Final (I)


(Antes que nada, me gustaría aclarar que todo esto sucede con un tiempo antes de la pelea del capítulo pasado, cuando iban a interpretar y cantar todas las canciones de Frozen, por su atención, no salgan de caso -salvo que sea necesario-, lávense las manos y usen cubrebocas, gracias ♥)




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5 días, 47 minutos y 2 segundos antes...

Kim Jongin teniendo un desagradable sueño.


Estaba cansado, sus ojos se cerraron en cuanto dejó caer su corbata. No supo de nada, no tenía conocimiento alguno sobre lo que era el día. Estaba en modo fatal, así que roncó y roncó hasta poder envolverse en el mágico mundo de los sueños.

Cuando despertó notó que su departamento estaba exactamente igual a como alguna vez lo estuvo, sintió que durmió por años. Paredes grises, techo blanco y un inevitable sentimiento de soledad. La foto de su madre y él estaba clavada en la firme pared, le seguía una enorme fotografía de sus padres junto a él, siendo felices, adultos y eso le pareció extraño. Su madre estaba ahí. No era una mujer tan joven, se notaba mayor y la gran sonrisa de su padre lo plasmó en aquella irrealidad.



—Kyungsoo. —Clamó el nombre de su pareja. Estaba asustado, no sabía lo que estaba sucediendo ahora mismo, tenía miedo de aquello que captan sus ojos. — ¡Kyungsoo, ¿Por qué-?! —La palabra quedó a medio camino, saliendo de la cocina un pequeño de unos tres años lo asusta y pega un grito para nada masculino al ver como aquel pequeño lo miraba emocionado. — ¡¿Kyungsoo?! —No había equivocación, ese pequeño era idéntico a su amado novio, ¡¿acaso cambió de cuerpo y ahora se ha convertido en un niño?! ¿Cuándo pasó exactamente eso?



Carga entre sus brazos el cuerpo del pequeño, toca por todas partes para ver si no es falso lo que sus ojos están viendo. Todo es verdadero. El niño tiene el mismo calor que cualquier humano que él conozca, la sonrisa en forma de corazón es exactamente la misma que el recuerda.

No cabe duda, su Kyungsoo se empequeñeció.



—Soo, te sacaré de-

— ¡Papá! —Esperen, ¿qué dijo?

—Ah, ¡gracias al cielo! —Esa voz...Jongin voltea, ¡ahí está! ¡Ahí todo agitado está su verdadero Kyungsoo! Esperen un momento, si el Kyungsoo verdadero está parado a escasos metros, y el niño le acaba de llamar papá...eso quiere decir que... ¿Kyungsoo y él...? Ellos dos, ellos acaban de tener...no, imposible, eso no puede suceder. ¡Diablos, Jongin está a punto de tener una contusión nasal de solo imaginar cómo es posible que ambos tengan un hijo! ¿Kyungsoo lo cargó en su vientre todo este tiempo? —Gracias, Jongin-ah; nuestro Lonee es tan travieso.



Un flechazo más al dulce corazón del moreno.

Cargando entre sus brazos al pequeño hijo suyo y sin esperarse más, corre los cortos metros que lo separan a él de su esposo —o eso cree él—, la sonrisa en los rostros de las tres personas es lo que impulsa a Jongin a continuar en lo que tiene planeado. Las mejillas coloreadas de Kyungsoo lo alientan, la sonrisa de su hijo lo alientan al doble y él, él simplemente inclina su rostro para capturar entre sus labios los contrarios. Su mano derecha toma el mentón del Do y lo sostiene con delicadeza para poder avanzar en su pacto de amor.



— ¡¿Pero, qué demo-?! —Tres bofetadas recibe al separarse de forma involuntaria.

— ¡¿QUÉ DIABLOS TE PASA?! —Kyungsoo gritaba exaltado, estaba molesto como no tienen idea. Talla sus labios con fuerza, escupe al recordar la lengua del moreno en sus labios y si no fuera porque debe irse pronto, está más que seguro que vomitaría al solo recordar el asqueroso sentimiento que obtuvo al ser besado por otro hombre.

—Soo, ¿qué te-?

— ¡Aléjate, maldito pervertido!



El pequeño es arrebatado de sus brazos, la puerta se abre. Su madre aparece ante el grito que el Do pegó. Jongin estuvo a punto de caer al piso por la impresión, ¿su madre está viva y con él? Esto no puede ser posible. Esto debe ser un sueño.



— ¿Qué sucede? —Pregunta ella, asustada toma al pequeño Lonee, y las arcadas amenazan a Kyungsoo con querer salir.

— ¡Ese imbécil me besó! —Jongin fue señalado, ¿qué hay de malo con eso? No entiende porque Kyungsoo se ha puesto de tal manera.



El ambiente se vuelve denso. La mirada de su madre se clava en él, niega porque no puede ser posible que su hijo haya hecho eso. Su hijo no es de ese tipo, ¡él incluso tiene esposa! ¡Tal vez fue una broma!



—Pero Soo, yo-

— ¿Qué pasa familia? —Una mujer, alta y delgada llega de la nada interrumpiendo las palabras del moreno. —Hola amor. —Shock.



Acaban de besar a Jongin.

Doble shock.

Kyungsoo no se ha puesto como fiera al ver que alguien más a osado tocar los labios que solo le pertenecen a él.

Triple shock.

Una mujer más llega y besa de igual manera los labios de Kyungsoo.



—Hoy fue un día extraño, amor, ¿uh? Jongin-oppa, ¿Cuándo regresaste? —Tal fue la sorpresa que cuando aquella mujer, tan similar a él mismo, dejó caer su cuerpo tan ligero como una pluma ante el piso.



Cuando despertó, se encontraban a su alrededor su padre, madre y Kyungsoo, las tres personas desconocidas que restaban solo le provocaban un dolor intenso en su nuca. La jaqueca de ver a Kyungsoo abrazando y susurrándole a la persona parecida a él fue aquello que lo volvió al piso una vez más.

«Jongin-ah, qué pasa» escucha. «Jongin-ah, ¿Por qué besaste a tú cuñado?» escucha de nuevo. «Jongin-ah, despierta, amor». Despierta ahora con una mujer pegada a su cuerpo, sus padres llorando porque no es posible que a su hijo se le voltee la canoa. No lo soporta, no puede ver más como su Kyungsoo es arrebatado por una desconocida más que parecida a él, por lo que intenta razonar con su hombre, con el amor de su vida.



—...Y entonces, sé que estás molesto por lo que hice con Taemin, pero eso no es motivo para que me engañes, ¡juro que solo fuimos a un club ya que no querías ir porque tenías mucha tarea! Nunca pasó más de lo que puedes imaginar, solo fue alcohol y ya. —Toma las manos de Kyungsoo, intenta hacerlo creer en él, ignora a su doble femenina y ahora toca el rostro tan varonil de su pequeño Jung.

—Maldito demente. —Escupe en su cara, golpea la mano del moreno y pegando muecas de asco, Kyungsoo se aleja. — ¿Qué has dicho? ¿Neibor? ¿Universidad? ¿Pareja? ¿Taemin? ¡¿Qué demonios te fumaste eh?!



Jongin ahora es un bicho raro. ¿Qué clase de sueño tuvo como para creer toda esa sarta de mentiras? Vamos, Jongin ya es mayor de 30 años. Sus padres lloran al intentar entrar en razón a su hijo mayor, pero pareciera que algo está mal en su cabecita porque, por más médicos que intenten consultar, él simplemente no mejora. No saben porque su hijo ha creado una fantasía en su cabeza, no tienen idea de lo que significa «Neibor», es decir, ¿existe una escuela con tal nombre?

La piel de Jongin ahora se ha vuelto más arrugada, más vieja y menos cuidada. Su familia lo visita cada mes, por solo dos horas, estar en un psiquiátrico es malo para la madre de los dos Kim, pero no se puede hacer más si su hijo mayor continua con esa absurda idea de que él y su cuñado son pareja, que se aman y que, además, existió una apuesta que los unió y separó a la vez. Si ella no muere por una enfermedad, morirá de pena al ver a su hijo en tal estado.



— ¡Ella es una imitadora! —Señala a la mujer, aquella misma que se dice ser "su hermana". — ¡Yo debo estar a tú lado! ¡Ella te está arrebatando de mí! ¿Por qué no me puedes creer? —Miraba al adulto Kyungsoo, al que extraña como no se pueden imaginar; al mismo que sueña cada noche. Suplica porque confié en sus palabras y lo saquen de aquel absurdo y aterrador sueño.

