Juegos


Hace cuatro años atrás.


Los Ángeles, California.
(Kyungsoo)


—Entonces, ¿Bonjour?

—Bonjour. —respondo al mover mis brazos y dar a entender que se ha dicho todo.

—Esperen, ¿y cuantos ganadores deben ser? —La pregunta más importante.

—Un ganador—responde Jongdae—, dos perdedores.

— ¿Cuánto tiempo tenemos? —Pregunta Junmyeon de nueva cuenta mirando su teléfono, y señalando en el calendario electrónico la fecha límite. — ¿Grabamos? —enarca una ceja, Dae suelta una pequeña risita, cruza sus brazos y después de darme un vistazo con una seguridad que no sé de dónde diablos la tomó, deja que yo tome la responsabilidad de todo.

—Por supuesto, —respondo— y solo será una semana. —Termino.

—Que sean cinco días—dice Jongdae—. Nos queda muy poco tiempo aquí.

—Bien. Cinco días en total, —señalo con mi mano la cantidad—será en la plaza principal donde más gente transita, ¿hecho?

Hecho. —responden los Kim.

—Espero y aprendan la canción completa. No quiero que hagan el ridículo. —Jongdae con burla se aleja un poco, da un par de brincos, mueve su cabeza y la gatuna sonrisa comienza a plasmarse de poco en poco en su rostro.

—Vaya que confiado hermanito, ¿qué te hace creer que ganarás? —pregunto.

—Soo, —suspira— es solo que tu pequeño hermano, es demasiado genial. —Se señala, levanta sus hombros y termina guiñando en mi dirección.

Claro.

Mire, ahí va esa chica tan extraña...Es distraída como ves—canta Junmyeon—. No es de nuestra sociedad, en las nubes siempre está. —Para un segundo, sonríe y palmea la espalda Jongdae, dando a entender que eso es dirigido a él—Es mi parte favorita, por favor; sean geniales.

—Jongdae, tú serás Bella y tú Junmyeon, serás Gastón.

Y con eso, la apuesta está hecha.

Nuestro objetivo: la chica de las flores. Y no, no hay que tener una idea errónea de lo que haremos. No conquistaremos a nadie ni mucho menos le romperemos el corazón a alguien más para disfrutar de una sádica tradición familiar. No, alto, no por favor.

Acontece que en estos momentos nos encontramos radicando en los Ángeles, y cerca de nuestro hotel, esta una pequeña tienda de flores. Dentro de esta tiendita floral trabaja una bella joven de castaños cabellos, delgado cuerpo y piel blanquinosa junto a unos bellos ojos grises. La razón de nuestra apuesta: Nos ha ignorado desde un siempre. ¡Quiero ser su amigo!

Suele ser muy tímida, pero lo que nadie sabe; ni los Kim, es que ella no es así. Vamos, ¿acaso creen que apuesto solo porque sí? Por supuesto que no, una buena intención y ¡bam! Seremos los mejores amiguitos del universo. Bien, podríamos decir que es una adolescente con doble personalidad—lo típico tratándose de una simple chica que vive en el país más liberal del mundo—, ya saben la típica chica tímida que por las noches le gusta ir a clubes vestida de todos colores menos el rosa. Sera difícil, pero un reto es un reto.

Voy al cuarto de hotel y me cambio. Unos jeans azules rotos, una camisa de manga negra, una sudadera roja a cuadros y unos zapatos negros estilo militar, lentes negros, cabello un poco alborotado. Voy hasta mi reto —o la razón de mi alegría, esto en relación a humillar a mis hermanos—, camino hasta la florería, me encuentro con la dueña de aquel lugar y la chica atendiendo a unos clientes.

Buen día, ¿qué se le ofrece? —me pregunta la dueña de aquel lugar, en inglés obviamente, sería extraño que lo dijera en coreano, por un segundo creí que me hablaba solo porque dije mi plan en voz alta y en mi natal idioma, pero gracias al cielo que ella no deseó alargar su lingüística a otras fronteras.

Me podría dar un ramo de gardenias y rosas rojas—le respondo en aquel idioma.

Por supuesto, tenemos de distintos precios. Esta el ramo sencillo, consta de solo cuatro-

¿Me podría hacer uno especial? —interrumpo, muerdo mis labios y la miro directamente; es mi momento de actuar— 15 gardenias y 7 rosas.

Al escuchar aquello, la chica voltea hasta donde nosotros, ¡y n oes por más! Si lo dije justo en el momento en que ella pasó a mi costado, gracias a la que dueña del local terminó de hablar a tiempo o de lo contrario habría quedado como tonto repitiéndolo una vez más hasta que llegara hasta sus oídos. Y tal como lo imaginé, se acerca después de haber atendido a su cliente. Toma del hombro a la otra mujer, con una flor en su mano derecha y un guante azul en su izquierda, le pide a la dueña atenderme en su lugar, su jefa afirma en un solo movimiento y se acerca al nuevo personaje que hace su entrada para comprar flores.

15 gardenias ¿y cuantas rosas, perdón? —achina los ojos, me mira fijamente y pega una mueca al verme los pantalones, creo que algo no le cuadra algo.

Siete. —No es porque yo me ame demasiado, pero juro que mi voz se volvió en un segundo muchísimo más grave y varonil, hasta yo mismo me asombré por tan viril sonido que saqué.

Bien, ¿puedo preguntar porque no compra mejor un número par? Digo, la mayor parte de las personas las compra así. —lo dice con tanta rapidez que si no fuera porque soy demasiado observador, creería que esta nerviosa—Es decir, si compran siete rosas compran catorce gardenias...Bueno, no han comprado eso, pero es un ejemplo. —toma aire, deja las flores atrás y me mira fijamente— ¿Por qué no hacer lo mismo? —pregunta.

Son para alguien. —Entrando a mi papel, tomo una de las rosas que están más cercanas a mi mano, suspiro al mirarla y después, la dejo en el mismo lugar solo para encontrar la mirada de ella—Apenas la conoceré, y sé que sus dos números favoritos son el quince y el siete. Además de que me suele decir que sus flores favoritas son las rosas y las gardenias. —puede ser una chica que cambia en las noches, pero su amor hacia esas dos flores no lo puede ocultar—Así que la quiero sorprender. Ella no sabe que yo estoy aquí.

Entonces, ¿de dónde eres? —Deja el arreglo floral, casi puedo notar como sus mejillas se colorean un poco.

¿Yo?, de Corea.

