Trigésimo primer capítulo

« J o n g d a e »


/Todo empezó en la sorpresa, en un encuentro casual /

—No está tan mal.


/Pero la noche es traviesa, porque quiero leche con pan~/

—Oh Dios, no. Por favor. Detente.


/Ahora comprendo, cuál era el ángel, que entre nosotros pasó/

/Era el más terrible, el implacable. Era: ¡Minseok!/


—Para, no puedo con esto...Chen, por favor. No eres tú...es tu letra...simplemente no puedo.

—Pero...no me abandones Baekkie, no tú.

—Lo siento Chen, pero-

—Solo escucha y será todo.

—Ah...—Suspiro. —Está bien.



/¡Y agarraste! ¡Por tu cuenta!/

/¡La parranda!/



— ¿Sabes? Chanyeol me ayudará con la canción, tú...tú...no lo sé, intenta distraerte.

—Pero-

— ¡Oh, mira! Es Chanyeol. —Saca el celular. —Tú descansa, despeja tú mente, ¡vive la vida!

—Pero-

—Se me hace tarde~. —advierte cantarín y sale lentamente por la puerta.



/Minseok que pasa, besa y te abraza/

/Minseok, para un...final~/

Me he quedado solo...





• ♦ •

« S e h u n »




Todo en Neibor se ha vuelto un caos. Primero: Kai no ha vuelto y las vacaciones se acercan. Segundo: Los hijos de Yunho entrarán. Tercero: La especial de ingeniera, ha salido de Neibor después de que todos nos enteráramos sobre su relación con Kyungsoo. Cuarto, y no menos importante: Luhan está molesto conmigo por creer todo lo que dicen.

Suspiro y Kris sonríe ladino al ver pasar a las mujeres.



—Hyung, ¿me estas escuchando?

—Lo hago.

—No, no lo haces. —respondo molesto y Kris suspira resignado.

—Solo ten un encuentro con varias mujeres, Kai regresará a ser el mismo de siempre. Invítalo a tomar un café, qué sé yo. —movió su mano, ni siquiera me miró mientras hablaba, toda su vista se posaba en las mujeres. —Y se sentirá el mejor en el momento que le comiencen a alabar. Las personas como él, no cambiamos tan fácil.

— ¿Por qué no lo haces tú? —Pregunto demandante y él solo enarca una ceja, suena su celular y me ignora por completo.

—Tengo una vida.



Después de una pequeña pelea con hyung, fui a la tintorería. Donde, como debería de ser, me encontré a un furioso Luhan.

Debo aprender a no decir chismes cerca de él, pero no puedo, él me da esa cálida sensación de poder soltar lo que acontece a mi alrededor.



—Luhan-hyung.

— ¿Se te ofrece algo? —Pregunta con monotonía, y me arrepiento de haber ido a ese lugar.

— ¿Todavía estas enfadado?

—Si es todo lo que querías decir, por favor-

Hyung...—Respondo bajo. Triste. Más deprimido por saber que la he cagado, por un chisme que ni siquiera creí y ahora me tendré que matar porque el chico que me gusta no me querrá más, solo escucho el suspiro que Luhan echó.



Estoy por dar media vuelta y regresar por el deprimente lugar del que vine, peor soy detenido por la cálida y fuerte mano de mi genial hyung.

Vaya, ya no me voy a matar.



—Te vas, y juro que-

— ¿Que qué?



Yo realmente, amo a Luhan-hyung.





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« J o n g d a e »





Tomo el lápiz, las palabras comienzan a ser escritas en aquel papel. Dando un claro ejemplo de un arduo trabajo de solo veinte minutos. Agradeciendo a una película que acabo de ver —solo el final— y mis sentimientos. Amor a la carta. Mi mano se marca por el grafito, color grisáceo, pero no importa. Estoy a punto de terminar una obra de arte. Hago un giro relajante con dos de mis dedos y el lápiz, pasándolo entre estos, disfrutando de la sensación que le da a mi cerebro el hacerlo de inmediato y con tanta facilidad.

Un pequeño ruido proveniente de la venta, y tengo por completo el ritmo. Por mi cabeza se crea el imaginario acorde, junto a la tonada. Hago un pequeño arreglo a la letra, borrando solo una que otra letra, reemplazándola por otra, diminutos e insignificantes cambios. Tarareo el imaginario sonido de la guitarra junto al golpeteo de las baquetas en la batería.

Bingo.

Dos hojas completas, en menos de cuarenta minutos. Y ya he terminado. Sonrió ladino y me aclaro la garganta. Una mirada de emoción y mi gran ego aumenta.



— ¿La terminaste, hyung? —Pregunta con gran emoción el condón roto del engaño, solo muevo mi cabeza en asentimientos. — ¡Awesome!

— ¿Tan rápido? —Pregunta hyung y afirmo ladino. Estiro mi mano y espero a que me pague.

—Que fluya el dinero. —Mis ojos se agrandan al ver aquella jugosa para nada pequeña cantidad de billetes y como soy un buen hyung, le reparto unos pocos al condón. Este me da un abrazo, diciendo el genial hyung que soy.

—Hey, Samuel, ¿quieres un poco de dinero? Junmyeon-hyung lo dará para ti, ¿qué dices? —el condón se me queda mirando, muevo mi cabeza para que lo tome, ese tipo de oportunidades no se deben desperdiciar.

—Gracias, Junmyeon-hyung. —Hace una reverencia después de tomar el dinero y retoma su lugar a abrazarme. Hyung frunce el ceño.

— ¿No crees que también soy genial? —Pregunta y el condón hace una pequeña mueca, soba su cuello y afirma (muy a su pesar).



Hyung me mira con odio, con esa mirada de aléjate-de-él junto a la de ¿porque-no-me-abraza? Hyung sufre porque el condón es más cercano a mí que a él. Después de disputarnos el amor del condón roto, al final esperan a que la magnífica canción que he compuesto, sea liberada. Solo para que estos mortales se deleiten con aquella increíble, inigualable, perfecta, canción.


/Tú, eres el ladrón, que me robó.../

/El corazón, que yo guardaba~/

/Para mañana~/


—Debo aceptar que no esta tan mal.

—Jongdae-hyung, es increíble. —Aporta con gran adoración el pequeño Samuel, siendo sinceros, me está comenzando a agradar este pequeño.


/Mi corazón.../

/Es de licuado, leche con pan/

/Huevo estrellado/

/Trátalo bien, si lo has robado.../


Y los dos, se golpearon con la palma de la mano. Perfectamente coordinados.

¿Habrán ensayado sin que yo lo supiera?





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« S e h u n »





Sorbo del popote. Los lentes se deslizan por mi nariz y logro provocar el suspiro de alguna que otra mujer. Sonrió ladino y no sé en qué momento exactamente, me hice tan flirteado.

La mesa se encuentra sola.

Yo me encuentro solo.

Las mujeres que me miran están completamente solas.

¿Qué más necesito para que se elimine la soledad del mundo? Exacto. Combatir la soledad entre nosotros.

Hago un pequeño estiramiento de piernas, y es casi imposible que alguien me vea. Tarareo una canción, termino el bubble tea, y saco el celular.



¿Cómo que no puedes venir? —hablo fuerte, bastante sorprendido. — ¿Sabes todo lo que he hecho para reservar el día para ti? —Suelto un suspiro— Lo sé, lo sé, pero, ¿no pudiste haberme tomado en cuenta por un segundo? —Bajo la voz un poco, solo para darle emoción a la charla. — ¿Cómo puedes decir aquello tan a la ligera? Lo hago, pero tú...ya no te comprendo, ¿sabes? —Muerdo mi labio, quito los lentes por completo y las personas que me ven, pueden notar mis rojos y llorosos ojos. —Oh... ¿así que esto es una despedida? ¿Por teléfono? Lo entiendo.



Suelto un bufido y cuelgo. Muerdo de nueva cuenta mi labio. Me deprimo por completo. Siento las miradas de las personas, puedo escuchar como desde lejos y en bajo dicen un: «Pobre chico, lo han terminado». Con el dorso de mi mano, limpio las pequeñas lágrimas que salieron sin su permiso. Una pequeña pregunta, un asentimiento y mi ego se dispara por completo.

Intento evadir la mirada de las personas que están a mi lado, al igual que las que están frente de mí y solo mi mentón tiembla.



—No te preocupes, ella es una tonta.

—Tú mereces a alguien mejor.

—Ven aquí, nonna te consolará.

— ¡Yo también lo haré!



Soy tomado por las demás mujeres. Solo sonrío falsamente, decaído, desilusionado y afligido. Ellas solo quieren hacer que una sonrisa aparezca en mi rostro. En algún punto de toda la disputa sobre mi rompimiento, una de las mujeres tomó mi rostro y lo pegó por completo a su pecho. Dándome alentadoras frases para seguir mi vida. Como se lo agradezco.

Realmente los consejos de Kris, funcionan.


—Sal conmigo y olvídate de esa-

—Nonna, no puedes referirte a ella de esa manera. —Digo deprimido y el grupo de mujeres chillan por lo tierno que soy.

Aw, ¿Por qué los chicos lindos y de buen corazón encuentran a las peores? —Pregunta una de las que se encuentran frente a mí, es una castaña, bastante pequeña. Incluso creo que es de unos quince años.

Ella...no es de esa forma, solo...solo no congeniamos. —Les cuento en un suspiro y todas suspiran.

— ¿Por qué no puedo encontrar uno así? —pregunta de nuevo la pequeña mujer, y solo alzo mis hombros dándole a entender que no lo sé.


Varias preguntas después. Sus números telefónicos intercambiados por el mío. La comida siendo totalmente pagada por ellas, ya que, yo me encuentro deprimido. Los nombres de cada una de ellas, junto a sus posibles edades. Algo sorprendente el saber que la pequeña chica es mayor que yo por casi cinco años.

La puerta se abre, escucho un «Bienvenido» por parte de una de las meseras y levanto mi brazo haciéndole una seña a la persona que acaba de entrar.


— ¡Kai!


Solo me muestra una de sus sonrisas, y sin que lo diga u ordene, abre paso hasta llegar a donde me encuentro.

Una pequeña inclinación, y toma lugar a un lado de una de las mujeres, la que tiene el cabello negro y que, en sí, es bastante alta.


— ¿Qué haces Sehun-ah? —Pregunta bajo mientras despistadamente comienza a ver el menú.

—Su novia lo ha terminado. —La mujer de mi derecha le comenta y él de inmediato levanta el rostro, mirándome fijamente y con una mueca graciosa. «¿Novia?» Mueve sus labios y asiento de inmediato.

— ¿Novia? —Pregunta ahora, soltando la voz un tanto entretenido, y solo divago hasta afirmar. —Interesante. —Se relame los labios y solo suspiro.


Su platillo llego. Kai comienza a charlar animadamente con las demás mujeres, despejando su mente e incluso ligando. Volviendo a ser el viejo Kai que conocía. Realmente debo agradecerle a Kris por darme estas ideas. Incluso me revelo sus métodos y han funcionado perfectamente en Kai.

No sé en que momento nos volvimos tan diferentes si siempre hemos sido lo mismo.


— ¿Qué fue eso? —Preguntan y todos nos callamos. El silencio se hace presente y entre todos nos damos miradas cómplices. —Es como un animal rasgando algo...


Y los sonidos de pequeños aullidos seguidos del ruido de la tela siendo rasgada, unos leves gruñidos e intentamos adivinar qué es lo que crea aquellos sonidos. Sin esperar a más, se presentaron de nuevo.

Kai deja de comer y en una pequeña disculpa, se inclina, toma una pequeña maleta. ¿Cuándo fue exactamente que trajo consigo la maleta? Mejor aún, ¿Cuándo fue que comenzó a disculparse por las cosas que ha hecho? Él no es ese tipo de persona.

Toma algo entre sus manos y cariñosamente nos muestra el pequeño animal que cabe a la perfección en las palmas de sus manos. Solo pude percibir como las mujeres gritaban de la emoción por ver al pequeño chihuahua. Pidiendo cargarlo. ¿Acaso es un bebé?


— ¿Cuál es su nombre? ¿Ya lo has vacunado? ¿Qué edad tiene? —Lo atarean de preguntas, y sonrió divertido al ver el intento de Kai por querer responder, pero siendo interrumpido por otra pregunta, olvidando lo que estaba por decir en la primera y enfocándose en la segunda, solo para recibir una tercera pregunta y perdiendo el hilo de la conversación.

— ¿Es tuyo? —Pregunto y Kai solo asiente un tanto apenado.

—Sí. Lo compre hace poco.

— ¿Y qué paso con Monggu, Jjangu y Jjangah? —Kai cambia de asiento y ahora está a mi lado, mientras da una probada más a su comida. —Creí que habías dicho que nunca tendrías a otro bebé.

—Ellos están en la casa de mi padre. —hace una mueca y suspira. —Además me atrapó este pequeño cachorro.

— ¿Una chihuahua? —Pregunto incrédulo y Kai asiente.

— En realidad es "un" Chihuahua. Es macho. —Da un pequeño vistazo a su cachorro y sonríe tímidamente.

Uh...—fue lo último que pude decir antes de que no dijéramos palabra alguna.


Miro entretenido el pequeño animal. Pequeño. Ojos saltones. Asustadizo. Tímido. Aun no me cabe la idea del porque compro un chihuahua. Es algo así como la cosa más extraña. Ni siquiera va acorde al estilo de Kai.