—Maldito loco.



Las paredes blancas lo hacen caer en su realidad una vez más, su largo sueño ha durado demasiado, ahora Jongin tiene más o menos cuarenta años, recibió una lamentable noticia; su Kyungsoo, su hermoso Kyungsoo tuvo un accidente. Sus esperanzas de vida se desvanecieron al llegar al hospital. El corazón de Jongin se destrozó. Se derrumbó y murió.

Su familia no lo visitaba más, estaban velando el cuerpo ya inerte lejos, donde el moreno no pudiera verlos y encontrarlos. Su doble estaba en la misma tumba que su Kyungsoo, Jongin estaba harto, oh, cuanto deseaba morir en lugar de aquella mujer que finge ser él. Así que eso hizo.

Teniendo la peor muerte del universo, Jongin resbaló del inodoro húmedo, golpeo su cuerpo contra el piso y su cabeza se estrelló contra la cerámica del lavabo, la sangre bañó por completo el piso blanco y recién encerado. Él tenía planeado morir ahorcado, pero la vida es una perra que no lo dejó morir como él deseaba junto a la persona que él ama.



—Púdrete, perra. —Fue su último aliento, su última petición a la vida; levantó sus dedos medios como pudo y los elevó al aire; ahora podrá estar junto a su Kyungsoo, aquel con el que tanto deseaba estar. Cerró sus ojos e intentó descansar finalmente.

—Púdrete tú, imbécil. —Sus pequeños ojos se abren con rapidez, el aliento regresa a su ser y lo primero que logra ver es a un molesto Kyungsoo con ambos dedos medios en una pequeña señal vulgar, todo dirigido a su persona. —Esto me gano por querer cubrirte, imbécil. —La frazada se encontraba en sus piernas, las manos de Jongin mantenía la misma señal que la del Do.

—Tuve el sueño más jodidamente extraño del universo. —Soltó el moreno cuando vio que el otro no quitaría la señal por ningún motivo. —Que eras hetero, tenías un hijo, tu esposa era mi hermana, mi madre estaba viva, ¡me odiabas! —Señala uno por uno los puntos clave de su sueño. —Mi padre era feliz, ¡era feliz ese señor!, me odiabas porque te había besado, estaba en un manicomio; me odiabas, ¿puedes creerlo? —«Pues no estabas tan lejos de la realidad» bromea mentalmente Kyungsoo—, morías de un accidente, mi esposa me pedía tener hijos para regresar a mis sentidos, intenté matarme ahorcado, pero me resbalé y me golpeé contra el lavamanos así que morí desangrado, ¿puedes creerlo?

—Espera, ¿qué dijiste?

—Intenté ahorcarme per-

—No, eso no, lo anterior.

—Mi esposa quería que tuviéramos un hi-

—Oh, wow, ¿me acabas de engañar en un sueño? —Bien, si nos ponemos a pensar correctamente en la pregunta recién cuestionada por Kyungsoo, nos daremos cuenta que no tiene mucho sentido lo que acaba de preguntar. —Bueno, si lo que quieres es libertad, libertad es lo que tendrás; de todas formas, ésta relación no irá para lejos.

—Pero si tú no me querías ni siquiera-

—Si no hablas claro, ¿cómo esperas a que te escuche? —enarca una ceja, cruza sus manos y Jongin no sabe en qué momento todo se tornó de esa manera.

—Soo, eso fue un sueño tan jodidamente horripilante, que hasta me da escalofríos de solo recordarlo; por nada del mundo te engaña-

—Pero lo acabas de hacer en tus sueños.

—Oh, maldita sea...



La pesadilla se ha vuelto realidad.





3 HORAS 25 MINUTOS Y 44 SEGUNDOS ANTES...

SEÚL, COREA, DEPARTAMENTO PERSONAL DE DO KYUNG SOO.



—Así que... ¿nos estas contratando para matarlo? —La masculina voz salió con duda en una casi inmediata afirmación. No esperaba más, bueno, no entendía más; esa fue su conclusión inmediata. —Creo que tienes más que seguro que no tratamos esos servicios.

—No, mira, no quiero que lo maten, quiero que le den una paliza de vida. —sobó sus sienes, era como la quincuagésima segunda vez que repetía sus palabras. ¿Qué tan bajo intelecto tienen que no puedan comprender unas cuantas palabras? —No pido mucho, un ojo morado junto a una pequeña contusión al igual que uno que otro hueso roto; pero eso sí, cosas que se puedan sanar pronto, ante todo me preocupo.

—Estas pidiendo que lo matemos. —Quincuagésima tercera vez. ¿Qué no pueden entender?

— ¡Qué no! —Grita frustrado. —La cosa esta así: Él bajará del escenario, irá a cambiarse de ropa, subirá a su auto cerca de las dos o tres de la tarde; se quedará sin gasolina a menos de sesenta metros, ustedes lo asaltarán; como él es un maldito machito culo, hará exactamente lo que le pidan y cooperará de la mejor manera para salir librado, entonces, uno de ustedes dos le dirá: "Sé hombre, con un carajo", le propinarán unos cuantos golpes. —sus puños se elevan y mueven por todos lados, dándoles a entender cómo deben hacerlo. —Pero eso sí, no me le desfiguren la cara que es lo único bueno que tiene. —Sonríe solo de pensar en aquella preciosa carita que tiene el otro. —Díganle además algo despectivo como: "Por puto" o yo que sé... ¡Pero siempre vivo, ¿sí?! Ante todo, lo quiero vivo.

—Bien, no sé porque nos estas pidiendo que golpeemos a tu novio, es decir... ¡es tu novio! ¡Hazlo tú si tanto quieres!

— ¿Crees que no he pensado en hacerlo? —La pregunta sale con obviedad, la mirada de «Si lo pudiera hacer, ya lo hubiera hecho, duh». — ¿Crees que no he tenido la oportunidad? ¡Pero lo amo demasiado para hacerlo!

— ¿Y porque nos pides a nosotros hacerlo si lo amas tanto?

—Porque me caga que lo ame demasiado, además, hay algo en mi pecho que me pide a gritos darle una lección si es que está jugando otra vez.

—Kyungsoo... —Niega, niega una vez más, y niega por tercera vez. ¿Cómo puede traer tantos problemas ese nombre?

Shownu~.

—Diablos...no puedo creer que me pidas hacerlo...

— Somos amigos, ¿Qué no? ¡Los amigos se ayudan siempre! En las buenas y en las malas, en la adversidad y en-

— ¡Te conocí por error en un restaurante! —Grita, su compañero solo mira espectador mientras se termina su juguito de naranja; desde que llegaron, él solo se sentó, le ofrecieron la bebida y no ha dicho ni pio en la discusión. El Do hace un ademán, eso que el gran Shownu llama «error» para él es «destino»; interpretaciones distintas según el punto de vista. — ¡Y no repitas esa cosa del destino otra vez!

Ugh, eres tan~ aguafiestas...



No es que Kyungsoo quisiera golpear a Jongin solo porque sí, él tiene sus razones; como, por ejemplo, una de éstas es cuando el moreno trató de «llevar la fiesta en paz» y por descuido se encontró besando a una desconocida y ebria mujer frente a los sagrados y redondos —además de preciosos— ojos del Do. Tal vez Jongin le dijo algo como «Venganza nene, tú lo haces, tú lo pagas» y pues Kyungsoo si besó a una que otra amiga de primer año, pero, ¿Por qué la repentina venganza de aquel moreno ser? Aunque, si nos ponemos a pensar, también puede ser razón aquella vez en la que Jongin le tiró su helado de nuez con chocolate, maldito sea el momento en el cual Kim Jong In decidió nacer. La gota que derramó el vaso fue un cúter y una revista de espectáculos... no lo quiero recordar, solo para no aumentar la malicia de Kyungsoo, pero aquel ser —me refiero a Kai— recortó cada perfecto detalle del rostro de nuestro querido y precioso Hyunbin—no me duele, me quema, me lastima—; pero ahí no quedó todo, era la revista especial donde cerca de once hojas por ambos lados salía aquel modesto y magnifico ser humano, Kai colocó su rostro en cada lugar eliminado...diablos, Jongin merece la muerte.

