Octavo capítulo
Advertencia:
Spoiler de película
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— ¡Chicos! ¡Junta! —Grita Kota.
Todos los 20 empleados vamos al restaurant, juntamos cuatro mesas haciendo una mesa gigantes. Cada quien toma una silla y esperamos sentados la llegada del jefe. No son las nueve de la mañana aun, por lo que aun esta todo cerrado. Pasan cerca de 10 minutos y finalmente nuestro querido jefe se digna a llegar, trayendo consigo unos documentos.
—Muy bien chicos—"Hey" se escucha a lo lejos. —Y chicas, lo siento Jia, Kota... —Sonríe apenado, después murmura un leve la costumbre y continua—como muchos ya están de vacaciones—muchos asentimos—, les daré a elegir el turno que quieran.
Saca un papel portafolio, con nuestros nombres y turnos —día y noche— en una enorme tabla, unas pequeñas tapitas de colores que marcaban cada nombre y horarios en los campos sobrantes, además de un montón más de tapas de colores para colocarlos en el horario que deseamos.
—Elijan sabiamente. —Termina después de explicarnos cómo será la marca del día.
—Boss, ¿y el descanso? —Jimin levanta su mano para segundos después preguntar— ¿Cuándo lo tendremos?
—Sobre eso, ustedes elijen el día que quieran. Cada semana puede variar o simplemente puede ser el mismo.
—Jefe, ¿Cuántos puestos hay libres? —Ahora es Minseok quien pregunta.
— ¡Já! Cierto, se me olvidaba. Hasta ahora serán doce en la mañana y ocho en la noche—bueno, uno más al bando de la noche—solo pueden descansar de 3 a 4 personas al día; no más.
— ¿Tenemos que decidirlo, ya? —Ahora es Jungkook quien pregunta.
—No, tienen todo el día para decidirlo. —nos entrega unos pequeños papeles donde está un mini cronograma, debemos poner nuestros nombres y llenarlo— Lo llenan, y si piensan cambiar el día de descanso, solo avisan a tiempo.
Minseok-hyung se me acerca y pregunta sobre los turnos, para emparejarnos y quedar igual. Para ser sinceros, creo que estoy superando muy bien la lindura de Minseok, hace como dos días me habría quedo viéndole hasta que sus dientitos todos bonitos salieran y me provocaran suspirar, pero hasta hoy en día, ya puedo mirarlo a los ojos y no pensar que es tierno. Es más, creo que ha cambiado por completo, ahora se ha vuelto más varonil.
—Otra cosa, como sabrán ya casi estamos a fin de mes—todos sonríen, trago duro—, y como tenemos a dos nuevos, deben enseñarles cómo funciona esto.
Jungkook y yo miramos a los que nos rodean, recapacitando si es tan necesario el empleo. Después de haber aceptado el empleo, este joven chiquillo entró a Mounter exaltado y gritando a todo pulmón que se detengan todos. Con energía pidió empleo, Jimin —quien salía desde la cocina— se carcajeaba y señalaba al Kook mientras se burlaba de su mala suerte para después continuar burlándose tan fuerte y de manera exagerada, por lo que el dueño de lugar —y querido jefe— bajó buscando la razón del porque tanto alboroto. Jungkook habla de la razón, un simple "acabamos de contratar a-" bastó para pedir un duelo a nombre del empleo, él no sabía hacer nada pero necesitaba el empleo.
Finalmente nuestro jefe vio un gran potencial en ese adolescente enérgico y lo contrató. Jimin pidió la renuncia, nadie le creía y lo ignoraron, se tragó sus palabras además de la risa, y ahora todos somos unos compañeros de trabajo felices.
— ¿Alguien que les quiera explicar? —Xiumin me sonríe. — ¿Alguien?—Minseok corre hasta donde estoy (que fueron solo 4 pasos) y Jungkook se acerca a Jimin. Este último le hace mala cara y Kook solo le sonríe. —Muy bien, doy fin a la junta y todos a sus puestos. —toma sus cosas— Y no olviden, para hoy los horarios que eligen.
Todos comienzan a discutir sobre los turnos que quieren y el día de descanso que tomaran. Nadie se pudo poner de acuerdo, por lo que accedimos a la solución rápida de Kook, donde a las 5 de la tarde, se abrirá un grupo en Line donde todos estaremos discutiendo los turnos. Y como es lunes, por lo regular el bollo y yo, tenemos turno de noche. Por lo que nos despedimos y disfrutamos de nuestro bello día.
—Kyung, no tengo dinero...te invito a mi casa a comer algo. —Minseok, un tanto apenado lo dice justo en el segundo que pasamos frente a una cafetería— ¿Qué dices? Está a solo diez minutos caminando.
—Bien. —Siendo sinceros, tampoco tengo mucho que hacer el día de hoy ni mucho menos tengo tanta comida como para invitarlo a mi hogar, así que acepto.
Caminamos por más de veinte minutos, entramos a una parte de la ciudad que jamás creí que existiera. El lugar era algo lúgubre, algunas lámparas estaban rotas; como si algún acto salvaje haya ocurrido. Este lugar no conocía el sol, ya eran más de las 9 de la mañana y ni un sesgo o asomo de luz solar a excepción de las lámparas.
Era una zona de departamentos en su mayoría en mal estado. En algunos se notaban los grafitis que los representaban. Otros parecían tener fugas de agua, pues su pared se notaba húmeda y a punto de hacer colisión en cualquier momento. Algunos maleantes escondidos entre el baldío que separaba a algunos edificios.
Entramos a un edifico de siete pisos. Caminamos por las escaleras, hasta el último piso —gracias edificio por no conocer los elevadores, gracias—. A comparación de los otros pisos, donde se encontraban entre 3 a 5 departamentos, juntos. Este era el único. Entramos. El lugar era amplio y grande; del tamaño de mi departamento —No me imagino como pueden vivir los de abajo— y me refiero al departamento en que actualmente vivo.
—Creí que eran 10 minutos a pie. —Me dejo caer contra la pared, para ser sinceros no soy del tipo que hace ejercicio en las mañanas y ahora estoy sin respiración a todo y nada de desfallecerme por la falta de aire.
—Ah, sobre eso, mentí. —Pasa su mano derecha por su cabeza y se rasca, mueve su cuerpo de un lado a otro pidiendo disculpas—Si sabias a donde vendría y cuánto tiempo durarías, no vendrías—hace un puchero—. Perdón.
