Trigésimo quinto capítulo (3)
Murmullos. Apenas abro los ojos, y las raras escenas desaparecen. «Kyungsoo» «Kyungsoo» «Kyungsoo» Me llaman distintas voces.
Escucho, pero mis ojos siguen cerrados, trato de abrirlos, y a la mierda todo esto, ¡no se abren!
— ¡Está despertando! ¡Ya se está despertando! —Escucho, no es mucho, pero al menos ya no me llaman más.
Al fin abro los ojos y los cierro de inmediato, ¿Por qué hay tanta luz en este lugar? Debe ser el sol. ¿No pudieron taparme antes de nada? Mi cuerpo pesa, estar en el agua no es muy bonito después de un tiempo.
Hay ese algo que no sé qué es cuando estas en el mar, que te baja las energías después de un rato.
— ¡Soo! ¡Soo! ¡¿Me escuchas?! ¡¿Me reconoces?! —Parpadeo, miro a mi alrededor y vaya sorpresa al no estar en el yate o en medio mar, no, ahora estoy en un pequeño cuarto con aire acondicionado. ¿El hotel? ¿Hospital? — ¡Kyungsoo! ¡¿Sabes quién eres?! ¡¿Quién soy?! ¡¿Cuántos años tienes?! ¡¿Si me escuchas?! ¡¿Sabes qué día es hoy?! ¡¿Recuerdas lo que sucedió?! ¡¿Kyungsoo?! ¡¿Por qué no respondes?! ¡Ay, Dios mío! ¡se quedó mudo!
—...Uh. —Un pequeño quejido, y me muevo. Pequeños cuerpos aparecen en mi visión, ignorando por completo la histeria de Luhan y vaya sorpresa al no solo encontrar a Luhan en este lugar, si no a todas las otras personas que nos acompañaban.
— ¡Yo por eso no quería venir! Siempre pasa este tipo de cosas cuando uno se hace el valiente y se aleja de su ho-
—Luhan...—Siseo, este por su parte toma mis manos y agradece a Dios porque recordé su nombre.
— ¡Gracias Dios tailandés! ¡Gracias por el milagrito! ¡Juro que voy a hacer una mandita y-!
—Luhan...
— ¿Si, Soo? —Limpia sus lágrimas y me mira fijamente con esos ojos tan bonitos que tiene, ¿Quién diría que es mayor que yo? Es decir, mírenlo, el pequeño puchero que hizo y esa leve mueca de cuando sorbe por la nariz mientras parpadea para quedar bonito ante mi vista y la de cualquier otro, lo hacen ver diez años menos de lo que en realidad es. Sonrío, él me sonríe igual, toma mi mano y cuando esta por abrazarme, suelto lo que con tanto anhelo quería decir desde un principio.
— ¡Me estas gritando en el oído, demonios!
Y en un dos por tres, Sehun lo toma entre sus brazos hasta una silla que no sé de donde la habrá sacado. Me levanto de la camilla y todos pegan un grito un tanto exagerado cuando me tambaleo un poco, tomo asiento en la misma camilla y todo en mí, cambió radicalmente. Desde mi atuendo hasta los hoyos en mi cuerpo; así es, ahora mismo traigo un hoyo de más en mi brazo gracias al suero.
— ¿Qué sucedió? —Pregunto pausadamente ya que mi voz se escucha áspera y un poco ronca, además de que duele decir palabras. ¿Me estaré enfermando? —De- —Pero antes de poder continuar, soy interrumpido.
— ¡Tiene amnesia! ¡¿Se los dije o no?! —Luhan exclama a todo pulmón. — ¡Tragó más agua que nada! ¡Seguro al rato convulsiona y-!
— ¿Alguien puede por favor callarlo? —Gracias Kris. Muchas gracias.
—Ah...—Suspiro, aclaro mi garganta y miro lentamente a todos los presentes. Kai por su parte tiene a Mierdazo en los brazos mientras este pequeño animal parece estar siendo estrujado. — ¿Qué sucedió de-?
Y de nueva cuenta, soy interrumpido por Jongdae quien deja las piernas de Hyung para sentarse en la camilla a mi lado.
—Fue algo bien dramático, Soo. — chasquea los dientes y mueve su cabeza en asentimientos extraños, quiero preguntar porque hizo una pausa demasiado larga en la que solo se dedica a moverse, pero antes de poder abrir la boca él habla. — Estábamos en el yate porque estamos en Tailandia y estábamos jugando, entonces te levantaste de tu lugar y gritaste a todo pulmón: ¡Esto se va a descontrolaaaaar! Y ¡Pum! ¡Pas! ¡Tash! Ya estabas en el mar, y no solo eso, gritabas: ¡Aiudaaa! ¡Aiudaaa!
—Jongdae...
— ¿Sí, mi Soo-eh bonito pechochito?
—Recuerdo perfectamente lo que sucedió. —Aclaro. —Lo que quiero saber es que sucedió después de la caída. —Hablo con obviedad. Él solo me sonrió son su sonrisa de gato.
—Oh, pues, después de que la gaviota atacó apareció un titán y la destrozo. — Asombroso, soy yo quien está hospitalizado, pero creo que se han equivocado de persona. —Como si estuviera filmando una película, se lanzó al mar con un clavado perfecto. —Todos afirman, inclusive Luhan, realmente no entiendo esta analogía, digo, realmente quiero comprender, pero ¿Por qué no me conseguí amigos más normales? —Nadando como pescado te sacó del mar y te dio sin esperar mucho tiempo, respiración boca a boca mientras te aplastaba las costillas...
—RCP. —Corrigen.
—Ándale, eso. — toma aire, cruza sus brazos y se sienta a mi lado, casi como si estuviera relatando un cuento de hadas y no mi penosa caída. —Pues, una vez que sacaste toda el agua que tomaste, te levantaste y ¡pas! Que caes de nuevo. Ya cuando regresamos a tierra, te tuvimos que llevar al hospital para que te checarán, te abrieron las pa-
— ¡Ropas! —Corrigen otra vez.
—Ándale, también eso, checaron tus signos y no sé qué más te hicieron, pero avisaron que regresarías en si después de dos o tres horas.
— ¿Y cuánto tiempo llevo? —Al fin pregunto.
—Déjame ver...—Mira su reloj de forma exagerada y después hace cuentas mentales. —Llevas una hora y treinta y ocho minutos minutos...—Suspiro, al menos fue poco. —Y un día.
Sonrisas. Gatunas sonrisas.
Lo he dicho, y lo diré, Jongdae no es bueno dando noticias.
Miro a todos y cada uno de los presentes. Cada uno con una expresión de alivio salvo una persona que sigue agachado y apachurrando a su pobre animal mientras provoca que le broten más los ojos, junto a dos personas que están flirteando en mi enferma presencia; Chanyeol y Baekhyun no tienen respeto a uno.
— ¿Y Minseok?
—Ah, se fue por un bolillo por el susto. Hace como veinte minutos que tus signos bajaron y las enfermeras llegaron botando a todos los visitantes, casi se me muere el pobre. —Vuelvo a mirar a todos lados y si no fuera por mi radar, continuaría hablando como si nada, pero algo falta...Alguien, mejor dicho.
— ¿Y Woorin?
— ¿La recuerdas? ¡Demonios! —Y sin previo aviso Tao se levanta de su lugar, juntando dinero que los otros están repartiendo. Todos y cada uno saca dinero, comenzando por Minah, Sehun y Luhan, terminando con Kris y Hyung. Dae maldice a lo bajo y saca unos cuantos billetes. — ¿No aceptas vales de despensa? —Tao niega.
— ¿Qué está pasando aquí? —Pero me detengo cuando Yixing se para de su asiento y detiene al Panda, escucho un «Dame la mitad», junto al «¿Qué? ¿Por qué?» que Tao pegó. Además, un silencioso «Aposté a que si recordaría» y el dinero es arrebatado.
— ¡Diablos! Iba a hacer un chiste bien gracioso, como: "Se ahogó salvándote" o "Donó un riñón por ti y murió en la operación". Pero, ¿por qué no preguntaste por ella primero eh? ¿Por qué no eres normal, Soo? Gracias por arruinarlo. —Dae se levanta y sin previo aviso, sale de la habitación.
Suspiro y Mierdazo ha mordido a Jongin.
—Gracias, Hyung...por arriesgar tu vida por mí. —Dirijo la mirada a Junmyeon y este sonríe mientras niega.
—Dije un titán, no un enano. —Jongdae entra por la misma puerta por donde salió. Solo que ahora, sus mejillas están enormes y en su mano lleva un pedazo de pan. Y omitiendo el hecho de que se tuvo que pasar todo lo que contenía su boca para poder burlarse como Dios manda.
—No fui yo, Soo.
—Ah... Entonces fue Sehun. Gracias Sehun por-
—Él estaba en el mar. Imposible. —Dae niega junto a Sehun, quien logra escapar del agarre de Luhan para continuar negando.
—Lu-
— ¡Já, por favor! —Y esta maravillosa vez no fue Jongdae quien habló. —Lo siento, creo que hablé en voz alta. —Junmyeon se disculpa y baja la cabeza mientras mira alrededor para que nadie le diga nada.
— ¿Jong...? —Pregunto y de un segundo a otro, todos miran a donde el pobre Mierdazo es apachurrado, exacto, donde Jongin está hecho bolita en el suelo en la esquina derecha de la habitación, cerca de la puerta. — ¡Chanyeol! Chanyeol fue quien se lanzó por mí. —Aseguro y lo señalo. Ahora todos dejaron de ver a Jongin para mirar a mi alto y buen amigo que siempre estará ahí para mí.
—Ese y mi Baekkie desaparecieron no sé dónde, aparecieron en el yate tiempo después y nadie supo cómo lo hicieron.
— ¿Tao...?
—Fui yo. —Me quedo congelado.
Kris se levanta y se auto-señala. Volteo a los demás, y todos asienten.
— ¿Cómo supiste hacer RCP? —Arrebatándome la palabra, Luhan pregunta. Ya sin Sehun en sus brazos. Ahora él también se levantó y lo miró de mala gana, ya que, como se sabrá o no, Luhan odia a Kris.
