Trigésimo capítulo

« J O N G I N »



Una semana después de la ida de Kyungsoo...



— ¿Kai? Te estaba diciendo sobre el viaje que haremos todos.

—Oh, sí, sí, claro, el viaje...ahora vuelvo.

— ¿A dónde vas eh? Aún tenemos que planear-

—Con lo que hagas está bien por mí. —Lo tomo del mentón y le dejo un pequeño pico en sus labios, Taemin mueve su cabeza y no más replicas. —Iré a llamar al secretario de papá, me ha enviado un mensaje.

—Bien.


Mis piernas me dirigen hasta llegar al balcón. Había algo extraño, no sé cómo explicarlo, es más, ni siquiera sé que esta sucediendo en realidad, algo pasaba en mi cabeza, algo que ni siquiera lograba comprender y que, además, no entendía. «Kai, ¿estás bien?» preguntó Taemin, mi mente se aclaró. «» respondí de inmediato, él no dijo más, ¿qué me está sucediendo?

Saco el celular y busco en los contactos el nombre del secretario, intento no pensar más, tomo un poco de aire y lo encuentro: «secretario Nam»; no lo quise hacer, juro que yo no lo planeé, pero debajo está suyo. «Soo ♥», igual como lo dejé alguna vez, tragué saliva, mis manos temblaron y sin esperanzas, marco.


Lo sentimos, el número que usted marcó esta fuera del área de servicio, puedes dejar tu mensaje después de los tonos siguientes...


Claro que eso sucedería. ¿Por qué razón lo llamaría? ¿Solo para saber cómo se encuentra? ¡Imposible! Hay algo, lo repito de nuevo, hay algo que me esta molestando desde hace días, sólo necesito saber si está decidido a perdonar todo. Necesito saber que disfrutó el poder de estar a mi lado. No hay segunda parte, nunca hay segunda parte, todos ruegan después de la primera semana. ¡Oh, vamos! ¡Kyungsoo, tú no eres la excepción! Sé que vendrás a rogar de nuevo. Y yo estaré aquí. Esperando a que me ruegues porque regrese a tu lado. Pedirás que olvide lo que sucedió. Pedirás que te ame otra vez, y yo reiré, porque eres patético.

Tan patético.


—Kai, ¿vendrás el domingo al bar de siempre? —Taemin pregunta a mis espaldas, pegando su cuerpo contra el mío, suspirando en mi cuello y de inmediato, doy la vuelta, para poder encararlo.


Y olvidar. Olvidar todo, porque no quiero a Kyungsoo cuando lo tengo a él. Lo he dicho miles de veces, ¿qué no? Yo, solo necesito de Taemin para ser feliz, nadie más es necesario.


—Claro. —Le dedico una enorme sonrisa, tomo su cuerpo regresando el abrazo, él asiente constantemente con su cabeza y después de un par de segundos eternos, regresa a lo que hacia en un principio.


Guardé el teléfono, su figura alejándose era lo único en lo que debería pensar, no recordar tonterías. Un par de pasos, y llegué a su lado.




Tres semanas después de la ida de Kyungsoo...




Las luces de diversos colores relajan mi mente. Todo me vuelve tan relajante. La música calla mis pensamientos, y eso lo agradezco. Ahora logro comprender la letra de la música. El sonido junto al ritmo que hace a mi cuerpo un choque eléctrico y lo hace bailar de inmediato. Unas manos pasean por todo mi cuerpo, sonrió y beso a la dama que está frente mío. Ella, deseosa, se restriega su cuerpo contra el mío. La dama que está a mis espaldas, ahora comienza a desabrochar, botón por botón, mi camisa. Las detengo.

No es que me desagrade eso. Claro que no. Es solo que no soy de los que les guste mucho la audiencia. Es más, ya saben, por el pudor que por nada.



—Vámonos fuera...—indiqué, no esperé respuestas, ellas tomaron sus bolsos y de un momento a otro, los tres ya nos encontramos en el auto.



Sus ropas comienzan a desaparecer. Rápidamente, cuando abrí la puerta, una de ellas estaba ayudándome con mi ropa. Nos detenemos solo unos segundos. Beso con pasión a la pelirroja y paso mi mano por su regordete y pequeño trasero. La pelinegra, nos ayuda y sin pudor, quita el sostén a su amiga, mientras ella misma, se desnuda. El cuerpo femenino es la vista más maravillosa del universo. La tomo de la cintura y logro rodearla con facilidad con mi brazo, mientras con el otro, abrazo a la pelirroja. Beso aquellos delgados labios, y no lo negaré, ella sabe lo que hace con su lengua.



— ¿Cuidarás de ella? —Me pregunta la pelinegra, susurrándome, terminando mordiendo mi lóbulo. —Es su primera vez...

Uh...—Me detengo, enarco una ceja y después sonrió divertido. —Sí que hoy es mi día de suerte. —solté con seducción, tomé con ambas manos ese cuerpo delgado, acariciando con lentitud y la pelirroja, en este punto, se sonroja de inmediato. —Sera lo mejor que hayas-



Pude sentir como mi corazón dio un largo latido.

Mis piernas temblaron y antes de que sonara una segunda vez, corro directo al teléfono.

Las damas me miraron; quizás actué tan de repente, demasiado rápido, que posiblemente se pregunten que mierda está sucediendo.


— ¿Hola? —Mi respiración se vuelve más agitada por la corta carrera que hice algunos segundos atrás, pero, aun así, logro hablar sin flaquear. — ¿Hola? ¿Hola? —Repito lo mismo, las veces que creo que serían necesarias, pero no recibo respuesta alguna.



El constante pitido me hace reaccionar.

Me han colgado.