Tal vez diré vagamente que Kyungsoo tuvo un sueño, exactamente igual a aquella vez en la cual decidió ser sincero y declararse, pero fue botado de la peor manera posible, y aquella chirriante palabra se repitió en cada uno de los suyos que tuvo por más de tres meses donde el patético fue el pan de cada noche. Pero claro, ¿Quién recuerda eso? ¿Acaso creen que Kyungsoo sigue aferrado al pasado? Por favor, es Jung Kyung Soo, tiene dinero, putas y juegos al azar que siempre ocupan sus ideas —y por putas me refiero a Jongin, de nada—, no tiene tiempo de abrir viejas heridas.



— ¿Lo harás? —La maléfica expresión del contratante se muestra al ver la mueca exhausta del alto y musculoso hombre.

—Yo solo bailo, ¿en qué momento me convertí en un abusador?



3 horas nueve minutos antes.

Seúl, Corea, en un espacio vacío del vacío universo.



Jongdae era bueno haciendo nada.

Estaba sentado, haciendo absolutamente nada. Su mano derecha se aferraba a su teléfono celular. Movía su pierna por inercia dando pequeños movimientos bruscos y agiles. Recordó una canción mientras su imaginación remontaba escenarios que vivió en su pasado.

Recordó la vez que su madre los abandonó.

Recordó cuando Kyungsoo apareció en sus vidas.

Recordó incluso cuando supo de Luhan y su hermano, créanlo, Jongdae no cree ser tan fuerte como lo ha sido el chino; él se sentiría perdido, quizás sus hermanos son un desastre, pero son un desastre que él ama.

Aquella vez en la cual Jaejoong le mostró una revista porno por primera vez en su vida, también llegó a sus memorias provocando que riera como un loco desquiciado en un parque solitario sin persona alguna que lo rodeara.

Cuando Kyungsoo se largó, regresó y, sobre todo, su primera vez. Todo llegaba en bellos recuerdos.

Cuando Boram era el crush cañón de Luhan y él solo lo provocaba intentando enamorarla, cosa que nunca pudo realizar. De hecho, ninguno de los dos lo pudo hacer, esa mujer era de hierro y ni un solo chico guapo podía atraerla.



Esa canción... —Resopló.



Recordó aquel mejor error de su vida. Fue exactamente como la letra lo decía, se vieron en la obscuridad, él perdió, ¿Qué saben del amor? Fingiendo siempre estar en control. Cuando entró por una equivocación y nunca jamás se arrepintió. Por primera vez, por única vez, no pudo olvidarlo.

Minseok dejó una huella importante en su vida.



Nos dimos la oportunidad de hacernos tanto mal... —boceaba a lo bajo, cerraba sus ojos para no derramar aquellos sentimientos engullido. — usamos la crueldad...



Recordó cuando creyó no amar a Minseok, cuando pensó que todo era una etapa, que un simple rozón era común entre estudiantes que desean probar todo lo que la vida les ofrece. Ese fue el momento en el cual intentó traicionar su amor. Estaba con alguien más que no era Minseok y se sentía raro. Era extraño y siempre le dejaba un amargo sabor en la boca. Tal vez sea ella, yo no estoy mal. Cambió la traición por segunda, tercera hasta décima vez. Su teléfono era la prueba de su propia pendejéz —y suena feo, pero es lo más concreto y correcto—, el último mensaje con un simple «adiós», su mediocre respuesta de un simple emoji sonriendo.

Recordó caricias, recordó celos, recordó ser amado y no serlo. Recordó a él mismo obligando a su padre a ayudar a un desconocido chico. Recordó que es un imbécil y el permitir que Minseok se fuera era aquello que daba directamente en la llaga que se auto-creó por ser toda una mierda.



—No pasará otra vez. —Le dijo al teléfono una vez más. Sus ojos se abrieron, la burlesca sonrisa ganadora se estampó en su rostro. Un nuevo mensaje llega. —Hola, Minseok-hyung. —Murmuró cuando la fotografía de un chico se mostró con libertad en la pantalla táctil. ¿Cómo creen que Yunho supo la ubicación de Kyungsoo cada que éste escapaba? No creo que con bolas mágicas.



Jongdae recordó que debía cumplir su palabra.



—Maldita sea mi boca...jodida sea Frozen.




2 horas 38 minutos y 07 segundos antes.

La dura vida de casados.



Yixing por primera vez en tanto tiempo deseó ser libre. Sus padres estaban en la sala estar de su departamento, el tic tac del reloj electrónico agobiaba a cada instante al chino, sus manos sudaban como no se podían imaginar. Sus padres se mantenían en silencio, bebiendo de aquel café que su hijo de buena fe se atrevió a servir al instante en el cual ellos entraron a su hogar. El sudor recorría su cuello, sus padres continuaban con su voto de silencio, solo el aliento de aquellos largos suspiros junto al son del tic tac del reloj electrónico, Yixing deseó ser soltero.



—Y entonces, ¿Dónde está él? —Si solo su padre no lo hubiera preguntado, ahora Yixing no sudaría más de lo normal.

—Está ocupado, papá, Junmyeon es un hombre ocupado... —Soltó inseguro, la última vez sus padres y el mayor de los Jung, no tuvieron una mejor primera impresión los unos de los otros.



Sus padres lo aman, de eso no le queda ninguna duda, pero al llegarles con la noticia de —papá, mamá, lo siento por esto, pero me casé hace tiempo; perdón por nunca contárselos, sé que la confianza que tenían en mi les está doliendo, pero por eso, he decidido hacerlo hoy mismo —, sus padres emocionados por ello hasta dieron saltos y alabaron a Dios por su misericordia. Ambos padres pensaron que su único hijo quedaría viviendo en el pasado y recordando aquella enorme herida que alguien de nombre ignorado, le dejó ya hace algunos años atrás. Finalmente, su corazón está en paz con la vida, finalmente su hijo está siendo feliz una vez más. Y esperan que esta vez, sea para siempre.

Claro que no todo es rosas y algodones en ésta vida. Cuando sus padres quisieron conocer a la afortunada, no esperaron en lo más mínimo que el chico que los recibió —muy joven y atractivo, deben aclarar— fuera la pieza clave a ese rompecabezas. Está bien, ambos padres no lo negarán, cuando vieron a Junmyeon lo primero que imaginaron fue que su hijo y él eran tan buenos amigos como para abrir la puerta a los padres del dueño del lugar, también imaginaron que su amistad no tenía limites cuando Yixing le pidió que terminara de cocinar lo que él dejó en la estufa. Cuando la noticia se les fue dada, creyeron de todo, hasta que Junmyeon era el esclavo de su hijo, más no esperaron que el chino terminara de hablar sobre la "gran noticia". —Jun y yo, nos casamos. — su hermosa burbuja acaba de ser reventada.



—Hijo, ¿no crees que esto ha sido demasiado? —No lo confundan por favor, su padre no es homofóbico o algo singular, él simplemente desea lo mejor para su hijo. —Han pasado años desde que ella, ehr, ella lo hizo; sé que estas aun-no lo sé, debes olvidar lo que-bueno, hijo, salir con un hombre no es la solución.

—Lo que tu padre quiere decir es que no todas las mujeres allá fuera son iguales, no puedes simplemente cerrarte al hecho de que alguien te hizo daño y tratar a todos como si lo fueran a hacer una vez más. —Sus manos temblaban, estaba, no solo molesto, eso ya estaba rebasando más de once niveles de molestia.



Sus padres continuaban, él solo mantenía silencio y esperaba a que fuera su momento para defender lo que siente. Claro que no está con Junmyeon solo porque ella le dejó en claro que no debe confiar en nadie. Claro que no lo hace porque tiene "traumas", como ellos dicen. Y mucho menos se está mintiendo a él o a los sentimientos que cree poseer por el otro hombre.



—Ambos son jóvenes, entiendo que se les hizo fácil, pero la vida de adultos que deben llevar no será como lo crean —su madre dejó al aire, dejándolo pensar más de lo que se puede imaginar—, ¿puedes dejar de jugar ahora?



Nadie lo vio. Nadie lo notó. El vestido verde con azul y un toque de negro que ingresó con silencio por la puerta que dejaron entre abierta. Ninguna de las tres personas sentadas pudo ver a Junmyeon, totalmente travestido y escuchando cada una de las quejas de los padres de Yixing. Su pecho dolió cuando, por un segundo, creyó que el chino realmente estaba jugando.

La sonrisa que el Zhang pegó de oreja a oreja, lo hizo dudar por un segundo, el «está bien, dejaré de jugar más» le hincó como no se pueden imaginar en su pecho. No quería llorar, no quería demostrar cuanto le duele lo que acaba de escuchar. Es más, no quería que alguien lo viera y todo el ambiente se incomodara. Las palabras de Yixing fueron cortas y simples, Junmyeon ahora necesita un "momento" para asimilar la falsa idea de ser felices por siempre con el chino de sus sueños.