Lo odia desde aquella vez en la que no lo saludó.
—Lo leí antes de venir aquí. —Y moviendo sus hombros, sin tomarle mucha importancia Kris le muestra el libro. —Primeros auxilios para-
— ¡El corazón! —Luhan grita asombrado.
—Me gusta estar preparado. —Suelta y sin más, vuelve a su lugar.
• ♦ •
A veces, la vida es un desafío.
— ¿Qué haces? —Susurro en el segundo que Jongin entra por la ventana a mi habitación.
—Y-yo... Mierdazo quería verte.
—Vete. —Ordeno y Jongin solo suelta una pequeña sonrisa angustiosa mientras camina hacia la puerta. ¡Mierdazo estaba dormido, caray!
Hace no más de cinco horas que me dieron de alta del hospital y cuando regresamos, lo primero hice fue dormir mientras mi amada mujer —Woorin—, se quedó a mi lado.
Y nos quedamos hablando sobre lo hermoso que es afuera pero que, por ciertas circunstancias, no podíamos salir. Ella después me regañó por ser tan pesimista y nos pusimos a cantar.
Ella es la elegida, lo sé.
Y hace cerca de veinte minutos, Woorin tuvo que ir a su habitación porque se le cayó encima la Coca-Cola que estábamos bebiendo. Dijo que pasaría la noche conmigo —pero no cómo yo desearía. Solo me acompañaría y ya— mientras mirábamos películas que ella se encontró por ahí, en los puestos.
Estamos casi llegando a la puerta, cuando el picaporte se gira por arte de magia y de un segundo a otro, ambos corremos hasta algún lugar. Finalmente llegamos al baño mientras Woorin entra por la puerta.
—Kyungsoo, ¿sabes que paso afuera? —Respondo un fuerte «¡¿Qué?!», escucho el sonido de una bolsa y Woorin continua—: Fui a la tienda, y se accidentó un joven que manejaba una motocicleta. Y todo pasó casi en mis ojos.
— ¿Cómo? —Me exalto y por poco corro a revisarla, si no hubiera sido por la socarrona sonrisa de Jongin, porque ahí le metí un buen puñetazo dejando atrás mi preocupación.
—Bueno, yo estaba en la tienda, cuando el accidente sucedió. Pero lo vi todo por completo. —Los pasos se escuchan cada vez más cerca, me asusto y cierro la puerta del baño de un golpe. — ¿Qué pasó? Pareces agitado. —Me señala y niego.
—Entonces, ¿se accidentó feo?
—Sí, incluso tuvieron que llamar la ambulancia. ¿No escuchaste las sirenas? Fue aquí, casi frente al hotel. —Niego. —Bueno, de cualquier manera, el del auto estuvo a punto de darse a la fuga, pero otro auto lo detuvo, fue como de película.
Woorin comienza a relatar la situación más a detalle. Explicando la razón del porque llego tan tarde. No puedo ni un solo momento relajarme. Jongin sigue en el baño.
Comenzamos viendo una película. Ambos recostados en la cama, mientras comemos chucherías que ella trajo de la tienda. Ya llevábamos media hora riendo cuando de la nada, Woorin me besa.
Ignoramos por completo al zapatero y los sustos que se lleva al cambiarse los zapatos, y prestamos mayor atención a las caricias que por primera vez en su vida, ella me obsequia.
Cierro mis ojos y me dejo guiar por los lentos labios que se mueven sin prisa o desespero. Solo, me demuestran cuanto amor tiene en ese beso. Y no hay segundas intenciones. Solo es eso. Solo es ella.
Tomo la barbilla de ella, y antes de pensarlo, la muerdo con diversión. Woorin me reprime golpeando mi pecho y después ríe divertida.
—Los ojos en la película, señorita. —suelto y ella se carcajea antes de darme un último beso.
Más minutos pasaron y Woorin saca sus dudas sobre la película, y hablando una que otra cosa que no tenía nada que ver con la película, y finalmente, mueve las chucherías y toma lugar en mis piernas.
¡Casi me dio un infarto cuando se quitó la blusa!
— ¿Q-qué haces...? —Pregunto desorientado y sin esperar a más, Woorin mete mano debajo de mi playera y rápidamente nos desprendemos de ella.
Me comienza a besar otra vez, solo que ahora lo hace con más desesperación. Cierra sus ojos con fuerzas mientras mueve su cuerpo provocando el mío al instante. Nos separamos en un plop de nuestras bocas y sin esperar a más, la muevo. Ahora es ella quien está bajo la cama y yo adentro de sus piernas, mientras ella las rodea sobre mi cadera.
Miro aquellos orbes, completamente extendidos y obscuros por la excitación y me pregunto cómo me veré ante sus ojos.
Un pequeño gemido sale de sus labios y muerde mi cuello. Mi mano no la puedo detener y sin pena alguna, toco su pecho. Se detiene y creo que fue demasiada acción. Quito la mano y lo último que esperé fue que Woorin pasara sus manos hasta su espalda y desabrochara el sostén.
—Hazlo. —susurra, y me siento desfallecer en ese momento.
Beso su cuello, ahora sin prisa y con lentitud. Bajando hasta su pecho y justo en el momento que mis labios hicieron una sana y lenta presión contra aquel pecho descubierto, justo cuando al fin noto aquel pezón erecto y que estoy bajando el short, un ladrido en el baño aparece.
— ¿Qué fue eso? —y todo se jode con la preocupación de mi amada.
—Nada. —Respondo rápido y beso los labios de Woorin para distraerla un poco.
—Estoy segura que escuché algo. —Se levanta y acomodando el sostén aun sin mirarme un solo segundo a los ojos, coloca la blusa que llevaba antes y acomoda un poco el short.
Se agacha y busca debajo de la cama. No encuentra nada, así que va cerca del baño. Por poco me da un ataque cuando trato de abrir la puerta, pero la encontró cerrada.
Me mira, un tanto extrañada. Y ahora busca en la pequeña sala.
— ¿Ves? Era tu imagina... —De la nada, otro ladrido y ahora sí, Woorin no duda en abrir la puerta del baño.
— ¿Por qué no abre? —Pregunta exaltada.
—No lo sé.
— ¡Claro que si lo sabes! ¡¿Que hay ahí escondido eh?! —Ahora grita molesta. Vuelvo a negar y aun frustrada, trata de abrirla. — ¡Carajo! —Por primera vez en mi vida, la escucho maldecir.
Lo seguiré diciendo. A veces la vida es un desafío. Así que suspiro hondo, antes de que Woorin se vaya molesta y desconfiada, por lo tanto, desatranco la puerta.
Que sea lo que Dios quiera.
Woorin entra casi de inmediato. Primero entra a donde el inodoro se encuentra, ya que el baño se separa en dos. La regadera y el inodoro, entra a este último. Inspecciona el pequeño lugar de menos de un metro y suspira aliviada.
Ahora sale de ahí y se dirige a la regadera, corre la puerta de cristal grisáceo junto a la cortina de hule, y revisa por todo el lugar. No encuentra nada.
— ¿Ves? Debió haber sido tu imaginación. —susurro y ella solo suelta el aire.
—Yo...yo creo que mejor me iré a mi habitación, después de todo, mañana nos iremos.
— ¿Segura? ¿No quieres quedarte aquí y terminar lo que-?
—Adiós, Kyungsoo. —Suelta avergonzada y después de darme un pequeño pico, se fue.
Palmo mi pecho y esperando un poco para que Woorin no entre de la nada dudando de no sé qué cosa; al fin, voy hacia la misma ventada por la cual Jongin entró.
—Puedes pasar. —Digo a la nada.
Mierdazo fue el primero en pasar. Jongin de un salto cae al piso.
Me lanzo casi de inmediato a la cama y solo trato de controlar la adrenalina que me provocó este jodido par. ¡¿Cómo se le pudo haber ocurrido salir en el momento que Woorin estaba en el inodoro?! Casi me desmayo en el momento que lo vi salir rápidamente de la regadera con el canino en brazos.
—Estaba preocupado. — Oh, Dios, voy a golpearlo, ¡realmente quiero golpearlo! — Por eso vinimos. ¿Podemos dormir aquí hoy?
—Jódete.
• ♦ •
El regreso a Seúl no fue de lo mejor.
Duramos horas, y mi espalda comenzó a doler. Papá llegó hasta el aeropuerto a recogernos, ¿y cómo no? Todo el grupo de amigos de Kris, se regresaron en el mismo vuelo que nosotros.
Justo en el segundo que Yunho extendió sus brazos para darnos una nueva bienvenida después de más de una semana sin verlo, su visión paró hasta donde Jongin se encontraba y sin más ni menos, ambos comenzaron a correr.
Realmente no puedo comprender a Yunho, es como un chamaquito vengativo. Por favor, sigue odiando a Jongin por aquella vez que me dijo, literalmente, puta; le juró odio eterno y una paliza certera una vez que se tengan frente a frente.
— ¿Aún continúan con lo mismo? —Luhan pregunta a mis espaldas, y sin pensárselo dos veces, Dae sigue a papá. Yo creí que lo seguiría para detenerlo, pero no, lo siguió para darle una paliza familiar a Jongin.
— ¿Qué acaba de suceder, Kyungsoo? —Woorin pregunta, y hago un ademan.
—Nada importante. ¿Vamos a tu casa?
Pero eso no fue todo.
Lo malo comenzó a aparecer cuando llegamos a la normal casa de mi amada. Así es, donde ha crecido toda su vida, y donde los familiares de ella se encontraban. Y por familiares, me refiero a toda su familia. Completamente toda la familia, desde sus abuelos paternos y maternos, como sus tíos, primos y la familia política de sus familiares.
Lo feo comenzó cuando la familia de mi amada, murmuraban las formas en que nos conocimos. Era un gran chisme después de todo, no podían quedarse sin contarlo y preguntar si era cierto que me declaré después de haberla visto una vez. Tal vez no lo dije porque creí que sería incomodo, pero por un instante me subestimaron en cuando al tipo de persona que soy, solo reía incómodamente; esto, en algún punto, me recordó a la cena con la familia de Jongin. Solo que ahora puedo parecer un bastardo y mencionar a mi familia, mientras que, en la otra situación, solo debía fingir para ganar.