No podía marcar de vuelta, no podía contactar a esa persona que se está burlando de mí, «Número Privado» marcaba el registro, era imposible rastrearlo, y era aun más absurdo querer llamarlo. Me encontraba desesperado, ¡eso ya lo sabía! ¡Desde hace mucho me frustra todo esto! Pero, ¿Por qué estoy tan molesto? No podía hacer nada, ¿Por qué me encuentro tan desesperado en estos momentos? ¿qué me esta sucediendo?

Intento llamar aquel número, pero de nuevo lo mismo. «Lo sentimos, el número que...» cuelgo antes de volver a marcarlo. ¿Cómo puede desaparecer así de fácil?



Hey, ¿no vendrás? —Oh, lo había olvidado por un segundo, que no estoy solo, otra vez.

—Ya voy, dame-



De nuevo.

Muerdo mi labio, el teléfono suena una vez más, mi corazón se agitó, la saliva secó y me mantengo ahí, esperando al cuarto tono. Llega, tomo la llamada. Regularizo mi respiración y hablo con la mayor frialdad, casi como si odiara el juego, espero unos cuantos segundos y hablo al fin.



— ¿Quién habla? —Pregunto, estaba molesto y cansado de recibir este tipo de llamadas. Mis manos quemaban por saber qué dirían, esperando que no fuera una de esas bromas. No hable más, esperé a que respondieran, el tiempo me mata en este momento. Necesito escucharlo.



Pero tal como hace un momento. Volvieron a colgar.

Hecho mi cabeza hacia atrás, suspiro. Sonrío, ¿está jugando conmigo? ¿Quién mierda se cree para siquiera hacer eso? Dejo atrás el teléfono. Me levanto del sillón y vuelve a sonar. Esta vez no pienso contestar. Después del sexto tono, se mantuvo silencio. El dueto de mujeres, se me acercan. La pelirroja, me ayuda a deshacerme del ajustado pantalón y quedo en solo bóxer. La desnuda pelinegra, se sienta sobre mi regazo, restregándose levemente contra mí ya erecta hombría. Mientras me besa sin frenesí. La pelirroja, ayuda a su amiga. Estimulándola y besando su cuello.

Paso mi mano por la delgada cadera de la pelinegra y la pego por completo a mi cuerpo, ella, por la sensación, gime entre nuestras bocas. Me separo del beso y con una simple mirada, ella besa a su amiga. Sorprendente y caliente.

Vuelve a sonar. Y lo ignoro de nueva cuenta.

Mi mano viaja hasta tocar los pequeños pechos y vuelve a gemir. Mi paciencia se agota cada vez más. Y el sonido taladra mi cabeza cada vez más profundo. Tomo a la pelinegra y la quito de mi regazo. Ella no me pidió una explicación, y se entretuvo restregándose a su amiga. Cuando el segundo tono se hace presente, contesto irritado.



— ¡¿Quién mierda habla?! —El dúo se me queda mirando. Me levanto de mi lugar y camino hasta llegar a la cocina.



Por varios segundos no escuché nada. Lo único que sonaba por los parlantes era mi ruidosa respiración. Advierto que colgaré, me espero por algunos segundos más y en el momento que mi amenaza esta por ejecutarse, el ruido por el otro lado, se hace presente.

Solo podía escuchar el sonido del viento, golpeando sin frenesí el aparato por donde se comunica.



Hey...—Fue lo único que pude decir. ¿Qué otra cosa podría decir en esta situación? — ¿Quién es-?

Tan patético...



Y solo eso fue suficiente para poder quebrarme por completo.

¿Cómo una frase puede doler tanto?




Un mes después de la ida de Kyungsoo...




— ¿Qué no lo sabes? Kyungsoo será dado de alta hoy mismo. — hablan, me detengo y busco en el casillero. — Chen ha pagado una gran multa en el hospital para que no se pueda tener registro de Kyungsoo.

—Chicas, chicas, ¿lo dije o no? Kyungsoo es una tremenda zorra. —Comienzo a buscar lo que sea que quiero, y cuando no lo encuentro, me espero aún más para poder encontrarlo. —Lo bueno es que Kai le dio su merecido.

— ¿Qué podemos esperar de un especial? —Preguntan, con una voz llena de incredulidad y odio, la entiendo perfectamente.



Eso me lo he preguntado siempre; existen niveles, un orden para las cosas y personas, no somos iguales, ¿Qué podemos esperar de uno? Nada. Ellos siempre estarán ahí, solo para poder pegarse a alguien como sanguijuelas y tratar de cambiar su mundo, pero de nuevo, solo saben usarse a sí mismos y no pueden cambiar jamás, todos ellos nos buscan para crecer.

Eso es lo que hacen.

Y eso es lo que debo pensar.

No debo desviar mis ideas.

Kyungsoo, al igual que los demás, solo han envidiado lo que tenemos, lo que tengo.



— ¡Hey! ¡Hey! ¡Nuevas! —Gritan y detengo cualquier movimiento que hace unos momentos estaba haciendo y espero a lo que dirán. El mensajero voltea todos lados, esperando a que nadie lo persiga o interrumpa. —Acabo escuchar de la dirección, una cosa totalmente increíble.

— ¿Qué cosa? —Pregunta entusiasmada una de las chicas que hace un momento hablaba, la peli-rosa.

—El señor Yunho...—voltea todos lados y les pide que se acerquen, ellas sin dudarlo un segundo lo hacen. No era que me importara, pero acerqué un poco la cabeza para escuchar también. —Estaba haciendo papeleo.

— ¿Y eso que tiene de increíble? —Pregunta la morena y cierro mi casillero.

Aish, esta chica... ¡¿Qué no me entiendes?! ¡Papeleo para sus hijos! —Lo dijo fuerte, en un grito y todos se le acercaron intentando descubrir un poco más. Preguntando una y otra vez más, lo que hace algunos segundos acaban de escuchar.