— ¿Cuál es su nombre?


Miramos expectantes a Kai y él solo nos da una de sus alegres sonrisas. Esperando a que diga algún nombre lindo según el adorable ver del pequeño. El chihuahua se deja acariciar y por un instante, en un absurdo momento, recordé a esa persona que, de cierta forma, puede ser relacionada con un búho e incluso a un adorable cachorro como el que está frente a nosotros. Claramente eso era imposible, no me imagino a Kai comprando una mascota solo porque se parece a su ex.


Mierdazo.


Silencio.


—En realidad su nombre es Mie Ha Roo, pero me recordó a una persona...que también es una mierda. Además, es solo de cariño. —Lo suelta con tanta simpleza que la idea de que juegue con nosotros se extingue. —Pero, en verdad, es una mierda.


Doble silencio.


— ¿Puedes prestármelo, por favor?


Dos chicas se han ido, huyendo sin decir nada.


—Ojos deformes y enormes. ¿Te recuerda a alguien Sehun-ah?


Ahora han huido tres...


—Parece lindo y amoroso, pero en realidad, me odia. ¿Bastantes parecidos no?


Solo quedamos tres en la mesa, aparte del mini-cachorro, ay, qué vergüenza; ¿ahora con que palabras me disculpo después de que llegó mi amigo el rarito?


—Y, sobre todo, es una miniatura, ¿más pistas, Sehun-ah? ¿Adivinaste quien-?

—Kyungsoo. —el nombre salió y no, no fui yo quien lo dijo, por un instante ambos nos quedamos sin oxígeno. — Tú eres el chico de aquella vez, ¿cierto?

— ¿Quién...eres? —Preguntamos a la vez, mirando con temor a la pequeña mujer.

—Eso es lo de menos ahora. —La pequeña mujer lo dice con una faceta totalmente distinta a la que demostró hace algunos minutos atrás. Bebe de su malteada y se acomoda el flequillo con el dedo meñique, igual que una diva. —Ahora, lo que ustedes dos me contaran es: ¿Por qué Kyungsoo no ha querido hablar conmigo los últimos meses? O mejor aún, ¿Por qué estuvo hospitalizado?


Largos minutos de silencio, y la deprimente aura de Kai se hace presente. Doy un suspiro. Creí que ya todo había sido superado, no sé qué le sucede ahora. Conté una pequeña anécdota de lo que sucedió, omitiendo algunos detalles un tanto comprometedores y ella solo mueve la cabeza mientras hace algunos gestos un tanto lindos. El cachorro ahora se encuentra entre las manos de ella y le comienza a hacer algunos cariñitos.

De vez en cuando, damos vistazos a los meseros, solo para que no nos saquen del lugar, ya que las mascotas están prohibidas.

Nos cuenta cómo es que conoce a Kyungsoo y lo mal que se sintió al verlo hospitalizado. Pero nunca supo cómo fue que le sucedió aquello. Después suelta el nombre de «Jongdae», ¿Qué no es ese el nombre del hermano del Primer Lugar? Kai suelta un bufido y con odio le arrebata el cachorro.


—Ven con papá, Mierdazo. —El chihuahua le ladró. Y le ladró hasta que Boram-ssi lo tomo entre sus manos. Se calla por completo y creo que acabo de conocer a un perro bipolar por primera vez en mi vida. Con Kai, parecía que quería morderlo en cualquier momento y con Boram-ssi, se calmó incluso, su actitud cambio por completo. Ahora era un lindo cachorrito. — ¿Vieron como si me odia? —Kai lo señala y ambos asentimos. — ¿Por qué me odias, Mierdazo? ¡Soy tu padre!


Lo toma de nuevo y los graciosos ladridos se hicieron presentes.

Nos sacaron del lugar.

Boram-ssi, tuvo que despedirse de nosotros.

Mierdazo se quería ir con ella.

El chihuahua aun odia a Kai.

Pero no me odia a mí. Creo que solo tiene un conflicto con él, de ahí en más, las demás personas le agradamos.


— ¿A dónde iras de vacaciones, Sehun-ah? —Me pregunta mientras deja a Mierdazo en la maleta, quien está completamente dormido.

—Luhan-hyung, irá a China en la primera semana de vacaciones, no sé cuándo regrese...así que no lo sé. ¿Quieres que pase contigo mis vacaciones?

Uhm...no te preocupes, mi padre quiere que me vaya con él a Japón. Bueno...me ha obligado a ir con él. —da un largo suspiro y después nos detenemos frente a una de las tantas heladerías de Seúl.


Esto es tan extraño. No sé cómo poder contentarlo o por lo menos distraerlo, parece tan deprimido que ni siquiera ve con gran atención el camino que estamos recorriendo. O ha amenazado a las personas que le han chocado. Parece un zombie andante.

En definitiva. Este no es el Kai que solía conocer.

La maleta comienza a ser rasgada —o al menos, lo intentó— por las pequeñas y diminutas uñas de Mierdazo, Kai lo saca y entre leves caricias, le vuelve a ladrar. Quizás Mierdazo es quien lo distraiga de su sufrimiento. Aunque, no me fiaría mucho de un perro que me ladra. Pero, es Kai. Esa debe ser la manera en que se distraiga, incluso vi cómo se le forma una pequeña sonrisa cuando Mierdazo intento morderle el dedo o como su expresión se relajaba y ya no se veía tan fingido todo, solo cuando Mierdazo le mostró sus pequeños y blancos dientes, mientras le gruñe.

Es extraño.

Mierdazo y Kai son extraños.



— ¿Kai? Porque no salimos esta noche a...ya sabes, distraernos.

—Mierdazo necesitará que le dé de comer, quizás después.


Si fuera Luhan-hyung, lo estaría contentando ahora mismo con un traje de enfermera. A Luhan-hyung le gusta ser curado de aquella manera. Él dice que me veo bien en un blanco y diminuto traje. Además de que me confiesa que mi trasero es el más hermoso que haya visto antes.

Regordito y esponjosito. Son sus tiernas palabras para referirse a mi trasero.

Luhan-hyung me ama.



— ¿Quieres que pase la noche en tu departamento? No dormiré tranquilo sabiendo que Mierdazo puede matarte mientras duermes.

—Si quieres, Sehun-ah.



No pasó mucho después. Kai y yo nos tuvimos que separar. Al parecer debía llevar al veterinario a Mierdazo porque casi se comió uno de sus zapatos, aunque fue una exageración, me mostró el zapato y solo fue la goma. Me burle un poco de Kai al conocer sus zapatos de goma chirriantes de relajación. Para nada el estilo de él. Muchas cosas han cambiado, pero creo que no es el momento de decirlo.

Entro a la familiar tintorería. Busco por todos lados y no aparece nadie. Me paro en mi pie derecho y después cambio todo mi peso al otro, pareciendo que quiero hacer del baño. Tía Liahn aparece preguntándome la razón que me trae por aquel lugar. Antes de que pudiera responderle, me avisa que hyung está dentro.

Dando brinquitos, busco alegre por todo el lugar. Me detengo en el enorme almacén y de forma juguetona me acerco a hyung. Digo un pequeño «Boo» y hyung se sobresalta.



—Y-yo no estaba preparado, además no me asustaste, ¿entendido?

—Claro, hyung. —Respondo divertido y Luhan-hyung, toma uno de los tantos suavizantes. —Tengamos una cita, hyung. —Le casi ordeno alegre y él solo gime en desaprobación.

—Tengo trabajo, Sehun-ah.

Uhm...lo entiendo, hyung.



Caminamos hasta quedar frente a unas inmensas lavadoras y secadoras. Hyung vierte del suavizante y lo demás es magia de las maquinas con motor.

Mira su muñeca, hace un gesto y después, soba su cuello. Hace otra mueca, y parece estar realmente cansado.



—Aunque, ¿Sehun, podrías ayudar a hyung con su dolor de espalda? —Pregunta un tanto apenado, y solo afirmo alegre. —Pero... ¿sabes? Me gustaría obtener un masaje. —Muerde su labio y evita mirarme.

— ¿Y? —Doy un paso al frente de él.

—Pues, ya sabes... siempre quise que una masajista profesional lo hiciera para mí.



Muchas veces me he preguntado, ¿Luhan-hyung tiene algún complejo con su apariencia y por eso me hace vestirme de mujer? Aunque casi siempre me quedan geniales los trajes que elige para mí, excepto el de oso. Ese no me queda genial. Son un poco incomodos, por eso de mi masculinidad más que nada, pero no me atrevo a decírselo, después de todo, hyung se vuelve un caliente cuando me ve con algún disfraz, me gustaría hacerlo más seguido con ropa normal, pero por hyung hago lo que sea.

De cualquier manera, no importa. Si hyung me dice que me queda bien el disfraz. Con eso me conformo.





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« J o n g d a e »





Mi cabeza esta que casi explota. Minseok ha desaparecido. O bueno, me ha evitado desde que salimos de Neibor, o bueno, las vacaciones. Soo me ha dicho que le dé tiempo. Micky me ha dicho que parezco un rarito, él no sabe la realidad de mi amor por el chico más lindo y hermoso de la galaxia —homosexualidad— y, sobre todo, no sabe nada de Minseok-hyung. Luhan se ha burlado de mí. Debo encontrar un punto débil en él, y burlarme de él de igual manera. Papá, bueno...él lo ha intentado. Ahora solo debo confiar en los sabios consejos de hyung.


—No te preocupes Dae, Xiumin aún está en negación por la realidad. —da un vistazo a todo el bar, sonríe coqueto y después da un trago a su bebida. —Dale un poco de tiempo.

—Es lo mismo que dijo Soo. —Respondo deprimido y hyung solo suspira. Hace una seña, levantando su mano y con dos de sus dedos, hace el gesto de "ven". Volteo adonde él mira y lo encuentro. Un par de mujeres caminan sonrientes. —Hyung...

—No soy bueno en los consejos, Dae, pero...no puedo permitirme el verte triste.



Una de las mujeres se sienta a mi lado, hace un pequeño gesto y de la nada, toma mi brazo, se acerca a susurrarme al oído, ya que no puede decirlo libremente por lo alto de la música. Quizá hyung no sea el mejor para los consejos, pero si el mejor para consolar a alguien.

Las canciones comienzan a pasar, ahora son presentación de cantantes en vivo. Es una balada, el autor nos pide a las parejas pasar al frente y bailemos libremente su música. La mujer ahora toma más atribuciones, y se atreve a beber de forma erótica mientras se pega más a mi cuerpo. Gracias a la invitación del cantante, me pide que la acompañe por esta canción. No puedo solo quedar estancado en un rompimiento, necesito al menos, despejar mi mente. ¿Para eso estamos ahí, que no?


—Vamos.


Las yemas de mis dedos tocan seductores la cintura de la mujer. Hyori. ¿Lindo nombre no? Solo espero a que ella me cante: «Bad bad bad bad girls», pero bueno, esta Hyori no es morena, es demasiado pálida.

Nos encontramos en el centro de la pista. Las demás parejas a nuestro alrededor. El ambiente se vuelve tan lento, que lo hace perfecto. Tan perfecto como si la mujer que está en mis manos es la indicada. Tan perfecto que, me hace querer olvidar a hyung. Tan perfecto que por primera vez me cuestiono: ¿Por qué razón jamás tuvimos un baile como este? Es decir, ¿realmente solo estuvimos juntos por tener sexo y ya? ¿Aparte de nuestros amigos quienes más conocían nuestra relación? Yo siempre hice lo necesario para que nuestro amor floreciera, ¿acaso solo porque le mentí en algo irrelevante me odiará?


— ¿Te encuentras bien?

—Sí, solo estaba pensando en algo. —susurro a su oído y ella de inmediato se muerde el labio.

— ¿En qué cosa? —De puntillas se para, recargando sus pequeñas manos sobre mi pecho. Inhalo de aquel perfume a fresa y sonrío.

—En lo perfecta que eres.


Frente a todos los presentes, con la tenue música que lentamente se agota, las palabras de la presentadora quien cuenta la historia ante la siguiente canción, los pulgares arriba de hyung y los labios de Hyori. La canción terminó.

Al menos no he perdido el toque para los cumplidos, y no soy quien termina dando el siguiente paso. Siempre son ellas.

Lentamente, tomo su cintura. Dando un poco de presión cada cierto tiempo, muevo mis labios y ella me imita. Nos separamos al escuchar los aplausos de las demás personas. Paso mi dedo pulgar por los delicados labios y al final dejo un beso más. Doy un pequeño vistazo a Junmyeon, y lo encuentro con una expresión de sorpresa. Es divertido verlo haciendo ese tipo de expresiones, es lo único que puede hacer bien para hacerme sonreír.


Lo peor de todo, es que ambos terminaron. ¿La razón? La vergüenza. —Una risita y los labios de Hyori, la mejor combinación. — Él creía que todo lo hacía bien. Al fin de cuentas él cambio para que ambos estuvieran juntos, ¿linda historia no? Pero, ¿Qué sucede cuando solo el cambio es dentro y no fuera?


Murmullos, hyung parece que no puede respirar o bueno, sigue con aquella expresión. Hyori me pide que vayamos a un lugar más placentero.


El autor hace una comparación de la canción con la frase: "detrás de la puerta", ¿Qué pasa detrás de ella? ¿Todo es distinto o sigue igual después de cruzar? La puerta separa dos mundos totalmente distintos. Quizás muchos no lo crean así, pero, puedes cambiar bastante al dar un paso fuera.