Mismo sentimiento, diferente situación.
—Buenas tardes, Señor. —Ahora mismo, después de tanta incomodidad con la familia, me tocó estar incomodo con el padre de Woorin. Realmente jamás esperé que me citara lejos donde los otros no pudieran verlos y defenderme.
— ¿Tu eres Kyungsoo, cierto? —Un tanto nervioso afirmo y él solo acomoda sus gafas. — ¿Eres el que trabaja en el Cine? —Vuelve a preguntar, y le comento que renuncié hace ya un tiempo. —Yo solo quiero decirte que espero y mi hija tenga una buena vida y no tenga que sufrir el día de mañana.
— ¿Perdón?
—No te lo tomes a mal Kyungsoo, pero hemos trabajado para que ella pueda valerse por sí misma. — Suspira, acomoda sus gafas una vez más y mira directo a donde todos aplauden porque Woorin les dedicó una melodía. —No me gustaría que alguien venga y le meta otras ideas, ¿sabes?
—Yo-
—No es ninguna amenaza, pero, no creo que ustedes lleguen más allá que un simple noviazgo.
Y desde ese momento, todo el día se fue a la mierda.
• ♦ •
Tomo el teléfono, instalo una aplicación de la cual Woorin me ha estado hablando mucho y cuando esta ya está lista, hago todo lo que dicen las indicaciones. Al pie de la letra.
— Wow...—suspiro. Esta es la mejor aplicación del mundo.
Tomo otra foto, y mi cuerpo perfecto aparece.
¿Esto es una señal para continuar yendo al gimnasio y quedar tal cual mi resultado?
Escucho a papá gritando que la cena esta lista, así que no lo hago esperar más.
— ¿Qué haces, Soo? —Dae pregunta, después hace una mueca y pega su rostro contra el mío. — ¿Estás viendo porno con tu rostro?
—No, esta es una aplicación que te indica cual sería tu cuerpo perfecto, según tu rostro. —Me tomo otra fotografía, así que le muestro como funciona esto. —Ahora, solo a esperar que cargue y... ¡Listo!
— ¡Wow! ¿Puedo tratar yo, Kyungsoo? —De la nada, Luhan entra en la conversación de la aplicación. Antes de contestar, me arrebata el teléfono y se mofa de cuan sexy y musculoso saldrá. — ¿Cómo le hago aquí?
—Tienes que poner tu sexo, después una foto tuya, y le das clic en start y listo.
—Ah, ok, voy a salir como la Roca o como Pietro Boselli, con unos brazotes, unas piernotas, y un paquetote enfrente de- ¿eh?
—¡BWA-JAJAJA! ¡HASTA LA APLICACIÓN SABE QUE ERES UNA NIÑA!
• ♦ •
Fue a mediados de abril cuando toda mi vida dio un gran cambio.
Iniciando principalmente porque hace no más de un mes que llegamos de Tailandia, y ya nos hallábamos festejando el cumpleaños de Sehun.
En una gran fiesta donde no sabíamos de donde aparecía la gente, pero de que aparecía, aparecía.
Fue exactamente el día catorce de abril del año dos mil dieciséis. Cuando yo y Woorin, terminamos.
—Soo, deja de llorar. —Suspiran y me abrazan. —Sé que tus lágrimas son falsas. —Murmura Jongdae y dejo atrás las lágrimas para insultarlo.
— Es que, ¡yo la amaba tanto! —Y vuelvo al llanto.
Escucho las pequeñas carcajadas que pega, me le volteo y le meto un buen puñetazo en el brazo. ¡De sus mayores no se debe burlar!
—Soo, la conociste en menos de un día.
—Pero yo-
—Y no solo eso, comenzaron a salir el mismo día.
—Eso no quiere decir que-
—Y por si no fuera poco, —Vuelve a sonreír, solo que ahora, las muecas que pega son fingidas. —tú estabas coqueteando con Kai.
Y ahí es donde todo vuelve a ser una gran basura para mi vida.
Dejo de pensar en Woorin, y ahora pienso en las palabras que Jongdae continúa soltando, tal vez debería solo cerrar los odios y no recapacitar en cada cosa que él dice. Muerdo mi labio y antes de lo esperado, Dae besa mis mejillas. Acariciándolas a su paso, limpiando mis lágrimas y sonriendo de forma sincera.
Mostrándome ese característico gesto gatuno, donde sus labios y cejas hacen un complot para hacerme reír.
Por poco y hacíamos incesto.
— ¿Lo dices porque la odias, cierto?
—Soo, no la odio. Pero me gustaría que entendieras de una buena vez por todas, que no sales con ella porque la amas. —Suspira y plantando un delicado beso en mi frente, chillo como nunca antes lo había hecho antes. —Sales con ella porque aún lo amas.
En ese momento. En ese preciso instante me hubiera gustado que Jongdae dijera algún chiste. O hasta el graciosísimo «¡Caíste!» junto a una burlona carcajada, que además de todo fuera más que falsa. Pero...él solo se quedó ahí. Abrazándome mientras acaricia mi espalda y susurra que todo estará bien.
Que no hay que ser estúpidos en estas redes del amor. Que no apresuremos las cosas, y esperemos a que todo se dé a su debido tiempo.
—Pero, yo realmente la amé en todo este tiempo. —Suelto cuando los abrazos quedaron atrás.
Ahora estamos en el suelo. Acostados como si no nos importara la dureza del piso. Y mirando el enorme techo negro, porque sí, mi cuarto lo acabo de pintar según el color de mi alma en esta desastrosa relación.
Dae toma la brocha con pintura húmeda y sin cuidado alguno, se bate el rostro con la pintura. Estoy por reírme de su cara, cuando él hace lo mismo con la mía.
—No te quiero ver llorar. —Suelta y voltea a verme. —Mejor te veo en blanco y negro.
— ¿Se supone que eso es un chiste? —Pregunto para nada divertido y él solo sonríe.
— ¿Verdad que soy gracioso? Creo que desaproveché mi oportunidad de ser comediante. ¡Diablos! Que papá debió dejarme serlo.
—Ibas a morir de hambre. —Le comento divertido y él solo pellizca mi nariz con fuerza, mientras bate más de la pintura en mi ropa y cuello.
La pelea comienza cuando tomo el bote de pintura negra, el que estaba más debajo de la mitad y Dae suplica porque no hiciera lo que sabía que, aunque me ruega, haré. Y como soy ese tipo de persona buena gente, no lo hice. O al menos no con ese bote, use el otro. El que casi no tenía nada.
Finalmente, ambos quedamos otra vez en el piso. Pero ahora más negros que antes. Jongdae toma mi mano y rodándose hasta llegar a mi pecho, me bate con la pintura que quedo en su pelo al refregarse sobre mi mentón. Usando su cabello como brocha humana.
—No la amabas, Kyungsoo. —Habla, chocando cada palabra sobre mi pecho y el sentimiento en cada palabra provocándome llorar otra vez. —Solo querías hacer que se arrepintiera.
—Pero-
—Soo, ¿sabes cuan encabronado estoy ahora mismo por decirte esto, cierto? —suspira y pellizca mi brazo con furia, grito y bajo suelta «te lo mereces, cállate», no dije más, él tomó aire y sus palabras salieron. —No aceptaría a un imbécil como él otra vez, si por mi fuera, le incendiaria el auto o lo mandaría golpear hasta que los sentimientos se esfumaran. — Calla y por un segundo, quise decir que yo deseaba hacer lo mismo, pero como soy una persona adulta y madura, no le tomaré atención; mi forma de acabar con todo es ignorándolo. —Pero ese sería yo, tú eres diferente, tú puedes hacer lo que quieras y, de una u otra manera, estaré bien con lo que elijas.
Unos pasos fuera y la puerta es abierta. Yunho pega el grito en el cielo, mientras Yoochun al escuchar tal escándalo, se quitó el saco y lanzó el maletín junto a los documentos que tenía en mano. Toma un bote con pintura, y sin esperar a más, nos tira toda la pintura que tenía.
Antes de pensarlo, papá ya estaba completamente negro. Yoochun lanzó más pintura en él. La venganza se crea cuando Yunho cierra la puerta y Yoochun trata de aventarse por la ventana del segundo piso. Él quería vivir aún.
Jongdae se carcajea de la mala suerte de Yoochun, cuando de la nada, Junmyeon le lanza una bala de pintura. El alarido de Dae nos espantó a todos, y cuando papá estuvo a punto de regañar a Hyung porque esas bolas son más que peligrosas si se lanzan a corta distancia. Junmyeon mostró su trabajada espalda con un enorme hematoma causado por Jongdae quien apenas ayer, se lo había hecho.
—Venganza, hermano. —Y antes de que Junmyeon lanzara otra bala, papá le quitó el arma.
Yoochun ya no quiere escapar más, papá ya no lo quiere matar, hyung ya no quiere más venganza y Dae continúa llorando.
Papá suspira agobiado al ver el desastroso lugar y después de ver las manchas en el piso y las mantas, dice un angustioso «Esto no se va a quitar con facilidad», llama a los de limpieza y ¡Pum! Todo arreglado.
Así como todo comenzó, también se desvaneció. Ya no estábamos más en mi habitación. Al contrario, ya todos estábamos a medio pasillo y con Jaejoong preguntándonos que había sucedido.
—Soo... —Dae susurra a mi oído, y después de carcajearme de su horrible rostro, muevo mi cabeza sin muchas ganas de hablar. —No le rompas el corazón que solo tiene uno, mejor rómpele los huesos, que tiene doscientos seis.
Y con esa frase, salió corriendo.
• ♦ •
Después del cumpleaños de Luhan. Nunca más volví a ver a Woorin. Fueron las dos semanas en las que me di cuenta, que, en realidad, nunca la había amado.
Después de todo, fue una relación casi obligada, yo le pedí salir, ella aceptó pues estaba cansada de estar soltera. Recuerdo lo emocionado que me encontraba por querer presentarla a todos y como ella hacia lo mismo, ¿tal vez ella estaba cansada de estar soltera y que algunas personas le preguntarán la razón de su soltería? ¿Quizás yo solo quería que Jongin viera como lo había superado? No lo sé, era algo extraño reconocer que no había el amor necesario para aferrarnos uno al otro.
