo promoción de su prima cuyo nombre no me dijo porque quería dejarlo todo en el anonimato. Mencionando lo increíble que esta es, lo bella y hermosa que es, lo amable y buena que persona que es, pero; que por muy increíble que se escuchara, no ha tenido novio aún.

Veintidós años, y ni un solo ser humano masculino que la mire con aquellos ojos de amor. Callé mis pensamientos diciendo que entonces, no sería tan increíble si solo él piensa que es increíble y no las demás personas.



— ¡Ya sé! — Gritó y me espanté. —Conócela.

¿Eh?

— ¡Quiero que la conozca! —Grita alegre una vez más. Estoy por negarle su petición cuando de la nada. Ya estoy frente a un restaurant. No cualquier restaurant. O claro que no. Esto es una clase de «Mounter 2.0». Es la copia barata de Mounter. Aquí imitan las tradiciones de mi amado ex trabajo.

—No creo que-

— ¡Oh! Esta aquí. —Me ignora y me lleva dentro del restaurant.



Bueno. En realidad, este es un «Mounter 2.0» Refinado. La música clásica se escuchó al instante de abrir las puertas corredizas. Un inmenso lugar, con una orquesta integrada.

Una de las meseras, de pelo largo, sube al escenario y la orquesta comienza a sonar. Opera. La muy sexy mujer, comenzó a cantar Opera. Bésame mucho. ¡Madre santa que me voy a morir! Falla un poco, pero de inmediato tomo lugar en una de las sillas. Hago mi pedido, y mi fiel amigo toma lugar de igual manera. «¿Tienes dinero? Costeémonos lo más barato. Después vamos por mitad» Susurra y solo le digo que se callé y pida lo que más le apetezca. Esta noche pago yo.



—Oh mi Dios, creo que estoy enamorado. —Susurro y al finalizar la canción, aplaudo.

—No me pareció la gran cosa. —Comenta Minwoo, y estoy por gritarle sobre como mierdas no se le puso haber parecido increíble. —Mi prima lo hace mejor.



Ruedo los ojos y me carcajeo mentalmente. Él está peor que Jongdae queriendo cocinar.

No pueden aceptar la realidad de los hechos.



—Claro. ¡Oh! Continua.



La mujer aparece de nuevo. Ahora sentada. Tres hombres a su alrededor y la orquesta iniciando a tocar.

¡La habanera!

¡La maldita y jodida habanera!

¡La están interpretando!

Tiemblo de la felicidad y antes de pedirle matrimonio. Otra mujer camina arrogante hasta interrumpir la presentación. Provocando los murmullos de los presentes.


https://youtu.be/KJ_HHRJf0xg

El amor es un pájaro rebelde 

que nadie puede domesticar, y no vale de nada que uno lo llame  si él prefiere rehusarse.

Su voz me cautiva. Sus arrogantes gestos me enamoran. Su voz, ¡Oh Dios mío! Su voz sale con simpleza y sin mucho esfuerzo que me provoca cientos de pensamientos. Con su voz limpia y sin rastros del aire sale seductora. Trago saliva en el segundo que bajo del escenario y camino por todo el lugar.

El amor está lejos y tú lo esperas; 

ya no lo esperas ¡y aquí está! A tu alrededor, rápido, muy rápido,  viene, se va y luego regresa... 

Pelo castaño y cuerpo conservado. Labios delgados que se mueven seductores al cantar. Dientes cuidados y aperlados. Tamaño ideal. Ojos de un solo parpado y belleza natural. Guiños seductores y creo que estoy en el cielo porque mi mujer ideal esta frente a mis ojos, cantando a lado de mi compañero de trabajo y dirigiéndome miradas cada que se le ofrece.

Crees que lo tienes y se te escapa, 

Crees escaparle y él te tiene

Oh, pero creo que estoy enamorado.