—No hay problema, —hago un ademan—me gusta este lugar... —confieso y ahora sí, me pongo cómodo en el sillón—pero ¿por qué parece que son las cinco de la mañana cuando ya casi son las diez?
—Mira—me guía hasta un gran ventanal, y puedo ver unos inmensos edificios rodeando todo el vecindario—. Esos monstruos nos dejan sin sol... pero no te preocupes desde las doce y una de la tarde, comienza a aparecer—bueno, de algo a nada, al menos es optimista—espera aquí en lo que hago algo de almorzar.
Minseok-hyung se dirige a la cocina y vuelvo a tomar asiento en uno de los sillones. Después me desespero y fisgoneo un poco su departamento. Hay tres cuartos, un pequeño baño, la cocina, el pasillo y la sala. Bueno, no es que esperara que alguna de las historias que Tao me contó fuera cierta, pero tuve la esperanza de encontrar algo que me guiara a la verdad.
En la sala los sillones son normales; solo tres, no son de diseñador—es que, como crecí en un lugar bastante influyente, logro reconocer a la primera el material de casi cualquier cosa—, son solo sillones que puedes comprar en cualquier mueblería. Hay una mesa de centro, pequeña de madera y normal. La televisión LCD, es grande pero no tanto como la mía.
El color morado de las paredes combina con el café de todos los muebles.
Me gusta este lugar.
Enciendo la televisión y son solo programas libres; al parecer hyung no tiene cable.
— ¡Hyung! — grito al sacar el celular.
— ¿Qué, Kyung? —Pregunta asustado, traía una cuchara en la mano y mirando a todos lados asustado vuelve a preguntar— ¿Qué pasa?
—Me pasas la clave del Wifi.
—Claro, —suspira—está en mi celular, que está en... —achina los ojos pensando—en el sillón, búscalo en contactos como "clave".
— ¿Tienes la clave del wifi, como un contacto?
—Sí. —Suelta rápido.
—Eres raro, hyung. —Lo juzgo pegando una mueca y sonrío al final para que no me saque de su departamento sin alimentos ni nada.
—Calla. —Me señala con la cuchara y regresa a la cocina.
Busco el celular de hyung entre los sillones, cuando al fin lo encuentro lo enciendo y paso el dedo por la pantalla táctil, encuentro el icono de contactos; agradezco a Hyung por no tener contraseña o algún patrón de desbloqueo. Deslizo mi dedo hasta encontrar la letra C. Solo tiene siete contactos, cuando encuentro clave, estoy a nada de presionarla, pero algo me detiene. El contacto de arriba tiene «Chenchual♡ »; me rio y finalmente tomo la clave.
Navego en internet. Recibo mensajes de Line, entro a Facebook; busco videos graciosos, leo algunas notas de los famosos y sus nuevas —gracias a dispatch—. Descargo la nueva canción de mi mamá. Y espero a escucharla con Xiu.
—Hyung~...te gusta la música de Jae-
— ¡Jaejoong! —Sale de la cocina, corriendo—Me EN-CAN-TA... ¡Hoy sale su nueva canción! ¿Has visto Triangle? ¿Has-?
—Si hyung, escucha. —Pongo la canción que acabo de descargar— La acabo de comprar.
— ¡Oh por Dios! Yo tengo que utilizar programas; nada legales por cierto, para poder tenerla.
—Entonces...
—Espera voy por la comida.
Minseok-hyung regresa con ramyeon, lo coloca en la mesa de centro y comenzamos a almorzar. Mientras vemos un programa en la televisión me mantiene al tanto del nombre de los programas que usa regularme al igual que las páginas de descarga que continuamente frecuenta.
—Tengo una duda... Por qué hace rato el jefe dijo "están de vacaciones" muchos asintieron, ¿Acaso también estudian en Neibor? — la verdad, no creo que las fechas escolares hayan cambiado tan dramáticamente en un par de años en los que no estudié.
—Sí. —La respuesta fue rápida y mi silbido lo siguió.
— ¿Enserio? Nunca los he visto. —Respondo con total sinceridad, jamás he tenido amigos que estudien y trabajen conmigo. Quizás y ahora que sé que vamos a la misma universidad, me junte con ellos en sus mesas y hagamos una clase de grupo anti Kai y su grupillo (excluiremos a Sehun porque se unirá a nosotros).
—No suelen ser muy sociales.—Adiós idea de derrocar a los populares—Por ejemplo Kota; no suele salir del salón de clase, y cuando es la hora del almuerzo o el descanso, va a la azotea. Ella estudia arquitectura, en el edificio enfrente del de artes...pero a pesar de eso, tiene una voz impresionante; además es un especial. —Silbo de nueva cuenta, esa no la vi venir—Es diferente a cualquier especial, no fue elegida por alguien, ella simplemente es muy solitaria.
—Oh. —Un especial que no haya sido elegido, vaya, debo tener bastante suerte.
Cuando escuche a los Kim —Jongdae y Junmyeon— hablar sobre "como eligen", creí que todo se trataba de una broma. Cuando Tao me atracó en el baño diciendo su "no debiste ser elegido", al principio lo tomé como una broma más, pero al descubrir todo lo que conlleva ser el elegido no pude esconder mi enojo. Digo, ¿Qué clase de infantilismo es el jugar con el futuro de una persona? Acepto que te rompan el corazón como cosa de juego, pero que derrumbes a alguien, metiéndote en su futuro es la cosa más malditamente estúpida que pueden hacer.
—Por otra parte esta Jimin; es un caso especial, —deja atrás su comida y me mira a los ojos, creo que lo que dirá a continuación será interesante— es primo de Park Chanyeol. —Ese nombre me suena...Park Chanyeol...creo que lo he escuchado en alguna- ¡Oh! Ese Park Chanyeol, el que es alto y se sienta en nuestra mesa, con razón se me hacía conocido el nombre; bueno, no es que conozca a muchos Park Chanyeol en mi vida—Él es todo lo contrario a Kota, es extrovertido, muy simpático, alegre; toda una persona feliz...No es tan rico como Park, podría considerarse un rico promedio. —deja de verme para centrar su atención a la pantalla—Él dice que solo trabaja, porque no quiere amargarse la vida con vejetes—comenzamos a reír—Esos primos Park son toda una caja de sorpresas.