¿Y cómo me di cuenta de eso?
Todo fue gracias a una simple llamada.
— ¡Hola, nariz de bola!
— ¿Mei? —Pregunto asombrado y la risa tierna del otro lado me hicieron sonreír por completo.
—Esa misma.
— ¿Cómo tienes mi número? — Pero justo en el momento que hice la pregunta, palmee mi cabeza porque ya teníamos la respuesta.
—Xing-Xing. —Casi al mismo tiempo respondimos.
—Sí, este, ¿Sabes Kyungsoo? Olvídalo todo. — Y sin risas de por medio, pero si con una voz dura y sincera. Comienza a hablar. Suelta suspiros y aunque no lo quiera admitirlo, o siquiera aceptarlo, Mei tiene bastante razón. —Lo hiciste una vez, ¿Por qué no dos?
— ¿Parezco patético no? —Pregunto divertido, y ella suelta un simple «Con toda la extensión de la palabra». —Hey, ¿me estas apoyando o burlándote de mí?
— ¿Yo que sé? Solo soy tu ex.
— ¿No quieres volver conmigo? —Pregunto al instante y un grito por la otra línea se presenta. Varios insultos en mandarín a causa de una masculina voz. La risa de Mei junto a los sonidos de los besos, mientras las tiernas palabras de ella tratando de calmar a Wei. ¡Ah, Wei, Wei! No te supero.
—Mi amado dice que, si vuelves a preguntar lo mismo, no vivirás para escuchar la respuesta.
Y aunque fue una extraña charla, donde en lugar de ser yo quien sea consolado. Tuve que explicar las mil y una razones, por las que por nada del mundo volvería a salir con tal mujer.
Wei continuaba amenazando, hasta que Mei le quitó el teléfono.
—Me agradaba el moreno. ¿No piensan regresar? —Se escucha el masticar de algo, y después el grito de ella dejando en claro que me gustan los chicos y que Wei no tenia de que preocuparse.
— ¿Estas bromeando conmigo?
Pero sin recibir respuesta, Mei me colgó.
¡Me colgó antes de responderme! ¡Seguramente fue el Wei quien corto la línea! ¡Seguro y los dos se unieron para hacerme caer las garras del mal!
He inexplicablemente hablando, de esa simple forma, me di cuenta que en realidad, no amaba a Woorin.
• ♦ •
— ¿Qué es esto?
—Una invitación.
Me recuesto sobre el pasto e ignoro a las demás personas —Estudiantes— que pasan a mí alrededor. Tao se sienta sin esperar mucho tiempo. Chanyeol y Baekhyun, quienes me siguieron para molestar —Y preguntar sobre mi fallida relación con Woorin— también toman lugar en el pasto.
No había árbol alguno que pudiera cubrirnos, y el sol era bastante caliente, pero como soy bien rebelde, ahí continúe.
Más Neibornianos pasan dándonos miradas, y ellos hacen lo mismo, sentarse en el pasto sin sombra o árbol que les cubra. ¿Qué puedo decir? Desde que todos descubrieron que soy hijo de Yunho, me volví importante este lugar. ¡Lo juro! Si pido una malteada, alguien que me escuchó, la traerá para mí.
No me ha pasado, pero creo que así funciona mi popularidad.
O al menos, así es como he visto que le funcionan las cosas a Victoria y Taeyeon. Ellas chasquean los dedos, y lo que pensaron, se les entrega en las manos.
—Bien. —Tomo aquella invitación y la meto a la mochila mientras espero a que una buena nube llegue y nos provea de sombra. O de lo contrario, quedaré rojo como camarón.
Un pequeño murmullo y la pareja de hombres, comienzan a cuestionar a Tao.
El Panda solo soba su cuello y si no fuera por el sol, abría jurado ver una mueca de lamento.
— ¿No es ninguna broma? —Pregunta Byun, con la misma invitación que me había entregado Tao hace momentos.
—Vaya. —Ahora es Chanyeol quien, sorprendido, arrebata la invitación.
—Así pasaron las cosas.
— ¿Qué cosa-? —Pero sin poder terminar, el timbre suena.
Los cuatro nos levantamos y cada quien va a su edificio, que en si es el mismo, pero nos gusta hacerla de emoción y por ello, nos alejamos dos metros de cada uno.
• ♦ •
Lanzo la mochila sobre algún lugar. Enciendo la televisión y ni la película de la Sirenita me entretiene. ¡No tenía ganas de cantar la parte de Úrsula! ¡Y amo esa canción! Definitivamente, desde que terminé con Woorin hace ya más de dos meses, mi vida se ha vuelto monótona.
Nada ha sido lo mismo.
Ya no maldigo a Neibor, por ser tan, tan así.
Ya Jongin no me sigue más. Era como si lo divertido se hubiera acabado por completo al terminar mi relación.
—Pobres almas en desgracia, que buscan- ¡Aish!
Nada me sale bien desde que terminé con Woorin.
Mi relación con las demás personas, se ha vuelto simple. Aburrida. Ya ni me dan ganas de nada. Creo que estoy deprimido. Llevo dos días sin bañarme. Me comí una barra de cereal caducada. Bailo sin muchas ganas. Canto con las mismas ganas que querer despertarme en las mañanas. Sin nada.
¿Y todo para qué? ¿Para que el puto de Jongin no me haga caso en ningún momento? ¿Para qué no se aparezca ante mi presencia en todos estos días? ¿Qué no quiera sodomizarse ante mí? Definitivamente, espero y se muera.
El timbre del departamento comienza a ser presionado. Me levanto con las peores ganas de mi vida, y voy hasta la puerta de entrada.
—Un paquete...
Firmo, dejo el paquete en la entrada y mi teléfono suena. Me dejo caer en el sofá y trato de conciliar un poco el sueño. Cosa que no fue para nada difícil porque me quería dormir desde que me desperté.
Y eso que apenas son las cinco de la tarde y acabo de comer. ¿Me habrá pegado el mal del puerco?
—Un paquete. —Escucho las mismas palabras de hace rato y vuelvo a firmar. Dejo la caja en el piso y vuelvo a lanzarme al sofá.
Estaba en mi primer sueño cuando el timbre volvió a sonar. Me levante con las esperanzas de que fuera Dae pidiéndome salir con Samuel y Hyung. O hasta Luhan. E incluso papá, pero solo era el señor del correo entregándome otro paquete.
Dejo atrás el sueño, para aburridamente caminar hasta la cocina y hundirme entre mis malos recuerdos al ver un jodido banquito. El cereal me trae tan malos recuerdos, que decido gruñirle y comer una manzana.
La manzana tenía un gusano.
—Púdranse.
Tomo el botecito de alcohol que estaba en la caja de los primeros auxilios, y vierto toda aquella transparencia etílica y con un cerillo, prendo el banquito.
Lanzo la manzana al fuego, y soy espectador a las flamantes llamas azules y de baja intensidad.
Y así como se encendieron, todo acabó.
Breve explicación del amor.
—Un momento. —Hablo firmemente, y sin esperar a más, vuelvo a abrir la puerta.
—Un paquete. —El hombre mayor me da a firmar otra vez, uno de los papeles, y después de terminar el proceso. Se va.
Estaba por abrir los paquetes aquellos, cuando lo pensé dos veces. ¿Para qué abrirlos y gastar energía? Mejor hay que dormir, ya mañana será un nuevo día. Me lanzo contra el sofá otra vez, enciendo la televisión y para mi mala suerte, ya me encontraba llorando viendo la película de «Spirit, el corcel indomable».
Me han herido
tanto que ya no puedo luchar
no hay nada que desear déjenme ya.
Mejor morir aquí...
— ¡SUENEN EL CLARÍN! ¡Nada importa ya! —Canto a gritos. ¡Qué importa si estoy llorando! ¡Putos aquellos que atraparon a Spirit! ¡Ojalá y mueran malditos!
Doy una patada a todo lo que me rodea. Desde el sofá hasta el mismísimo suelo. Y la pared, ni se diga. ¿Sentir dolor? ¡Já! Eso es de débiles.
— ¡PERO ALLAAAÁ! ¡LEJOS EN LA DISTANCIA! —Pataleo un cojín y la mochila sale volando. Estrellándose contra la televisión y haciendo que caiga una lámpara, y de paso la mochila se mojó con el florero que, por puro desmadre, se cayó igual.
Apurado voy por la mochila, pero como no me fije bien, un vidrio, del foco que se rompió por el impacto, se me encajó en la planta del pie. Cojeo y lanzo la mochila hasta el sofá de nuevo. Comienzo a sacar los pocos libros que cargo —Uno— y las libretas las trato de salvar. Porque una que otra si logró mojarse solo de las esquinas, provocando que se peguen las hojas en sí.
La sangre sale cuando quito el pedazo de vidrio. Salía a chorros, pero al ver el pequeño sobre que Tao hace algún tiempo me dio, y por la presión en la herida, continuaba saliendo en grandes cantidades, pero eso no duró tanto ya que la sangre se me evaporó al ver el contenido de la invitación por primera vez.
—Paquete-e...
Salgo corriendo. Ignorando al señor del correo que me trae de vuelta un paquete. Dios, ¿qué compré que justamente ahora llegaron?
Sigo corriendo hasta llegar al elevador, presiono y presiono y vuelvo a presionar, pero nada que sus puertas abren. De forma casi inmediata, voy hacia las escaleras. Corro como si mi vida valiera de eso y bajo piso por piso. Aun con la invitación en mi mano.
Al fin llego. Con mi respiración agitada y todo. Golpeo una puerta en específico. Nadie abre, por lo que continúo golpeando hasta gritar el nombre del dueño del lugar.
— ¿Kyungsoo? ¿Qué haces en este-? —Abro mi boca para decir algo, pero somos interrumpidos. Tanto él con las palabras como yo con mis ideas.
— ¿Quién es, Kris? —Una mujer, con la camisa de Neibor puesta y sin nada cubriendo sus piernas aparece por el umbral de la puerta.
—Nadie. Regresa adentro. —Un beso en los labios y la mujer entra a paso seductor por el largo pasillo.