• ♦ •





El viernes llega dando muy buenas noticias. Recibo un mensaje e inmediatamente me alisto para ir a clases.

Saliendo de mi departamento, me dirijo al estacionamiento. Ahora si llevo el atuendo adecuado ya que Kris —algo extraño eso de que Kris y yo habláramos pues descubrí toda la verdad por parte de Junmyeon, sobre como él junto a Tiffany, Taeyeon, Jongin y no sé quién más, siguieron la apuesta, pero así sucedió— me comentó sobre el itinerario que se tenía para toda la semana. Eso incluía el género de la semana "T". Según eso, hoy iríamos de "blanco". La balada es el tema de este día.

Camino sonriente hasta llegar a mi auto, cuando una silueta aparece.

Dejo atrás lo que hacía en el segundo en el cuál este decidió hablar.



—Veo que hoy si llevas la vestimenta adecuada.



Me mira y suelto un suspiro al solo recordar la razón del porque no había llevado el atuendo correcto los últimos cuatro días. No es que yo sea muy torpe y no me haya sabido ubicar. Claro que no.

Sucedió que ese mismo día —viernes para ser precisos— alguien — lo llamaremos "el pecado" — decidió que era buen día para seducirme y abducirme en el mundo del placer así que en el momento que daban el itinerario, yo me encontraba en el cuarto piso.



—Si, lo acabo de descubrir. —Debo agradecer a Kris por esto. Ya, listo, ya lo perdoné, después de todo, ¿de qué sirve odiar? No, no, no, eso mata el alma y la envenena.

—Hyung, yo quería decirte que-

—Lo siento. —Me disculpo y tomo la llamada. — ¿Sí? En veinte minutos estaré ahí. No esperes por mucho. Adiós. —Cuelga y entro rápidamente al auto. —Debo irme.



No hubo tiempo para disculpas. Así que alejándome manejé lo más veloz que el reglamento de tránsito me permite. Llego según el tiempo acordado y a lo lejos la puedo ver. Sus miradas asustadas. Sus mejillas sonrojadas por las sofocantes miradas de las de las personas y por si no fuera poco, la vergüenza de no estar igual de vestida que las demás mujeres a su alrededor.



—¿Porque nos citaste aquí, Soo? —Junmyeon me pregunta teniendo a un lado a Dae, Tao, Yixing, Minseok, Luhan, Sehun y por si no fuera poco, a Baekhyun y Chanyeol junto a un muy chismoso Kris. Doy un paso al frente y después me regreso, encarándolos a todos.

— ¿Recuerdan a mi tipo ideal?

—Claro, era alguien como Mei. —Dae responde casi de inmediato. —Y que tenga un gran gusto en la música clásica, igual que Mei y si se puede en la ópera.

—Y que sepa la canción del pájaro. Esa que dice: la, la la la, laaaa~.

—¡La habanera! —Luhan grita. Levantando su mano y por poco estuve por sacar una estrella dorada para pegársela en la frente por tan buen estudiante que es.

—Entonces. —aclaro la garganta. — Les presento a-

—Kyungsoo-hyung. —Escucho a lo lejos. Exactamente en el momento que camino hasta donde ella se encuentra. Volteo y me encuentro a Jongin. Sonrió de medio laso y la presento.

—No Woorin, mi novia.



Los ojos de los once se abrieron a mas no poder. Mirando con sorpresa a la hermosa mujer a mi lado. Pero solo una de esas personas fue la que se alejó después de decir un simple «Me doy por vencido».

A veces, las cosas no siempre pasan como las imaginas.

Esta vez. Jongin aprendió a darle vuelta a la hoja. Espero y no deseé volver a leer la historia de nueva cuenta.

Esta vez. Si es un verdadero fin para nosotros.



—¡Me doy por vencido, ¿sí?! —Grita y esta vez, ya nadie voltea q ver su silueta desaparecer.



Adiós Jongin.

Bienvenido el amor.

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