En realidad, no le presté mucha atención a las palabras, solo sabía que este lugar no es lo suficiente a como mi estimada amiga desea estar. Así que, adiós bar que nunca recordaré pero que tiene buen ambiente. Adiós...


Xiumin, ¿Me acompañarías a bailar en esta pieza? — Una pregunta, y todo el mundo se detiene.

Lo haría, pero, ¿Quién cantaría?

¡Oh maldita suerte la mía! —todos se ríen divertidos, giro a ver el escenario y con exactitud, él está ahí, charlando divertido con la mujer a su costado.


Doy un paso en su dirección, pero la música comienza a aparecer. Otro pasó más, y ahora estoy más cerca de ellos. Minseok canta con tanto sentimiento, que hace que todo dentro de mí hierve de la ira al ver cómo le dedica un guiño a la mujer. La música fluye, provocando que las personas se muevan con lentitud y parsimonia, mostrando sus pasos que hacen compás con la música.

Ahora estoy frente al escenario. Minseok no me ha notado. Hyori toma mi brazo y me pregunta que sucede.

Minseok toma de la cintura a su acompañante, se ve demasiado varonil, a pesar de tener un rostro tan tierno. Ambos cantan a dueto. Parecen una pareja, no lo negaré, una linda pareja y eso me hierve de un coraje insano. Por mi cabeza aparecieron las mil y una formas de tomar a hyung y alejarlo de aquella mujer. De dejarlo en cautiverio hasta que tenga Estocolmo y me amé más de lo que ya lo hace. De gritarle a la mujer que se aleje, que no puede toquetearlo y mucho menos intentar ligárselo. De esas formas de las malas que te hacen ser irracional, de las mismas a que Soo le pegaron y por eso estuvo en el hospital.

Quería dejarle en claro a todos los presentes que no podían tener más que un «hola» por parte de Minnie. No pensaba en nada más que no fuera en los miles maneras en las que haré que confiese su amor ante mí. Que, por una buena vez, acepte que es demasiado celoso, y, por lo tanto, nuestro rompimiento solo son parte del paquete.

Quería decirle a hyung que solo yo soy la persona de su vida, y no puede tener a nadie más.

No quería que nadie más viera esa faceta de hyung, esa adorable y encantadora faceta que solo me ha dado a mí.

Quería declararle mis sentimientos y decirle que siempre estaré ahí para él. El tiempo que sea necesario. Que lo esperaré aun cuando siga sin creer mi identidad. Que lo esperaré hasta que lo supere y no me vea más como el hijo de su pronto-a-ser jefe.

Pero.

Algo en mí.

No me dejaba hacerlo.



—Vámonos. —Aviso y Hyori asiente de inmediato.





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« S e h u n »





— ¡Mierdazo, tío Sehun vino a visitarte! —Grita Kai y el pequeño chihuahua sale corriendo de su escondite. Saco el pequeño hueso de juguete que traje como presente, me agacho y se lo entrego. Mierdazo lo mastica emocionado. —Creí que vendrías hace dos días.

—Oh, sí, este...ocurrieron algunos percances y hasta hoy estuve disponible. —Le sonrió y entro a su departamento.



Suelto un largo suspiro y tomo lugar en el enorme sillón en «L». Luhan hyung, después del masaje, necesitó una enfermera que lo cuidara porque estaba indispuesto...y eso de que ahora viva solo, apartado de la tía Liahn, nos da un mayor tiempo con las terapias físicas para que su cuerpo se encuentre en buen estado.

También se le dio la idea, apenas ayer, de que quería una novia...



—Mierdazo, ven con papá. —Un ladrido. —Niño malo, entrégame mi zapato. —Otro ladrido. — ¡Ven aquí! —Mierdazo lo ignora y regresa a su escondite.

— ¿Por qué no has entrado a clases eh? Chanyeol está preocupado por ti.

— ¿Aún hay clases? —Pregunta con tanto asombro que no puedo detener el palmearme la frente.



Suspiro y sé que esto no lleva a nada bueno. Comenzamos a ver una película. Yo cociné. Ambos estábamos tan entretenidos viendo la película de acción que quizás Mierdazo se sintió ignorado y ahora se encuentra recostado en el estómago de Kai. ¿Quién lo diría? Este pequeño animalito tiene sentimientos encontrados con su padre. No lo odia después de todo.

Aún estoy en un fuerte quiebre emocional al saber que Duke está muerto. ¡Él es el bendito protagonista de todo! O eso creo, de cualquier manera, ¿Cómo puede morir alguien como él? Aunque, bueno, Snake Eyes, también es alguien increíble en toda la trayectoria de G.I. Joe...



—Mierdazo hijo de- ¡argh! — Juro que vi a Mierdazo sonreír de forma sádica-burlona y después anda su camino como si nada hubiese ocurrido, como si no hubiera cagado a Kai. — ¡Ven aquí animal del infierno! —Incluso he visto como se giraba y le sacaba la lengua.


¿Exagero? Quizás.




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« J o n g d a e »




Doy un trago a mi alcohólica bebida, ¿Cómo llegué a este bar de no muy buena muerte? Solo un rechazo, y eso fue lo único que bastó para llegar a este lugar. Escucho a lo lejos a un camarada que ha sufrido la misma suerte que yo: Jung Jong Dae. Y eso. Eso no lo puedo permitir. Estamos perdiendo cada día más la fe en la humanidad y yo soy quien debe ayudarles a encontrarla.



—Escuchen esto, el ser humano ha tenido que pasar por cientos de pruebas a lo largo de la historia. Matar dinosaurios, descubrir el fuego, la caza de animales salvajes como el tigre dientes de sable, el mamut, entre otros. —Doy un paso al frente y todos los presentes se me quedan mirando. —Nomadismo, donde debían darse la prueba de sobrevivencia y viajar desde Alaska, pasando por el estrecho de Bering hasta Asía. ¿Ser sedentario? Eso era para niñas que no querían aventurar.



Tomo mi bebida entre mis manos y doy un largo trago. Haciendo un gutural sonido al final.



— ¿Hogar? ¡Los nómadas queríamos conquistar todo lo que se pudiera! ¡Cualquier lugar era nuestro hogar! Queríamos demostrar cuan poderosos y valerosos éramos. ¡Arriesgar nuestras vidas en cada nueva aventura! ¡En cada lugar nuevo! ¿Qué ha sucedido hoy en día, díganme?



Me muevo de la mesa y todos me siguen con la mirada. Entretenidos.



—Nuestra generación de hombres pasó por mucho. Mientras las mujeres esperaban a nuestra llegada, con nuestros pequeños que añoraban ser tan valientes como lo éramos. Pero... ¿Qué le ha pasado a nuestra generación? ¡Siglo Veintiuno, dicen! Eso, dicen aquellos que quieren transformar al ser humano. Que solo porque es el siglo veinte debemos quedar esperanzados a ver como la tecnología avanza y no rasgar con nuestras propias manos lo que deseamos. ¡Tal como siempre lo hicimos!

— ¡Cierto!

— ¡Sí!

¡Al diablo la nueva generación!



Doy un trago a mi bebida.



—Pero, ¿Dónde dejamos la independencia y la cambiamos por el conformismo? ¡Donde está! Antes, luchábamos por lo que queríamos, lo encaramos cara a cara. ¡Y escuchen bien! Nunca podíamos recibir un «no» como respuesta. ¿Por qué? ¡Porque dominábamos! ¡Éramos los machos alfa de la manada! ¡Los hombres que no le teníamos miedo a nada! —golpeo la mesa y todos gritan en asentimiento. — ¡¿Dónde quedamos los machos que no le tenemos miedo a nada?! ¡¿Los que no le tememos a los rechazos?! ¡¿Dónde, mis camaradas?!

— ¡Aquí!

¡Ugya! — ¿Enserio? "Ugya", ¿enserio? — ¡Aquí!

— ¿Hacer barcos? Por favor, "hay máquinas para eso". Eso dicen ellos, pero ¿de qué nos sirve si después seremos reemplazados por aquellas maquinas? ¡Necesitamos adrenalina! ¡Tenemos sed de venganza! ¡Necesitamos sentirnos vivos por una vez de nuevo! ¡¿Quién está conmigo?!

¡Yo! ¡Nosotros! ¡Aquí! ¡Yo! —Gritan con la testosterona a flor de piel.

— ¡Dejemos en claro que una simple ruptura no dañara nuestra virilidad! ¡Somos hombres! ¡Necesitamos vivir todo tipo de situaciones!

— ¡Sí!

— ¡Estoy contigo!

— ¡Así es mis hermanos! Demostrémosle al mundo que los verdaderos machos aun somos pocos, pero hemos sobrevivido. ¡Dejémoslo en claro que los verdaderos Alfa aún continúan a pie! Tengamos las mujeres que queramos, ¡Vivamos la poligamia sin que nos importe lo que los demás digan! Al fin de cuentas, ¡Así es como se debe vivir! ¡Siempre disfrutar! ¡Siempre-!

— ¡Jode tu maldita charla machista y trae tu maldito trasero aquí Jongdae!



Miro con superioridad el pequeño cuerpo de Soo, y bramo un «Ugya». Los demás me imitan, haciendo que todo el bar se llene de «Ugya's». Hago un movimiento con las manos para que todos se silencien, y me obedecen de inmediato.

Kyungsoo frunce el ceño y lo reto con la mirada.



—Hermanos, un semental se les va.



Lo intenté, pero...Kyungsoo da más miedo.





• ♦ •

« K y u n g s o o »





Goyang, Goyang, Goyang. Tiempo sin vernos. ¿Dos? ¿Un mes? ¿Hace cuánto que no estamos juntos mi querido Goyang?

Tomo las flores y bajo de inmediato del auto. Ando por el parque conmemorativo y voy a visitar la tumba de mamá.



—Kyungsoo, solo espera en lo que estaciono el auto y-

—Te esperaré arriba, espero y encontrarte con vida por la vereda. —Le aviso divertido y papá frunce el ceño.

¡Yah! En mis tiempos era un gran deportista, incluso el bailarín principal del grupo. Una simple vereda no me hará nada.

—Claro. —Ruedo los ojos y papá pega el grito, sé que no debo hacerlo enfadar, es un poco grande de edad, pero...no lo puedo resistir. —Pero te lastimaste la rodilla y ahora ya no es lo mismo.

— ¡Te digo que es cierto! —Grita furioso. — ¡Soy un gran deportista! Incluso para mi edad, tengo buena condición.

—Como digas, papá-abuelito, te espero arriba.



Antes de que papá pudiera bajar del auto y darme un buen chingadazo de padre corrector, salgo corriendo. Me detengo cuando siento que no vendrá tras de mí, y camino normalmente por aquella extensa vereda inclinada, que me hace pensar sobre mi gordura. No me puedo rendir ahora.

Puedo con esto. Puedo subirla sin que me falte el aire o que mi pierna duela. Puedo hacerlo.

Siete minutos y realmente me arrepiento de las palabras que le dije a papá hace algunos minutos atrás. Ambos debemos mejorar nuestra condición. Desde hoy, no más cocina para nosotros. No importa que queramos ser unos chefs de antaño o panaderos. No más recetas para nosotros dos.



¿Do Kyung Soo? —Preguntan a mis espaldas y me doy un giro triple con voltereta mortal doble por el susto. Creo que parecía un gato asustado. Toco a lado de mi corazón y después suelto el aire al ver al profesor Shim.

—Profesor Shim... ¿Qué hace en este lugar?

—Lo mismo me pregunto, ¿qué haces en este lugar? —Se cruza de brazos y no puedo ante tanta testosterona. Solo me queda confesarme.

—La tumba de mi madre está en este lugar y solo vengo a visitarla. —Meneo las flores y el profesor Shim, se apena de inmediato, incluso lo vi sudar por no saber que decir en estos momentos.

—Y-yo...

— ¿Y usted profesor? ¿Viene a visitar a alguien en especial?

Uhm...sí.



Después de eso, o dijimos o hablamos nada. Solo caminábamos. Me sorprendí un poco al descubrir que íbamos por el mismo camino, incluso ya no me acordaba de papá, ¿se habrá quedado a media vereda tomando un "descanso"?

Nosotros dos, continuamos caminando.



—Oh, por aquí es por donde yo voy. —Aviso y antes de poder girarme a tomar otra ruta, las palabras del profesor me detienen.

— ¿Enserio? Yo también voy por ahí. —Suelto un silbido, esto sí que es sorprendente.

—Entonces, vamos.



El profesor Shim, es un hombre muy varonil. ¿Qué edad tendrá? ¿Unos treinta? Creo que tiene unos treinta y cinco, más o menos. Doblo a la derecha, y para mi sorpresa, él lo hace igual. Seguimos caminando. El crujir de las hojas secas de los árboles, cuando las pisamos sin piedad y unos cuantos metros más. Llego.

Hago una pequeña inclinación. Acomodo las flores, y quedo en gran shock emocional al ver al profesor Shim, haciendo exactamente lo mismo.

A mi lado.

En la tumba de mamá.

Y con una gran expresión de susto.



—...Tú.



Silencio.

Doble silencio.



¿Do Chung Ah?



Un asentimiento y los gritos de ambos al descubrir la verdad.