— ¿Qué es lo que querías? —Enarca una ceja y cruzándose de brazos mientras mira hacia abajo, pregunta.
Suspiro con pesadez. Mi pie comienza a doler y sonrío melancólico. Kris vuelve a preguntar lo mismo. ¿Por qué es que toqué su puerta con tanta desesperación?
Ahora que lo recuerdo, ¿no fue este bastardo el que continuó con la apuesta y por poco me matan a causa suya? Suya y del hijo de mierda de Jongin, aguarden un momento, ¿realmente pensaba contarle lo que sé de Tao al imbécil que me salvó en el mar y que por poco me mata en la escuela? Dios, lo odio, pero estoy agradecido.
Arrugo la invitación, ocultándola en mis bolsillos.
—Solo quería preguntar algo.
— ¿Para eso casi rompes mi puerta? —Pregunta de forma dura y endureciendo su mentón. Asiento con la cabeza y después de buscar las palabras. Lo miro.
— ¿Qué piensas de Tao?
—Adiós, Kyungsoo. —Sin más ni menos, me cerró la puerta en las narices.
Ni siquiera respondió a mi pregunta. Solo dejo de cruzar sus brazos, se paró derecho y cerró la puerta dejando atrás los sentimientos. Él solo la cerró, así como así.
Regreso cojeando hasta el elevador. ¿Ya ni por mi carrera respondió a mi respuesta?
Suspiro al llegar a mi piso. Ingreso a mi departamento y justo en el momento que me recosté en el sofá, la puerta es golpeada y me rio, porque tocar puertas es lo que en este día he escuchado y hecho.
— ¿Otro paque...te? —Trago saliva hasta casi ahogarme con esta. Parpadeo centenares de veces, y antes de poder decir algo. Ella me calla.
—Yo solo quiero respuestas, ¿sabes?
Intento hablar. Pero todo parece tan ficticio que no lo puedo creer.
—No vengo a pedirte que regresemos...
—Y-yo-
—Dame respuestas, Kyungsoo. —Vuelve a decir. Y antes de las tan conocidas respuestas que ni en cuenta con ellas, habla—: Vi salir a Kai del baño ese día.
• ♦ •
Dos días después. Ya una semanas nueva y hermosa. Ingreso a mi respetada y preciosa institución.
Las clases van como viento en popa. Increíbles.
—Regresé con Woorin. —Y toda la comida que aquellas personas presentes tenían sus bocas, lo soltaron hacia afuera. Algo asqueroso si me lo preguntan.
— ¡¿Qué demonios...?!
Buenas, malas, horribles e increíbles decisiones que se toman los adolescentes a lo largo de la vida.
Yo no puedo ser la excepción.
—Solo les quiero avisar que mañana iremos a un bar. Unos amigos se presentarán y quiero que los conozcan.
Y sin más, salgo de aquel lugar. Que es la cafetería de la escuela, para dirigirme a mi auto.
Una clase más, una clase menos. De cualquier manera, ya había arreglado una cita con Woorin desde el sábado pasado. No puedo fallarle.
• ♦ •
Solamente seis personas, contando a Woorin, asistimos juntos al bar; Luhan, los Kim, Minseok y Yixing, ya que Sehun llegó tiempo después con Baekhyun y Park. La música se cuela por todos lados. Luhan mira su teléfono y todos tomamos lugar en una mesa desocupada. De esas grandes con sillón casi rodeándola y una mesa redonda en el centro. Uno de los meseros nos entrega unas cuantas bebidas y antes de dejarlas todas, se le queda mirando a Luhan.
Así es, coqueteando. Le comienza a coquetear descaradamente porque, ¿Cómo una linda chica está sola entre tanto hombre? —Omitió, claro a Woorin porque ambos estábamos hablando muy cerquitas —Sehun, sonríe divertido. Mira a otro lado, suspira y palmea un poco su propio rostro. Hace una mueca y antes de lo esperado, se quita la chaqueta.
—Yo te recomendaría correr. —Le murmuro al mesero y ahora Sehun dio un atlético salto, y con los casi diez centímetros de diferencia, miró hacia abajo al mesero.
—Perdona, pero, ¿estabas coqueteando con mi novio?
— ¿N-novio? —Hasta sudó el pobre. Sehun afirma con su cabeza.
—Así es. No-vio.
El chico salió corriendo. Woorin solo rodó los ojos y pellizca mi brazo mientras me sacaba la lengua infantilmente.
La bulla comienza cuando Sehun le roba un beso a Luhan frente a todos y Chanyeol se burló por ello. Las personas nos miraban, y justo cuando todos sintieron lo vergonzoso que eran sus actitudes. Jongdae se levanta de su lugar en el preciso momento que un señor se atrevió a hablar.
—Homosexuales. —Sin un atisbo de vergüenza, Dae le lanza un beso.
—Aun puedes acompañarnos, Cari. —Le guiña y después, hace una pose demasiado exagerada. Con su brazo sobre su cintura y acariciando su mentón con delicadeza.
Me comienzo a reír, Woorin me sigue y antes de lo esperado, los otros lo hacen.
Dae retoma su lugar y con la cara completamente roja por el bochorno, abraza a Junmyeon. Le agarra la mano a este y le pide que toque su corazón, por poco y se muere de la vergüenza.
—Chupapollas. —Un insulto más, y el hombre se mofa por tan agradable insulto.
— ¡Oh, Cari! No te me insinúes tan pronto, que no cualquier boca tiene el placer a tocarme. —Y vuelve Jongdae, aun con sus mejillas rojas por la vergüenza, las burlonas palabras salen para provocar la ira del hombre.
Se voltea, dejando atrás el sillón y pega una mueca de sufrimiento. De sus labios leo un «Si vuelve, deténganme» suplicando con sus manos.
—Maricas. —El mismo hombre vuelve a hablar. Ahora todos volteamos a verlo y suelta un gruñido.
—Pero con dinero, pendejo. — Casi me da un infarto al escuchar a Woorin insultarlo. Se levanta de su lugar, se burla con sarna y Luhan se queda con la boca abierta. Jongdae dejo sus mejillas rojas por expresiones blancas.
Esa es mi chica.
— ¿Qué demonios-?
—Kyungsoo, mi cerveza se terminó. —La única mujer de nuestra mesa, esa preciosa dama, se levanta por otra cerveza. ¿Así o más delicada eh?
Justo en el momento en el cual Woorin se fue, el hombre petrificado abrió su boca solo para callarse de inmediato y largarse. Woorin regresa y en ese momento, Yano y Xero llegaron tras ella.
—Oh, chicos, les presento a-
—Kyungsoo, ¿Por qué no me dijiste que la realeza vendría? —Yano susurra bastante fuerte al señar tanto a Sehun como a Baekhyun y Chanyeol. —Me está fallando, Señor Jung.
—No sean rencorosos, mira, Xero está todo normal... —Y antes de señalarlo, Sehun casi brinca contra él.
Tuvimos que separarlos, cuatro personas más llegan pidiendo perdón mientras se llevan a Xero cargado en el hombro. Como si fuera nada. Sehun por su parte, tuvo que pedir perdón a Luhan porque al primer golpe que lanzó provocó que la cerveza se cayera sobre la ropa de él.
—Luhan-hyung, perdón por-
—Calla. —Mi sangre se heló al escuchar tan gélida voz salir de Luhan-Ge.
Sin esperar a más segundos, Luhan y Sehun fueron al baño. El de seguridad nos llamó la atención advirtiéndonos lo que sucederá si otro problema como ese pasaba.
Dos personas más llegan, y recibo casi de inmediato los brazos de uno de ellos.
—Oppa. —Pego una mueca porque Hansol se está abrazando con demasiada fuerza. Lo juro, su rostro y su cuerpo no concuerdan en nada. Casi me sacaba lo que había comido en la tarde. —Viniste.
—Espera, espera, te presentaré a algunos-
— ¡Los hermanos de Kyungsoo-oppa! —Y animadamente, Hansol los saluda. Dando brinquitos de allá para acá. — ¡El adorable Xiumin! Oh, que adorable eres. —Ahora está sobre las piernas de Minseok. Acariciando con fascinación su rostro. —Kyungsoo-oppa, yo siempre he estado enamorado de- ¡Zhang Yi Xing!
De un momento a otro, Hansol pasa de pierna en pierna. Rodando hasta llegar a cada uno de sus conocidos-sin-conocer. Chilla fuertemente al tocar las cejas de Jongdae, porque según él, esas cejas son asombrosas.
Inicia una breve conversación en mandarín con Yixing. Después vuelve a las piernas de Minseok, y finalmente, saluda de mano a Junmyeon porque él es alguien que merece respeto.
— ¿Es cierto que dejaste ir a la mujer que amaste por más de ocho años por salir con Park? —Y ahora inicia el chisme con Baekhyun. Asombroso, siempre creí que este grupo odiaría a este otro grupo, pero al parecer Hansol hace las excepciones para todo.
— ¡Sí! ¿Puedes creerlo? —Ahora Byun afirma, mirando despectivamente a Chanyeol y señalándolo. — Y luego, ¿con que fui acabando?
—Wow, te comprendo, aunque yo no dejaría a mi Byunggie-Joo por nada del mundo. —Y ahora se cruza de piernas y señala a un malhumorado B-Joo. —Digo, él y yo estamos destinados a siempre vivir juntos, no importan las adversidades, siempre estaremos juntos. ¿Qué si ahora tiene novia? Ambos terminarán y yo seguiré ahí para-
—Kim, se te está haciendo tarde.
—Sé que me ama, pero aun esta en negación. —Comenta Hansol, señalando a su amado amor. Casi me rio, pero B-Joo me dio una aterradora mirada. —Le va a gustar cuando le dé-
—Kim...—Un avergonzado B-Joo toma del brazo a Hansol y con una mecida de mano, se despide.
—Ah, me hubiera gustado presentarle a Luhan-Ge. —Suspiro resignado, y Dae se burla de lo que pudo haber sucedido si ambos se conocían.
—Seguro le alabará su femenino rostro. ¡Diablos! ¿Por qué Luhan se tuvo que ir? —Ahora Dae se ríe porque su cabeza recreo la escena. —Habría pagado por verlos.