Tu inglés es muy bueno. —alaga, sus mejillas ahora se han vuelto más rosas que antes.

Gracias. —segunda vez consecutiva, mi voz es cada vez más fabulosa cuando digo palabras cortas, creo que el inglés es lo mío. Que mandarín o coreano ni que ocho cuartos, nada, el inglés es lo de hoy. —El tuyo también. —comenzamos a reír.

Después me entrega mi ramo de flores, me cobra y en el momento en el cual me entrega el cambio se pega una pequeña nota entre los billetes. Yo no lo noté y le agradecí. Saliendo de aquel lugar, sigo con el plan. Ahora el encuentro casual en el club es lo ideal para poder ganar esta vez.



♣♦♣♦♣

(Junmyeon / Suho)



Perdón, ¿pero cuál es su recomendación? Quiero sorprender a alguien...—le pregunto a la joven florista.

¿Qué tipo de persona es? —Toma una flor tras otra, ignorando casi por completo quien soy.

Es, es para una chica...ella me gusta y quisiera sorprenderla. —suelto rápido, sonrió y ella levanta la vista para segundos después volver a lo suyo con las flores.

¿Algo que se le venga en mente? —Dos indiferencias más y creo que usaré otro método para completar la apuesta.

A ella le gustan las gardenias, pero no sé si con algunas rosas rojas puedan quedar perfectas. —rasco mi cuello, la diferencia termina cuando detiene sus manos para congelarse.

¿Y porque esas dos flores? —finalmente tomo su atención.

Oh, pues...hace tiempo le escuché decir que le gustan. —me acerco un poco más—Se estaba patinando y vio a una pareja, donde el novio le entregó un ramo a su pareja y ella lo mencionó, que le gustaría recibir uno igual, solo con gardenias y rosas rojas. —La joven abre los ojos sorprendida, creo que entendió el punto. — Y, pues quisiera dárselas.

Eso es buen gesto.

Pues, no creo que tan genial. Ella no me conoce, y será raro que alguien desconocido le entregue un ramo, y le diga ¿aun quieres recibir un ramo?

Haha, cierto eso sería algo demasiado raro. —Oh, por Dios, que hermosa sonrisa.

—Ahora que lo mencionas, eso sería algo perturbador. Que un desconocido le entregue flores. —Pego una mueca de susto, su sonrisa incrementa un poco más a cada carcajada que saca. Las hebras castañas se muestran a libertad interrumpiendo y parando en frente de su rostro, lentamente son acomodados detrás de sus oídos. Wow, que hermosa vista es la que estoy teniendo en estos momentos.

Pero, también sería lindo. —Aclara su garganta, baja la mirada y muerde un poco su labio—Digo, será un maravilloso obsequio. Que alguien te entregue flores, en especial tus favoritas...es un gran detalle.

—Pues no sé si ella piense igual. Tal vez me trate por un acosador.

—No lo creo. Creo que será un lindo detalle.

Quizás debo tener más confianza. —Deja atrás el arreglo floral, levanta la vista y me mira fijamente, sus mejillas se han enrojecido más de lo que imaginé. —Otra vez han salido de su lugar. —Las hebras castañas salen por segunda vez consecutiva, tomo el atrevimiento de regresarlas al lugar que ella a determinado. Ahí va otro sonrojo.

Claro que si...ah, ¿Cuál es tu nombre?

Junmyeon... ¿y el tuyo?

—Alexa, es un gusto —estira su mano, estrecho la mía contra la suya espero a separarme pero en una leve retención, ella la atrapa— creo que deberías tener más confianza contigo, Junseom.

—Haha es: Junmyeon. —Repito.

—Haha lo siento, es un poco difícil. Pero, Junmyeon ¿cierto? —Asiento— Creo que eres lindo.

—Gracias, Alexa.

Dejo atrás mi mano dándole fin a la charla, me entrega el ramo y cuando esta por darme mi cambio me entrega un papel entre los billetes. Bueno, no creo que los otros hayan tenido el mismo avance que yo. La suerte está de mi lado, hermanitos.



♣♦♣♦♣

(Jongdae / Chen)



Hagamos lo siguiente, yo te invito a un mágico lugar y tú, aceptarás ir. ¿Qué te parece?

¿Qué edad tienes, eh niño?

¿Porque? no me digas que te has enamorado de éste niño. —guiño.

Claro que no, eres demasiado pelado. —eleva la voz, me mira frunciendo el ceño y por maldad toco aquella fruncida parte y me burlo un poco solo para que ella, en un arranque de enojo golpee mi mano— No creo que tus padres les agrade tener a un hijo tan vulgar como tú.

—Vamos nonna, sé que quieres ir.

— ¿Nonna? ¿Qué es eso? —cruza sus manos, el ceño se frunce cada vez más.

—Digamos que... —pego una pausa— es mi forma de decirte cariño en otro idioma.

— ¿Y quieres que yo crea eso? —si antes estaba molesta, ahora mismo parece que va a explotar— Quizá, me estás diciendo estúpida en ese idioma.

—Pues entonces, babo ¿irás conmigo? —Suelto una carcajada y ahora ha cruzado sus brazos, y aquella mueca de odio a tomado lugar en su bonito rostro.

— ¿Estas insultándome cierto?

—Así es, babo~.

—Me insultas y quieres que vaya contigo...Haha, no me hagas reír. — con un poco de sarcasmo levanta las manos y me mira fijamente— Por favor, vete.

—Bien, yo te estoy prometiendo la mejor velada de tu vida y tú la vas a desperdiciar. —palmeo mi rostro, vamos, está perdiendo la oportunidad de su vida— Baboo~

—Adiós niño.

No soy un niño, nonna—La tomo de la cintura y no la dejo reaccionar, cuando mis labios están sobre los de ella—. No lo vuelvas a decir.

Pero... —toca sus labios y después me abofetea. Molesta deja caer su mano ahora sobre mi brazo en un intento de contenerse. —No lo vuelvas a hacer.

¿Hacer que, nonna? —me le acerco— ¿esto? —Solo por pura maldad, me acerco lo más cerca que me lo permite y la vuelvo a besar, esta vez, ella se resiste un poco y me golpea en el pecho, le tomo de las muñecas y continuamos con nuestros labios unidos, el beso inocente que inicié se torna en uno un poco más salvaje. Me despego haciendo un chasquido al separarnos y un hilito de saliva cuelga de nuestras bocas—Entonces, ¿vamos?

Pelado—Y camina al lado contrario, ignorándome—. No te me vuelvas a acercar en tu vida.