El profesor diciendo que era realmente estúpido, ya que, soy un «Do». ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Después del shock. Ambos comenzamos a compartir alguna que otra historia de mi madre. Sí. Madre.

Al parecer el profesor Shim fue un enamorado de ella. Mi madre era una rompe corazones, de eso no hay duda alguna.



—Espera, ¿tú papá? Creí que no tenías. —soltó con confusión y me pongo nervioso al tener que contarle la verdad. Es decir, ¿Quién se metería con un hombre tan varonil como él? Puede golpearme con su varonilismo y dejarme muerto. No me pienso arriesgar. — ¿Acaso Chungah se casó?

—Sí...este...ajá...no...bueno...verá...este...no.

—No te entiendo. —Su tono de voz es duro. De ese mismo que ponía cuando quería que cantara una nota alta y no podía. Del mismo que dice «Hazlo» y que no te puedes negar a hacerlo.

—Mamá no se casó otra vez, es decir...tuvo un amorío, bueno, no amorío, bien, sí fue un amorío... cuando estaba en la universidad. De ahí sucedieron las cosas...y pues, bueno...fue un proceso de algunos meses de inversión y nací yo.

—Espera...—Se detiene a procesar lo dicho y frunce el ceño. —Chungah solo estuvo saliendo con-solo salió con-

— ¡Oh Dios, Kyungsoo! Estoy perdiendo el toque, de eso estoy más que seguro. Los años están haciendo factura, no creo que-

Yunho. —Repetimos al mismo tiempo. Solo que el profesor Shim, parecía que estaba por darle un ataque por lo molesto que se encontraba y yo, lo decía alegre.

— ¿Oh? ¿Changmin-ssi?





• ♦ •

« J o n g d a e »





Doy un último suspiro. Está más que claro que Minseok ha tomado su decisión ya—terrible decisión, si me preguntaran—, y ante eso, no puedo interferir. Creo que esto será un adiós para nosotros.



— ¡Esto es el fin del mundo! ¡Repito! ¡El fin del mundo se acerca! Mujeres, niños, y vírgenes, de esta no hay escapatoria. —Comienza a alardear Micky y solo me queda resignarme a agradecer que sus tonterías me hagan reír.

— ¿Cómo puede una persona de casi cien, ser tan inmadura? —Pregunto con sarna de burla y guiño. —Lo digo por ti, Micky.

—Soy tu tío, niño.



Yoochun termina de gritar, y antes de que pudiera decir algo más. La puerta principal se abre. Junsu entra hablando alegremente con alguien. Papá se levanta de su lugar e incluso hace algunos gestos para ver cómo sería mejor saludar.

Yo aún sigo deprimido, así que continuo en el sillón. Papá me pellizcó solo para saludar a nuestro invitado.



—Changmin-ssi, yo- —Papá habla entre tartamudeos, soba sus manos de forma nerviosa, y solo dejo de verlo para inspeccionar al invitado.

—Solo estoy aquí por Kyungsoo, no te hagas muchas ilusiones. —frunzo el ceño por tal respuesta, este hombre me está cayendo cada vez más mal. Y eso que apenas lo conozco. Tan tosco al intentar entablar una conversación con mi padre, no lo puedo permitir.



La puerta se abre de nueva cuenta, Jaejoong entra prácticamente corriendo. Lanzándose a los brazos del amargado hombre y diciendo diminutivos de su posible nombre.

Fue lanzado al piso por el amargado.

Se volvió a trepar a él, pude ver claramente su cara de molestia por las caricias indecentes que Jaejoong le daba. Agradecí internamente que Jaejoong fuera tan empalagoso, lo haría ver su suerte en este momento. Se lo merece por ser amargado.



—Cuanto tiempo, Min. —El traicionero de Micky lo recibe alegremente.

—Nos vimos hace poco. —Responde secamente, y ya estoy odiándolo más.

Uhm...quiero de vuelta al chico lindo. —Murmura Micky e infantilmente le saca la lengua. Me sentí ofendido ante la actitud de mi adulto tío. Yo mínimo hubiera puesto mi cara de enfado, mientras le saco la lengua. Le demostraría que mi desprecio, va en serio.



Más tiempo incomodo tuvimos que pasar, ya que a la persona que el amargado esperaba, aun no llegaba. A ellos parecía no importarles su fría y tosca actitud. Es más, el ambiente del lugar, parecía no quebrantarse. Tan conformistas todos.

Papá intenta entablar una mayor cantidad de charlas con el amargado, fallando iracundamente. Incluso noté como este desencajaba la quijada cada que papá intentaba preguntar algo. Yo no permanecería alado de una persona que me odia.



—No seas hipócrita Yunho, ¿crees que no-?

—Lo siento, ¿sí? —Papá se pone rojo, quizás desesperado porque su invitado intente evadir cualquier acercamiento suyo. — ¿Cuánto más debo decirlo? ¿Crees que no me siento mal conmigo mismo? ¿Acaso-?

—Siempre fuiste un hipócrita. —el amargado por primera vez muestra otra faceta, esto se está poniendo emocionante. Tomo lugar más cómodamente en el sillón, y miro atento. —Tú sabias lo que sentía, ¡por Dios, todos lo sabían!

—Changmin...

— ¿No crees que hubiera sido mejor si en lugar de enamorarte de ella "erróneamente", me lo hubieras dicho? Quizás el impacto hubiera sido menos fuerte.

—Fui egoísta e idiota. —Papá confiesa, mientras soba uno solo de sus dedos. No sé de qué trate todo esto, pero es bastante intrigante. —Era un inmaduro...

—No, tú eres un egoísta, eres un idiota, y sigues siendo un inmaduro. — ¡Porque mierda está este ambiente de pena en este lugar! ¿Dónde quedó el anterior? Donde todo era risas y alegría. ¿Por qué de la nada el radical cambio? —Eso, todos lo sabemos.



Nadie dijo o le reclamó algo. Es como si hubiera dado en el blanco. Esto despeja mi mente de Minseok.

Hablando de Minseok, ¿Qué estará haciendo en este momento? Tal vez, realmente deba dejar de pensar en él. Aunque claro, es casi imposible. Quizá, deba haber un cambio de planes y ya no me deba rendir.

Un secuestro siempre es bueno.



—Me das lástima, Yunho. —El amargado me hace salir de mis pensamientos. Sus duras palabras me hacen enfurecer de inmediato. ¿Por qué todos parecen tomar sus estúpidos sermones tan a pecho? ¿Es acaso cierto lo que dice? —Pero ¿saben quién me da más lastima? exacto, esa estúpida persona que no puede entender que jamás tendrás los suficientes pantalones para-



¡Y maldita mierda! ¡Jodido Kyungsoo se le ocurre llegar a esta hora! ¡Justo en el momento más emblemático de la charla! Hubiera deseado mil veces que lo haya atropellado un maldito autobús y que ahora este en la camilla del maldito hospital, pero, ¡quiero saber lo que estaba por decir!

Me retracto.

No quiero ver a mi hermanito en el hospital, al menos, no otra vez.

Te amo Soo~.



—Estoy en casa.

— ¡Bienvenido!

—Tienes visitas, Soo.



¡Gracias, maldita sea! ¡Gracias! Ahora ya todos han olvidado el tema principal.





• ♦ •

« S e h u n »





El peso de alguien más se hace presente. Pequeñas cosquillas siento en la nariz, gruño porque, ¿Quién tiene suficientes agallas para despertarme a esta hora?

Exacto. Luhan-hyung.



— ¿Qué es eso? —Bostezo, y me rasco el brazo, miró fijamente la enorme televisión y detrás de esta, sale Luhan. — ¿Qué haces, hyung? —Toma el control remoto y se recuesta a mi lado. Intento levantarme, pero mi cadera duele. No debo volver a jugar con hyung. Ser flexible no es lo mío.

— ¿Recuerdas aquella película que te conté sobre Mulan? Bueno, no era una película en si...es más bien-

— ¿Cuándo nos besamos por primera vez? —Sonrojo. Hyung está sonrojado y asiente apenado. ¿Cómo puede ser tan hermoso?

Ajá...

— ¿Qué sucede con ella? —Pregunto mientras me levanto de la cómoda y calientita cama. ¿Apenas son las tres de la tarde? Me estoy haciendo un flojo para despertarme.

—Que estaba buscando entre mis curiosidades, y di con ella. —Me nalguea cuando intente agacharme por el bóxer y suelto un jadeo. —Y me preguntaba, ¿quieres verla conmigo?

—Claro. —respondo casi de inmediato, a lo que recuerdo que me había contado, esto es la humillación pura.



Ambos tomamos lugar en la cama. Hyung presiona algunos botones y a película comienza. Lo primero que vemos es al Primer lugar y a Luhan, cantando a dueto unas canciones de... ¿la sirenita?



¡Bwua-jajaja! —Mi abdomen duele, me retuerzo como gusano y Luhan se para a cubrir la pantalla. Pidiéndome que me mantenga callado y lanzándome el control al final.

— ¡Me equivoque! ¡Me equivoque, esa no era!



Muy a mi pesar detengo la risa. Luhan se me queda mirando, amenazándome para que no vuelva a reírme. Le digo que ya ha pasado, que incluso lo había olvidado. Es más, ¿de que hablábamos?

Presiona unos cuántos botones más, y la pantalla se pone negra. Pasan algunos segundos y la luz se hace presente. Frente a nosotros, aparece un más joven —pero muy idéntico— Luhan. Volteo a verlo y él se muerde el labio de la emoción. Le planto un beso y deja atrás la televisión.



Hermoso.

—Calla...—Me ordena más que avergonzado y por acción propia, pasó mi brazo por sus hombros.



Comienza a hacer una presentación. Después aparece Kyungsoo, con una enorme gabardina roja. Luhan y yo nos carcajeamos en el momento que Chen —hermano del Primer Lugar— se le queda mirando y pregunta porque viene de caperucita roja. Hace un enfoque al rostro de enojo de Kyungsoo y nos carcajeamos a un más.

Luhan es algo así como, el camarógrafo, así que su voz es la que se escucha al momento de intentar hacer entrevistas a los humillados. Aparece el Primer lugar, él no quería mostrar su rostro. Después llega su hermano y le hace bullying, quitándole la capucha.

Creo que me orine de la risa al verlo como toda una anciana. Luhan golpea su rostro de la risa, y se pone completamente rojo al ya no poder resistir más.



Hannie, ¿son raros no? Pero son mis amigos...—su alegre mirada, aquellas medias lunas que se le forman de mera alegría, y son dirigidas para otra persona...otra persona que posiblemente ya lo olvidó. —Hannie...



Solo eso fue suficiente para que cualquier alegría se haya esfumado. Me levanto de mi lugar, hyung me mira un tanto divertido y consternado. Me coloco los vaqueros, tomo una playera cualquiera del armario y sin que le dé tiempo para que pregunte algo salgo, azotando la puerta de la habitación a mi paso.



— ¡Sehun!



Fue lo último que escuché antes de salir del departamento.





• ♦ •

« J o n g d a e »




Suspiro al ver el enorme rascacielos.

Si alguien se lanzara desde la azotea, ¿Cuánto tiempo durará en que su cuerpo toque el firme pavimento?

Bueno, todo estaría más que calculado con una simple formula. Primero tendríamos que obtener los datos correspondientes, como son: altura del rascacielos, el peso de la persona, la gravedad y...


—Jongdae-hyung, ¿me estas escuchando?

—¿...Ah? —Bajo la mirada hasta encontrarme con la bajita persona que me habla. —No, en realidad no lo hago Condón, ¿Qué decías?


Creo que me estoy haciendo un antisocial, ¡Solo salgo con Samuel! Eso, no es normal en mí. Y salgo cada que él tiene la intención y el tiempo de hacerlo.


—Tomémonos una foto, quiero atesorarla como un recuerdo. —me confiesa entusiasmado. ¿Romper sus ilusiones? Eso no se hace. Debo ser un hermano mayor ejemplar.

— ¿Llevas dinero contigo? —Me muestra su billetera y saca unos cuantos billetes junto a su tarjeta de crédito. —Tú pagas los helados, ¿entendiste?

— ¡Si, señor!


Después de veintidós fotografías, seis selfies, nueve solos, dos "stupid-face". De las cuales, tres fueron a parar en instagram, una a twitter. Y otra más a su blog personal —tumblr—. Él comienza a indagar en mi celular. Intercambiando alguna que otra fotografía, yo no dije nada, ni vi nada...me compró con un helado de choco-menta.


—Hyung, ¿Quién es él? —Me muestra el celular. Exactamente en una imagen donde estamos Hyung, Soo, Jaejoong, Luhan y yo.

—Kim Jae Joong, un actor de-

—No, él no. —Señala en dirección a Luhan, doy una probada más a mi delicioso helado. —Él.

—Luhan-Ge, ¿por qué? —Pregunto con indiferencia. Doy una probada más y me deleito con aquel sabor.


Ignoro por completo la mirada de: algo no cuadra aquí, que el pequeño Samuel pegó. Busca algo en su celular y después vuelve a mirar la foto de nosotros. Hace zoom con sus pequeñitos dedos, y me hace pensar, ¿Qué edad dijo que tenía? Frunce el ceño cuando compara algo. Me entrega su celular y por un instante, estuve a punto de morir asfixiado por el frio y duro helado.



Se parece a Hansol-hyung.