Tomó el pomo de la puerta, cerró sus ojos, negó cualquier idea de gritar a todo pulmón cuanto ama a Yixing y como no permitirá que se aleje así de fácil, como si él no importara nada en aquella radiante relación. Pero bueno, lo diré una vez más, Junmyeon es el tipo de persona que se adapta a las situaciones, y en este caso, si el chico Zhang está a nada de decirle «rompamos» él simplemente le responderá «bien»; así de simple. Quizás para Yixing, Junmyeon no fue la gran cosa, pero para él, el chino fue la persona más indispensable hasta que se le permitió serlo.



—Adiós. —En un dramático susurro Junmyeon dio un paso, traspasando la puerta, alejándose por siempre.

—Pero antes...—Se detuvo, Yixing habló, sus padres callaron y su cuerpo tembló. — quiero que sepan esto: "mi vida secreta". —Ironizó dejando a sus padres mudos otra vez. Yixing suspira porque ahora que lo piensa, es tiempo de que sus padres sepan y tengan conocimiento de todas las cosas que hizo cuando no pudo encontrar consuelo en nadie que no fuera ella. —Hace cuatro años, cuando regresamos a Corea, cada fin de semana me acostaba con alguien distinto. —Confesó. —Hace cuatro años realmente estaba jugando, me acostaba tanto con mujeres como con hombres. No saben de la maldita soledad en la que me sumergí, absolutamente nadie sabía lo que estaba pasando por mi cabeza; iba de fiesta a, por lo menos, despejar mi mente, bebí como no se pueden imaginar en todos esos días, despertaba con alguien más, alguien que si me preguntan ahora mismo como eran ellos, no podré responder porque todos tenían el mismo jodido rostro de ella. ¡Maldición! ¿Por qué no podía olvidarla? —Empuñó su diestra, no miró por ningún motivo a sus padres quienes abrían sus ojos ante la sorpresa de aquello que su hijo les cuenta. —Todos tenían ese rostro tan jodidamente hermoso y ¿saben qué? Lo odiaba. Odiaba tratar de olvidarla y recordarla una vez más.



Junmyeon estaba acabado. Sus piernas y cuerpo en sí temblaban, no por coraje u odio, al contrario, lo hacían por miedo. Según él se estaba preparando ya para el momento en el cual el chino termine con él, pero el escucharlo hablar, lo matan de poco en poco a una velocidad desmedida; aniquilando su amor al instante.

Los padres de Yixing no tenían palabras para decir ni voz para hablar. Ellos quienes creían que sabían todo de su hijo, porque han sido buenos padres, respetando su espacio y sus amistades —hasta hoy—, jamás creyeron que su hijo hubiera actuado de tal manera en el pasado —si no es que hoy en día sigue haciendo lo mismo—. ¿Cómo lo podrían decir para que los otros lo entiendan? No se sentían deshonrados, claro que no, no creían que su hijo fuera el peor; ellos simplemente se sienten los peores padres. Es decir, ahora mismo le están diciendo a su propio hijo que rompa con la persona que momentáneamente "ama", pero su propia sangre les confiesa la clase de vida que ellos jamás tuvieron por enterados cuando intentaron "apoyar dándole su espacio".



—Pero un día, —continua— alguien se me acerca y con una absurda broma sobre mi cabello y un chicle, me hizo olvidar por un segundo su rostro —sonríe al solo recordar como Junmyeon había corrido hacia él, no tenía la más mínima idea sobre porque aquel desconocido se carcajeaba sobre una tonta y absurda broma sobre el chicle que según tenía el chino sobre su cabello. Para cuando Yixing pasó su mano sobre su cabellera, deslizó su mano en círculos intentando encontrar aquella goma, pero no había absolutamente nada salvo un desconocido chico que gritaba ¡Caíste! Con toda la euforia del mundo. —, me hizo sentir incómodo y maldecirlo porque, ¿Qué de gracioso tiene eso?



Y el corazón de Junmyeon se estrujó al escuchar de la persona que ama que su broma para obtener la atención de aquel distraído chico, dejó tal sentimiento en él.



— ¿Y saben que pasó después? —Toma aire, pega una mueca y sus padres solo lo miran fijamente. — La olvidé. —Murmura —Dejé de pensar en ella, dejé de ir a bares, dejé de hacer todo lo que solía hacer gracias a una absurda broma. —La mueca de sorpresa de sus padres fue única, ¿en qué momento la historia se volvió de tal manera? —Comencé a prestar mayor atención a clases, quería estar a su nivel, quería que aquel chico que soltó una broma tan burda e hilarante, me notara una vez más. Quería decirle en su cara que sus chistes no son graciosos, que hasta un niño de kínder tiene un mejor repertorio chusco de bromas, pero, yo, a fin de cuentas, solo quería que me notara.



El distinguido vestido estaba en el pasillo, los ojos llorosos de Junmyeon arruinaban el maquillaje tan perfecto que su estilista había hecho solo para él, la castaña peluca se pegaba entre las lágrimas y mucosidades que brotaron; Yixing seguía sin notar a nadie o nada de lo que pasara, él simplemente se quedó estancado en sus recuerdos. Los padres del chino por su parte, se sintieron los peores, otra vez.

Junmyeon daba pequeños pasos mientras gimoteaba, quería estar en los brazos del chino de su vida, quería reclamarle por pensar en terminar con él, también quería encerrarlo y mantenerlo en cautiverio porque no perderá nada de nada, ellos se aman y punto. Que nadie diga lo contrario o les parto su madre.



—Cuando comencé a salir con Junmyeon creí exactamente lo mismo que ustedes pensaron, jugar no está de más, ¿o sí? —enarcó una sonrisa, tan falsa que llegaba a ser real—inventaba excusas para estar con él y saber que pasaba conmigo realmente; me hice el dormido, intenté ganar un novel usando la ciencia como excusa para poder besarnos, agradecí los retos estúpidos de los jóvenes para estar más cerca de él, ¿esto es un juego, cierto? —el corto «pero» de Junmyeon y sus padres lo hicieron reaccionar al segundo. —Cuando me di cuenta, cuando ya no pude escapar, él ya era más de lo que esperaba. No me puedo y podía imaginar estar con otra persona que me contara malos chistes, que me cantara las canciones de Shrek cuando me veía agobiado, que hiciera berrinche por ser más bajo de estatura por escasos centímetros, no puedo imaginar mi vida sin él. Junmyeon ya lo es todo, papás.



Yixing por primera vez deseó ser soltero y evitarse las penas que le contrae una relación. Pues, a escasos metros de ellos tres, el llanto en grito les robó total atención. A esto añadámosle a un adulto joven con un vestido ampón y brillante color verde con azul, con una falsa peluca castaña cayendo de poco a poco porque a éste hombrecillo se le ocurrió correr a toda velocidad a sus brazos para llorar con total libertad.

Aclarando, si le encantó que Junmyeon gritara a todo pulmón que él tampoco se puede imaginar una vida lejos de él. Que, si se atreve a engañarlo, es capaz de acompañarlo hasta donde su amante se encuentra solo para saber que estará bien, y que no se le perderá en ningún momento. Que está dispuesto a hacer todo lo necesario con tal de que Yixing lo siga amando.

Claro que a todos les gustaría escuchar eso.



—Papá y mamá Zhang, no los quiero. —Si, en algún momento de toda esa mágica y especial charla, Junmyeon debía sacar el coraje Jung que tiene y por primera vez en años, escuchar los consejos de su tío Micky. Sacar la lengua y mostrársela a sus suegros en señal de adultez a flor de piel provocó que Yixing deseara ser soltero. — ¡Y Yixing y yo, vamos a ser muy felices por el resto de nuestra vida, tendremos muchos hijos y nos amaremos mucho, mucho por siempre, fin, se acabó, ya se pueden ir!



Basta por favor, Junmyeon. Basta, te lo suplicamos.




1 hora, 44 minutos y 7 segundos antes.

Oh, Sehun, oh.




Estaba en su habitación. Acostado boca arriba, mirando el techo sin hacer ni un solo movimiento. Una nalga se le adormeció por estar todo el día sentado en la silla de rueditas de su habitación frente al escritorio junto a la computadora de escritorio. Comienza a sentir un leve dolor en su pantorrilla, cierra los ojos y suspira esperando a que el dolor se le quitara. El desgarre en su pierna comienza de poco a poco, lentamente hasta que lo hace gritar adolorido cuando su pierna se entumece de la misma manera que su nalga.