— ¿Y Jungkook? —La pregunta salió de mis labios sin poder detenerla, no es que sea yo una gente chismosa, pero ya quería saber desde un inicio que se traen entre manos él y Jimin, además de la notable repulsión que le tiene Park cada que se acerca él.
—Él es raro...—Ahora frunce el sueño y los labios, como si no entendiera algo—Tiene riquezas, no tiene la necesidad de trabajar; y si lo hace por "entretenimiento" es una mentira...el solo trabaja para hacer infeliz a Jimin, lo provoca...—Achina los ojos y apunta con su dedo la pantalla—Jimin-ah sufre por ese mocoso.
—Eso es raro y gracioso. —Y no, no me refería a la pareja, me refería a las caras de Hyung— ¿Y Jia?
—Jia es-
Minseok se detiene en el momento que mi celular comienza a sonar, un poco avergonzado le pido que me disculpe un segundo, me levanto del sillón pero vuelvo a donde mismo, total, no hay nada que deba esconder.
—Si diga. —Fuerzo un poco la voz para que se escuche un poco más masculina y ronca.
— ¡Soo! ¿Dónde estás? Papá fue a tu departamento. —Cierro los ojos, volteo dándole la espalda a hyung y me disculpo.
— ¿Papá? —murmuro— ¿Qué quería? —Vuelvo a la posición inicial y hago una seña a Minseok sobre el teléfono después ruedo los ojos para que no le tome tanta importancia.
—No sé, pero creo que tienes una reunión
— ¡¿Qué?! Espera tengo otra llamada—Le cuelgo a Suho— ¿Sí?
—Kyungsoo, ¿Se puede saber dónde estás? Estoy en tu departamento y tú no estás. Pregunté a la cacera y dijo que saliste desde la mañana, ya es casi medio dia y no has llegado. ¿Algo que contarme? —Bueno, si papá quisiera que respondiera, creo que debe esperar un segundo para que le pueda responder, pero no, a Yunho le importa poco.
—Ah, sobre eso... ¿Recuerdas que te dije que trabajaría? —Me detengo esperando su respuesta, pero al escuchar solo silencio, continuo— Pues tengo un empleo.
—Y se puede saber, ¿qué tipo de empleo? —Ni una felicitación ni nada, luego-luego sale con sus preguntas serias.
—Es un prostíbulo—Minseok palidece, y creo escuchar el gritito gutural ahogado de papá; mucha bilis para Yunho, por el momento—Es mentira —Me carcajearía, pero después papá me regaña—es un lugar llamado "Mounter", tengo trabajo en las noches y en las mañanas, por eso tengo que salir.
—Creo saber cuál es ese lugar. —Vuelve a la seriedad. — ¿Tu nuevo trabajo no interferirá en tus estudios, cierto? —Respondo un vago "nopi" y papá sigue con lo suyo.
—Pero, regresando al tema; —interrumpo su charla sobre si el trabajo es mucho para llevarlo a cabo, él y su dinero pueden ser de gran ayuda— Jun-hyung me habló algo sobre una reunión. —Rasco mi dedo, pego una mueca de fastidio y solo mantengo la esperanza de que sea una total mentira todo lo que hyung me dijo.
—Sí, es el martes. —Diablos, tenía que hablar. Solo debí aceptar sus preocupaciones y colgar—Mantente libre mañana. —su voz sale más risueña y estoy demasiado seguro que guiñó. —Te dejé las invitaciones en tu departamento. —Apuesto a que volvió a guiñar—Es con traje, pide uno a Luhan.
— ¿Luhan? —Pregunto un poco desconcertado, que tiene que ver Lu en esto.
—Sí, él tiene algunos trajes para ti. —Miro a Minseok-hyung quien esta entretenido comiendo y dándome un poco de privacidad para hablar tranquilamente.
— ¿Puedo llevar a alguien?
—Claro, pero sin escenas. —Ahora estoy seguro que acaba de tocar su cabeza. La última vez que fui a una reunión con papá fue en China, y mi acompañante no era demasiado educado que digamos. Se suponía que era una reunión privada, y pues, a papá no le dieron ganas de que invitara a alguien más que no fuera nuestra familia—Te dejaré la otra invitación, las pondré en mesita blanca de centro.
—Que sean tres—Pido, estoy más que seguro que Lu-Ge suspirará al entregarme el traje y dirá algo como "espero que te vaya bien en tu fiesta, yo estaré aquí, escogiendo suavizantes..." entonces, es mejor evitar entrar en conflicto con alguien tan melodramático con Ge.— Luhan también irá.
—Bien, entonces así quedamos, el martes, puntual. —Remarca lo último, me manda un "te quiero" y cuelga.
—Hyung, ten reservado este martes...Iremos a una fiesta. —levanto la mano, abro la palma y la dejo en el aire esperando a que Minseok haga lo suyo.
— ¡Enserio! —Y choca las palmas conmigo. Buen chico.
—Sí. —Guiño como todo jefazo que soy.
Terminamos de almorzar minutos después de que el programa termina. Ahora aparece ese inexplicable sentimiento de vacío, Hyung me mira y yo regreso la mirada, afirmamos al mismo tiempo y de la manga Minseok saca la caja de una película, Heartbreak library, fue la rápida decisión que tomamos e iniciamos nuestras críticas al término de esta.
—Creo, que mínimo un beso, no pido mucho, un beso y ya, haría el final más feliz—Hace su crítica — Ni siquiera fue una película romántica por completo.
— ¡Cierto! La única parte conmovedora fue cuando lo llevo al templo... ¿Tan malos somos para el romance? O solo los directores y guionistas, son los malos. —Pregunta.
—Ellos—Empuña la mano el bollo— son un asco haciendo romance.
—O quizá, ese fuera el punto de la película. Hacer un amor, más puro. No tan interesado. —Ahora vienen a mi toda clase de trama conspiradora sobre el tema amor que el director tomó para la película.
—Naa...sigue sin gustarme el final. —Hace un puchero y niega por unas veinte veces más.
— ¿Otra? —Muevo mis cejas de arriba hacia abajo, esperando su respuesta a mi inquirente expresión.
—Si...pero vamos al súper por algo de dulces.
— ¿Cuánto tiempo es de aquí, al súper? —La verdad soy un poco flojo y eso de bajar o subir escaleras no me es tan agradable que digamos.
—Diez minutos—le doy una mirada—quizá veinte o veinticinco minutos—Evita la mirada—vamos.