Bien nonna, paso por ti mañana~.

Voltea, se detiene por un momento y levanta el dedo medio, mientras saca la lengua. Es demasiado bella y delicada, imposible de poder encontrar en algún otro lugar.

— ¡También te quiero, nonna!—le grito y un enorme sonrojo de coraje se cuela en sus mejillas y completamente todo su rostro. Es más, hasta creo que sus venas de odio están a punto de explotar. — ¡Hasta mañana!

¡Púdrete!

— ¡Si nonna, también te cuidas! —Lo sé, soy todo un galán.


♣♦♣♦♣

(Kyungsoo)



— ¿Y bien? —Maldito sea el momento en el cual tuvo que llegar el día especial.

—Maldita sea, eso es trampa. Así no es como lo estipulamos—Le dice Junmyeon a su hermano—Eso es trampa.

—En la guerra y en el amor todo se vale. —Ugh, pero esto no se quedará así.

— ¿Qué?

—Lo que escuchaste, hermanito.

—Bien—por fin hablo—. Solo fueron tres días, eso...eso es rápido, Dae —lo miro— ¿Cómo lo hiciste?

—Tengo mis métodos. —eleva sus hombros, restándole total importancia.

—Hiciste trampa—Junmyeon lo señala, achina los ojos y lo continua señalando—. No puedes...Tú, tramposo...

—Hyung, perdiste, acéptalo. —Jongdae sonríe de par en par, mira con altanero hacia donde hyung se encuentra. Aplaude y cruza sus manos al terminar lo que quizás pensó en el poco tiempo. —Ahora, solo tienen un día pero no se preocupen, ya tengo su atuendo preparado; Soo tú serás Bella—Karma, jodido karma— y tu hyung, porque te quiero mucho, serás Gastón y el librero.

Cuanto amor.

—No te preocupes Hyung, Soo es quien cantará más. Además ya tengo el relleno. Unos trainees, les ayudarán.

—Eso es genial, Dae. —Acepto mi derrota, alabo al desgraciado ganador y solo espero a mi mala suerte.

—Lo sé, Soo.

Aprenderte una canción no es cosa fácil. Vestirte de mujer tampoco es fácil. La peluca te pica, el vestido te sofoca, el sostén te aprieta, lo único agradable es que Bella no usaba zapatillas. Y agradezco que el vestido sea largo y no necesité depilarme.

Junmyeon le toco más fácil. Maldito suertudo.

Nos encontramos en el punto de encuentro. La gran plaza, el lugar más transitado en los Ángeles. Llevo una gabardina negra, todos pasan mirándome y alejándose. Junmyeon, lleva una gabardina similar a la mía, solo que en gris.

Menos de cinco minutos y más de diez personas llegan con gabardinas, los trainees han hecho de las suyas éste día. Jongdae llega también, con una cámara y tres personas más que de igual manera llevaban cámaras consigo.

Maldición.

Todos los que pasaban por el lugar pensaban que era un acto terrorista lo que haríamos, se alejaban de poco en poco imaginando tal vez que sacaríamos las bombas y los explosivos para poder terminar con nuestra vida en ese mismo momento. Policías se acercan, creo que debemos hacerlo rápido. Me quito la gabardina y todos se detienen, con expresiones de escéptidad y susto, robo completamente su atención.

Doy unos pasos y que comience la acción.

Qué lugar, simple y aburrido
Siempre es como el día anterior
Qué lugar sólo gente simple que despierta así
Ahí viene el panadero como siempre
Su mismo pan viene a vender
Las mañanas siempre igual desde el día en que llegué
A este rústico lugar

Inicio a cantar. Maldita la hora en que Downtown es tan circulado. Mi voz resuena por todos los parlantes que pudieron plantarse en el lugar

Mire, ahí va esa chica tan extraña

Es distraída como ves

No es de nuestra sociedad
En las nubes siempre está
No hay duda que una chica rara es

Bonjour, buen día, ¿cómo están todos?

Bonjour, buen día, ¿y su mujer?

Me da seis más, está muy caro

Los trainees aparecen, al parecer lo han practicado bien. Maldito Jongdae ya lo tenía planeado. Nada de "será improvisto, no será tan llamativo", mi error por creer en sus palabras. Ahora más gente corre a ver el espectáculo y todos los trainees robándose la atención por la perfecta y bien ensayada canción.

--No importa. Me llevaré éste.

-¿Ése? Pero si lo has leído dos veces.

--Es mi favorito. Tierras lejanas, duelos, hechizos mágicos, el príncipe...

-Si tanto te ha gustado, es tuyo.

Maldito Junmyeon, se supone que haría esa parte.

Las personas quedan fascinadas con el acto una vez más. La mayoría tienen sus celulares grabando. Otros turistas, sacan sus cámaras para guardar la escena. Bueno, les otorgo el derecho de plasmar en vida aquello, no todos los días se encuentran con un verdaderos show como el que estamos haciendo en estos momentos.

Oh ya, mi favorita
Cuando ella encuentra amor al fin
Él, un gallardo príncipe
Y ella lo descubre hasta que llega el final

Me recargo en una de las palmeras e inicio a leer mi libro. Mi notal final, no sale tan perfecta pero creo que nadie se dio cuenta. Camino y los demás inician a cantar.

Desde el momento en que la vi tan linda
Me dije a ésta atraparé~
Tal belleza no hay aquí
Tiene igual sólo en mí
Así pues con Bella yo me casaré

Junmyeon hace su grandiosa aparición entre la multitud, todo desconocido quedó asombrado ante tal personaje abriendo paso para que salga. Entra arrogante, y para poder encontrarme—algo absurdo, ya que estaba en el centro de todo escenario a primera vista de cualquiera— avanza por entre las palmeras y por saltando alguna que otra banca.

Las personas miran divertida la escena, y ahora los niños se quedan entretenidos y cantando.

Allá va él, es como un sueño
Monsieur Gastón, qué guapetón
Pensar en él me da desmayo
Él es tan bravo y fuerte como un león

Las mujeres comenzaron a cantar, fue totalmente gracioso ver a hombres vestidos con ropas seductoras. Y haciendo su voz más aguda. Y eso las personas lo notaron fácilmente, riendo ante sus actuaciones.

Yo sólo quiero más que vida provincial

Ya pronto voy hacerla mi mujer

Junmyeon tropieza y cae. Eso no era lo que debería pasar, pero a las personas parece haberles agradado demostrándolo con una sonora carcajada.