—Me agradó. —Yixing-Ge suelta y Minseok afirma también.
La música cambia por completo. Los gritos se presentan según la música va haciendo su aparición. Todos volteamos por completo a donde el escenario es iluminado.
Yano aparece, ahora con un atuendo distinto. Ya no llevaba más pantalones de mezclilla azules. Ahora vestía un traje, saco y chaleco negro. Con una camisa blanca y corbata negra. El pelo completamente rubio —ese si no cambio en ningún momento—, y el micrófono en mano mientras se mantiene parado.
Hansol por su parte, aparece sentado. Con el mismo pantalón negro entallado, solo que ahora, llevaba una sudadera gris. Unos botines cafés y un par de aretes en sus oídos.
I'm friends with the monster that's under my bed
Get along with the voices inside of my head
You're trying to save me, stop holding your breath
And you think I'm crazy, yeah, think I'm crazy
Comienzo a gritar de mera emoción. Hansol inicia sus líneas, cantando como nunca antes lo había escuchado. Con ese tono gélido que te da un poco de miedo, pero a la vez te hace querer continuar escuchando.
Yano continúa con su parte, provocando que mi piel se ponga completamente de gallina. Escucho un «Asombro» por parte de Woorin, y volteo a ver a Minseok quien esta con la boca abierta.
Un par de aplausos y gritos de emoción por parte de todas las otras personas.
Aun cuando tanta gente dice
"Estás malditamente jodido"
todavía me las arreglo para trabajar
toda la noche cada vez que pasa.
Gracias haters, gracias a ustedes, mis canciones
se convirtieron en nutrientes
y mi futuro parece muy brillante
Ahora Seo rapea, con una enorme sonrisa pegada en su rostro, mueve sus manos haciendo adulación a su canto y las personas se quedan asombradas.
Luhan y Sehun aparecen después de un par de líneas, ambos completamente despeinados y desarreglados.
— ¿De qué me perdí? —Pregunta Ge y justo cuando Dae estaba por responderle, él niega. —Esta canción no me gusta. Demasiados problemas psicológicos en una sola persona. No, no, no.
You're trying to save me, stop holding your breath
And you think I'm crazy, yeah, you think I'm crazy
Well, that's not fair
Uhhuuh uhhuh uhhuh uhuh
Well, that's not fair
Uhhuuh uhhuh uhhuh uhuh
Voltea a ver a la persona que ahora está cantando, pero en ese preciso momento, Hansol cubrió su rostro con el gorro de la sudadera. Ge se gira a nosotros y tratando de arreglar su peinado, toma un par de cacahuates que había en el centro de la mesa.
— ¿Qué el que canta no es el que peleó con mi Sehun-eh?
—Es otro, pero de los mismos. —Le respondo a gritos, y Luhan hace una mueca cuando Hansol está por quitarse el gorro, y Yano el saco.
—Vaya.
Corro sólo mirando hacia adelante,
no necesito a nadie cuidando mi espalda.
La única persona que me apoya soy yo mismo.
Alguien dijo "no me asocien con nugu"
Solo río y lo dejo pasar,
y lo voy a lograr, por mí mismo
—Oh, mira, uno de mis amigos es-
—Lo siento, Soo, no te entiendo nada.
—Mis amigos son... —Señalo a nuestras espaldas, pero Luhan sigue negando. — ¡Que mis amigos son los que están cantando! —Y grito. — ¡Uno de ellos se llama Sangwoon! —Lo señalo y Luhan da un simple vistazo, entonces vuelvo a gritar. — ¡Y el otro se llama Han-!
—Ah.
Luhan y Sehun voltean, solo para encontrar las luces ya apagadas del escenario. Solo escuchamos la voz de Hansol haciendo eco por todo el lugar.
Aplausos, gritos, felicitaciones y de más.
— ¿Qué lees Lu-Ge? —Minseok pregunta en el momento que la música término y solo los murmullos y voces de las personas quedaron.
— ¡Oh, Dios! Ellos vinieron a Corea. —Luhan cuenta rápido y sin esperar a más, sale corriendo. Sehun como era de esperarse, lo siguió con preocupación.
Un pequeño mensaje, y suspiro alegre.
Woorin lee el mismo mensaje y después habla con normalidad, porque ahora la música ha terminado.
— ¿Acaban de llegar los padres de Luhan? —Pregunta y me burlo.
—Acaso, ¿eres un genio? —Recibo a cambio un golpe. No debo hacerme el gracioso, lo sé. ¡Dios! Juro que voy cambiar. —Esta es la primera vez que su madre viene a Corea.
—Oh, ya veo.
Miro el reloj y cuando marcaron las nueve con cuarenta, Hansol llegó a nuestra mesa. Preguntando qué tal su presentación. Lo tuve que alagar para que no se sintiera mal el pobre.
—Ah, sí solo Lu-Ge no se hubiera ido.
— ¿Lu-Ge? —Hansol pregunta mientras toma lugar en las piernas de Minseok.
—La pareja de Sehun, ¿si lo conoces no? Va a Neibor.
—No. —Niega en un mohín. —No soy del tipo chismoso, solo me centro en mi vida, y la de Byunggie-Joo.
—Oh, pues él acaba de irse.
—Es una lástima. —Ahora Hansol se ha sentado a un lado de Woorin mientras le comenta lo bien que se le ve el pelo corto.
• ♦ •
— ¿Estás loco? ¡Porque demonios volviste con ella!
Fue lo primero que escuché de Jongdae cuando entré a mi departamento y él me decía/comentaba/explicaba lo loco que soy al regresar con Woorin.
Y si me preguntaran, ¿Qué es lo que dice ahora después de tres semanas? Pues eso es algo fácil. Él tomó mis manos y dijo:
—Bésala frente a ese imbécil, y rómpele el corazón. —e increíble pero cierto, ese es Jongdae dándome un consejo.
— ¿Y dónde quedo todo eso de romperle los huesos y no el corazón?
—Ese día andaba sentimental, no me prestes mucha atención. —Hace un ademán, y elige mi ropa. Porque si, voy a tener una cita con Jongin.
Hace exactamente cuatro días atrás, que Jongin me detuvo en el elevador, y me dijo «Tú y yo, a las siete en Mounter. No acepto un no por respuesta» y después se fue. Pero se regresó para decirme que día debía ser, porque entre tanto nerviosismo, se le olvidó decir la fecha de nuestra cita.
Le iba a decir que Woorin y yo volvimos, pero creo que él aun no lo sabe, así que ahora estoy contándole mis problemas a Dae. Es más, creo que nadie salvo mis amigos, Baekhyun y Chanyeol, lo saben. Y creo que estos últimos no han pensado en contarle a Jongin.
—Kyungsoo, te ves fantástico. —Jongin alaga en el preciso instante que llegué a la mesa.
Suspiro. Paso un poco de saliva, porque exactamente ese momento no había gente a nuestro alrededor. Solo mesas y sillas vacías. Jongin va hacia mi silla, y antes de sentarme, él la recorrió. Estuve a punto de golpearlo, porque no soy la chica a la que le debes recorrer la silla. Pero entonces, la música de piano me sacó de mi enojo. Juro que casi me da un maldito paro cardiaco cuando volteé para ver al causante de tal sonido.
— No me jodas. —Tapo mi boca casi al instante. — ¡Es John Legend, imbécil! —Quise gritar, pero mejor murmuré.
—Casi un mes para que aceptará venir a Corea. —Se mofa, pero después de mirarme, agachó la mirada y solo se mantuvo quieto en lo que la melodía continuaba.
Loves all of you
Love your curves and all your edges
All your perfect imperfections
—Kyungsoo... —Dejo atrás mi instinto de querer cantar para mirar a Jongin. —Quizás no he sido la mejor persona. Soy un asco de persona, lo sé, pero...
Solo queda la música del piano. Otra canción aparece, pero ahora ya no le he prestado atención a esta. Ahora solo miro a Jongin, quien lentamente se ha levantado de su lugar para irse arrodillando frente a mí.
Mis ojos se abren de más, un pequeño tic aparece en el momento que Jongin sacó un ramo de rosas de su espalda, y mirándome con aquellos encantadores y melancólicos ojos, me las obsequia. ¿Qué demonios? ¿Es acaso un mago?
Sus labios tiemblan, mi corazón late y se mantiene en pausa.
—Sé que tú serás lo único y mejor, que una persona como yo, puede tener. — ¿Alguna vez han sentido las ganas de llorar por la nada? Pues así es como me encontraba en esos momentos.
Intentaba tapar los hipidos, pero, ¿Por qué él tenía que ser tan así? ¿Tan maldito?
«No llores, hyung.»
Pero, ¿Cómo no voy a llorar si esa canción es increíble? Claro que no lloro por el hecho de que sus palabras sean tan malditamente correctas. Por supuesto que no estoy llorando porque una parte de mi lo quiere abrazar para que él no lloré tampoco. Nada de eso.
— ¿Crees que soy un desgraciado por pedirte volver? —Una amarga risa y ahora sus lágrimas no se detienen más. —Así es hyung, soy un maldito imbécil que creyó hacer lo correcto. —Muerde su labio, y tomando mi mano, me sonríe. —Soy el idiota que pensó que perderte, era lo correcto.
La música cambia otra vez, el ruido cariñoso del piano, provoca que el ambiente se vuelve aún más angustioso.
—El mismo que rompiéndote se imaginó feliz. ¿Pero sabes? Todo fue una tortura. Una maldita tortura. —Baja la mirada, y sorbiendo de la nariz mientras levemente elimina las lágrimas, me mira. Iba a corregirle que no podía ser tortura sino más bien tormento, pero me encontraba llorando y mis palabras no saldrían tan burlonas como quiero, así que mejor me callé e intenté disfrutar del momento. —Me creí valiente, me sentía el Rey de todo, ¿patético, no?
—Jongin, no-
—Y ahora mismo, no hago otra cosa que pensar en ti, ¿está bien para mí pedirte una segunda oportunidad?
Todo acaba.
La música. Las palabras. La luz. La comida —que no he probado aun—. Mis lágrimas.