Oh, ¿los hijos de Yunho finalmente harán su presentación en sociedad? Vaya, finalmente darán la cara los consentidos hijitos Jung. Interesante.

Jamás creí que algo como esto llegaría a suceder, digo, llevo toda una vida escuchando sobre los extraños hijos del hombre más rico de Corea. Creo que estar en un mismo lugar junto con ellos, será divertido.



— ¿Lo han escuchado? —Dejo atrás la ensalada y ahora solo miro de lejos a Luhan y Sehun dándose cariñitos públicos.



El Troll a cada segundo, gira a ver nuestra mesa, maldice y solo río por su estúpida actitud. El Primer Lugar le susurró algo, debe ser información importante porque el Troll ahora lo mira a él. Lay bebe de su jugo como si nada sucediera y algo que no ha sucedido en el último mes, los sorprende, incluyéndome. Todos callamos, esperamos a lo que veíamos para poder creerlo un poco, después de todo, y a sabiendas de lo que se ha escuchado en todo Neibor respecto al amorío de él y ese Troll, nunca creí que el adorable Xiumin regresaría con ellos, lo creí imposible, pero ahora se une a la mesa. El Troll se levanta de su lugar e intenta abrazarlo, pero Xiumin lo detiene de inmediato.

Bueno, en realidad no me importa ni un poco.

Ignoro lo que pueda suceder en su mesa y retomo mi ensalada. Kris da un pequeño vistazo y después bufa. Miro a donde acaba de ver y mi sorpresa se hace grande al ver que mira aquella mesa. ¿Qué se le será tan divertido para ponerse de esa manera?



— ¿Lo de los hijos de Yunho? —Pregunto y Krystal asiente de inmediato.

— ¡Claro! De muy buena fuente sé, que ellos entrarán en el siguiente curso.

— ¿Siguiente? ¿En agosto? —Pregunta un tanto interesada Tiffany y Krystal afirma de inmediato.

— ¿Qué no se supone que sus hijos deben tener nuestra edad? —Pregunta sin interés Baekhyun y Chanyeol pasa su brazo por la cintura de este.

—Así es, solo que por lo que pude escuchar, ellos entrarán como si hubieran estudiado ya en Neibor. —Le dice calmadamente Chanyeol mientras le da un poco de fruta para que coma. —Como si retomaran clases.

—Oh... ¿Qué no se supone que eso es imposible? —Pregunta de nueva cuenta Baek y Taeyeon deja atrás su celular.

—Estamos hablando de Jung Yunho. —Taeyeon responde con deje de molestia, y después noto la socarrona sonrisa de Chanyeol al darle un trozo de fruta a Baekhyun, donde este ultimo la come sin replicar. —Seguro solo harán un intercambio y nadie dirá nada.

—Oh...

—Te has ensuciado, baby. —Me abstengo de soltar la carcajada cuando Chanyeol limpia la comisura de los labios de Baekhyun, limpiando el jugo de sandía y Taeyeon rodando los ojos en una inimaginable molestia.



¿Cuándo fue exactamente que las dos personas que se peleaban desde su otra vida puedan llegar a ser una melosa y acaramelada pareja? Eso aún no logra caber en mi cabeza. Siempre, desde que recuerdo, debía escoger a alguno de los dos. Parecía hilarante y puede incluso creerse falso, pero por lo general, Chanyeol es quien me da obsequios. Baekhyun es quien espera a que yo le de los obsequios. Si elegíamos a Chanyeol, Baekhyun se sentía traicionado. Y si elegíamos a Baekhyun, Chanyeol se pegaba a nosotros de cualquier manera, solo hasta que Baekhyun lo golpeaba y lo alejaba.

Jamás hubiéramos esperado algo como esto.



— ¿Tienen algo planeado que hacer hoy? —Pregunto y la acaramelada pareja se dan miradas entre ellos. Oh, vaya, si que tienen algo que hacer.

Hay algo...—responde Chanyeol algo bajo.

—Nada, ¿y tú, Kai? —Pregunta Kris y solo muevo mis hombros en negación.



Por la costumbre de los últimos días, saldría de la escuela y de ahí estaría con él estudiando. Después iría a su trabajo y de ahí, ambos estaríamos en mi departamento o en el suyo. Dependiendo de la situación.

Haríamos de todo. Seguramente jugaríamos, o simplemente estaríamos viendo alguna mala película o ya, sin muchas ganas, estaríamos estudiando...

No sé qué me está sucediendo, pero ¡maldición! ¡debo de dejar de pensar en eso! ¿acaso mi vida está cambiando tan fácil?



—Debo firma algunas cosas... — cerré los ojos, debo dejar de pensar tanto y concentrarme en lo que es necesario. —o bueno, hacer que firmen y después nada. —Doy un sorbo al jugo y volteo a ver a la melosa pareja. — ¿Qué tu primo no es el que está peleando con el de negro? —Le pregunto a Baekhyun y todos en la mesa volteamos a donde la pelea se está armando.


Taehyung, le grita al pelinegro, a quien de inmediato lo reconocí por Jungkook, o algo así lo presentó él algún día. Este último le lanza su puño y cae de inmediato en el rostro del otro.

Algo de diversión al fin.

Entre los dos se comienzan a golpear. Nadie hace nada y solo los vemos sangrar. Se detienen justo en el momento que el primo de Chanyeol aparece. Parecía realmente enfadado que por un instante muchos voltearon a otro lado para darle espacio. Con una sola palabra, los detuvo. Taehyung apunta a Jungkook y le dice que es la culpa de él. Jungkook, como todo sinvergüenza, le responde un «Es mi culpa. Minnie», después irritado el aludido le grita un «¡Que no me llames así!». De eso, Jimin se va. Jungkook lo sigue y Taehyung solo se queda mirando. Oh, todo terminó.