Salimos del departamento y comenzamos a hablar, sobre un final alternativo a la película; o ya en sí, una trama distinta. En la charla, el tiempo pasó volando. Ni sentí que caminé por más de 30 minutos. Y cuando menos lo esperé, ya nos encontrábamos frente al súper.
Tomamos un carrito, como yo no conozco del todo, me deje guiar por Minseok a lo que llegamos a la sección de dulces más rápido de lo que imaginé. Casi lo llenamos. Palomitas, churros, refrescos, helados, sopas instantáneas. Y todo tipo de comida rápida existente en aquel lugar --solo la no sana—. Cuando estamos por ir a la caja a pagar, Hyung se pierde mirando unos chocolates, tomo los más posibles, hershey's de chocolate, chocolate con leche, de galleta, especiales; y su sonrisa se agranda.
Comienzan a registrarse los alimentos, los números van incrementando. Mira aquellos números y después su billetera. Saca unos cuantos billetes, pero lo detengo, él me permitió estar en su hogar, es mi momento de entregar recíprocamente su amabilidad.
—Hoy pago yo—Y antes de que replique, le entrego la tarjeta a la cajera.
—Muy bien, me puede mostrar su identificación —tal cual me pide la cajera le entrego la credencial—me regala una firma por favor —Pide de nueva cuenta al entregarme un papel. — ¿Gusta retirar? —Pregunta y niego— ¿Una recarga que deseé realizar? —Niego una vez más.
Hyung mantiene la mirada en la tarjeta negra que le entregue a la joven. Su notoria sorpresa, se hace presente. Regreso el papel con la firma, ella por su parte checa el nombre de la identificación para que coincida con el nombre que la maquina le muestra en la pantalla al imprimir de nueva cuenta el papel. Ponemos las cosas en el carrito de nuevo, solo que esta vez están en bolsas.
—Gracias por su compra, señor Junmyeon—dice ella, con una sonrisa pegada en su rostro y entregándome tanto la identificación como la tarjeta y el comprobante de la compra— ¿Inicia desde aquí? —Vuelve su mirar a los otros clientes.
Tomo el carrito y hyung me sigue, mirándome desconcertado, un poco asustado porque ¿Me acaba de llamar Junmyeon?; me rio.
— ¿Desde cuando tienes otra identidad? —Finalmente pregunta.
—No la tengo—respondo mientras acomodamos el carrito en su lugar y nos repartimos las bolsas—Ugh, creo que fue una mala idea comprar tanto. —murmuro al ver las bolsas que debemos cargar hasta el departamento de hyung y que además, debemos subir por los cien pisos hasta poder disfrutar correctamente.
— ¿No? Junmyeon. —Ironiza el nombre y niego al reír.
—Ja...es algo gracioso porque es un hyung que conozco, va en Neibor. —Suelto, solo para ver si puede identificarlo mejor y no quedar como un mentiroso. —"El primer lugar", ¿Lo conoces?
— ¡Suho! —Grita asombrado, bueno, jamás creí que lo ubicaría con eso de que ellos son simples estudiantes.
—Sí, el mismo —muevo mi cabeza afirmando—digamos que...pedí prestada su tarjeta.
— ¡Robaste su tarjeta! —Grita asustado.
— ¡No la robé! Solo...la pedí prestada. —Bueno, quizás que Junmyeon no se haya dado cuenta que la tome, y que no le haya avisado que la tomaría cuenta como si la hubiera robado, pero no se puede considerar robado algo que tiene el fin de devolverse el día de mañana (o pasado).
— ¡Eso es robar! —Ahora grita y me regaña a la vez. Fue raro.
—No si es entre familia—mierda, creo que dije algo de más.
— ¿Familia? —Ahora su desconcierto me provoca morir. —Habla. — ¿Y si mejor huyo y no regreso jamás?
—Somos como hermanos, sus padres y los míos, se conocen. —eso no es mentira alguna, Yunho conoce a mi mamá y de igual manera conoce a la madre de los Kim— Nos conocemos desde niños; y él me presta sus cosas y eso...
—Oh, ¿y tú mamá? ¿Tú papá? ¿Tienes hermanos?
—Mi mamá murió, mi papá sigue vivo y literal, tengo dos hermanos. —y en realidad no miento, me gusta ser sincero siempre que puedo hacerlo.
—Wow, yo, lamento lo de tu mamá, perdón si toqué un tema delicado y-
—No hay problema, ya lo he superado... —hago un ademán, se siente un tanto raro no tener una foto de mamá a la mano para presentarla así que solo niego, tal vez después pueda mostrarla. —Ahora tengo una mamá especial. —Suelto risueño, creo que ahorita le están sonando los odios a Jaejoong-hyung.
— ¿Cómo?
—Cosas mías, —hago un ademán de nuevo—pronto lo sabrás. Pero y ¿tú?
—Mis padres siguen vivos. —ni un solo segundo duró en responder, creo que ya estaba esperando a que se le preguntara para presumir de su familia. —Viven en un pueblito en Pohang, es un lugar muy bonito, algún día te llevare—me sonríe— Y tengo una nonna; —finalmente estoy sabiendo un poco de verdad de la familia de Minseok-hyung— ella es la "oveja negra" de la familia—se ríe— solía decir "muy pronto me iré y tendré una vida de reina"; lo decía desde que tenía dieciséis, yo solo tenía trece y no entendía porque lo decía; en casa podíamos comer pescado siempre. —Reímos— Cuando cumplió finalmente los dieciocho se fue a la ciudad, papá enfermó; yo solo tenía 15 y quería dejar la escuela para trabajar —se detiene—Para, ya sabes, ayudarlo. —hace una pausa nuevamente—Papá me dijo que una enfermedad pasaba, pero que no la educación; así que, ahora aquí me vez...
Nos detenemos un poco, una de las bolsas se rompió. Llenamos las otras 8 bolsas con lo que ésta contenía. Ahora nos repartimos en partes iguales la mercancía que estamos exportando.
—Cuando estaba estudiando trabajaba a escondidas. —No lo había notado, pero a Minseok se le muestran las venas demasiado, creo que se le explotaran en algún momento—Cuando terminé la preparatoria, comencé a trabajar; papá ya estaba mejor, pero mamá...ella, entró en depresión por no saber nada de nonna. —Ahora detiene un poco su charla para tomar un poco de aire—Cuando cumplí los dieciocho me mudé a Seúl a vivir y trabajar. De lo que gano en Mounter, gran parte de ese dinero se lo envío a mis padres. Papá quería que terminara todo, quería que fuera a la universidad. Hace casi dos años; alguien me propuso un trato, escuela a cambio de trabajo.