Y aparecen pequeñas cosas, como el nerviosismo. La ansiedad. La alegría, y finalmente, aparece Jongin con una pequeña cajita negra aterciopelada y sus palabras pidiéndome ser su pareja.
—No respondas ahora, puedo esperar. Pero solo quiero que sepas, que mi amor, no cambiará jamás.
Y justo en este momento, era una de esas ocasiones en las que todo queda ensordecedor. Como si te hubieras caído de la motocicleta y todo tu cuerpo se siente desfallecer, tu cabeza que se impactó con el concreto queda punzando y ya no escuchas nada, ni siquiera el más mínimo sonido que no sea tu corazón bombeando sangre. El viento ya no pasa por tus oídos, solo escuchas ese ensordecedor pitido en tu cabeza. El dolor en todo tu cuerpo no lo sientes, gracias a la adrenalina. Pero cuando intentas respirar, aparece al fin. Desgarrando todo tu cuerpo cuando intentas tomar aire y te preguntas, ¿Cómo pasó todo? ¿En qué momento todo se salió de control? ¿Cuándo apareció aquel obstáculo en el camino?
El dolor que la mirada de Jongin fue igual a caer de una motocicleta. El shock se presentó en todo su cuerpo al ver a Woorin entrando por aquella puerta, y besando mis labios mientras me pedía irnos ya.
Ahora entiende que no solo el impacto es el que causa dolor.
—Vámonos, amor.
• ♦ •
«
— ¿Una boda? ¡¿Tu boda?!
—La madre de Minah encontró en su bolso una prueba de embarazo. Claro que esa fue antes de descubrir que no lo seriamos, pero...las cosas movieron totalmente su rumbo, que ahora, ambos estamos obligados a casarnos.
— ¿Obligados?
—El padrastro de Minah, ¿Cómo decirlo? tiene sus "métodos" para que ninguno de los dos se niegue a sus amenazas. Gangsters, les solemos decir, pero él los llama "amigos".
— ¿Y tus padres? ¿Qué dicen ellos de esto?
—"Cuanto antes, mejor."
— ¿Y tú que dices de esto?
—Si es con Minah, no hay problema.
»
Y esa fue la última conversación que tuve con Tao, ahora ya no se le ve por los alrededores ya que está preparando su boda.
Juro que no sé cómo avanza mi vida. Solo sé que ya estamos en agosto. Y ni supe cómo fue que avanzaron las clases. Ya casi me encontraba de vacaciones de nuevo, asombroso, las escuelas privadas son asombrosas. Pero eso no es todo, en todo este tiempo, desde que Jongin me pidió volver con él, ni un solo momento ha pisado Neibor.
Nadie sabe absolutamente nada de él.
—Lo preguntaré por última vez, ¿realmente estas saliendo con Woorin-ssi? —Al fin una persona con la que puedo tener una conversación distinta a lo que me pondré para la boda de Tao.
—No.
—Pero, pero, ¿Por qué dijiste que volvieron?
—Xing-Xing, Woorin sabe que estuve saliendo con un chico. —en un suspiro, le comento y él abre su boca por la sorpresa. —Incluso me abofeteó, pero cuando le conté como pasaron las cosas, ella, eh, ¿se unió a mí?
— ¡¿La Shap-Bi te apoyó?! ¡Sin insultarte por ser homo!
—Me abofeteo, ¿eso cuenta cómo insulto?
— ¿Cómo demonios lo lograste eh?
Suspiro. Aún recuerdo todo como si hubiera sido casi dos meses atrás, Woorin me abofeteó siete veces. ¿Cómo podría olvidar esos golpes si me quedó la cara roja por dos días seguidos? Tenía la mano tan pesada, que casi se me sale el corazón de recordarlos. Ella me pidió la razón del porqué, y por qué Jongin era exactamente la persona.
No tuve de otra que contar toda mi dramática historia de amor con ella, me abofeteó otra vez, pero porque no hice nada en ese tiempo. Después de entrar en la parte final, dejo sus manos apartadas de mí, y golpeó varios cojines. «¡Que maldito! Y yo que le quería presentar a una amiga».
Después de eso, y otra bofetada, terminando las siete bofetadas más importantes de mi vida, tomó mi mano, me dijo «Hagamos que ese imbécil se arrepienta de sus acciones» y aquí estamos. Fingiendo una relación como en todos esos dramas e historias escolares que suele leer porque me encantan.
—Espera, ¿así de fácil? ¿Su homofobia no la detuvo? —Pregunta asombrado y niego. — ¿Qué hiciste exactamente en ella?
—Woorin no es homofóbica, Ge.
—Claro, y yo soy un santo. —Rueda los ojos, y lo humillo.
—Ge, eres un santo. —Lo señalo, y después de recordar un chiste, sonrió divertido. —Tan santo, que sudas agua bendita.
—Claro.
• ♦ •
"Si la vida te da limones, cámbialos por aguacates y véndelos en México para ser millonario."
— ¿Qué diablos? Porque el nombre es tan raro. —Jongdae sonríe, y me da una invitación extra.
—Es para la boda de Tao, como soy el mejor amigo, le dije que le escribiría e interpretaría una canción para que, humildemente, su matrimonio florezca y nunca termine.
— "Voy a sacarte los ojos, remplazarlos por otros, uno será un diamante..." ¿Qué diablos? —Junmyeon mira asustado a Jongdae, y este solo hace un ademán. Miro la letra, y la piel se me erizó de mero miedo.
—Metafóricamente hablando, Tao le dará todo a Minah, y de esta forma, ella nunca se alejará de él. —Mira sus uñas, y hace un mohín. —Y por eso es el nombre de la canción, porque con el dinero que obtendrá, le comprará todo lo que ella quiera. ¿Si captaron no? Además de que Minah solo podrá ver a Tao, es algo...demasiado para ustedes. Necesitan tener un poco más de neutralidad en la interpretación de las letras, ¿saben?
—Jongdae, tu-
—Espera, que escribí otra canción por si es que dicen "no". Es esta. —De su espada, saca un par de hojas, nos las entrega y después comenzamos a leerlas.
— "Estas cansado de hacerle al gandalla, porque eres tierno y te crees un canalla..." Jongdae, por favor-
— ¡Así no hyung! Es en tono heavy, mira, esta línea es mejor. —Niega, y Junmyeon solo lo mira con susto. Me muestra la parte e intento leerla.
—"Y si te gustan emociones fuertes, porque no te tumbas los dientes y ves..." muy bien, yo no continuare leyendo esto. —Advierto y Jongdae levanta su mano, callándome.
—La parte del coro es la mejor, miren, cantémosla los tres a coro; y dice: "¡Matate Teté! ¡Que te mates Teté...!".
—Adiós. —Me levanto de mi lugar y sin esperar a más, camino escaleras abajo hasta llegar a un piso en especial.
Exacto, al piso de Kris. Toco el timbre, y esta vez, solo lo hago dos veces sin la intención de tirar la puerta o dejarlo sordo por tanta sonadera. Nada de eso. Solo presioné dos veces el pequeño botoncito del timbre, y esperé a que aquel colosal humano, saliera.
—Kyungsoo, ¿Qué quieres? —Sale absolutamente sin nada en su pecho y con solo uno vaqueros y un par de marcas en sus clavículas. Si fuera homosexual (cosa que no soy) me habría mordido el labio y limpiarme la baba que puede (o no) se me salió. — ¿Dejarás de mírame y me dirás que haces aquí?
—Hey, Kris. —Dejo de mirarle el cuerpo. Delgado cuerpo. Pasando mi vista por aquellos anchos y masculinos hombros, bajando por aquel largo torso y delgada cintura, que dejan a la libertad su levemente marcado abdomen y el ombligo casi perfecto (no metido y no salido, solo perfecto). La larga 'V' que se le forma cuando se recarga en el marco de la puerta y cruza sus brazos, el lunar cerca de su cadera y que hace juego con el que está en su pectoral izquierdo...claro que yo no lo miraba tan detalladamente, solo le di un vistazo y ya. Dios, ni siquiera miro bien, es imposible que lo mire a detalle. — Somos amigos, ¿no?
—Creo. —Hace una mueca con su larga cara, y después afirma.
—Eso es bueno. —y sin esperar a más, le entrego la invitación que Jongdae me había dado en mi departamento hace poco.
— ¿Qué es-?
—Adiós, te veo después.
Me doy media vuelta, camino solo por nueve pasos, cuando una voz femenina aparece. Volteo y una mujer distinta acompaña a Kris. Muerdo mi mejilla interna y casi me regresaba a quitarle la invitación —De la boda de Tao — y hacer como si nada hubiera ocurrido. Pero cuando di un paso, Kris gritó.
«¡Vete!»
La mujer le da una bofetada y Kris cierra la puerta con furia.
Creo que no lo hice tan mal.
• ♦ •
—Hay un chico nuevo, y él...él me gusta.
—Sal con él entonces.
—Me da pena pedírselo, ¿y si dice que no?
Como cualquier día, en cualquier lugar. Woorin me cuenta sus pesares, bebo de mi malteada de chocolate, mientras ella sorbe de la de fresa. Continúa contándome sus amoríos, y después, cuando se dio cuenta que es demasiado santurrona como para pedirle a un hombre salir con ella, cambia de conversación.
— ¿Y Kai? —Me ahogo con mi cremosa malteada. — ¿Volverás con él?
Diablos, ¿alguna persona murió a causa de la crema de la malteada o yo seré la primera en abrir la lista?
—Mira que después de todo, estoy poniéndome en su lugar, ¿y si no tuvo de otra e hizo eso? Ya sabes, como esas películas, donde por las amenazas, se deshacen de la persona para salvar al amor de vida, y todo eso.
Si realmente muero, ¿Cómo será mi epitafio? "Aquí yace aquel que murió por la crema de una malteada" o "Aquí yace el idiota que murió porque se le atoró la crema de una malteada". ¿Será muy necesario especificar que fue la crema perteneciente a la malteada o solo dejarla como malteada?
—Como en esta película de Jisub, donde él debe separarse de su mujer para poder pagarle la operación. Y como se iba a meter en las peleas clandestinas, ella podía estar en peligro. Tal vez, algo así sucedió con Kai. —Niego. Eso es imposible. — ¿Y has visto las telenovelas? Ahí cualquier cosa imposible se vuelve posible, porque no.