• ♦ •

« S e h u n »





Un beso, sus cálidos labios que se ajustan a la perfección en los míos, succionan levemente. Una mordida y mi quejido porque hyung ha sido malo. Él mismo dijo que sin marcas, ahora ha roto un acuerdo.

Cambiamos de papeles y ahora dejo de estar sobre su regazo y estoy sobre su cuerpo. Sin pudor alguno me restriego levemente, haciendo unos cortos movimientos de cadera. Sintiendo como se tensa de inmediato y como hace mayor presión sobre mi cintura con sus brazos.

Luhan-hyung es un caliente.

Luhan-hyung solo me ama a mí.

Paso mi mano por su plano abdomen y él de inmediato suelta unas risitas. Sin previo aviso, le quito los pantalones, dejándolo en solo calzoncillos. Amo los calzoncillos de Luhan-hyung. Yo mismo se los compré. Son de unos conejitos, los acepto sin replicar.

Eso me pone aún más. Muerdo su cuello y cuando me amenaza que, si le deje marca, él me hará dos por cada que encuentre, algo dentro de mí se revolotea.



—Seis. —Advierte y como si estuviera diciendo algo divertido, comienzo a reír. Quito la musculosa y le señalo donde los quiero.

—Eso los convierte en doce. —Respondo cantarín y a Luhan se le es casi imposible el no reírse por la emoción.



Primera mordida, y grito porque realmente me dolió.

Segunda mordida, y me carcajeo porque fue en mi ombligo.

Tercera mordida, y de la nada, Luhan ya no trae ropa. Son mágicas las mordidas.

Cuarta mordida, y mi amigo ya está más que listo para buscar acción.

Quinta mordida, y los labios de hyung, me callan cualquier intento de reclamar el hecho de que quisiera comer mi piel. Era como si fuera un caníbal.

Sexta mordida, y el juguetón de hyung, se está restregando con ímpetu.

Séptima mordida, y el teléfono suena.

Octava mordida, y mi mano fue el que sufrió las consecuencias al querer arrebatar el teléfono.

Novena mordida, y ahora Luhan-hyung está poniendo su ropa. Me mordió porque no lo soltaba.

Decima mordida, y mi cuello sigue doliendo. Yo fui quien lo mordió, el hizo un movimiento de lucha libre, su brazo rodeando mi cuello y como si estuviéramos en un ring de boxeo, me lanza contra la cama.

Onceaba mordida, y mis labios parecen los de Kai por la mordida que hyung me dio al no quererlo dejar ir. Incluso estoy sangrando de mi labio.

Doceava mordida, aunque fue ficticia, mi corazón tuvo una mordida de muerte al escuchar el nombre de «Hansol» proviniendo de los celestiales labios de hyung. Creo que moriré desangrado por la pena de haber sufrido de su engaño.



—Hyung...no-

—Lo siento, Sehun-ah.



Luhan-hyung, no me ama.

Luhan-hyung, ama a ese maldito de Hansol.

Luhan-hyung, es un imbécil al ir por él. Seguro el tal Hansol ya no lo recuerda.

Luhan-hyung, ¿Por qué eres tan cruel conmigo?





• ♦ •

« J o n g d a e »





Me quedo completamente embobado al ver la fotografía de quien vendría siendo el tan esperado Hansol. Creo que ya puedo morir en paz. Junmyeon al igual que yo, mira con tanto júbilo la fotografía.

Terminamos haciéndole un pequeño cuestionario al condón, donde nos dio a conocer cómo, dónde, y cuándo podríamos encontrar al humano.

Como amo a Samuel en estos momentos.



—Aquí es. —nos señala un enorme edificio en la zona centro de Gangnam. Los tres corremos hasta llegar a las puertas de este recinto.

— ¿Seguro que es aquí? —Pregunta hyung y Samuel afirma de inmediato.



Antes de que pudieras siquiera traspasar aquella corta distancia entre la puerta de cristal, la calle y dentro del edificio. Sale un hombre algo mayor. Quizás tenga unos cinco años más que papá. Saluda cortésmente a Samuel, y hyung frunce el ceño.



—Es él, Jongdae-hyung. Él es el papá de Hansol-hyung.



No lo pensé dos veces, cuando me abalancé contra el desgraciado hombre. Este comienza a forcejear, pero le dejo en claro el tipo de escoria que es. La basura de persona que es al hacer ese tipo de cosas a personas impotentes. Incluso lo golpee del gran coraje que tenía.

Cuatro hombres de seguridad llegan casi de inmediato. Intentan separarnos, pero, no se los permito. No pienso separarme hasta que éste bastardo pida perdón por lo que hizo. Uno de los hombres de seguridad al fin logra separarnos. El bastardo se encuentra en el suelo.

De dentro sale un chico de cabello largo y rizado, por un instante llegue a confundirlo con una chica. Es él. Eso de que parezcan chicas, debe estar en los genes. Hansol mira asustado a su padre, o el intento despreciable, aborto de padre, y antes de que pudiera ir a socorrerlo hyung lo jala del brazo, aun sin creerse que realmente lo hayamos encontrado. Este lo mira algo asustado, pero al ver a Samuel, no hace o dice nada.

Es mi momento para huir.

Los cuatro corremos del lugar. Siendo perseguidos por los guardias de seguridad.



—Listo. —digo en un suspiro. Mis piernas duelen de tanto correr.


Ahora estamos dentro de un bar. El condón le dice a su amigo que todo estará bien. Hyung por su parte, le llama a Luhan. Yo intento calmar mi acelerado corazón y pido una bebida. Como somos los adultos en el lugar, hyung pagó. Comenzamos a hacerle un par de preguntas a Hansol, la mayoría de sus respuestas eran acertadas. Al parecer tiene entre dieciocho y diecinueve años, aunque aparenta de menos. Eso está en los genes. Luhan tiene como cuarenta y parece de doce. Él no siempre vivió con su padre y madre. Al parecer solo desde cierta edad. Justo no tiene recuerdos de su infancia. Tiene vagos recuerdos de donde vivía.

No hay más que aclarar. Es él.

Además, con solo verlo es más que suficiente para reconocerlo.

¡Incluso tienen la nariz igual!

¿Qué más pruebas necesitamos?



— ¡¿Dónde está?! —Luhan grita, buscando por todos lados, se le nota la ansiedad y el miedo.



Junmyeon lo toma de los hombros, lo abraza e intenta calmarlo. Luhan se quiebra por completo, llorando y diciendo cientos de cosas en mandarín. Una vez que se calma, lo sentamos y esperamos a que la reconciliación aparezca.



—Luhan-Ge. —Habla hyung y Luhan rompe en llanto otra vez. —Te presentamos a Hansol. —Damos un paso para nuestra izquierda y detrás de nosotros sale él. Un sonriente y algo perdido, Choi Han Sol.

Ho-hola...—saluda tímidamente.



Jamás esperé pensar esto, pero Luhan esta tomando mucho tiempo reaccionando, digo, entiendo que sea una sorpresa tan increíble que no lo puede creer aun, pero, ya pasaron ¿qué? Cuatro minutos y él nada más nada. Ni una lágrima o un abrazo, nope, no ha hecho nada. ¿Debería abofetearlo para que reacciones?



—Tú no eres Hansol. —Frunce el ceño y el moco sale libremente por su nariz. ¡Ni siquiera lo inspeccionó! ¿Cómo puede estar tan seguro?

— ¡Sí es Hansol! —Grito.

— ¡Sí soy Hansol! —Nuestro Hansol se defiende, ¡Claro que es Hansol!

—No, no lo eres. —Dice de nueva cuenta. Negándose a creer que hayamos encontrado a su casi copia.

— ¡Claro que lo es! —Gritamos Samuel, hyung y yo. Provocando que las pocas personas que estaban en el bar nos presten atención.



Después de una disputa donde, claramente, Luhan ganó. Tuvimos que regresar a nuestro Hansol a su edificio. Pidiendo disculpas por el error. Él nos dijo que todo estaba bien, que no había problema. Aunque el problema lo tuvimos en el momento en el que lo estábamos entregando y la policía estaba en el lugar de los hechos.

En la estación de policías, tuvimos que explicar todo lo que sucedió. Explicando la razón del porque golpee al bastardo, hasta ellos mismo aclararon que meterían a la cárcel al hombre porque, para ellos y para todo el mundo. Nuestro Hansol y Luhan, eran idénticos.



— ¿Estás seguro de que no son hermanos? —Pregunta el policía mientras inspecciona a Luhan de pies a cabeza desde el otro lado de la reja.

—Más que seguro.

—...Aigoo, ¿algún primo lejano? —pregunta y Luhan niega. — ¿No será el hijo de la amante de tu padre? —Niega de nueva cuenta. —Pues si no es tu gemelo, o tu primo, entonces no sé qué puedan ser.

—Él no...él no es...—suspira cansado. —Lamento los problemas.



Samuel nos mira desde fuera, bebiendo de su yogurt, siendo consentido por casi todos los de fuera, diciendo lo adorable que es y todo eso.

Yo por mi parte me siento aun lado de Luhan. Junmyeon me imita, solo que tomando lugar en el lado libre.



—Lamentamos las ilusiones, Ge. —Froto con mis dedos su mano y este solo sonríe triste.

—No lo lamentes, Dae, gracias por todo.

—Creo que...bueno, pensamos que, si era, son tan idénticos que cualquiera lo pensaría. —dice un tanto angustiado y apenado Junmyeon, que solo desistimos a suspirar en cansancio.

—No hay problema, chicos. —Ge intenta sonreír, pero falla, le doy un abrazo y hyung me sigue. Ahora somos un sándwich humano.

—Ge, ¿quieres ir con nosotros a despejar la mente un rato? —Pregunta Junmyeon después de varios segundos de mantenernos unidos por el abrazo. Creo que lo asfixiamos... y Ge hace una mueca, como si olvidara algo.

¿Sin apuestas? —Pregunta, un tanto más relajado y hyung afirma.

—Sin apuestas.

—Entonces, sí.





• ♦ •

« S e h u n »





Me muevo rápidamente de mi lugar, tropezando a mi paso, abro la puerta del baño, la toalla cayó hace un rato en lo que intentaba traspasar la puerta para mi libertad. El cepillo de dientes cayó en algún punto existencial del pasillo. Trague el dentífrico erróneamente y llegue jadeante.



— ¡¿Qué tú qué?! —Grito exasperado, ¿escuche acaso bien?

—Iré de vacaciones con mis amigos a Japón.

— ¿Qué tú qué? —Pregunto esta vez más relajado. Creo que mis oídos están fallando, tal vez deba ir a visitar un otorrino, me estoy quedando un poco sordo y-

—Jongdae, Junmyeon y yo, iremos a Japón en los últimos días de vacaciones.

—Espera, ¿wué? —Me cruzo de brazos y con mi expresión de neutralidad, lo miró fijamente. —Yo no recuerdo haber planeado eso. —Mi voz suena seca y con molestia.

—Sehun-ah, no te estoy pidiendo permiso. Solo te estoy avisando. —Acorta nuestra distancia y sonríe ladino, palmea mi rostro con su derecha y con la izquierda toma la manzana. Da una mordida a esta y me pasa de lado. —No tomes el poder que no tienes. —un segundo, ¿qué? —Por cierto, me iré mañana. —Da un mordisco a la manzana y se sienta placenteramente en el sillón, ignorando si estoy a favor o no de aquello.

— ¿Luhan-hyung, cree que por ser dulce no tengo poder? —pregunto con inocencia y el solo pone los ojos en blanco. Cambia de canal, ignorándome. —Veamos...






• ♦ •

« J o n g i n »






Contratos, contratos, firmas, firmas, sonrisas falsas, y un agradecimiento. Así es como se terminaron mis vacaciones. Se supone que dentro de cuatro días volvería a Corea, pero hace apenas unos cuantos minutos atrás, perdí el pasaporte y el celular.

Ahora sí, nadie me molestará por estos días.

Ahora sí, ¿Qué puedes hacer en Japón con solo dos semanas de libertad?

Mierdazo, lo siento, pero creo que por el momento papá no estará contigo. Se bueno con el tío Sehun.



— ¿Es lo mínimo? —pongo esa cara de hombre seductor que me caracteriza y la señora de la pescadería se muerde el labio.

—Gracias por su compra, vuelva pronto.



Al final logré hacer que me vendieran un enorme pescado por el mínimo precio, al igual que me regaló, por ser cliente continuo —a pesa de solo haber ido una sola vez—, otro pescado, de menor tamaño, por supuesto. Siempre quise hacer eso. Pedir una rebaja en cada cosa que compro, en los dramas se veía interesante, así que probé que bien me salía.

Nunca esperé menos de ello.

Me siento mal por aquella señora. ¿Debería regresar y pagar lo que corresponde?



—Qué te parece si...te invito una bebida, ¿Qué dices?

—Lo siento, pero no. —Lo dice sin delicadeza y solo sonrío, las Bartender de este lugar si saben cómo evadir.



Pido de nueva cuenta una bebida especial, y sin mucho ánimo, ella lo hace para mí. Le sigo coqueteando, dándole algunos guiños, sonrisitas atrevidas y cualquiera de mis encantos. Pero ella, me sigue ignorando.

Tal vez crea que ya estoy demasiado ebrio.

O tal vez, he perdido el toque.

El Pub es genial de cualquier manera.