Maldice mil y un veces, suplica por que el dolor termine, niega mentalmente. Niega una y mil veces a su maldita suerte porque sin querer e inconscientemente su pierna tembló provocando que la comezón y el dolor apareció de nueva cuenta.

Dos minutos de dolor en su nalga y pierna. Suspira alegre porque todo se acabó, sonríe intentando mover su cabeza y de la nada su cuello cruje. Jodido sea el universo.

Aquel insoportable dolor entre el músculo esternocleidomastoideo y escaleno medio, la rigidez de los músculos lo hacen llorar inconscientemente, gimotea porque, ¿Cómo demonios está teniendo dolores musculares si estaba acostado? Ese debe ser una señal de la vejes. Niega porque aún es joven para tener esa clase de problemas, vamos apenas está en sus plenas 10 primaveras, ¿Por qué tan pronto está sufriendo?; el dolor de sus músculos lo ensordan por minutos consecutivos, intenta mover su cuello, pero se arrepiente, recuerda lo de su otitis y mejor espera a que la sensación retumbante en su oído termine para poder moverse a libertad.

Se sonríe al mantenerse quieto y olvidar todo dolor que ha tenido en el tiempo tan corto. Su reloj suena, la alarma retumba cual loca en sus oídos. La llave del agua se cierra, la puerta del baño se abre y el ruido de los pasos resuena por todo el pasillo. El leve chapotear del agua cayendo cuando se detienen, el tarareo que suele salir en momentos antes de acercarse a la puerta de la habitación.



— ¿Aun estas agotado? —Preguntan con preocupación.



Un suspiro en respuesta, intenta mover sus piernas, pero un duro y fijo dolor se siente en su entrepierna tensando sus músculos internos y provocando un dolor intenso que lo hace girar adolorido al instante. Es tan doloroso que gime por segunda vez consecutiva, golpea la acolchonada cama y maldice a sus muertos por lo que le está pasando ese día tan perfecto y hermoso.



—Ya, ya, ya todo va a terminar. —La dulce mano se aloja en su entrepierna, con lentos movimientos soba la parte que se fija el dolor, intenta ser de ayuda, intenta alejar el dolor que acongoja al otro, pero en algún punto del movimiento de sus manos las intenciones cambiaron. —Esto debe ser magia, ha crecido con un bibbidi bobbidi boo.

—Oh...—No, no era un gemido, era el apellido del culpable que usando su fría y húmeda mano maniobraba para provocar arrepentimiento en el acongojado ser que está sufriendo de dolores de la edad. —Sehun, detente.

—Pero hyung, ¿Qué voy a detener? Solo te estoy ayudando.



La mano se posa de nueva cuenta de manera diabólica, ahora no solo el cuello; la nalga y la entrepierna de Luhan se había tensado, todo su cuerpo se puso rígido, incluidos los bellos del cuerpo que se erizaron al sentir las gotas de agua que caían sobre su vientre en el momento en el cual el otro se acercó para continuar con sus maldadosas acciones y soplar cerca de su ombligo. Cuando la voz del otro bajó dos octavas, Luhan suspiró, cerró sus ojos y simplemente dejó que todo guiara como debería ser.

Relajó el cuerpo, escuchó susurros, su cuerpo no dolía más, los desgarres se desvanecieron, bueno, debería aceptarlo, Sehun es bueno para quitarle los dolores cuando se lo propone.

Una mano se deslizó por sus hombros, los fríos labios acariciaban sus mejillas, la sonrisa se armó en un santiamén, la caliente lengua haciendo su travieso recorrido cerca su oído, pide que pare porque si le da muchas cosquillas. La travesura comienza, la nalga que le dolía, ahora se contrae con fuerza ante el intruso que intenta insertarse ante su santo agujero, literal, era el Santo que Sehun alababa cada día.



—Oh...—Pidió.

— ¿Sí? —Le respondió.

Oh... —Gimió.




33 minutos antes.

Te odio.




Kris miró su reflejo en el espejo, pegaba muecas cada tres segundos. No le gustaba lo que estaba viendo. Negaba cada cuatro minutos. No sabe cómo pudo perder ante el bastardo del Primer Lugar, ese maldito le jugó chueco. Pero eso no queda ahí, Tao se había molestado con él cuando le contó la razón por la cual su orgullo está siendo pisoteado y por si no fuera poco, la zapatilla le está lastimando el dedo pequeño del pie izquierdo. Así es, Kris esta irritado, nada le sale como quiere y sus bolas se han puesto azules porque en toda la semana nada de nada con Tao.

Puede soportar que su orgullo se derrumbe, ya se acostumbró al sentimiento desde que se declaró a Tao, puede soportar el dolor de su pie, pero lo que no puede aceptar es quedarse en abstinencia solo porque el otro chino se molestó por un secreto que salió sin su consentimiento. Maldita sea, Tao, Kris solo quiere ver sus bolas de color natural, no te pongas tan nena y entrégale la gloria.



—Wu, nena, deja de mirarte en el espejo, eres la drag queen más horrible del mundo, no trates de rechazar la naturaleza. —Esa chillona voz masculina no saben cuánto le caga a Kris.



«Me voy a tirar a cualquiera, no me importa» Pensó cuando la chirriante voz seguía burlándose de él. Que maldito derecho cree que tiene para poder burlarse de su persona, ¿eh? Éste quien se cree o que. «Te voy a engañar, ni me gustas de todas maneras» Piensa otra vez, gruñe y deja caer el labial, hoy no ha sido su día, debe aceptarlo.



—Amas ésta drag queen, Panda, la amas como no tienes una idea. —Estaba molesto, el maquillaje le quedó pésimo, no se atrevió a pedir ayuda de nadie, ni de su estilista, no, ésta situación le daba pena; no desea que nadie lo reconozca. Espera que la escuela explote antes de que sea la hora de la presentación.

—Me cagas Wu, no puedes ni hacerte un simple maquillaje. —Lo decía con tanto odio, que por eso mismo se sentó sobre las piernas del otro chino y comenzó a quitarle todo el mal maquillaje que su rostro mantenía.

—Me cagas más tú y no digo nada. —Cerró los ojos y dejó que Tao hiciera de su rostro lo que quisiera, abrazó por mera inercia el cuerpo delgado del otro para que no se cayera y arruinara su maquillaje una vez más.

—Ay, eres tan pesado a veces. —Murmura, muerde su lengua entre sus dientes para mantener equilibrio y colocar el delineador en el ojo derecho del otro, hace el mismo procedimiento para el faltante y soplando con dulzura, lo maldice una vez más. —Tan prepotente y engreído, que me cagas cada vez más.

—Tú no eres un pan de Dios, —abrió los ojos, sonrió al ver a Tao sacando la lengua para mantener el equilibrio, después se burla al verlo ahora, abriendo la boca para pintarse los labios.

— ¿De qué te ríes? —El ceño fruncido de Tao junto al gruñido que pegó al preguntar hicieron que la malicia que siempre ha mantenido Wu en su ser, salga a flote.

—Ese tono no te queda, marica. —y sin más ni menos, sus labios se entrelazan, la mano derecha manteniendo presión sobre la nuca de Tao, un leve plop y separa sus labios. —Listo, me queda mejor a mí.

—Que te jodan, imbécil.



Todo fue raro. De repente Kris no odiaba a Tao a como juraba y por su parte, Tao no se burlaba más del otro. Era algo que ambos querían y se repitió. Ahora siendo Tao quien tomara completa iniciativa y besando a total placer, moviendo su cuerpo y pegándose de más contra el contrario para hacerle saber, sin decir palabra, que él también tenía las bolas azules.



—Gané. —Murmuró victorioso. —Ya no te voy a engañar.



El rubor lo delató, una nueva presión de labios y ahora sí, el color de labios se ha mantenido por completo en Wu, oh, apuesto a que nadie creerá que ese fue el final que quería llegar Tao cuando se pintó los labios. Kris sigue siendo un perdedor como siempre.




8 minuto, 12 segundos atrás.

Byun y Park.Dos perdedores en las relaciones sexuales.