Al terminar, todos los actores nos inclinamos y las personas aplauden. Gritando, hablando, tomando fotos a nadie en particular y algunos se acercaban a tomarse fotos, ahora si personalmente con nosotros. Alguno que otro preguntando sobre la empresa a la que laboramos, y pocos nos preguntaban sobre si era una clase de proyecto escolar.

Cuando notaron que yo era hombre, se sorprendieron. Y no me molesté por aquello, les permito entrar en su error por éste desdichado día, aunque bueno, el jodido maquillaje me queda perfecto. Yo por mi parte, ya soy perfecto, pero las maravillas de esa falsa cirugía plástica.

Lo genial de todo esto, es que mañana nos iremos a Corea. Y nadie aquí nos conoce. Ese pequeño sentimiento es lo único que reconforta mi pobre corazón

— ¿Ves nonna?, te dije que sería genial—habla Jongdae a una chica...mierda no, ¡justo en éste momento!—. Soo, Alexa dice que estuviste genial. Y que ese vestido se ve muy bien en ti.

Hola, Kyungsoo—Habla la castaña de ojos grises—Y no le creas lo que dice este niño. Te ves genial—me guiña—. Y no solo en vestido.

Gracias. —Me ruborizo, ¿Cómo es posible que él haya ganado? —Tú luces esplendida.

— ¡Hyung! ¡Ven! —Le grita Jongdae a su hermano, a partir de hoy ya no comparto sangre con ese descarado ser que nos traiciona a la mala— Alguien te quiere felicitar.

—Maldición, Dae, tú-

Hola, Junmyeon. —Y Hyung se abstiene a maldecir.

Alexa...Hola.

Veo que te dolió el golpe—toca la zona afectada y el solo se ruboriza—, espero y sane pronto.

También espero lo mismo.



Hace tres años atrás

Japón, Okinawa

(Kyungsoo)



—Muy bien, quien invite a la sexy bartender de este lugar, y ella acepte, la deben besar...—miro a Jongdae, y me retracto al instante de mis palabras—mejor que ella te bese y no tú, ¿bien? —Asentimos, pero alguien no entendió.

—Esperen, ¿solo besarla?

—Así es Ge.

—Pero, ¿que ganaremos...? digo el premio, será ¿un Mustang? ¿Un BMW? Niños ricos, ¿Cuál será el premio?

—Ge, tu orgullo es lo que está de por medio.

— ¿Mi orgullo?

—Así es Lu, tu orgullo.

— ¿Porque? Si se supone que es una apuesta, lo que haríamos en estos momentos seria apostar un viaje a las islas galápagos, el auto último modelo y que solo hay dos existentes en el mundo, no se cualquier cosa que hacen los ricos en dramas y películas americanas.

—Lu, te equivocaste...Nosotros, apostamos de forma distinta—le dice Junmyeon.

—P-pero, han visto la película de "El Príncipe y yo", donde el príncipe apuesta con sus amigos auto por auto; hacen carreras, y si él gana se queda con el auto de su rival. ¿No? Eso hacen los ricos normales—Luhan habla desconcertado, quizás no debimos haberlo invitado a jugar con nosotros, el pobre está teniendo un shock emocional al ver que no todo es lo que imaginó— ¿Por qué no hacen lo mismo?

—Porque nosotros ya lo tenemos todo... —le explica Jongdae.—Esto es más por diversión que por nada

—Sí, pero, yo quiero un auto. Apostemos un auto. —Pide uniendo sus manos en suplicas.

—Ge~, es más importante tu dignidad y tu orgullo.

—Pero, y mi auto. —Pega una mueca casi como si fuera un puchero y deja caer los brazos con rapidez.

—Te prestaré el mío, ¿bien? De cualquier manera casi no lo utilizo—Junmyeon reconforta, acaricia el brazo de Ge y después de segundos, le palmea para que deje de dar lástima—Cada que quieras.

—Muy bien. ¿Qué recibirá el perdedor? —Pregunto.

Hum, ¿Qué les parece Mulan? —asentimos y Luhan se pierde, de nuevo. —Será frente a las cámaras.

—Esperen, ¿Mulan? ¿La película?, ¡Ay! ya no entiendo nada.

—Si pierdes Ge, tu orgullo se ira al caño y tendrás que actuar tu reto. En nuestro caso, elegimos canciones de películas animadas; además de hacer un cosplay y actuar frente a cientos de personas. Quizá miles lleguen a ser pero es todo. No hay más, así de simple es como son los juegos.

—Entonces, lo único que debo hacer es obtener un beso de aquella sexy mujer.

—Así es.

—Acepto.

—Por cierto, ya que somos más. Que sea la de hombres de acción—asentimos— y la que Mulan mira su reflejo...no recuerdo su nombre. Pero también que sea, la que dice "Miren este lindo retoño, querida he visto peor". ¿Estamos?

—Dae, ¿no son muchas? —le pregunto y niega.

—No, —responde negando por segunda vez, esta ocasión sonriendo con malicia. Esto no se ve nada bien. —será en el acuario Churaumi... ¿aceptan?

— ¡Sí! —los demás hablamos al mismo tiempo.

—Bien solo tenemos tres horas, les doy dos semanas. Y después de saber quién es el ganador, dos días para que se preparen.



♣♦♣♦♣

(Kyungsoo)



Disculpa, ¿Cómo se nombra esta bebida? —Le muestro el envase de la bebida— ¿Yoochu? —Finalmente la bartender me presta un poco de atención, mira entretenida y niega.

No, se dice: "Shochu". —sonríe, deja atrás la seriedad con la que usualmente mantiene plasmada en su rostro. Recarga sus brazos sobre la barra, relame un poco sus labios mientras me mira fijamente. Oh, vaya, alguien me acaba de regalar un poco de atención. Y es atención que yo quiero, necesito, ¡esa que pido! ¡Sí! ¡Finalmente ganaré y dejaré en vergüenza a mi propia sangre!

¿Chochu? —Imito, bueno, apreté un poco los labios para que saliera un sonido para nada masculino y pues, henos ahí, ella negando con una sonrisa plasmada en sus labios y una carcajada que sale a toda libertad.

Sho-Shochu. —Sus manos tocan las mías, diablos, me sonrojo por tal atrevimiento y ella muerde un poco su labio; oh señorita, por favor, conténgase un poco por favor, soy un caballero.

Shocu. —Muevo mis labios, sale mal, ella niega de nueva cuenta.