Me resigno después de la quinta copa, y al final decido a ir por el dueto de mujeres que desde que llegué han estado lanzándome miradas. O quizás deba ir con la pelinegra que baila sensualmente, y que no ha dejado de mirarme desde hace rato...



¡Luhan–kun! —La Bartender que no quiso aceptar mi invitación, menea su mano alegre, asiéndole señas a alguien.



Por un instante odié el haber perdido mi celular. ¡No recuerdo donde mierda lo puse! Justo ahora. Justo aquí. Justo a pocas personas de mí. Se encontraba Luhan. La Bartender más que emocionada, salta con gran agilidad la barra y cae en los brazos de Luhan. Sí. Luhan. El NOVIO de Sehun.

El NOVIO que BESA alegremente a la Bartender. El NOVIO de mi MEJOR AMIGO niega y se separa de la Bartender, quien solo sonríe. En realidad, no me interesa del todo eso de que Luhan se esté besando con alguien, pero. Me molesta que lo haga cuando claramente está saliendo con alguien que me importa. Eso es un engaño. Y yo no puedo soportar que lo engañen.

Espera, ¿doble moral?

Me levanto de mi lugar. A cortos metros de ellos dos. Alguien más llega. Es el Troll, pero, que pequeño es el mundo ¿no? También está el Primer lugar. La Bartender les pregunta algo, y este último responde con un «esta fuera». Sigilosamente salgo del local y busco por todos lados. Hay una gran cantidad de autos bien estacionados. Intento identificar a las personas que pasan, pero mi suerte es tan maldita, que a la única persona conocida que veo es a mí mismo...en los espejos del ascensor...camino al cuarto de hotel...con mis ojos rojos al haberlo recordado.



—Solo dos semanas, Jongin. Solo dos semanas y parecerás como nuevo.



Me tiro sobre la cama, con todo y mi pesimismo con una pizca de angustia, al igual que mis lamentos.

Solo trece días más, y el comienzo iniciará.

Pero antes, debo llamar a Sehun.



— ¿Dónde puse el celular?





• ♦ •

« J o n g d a e »





—No podemos regresarnos solo porque quieres ir a ver a Xiumin, Dae. —Hago caso omiso a las palabras y continúo haciendo las maletas.

—Dae...—Kyungsoo se soba las sienes y da un suspiro. —Todos sabemos que Minseok no regresará contigo.



Me detengo. ¿Acabo de escuchar bien? ¿Mi pequeño Sol acaba de decir eso que rompe mi corazón figurativamente? Doy media vuelta y lo encaro. Trago duro, incluso mi saliva estaba amarga. ¿Por qué me dice aquello?

Kyungsoo es injusto.



—Lo siento Dae, pero es la única forma para que te quedes.

—Soo...

—No puedes creer todo lo que las adivinas te dicen, ¿siquiera existen fundamentos para cada predicción?

—Soo...

—Ah...—suspira y toma mis manos. Dándome una pequeña sonrisa, de aquellas en las que logra convencerme con el corazón que se le arma. Yo creo que él conoce mis puntos débiles, por eso sabe qué hacer. —Te vieron la cara, Dae.

—Soo...

— ¿Vamos a disfrutar, quieres? Después seré yo quien te ayude, ¿bien?



Lo he dicho. Kyungsoo sabe cómo convencerme.

Estoy cayendo tan bajo...





• ♦ •

« S e h u n »





Tomo al pequeño chihuahua, tomo la correa, los lentes negros. Y salimos.

Robando alguna que otra mirada por las mujeres que pasan a nuestro alrededor.

Mierdazo se cansó después de diez minutos de caminar, por lo que ahora mismo lo estoy cargando. Me siento en uno de los bancos del parque y simplemente dejo que Mierdazo se divierta con los pequeños que lo miran encantados.

Después de casi media hora, Mierdazo y yo, hicimos nuestro camino hasta la tienda del bubble tea.


¿Uh? ¿Sehun? —Giramos, incluido Mierdazo. Hago un pequeño movimiento con la cabeza y Tao se sienta en nuestra mesa. — ¿Es tuyo? —Pregunta señalando al canino, y solo niego.

—Kai.

—Ah... ¿Qué hacen aquí? ¿Esperas a alguien? ¿Solo están de paso?

—Mierdazo quería-

¿Mierdazo? —achina los ojos, y sonrío, hizo ese sonidito de la voz, donde parece que ha perdido el aire.

—El perro. —Hago un ademan. —Kai no es muy bueno para los nombres. Pero, ¿y tú? ¿Esperas a alguien?

—A nadie en especial. —Sonríe y antes de poder preguntar algo más, el bubble tea que pedí, me lo entregan. Tao les dice algo y a él también se lo entregan.



Terminamos hablando sobre nuestras vacaciones. Al menos no soy única persona que no las está disfrutando del todo. Al final quedamos con tener una reunión casi cita. Pero de amigos. Algún día de estos sucederá. Las puertas se abren de nuevo, un pequeño murmullo de las demás personas y sin que nos molestáramos en levantarnos para enterarnos a quien acaba de ingresar. Nos encontramos con un serio Kris.

¿A Kris le gusta el bubble tea?



—Sehun. —Dice monótono, y sólo hago un asentimiento con la cabeza, sorbo del popote y Mierdazo le gruñe. — ¿De quién es la rata? —Murmura y le hace mala cara a este.

—Kai.

— ¿Qué hace el marica aquí eh? —Tao en ningún momento levanto la cara, siquiera para ver como este vestido la persona que lo está insultando. Suelto un suspiro, y Mierdazo se me queda mirando, después le da un gruñido a Kris.

—Tao está aquí porque-

—No me interesa. —Me interrumpe mientras toma lugar a un lado de Tao. Este último se pone rígido por completo.

— ¿Tú que haces aquí eh? Creí que no te gustaban los bubble tea, ¿o estás aquí por una cita? —Inquiero y levanto una ceja. Tao está casi por ahogarse y Kris lo mira con una mueca de desprecio.

—Estoy aquí por un poco de selenio.



Y cuando estoy por preguntar: ¿a qué mierda te refieres? Tao pide permiso para poder salir. Paga en la caja y se despide desde fuera. Kris por otro lado, solo saca su celular y sin que me importe sus acciones, se levanta y se va.



—Esto es raro Mierdazo. —Le hablo al perro, quien, me presta toda su atención. Aun temblando. — ¿Qué es selenio?



Saco el celular, y busco la palabra de inmediato. ¿Oligoelemento? ¿Lo necesita el cuerpo? ¿Qué se trae Kris con aquellas palabras? ¿Acaso hay un bubble tea de pescado o de mariscos? Yo no lo había escuchado antes...

Esto es más que raro.



—Mierdazo. —Miro a la cara al perro, este me mira asustado... ¿o es que ya estaba asustado desde antes? —Kris está estudiando en vacaciones. —Aviso más que sorprendido.



Esto es demasiado increíble. ¿El fin del mundo está cerca?





• ♦ •

« J o n g d a e »





Mi cuerpo cruje, Kyungsoo toca su pierna y maldice bajo ya que se le durmió y no le responde para nada. Hyung por su parte, camina como si estuviera en una pasarela. Toma su pequeña maleta y con un simple adiós, toma su auto y se va.



— ¿A quién le llamas, Luhan? —Pregunta Soo mientras da uno que otro brinquito.

—A Sehun. Creo que está ocupado, no me ha respondido. —Mete el celular a la bolsa y anda como si nada. — ¿A qué hora debía llegar Yunho? —Voltea a ver a todos lados.

—Ni idea...—Miro mis uñas y tomo la maleta, me coloco los lentes e inicio mi camino hasta uno de los restaurants. Tengo bastante hambre, ¿Cómo puede ser que al ser primera clase solo me dieran de comer cacahuates? En las películas suelen dar de comer comida buena...— ¿Alguien quiere algo? Hoy pago yo.



No escucho respuesta alguna, giro y me encuentro al dueto mirándome cada uno de brazos cruzados. Con el pasaporte en la mano y las cejas enarcadas.



—En realidad...hyung invita. —Saco la tarjeta de hyung y estos, solo asienten.

—Yo pago, a mí me sale mejor la firma. —Pide Soo y se la entrego de inmediato.



¿Cómo puede ser que Junmyeon nunca se dé cuenta cuando le robamos la tarjeta? ¿Acaso no la necesita? Hyung no debería ser igual de descuidado. Algún día quedare pobre y jamás se la entregare...aunque, bueno somos hermanos...sería casi imposible quedar pobre, pero todo puede pasar.



— ¡Oh! Papá tiene una reunión dentro de cinco días. —Soo avisa mientras ve su celular, el cual acaba de llegarle un mensaje. — ¿Quién se sacrifica? —Miradas entre los tres.

Junmyeon. —Decimos al mismo tiempo.



Lo siento hyung, pero, es tu culpa por no estar presente. Se me parte el corazón, pero así las cosas en esta familia.





• ♦ •

« K r i s »





Yifan, obedece a tu padre.

—Yifan, has lo que te ordena.

—Yifan, no hagas eso.

—Yifan, no hables informalmente a un adulto.

— ¡Yifan!

— ¡Yifan...!



Que aburrido es todo esto. Por eso odio las vacaciones.



¡Yifan! ¡Yifan! ¡Wu Yi Fan!



Tomo la última entrada al enorme edificio, y sigilosamente, llego hasta el elevador. Sin nadie que pudiera captarme. Dejo caer el maletín y recibo un mensaje de mi madre, quien preocupada pregunta donde me encuentro. Tardo varios minutos en contestarle. Mi padre entra y lanza unos documentos. Realmente parece estar furioso. Me da un ultimátum y entra su secretaria. Le avisa que están aquí. Él palidece. Me ordena a que no diga o haga algo. Eso era justo lo que pensaba hacer.

«Son gente importante». Fue lo último que pude leer de los labios de mi padre.

Las puertas se abren de par en par, un hombre un tanto mayor entra con una joven, demasiado atractiva para su propio bien. ¿Es acaso la amante? Estrecha la mano con mi padre. Después le presenta a su hija. Mi padre hace lo mismo, solo que presentándome. Miro el cuerpo casi perfecto de ella, y se sonroja de inmediato, tuvimos que tomar nuestro lugar y sentarnos en apartadas posiciones en lo que ellos hablaban de negocios.



—Sí, Kris será el sucesor de la compañía. —fue lo último que escuché de mi padre, antes de perderme en el celular.


A: Marica

08:19 a.m.

¿Tienes algo que hacer 

dentro de dos horas?

De: Marica
8:22 a.m.

No.



—Presidente Wu, ¿cuánto tiempo? —aparto la vista del celular y miro entretenido al hombre que acaba de entrar, el señor Oh, habla amigablemente a mi padre, como si no se hubieran visto en años, aunque bueno, solo han sido un par de meses desde la última reunión —Kris, vaya que has crecido bastante.

—Buenos días, Presidente Oh. —Hago una venia, y la mujer se me queda mirando entretenida. Un guiño, y aparta su mirada.



De: Marica
8:24 a.m.

No, espera, sí.

De: Marica
8:25 a.m.

Debo ir a una reunión con
los padres de Minah.

De: Marica
8:26 a.m.

Y después, tengo práctica de Wushu.

De: Marica
8:27 a.m.

Creo que también habrá una cena
de negocios, y debo estar presente.

De: Marica
8:27 a.m.

Hoy no puedo :(

De: Marica
8:29 a.m.

Mañana ¿qué dices?

De: Marica
8:31 a.m.

Ah, no. Mañana estaré con Suho-hyung.
Pero, puedo después de las 3.

De: Marica
8:31 a.m.

De la tarde ;)

A: Marica

8:33 a.m.

Ok.



— ¿Está seguro de que vendrá?

—Lo hemos confirmado desde hace varios días, claro que estará aquí. — les responde autoritario mi padre, mientras los demás hombres comienzan a hablar sobre tratados, empresas, economía y no sé cuántas cosas más.



Seis personas llegan. El señor Hwe, con su hija. La señora Kim, junto a su hijo. El vicepresidente Kim, con su hija. Por modales, tuve que saludar formalmente a cada persona. Tomo lugar de nueva cuenta en la silla y los adultos comienzan a hablar sobre negocios. Metiéndonos de vez en cuando en la conversación. El vicepresidente Kim, tratando de llegar en algún tipo de acuerdo con mi padre, donde nos incluían a mí, a su hija, la empresa y una magnifica boda. Yo los miraba con aburrimiento, su hija se sonrojaba.

«Están aquí». Escuché murmurar, ¿de qué va todo esto?

La secretaria de mi padre llega agitada, sus ojos abiertos exageradamente, afirmando con la cabeza por repetidas ocasiones. Su respiración volviéndose irregular, incluso creí que le daría un ataque de ansiedad. Pega la agenda a su pecho y se muerde el labio, quizá de la emoción o de la ansiedad.

Padre dice algo, no lo escuché bien, me centré por completo en la secretaria de mi padre y no en las palabras de él. Las demás personas escuchan asombrados, acomodan sus ropas, solo para parecer un poco más formales y las puertas se abren de nueva cuenta. Primero entran dos personas, eran un par de secretarios. Excusan, diciendo que espero solo algunos segundos ya que un percance ha ocurrido en el camino del elevador hasta la sala de junta. Padre hace un ademán. Sorprendiéndome porque, ¡es el hombre más puntual del mundo! Él no perdona impuntualidad alguna.