Estaba sentados uno al lado del otro. Sus manitas estaban agarraditas y uniditas con todo el amor que se tienen, hombro a hombro, chocando de vez en cuando, risitas bajas y cariñitos recíprocos. Esos eran Baekhyun y Chanyeol, quienes después de irse al baño—para tratar de hacer ya saben qué—, no pudieron ir tan lejos por miedo al dolor, así que ahora reconfortan sus cobardes corazones con caricias.



— ¡¿Dónde están las putas?! —gritaba Baekhyun, Kai y Sehun subieron al auditorio. — ¡Eso es eficacia! —Ambos se reían, Chanyeol no aguantaba la risa, Baekhyun seguía insultando a sus amigos.

— ¡Muévete más chico nalgón! —Ahora era turno de Chanyeol, quien mientras insultaba tomaba video de lo que está aconteciendo en el momento.



Los gritos de las personas aclamaban de voluntad propia por más, por muchos más movimientos de aquel par de escuincles que bailaban como si su vida solo dependiera de ello, entre seductores y duro movimientos que a más de una persona hicieron que gritaran de mera y pura emoción.



—Ahora vuelvo, iré a burlarme de Kyungsoo. —Informó Byun, su pareja solo asintió sin perderse ni un solo segundo el espectáculo que está teniendo de forma gratuita.



Buscó por todos lados, hasta que lo encontró, o bueno, los encontró—Tanto a Kyungsoo como a Jongdae—. El baño le dio uno que otro recuerdo de hace no más de veinte minutos donde, para no sonar vulgar, el Park le dio sus chupaditas y viceversa. No hubo nada más que simples caricias orales que se pudieron dar ya que están avanzando en su relación, y pues como era de esperarse, el solo recordar como en el cubículo donde sale Jongdae, él y su novio se estaban arrodillando uno al otro, se le elevó la autoestima y su pene despertó.



—Eso ha sido lo más perturbador que he visto jamás. —Kyungsoo lo hizo perder su ensoñación sobre el cubículo y lo hizo entrar en razón al ver ambos a Kris. —Que Kris jure que ama con su vida a...



Kyungsoo hablaba como perico, y él solo continuaba con la sensación de los labios del Park sobre su caliente pedazo de carne que mantiene de manera secreta entre sus piernas, dando una gran vista a su glorioso ser. No mentirá, se sintió de maravilla, y se ha dado cuenta desde hace algunos minutos atrás, que como que su parte de atrás le tiembla —ante una gran semejanza a la contracción y "humedad anal", sin sonar groseros, se le mojó allá atrás, digo, para entender que es lo que estamos hablando y no quedarnos con las dudas, aunque suene medio lepero, esa era la verdad de la situación. — cada vez que mira y piensa en Chanyeol. Incluso sus piernas han temblado más de una vez desde que llegó con Kyungsoo, la piel de su cuello se eriza al solo recordar la sensación que el Park dejó en él, como que quedó mal después de salir del baño.

Y pues la verdad, Baekhyun si se emocionó a pesar de creer que él y Park jamás llegarían más allá de besos calientes de jóvenes adolescentes. Ya son mayores, la mayoría de sus amigos salieron más homosexuales que nada, escucha las experiencias y como que de ratos le gustaría saber qué es lo que se siente, pero aquí viene lo malo, el otro día que se tapó —ya saben, que no pudo defecar— tuvo que tomar medio laxante para evacuar sin problemas, pero la cosa no salió tan bien hasta el punto que su producto —la caca— estaba demasiado duro y más que grande, fue el peor sufrimiento que pudo percibir en su vida de adulto joven, claramente relacionado al movimiento anal.

Se imaginan, si casi se muere en el baño sacando algo, ¿qué pasará si es lo contrario y en lugar de sacar se mete? No, por favor, detengan esos pensamientos, su piel se eriza de mero miedo al solo recordar el sentimiento en el baño. Le da miedo sentir y que Chanyeol llegue a sentir lo mismo. Es doloroso. Se siente incómodo. La sensación que se deja es abrumadora y desgarradora. Sientes morir. Jamás escuchará a Sehun, porque aceptándolo, cuando le preguntó al chico sin expresiones lo primero que éste le dijo fue un «dolió, dolió como si me estuvieran matando, jamás me pude acostumbrar». Realmente Sehun no sirvió de mucha ayuda, más que solo para espantarlo y hacer que se niegue por completo al avance de su relación amorosa.



— ¿Qué no es tu papá el que está con Luhan? —Baekhyun miraba su cámara, notó la preocupada expresión del Do y su malicia salió hablando fuerte y claro para llamar la atención del señor Jung a la vez que Kyungsoo palidecía al encontrarlo entre toda la aglomerada gente. — ¿Kyungsoo, a dónde vas?



Kyungsoo huyó cobardemente.

Baekhyun sonrió.



—Iré por Chan-eh. —Se dijo a sí mismo, apretó fuerte allá atrás y sonriendo, encontró a su alto novio.




00 minutos 00 segundos

La hora indicada.




La madre de Luhan fue invitada por su joven y atractivo "yerno", «me gustaría que estuvieran presentes», para ser sinceros Zhoumi es el tipo de padre celoso que no acepta ni aceptará a una pareja de su hija, pero ésta vez, la cosa salió un poco más distintas a como él pensó. Ya que no fue su pequeña hija la que salió con la noticia de tener pareja a su corta edad. Ésta vez fue Luhan.

A quien quiere como si fuera su propio hijo.

Su hijo, quien sale con otro chico.

Y el otro chico no es otra persona que Oh Sehun.

Bastardo Oh Sehun.

Zhoumi realmente odia a Sehun, pero no lo dirá. Él odiará a cualquier persona que corteje a sus hijos. Así sea una mujer la que se presente, él siempre sabrá que les tienen malas intenciones a sus hijos.



—Amor, iré por un poco de agua. —informó su esposa; Zhoumi no lo negará, él siempre estuvo enamorado de la mujer que hoy en día recibe todos sus sentimientos de amor que él entrega. Con un asentimiento acató sus palabras, sonríe y al alejarse ella, encuentra de frente al bastardo que sale con su hijo mayor.



Oh, maldita sea, ese Sehun es un descarado coqueto.

Zhoumi lo odia cada vez más. No sabe cómo pudo haberle agradado la primera vez que lo conoció, pero aquel sentimiento se esfumó al presentarse. Esas coquetas miradas se las daba a su pequeño e inocente Luhan.

Que desgraciado del Sehun.

Dejemos atrás el odio de Zhoumi, centrémonos en la madre de Luhan. ¿Alguien la conoce? Creo que varios la habrán odiado, odiar a la joven adolescente que se enamoró, la utilizaron y abandonaron al descubrir que el fruto de amor estaba creciendo en su vientre. Si, hablamos de la misma persona.

Su historia es larga, no me gustaría aburrirlos con lo que pasó en su vida. Pero, solo para que no se queden con las dudas, haré un resumen de lo que pasó.

Tenía escasos 18 años, cuando conoció a la persona que sería el padre de Lu Han, la joven Lu era hermosa y tenía una mente como no se podrían imaginar —de ello el gran intelecto de sus hijos, todo fue herencia y una muy buena genética—, pero tal parece que no se puede hacer nada cuando se enamora, porque ella abandonó todo por la persona que pertenecía su corazón. Dejó atrás a su familia, una gran escuela y el brillante futuro en su vida. ¿Y todo por quién? Claro, por un "amor". 19 años, le dieron la espalda. Las personas no podían aceptar el hecho de que fuera madre soltera y más que nada, una joven madre soltera. La vida le sonríe tiempo después, conoce a un nuevo chico que promete hacer de su vida una maravilla. Pasó exactamente lo mismo. Siempre es una parte quien da todo lo suyo en el amor, en este caso ella fue esa parte. Su vida se destruyó de poco a poco, la bella mujer con un brillante futuro que alguna vez alguien conoció, ahora abría sus piernas para ignorar la verdadera situación que la mantiene en ese lugar.

Era una madre soltera, tenía dos hijos, y lo único que puede hacer es «hacer feliz a un hombre»; o eso es lo que su familia le dijo aquella vez que corrió a su auxilio, cuando pidió que se le apoyara, «una puta, solo es eso, una sucia ramera». Ya no tuvo más una familia. Ahora abandonaba su mente en un futuro incierto, un consejo mal recibido, un apoyo no entregado. La joven Lu solo quería olvidarse de todo. Olvidarse de quien era, lo que era, lo que valía.

Su sonrisa aparece, una persona inesperada llega a su vida, ahora la joven Lu es feliz, o bueno, intenta serlo, porque para que su felicidad sea completa necesita a esa persona especial que tanta falta le ha hecho todo este tiempo.