Shochu. —Repite una vez más. Deja atrás mi mano para prestarle atención al nuevo cliente que levantó su mano en nuestra dirección para pedir una nueva bebida.

Shochu—Exclamo emocionado al ver cómo me aplaudía ante mi correcta pronunciación, no sé qué me está pasando, pero he comenzado a ponerme un tanto avergonzado. —, ¿ahora si lo he dicho correctamente? —Ella asiente. —Gracias. —Con aquel injerto de pena que suelo tener, rozo levemente su mano derecha con la mía, esperando que se sienta un poco fraternal y no un movimiento típico de ligue (cosa que es, pero que no se debe dar a relucir), por lo que espero a que no me abofetee y se sienta ofendida hasta tal punto de llamar a la policía, me boten del lugar los de seguridad y me golpeen fuera, donde ya nadie me ve para poder morir con tranquilidad.

Pero, gracias al cielo, nada de eso pasó.

¿No eres de aquí cierto? —Niego, me mira fijamente, sonríe un tanto risueña y con dos de sus dedos da leves toques en mi mano manteniendo aquella juguetona mueca en su rostro. — Hmm... ¿Corea?

Así es. —Inclino un tanto mi cabeza, y ella me imita.

¿Y qué haces por Japón? —ahora cruza sus brazos, alguien más pide una bebida, ella solo espera a mi respuesta ignorando la petición amablemente en un leve movimiento de manos.

Aventurar.

Da una mirada picara, relame sus labios y aquella hermosa sensación recorre mi pecho, ya tengo esto ganado, me guiña un ojo y de la nada me pide esperarla en la salida. Solo han pasado dos días, y mi avance es el más rápido; a comparación de los Kim y de Ge. Luhan, creo que no ha intentado hablar con ella; ni siquiera ha aparecido.

Aunque de un modo u otro, gracias a ellos, ganaré.



♣♦♣♦♣

(Jongdae)



Me gustaría conocerte más a fondo.

Lo siento, pero no salgo con clientes.

Bien, ¿quizá una bebida?

Lo lamento, no bebo en hora de trabajo.

Este es mi tercer día tratando de acercarme, pero ella simplemente inventa alguna absurda excusa. ¡No me lo permite! Y no soy el único, cientos de los que venimos a este bar con la única intención de conquistarla, nos da el avión e ignora como si fuéramos unos zánganos que solo van para acosarla. Demonios, no todos somos así. El señor de blanco pareciera que va solo por eso, pero los demás no.

Creo que iniciamos mal. ¿Te parece si te llevo a tu casa? —Intento acercarme lo más despacio y lento que se me ha permitido para no darle un susto.

Lo siento, pero lo he dicho antes: no salgo con clientes.

Solo, — ¡Oh, vamos! Esto no puede terminar así como así— solo será llevarte a casa, vamos, ¿sí?

Alguien me está esperando al terminar de trabajo—estoy por replicar— y no es ningún cliente.

Bien. ¿Entonces mañana?

Quizá.

Una oportunidad. Solo un poco más y ganaré.


♣♦♣♦♣

(Junmyeon)



Ten cuidado—Tomo a la pequeña chica de la cintura, evitando que no caiga—. Deberías notar por donde vas.

Gracias—dice, sin sentimiento de agradecimiento alguno—, te debo una.

Entonces, ¿Por qué no vamos a la feria, y ya no me deberás nada? —suelto rápido y directo, no espero perder esta clase de oportunidades.

Lo siento, no salgo con clientes.

No soy un cliente. —Levanto las manos, miro a todos lados y niego con la cabeza un poco.

— ¿Ah no? Y que haces en este lugar.

Yo solo vengo por un amigo. —Hago una mueca, escondo las manos en los bolsillo y volteo para encontrar a la persona con la que fui (en realidad, nadie) para que crea— Él no conoce muy bien Japón, y yo soy algo similar a su guía... —Señalo un chico más o menos de mi edad—Aunque para ser sincero, yo tampoco conozco muy bien por aquí... —Sonrío, la indirecta ya la di, ahora solo a esperar que la tome—Me contaron sobre feria de por aquí, y aprovechando que me debes una; ¿serias mi guía por esta noche?

Me mira, voltea a ver sus alrededores; después mira sus zapatos. Lo está pensando.

Te compraré un algodón de azúcar. —Murmuro.

Ríe. Levanta su rostro y veo aquel sonrojo notorio que brotó por su rostro.

Se muerde el labio.

Está bien.

Vamos a la feria donde, a pesar de no conseguir mucho solo su número de teléfono nos divertimos, quizás a la otra se lo pida. Soo dijo que la llevó a su casa. Este es el cuarto día, y se podría decir que mi pequeño hermanito y yo vamos empates.

Luhan, aún no ha aparecido.



♣♦♣♦♣

(Luhan)



¿Flores? listas. ¿Algún presente? listo. ¿Peinado? listo. ¿Carta? lista. ¿Corbata perfectamente anudada? lista. ¿Billetera...? ¿Dónde la dejé? Maldición, maldición... ¡aquí está! Lista.

Cuando aposté con los Jung —por así decirlo, porque ellos mismos comenzaron con todas esas cosas de apostar y eso, si por mi hubiera sido, ahorita estaríamos en el cine viendo películas o comiendo algo en algún restaurante, pero no, ellos me obligaron a jugar—, lo primero que hice fue investigar. He tenido novias—como tres, aunque serían siete pero las otras nunca fueron oficiales—, pero a todas las conocí desde algún tiempo atrás; y nunca fueron una apuesta, y en eso estaba un poco perdido. No me siento correcto haciendo lo que ellos hacen, porque es como si estuviera jugando con los sentimientos de los demás y eso no es bonito.

Aunque no entendí del todo... ¿Debíamos convertirnos en novios primero? La mayoría de las japonesas, besan a sus parejas después de algún tiempo —de un mes o más, eso fue algo que encontré en internet—. ¿Y si no me besa? ¿Y si me rechaza? ¿Y si cree que es un juego? Bueno, en si realmente es un juego.

Mierda, no sé qué hacer. Y hoy es el último día.

Sé valiente Luhan, y afronta tus retos.

Son las siete y veinte de la tarde, apenas están llegando los clientes al club...y comienzo a sudar. ¿Y si me abofetea?