—Hyung... —suelto las bolsas y lo abrazo— Se dice mucho de ti, pero nunca algo tan similar a esto... Vamos, todo lo que se dice es drogas, riquezas, hijo oculto o incluso, la mafia, ¿lo sabias?
— ¿Qué mi familia está en la cárcel? Si, si lo sé, vaya imaginación la de la persona que inventó la historia. —Ironiza un poco más relajado y con la sonrisa más que plantada en su rostro.
— ¿Y no te molesta?
—En lo más mínimo. —Sonríe. —Es hasta divertido el descubrir nuevas versiones sobre mi vida personal.
—Eres algo, hyung, —murmuro, no sé cuanta maldad pueda tener ese lindo muchachito— ¿Cómo era el trato? Se escucha raro eso de a cambio, hasta parece que es algo ilícito.
—Yo no sabía si aceptar o no. Era raro que alguien te ofreciera trabajo y escuela a la misma vez. A cualquier persona le sonaría raro ese tipo de trabajo. —concuerdo totalmente—Pero en cualquier universidad te pedían un promedio en específico si es que querías una beca; y yo, no era el mejor—Comenzamos a caminar, la luz del sol era más notoria ya. El departamento del bollo está más cerca—Así que acepté.
— ¿Y qué paso? — Iba a preguntar algo como "¿Y te moriste?", pero creo que no hay tiempo para una broma.
—Nunca esperé estudiar en Neibor... —sus ojos se agrandan, levanta sus bolsas con fuerza y como si fueran nada a lo que me sorprendo por la descomunal vena que brotó por el ejercicio—Era algo muy lejano a mis sueños. Cuando entré todo era nuevo; creí que todos me despreciarían por ser becado, pero fue todo lo contrario. Cada día más y más personas se unían a mí. Me decían lo guapo y lindo que soy; preguntaban sobre mi familia—entramos al edificio y caminamos por aquellas infinitas escaleras— Yo solo los evadía, o simplemente no contestaba...cuando pedí información sobre mí, descubrí que no era un especial, sino un rico más de aquel lugar...
—Y tu hermana, ¿Aun no saben nada de ella?
—En cuanto a nonna—gira a verme—, hace casi un año la volví a ver...trabaja en una de las empresas de los Kim, se casó con uno de los ejecutivos y al parecer seré tío...—sonríe, demostrando su emoción—Sohee, sigue igual de hermosa que antes—abre la puerta del departamento e ingresamos, nos vamos a la cocina y ponemos todas las bolsas en la mesa—Eres la primer persona a la que le cuento esto. —Me siento alagado.
—No entiendo algo—con el poco aire que me logra quedar, intento mostrar mis dudas—si tú no pagas nada, es por hecho que eres un especial...pero, ¿Por qué no eres reconocido como tal?
—Mi pronto a ser jefe, —levanta su mano y su voz sale diferente, un poco más forzada y engreída— me deposita cada cierto tiempo, es como trabajar pero sin trabajar.
—Eso es genial hyung. Eres genial. —Aplaudo ni yo tengo tanta suerte como para que alguien pague mi escuela, bueno, alguien desconocido fuera de mi familia.
— ¿Sabes que más es genial?
—No, ¿qué?
—Tu haciendo las palomitas, ¿genial no?
Aunque negué al final tuve que hacer las palomitas. Tres paquetes, dos de extra mantequilla y uno de caramelo. Las puse en tres recipientes. Los llevo a la mesita de la sala y espero a que Minseok-hyung me ayude.
— ¿Jugo o Coca-Cola? —Pregunto.
— ¡Coca-Cola! —Pongo hielos en una jarra, tomo dos vasos y después me llevo la bebida.
— ¿Cuánto tiempo tenemos? —Pregunto.
—Como seis horas... ¿vemos Oculus?
—Veámosla. —Mi decisión es la más importante, oculus se escucha medio, graciosa, no negaré pero en algún instante cuando me dijo el nombre de la película me desconcerté un poco porque creí jamás creí que Hyung viera esa clase de películas.
Tomamos asiento, y después de unos minutos la película comienza. Apenas media hora y las palomitas de caramelo desaparecen. Los hielos han desaparecido y lo más emocionante ha comenzado. Doy un sorbo a mi bebida y Minseok está sin parpadear por la escena; lleva su puño lleno de palomitas a la boca y sus cachetes se agrandan, como una ardilla comiendo bellotas.
Entonces sucede, Kaylie le da la silla a su hermano para que destruya el espejo. Pero él solo discute con ella, explicando que no eran posibles las cosas que ella decía sobre el espejo. Pero de pronto, la hermana le pregunta "Porque bajaste la silla" y me quedé en shock, no entendí la película.
—Hyung, ¿Por qué dijo eso? —Min voltea y después pausa la película— ¡Que está sucediendo!
—Al espejo es imposible dañarlo, ¿por qué crees que cuando ella lo encontró, miro que estaba averiado? Ellos fueron los únicos que pudieron dañarlos. El espejo cambia la forma de pensar de las personas. Entonces, Tim trató de dañarlo pero se bloqueó e hizo otra cosa. ¿Entiendes?
—Algo. —rasco mi nuca y más o menos entiendo lo que me acaba de decir.
—Bien, continuemos—le pone play.
Los hermanos tienen otra pelea y salen de la habitación. Cuando entran, todo en aquel lugar esta diferente a como lo dejaron antes de salir. La chica enseguida mira las grabaciones y se las muestra a su hermano. Solo estaban ellos dos en aquel lugar, moviendo todo. Teniendo la misma discusión de hace unos momentos, pero en un lugar de salir ambos se quedaron dentro discutiendo al momento que hacen los movimientos. Después salen y entran tiempo después, ¿Así que el espejo, es quien controla su mente? Vaya, estoy comprendiendo de poco en poco a la película.
Avanzando la película, mi lengua ya no la sentía; la sentía escaldada. Gracias a las palomitas de extra mantequilla. Tomo un poco de mi bebida, casi tomándomela de un solo trago. Y me sirvo más. Busco los caramelo, pero al parecer desaparecieron. Y un gran rastro de envolturas, están en el lugar de hyung.