Está bien, no mentiré, la madre de Luhan se odia a sí misma, y no encuentra la forma de poder amarse. Necesita un castigo. Necesita ser castigada por sus acciones pasadas. Necesita el tan llamado castigo divino para poder comprender y amar su vida de verdad.



— ¡Vaya! ¿Cómo pudieron dejar entrar a una ramera a éste lugar? —maldición, ahora está siendo castigada de verdad.



Se encontraba agachada, estaba a pocos centímetros de tomar su botella de agua y huir de la zona. Tragó duro y negó, no puede ser la persona que se imagina. Es decir, han pasado años, tal vez debe estar imaginando cosas.

La palma chocando sobre su rostro a una velocidad imparable, la hicieron caer en la realidad. Sus cabellos eran halados. Sus prendas eran tomadas con fuerzas, casi queriéndolas desprender con unas ansias y mostrar el cuerpo de la vergüenza. Sus largos cabellos tomados con fuerza mientras los insultos comenzaban a salir. Los demás se detuvieron para ver el acto que mostraban, ella mantenía cerrando sus ojos. Esperaba que todo fuera una jugada de su mente. Nada de eso estaba pasando.

Los insultos y golpes seguían. Las miradas curiosas las sentía en su cuerpo, sus lágrimas salieron, las palabras de suplicas se habrían paso. Pedía entre llantos que se detuviera.



— ¡Llora, maldita puta! —Su falda fue rasgada, cayó al piso, los insultos y murmullos le siguieron, cuando abrió sus ojos, la misma mano que sintió y que recordaba con gran odio, se elevaba con fuerza para azotarse de nueva cuenta sobre su tierno rostro.



Cerró sus ojos una vez más, esperó que todo terminara. Su cuerpo temblaba, el frio y gélido aire rozaba su piel descubierta. Las pocas personas no hacían nada, todas quedándose parados mirando porque era obviamente eran asuntos que a ellos no les interesaban. Aquel nostálgico sentimiento se arrimó una vez más a su ser. De nueva cuenta comenzaba a odiarse, volvía aquel sentir nauseabundo al reconocer la clase de persona que es, las arcadas intentaron salir provocando que su cuerpo temblara una vez más en sentimientos amargos mientras su piel se decoloraba cual si fuera perdiendo pigmentación al instante, como si estuviera muriendo; era extraño, esperó por el golpe, esperó ser insultada y masacrada a golpes que liberaran el odio y coraje que aquel hombre ahogaba en su ser por causales suyo, pero al abrir los ojos, encontró a un ángel, tan semejante a un hombre, que sabía más de una vez ha estado a su lado.



— ¿Eh? ¡Déjame! La daré una lección a ésta zo-

—Hay tres cosas que no soporto. —Habló, aun con aquella desmedida fuerza presionando con odio la mano contraria. Miró a la mujer que, postrada en el suelo con sus labios temblantes, las lágrimas en los ojos y el rostro herido, convertían aquella impresión que su pecho ahogaba en un desenfrenado sentimiento de odio. —La primera: que insulten a una mujer. —Las palabras salieron vacías, la presión volvió más fuerte que antes y la quijada del salvador se tensaba cada vez más.

— ¡Esa puta no merece que-!

—La segunda: que golpeen a una mujer. —Cerró sus ojos, empuñó su mano y soltó el agarre.

— ¡¿Por qué la defiendes?! —Gritó, tomó a aquel que interrumpió en su amena charla con la señora Lu, la cosa no era con nadie más que con aquella zorra. —No le conviene que se meta en los asuntos que no le incumben, señor Jung. —Escupió a los pies de la mujer, soltó al hombre y creyendo que todo había terminado ahí, dio media vuelta no sin antes palmear el pecho de Yunho e insultar una vez más, a quien desde un inicio era la única involucrada en todo. —Ni todo el dinero del mundo, señor Jung, hará que esa puta cambie lo que es.



Si se conociera la poca tolerancia que tiene Jung Yunho a los actos violentos, creo que nadie se atrevería a realizarlos en su presencia. Yoochun sabe que su hermano es el típico ser que no puede "aguantar", por así decirlo, la prepotencia de los demás. No puede soportar el hecho de que alguien, solo por ser mucho más "poderoso" se atreva a insultar o sobajar a los demás a su antojo. Oh no, señores, Yunho odia al mundo, odia a la sociedad, odia a los malos, odia a los imbécil y, sobre todo, odia a Kim Jong In. Pero, así como odia, ama a todo ser humano y al mismísimo universo, pero por favor, que nadie se atreva a romper la pacifica armonía de su ser.

Yoochun lo sabe y lo está viendo, desde lejos, desde la otra esquina del pasillo. A cinco personas petrificadas que solo se quedaron mirando, las demás que comenzaban a llegar, una mujer en el suelo, un hombre retando a su hermano y su hermano. Corre veloz, intenta detener todo, quiere gritar, pero la voz no sale, solo tiene como único medio interferir y detener a su propia sangre de matar a un hombre y caer en las garras del odio además de prisión.

Demonios, fue lo último que pensó Yoochun, ¿Por qué su hermano debía ser tan impulsivo? Cuando sintió el reloj desconocido en sus manos, el Jung negó. Cuando su hermano se quitó el saco y comenzó a subirse las mangas, Yoochun se aterró.



—Y la tercera: que esa mujer sea mi conocida. —Fue demasiado tarde, el puño que Yunho mantenía oculto ahora salía con toda libertad para ser presentado ante el rostro del otro hombre.



Todo había pasado en cámara lenta ante sus ojos, el primer impacto de puño sobre el rostro del hombre, Jung Yunho abatiendo al hombre contra el piso a una fuerza descomunal, la sangre saliendo a chorros, el piso siendo participe de los actos. Las voces habían quedado fuera, solo se podía escuchar su propia respiración, cual salvaje se tratará, Yunho no podía detenerse, el odio lo controlaba, la fuerza descomunal no se detuvo. No existía absolutamente nada que pudiera sacarlo de aquel transe. Ni siquiera el otro desconocido hombre que se metió a defender a quien casi muerte se encontraba.



— ¡Eres un jodido loco! —Gritaba aquel desconocido mientras golpeaba a traición, Yunho no sentía los golpes, es más, ¿lo estaban golpeando?



La multitud comenzó a crecer. Los gritos habían aparecido en el primer golpe entregado y recibido. Lejos de todo desconocido y conocido, la joven señora Lu se encontraba levantándose del piso, suplicando que se detuvieran de una vez por todas, pero por algún extraño motivo, su voz era baja e inaudible, sus ojos se habían bañado de lágrimas, su cuerpo temblaba una vez más mientras que aquellos pequeños pasos intentando acercarse para detener el acto tan violento fueron interrumpidos.

Zhoumi abrazó a su esposa, plantó un beso en sus sienes, acomodó el cabello de su bella esposa y limpió las lágrimas que seguían corriendo desenfrenadamente. Suspiró un «te amo» a su oído, con cuidado quitó su saco para cubrir los hombros de su amada, abrazó una vez más a su esposa demostrándole cuanto la ama y amará pese a cualquier adversidad. Y en ese efímero y hermoso momento, aprovechó la ocasión para borrar cualquier mal sabor de boca en un largo y bello beso. Se aferró a los labios de ella, quitó la pesadez que sus hombros estaban cargando y como si se tratase de magia, los malos sentimientos habían esfumado de su sistema.



—Te amo. —Repitió una vez más al separarse de su esposa, se separó unos cuantos pasos y ante la sonrisa confortante que emanaba su rostro, dio media vuelta para botar de una patada al imbécil aquel que aprovechaba golpeando a su apreciable amigo.



Ahora ya no era solo Yunho quien partía y le partían la cara, Zhoumi se unió a la contienda golpeando a aquel bastardo que se atrevió a tocar a su esposa. Quizás él no golpeaba tan fuerte como lo hacía Yunho, pero al menos desquitaba el odio que se le presentó cuando en plena presentación los otros corrieron gritando sobre la gran pelea que Jung Yunho estaba teniendo a causa de una mujer que había sido golpeada cerca de la máquina expendedora a tan solo dos pasillos del lugar. Escuchar lo que decían, le llamó la atención, ver a su esposa en aquellas condiciones, le dieron aquellas jodidas ganas de caer a la cárcel por matan a un bastardo infeliz.



— ¡Suegro! —Gritaban a su espalda.