Bueno. Fue divertido mientras duró.



—Creo que se me ha presentado algo. —Kris se levanta de su lugar y de inmediato sale de la cafetería, no dijo más, nadie lo detuvo, él solo desapareció cuando tratamos de abrir los labios.



Cuando todo se terminó, al primer lugar que fui, fue a vagar en algún parque. El auto lo dejé en algún lugar cerca de este lugar. Las flores aparecieron como por arte de magia y sonrió al ver aquel blanco color. No se ven tan mal. Miro al frente. Un grupo de niños comienzan a jugar por todo el lugar. Tomo un poco de aire y me levanto de mi lugar.

Paro y trago en seco. Ahora estoy frente al inmenso hospital. Comienzo a sudar y presiono aún más las blancas flores. A paso firme, entro al hospital. Lo primero que veo es a las personas con sus ropas de hospital. Alguno que otro, llevaba su ropa de calle, tal vez visitando algún enfermo.



— ¿A quién buscaba? —Me pregunta una de las enfermeras y me quedo en blanco por completo. Tal vez no fue muy buena idea el caminar hasta la recepción. — ¿Quieres que te ayude a ubicarlo?

—Oh...—Bajo la cabeza y miro mis zapatos. ¿Por qué deben estar tan relucientes? —A mi...amigo...

— ¿Cuál es su nombre? —Me pregunta de forma amistosa y me muerdo el labio.

—...Ah, — ¿Aún hay tiempo para retirarme sin mucho drama? —Kyungso-

—Ah, Kyungsoo, ¿cierto? Creo que hoy ha estado recibiendo muchas visitas. —Me confiesa y por primera vez la miro. Tengo miedo, ¿qué estoy haciendo en primer lugar? —Al parecer tiene muchos amigos, hace casi una hora atrás, se fueron sus familiares y después sus amigos llegaron, pero se acaban de ir.

— ¿Amigos?

—Sí, a comparación de los otros días, hoy ha sido el día que más visitas ha tenido. Quizás porque hoy es su último día. — lo soltó con una sonrisa en su rostro y un pequeño suspiro al finalizar, tuve miedo otra vez. — Bueno, es el séptimo piso, habitación sesenta y cuatro.

Uhm...



Caminé. Sin mi consentimiento mis piernas de llevan hasta quedar en el elevador. Miro indeciso y sin pensarlo dos veces, presiono el botón, las puertas se abren segundos después.

No debí de haber estado en este lugar desde un comienzo.

Dejo caer las flores y un bufido sale.

Él no pierde la oportunidad. Creo que debería aprenderlo de una buena vez.



—Te amo, ¿lo sabes? —Era un hombre, wow, ¿Por qué me siento tan decepcionado ahora?

—Siempre me lo has dicho, hyung. —Corresponde al abrazo y lo único que puedo hacer es sonreír. Sonreír con una amargura creciendo desde lo más dentro de mí ser. Creo que, solo, no lo sé, no quería que mi plan fallara desde un inicio.

— ¿Pues qué esperas para decírmelo también?

—Te amo, hyung.

—Ese es mi muchacho...



El de la boina lo besa. Y eso es todo para que me haga la misma pregunta.

¿Por qué mierda estoy aquí? Si bien, él ya tiene a alguien más. Entonces, ¿por qué me llamó y me hizo recordar lo pedazo de mierda que soy?




Un mes, dos semanas después de la ida de Kyungsoo...




«Beep... ¿Dónde estás? Necesito que firmen unos papeles, rápido...Beep»

¿Ni en estas circunstancias puede tener un poco de delicadeza? Claro que no, a papá no le importo ni una mierda, ¿qué más puedo esperar de él?

«Beep...Te he estado llamando a tu celular y no has contestado. No tengo tiempo para perder con niñerías...Beep»

Claro que nunca tiene tiempo. Eso me queda más que claro. Ni hoy, ni antes ni nunca, ¿Por qué debería de importarme su tiempo ahora?

"Beep... ¡Jongin! No me hagas perder mi tiempo y ven aquí inmediatamente. —Su tosca y gruesa voz que antes me hacía temblar y obedecerlo sin más, ahora me demuestran lo poca cosa que soy. — Y tenlo en cuenta Jongin, es una amenaza...Beep"


—Sí que debe estar preocupado. —respondí con sarcasmo.


Había un sentimiento extraño que no me ha abandonado desde hace ya vario tiempo, estaba esta idea extraña que solo me hacia lamentarme de la vida y llorar, y justamente ahora apareció una vez más.

Odiaba como me sentía, odio como me siento y sin poder creerlo, lamentaba todo. Algo se atoraba en mi pecho y no podía salir, traté de responder con prisa los mensajes, pero algo me mantenía ahí, justo donde estoy, sin deseo alguno de moverme y quitar este sentir extraño que por más que trato, no puedo eliminar.


«Beep... ¿Sabes qué hora es? Son las cinco de la tarde, ¿y adivina qué? ¡No he visto que llegaras aun! —suspira, como si estuviera fastidiado. ¿Por qué no se preocupa un poco? ¡Soy su hijo! ¡Debe priorizarme antes que a nadie! —Si es una de tus estúpidas rebeldías, ahórratelas por favor...Beep»


Miro el celular, los números confirmaban en mensaje, cinco y diecinueve, es lo único que mi mente retiene; ya después, cuando cerré los ojos de nuevo, todo se fue. Dejando atrás todos los mensajes de la contestadora. Desde las dos de la tarde he escuchado su voz, su absurdo y fuerte semblante autoritario que se muestra con su tono de voz.


— ¿Qué mierda me pasa? —Me recuesto en el cómodo sillón de nuevo, abracé un cojín y cierro mis ojos. ¿Por qué me siento de esta forma?