Continuando con la película, Kaylie está cambiando las bombillas, pero junto a ella, llevaba una manzana. Cambia un foco y su manzana la deja aun lado de los demás. Cuando la vuelve a tomar le da un mordisco y un gritito ahogado salió de nosotros. Ella acaba de morder una bombilla y comienza a sangrar.
Detenemos la respiración, su expresión de "voy a morir" lo dice todo. Mi cara de "va a morir" explica más.
Entra su hermano y después mira la escena, soltamos una risita; el espejo jugo con ella. Lo que realmente comía era su manzana. Al parecer juega con sus miedos.
La película está en dos tiempos: pasado y presente. Con cada acción que hacían o recordaban, volvían al pasado. Cuando creían que su padre engañaba a su madre. Como cuando despareció su perro. Cuando tenían el espejo de niños, pero en eso los que sufrieron las consecuencias fueron sus padres. Al terminar la película, me quede perplejo. Unas partes no las entendí.
—Hyung, entonces el novio murió realmente— él solo asiente— pero, si no había nada con que matarlo. El florero era el que tenían cuando vivían antes ahí. Era de su pasado, ¿Cómo pudo matarlo?
—Fácil Soo, el espejo jugó con ella. Los restos eran de la maceta donde estaban las flores marchitas. Él dominó con sus miedos.
—Pero es casi imposible, era la misma que rompió su madre. —Así por un segundo levante mi voz, estoy como en una clase de shock porque todo parece tan irreal (y hablamos de una película) que no puedo aceptar el final. Bueno, si lo acepto, pero no la muerte del novio.
—Es tan posible, como la muerte de ella. El espejo necesitaba no morir o romperse y ella era la única protección en esos momentos.
—Entonces, todo lo que ellos pensaban y sentían. Estaba fríamente modificado por el espejo.
—A si es.
—Pero, si es así. Entonces con la muerte de Kaylie, el espejo tuvo que romperse. Prácticamente le atravesó la garganta.
—Creo que no le paso nada al espejo. —Por eso odio el suspenso. Muéranse todos.
—Pero...Y la garganta...nada tiene sentido.
—Nada tiene sentido en esta vida.
Después de limpiar el desastre de palomitas, envolturas de dulces tiradas y de más; lavamos lo que usamos. Mantuvimos esa pequeña charla sobre PORQUE NO SE ROMPIÓ EL JODIDO ESPEJO. Minseok-hyung solo me sonreía, después negaba cualquier teoría loca que salía de mis labios.
Todo era tan perfecto y hermoso, hasta que entre risa y risa miramos el reloj.
—Kyungsoo ya son las 6. —Creo que, aquí murió nuestra alegría.
—Mierda.
Entramos a Line y por suerte aún estaban conectados; aunque ya tenían todo decidido, rogamos por tener el martes libre. Aceptaron, pero con una condición. Lunes, miércoles, sábado y domingo será horario nocturno. Jueves y Viernes, horario matutino. Y en orden seria; discoteca, bar-discoteca, discoteca, discoteca, restaurant, restaurant.
—Hyung, y las actuaciones, ¿Cómo son? Mejor dicho, ¿Cómo se hacen? —Pregunto un poco menos estresado por la emoción de no saber que está sucediendo en mi vida.
—Pues. —Hace una pausa y después una mueca, creo que esas muecas le salen al natural no las debe forzar ni nada—Al inaugurar, los empleados hacemos un show de apertura, como diciendo que está abierto...—wow, sabias palabras de Kim Minseok—Y así los clientes están libres de interferir en nuestras actuaciones y retarnos...eso es lo mejor de todo; te diviertes e interactúas con los demás.
—Y siempre son los mismos clientes quienes actúan o son distintos.
—Por lo general son distintos. —Afirma en un movimiento de cabeza— Cada vez aparecen más y distintos clientes...Aunque, hay una persona.
— ¿Qué persona?
—Un niño rico, —rueda los ojos, creo que alguien no le agrada a Minseok-hyung—estudia en Neibor. —suspira agobiado y pega una nueva mueca, pero en esta ocasión, parece más molesto que nada—Cada fin de mes, por tres días, renta siempre la misma mesa cerca del escenario. Lleva dos años viniendo, siempre haciendo lo mismo...nunca reta a nadie que no sea yo-uhm, esa persona. Es agobiante el tener que soportarlo. —suspira una vez más, después suelta un leve como "como me desagrada".
—Espera, ¿Eres tú? —Pregunto dudoso—A quien siempre reta—asiente—waa~, que tipo tan más raro.
—Es un mal perdedor. —rueda una vez más los ojos y por un instante vi mordiendo su labio ante las malas palabras que detuvo antes de soltarlas—Solo una vez, su inmadurez hizo que esto durara una semana. —Vaya, eso no lo esperaba—Hasta que perdí y fui su esclavo.
—Entonces, si solo dura tres días, significa que... ¿siempre pierdes?
—No siempre, dos días gano y el tercero pierdo. Creo que me he acostumbrado. —mueve sus hombros restándole importancia.
—Qué tipo tan raro. —Repito una vez más.
—Y sí.
—Hyung, ¿quieres ir a comer algo fuera? Yo invit-bueno, el primer lugar invita. —Sonrió y elevo la tarjeta para que vea que somos lo suficientemente dependientes a ella como para comer algo demasiado caro.
—No creo que tenga apetito; además creo no tener más sabor, esas palomitas. —Niega, soba su vientre y después toca su cuello, como si le pesara el solo moverse.
—Habrá una fuente de chocolate en nuestra mesa.
—Solo deja voy al baño, estaré listo en unos minutos.
Después de salir del departamento, fuimos a la estación de trenes. Y de ahí partimos a una de las calles más prestigiosas de Seúl. Aquella en la que se encontraba una cafetería en especial: Riveiint. Desde aquel accidente, cualquier persona que trate de entrar debe hacer una reservación con anterioridad. Nuevos reglamentos en el lugar, creo que dejé gran impacto con mi partida. No lloren más, que pronto me tendrán de vuelta. Lo cual hice, una sola llamada, mi nombre y no habrá un solo no que me puedan dar. Después de todo, ser un Jung es lo mejor que pudo haberme pasado.
Entramos, Minseok-hyung mira asombrado el lugar, su boca se abre y aquella carita tan bonita que tiene se ilumina al ver cuanta gente está en el lugar a tan tarde hora. Era realmente gracioso verlo. La hostess nos lleva a nuestra mesa porque es su trabajo, y además, no me conoce y eso me agrada.