Incluso pude ver como se puso rojo al tragar su orgullo diciendo esas palabras. Tal vez este sea una persona realmente importante. Los secretarios, excusan a su jefe. Pidiendo perdón por el atraso, el celular de uno de ellos suena y más que alegre avisa que ya están por venir.

La puerta se abre, me sorprendo al ver a un más que agitado Primer lugar. Murmura: «Solo un segundo...Denme, solo un segundo». Pega su frente contra la pared y suelta un último suspiro, finaliza con un simple «Listo» y se gira a darnos la cara.



—Lamento la tardanza. —Se excusa, deja salir el aire y toma otra bocanada de aire. —Pero creo que necesitan arreglar el elevador del segundo piso, en serio.

—Oh...oh, claro. Señor, — ¿Mi padre no ha dicho eso, cierto? ¿No acaba de llamar "señor" a un chico mucho más joven que él y que prácticamente es de mi edad, cierto? Que tan bajo hemos caído. —me gustaría presentarle a-

—Solo llámeme Junmyeon, mi padre es el Señor. —Dice un tanto alegre y frunzo el ceño.



¿Por qué parece que el perdedor de Suho, es alguien importante? Que yo recuerde, la empresa de su familia es una simple empresa de turismo que esta aliada a otra simple empresa de mercado. ¿Por qué todos lo miran como si estuviera brillando en oro? Quizás, ¿mintió? Suho salía —siendo todo caballero— con las mujeres, quienes no resisten a sus encantos—de perdedor—. Quizá su empresa ha crecido gracias a los engaños de él, y de esta forma roba a las grandes empresas. Primero enamora a las mujeres, y después, les roba toda su riqueza.

No encuentro otra explicación más acertada.



—Y mi hijo, Yifan. —Padre me presenta, Suho sonríe ladino y me ofrece la mano. La estrechamos y nos miramos por varios segundos.

—Oh, Kris, ¿Qué haces en este lugar? —me pregunta con falso interés y los demás se nos quedan mirando.

— ¿Se conocen? — Padre pregunta y Suho asiente de inmediato, sonriéndole casi al instante.

—Somos amigos de juego.



Los adultos, hablan sobre negocios. Las mujeres se nos acercan cada vez más. Y Suho, se queda a mi lado. Fanfarroneando sobre la apuesta que hemos hecho.

Burlando mi suerte y carcajeándose porque acabo de perder como no tenía una idea.



Creo que estás perdido~. —Susurra cantarín y después coquetea con una de las mujeres.

—No creo que un perdedor como tú gane. —digo bajo y lo único que recibo a cambio es su risita.

— ¿Enserio?

—Claro.

—Ve aprendiéndote las canciones de Frozen, Wu. —Besa la mano de una de las mujeres y se gira a verme, me da un guiño y la puerta se abre.



Me congelo por completo al ver a la persona que acaba de entrar. De hecho, todos se congelaron al ver a Jung Yun Ho entrando con despreocupación. La risita, del Primer Lugar me harta y justo cuando estoy por gritarle que se callé de una buena vez, Yunho se atreve a hablar.



—Lamento la demora, el tráfico a esta hora quita mucho tiempo.

—Oh, no importa, presidente Jung.

—Lamento ser un impuntual y-

—Eso es lo de menos, lo importante es que esta aquí...—Padre intenta ser un lame-botas, haciendo perder el orgullo de toda una generación Wu.



Los adultos se acercan al presidente Jung. Hablando de nuevo, sobre negocios con él. Todos querían por lo menos, que este tomara sus tarjetas para siquiera poder quedar en algún acuerdo. O simplemente para dejarle en claro que existen.

Risita.

Me frustro cada vez más. Giro a ver a Suho y lo miro con suficiencia.



— ¿No piensa llegar tu padre? —Risitas. —Contesta de una vez, Perdedor. —Risitas. Juro que, si vuelve a reír y no contestar, lo golpearé aquí mismo. —Acaso, la familia mierda, ¿no piensa hacer presencia en la reunión? —Pregunto con arrogancia y la molestia de él se hace presente, las risas cesaron y sin más, posó su mano derecha en mi hombro para pedirme, enojado, que me calle.

—Retracta tus palabras, Wu. —Bingo.

—No pienso-

— ¡Oh, Junmyeon! Ven aquí. —El presidente Jung me interrumpe y la risita de él se hace presente una vez más. Me guiña y aclara su garganta.

—Claro, padre.



Padre.

PADRE.

Una palabra.

Cinco letras.

¡¿Qué mierda es esto?! ¿Es una broma acaso? ¿Es un mal sueño? ¿Qué mierda es?





• ♦ •

« S e h u n »





—Verás, yo siempre intente ser dulce. ¿Sabes? Existen algunas cosas con las que no me encontraba de acuerdo, pero aun así las hacía, ¿la razón? Yo solo quería ser compatible con él.



La verdad, para este punto de mi vida, solo necesitaba un consejo de apoyo o una persona que me escuche, no pido una solución rápido, solo necesito ser entendido.



—Hubo bastantes cosas en las que no concordamos. Pero, ¿sabes que hice? Me callé. Solo lo deje hacerlo. Incluso negué bastantes cosas, solo por él.



Luhan-hyung ha sido mi primer amor, y siendo sinceros, no sé si lo que he estado haciendo es lo correcto o no, después de todo, es la única experiencia que he tenido en el amor. No soy un experto, pero las imágenes de internet sobre el amor propio me dicen que estoy haciendo lo contrario a amarme a mí mismo.



—Pero, ¿Por qué no me toma en cuenta eh? —Paso mi diestra por el cabello, despeinándome o intentándome peinar. —Puedo ser celoso en cualquier momento. Él no lo cree, pero así es. ¡Soy celoso por naturaleza! Que intente aguantarme es otra cosa totalmente distinta.



Vaya, esto es mucho para mí.



—Incluso, no soy dulce por naturaleza. ¡Soy distante, maldición! ¡Soy una persona realmente fría! No me interesan las demás personas. Bueno...solo mis amigos y él. Mi familia no es tan importante como ellos. ¿Crees que debo...mostrarme como soy? Ya sabes, como realmente soy... ¿Crees que hyung me logre comprender?



No hubo respuesta, solo un movimiento que me hizo entrar en razón a lo que siento.



—Lo sé, lo sé, pero creo que si continuo con lo mismo, creo que...explotaré. Y lo que menos quiero, es explotar frente a él. —Relamí los labios, quiero entender, pero no puedo. —Y para que quede claro, el hijo de puta ese tal Hannie, es eso...un hijo de puta. —suspiro— ¡Pero su madre no tiene la culpa! Lo tiene él y mi tonto hyung por seguir pensando en él. ¿Acaso...acaso no soy suficiente para él?



Estaba triste, ¡claro que lo estoy! ¡Y ahora ya quiero llorar y llamar a Hyung! ¿Por qué me tiene que pasar esto? ¿Por qué no puede ser más sencillo el amor? ¿Por qué debemos sufrir las personas enamoradas?



— ¿Tú qué crees? ¿Debo dejarlo? ¿O simplemente resistir un poco? ¿Eh? —Volteo y lo encaro. Solo me mira con sus brillosos ojos y sé que esta por responderme. Cierro los ojos, la esperanza me queda en lo que está por decir...

¡Guau! ¡Guau! —Da uno de sus pequeños ladridos y lo tomo entre mis brazos, estrangulándolo.

—Lo sabía, Mierdazo, tu si me escuchas. —Le hago unos pocos cariñitos y este se retuerce de la alegría. —Debo resistir un poco más.





• ♦ •

« J o n g d a e »





— ¿Ge aún se bate al cambiar pañales? —Y Luhan se levanta más que furioso del sillón. Estando a punto de golpearme.

— ¡Jódete! —Grita más que molesto, como si fuera un perro que acaba de ver un gato y quiera matarlo, pero es detenido por la correa, que, en este caso, son los fuertes y pequeños brazos de Soo.

— ¡Maldición Jongdae! Créeme que, a la siguiente, lo suelto y me importará una mierda que seas mi hermano. ¡¿Entendido?!



Hago un ademan en pro de entendimiento y miro mis uñas. Los otros por su parte se relajan y toman lugar en el enorme sillón. Ignoro lo que dicen y ellos me ignoran de igual manera. Dejo atrás las uñas y miro la televisión.

¿Me veré bien con otro corte de peinado? ¿Otro estilo? ¿Quedara acorde a mi rostro? ¿Minseok se enamorará de mí al verme? Incógnitas de la vida.



—Espera, ¿Sehun-ah no te ha enviado mensaje alguno desde que llegamos?

—Es correcto. —Mis oídos llegan a escuchar su charla e ignoro la televisión.

— ¿Y es lo mismo con las llamadas? —Pregunta Kyungsoo y Luhan asiente de nuevo. —Quizás... este molesto por algo, o su teléfono lo ha perdido, puede ser alguna de esas dos opciones.

—No logro entenderlo...—suspira por undécima vez, Ge, y es mi momento para aclararles la mente con mis sabias palabras.



Me acomodo en mi lugar. Apago la televisión y los encaro a los dos, con mi cara de seriedad y sabiduría. Casi como si hubiera llevado unos lentes puestos solo para verme más inteligente, estos me miran, esperando a que los ilumine.



—Quizás si Ge, decidiera hacer algo más productivo por su vida, en este momento no estaría preocupado por cambiarle el pañal a un niñito.



Y sin darle tiempo a que me logre golpear, me levanto y huyo. Me encierro rápidamente en una de las habitaciones, cerrando desde dentro. Luhan comienza a golpear con una fuerza descomunal, incluso creí que tiraría la puerta de madera.

Pasan algunos minutos y se cansa. Escucho su carcajada, histérica carcajada.



—Creo que por eso Minseok te dejó. —giro, ¿él no dijo eso, cierto? ¿Sabe la razón?Se cansó de limpiarte el pañal.



Abro abruptamente y sé que fue la peor de las decisiones que he tomado en mi vida.

A la única persona que miro al frente es a un sádico Luhan, mientras mi adorable hermano, está en el sillón, ignorándonos.

Adiós vida mía...

Minseok, siempre te amé, este es mi adiós.





• ♦ •

« S e h u n »





Mierdazo toma lugar en mis piernas, ¿Por qué Kai aún no aparece?

Enciendo la computadora, meciendo mis piernas para arrullar a Mierdazo. Reviso la bandeja de entrada del correo, y lo único que obtengo son correos de las aplicaciones. Filtro un nombre y en un segundo, la bandeja de entrada solo se queda cuatro correos.

Abro el primero. Nada importante. Solo anuncios. Los Jung.

El siguiente, habla de lo mismo, Los Jung. ¿Por qué nadie hace algo mejor que intentar ser detectives?

El penúltimo, habla casi de lo mismo, solo que, en este, Luhan-hyung está metido. Hay un triángulo a su alrededor. Entro a la página y por los comentarios, varias personas aseguran de que él es hijo de Jung Yunho.

Quizá así sea, Zhoumi solo puede ser su padrastro. Su madre, es madre biológica al igual que Jung Yunho. Jamás se le conoció alguna pareja estable. Pero, ¿Por qué hyung no lo acepta o lo niega? ¿Esta acaso jugando con nosotros? Cierro la pestaña, y al final doy clic en el último correo. Algo inesperado al recibir un correo de Kris, así que lo abro no sin antes preguntarme, ¿Por qué me enviaría un correo teniendo mensajes de texto? Quizá eso de estudiar en vacaciones, lo haya aturdido un poco.



—Mierdazo, Kris cree que Kai está jodido. —Digo divertido. Mierdazo tiembla, y me arrepiento por haberlo despertado. —Tú padre esta jodido.




• ♦ •

« J o n g d a e »





Me muevo libremente en el salón, Tao se me queda mirando. En realidad, miraba todo a su alrededor. Tratando de buscar algo entre los cuadros que cuelgan alegremente en las paredes.



—Ojalá Kyungsoo-hyung, pudiera estar aquí. —Susurra mientras mira los aperitivos que está comiendo. Me detengo de golpe. Frunzo el ceño y miro a hyung.

— ¿No se lo has dicho? —Le pregunto y casi se asfixia con una de las galletas.

— ¿Decirme qué? —Pregunta Tao, un tanto perdido.



Hyung y yo tenemos una pequeña batalla de miradas. Al final gano y el suspira resignado.

Se acomoda mejor en la silla. Relame sus labios, tiembla un poco y al final se decide por hablar. Primero balbuceando, pero después se aclara la garganta y continua.



—Verás, Tao...este, Kyungsoo está entre nosotros.

— ¿Nosotros? —Su cara de susto me hace palmearme, ¿Qué es lo que está pensando? —No me digan que-que...K-Kyungsoo, está muer-

— ¡No! —Grita hyung, callando las ideas de Tao. —Lo que quiero decir...es que, Kyungsoo se encuentra entre nosotros, en vida. En carne y hueso.

—Pero Kyungsoo-hyung se fue a california, para no volver jamás. Eso fue lo que dijiste y-

—Sí, sé que dije aquello, pero, lo que trato de decir es que Kyungsoo nunca fue a ningún lado y-

— ¿Acaso me mintieron? —Afirmo y Tao parece decepcionado.

—No podríamos considerarlo como una mentira sí-

—Le mentimos, hyung. —Suelto.

Te mentimos.

Me mintieron. —Afirma Tao y ambos asentimos.