—Es lo mismo que me pregunto, ¿qué mierda te pasa? —respondieron. Abro los ojos y brinco cual gato asustado, cayendo al suelo sin reparos al ver a Kris cómodamente sentado en el sillón más pequeño. Comiendo de una zanahoria y leyendo la revista "Time".

— ¿Cómo, jodida mierda entraste? —pregunto alarmado.

—Por la puerta. —Señala en dirección a esta. —La contraseña es fácil de adivinar.

— ¿Qué haces aquí? —pregunto algo calmado ahora. Ni siquiera escuché cuando la puerta abrió.

—Nada, es solo que nadie ha visto al increíble "Kai" en dos días seguidos...—Muerde ruidosamente de su zanahoria, tapa su nariz después de olfatear y prosigue. —No es que estuviera preocupado, solo quería ver en qué nivel de mierda te encontrabas.

Gracias. —Respondo con sarcasmo.

—Yo creo que estas en un nivel tres. —Deja atrás la revista. —Te apuesto a que no te has bañado en estos dos días. —olfatea de nuevo y niega.

—Jódete. —Levanto el dedo medio y Kris solo se mofa.

—Nunca imaginé que un especial te diera tan duro. Creí que Taemin, era el único...

—Es el único.

—Entonces, Kyungsoo—Tsk, ese nombre — ¿qué es?

—Es un donnadie. —Respondo con molestia. —Es un jodido especial, ¿sí? Un maldito donnadie.

Falling in love, falling in love, falling in love. —Repite bajo mientras ojea la revista.

— ¡Hyung! —Grito con histeria.

Ah, mi zanahoria se ha terminado. — chasquea los dedos, abre la boca y me ignora, ¿Cómo se atreve a ignorarme? — Debo ir por otra. —Habla para sí mismo, mientras me ignora por completo. Se levanta de su asiento y camina directo a la cocina. — Tú estuviste de acuerdo en esto. —dijo, tan claro que me hundí un poco más en la maldita miseria. — ¿lo recuerdas?

—Mentiré si digo que no. —Tragué saliva, no lo había esperado venir; así que todo sale con sinceridad que duele.

—Me pareció raro que aceptaras cambiar la fecha y ocultar la apuesta. —Vaya, ahora que lo escucho de su parte, me comporté como un verdadero imbécil. — Sabía que algo como esto sucedería, después de todo, no eras ese Kai que conocíamos.

— ¿Ah? ¿Qué tanto hablaron a mis espaldas para que vengas a decirme eso con tantos huevos? —algo me daba miedo, quizás el reconocer sus palabras era lo que tanto temor tenía.

—Vamos Kai, tú sabes a lo que me refiero. —soltó y no había burla alguna, no había malas intenciones, solo estaban sus palabras que trataban de consolarme en algún nivel mínimo, siendo Kris quien lo esta intentando. — "Yo jamás voy a cambiar", y cambiaste. —Ouch, dolió. —Lo echaste a perder porque tú sabias que habías cambiado, enamorarlo era lo menos importante, ¿o me equivoco? —Comienza a hacer ruidos con el refrigerador mientras busca en las verduras, después de todo, él solo iba por una zanahoria. Después el agua correr es señal de que la encontró, fueron unos cuantos segundos después cuando escucho el ruidoso mordisco que le da. —Después de todo, tú ya-

—Hyung... —Se detuvo. No quería escuchar más; estoy procesando todo de muy buena manera así que no necesito que nadie me diga que demonios estaba sucediendo conmigo, estoy tratándolo lo mejor posible.



Kris estaba frente mío, solo me miraba, pero se mantenía en silencio. «Acéptalo» movió sus labios, negué. El silencio seguía, no dijo nada, no pedí nada, solo quería que ese maldito silencio continuara para no hacerme pensar más de aquello que no quiero saber más.



—Me estuve preguntando, — rompió el sigilo, suspiré. Creo que ya estoy preparado para hablar. —¿tan bueno era para tenerte así?

Ni te imaginas...—respondo bajo, casi inaudible. Tirándome en el piso, donde no me he levantado en ningún momento, suspirando con cansancio y a nada de soltar el llanto porque ya no puedo soportar más.

— ¿Así que, has perdido tu juguete? —Pregunta serio.

—Prácticamente yo era su juguete. —Respondo con sinceridad, enarca una ceja y sé que ya no puedo parar. Ay ¿por qué me tuvo que hacer hablar? — ¿Sabes cuantas cosas absurdas, por no decir tontas y ridículas, hice a su lado?

—No podría imaginármelas.

— ¡Me vestí de Julieta, mierda! —Muerdo mi lengua al solo recordarlo. — ¡Fuimos a un jodido restaurant vestidos así! —me siento en el suelo, solo para sacar todos mis problemas. —Bueno, él era mi Romeo, maldición.

— ¿Y porque lo hiciste? —Pregunta neutral y me desahogo.

—Llevábamos veintiún horas, treinta y nueve minutos y no sé cuántos segundos sin hacerlo. ¡Ni siquiera era un jodido día! —Digo alterado. —Y él me dijo que solo lo haríamos con una sola condición. —Suspiro. —Me tiene en sus malditas manos. Puede manipularme y yo no me negaría.

—Así que aun sientes algo por él...—Afirma.

— ¿Qué? ¡Claro que no! Estoy más que feliz de que se haya ido.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

—Porque la hoja ha cambiado, hyung. —Ah, dudé, ¿qué me está sucediendo? ¿Realmente estoy cambiando? —No suelo leer las paginas dos veces seguidas.

— ¿Por qué con Taemin lees el libro las veces que sean necesarias?

—Porque él es distinto.

— ¿Y porque Kyungsoo no lo es?

Tsk, no lo menciones de nuevo.

— ¿Por qué? —Pregunta con neutralidad.