Una joven mesera se dirige a nuestra mesa. Creo que también es nueva, porque no notó quien soy y mucho menos pidió que me retirara o en su caso, corrió hacia el gerente. Todo a comparación de los demás quienes nos —me— miraban realmente asustados y sorprendidos.
Cuando nos instalamos, la mesera nos entrega la carta, se va, regresa y solo para pedir nuestra orden; pedimos de todo y obviamente no faltó la fuente de chocolate. Una señora se me queda viendo. Le susurra algo a la mesera. ¡Le recuerdo! era la misma mujer de aquella vez.
—Hyung, sabes...Ahorita nos pedirán que nos marchemos. —Murmullo después de notar más miradas de todos nuestros amigables vecinos de mesa.
— ¿Qué? ¡¿Porque?! —Se exalta, se levanta y después, niega, él realmente no quiere irse.
—Ya...tú solo actúa, uhm, no lo sé, rebelde. —guiño—Como si no te importara nada de lo que te dicen.
De pronto la mesera, la misma que nos atendió, llega con la mirada gacha, mordiendo su labio y con los brazos hacia atrás, levemente inclinada.
—Disculpen, pero podrían marcharse. —Ahora hace una inclinación.— Por favor.
— ¿Y porque tendríamos que hacerlo? —Le pregunto desinteresado— Por lo menos denos la comida gratis. Que mal servicio el de este lugar. —Mascullo y tomo una servilleta—Si nos la da, nos iremos sin ningún escándalo. —Ahora la comienzo a trozar.
—Verá, nos llegó una queja y le pedimos de favor que se retiren. —Ahora sí, levanta la cabeza, nos mira a los ojos y su voz es un poco más baja que al principio.
—Pero si estoy limpio—huelo mi ropa— ¿Por qué tendría que irme?
—Es una orden de mi gerente; y si no la obedezco, seré despedida...por favor retírense. —Sé que ya me pasé de la raya cuando sus ojitos comienzan a colorarse un poco. Que malnacido soy si hago llorar a una mujer.
—Dame la comida y me voy, ¿o tú que dices hyung? —La chica por fin nota a Xiumin, y queda flechada por su lindura, o bueno, todos quedan flechados a la primera— ¿Nos vamos?
— ¿Por qué deberíamos hacerlo? Es cómoda la silla—dice arrogante Minseok-hyung, y la chica le da mala cara— quedémonos Kyung.
—Lo siento nos quedamos. —Y bam la chica se va. Ay, Dios, soy una bestia del infierno, soy demasiado maldito. —Hyung, ahora vendrá el gerente y nos va a querer sacar. —Informo de nueva cuenta, pasaron algunos segundos y era más que obvio lo que sucederá a continuación.
— ¿Porque?
—Por mí. —Y en menos de cinco minutos, el gerente Choi llega. Igual que hace casi tres meses. Con su trajecito perfectamente planchado y su cabello peinado hacia atrás, como todo señor que se da a respetar.
—Do Kyungsoo. Tienes prohibida la entrada a este lugar. Y lo sabes, ese era el acuerdo. —Faltó que dijera lo más importante: acuerdo para no poner cargos en tu contra. Me encanta que no lo diga por respeto a los otros clientes.
— ¿Pero, porque? —Pregunto con fingida sorpresa y tristeza, giro la cabeza y dejo caer el mentón sobre su mano derecha.
— ¿Porque? —Y su pregunta no fue para nada amable, es más, hasta bufó de la indignación—Te parece bien insultar a los clientes y embarrarle pastel a uno.
—No solo fue al cliente. —Corrijo—También a usted señor Choi, ¿o es que ya no lo recuerda? —Pregunto ahora ya con más malicia, diablos, soy demasiado...— Bien, solo deme la comida y nos vamos.
—No sé quién te dejó entrar, pero quiero que te-que se retiren de aquí. Y no Kyungsoo, solo vete; sin escenas.—Ay, como si siempre hiciera escenas cada vez que voy a un lugar.
Pobre tonto. No sabe la sorpresa que se llevará. El señor Choi va a toda velocidad formalmente aparentada para llegar a donde la hostess se mantenía hablando por teléfono, reclamando no sé qué cosa. Bueno, sí sé qué cosa. Ella le explica, y él mira aquel libro de reservaciones al igual que el monitor de la computadora. Sus ojos se abren de más, su boca casi cae al piso y si no fuera porque estoy medio ciego, juraría que lloró su maldita suerte.
—Hyung, lo interesante viene ahora. —Murmuro en una carcajada al ver la cara del señor Choi.
— ¿Qué es lo interesante? —Aw, la cara que Minseok suele poner en estas situaciones me hacen ser una buena persona.
—No nos podrán correr. —Relamo mis labios—Es más, siento que nos pedirán perdón.— Y en ese momento el señor Choi llega.
—Kyungsoo... —Habla lento, medio arrepentido, medio incrédulo.
—Creí que nunca se daría cuenta, —enarco una ceja y por un acto de maldad brotando de mí ser, me sonreí por verlo de la forma en la cual se encuentra. No lo sé, es como si el Karma estuviera haciendo de las suyas finalmente— ¿quiere pruebas? — Saco de la cartera una pequeña tarjeta de plástico. Mi identificación donde tengo mi nombre Jung Kyung Soo—Ahora, solo denos la comida.
Y tal como lo pedí. La mesa se llenó de cientos de frutas, cortadas perfectamente. Panes de distintos. Y sobre todo, la fuente de chocolate. Minseok comía feliz, mientras bañaba las frutas de chocolate. Estaba por probar aquellos manjares, cuando siento la mirada de aquella señora, con el mismo maquillaje exagerado y su mala vibra en todo su ser.
Me levanto de mi asiento, Hyung me pide una leve explicación para después perderse entre una fresa bañada en chocolate y camino hasta su mesa, tomo asiento a su lado.
Ella por inercia toma su bolso, ¿Acaso, piensa que le robaré? Que falta de respeto a mi persona. Por venganza, me acerco hasta su oído y le susurro.
—Esto es lo bueno de tener acciones. —Suelto— ¿Sabe que significa un veinte por ciento de acciones en este lugar? —Ella niega—significa: que puedo echarla a patadas cuando quiera.
— ¡Eso es absurdo! —Levanta la voz, un par de hombres se quedaron viendo a su dirección y después agacha la mirada. Vaya, a alguien por aquí no le gusta ser criticada por alguien más— ¿Cómo alguien como tú, tan mediocre puede tener eso?