—En realidad no somos los únicos que te hemos mentido...—hyung soba su cuello y Tao deja atrás los bocadillos. —Kyungsoo también lo ha hecho.

— ¿Aparte de mentirme, quieren culpar a alguien que no está prese-?

—Está en la cocina. —Lo aporto con tanta simpleza que pareciera que estoy mintiendo.



Tao sale corriendo de inmediato, hyung lo sigue. Y yo me tomo mi tiempo hasta que escucho como algo de vidrio ha caído al suelo junto al alegre grito de Tao, quizás al haber encontrado a Kyungsoo haciendo galletas como si nada. Como si no hubiese estado en el hospital hasta hace poco. Y como si no tuviera que cuidarse de los aplastantes abrazos que Tao le daba por la felicidad de que estuviera ahí.

Presente.

Vivo.

Y cocinando.



—Sí, sí, Tao, yo también te extrañé...—Apenas y logramos escuchar lo que Soo trata de decir, ya que su voz es amortiguada por los brazos del panda. —Pero no te preocupes, nos seguiremos viendo. De hecho, cuando entre a Neibor y nosotros-

— ¿Neibor? ¿Por qué entrarías a Neibor? —Se separa de Soo y dice con gran rabia la palabra «Neibor».

— ¿No se lo has dicho aun? —Pregunta alarmado.

¿Decirme qué?



Y regresamos a lo mismo...





• ♦ •

« S e h u n »





Miro con aburrimiento el uniforme. Creo que no ha cambiado en nada. Es la misma talla que recuerdo, ningún encogimiento ni nada. Creo que he perdido algo de peso...



—Mierdazo, ¿tú crees que me veo bien con el uniforme o deba ir de informal a la ceremonia de inauguración?

¡Guau! ¡Guau!

—Cierto, el uniforme.



Me tiro sobre la cama y miro con aburrimiento el reloj. Casi dos semanas sin hablar con Luhan-hyung...es un martirio. Enciendo la televisión, y me sorprendo al ver aquella entrada de la USB. Creo que, desde aquella última vez, donde salí molesto no volví a ver la televisión. Doy en la opción de video, y me sorprendo al ver que Luhan olvidó quitar su memoria.

No sé qué hacer. ¿Me torturo mirando y escuchando como declara su amor? O hago como si no lo hubiera visto jamás.



— ¿Tú que piensas Mierdazo? ¿La veo o no la veo?



Y como siempre. Mierdazo sabe cómo quitarme las dudas.

Apago las luces, y todo queda por completo a obscuras. Adelanto algunas partes en las que Luhan dice el nombre del imbécil aquel y riendo por las divertidas actuaciones.

¿Quién diría que el Primer lugar es bueno para cantar? yo siempre pensé que lo suyo eran los números y las buenas calificaciones. Además de matarse para siempre quedar en primer lugar. Pero, su hermano, de igual manera, lo tenían bastante escondido.



—Fue divertido, ¿cierto Mierdazo? —volteo a ver al mencionado y lo único que me encuentro, es a un chihuahua dormido.



Miro el reloj de nuevo. Ya casi es hora de vestirme para ir a la universidad. Curso nuevo, ¡yupi! Estoy por levantarme de mi lugar, creí que ya había acabado la película porque la pantalla se puso negra, pero me detengo al escuchar las voces que hacen eco.



¿Qué hace papá, aquí? —La cámara enfoca a un asustadizo Kyungsoo.

Yo le llamé. —Esa es la voz de hyung.



Un momento, ¿Qué no se supone que Kyungsoo es huérfano? Es el becado que no tenía nada, salvo su beca y su orgullo...orgullo y beca que fueron absorbidos por el juego de Kai. Maldición, ¿Qué no lo había superado ya? Kyungsoo era algo así como mi amigo, pero, ¿Por qué no hice algo antes?


Chicos. —una voz desconocida y dejo de mortificarme con mis pensamientos. — ¿Por qué las caras largas, acaso no se alegran de verme?



Mi corazón estuvo a punto de detenerse. ¿Es correcto lo que veo? ¿Jung Yunho es esa persona que habla enternecedoramente?



No es eso papá, lo que pasa es que...Lu...no sé... ¿Por qué viniste?



Papá...



¿Acaso ya no puedo venir a ver a mis hijos jugando?



Hijos...



No es eso papá...es que...es vergonzoso.



Kyungsoo...



No hay porque avergonzarse niños. Soy su padre, vergonzoso sería que su tío, el que está detrás de aquel carro negro...



¿Qué mierda está sucediendo aquí?





• ♦ •

« J o n g d a e »





Paso mi brazo por su hombro. Hago una pequeña presión y le sonrío. Kyungsoo por su parte sonríe de igual manera. Hyung da un largo suspiro y cuando menos lo esperamos, nos da un caluroso abrazo. Incluso lloró.

Y tuvimos que calmarlo, porque bueno, hyung llora feo.



— ¿Listo Kyungsoo? —Pregunta hyung una vez que limpia sus lágrimas.

—Desde que nací. —Guiña y se acomoda el saco.

Uy.

— ¿Por qué no mejor se lo preguntas a Jongdae? —Se gira y detenemos nuestros pasos. —Veamos si la escuela ha dado frutos.



Uno...

Dos...



— ¡Hey, maldito!

—Quería obtener una respuesta favorable. —Le responde hyung. —Y con él, ya conocíamos el resultado...

¡Yah! ¡Malditos!




• ♦ •

« S e h u n »





— ¡Kai, maldito imbécil! ¿Dónde estás? —continúo llamándole, pero nada. No contesta mis llamadas.



El timbre suena, la ceremonia ha terminado y es hora de entrar al salón de clases. ¿Por qué maldita mierda no aparece el imbécil de Kai?

A Luhan le pregunté si era cierto, pero el solo sonrío e ignora todo lo relacionado con eso. Choco contra el dúo amoroso —Chanyeol y Baekhyun—, me miran con preocupación al ver mi desesperación. Y realmente no sé si estoy preocupado porque Kai no ha aparecido desde las vacaciones, donde posiblemente ha muerto. O eso de que Kyungsoo nos haya mentido en todo.



—A Kai, ¿lo han visto?

—No, pero-



Antes de que Baekhyun pudiera responder, los pequeños gritos de una multitud nos sacaron de nuestra imaginación. Kai avanza lenta y perezosamente. Sin dejar ese aire de superioridad, e incluso las coquetas miradas, que nos hacen reconocer a nuestro Kai. Al Kai que conocíamos. Solo pasan algunos segundos para que quede frente a nosotros.

Nos sonríe con suficiencia y cuando estoy por decirle lo que sé, él se gira. Enarca una ceja y nos pregunta aquello que nos hace recordar al viejo él.



— ¿Alguien ha visto a Taemin? —Pregunta. Y los tres nos quedamos estáticos. ¿Escuchamos bien? ¿A dicho Taemin?

—En el baño. —Responden a nuestras espaldas, y no es tan necesario el descubrir a la persona. Basta con escuchar su voz y es todo.

— ¿Estás seguro, Kris? —Pregunta emocionado y este solo mueve la cabeza en asentimiento.

—Nos vemos luego, chicos.


Y sin que pudiera contarle lo que hará que su jodida vida cambie. Él solo me ignora.

Ignorando los gritos que pego llamándolo.

Solo ignorándome, así de sencillo.



— ¡Kai, espera! ¡Espera, Kai! —toco su hombro y al fin logro hacer que se detenga.

— ¿Qué quieres, Sehun-ah? —Me pregunta con aburrimiento y por un instante me separo de él, iniciando mi inspección. Parece ser la misma persona de antes...ya no tan deprimente.

— ¿Extrañas a Mierdazo? —Pregunto inconscientemente y el solo enarca una ceja.

— ¿Solo me detuviste para preguntarme sobre mi perro? —Pregunta divertido y sobo mi cuello en nerviosismo.

—Bueno...

—Voy a ir por él al final de las clases. —Responde seco y continua su andar. Muerdo la lengua, y lo detengo otra vez.

—En realidad, yo...yo quería decirte sobre...algo. — ¿estará bien si lo digo?

— ¿Qué cosa? —Cruza ambos brazos y mira su reloj, esperando a que hable.

—Verás, este...—Sonrío, no sé con qué palabras iniciar.

¿Uhm?



Me detengo un segundo. ¿Está bien que lo diga? Es decir, ¿me incumbe acaso? Bien, bien, Kai es mi amigo. Siempre lo ha sido. Pero. Ahora parece ser feliz.

Lo ha superado.

¿Estará bien que le recuerde aquello que puede ser erróneo? Digo. Pude haberme equivocado o ha sido una mentira. Aunque no creo que sea mentira.

Maldición, ¿Qué hago ahora...?

¿Le cuento lo que sé? ¿O simplemente lo dejo pasar?

Pero...esto de verlo...tan así...tan él...me hace sentir bien.



— ¿Sehun? Entra a clases, Sehun-ah, yo debo ir a-

— ¡Kai! —Grito y él me mira preocupado. — ¡Yo! ¡Yo debo...! ¡Argh!

— ¿Sehun, que te-?

— ¡Te extrañé! —Acorto la poca distancia entre nosotros e inesperadamente, lo abrazo. —No sabes, cuanto te extrañé.



Y solo me quedo con la información para mí solo. Creo que he hecho lo correcto. Ahora Kai parece no necesitar esta información. Podríamos decir que, ¿lo ha superado?





• ♦ •

« J o n g i n »





Murmullos. Gritos. Murmullos. Más murmullos. Entro sin acatar las órdenes del profesor que quiere que pida permiso o mejor aún, que no entre a la clase. Tomo lugar en uno de los puestos vacíos y sin que me sorprenda un poco, me encuentro con Sehun quien intenta ignorar a los demás. Miro a mi derecha, y me encuentro con la serena mirada de Baekhyun, quien sigilosamente mueve su mano debajo de la mesa y teclea algo. Quizás sea a Chanyeol. Ambos parecen no separarse.

Los murmullos parecen ser más fuertes al momento que escuchamos el sonido de la llanta derrapando en el asfalto. La mayoría se levanta de su lugar y se asoma por las enormes ventanas que tienen vista al edificio de frente y, por ende, a la entrada de este edificio.

Están aquí.

Los celulares de todos llegan con esa pequeña leyenda. Sin importarles los reclamos del anciano profesor. Todos se asoman para ver a los tan esperados hijos de Jung Yun Ho.

Los tres bajan de sus autos. Lamborghini y Ferrari. Nada mal. El primero salió del Lamborghini color blanco. Su peinado estaba tan perfectamente acomodado que era casi imposible verle más allá de la nariz. Toma la mochila vintage y llama a alguien por el teléfono.

El siguiente en bajar es del Lamborghini amarillo. Este sobrelleva un saco sobre sus hombros, al igual que el primero, solo podemos ver más allá de su nariz, todo gracias a su casi rizado cabello. Se inclina por algo, y toma un par de anteojos. ¿El hijo nerd de Yunho?

El tercer chico, el del Ferrari negro, sale rápidamente. Su cabello es completamente rojo, única descripción que se puedo dar, además de que, por su nariz, podríamos decir que es de piel más clara. Se acerca al del Lamborghini amarillo, le quita los lentes, se los pone y este lo abraza. Parecen tener el mismo tamaño.



—Kai, entremos, el profesor esta por-

¿Ese no es Luhan? —señalan al rubio que salió corriendo y abrazo al de rojo. Una discusión más, y les entrega unos papeles a los otros dos. Después le da un abrazo más al del Lamborghini blanco.



El par se va a otro edificio, despidiéndose de Luhan y el de rojo. Antes de que lo pensáramos, el del Lamborghini amarillo, abrazó por la espalda a Luhan, pude sentir como Sehun se ponía rígido por completo. Entra al salón molesto y olvidándome de los demás lo sigo.

Golpea molesto su mesa y solo sonrió. No creí que Sehun fuera celoso.

Los demás entran uno por uno. Molestos porque no descubrieron mucho. La clase comienza normalmente. El profesor diciendo no sé qué cosa, y hablando sobre no sé qué más, pero algo incumbía a la clase con nosotros y nuestras actitudes.



— ¿Oh, estas aquí? Creí que no vendrías. —El profesor habla después de haber sido interrumpido y la puerta se abre. Este sale y lo único que podemos ver es su espalda y retaguardia. —Bien, en un momento los presentaré, por favor, espera aquí.



El profesor entra y mirándonos a todos seriamente, se aclara la garganta. Su voz resuena fuerte, como si estuviese por presentar a un rey y quiere que todos sus súbditos lo escuchen atentamente. Ruedo los ojos, solo hay una opción por lo que haga aquello.

Hicieron lo mismo cuando yo ingresé.

Esto no es tan divertido a como pensé.



— Bien clase, hoy les presentaré a un compañero nuevo. —Su voz tiembla un poco, y después la recupera. —Él viene de Goyang...—Y eso fue lo último que necesite para que acaparara mi atención por completo. —Creo que ya no es necesario decir quién es, porque eso todo lo saben... Sean agradables con él. —Hace un movimiento de manos y habla. Todos miramos entretenidos en dirección a donde su mano apunta. — Entra por favor.



El taconeo de la suela de zapatos resuena por toda mi cabeza. Todo comienza a dar vueltas. Comienza a girar mí alrededor y el oxígeno se hace cada vez menos existencial.

Solo bastó ver esa melena roja, y saber que estoy en el infierno...



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