—Porque no quiero escuchar su nombre.

—Si no me das una buena razón, Kyungsoo seguirá formando parte de mi vocabulario. Kyungsoo...

Hyung.

—Anda Jongin, yo puedo mencionar a Kyungsoo las veces que quiera.

—Hyung...

— ¿Qué? ¿Duele el escuchar su nombre? Pero, ¿por qué? Ambos sabíamos que terminaría así. Desde un inicio terminaría con un corazón roto, y francamente, no sé si es el tuyo. —Da un mordisco a la zanahoria que había dejado atrás y que ahora toma su atención. Oh, Kris, no seas tan imbécil por favor, solo cállate y déjame con este extraño sentimiento. — ¿Qué? No me digas que te encariñaste con el especial. —Un momento. — ¿Es correcto? — No, quiero hablar, no quiero que lo sepa. —Si no respondes lo tomaré como un sí. —Oh, maldita sea, duele, duele como no se lo puede imaginar. —Entonces real-

— ¡No lo quiero recordar! ¿Sí? —Muerdo mi labio. — No quiero recordar su absurda pasión por el mambo, y ni qué decir del jazz... Tampoco quiero recordar esos jodidos ojos enormes, casi deformes que tiene...Y ni qué decir de su maldita fuerza sobre humana... O su rara manía de dormir con calcetines, ya que según él es lo único que lo mantiene calientito...Y mucho menos las tenebrosas historias de terror que solía contarme antes de dormir, que por más absurdas que sonaran me encantaba escucharlas... ¡Odio todo eso de él! ¡Todo! ¡¿Sí?!

— ¿Lo odias?

—Así es... ¡Lo odio!

— ¿Y qué es lo que más odias?

— ¿Qué sí que es lo que más odio? —Rio burlón, ahora es imposible poder detenerme. — Querrás decir lo que no odio, para poder terminar hoy. —Respondo más que exaltado.

—Eres libre de hablar.

—Odio sus malditos labios en forma de corazón. Odio su tonta afición por aprender canciones de películas animadas. Odio que sea un sabelotodo y que me trate como un estúpido. Odio que me trate como un niño. Odio que me esconda cosas. Odio que me mienta. Odio que Minho se le acerque, e inclusive otras personas. Odio que tenga delirios de mafioso, pero eso lo hace ver adorable. O-odio que-e no esté en este momento subiéndose en el banquito para alcanzar el cereal, porque soy tan maldito que lo puse en la parte de arriba, solo para hacerlo sufrir...



Me detengo y suspiro hondamente. Mirando a la nada. Sonrió al solo imaginar su expresión de enojo por el cereal. Amenazando a todos los posibles dioses que puedan existir. Sorbo de la nariz y miro a Kris, quien hasta el momento se ha mantenido neutral, y no se ha exaltado en ningún momento.



—Odio cuando sale de la ducha y tiene delirios de supermodelo nudista. Odio su maldita forma de ser. Odio su maldita arrogancia. Odio esa mirada de superioridad que tiene, aun siendo un jodido especial. Odio que sea un engreído. Odio que me lleve en la maldita motocicleta, y que nunca me dé un casco. Pero lo que más odio es que no me crea cuando le digo que lo amo...



...Oh, grandísima mierda.

...

Maldición, no puede pasarme esto a mi...

...Estoy jodido, estoy jodido, santísima mierda, ¡estoy jodido!

...



— ¿Has encontrado respuestas?

Mierda...

— ¿Qué sucede ahora?

Estoy enamorado de Kyungsoo...—No era posible, esto no puede pasarme a mí, maldición, eso debe ser mentira, no, no es cierto, no ahora, ¡maldición!



El aire me comenzó a faltar, todo daba vueltas a mi alrededor, el extraño sentimiento de los días pasados se alivió; «Estoy enamorado de Kyungsoo» repetí en un hilo de voz, me dolía la cabeza, algo me taladraba y el aire poco a poco fue más nulo; me sentí encerrado en mi propio departamento, se hacia más y más pequeño y las ganas de desmayarme era tantas que si no hubiera sido por la bolsa de papel que Kris colocó en mis labios, juro haberme muerto.

Palpaba mi espalda y el aire se recuperaba, el oxigeno aumenta lentamente, había dejado de ver todo con claridad y se habían convertido en siluetas borrosas, pero ahora, que Kris esta a mi lado, todo vuelve a la normalidad.



—Mierda, mierda, mierda... ¡Lo amo! —Grité y quité aquella bolsa, la histeria se apodera de mi cuerpo. — ¡amo a un maldito especial! ¡A un hombre! ¡A un chico irrelevante! —Paso mis manos por mi cabello. — Esto no puede estarme pasando, ¿Qué está mal en mí? —Paso saliva, amarga, el aire de nuevo comienza a irse. — Me gusta Kyungsoo —Lo digo para mí mismo, esa es la respuesta. — ¡Me gusta! ¡Estoy enamorado de un maldito chico al que le huelen los pies a quesito...! —Tengo miedo, no sé como actuar, no sé qué más decir, no me entiendo. Quiero llorar, quiero verlo, quiero llorar otra vez, pero de igual manera, tengo miedo. Tengo alegría y tengo dolor. Rio. Mi risa descontrolada comienza a salir. —ja, ja, ja, ja ¡Me gusta! Ja, ja, ja, ja ¡Un especial! Ja, ja, ja, ja, ¡Mí especial! Ja, ja, ja...



Y vuelvo al inicio, traté de levantarme, pero, todo gira de nuevo, ya Kris no lo veo más, los destellos aparecieron frente a mis ojos y mi estómago comienza a revolverse queriendo sacar todo lo que he comido el día anterior. Estoy por caerme de espaldas, pero Kris me sostiene y pone la bolsa en mis labios una vez más. Palmea lentamente mi espalda, dando un ritmo a mi respiración, relajándome. Solo algunos minutos bastaron para que el sudor que apareció en algún momento desapareciera y la ansiedad igual. Una vez, que me encuentro estable se sienta a mi lado.