Me detengo frente a la bartender de aquel lugar. Está preparando unas bebidas, y los pocos cliente que están aquí quedan asombrados y dejando propinas. Después de que le entrega la bebida al cliente, esperé la indicación o el momento correcto. No lo sé, quizás esperé ese clic de película, donde ella me miraría sin apartar la vista en lo que yo la tomo del rostro y digo unas dos que tres palabras sin sentido para que caiga completamente enamorada de mí, tengamos siete meses de relación y yo, finalmente, le comente cual fue la razón por la cual iniciamos a salir; para eso, terminaremos porque se sentirá ofendida, yo pediré perdón, ella encontrará a alguien mejor y por mi parte estaré arrepintiéndome toda mi vida por jugarle al galán. Fin.

Me acerco ya mentalizando como serán las cosas, y por el miedo no le entrego nada de flores, solo me quedo sentado. Viendo como prepara bebidas. Ahora que lo pienso, Mulan fue una de mis películas favoritas. No debería ser una deshonra el cantar sus canciones, y además me sé la canción de hombres de acción. No lo haré tan mal.

Ah~, deshonra. Me recordó al Rey León, cuando a Kovu lo exilian de la manada.



♣♦♣♦♣

(Kyungsoo)



— ¿Cómo pudo pasar esto?

— ¡Yo lo tenía ganado! —clama Junmyeon a punto de jalarse de los cabellos en la desesperación al ver el resultado final. —Solo un día, un día y ella era mía.

—Bueno, pues... ¡Fue trampa!

—Calla Dae, a ti te odiaba. —Ruedo los ojos, esto es tan poco creíble. ¿En qué momento Dios comenzó a odiarme?

—Pero Soo, todo es raro. ¡¿Cómo pudo pasar?! —Hyung no lo puede creer, yo tampoco. Es más, ¡nadie lo puede creer!

—Fetiches— le respondo fijando mi vista en dirección a donde la fotografía de prueba se encuentra—, malditos fetichismos.

¡Y como no vamos a odiar a los fetiches si Luhan ganó por eso!

Estamos en una de las habitaciones del hotel, los cuatro incrédulos por ese maldito resultado tan fuera de la realidad, las fotografías en la mesa, mi maldita suerte en todo su esplendor. Jongdae y Junmyeon no aceptan en absoluto, para ellos eso no es válido. El que Luhan, sin pena y sin más le confesara abiertamente que era posible que fuera un juego, esto obviamente después de que aquella dama lo haya arrinconado en una esquina y le haya sacado hasta el alma, era para los Kim una absoluta y rotunda trampa.

—Bien, Dae tú cantarás mi reflejo—el nombrado mira con aquel enorme amor (odio) a Luhan—Junmyeon, tú cantarás: nos vas a brindar honor.

—Pero-

—Sin replicas— le contesto— ¿Querías tres canciones, que no?

—Cierto. —me secunda Luhan, moviendo su cabeza en afirmación y riendo después de la mueca de odio que me dirigió Hyung.



♣♦♣♦♣




El día esperado llega. Algunos invitados llegan, con gabardinas negras.

Junmyeon llega con una gabardina negra, también. De igual manera Jongdae hace su triunfal entrada en un flamante Lamborghini blanco, robando miradas de cientos de personas que pasaban.

Su atuendo era similar a Ezio Auditore, de Assassin's Creed; aunque sin ningún arma, con zapatos de piso en lugar de botas y un lindo vestido. Yo por mi parte, llevo una gabardina roja; similar a la de Dante, ya saben, el personaje de Devil May Cry.

— ¿Por qué Soo viene vestido de caperucita roja? —Pregunta Dae— ¿Qué no era de Mulan?

— ¡Cállate! ¡Es de Dante!

—Pues yo creo que es de-

¡OH! ¡CAPERUCITA ROJA! mami, vamos a ver a caperucita roja. ¿Sí? —Grita una niña. Maldita niña, ¡no soy caperucita roja!

Mejor vamos al acuario mi amor, ahí la encontraras.

Pero mami...

— ¿Ves? Vamos Caperucita—Me dice Dae. Burlón. Ah, maldito, solo porque eres mi hermano no te golpearé.

— ¡Que no soy Caperucita! —Grito al colocarme a su costado. Gruño un poco y él suelta un "tranquila Cape, el lobo aun no llega, yo te cuido".

El momento llegó.

Junmyeon se quita la gabardina. Y el maquillaje hizo maravillas, realmente parecía una señora. Dae por su parte hizo lo mismo, y al quitarse aquello lloré... pero de la risa. Lleva una negra, lacia y larga peluca. Poco maquillaje, escondiéndole sus pómulos y haciéndole ver redondo de cara.

Miren este lindo retoño
Querida, he visto peor
Hay que quitar lo feo...
Serás un primor

Canta Junmyeon mientras lanza a Jongdae en una pequeña tina. Nuestro invitado, le ayuda cantando. Luhan graba, y creo que ya no aguanta las ganas de ir al baño por tanto reírse.

A lavar y a secar
Deslumbrante te voy a dejar
Esta fórmula no va a fallar
Nos vas a brindar honor

Las personas se amontonan en nuestro alrededor. Viendo el show. Una niña se me acerca preguntando si soy caperucita roja. Yo solo niego, amablemente.

Inicia la parte de Dae.

Mira bien, nunca voy a ser una novia ideal
O una buena hija

¿No sabré tal papel jamás tomar?
Ahora sé, que al demostrar quién realmente soy
Gran dolor podría causar

Jongdae canta, pero lo hace con tal sentimiento que, no miento, mientras miraba y escuchaba una lagrima salió sin querer de mis ojos; ¡y no solo era yo! ¡Luhan estaba igual! Hasta la chiquilla que me preguntó sobre mi identidad estaba igual. Creo que realmente sintió la canción. Se sienta a un lado del rio, las personas comienzan a mecer sus cabezas. Después se levanta e inicia su camino.

¿Quién es quién veo ahí? ¿Su mirar fijo en mí?
¿Y que en mi reflejo no reconocí?
No puedo continuar esta gran falsedad
¿Cuándo en mí reflejo yo me veré en verdad?

Canta siendo merecedor de aplausos. Quita el maquillaje, y desata su cabello. Mira hacia la nada. Y el silencio se hace presente. Él se inclina y todos aplaudimos. Una de las mejores actuaciones. Luhan, se limpia esa lagrimita traicionera.

Después de unos aplausos. Dae cambia el vestido por uno pantalones. La música inicia, es mi turno.