—Él tuvo el poder de terminarlo todo o continuar, así de fácil. —Murmuro, y Woorin lanza a un lado su malteada, recarga su cabeza en la mesa y suspira en agonía. —Las lamentaciones son para después.
—Eso es lo malo...
—Bastante malo...
—Muy malo...
—Que malo...
—Malo...
—Lo...
Todo se detiene, y cuando digo todo, es todo. Hasta las noticias se detuvieron cuando Woorin comenzó a cantar. Con esa bellísima voz que tiene. Cerrando sus ojos y cantando en otro idioma. Francés.
Las personas se detienen solo para mirarla. La voz sale sin ningún error, hasta pareciera que la música de la naturaleza emerge para hacerle compas, pero no, solo era el silencio quien la acompañaba.
Si solo Jongin no fuera la única cosa que nos une y que nos unió, ella habría sido la indicada.
—Aun lo quieres, ¿cierto? —Afirma segundos después de terminar y de recibir aplausos de las personas que, así como se detuvieron a escucharla, se fueron a donde debían ir en primer lugar. —A Kai, aun lo quieres.
—No, Woorin, yo no lo-
— ¿Qué hiciste en navidad hace dos años?
—Fui a una fiesta, ¿porque? —pruebo mi malteada y ella sonríe.
—Ah, qué bien, ¿y Luhan fue contigo? —Pregunta y al solo pensar en ese día, niego. Sonrío y le cuento lo que sucedió.
—En ese tiempo, él estaba en China, pero mientras veía una película, me llamó preocupado. —suelto una leve carcajada. —Me preguntó con susto si Sehun estaba conmigo, porque le acababa de llamar y le cortó bastante rápido. Lo juro, ¡por poco y me hace llamarle a la policía!
— ¿Y Sehun, donde estaba? —Me pregunta interesada.
—A un lado mío. Estaba en la misma fiesta. —Rio. — Entonces, le remarco a Luhan y tuve que hacer video llamada, entonces, mira a Sehun y lo comienza a regañar, porque le pegó el susto de su vida. —Nunca superaré el rostro de Ge regañando a Sehun. Eso es para siempre tener en la mente.
—Eso debió de haber sido gracioso.
— ¡Y lo fue!
— ¿Y qué comiste? —Pregunta, sorbe de su malteada y al solo recordarlo, niego.
—Jongin "hizo" galletas, pasteles y magdalenas. —muevo mis dedos divertido. —O al menos eso quería que creyéramos. Vimos las cajas de la repostería en la cocina, y el muy tonto, jamás sintió como la factura se le estaba saliendo de los pantalones. —Me carcajeo y Woorin me sigue al habérselo imaginado. —Les dije a todos que no le dijeran nada. Y que fingieran que Jongin las había preparado.
— ¡Oh, por Dios! ¡Qué imbécil! —Suelta una risotada y frunzo el ceño. Solo para reprimirla y volvernos a reír.
— ¡Yah! Es mi imbécil, no te burles. —Y sin esperar a más, me sigo burlando.
—Hasta se le debe quemar el agua. —Se burla y le doy las cinco porque en eso tiene razón.
—Una vez le echó sal al café. —Nos carcajeamos y cuando lo recuerdo, suspiro.
Ese día, Jongin me quería llevar el desayuno a la cama, y por precipitarse, me hizo un café amargo y salado, con un pan tostado quemado y en extremo ennutellado —así es, le puso toda una plasta de nutella, que, si no vomitaba al olerlo, lo haría al solo recordar que me tuve que tragar todo aquello y no dejar ni una sola migaja—. Y después, de ver su emocionada expresión, me tome el caliente —en extremo caliente—café de solo seis sorbos.
Le dije que era el mejor haciendo desayunos, y él volvió a hacerlo el día siguiente. Cuando probó su salado café, nunca jamás los volvió a hacer.
Pobre tonto, pero ¿Por qué demonios me lo tomé? Debí haberme vuelto loco por no decirle nada.
— ¡Oh, por, Dios!
— ¿Te has dado cuenta ahora?
Sigo enamorado de Jongin.
—Kyungsoo, solo dilo.
Esto no me tiene que pasar a mí, ¿cierto?
—Vamos, es solo una palabra. Bueno, dos, o tal vez tres si alargas la oración. Ya cinco si la alargas de más.
Yo, por nada del mundo me volvería a enamorar de él, ¿cierto?
— «¡Yah! Es mi imbécil, no te burles» — eso que se escuchaba era mi voz, pero justamente no hablé, digo, continuo en shock, ¿cómo podría hablar? —Lo grabé, para tener pruebas.
No hay de otra, salvo aceptarlo.
—Kyungsoo solo-
— ¡Ese vestido es hermoso para ti!
Y hui.
• ♦ •
— ¿Quién demonios invitó a Woorin? —Me escondo detrás de una enorme pantalla, donde salían Tao y Minah, porque sí, ya estamos en agosto. Justo en el día veintiuno de este mes. Y es el día de la sentencia de Tao, o su boda para algunos.
—Tú la invitaste. —Luhan me palmea el hombro y después me lanza fuera.
Woorin sonríe, me guiña y sin más, toma mi brazo. Si no fuera porque hace casi dos semanas que no hablo con ella, tal vez habría admirado su perfecto atuendo. Pero, justo ahora, estoy demasiado avergonzado como para hacerlo.
Agacho la cabeza, e intento huir de sus brazos, pero me mantiene fuertemente. ¿Quién diría que esta homofóbica mujer —porque si es homofóbica— intenta hacer todo lo posible porque acepte a otro hombre? ¿Verdad que no existe congruencia alguna? Esto es de locos.
—Oppa, también te amo. —Woorin besa mi mejilla y abraza con mayor fuerza mi brazo.
— ¿Qué-?
—Kai, a las cinco en punto. —Volteo a verla, y en ese preciso momento, ella me roba un beso. La miro con susto y antes de ver a donde ella me señala, Jongin choca mi hombro y nos pasa de largo. O al menos eso intentó.
—Lo siento, hyung. —Y haciendo una inclinación, se fue.
— ¿Quién demonios invitó a Jongin? —Pregunto, y Woorin me pellizca. El sacerdote acaba de pasar a un lado de nosotros, y se me quedó mirando mientras niega por mis mal intencionadas expresiones.
—Yo lo invité. —Luhan golpea mi hombro y después, le guiña a Woorin. ¿Qué demonios está pasando aquí? —él es mi amigo, y amigo de Sehun-ah, ¿Por qué no debería hacerlo?
No dije nada. Solo caminamos y entramos al enorme salón. Tomamos lugar donde Junmyeon y los otros se encontraban. Sehun y Jongin estaban en la misma mesa que nosotros, pero a una distancia más alejada. Baekhyun, Chanyeol y Kris, llegan poco después de seis minutos.
Kris es el único que —aparte de Jongin— se le podía ver la incomodidad en el rostro.
Cambio mi lugar, quedando detrás de Kris y Woorin me sigue, haciendo que tanto Baekhyun como Chanyeol se quiten de sus lugares. Picoteo la espalda a Kris para que me preste un poco de atención, y en de un momento a otro, Tao entra.
— ¿Sabes que aún se puede raptar al novio antes de que Minah llegue? —con maldad, le pregunto. Kris suelta un brinco y después hace un gesto con sus labios.
— ¿Quién en su sano juicio raptaría al novio? —Ahorita dices eso, pero al rato, ya te veré gritando «Yo me opongo», maldito. Ya te estoy viendo, Yifancito. Y te voy a tapar la boca porque no aprovechaste esta oportunidad.
— Uhm...Solo decía.
Regreso a mi lugar. Woorin me pregunta que acaba de suceder, y solo niego. No es de mucha importancia. Minah ingresa, la típica canción de boda es interpretada por el chelo. Todos volteamos a verla. Esplendida.
Tao le sonríe, ella mira con pena el piso, esperando a que no le haga una mala jugada y se ponga en su camino provocando que caiga; Kris, mira su brazo entretenido. Varios minutos. El padre inicia su larga plática sobre el matrimonio y lo que la biblia dice sobre ello. Un bebé comienza a llorar, interrumpiéndolo. Y por casi seis minutos, el padre se mantuvo callado esperando a que el bebé se callara.
Cuando pasaron diez minutos y el bebé continuaba con lo suyo, el padre pidió molesto, que lo sacaran para poder continuar. La madre, avergonzada, se salió junto al bebé, y al fin, todo siguió su camino.
— Esta es tu última oportunidad. —la parte más importante de una boda, aparece. Woorin picotea las costillas de Kris, y voltea verme. — ¿No piensas arriesgarte?
— ¿Por qué lo haría? No hay sentido en tus palabras, Kyungsoo. —Con aburrimiento fingido, me gruñe. Está bien. Eso era todo. Yo no me voy a meter más en su vida. Que se pudra si quiere. Pocas veces intento ayudar a los demás, pero si no quiere, que sea infeliz y feo y pobre y chino y todo lo malo. Allá él.
— ¿Seguro? —Bien. Ahora si ya no die nada.
Nada de nada.
Vuelvo a mi lugar, suspiro aburrido, inflo mis mejillas, y Woorin las presiona con su dedo mientras el aire sale. Algo pica a mi costado y Sehun, con su paralitica expresión mueve sus ojos en dirección a su derecha. Volteo y veo a Jongin limpiando sus lágrimas.
Que sentimental nos salió el Deseo Negro, ¿Cómo llorar por la boda de alguien más? Algo debe estar mal en su vida.
—Si hay alguien que se oponga a este matrimonio, que hable ahora, o que calle para siempre...
Yo siempre he querido ir a una boda donde se diga esa frase. Miro al frente, justo donde el cuerpo de Kris comienza a temblar. Woorin me susurra un «Lo va a hacer». Chilla emocionada y en ese exacto momento, Wu se levanta de su lugar.
— ¡Yo me opongo!
* * *
¡Pinshi final de Telenovela, señoras!
¡¿Así o más dramático?!
Dios, nada más de solo editar este capítulo recordé cuando me miraba las telenovelas con mi abuelita :')
Besos ♥
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