— ¿Usted sabe quién es Jung Yunho?
— ¡Por supuesto! —Ahora se mofa—uno de los hombres más ricos de toda Corea. No hay quien no lo conozca.
—Perfecto, esto será más sencillo...solo recuerde mi nombre: Jung Kyungsoo. —Estiro mi mano para que estreche la suya, sonrío y su estoica expresión me dio la victoria.
Ya con eso me alejo de aquella mujer que mantenía su estado de shock visible, mientras levemente duda de mi identidad. Regreso con Minseok, él no notó mi ausencia del todo, la razón: una fuente de chocolate.
— ¿Y bien? —Pregunto.
—Te amo, Soo.—Sus ojitos brillaron, su boquita estaba batida de chocolate y su amor me pertenecía.
Comenzamos a comer; mejor dicho, comencé a comer, el bollo estaba por terminar. Él por su parte me recordaba cuanto me amaba por su bella y dulce fuente de chocolate. Todo estaba bien hasta ahí, todo iba de la manera más correctamente perfecta, hasta que las malas vibras aparecieron en un santiamén. Mi espina dorsal se erizó en advertencia. Mi cuerpo me decía que algo malo estaba viniendo hacia mí, pero no sabía cómo explicarlo y hacérmelo entender. Si solo me dieron el nombre de quien, con tan malas intenciones venia, todo estaría bien.
Hasta que alguien nos interrumpe.
—Oh, el adorable Xiumin, ¿Qué hace con un perdedor como Kyungsoo? —Diablos, mi ser me avisaba sobre eso.
—Kai, me alegro de verte también—le sonrió ocultando mi desagradable mueca al verlo— ¿Pagarás por nuestra comida? A hyung lo asaltaron mientras veníamos y le quitaron su billetera. Y-yo no tengo dinero.
— ¿Es cierto Xiumin?—el mencionado asiente, como me agrada esta química de amigos que tenemos ambos— ¿Y qué hacen en un lugar tan caro, sin dinero?
—Es de consolación; —tomo la mano de Minseok-hyung y Kai de inmediato me aparta de ella—yo pagaría todo por él. Además teníamos una reservación en este lugar, pero creo que nos excedimos en la comida, y ahora ya no me alcanza—le guiño.
—Soo, tengo un plan. —Vaya que su cabeza trabaja demasiado rápido—Hacemos que tenemos una llamada muy importante y salimos, despistados. Lo vi en una película, primero tú y después yo. —dice el bollo y Kai mira asustado la idea—Pero, Kai-ssi nos ayudará, ¿cierto?
— ¿Qué? —Traga saliva— ¿y yo que gano? —Y de inmediato fija su mirada en mí. Que depravado. Ya Dae me habló sobre cómo se le voltea la canoa al Deseo Negro, que desagradable que ni siquiera pueda despistarlo un poquito.
—Una reservación en Mounter; en estas fechas es casi imposible obtener una—le dice Xiumin— ¿aceptas?
—Mounter... ¿Qué es eso?
—Aceptarás o no—Suelto molesto.
—Está bien. —Suspira, me mira un poco más y su mano sin intención toca mi hombro.
—Bien, Soo tú sales primero, después yo saldré y Kai-ssi se quedará en ésta mesa, cuando ya sea tiempo, él se levantará y se regresará a su mesa. —Jamás creí que Kai pudiera aceptar, para ser sinceros la imagen que tengo de él es del tipo "no me digas que decir", quizás le tiene ganas a Minseok-hyung y por ello lo hace. —Y tada~, ¿estamos? —ambos asentimos—Bien, ahora Soo.
Saco el celular y camino hasta la puerta principal. Cuando me pierdo de vista, me dirijo hasta la mesera que me atendió y le pido la cuenta. La saca enseguida y le entrego la tarjeta de Junmyeon. Firmo y me alejo de aquel lugar. Salgo libre y le marco al bollo, él sale enseguida con el celular aun en mano.
— ¿Ya pagaste? —me pregunta en cuanto me ve—pobre Kai.
—Lo sé, —Ruedo los ojos, pobre mi billetera, él no. —vámonos hyung, ya son más de las ocho.
De ahí todo fue corto y rápido, tomamos el bus de regreso, y de suerte nos tocó sentado. Un par de minutos, un par de palabras y ya casi llegábamos a Mounter.
—Soo, ¿porque querían que nos fuéramos a un inicio? ¿Por qué el gerente te conoce? —Justo cuando creí que todo sería simple, salen las preguntas incomodas. —Habla.
—Me niego a responder—Hace un aegyo...pero resisto. Después sus ojos se le aguaron, hace un puchero, su nariz se vuelve roja y perdí a la buena. —Bien te lo contare TODO.
Su cara se le iluminó y vuelve a la normalidad en segundos. Él sí que sabe cómo manipular.
—No tengo permitido entrar, digamos que...hice una cosa parecida a insultar a unos cuantos clientes y de paso, al gerente... —espero y esto no salga de este autobús o de lo contrario perderé mi empleo—trabajé en Riveiint por unos siete meses...Esta bien, en realidad si insulté a los clientes, y cuando me refiero a "los" es porque fue a todos.
Le cuento toda mi historia vivida en Riveiint y el cómo conseguí no ser admitido. Él solo reía sin parar. Las pocas personas en el bus, nos miraban y juzgaban, con una que otra mirada. Solo tal vez, fuimos un poco ruidosos.
Llegamos a Mounter con veinte minutos de anticipo. Le entregamos la hoja de nuestros horarios al jefe y después vagamos por los alrededores hasta que llegara nuestro turno.
Se hacen las nueve de la noche con tanta charla que tuvimos y comenzamos a trabajar —porque básicamente ese es nuestro trabajo—, la noche fue relajante y cómoda. No hubo problemas esta vez; todo marchaba perfectamente bien.
Cuando estamos por cerrar Minseok —como persona confianzuda que es— me invita a su departamento a dormir y —como todo asesino serial que soy—acepto. Una vez terminando de trabajar, nos dirigimos a su departamento. Antes de dormir vimos Malefica. Terminamos rendidos después de las cinco y veinte de la madrugada, comer dulces en la madrugada, no es una muy buena idea.
Sufro por los dulces.
Notas finales:
El Jikook es real y el que me diga lo contrario, nos damos en la madre.
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