Yunho masacraba al hombre que se inmiscuyó en sus asuntos. Zhoumi mantenía en el piso al cabrón aquel que insultó a su esposa. Los minutos transcurrieron, la paz en sus cuerpos finalmente llegó. Zhoumi dejó de golpear al hombre cuando Yoochun decidió finalmente que era momento de parar, tomándolo de los brazos y pidiendo que se calmara, que estaba a nada de matarlo, que debería pensar en su familia. Los gritos se escucharon, sus manos estaban entumidas y llenas de sangre dando un olor a metal, el sudor corría por su rostro, las personas finalmente fueron notadas y su amada esposa, ahora mismo parecía tan fuera de sí, que Zhoumi se golpeó internamente al pensar finalmente sobre la imagen que acaba de dejar. El temor en el rostro de ella le dio el impulso a levantarse y esconder sus manos, su corazón comenzó a doler cuando las lágrimas salieron una vez más de aquellos hermosos ojos jóvenes. «¿Qué he hecho?» se pregunta una vez más.



—Amor- —No pudo decir más, su esposa da un paso al frente, corriendo a sus brazos golpeando su pecho mientras entierra su rostro en sus hombros. Le menciona cuan tonto ha sido por haber reaccionado de tal manera; pero de igualmente, agradeció que él estuviera ahí.



Lejos de ellos, a tres metros y pico de centímetros se encontraba Jung Yunho, ¿ya mencionamos que es un impulsivo? Pues ni Yoochun ha podido detener los golpes que el mayor de los Jung le da al imbécil que se atrevió a golpearlo. Yoochun lo tiraba al suelo, dándole tiempo al otro que huyera, pero de un momento a otro, Yunho ya estaba de vuelta en pie golpeando y masacrando al desconocido.



— ¡Padre! — ¿Han escuchado alguna vez aquel "pitido" que la vida da en señal de peligro? Muy similar a cuando se te muere una neurona. Pues, finalmente Jung Yunho lo acaba de escuchar. Ante el resonante grito de quien sabe quién, para todos sus movimientos. Yoochun estaba en el piso, el otro hombre estaba desangrándose debajo de él y las personas mirando asustadas en su dirección.



Gira hacia donde una presencia de peligro le indica su cuerpo, a escasos centímetros, un joven de unos veinticinco eleva su pierna y la mueve en su dirección. En forma lenta hace una entrañable entrada, Yunho cierra los ojos, quizás sí se merezca el golpe. No, que quizás ni que nada, sí se lo merece. Justo en dirección a su cabeza para aprender una buena lección de no meterse en problemas.

Un grito de los demás. El golpe que nunca llegó. El corto «Soo» que su hermano pegó. Yunho respira, se relaja, quita la tensión, abre sus ojos y corre hacia su hijo que está a todo y nada de matar a alguien.



— ¡Suéltame! —Clama Kyungsoo, Jongin llora porque sus débiles brazos no pueden detener a la bestia. — ¡Nadie se atreve a golpearme, hijo de tu-!

— ¡Kyungsoo! —Ahora es Jongdae quien se aferra al cuerpo de su hermano, lo secunda Junmyeon y su padre.



La peluca rubia estaba en el suelo, los ojos del Do estaban rojos del coraje, aquella patada de venganza que estaba siendo dirigida al rostro de Yunho terminó siendo tomada por el cuerpo de su propio hijo quien se interpuso para que su padre no muriera tan joven por una contusión craneoencefálica. Obviamente lo que aquel vengativo chico no esperó fue el puño del Do después de aquella sádica sonrisa que emanó del ser contrario al momento del impacto. Ahora quien trató de involucrarse a la pelea, está en el suelo por un golpe y la fiera de nombre Kyungsoo, clamando un poco de justicia porque no se saciará con un solo puñetazo, quien la hace, la paga.

Las personas comienzan a tener forma, nombre y apellido. Mientras que de un lado las personas desconocidas murmuraban sin parar, de otro lado se encontraban los conocidos que aun impactados se mantenían en silencio mientras se acercaban para ver en que podían ayudar, esperando que no sea en golpear a más personas y finalmente, en el piso, con lágrimas en sus ojos, señalando a alguien. La mente de todos seguía en el impacto de la situación. Es decir, de un momento a otro, las cosas cambiaron. Mientras Sehun y Yixing iban hacia los dos hombres que se mantenían en el piso suplicando por piedad y una nula demanda o denuncia; Jongdae, Junmyeon soltaban a Kyungsoo, Yunho y Yoochun iban a ver qué tan mal se encontraba el tercero en discordia ya que no se ha despertado desde el impacto del golpe.



—No hay necesidad, su hijo está... —Kyungsoo se detuvo a responder ante la pregunta de su tío sobre buscar a la familia de las personas desangradas, miró a Hansol. Desplomado en el piso y señalando algún punto.



El sonido de su corazón fue lo único que escuchó. Miró en dirección que señalaban. Ese extraño silencio estuvo presente, asemejándose a una desmedida tomada de tiempo. Escuchó como bajaba su saliva por su garganta, incluso —y por más exagerado que se escuche— pudo escuchar como las lágrimas de Hansol retumbaban en el piso, en un ensordecedor sonido. Sus parpados se volvieron cada vez más pesados, casi igual a caer desmayado es como se sentía.

Su respiración era tomada en cuenta, su voz salió tan retardada que cuando quiso mencionar el nombre de su amigo ésta se mostró a los cuantos segundos después, igual a cuando se desfasa el audio de la imagen de una película de YouTube. «Hansol» suelta levemente. Su mirada perdida en la pareja de esposos que se mantienen abrazándose. «Hansol» clamó una vez más, ahora su cuerpo se sentía cansado, sus brazos intentando levantarlos se le vuelve imposible. «Hansol» pidió por tercera vez, aquel silencio desapareció.

El ruido es nuevo, los tímpanos de Kyungsoo resuenan, quizás el golpe si fue demasiado para él. Tal vez no debió interponerse en la pelea. Pero si no lo hacía, su padre habría obtenido las consecuencias. «Lo vale», piensa. Su boca se cierra, sus ojos se cierran y ahora, su cuerpo ligeramente comienza a derrumbarse al escuchar aquel vago nombramiento.



Mamá. —Con indecisión sus palabras volaron hasta los oídos de todos. — ¿Mamá? —Preguntó, sus ojos lo estaban engañando. Trató una vez más de llamarla, trató, pero por más que lo intentaba, sus palabras no salían más.



Su boca se abría, las palabras se mantenían atoradas en su garganta, las lágrimas estaban retenidas, Hansol niega. No, no puede ser. No en este momento. No es correcto lo que ve. No puede ser verdad.

Quizás, para ese momento, estaba soñando.

El sueño no duró mucho.

La policía llegó.

El reencuentro se interrumpió.

Y Kyungsoo se desmayó.




♦ ♣ ♦





Cuando Kyungsoo despertó se encontró con un Jongin llorón.



—No jodas, quiero morirme. — fue lo primero que dijo ante la extensa confesión de Jongin sobre cómo ha estado en el hospital por doce días.



De esos doce, le habló sobre los tres días en los que se mantuvo despierto pero que no por más dramático y absurdo que se escuche, no tenía recuerdo alguno de haberlos vivido.

El encuentro entre la familia de Luhan de hace doce días exactamente.

El casi robo que Jongin tuvo el mismo día, y por el cual también tuvo que estar por dos días completos en el hospital a su lado, gracias a la golpiza que le dieron cuando les entregó la tarjeta de crédito.

La cancelación al evento de Frozen.

Y como si no fuera suficiente, la denuncia y demanda que la familia de Hansol interpuso en su contra y contra su padre, por los daños y heridas causadas.



—Son las diez de la mañana —Continuaba Jongin, mirando su teléfono y apretando un botón cerca de la camilla de Kyungsoo para alertar a la enfermera y a los médicos que su querido paciente ha despertado. —En treinta minutos debes estar en tu juicio ante la fiscalía.



Realmente desea haber tenido un final menos drástico.





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Gente, ya estamos a nada dE TERMINAR ESTE FIC, SIIII.

Weno, eso si no me muero antes 👉👈.

*Besos con su respectiva distancia para evitar contagios*

Antes que nada, les recomiendo la canción que el Chen escuchó en su parte de la historia (es que me inspiré cuando estaba escribiendo jsjs)


https://youtu.be/csMTfEU5yCQ

Cualquier duda, no duden en preguntar.

Para eso estoy, pa' servirle a Dios y a uste'

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