— ¿Cómo sabes tratar un ataque de ansiedad, histeria o lo que sea? —Pregunto ya más relajado.

—Lo leí justo antes de venir aquí. E incluso compre la bolsa.

— ¿Por qué?

—Solo, sabía que esto sucedería. —soltó con simpleza y deja a bolsa en la mesita de centro. — ¿Irás por él?

—Así es.

— ¿Y si no quiere verte?

—Lo obligaré.

— ¿Y si no te cree?

—Se lo demostraré.

— ¿Estás seguro de lo que estás por hacer?

—Esto ya no es un capricho, hyung.

—Entonces, yo te apoyo.



Y eso es lo único que necesito para salir corriendo e ir al más que familiar departamento.




• ♦ •

« J u n m y e o n »




— ¿D-donde esta-a? —La sorpresa llegó junto a la pregunta de un agitado Kai, hasta parecía que recorrió todo un maratón para llegar en ese estado.

—No está aquí, lárgate. —No tuve de tiempo para responder, Dae me ganó y estuvo a nada de cerrar la puerta en la cara; que mal, Kai se lo impide poniendo medio cuerpo.

—S-solo quiero hablar con él. —ahora habló, lo más entendible posible.

—No puedes y no quiere. —Responde con deje de molestia.

— ¡¿Tú quién mierda eres para responder por él?! —Grita molesto. Al parecer ya recuperó el oxígeno.

— ¡Soy su jodido hermano! ¡Y tengo todo el puto derecho de responder por él!

— ¡No me jodas! Kyungsoo no tiene familia... —lo acusó. Wow, jamás creí que pudieran salir palabras después de escuchar la confesión de Dae, pero bueno, creo que Kai aún necesita de Soo.

¡Já! Eres tan pate-

— ¿Qué quieres? —Pregunto interrumpiendo a Jongdae.

—Solo vengo a hablar con él. —Responde calmado.

—Él no está aquí. —Vaya, jamás creí que Kyungsoo llegara a tener razón. No negaré que cuando dijo que era posible que Kai lo fuera a buscar, me burlé. Pero no estaba tan equivocado a como creía.

— ¡No está por tu culpa! —Soltó Dae con odio, oh, hay tanta rabia en sus palabras que estoy más que seguro que, de un momento a otro, le soltará un buen golpe, un momento, la angustia en los ojos de Kai se hizo presente; no me queda de otra que decir la verdad.

— ¿Cuándo volverá? —sus palabras están llenas de desesperación, dejó de ver a Dae para preguntarme a mí, parecía tan lamentable que no podía hacer nada salvo solucionar todo este embrollo.

— ¿Quieres pasar? —Pregunto y con un solo asentimiento de cabeza por su parte, entra con confianza y el ceño de Dae se une cada vez más. —El caso Kai, es que, él no volverá.



Voltea a ver a todos lados. Cajas por doquier. Algunas cosas de cocina, envueltas en papel periódico. Y los muebles con algunas etiquetas de las mueblerías a los cuales fueron vendidos. Logro ver el destello acuoso en sus ojos, pero lo limpia rápidamente.

Quise ponerle una mano en el hombro para darle un poco de alivio, pero no creo que pueda cumplirlo porque, posiblemente, habría puesto mi mano en su mejilla por el gran golpe que le daré de solo recordar lo que le hizo a mi hermanito. Decidí no hacer nada.



— ¿Dónde está?

—En estos momentos...—Miro el reloj. — Esperando su vuelo a los Ángeles. —confesé, tomé aire para no decir más y poder controlar mis palabras, así que cuando creo que es tiempo, continuo. —: Solo tienes veinte minutos antes de que lo tome el vuelo. — cruzo mis brazos y lo miro, esperando a que corra o me diga algo bien pendejo para poder partirle la cara de una vez. —De aquí al aeropuerto son veinticinco minutos en auto; si te apresuras, lo alcanzarás.

— ¿Quién dice que iré por él? —Pregunta algo perdido mirando la etiqueta de la mueblería.

—Bueno, ¿qué importa si lo sabes no? Después de todo, él no piensa regresar.

—...Y si son tan buenos amigos, ¿por qué no lo fueron a despedir?

—Él nos obligó a no ir. — confesé—Kyungsoo dijo que si alguien iba; cualquiera que fuera, él simplemente no podría irse-



Y antes de que pudiera terminar la oración, Kai sale despabilado, azotando la puerta a su paso.

Rio.

¿Realmente cree que diré la verdad?



— ¿Por qué lo hiciste?

—Solo para comprobar algo.

— ¿Qué cosa, hyung? —Pregunta interesado Dae.

—Si es que iba tras él. — suspiré, Dae suelta una carcajada y de inmediato ingresa a la habitación de Kyungsoo para empacar algunas cosas.



Esto no es algo que me deba pertenecer, pero casi pierdo los estribos cuando apareció. Si no fuera porque Kyungsoo previó esto, estoy más que seguro que Jongdae no sería el único en romperle la cara de mierda que tiene. Pero bueno, Soo es quien les dará la verdadera lección después de todo.

Doy un largo suspiro y al girarme me encuentro con Yixing.



— ¿Qué no se supone que Soo fue a Goyang y que regresará la semana que viene? —Preguntó, extrañado porque jamás hablamos sobre la situación en sí, solo ideamos una solución ligera.

—Así es, amor. —Una de mis manos se cuelan en la cintura del chino de mi vida, me acerco y Dios, no se pueden imaginar cuanto lo amo.

— ¿Y por qué le dijiste otra cosa?