Hoy la lucha empieza
Esa es la misión
Niñas me mandaron
Para tal acción

Pongo mi cara más feroz, soy Shang en esta ocasión. Debo intimidar, pero creo que no funcionó; nadie aplaudió, es más las personas suspiraron un aww~. Mi dorso esta semi-desnudo, y una que otra mujer se sonroja por eso, al menos provoqué sonrojos, no era lo que esperaba pero estoy conforme.

Es la chusma peor que he visto aquí
Entenderán lo que es virtud
Hombres fuertes, de acción
Serán hoy.

Me acerco a Dae, y los niños me abuchean.

Tu no sirves en la guerra cruel
a empacar no hay tal virtud
Hombres fuertes de acción
Serán hoy.

Los niños me siguen abucheando y alguna que otra persona seguía la letra de la canción. Cuando Dae me tira, los niños ríen. Malditos.

Al terminar la canción, los aplausos se hacen presentes. Alguno que otro se tomaban fotos con nosotros. Agradecemos su atención y tratamos de irnos lo más rápido posible. Papá mira entretenido la escena.

— ¿Qué hace papá, aquí? —les pregunto, y los Kim responden un "ni idea". Luhan sonríe.

—Yo le llamé.

¡¿Quééé?!

—Ustedes dijeron que para avergonzar al perdedor o perdedores, tendría que aparecer una persona con la cual se sientan incomodos. —sonríe con total inocencia. Hasta me sentí mal por la regañada que le pondré a continuación, y sé que no es su culpa por no captar las cosas, pero así es esto.

— ¡Ge! —Grito—Tenía que ser la chica... ¡argh! Yunho nos vio, aish. —trato de esconderme y taparme.

—Yunho viene para acá. —Jongdae pega a mi espalda, después lo hace con el brazo de Hyung solo para segundos después darse la vuelta y agacharse apenado.

— ¿Lu, no pudiste traer a tu fetichista chica? —le pregunta Junmyeon, mientras intenta quitarse el maquillaje lo más rápido posible.

— ¡Que no es fetichista!

— ¡Claro que es fetichista! ¡Se calienta con un hombre cara de niña!—dice Jongdae.

— ¡Que no tengo cara de niña!

—Chicos—A la mierda la vida, maldita sea la hora en que papá llegó—. ¿Por qué las caras largas? ¿Acaso no se alegran de verme?

—No es eso papá, —mientras intento escabullirme en lo que le hacen charla a papá, me encuentro con la inocente expresión de Lu mientras mese su mano en saludo y soltando una que otra palabra para hacerle platica a Yunho provocando que a la vez me detengan en mi intento de huida. —lo que pasa es que, Lu, no sé... ¿Por qué viniste? —le pregunta Jongdae.

— ¿Acaso ya no puedo venir a ver a mis hijos jugando?

—No es eso papá, es que, es, es vergonzoso.

—No hay porque avergonzarse niños. —Yunho me toma de los hombros y me acerca a él a la vez que hace lo mismo con Jongdae, Hyung faltó por estar más retirado, pero eso no impidió que Luhan lo abrazara en representación de papá.— Soy su padre, vergonzoso sería que su tío, el que está detrás de aquel carro negro —Señala el auto— los viera. Eso sí sería vergonzoso, y más cuando tiene una cámara. —Ese es Yunho, intentándonos consolar— ¿Cierto, Micky?

Grandísima mierda. Nos ponemos las gabardinas a la vez que nos separamos del abrazo de papa y Luhan, tratando de esconder nuestro rostro, atuendo y nuestra existencia misma. Yoochun está aquí. Eso es lo peor que pudo habernos pasado. Y no digo que sea malo, lo que digo es que es lo peor que nos pudo pasar, jamás volveré a jugar con Luhan.

Micky camina hasta nosotros, con una sonrisa de oreja a oreja, una cámara digital en su mano derecha y saludándonos con la otra libre. El único que corresponde a su saludo es Luhan. Nosotros evitamos tener contacto visual.

— ¿Pero, porque mis sobrinos no me saludan, a mí su tío?

—Hola, tío. —respondemos rápidamente, sin mostrar nuestros rostros. La cara escondida al igual que todo el cuerpo, la mirada gacha y la voz saliendo en un silbido. Ese es el gran efecto que Yoochun causa en nosotros.

—Hyung, ¿desde cuándo caperucita roja es tu hija?

— ¡Que no soy caperucita! —Grito. Grave error.

Justo cuando intento explicar la gran diferencia de telas entre la capa de Caperucita y Danto, sobre como el color vino y el rojo son completamente distintos, ¡hasta un niño de jardín puede entender la gran y enorme diferencia que denotan ambos colores! Pero bueno, todo quedó en un intento ya que el flash de la cámara me cegó. Una hilera blanca pasó por mi rostro, ese es mi fin; ya todo terminó para mí. Mi vida está acabada. Maldito sea el momento en que me hicieron un confianzudo explosivo, malditos generes, los odio.

—Ja, ja, ja, ja, ja, Jongdae ¡mira la cara de Soo!

El nombrado se acerca y aun con la mirada gacha mira la pantalla. Comienzan a reír ambos, en un descuido Dae alza la mirada y tratando de burlarse de mí, es cegado por el flash de la cámara igual. Me rio. Ahora solo falta hyung.

¿Cómo puede ser tan inmadura una persona de 31 años? Mejor dicho, ¿Cómo un hombre de 36 años, permite que les hagan eso a sus hijos?

Ahjumma, —Oh no, es tiempo de Hyung— ¿puedo obtener su autógrafo? Usted es genial.

—Lo lamento, necesito un respiro por el momento.

—Oh, ahjumma, ¿acaso está enferma? —Pone cara de asustado— Déjeme le ayudo, por favor tome asiento.

Cuando esta por sentarse, Yoochun le dice algo al oído y en un santiamén Junmyeon se quita su gabardina gris e inicia a posar mientras Micky le toma fotos. Sin pena y sin miedo mostraba el mejor ángulo para salir a la perfección. Hyung, creía en ti, tú nos vengarías.

Ha sido la peor y la más vergonzoso apuesta. Más vergonzosa que aquella, en la que tuve que coquetear con un hombre, la cosa no es que coquetear con hombres este mal, al contrario no me importa, lo malo es cuando la chica que me gustaba en aquellas épocas mira todo y además, por más de un año y meses no pasé de ser el chico típico chico que se mete con cualquiera por ropa —no sé porque por ropa, bien pudo haber sido por dinero, porque me encantan los hombres o cualquier cosa, pero ¿por ropa? En serio— de la escuela; o aquella en la que quedé en calzoncillos en una cafetería; todo para que los Kim cantaran "somebody".