—Aún no lo perdono. —Sonrió.




• ♦ •

« J o n g i n »




¿Qué es lo peor que te detengan? Correcto: que no te den dato alguno de la persona que estás buscando.

Una llamada, y me dejan libre.

Regreso al aeropuerto y lo primero que hago es intentar conseguir la información que necesito. Dinero y conexiones, es lo indispensable para obtener lo que quiero.

California.

Él va rumbo a california. Compro el boleto del primer avión con ese destino y me encuentro ahora esperando a que sea llamado. ¿Ropa? ¿Maleta? No creo necesitarlas por el momento.

Mi avión es el siguiente. Solo tuve que esperarme por cuatro horas y ahora es el momento de partir. Justo cuando tomo fila para la revisión, me llega un mensaje.

No cualquier mensaje.



— ¿Hola? —Pregunto dudoso y de la nada, música comienza a reproducirse.



No you didn't have to stoop so low

Have your friends collect your records And then change your numberI guess that I don't need that though Now you're just somebody that I used to know

Somebody

I used to know Now you're just somebody that I used to knowSomebody

Una canción fue lo suficiente para pedir perdón, fue todo lo necesario para poder romperme de nuevo.



• ♦ •




Comienzo a batir la crema y de ahí, le agrego un poco más de azúcar. Vuelvo a ver el video de nueva cuenta. Ahora que lo pienso, me ha faltado un poco de leche dulce...creo que eso la podría modificar por la leche evaporada amarilla de dudosa procedencia. No me debe afectar en mucho, creo.

Las fresas se ven perfectas, las coloco de forma elegante o al menos, que se veas comestibles y vierto la mezcla de la crema ahora dulce.



—No sabe tan mal. —Digo a mí mismo, y vuelvo a probarlas. Creo que no soy tan mal cocinero después de todo.



La película comienza a correr. Miro el reloj y vuelvo a probar de las fresas con crema, que acabo de prepararme. Tal vez el comer algo dulce a altas horas de la madrugada, no sea una muy buena opción. Ya no tengo sueño y bueno, ya han pasado un par de días desde los que he podido dormir bien, no hay ningún problema en entretenerme con películas si es que tengo insomnio.



Lo sentimos, el número que...—Doy un simple salto por la música de suspenso de la película. —Después de los tonos siguientes.

—Hola, hyung. ¿Adivina que estoy haciendo ahora? Lo sé, no te interesa. Pero, ¿recuerdas que te dije que vería esa película? Insidious...—Muerdo una de las fresas y sonrío. —Tienes razón, hyung, no debo ver películas de terror. Creo que no dormiré este día.



Cuelgo y vuelvo mi atención a la película. Ahora la madre está tocando el piano y por el comunicador de bebés, se escuchan ruidos raros.


«No quiero» «No hay nada que puedas hacer» «No quiero» «No quiero» « ¡No quiero! ».


Esta, ha sido la peor decisión que he tomado en toda mi vida. Trago pesado y tomo de nuevo el celular. ¿Por qué me las di de valiente cuando es obvio que me da miedo cualquier película con un poco de suspenso?



Lo sentimos...—relajo mi respiración y ahora tomo la manta que está en una esquina de la sala. Aun me sigo preguntando, ¿Por qué ver la película en la sala y no en mi habitación? Debo ser un masoquista de primera. Este lugar es tan enorme que es probable que cualquier ser pueda aparecer, oh, no, no debo pensar en eso.

—Hyung, te lo advierto, ni se te ocurra ver esta película. ¡Realmente da miedo! —dejo atrás la manta y sigo mirando la película. — ¿O solo será que soy bastante miedoso para animarme a verla yo solo? —pregunto.



La verdad, jamás me imaginé a mi mismo, un día cualquiera viendo películas de terror, sólo. Doy un largo suspiro y después miro mi mano. Sonrió de nueva cuenta y sin importarme a lo que alguien pueda llegar a juzgarme, tomo una de las fresas con la mano y no con el tenedor. Al final, mis dedos quedaron sucios de la crema y sin pena alguna, los lamo. A esto se le llama libertad.



— ¿Cómo te va en California? —muerdo mi labio y le doy pause a la película. — ¿Mejor que aquí? Lo entiendo...Ya sé que no tienes cobertura allá y por eso no recibes mis mensajes...Debo colgar, hyung. Mañana te marco.



Dejo caer el teléfono y doy un suspiro. Todo se vuelve borroso y sorbo por la nariz. Tal vez esto es el típico arrepentimiento que se dice que alguna vez debemos pasar. Ahora ya logro entender a la población mundial, cuando dicen estas típicas frases de «tengo el corazón roto». Tanto cliché en una frase tan cierta. Ahora mismo debo ser un asco si hyung intentara estar aquí, creo que se burlaría de mí.

La película continua, pero, quizás he visto bastantes películas de terror que ya soy casi inmune a estas. Solo logro sorprenderme alguna que otra ocasión por el sonido tan tétricos que suele tener, pero de ahí en más, solo la frustración llega al no comprender del todo las palabras que dicen porque la miro más no presto atención, no puedo prestar atención, algo me come desde el fondo y no puedo entender nada.



—Hyung, ¿Cuándo vas a volver?



Muerdo mi labio por la sorpresa y al ver la foto del final. Donde se da a conocer la verdad de todo el suspenso.



—Hyung, ¿podrás llegar a perdonarme?



Y ese fue el último mensaje que deje por el día de hoy. Quizás mañana realmente me atreva a decirle todo lo que siento. De cualquier manera, no creo que los escuche alguna vez.










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Ustedes no están para saberlo, pero para editar éste capítulo tuve que escuchar a Wisin y Yandel, o de lo contrario no sé como me iba a salir.

Se me cuidan y recuerden:  quédense en casa ♥.

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