O aún más, aquella en la que estábamos en China y Junmyeon nos hizo cantar en calzoncillos, sostén, peluca y perfectamente maquillados, frente toda la escuela.



Actualidad

Seúl, Corea. 
Departamento de Jongdae.



—Bien, haremos lo siguiente: Nadie debe saber que eres un Jung. —cruza las manos— Por lo menos, todo lo que resta de la escuela.

— ¡Pero eso no se vale! —Protesto. Esos no son los términos que me ayuden en algo, es más, ni siquiera me conviene en nada. —El único que sufrirá en silencio seré yo. ¿Y ustedes qué? ¿Solo disfrutarán viendo? —me carcajeo falsamente, esto es inaceptable— ¡No! Mejóralo.

—Está bien Soo. Estamos dispuestos a hacerlo en lo que sea un año. ¿Eso está bien? Después de un año, tú puedes gritar a los cuatro vientos que eres un Jung.

—Mejóralo, Hyung.

—Qué te parece lo siguiente —hace una pausa, intentando concordar con sus ideas—: Si en un año, nadie descubre quien eres en realidad, te perdonaremos por habernos abandonado y nosotros haremos lo que quieras. —dice Jongdae.

—Mejórenlo. —ruedo los ojos, ya sé para donde vienen sus apuestas. — Tenemos que ser más como antes. Ustedes son los únicos sin sufrir.

—Está bien, ¿Qué propones tú?

— ¿Un ganador y dos perdedores? —suelta, eso sí llamó mi atención. —Eso es justamente lo que te estamos dando. —dice Jongdae, poniendo su cara de empresario serio.

—Para ser parejos, que les parece lo siguiente: Nadie debe saber que somos hijos de Jung Yunho. —recalco la palabra "somos" para que sientan el verdadero terror—Puede haber tres perdedores o tres ganadores. Es solo cuestión a que nadie lo descubra.

—Lo que tú estás tratando de decir ¿es que también nos involucremos...? Pero si nadie sabe de nuestra identidad, nadie hará Frozen, ¿es lo que trataste de decir, cierto? —Pregunta Jongdae con tanta incredulidad en sus palabras y rostro, solo asiento sin decir palabra alguna—No me convence, ¿o que dices, Hyung?

—Tampoco. —Hyung niega.— Por lo tanto, te damos una semana para que lo pienses bien, ¿Qué te parece? Por mientras, nos quedaremos con la primera opción.

—Está bien. —Ugh, malditos.



♣♦♣♦♣



—Aún no termina la semana, y ya quieres hablar con nosotros. —suelta Jongdae, quien está sentado en la silla con rueditas de su despacho; con su traje negro, camisa blanca, corbata negra y el cabello perfectamente peinado hacia atrás. Aquel despacho que pareciera no conocer la luz. Está recargado, dando una impresión a un padrino mafioso (como el de las películas); lo único que le hizo falta fue el puro. Su voz es un poco ronca— Dime, ¿Qué quieres tratar conmigo?

—Yo, venia por el trato. ¿Está bien? Digo, tu voz esta ronca.

—Tan pronto.

Junmyeon sale de la nada. El cuarto aún sigue un tanto oscuro y cuando habla me asusta. Doy un brinco desde mi lugar.

— ¡Que mierdas les pasa! Me asustaron. —Toco mi pecho, esta clase de sustos no son para nada bonitos ni mucho menos graciosos, casi me da un infarto.

Junmyeon se sienta en la silla de al lado. Quita la envoltura de la paleta y la lame. Me mira, y eso me incomoda. Volteo hasta donde Dae se mantiene en su posición; y él hace lo mismo, saca una paleta de la nada, tira la envoltura en el cesto de basura y la mete a su boca.

— ¿Así que encontraste una mejor opción? la escucharemos. Pero ten algo en cuenta: si no nos agrada, no habrá trato.

— ¿Qué mierda se fumaron? —Ya en serio, ya me estoy preocupando, esto ya no es normal.

— ¿Vas a hablar o no? —pregunta Junmyeon.

—Está bien. —suspiro, a lo que vine—Los tres, entraremos en la apuesta. Nadie debe saber nuestra identidad. Nadie.—recalco— Si alguien por alguna razón la descubre, viviremos Frozen. ¡Pero! —golpeo el escritorio, para que vean lo que se siente ser asustados—si en un año nadie descubre nada; dejaremos huellas para que lo descubran fácil. —guiño, espero y entiendan a lo que me refiero— Con una sola persona que descubra quienes somos, o en su defecto quien es solo uno. Con ella basta. ¿Qué les parece?

—Mejóralo. No lo entendí. —Oh, pedazos de imbéciles. ¡Si todo es tan fácil!

—Entonces, los tres estamos en el juego. Si alguien descubre quien soy o quienes son ustedes, perdemos. Pero, habrá de 1 a 3 perdedores. En un año, como tiempo límite.

—En ese caso, tu amiguito nos hará perder. —Junmyeon regaña.

— ¿Yixing? No lo creo. Él sabe quién soy, pero no conoce a mi familia. Bueno, a excepción de papá. —Ahora que lo pienso, jamás logré presentarlo, jamás se nos dio la oportunidad.— A ustedes no los conoce.

—Pero, si te delata. Nosotros también perderemos. —comenta Dae, moviendo su paleta en círculos. —Estaremos en peligro.

—Ya le expliqué la situación a él. —hago un ademán con la mano, creo que se preocupan por nada— No hay de qué preocuparse, no dirá nada.

—Entonces hagamos esto: Si alguien descubre a alguien de nosotros, en el lapso de un año. Ahí se acaba todo. Y en el fin de ciclo, se presentaran.

—Espera hyung, entonces si alguien descubre que tú eres Jung Junmyeon, yo puedo decir libremente ¡Soy Jung Kyungsoo! Y no sufrir nada. ¿Es eso cierto?

—Así es.

—Para hacerlo más interesante. —Jongdae interrumpe, abandona su paleta y se levanta de su silla—Si alguien descubre a uno solo de nosotros, tenemos un lapso de UN solo día, para que descubran a los demás. Después de ese tiempo, puedes gritar quien eres. ¿Trato?

—Hecho. —decimos al unísono.

—Pero esta vez, ya que es bastante tiempo, que sea todo el repertorio de Frozen. Tenemos tiempo para aprenderlas.

Y con aquello, cerramos el trato. Será un largo año.

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