Decimo capítulo (2)
♦♣♦♣♦
(Tao)
Estoy aquí. Fue difícil que Chen y Suho-hyung aceptaran venir. Pero cuando dije chicas y culos no existió un «NO» que pudiera recibir. Es fácil tratar con este tipo de personas. No quiero decir que ambos sean unos gigolos pero si hubiera dicho que era una comida, apuesto a que ni siquiera me hubieran tomado en cuenta. Ese par de hermanos son todo una cajita de sorpresas.
Papá no pudo venir, pero ya que tenía las invitaciones no pensaba desaprovecharlas, además era venir solo o con ellos. Y no me gusta estar solito. Como que la compañía de la gente que conozco me es más placentera que otra cosa.
Cuando ingresamos al inmenso salón, estos dos desaparecieron. Mágicamente. No tan mágicamente, en cuanto Liyin —la persona que tiene una clase de romanticismo con Chen, aunque no sé si se le pueda llamar así a lo que ambos tienen, él ha estado con más personas a parte de ella, no es tan leal que digamos—se me acercó, Chen se pegó a ella, sin una despedida ya no lo volví a ver más. Estoy acostumbrado, no hay problema, él al final me encuentra en cualquier momento y cuando se le pegue la gana, la cosa fue diferente cuando trate de hablar con Suho-hyung, pero ya había desapareció. Lo habría esperado de todos, menos de Suho-hyung.
Antes de venir, papá me comentó un poco de qué iba esta reunión. Hace poco, gente adinerada —enemigos y amigos— sacaron la idea de una reunión mensual con los demás, una vez al mes, para convivir en armonía, alguien es el anfitrión de alguna reunión. Palabrerías, solo son para hablar con los otros empresarios, nadie quiere convertirse amigo de nadie, todos son unos hipócritas que se odian unos a otros.
Papá no se queda tan atrás, lo quiero y toda la cosa pero que me pidiera el inmiscuirme en sus negocios e insistiera en un leve acuerdo con algún Jung —todos quieren hablar con los Jung, ellos están en la parte más alta de la cadena de riquezas— sobre los nuevos proyectos. Crear algún tipo de alianza con ellos, si es que pudiera. Como si fuera lo más sencillo del mundo, mi padre me deja tal encomienda en las manos. Vamos, él que lleva años en el negocio no lo ha podido hacer jamás y me pide casi a llanto que yo lo haga.
Después de horas y horas hablando con desconocidos, sonriendo hipócritamente a estos —recibiendo los mismos tratos por su parte—, toco fondo, esto no funcionará, debo hacer lo que cualquier joven de mi edad hace en una reunión: Embriagarme y perder el conocimiento. No logro entender lo que están diciendo, de verdad, el que hablen con modismos empresariales me estresa tanto que solo pido disculpas para alejarme y encontrar la principal razón por la cual estoy en éste lugar, tratando de hablar con Jung Yunho. Me doy por vencido.
Busco a aquellos irresponsables que me dejaron solo. Pero me encuentro con una gran sorpresa. Xiumin, Kyungsoo y otro están hablando plácidamente con el señor Jung. ¿Qué hace Soo aquí? Yo no tengo su número —tanto tiempo conociéndolo y no se me ocurrió pedirle su número— y no lo pude invitar, me sentí culpable pero ya que lo encuentro aquí, me siento mejor. Estoy por acercármeles cuando escucho algo. El chico de la mesa, el peli-castaño le está llamando «Pá» a Jung Yunho. ¿Es su hijo?
Me les acerco un poco más, pero soy detenido.
— ¿Tao? Estas aquí—dice feliz Minah. Es la mejor reunión que he tenido en mi vida. Esta mujer perfecta, me está hablando.
— ¡Minah! —Abro mis brazos y me acerco a ella, para darle un abrazo.
—Cuando te vi no creí que fueras tu ¿sabes? Dije, Wow solo ha pasado un tiempo y ya lo estoy viendo en cualquier lugar. Tal vez sea mi imaginación. Pero no, realmente eres tú.
—Yo también te extrañe Minah. —Presiono mi cuerpo un poco más al suyo, tomo de su cintura para hacer el momento un poco más íntimo. — Mucho. —susurro.
— ¿En serio? Y cuanto...
Hace un par de meses, ella tuvo que viajar fuera de Corea por cosas de sus padres, creo que estuvo tomando unos cursos de artes, pensé —a como su último mensaje que me envió— llegaría poco después de dos años de vuelta. Oh, diablos, no puedo creer que este aquí, a mi lado, antes de lo que alguna vez imaginé. Después de un rato hablando con Minah, tratando de entender la razón principal por lo su pronto regreso, tomamos asiento en una mesa y vemos lo que pasa a nuestro alrededor.
—Tú crees que-
Es interrumpida. Todas las personas se comienzan a ir. Y alguien habla por el micrófono. Al parecer la fiesta está por comenzar, ya se estaban tardando.
— ¿Y qué tal si bailamos? —Le pregunto—Prometo no pisarte, ¿Qué dices?
—Bien, pero si lo haces me tendrás que llevar cargada en tu espalda, cuando entremos a la escuela. —La parte más increíble, es esa, el que ambos volveremos juntos a la escuela.
—Trato.
Nos adentramos a la pista de baile. Inician los movimientos. Esta mujer me va a matar, se pega demasiado que hace querer hacer otro tipo de cosas. Llevamos un rato bailando, ella me pide un descanso nos vamos a beber algo. Caminamos hasta el mini bar, cuando estábamos de paso me encontré con Chen y Liyin, hablando cómodamente. Tal vez ahora a hyung se le haga; siempre habla sobre alguien que lo trae un poco ¿enamorado? No, él usó otra palabra, un sinónimo, creo. Y me imagino que de quien habla es ella.
Cuando nos dan nuestras bebidas, nos sentamos manteniendo un cómodo silencio, lo que tuvimos que hablar ya lo hicimos, ahora solo era tiempo de disfrutar aquella presencia contraria. Todos gritaban, bailaban y hacían un desastre de sí mismos, notros solamente mantuvimos callando lo que sea que quisiéramos decir.
—Creo que algo interesante está pasando. —Finalmente habla al ver el montón de gente.
—Creo que sí. —contesto.
— ¿Vamos? —Oh, vaya, ¿Cómo puedo negarme a ella?
— ¿Qué no estabas cansada? —Pregunto burlón.
—Ya recupere fuerzas—me jala—, ahora vamos.
Sin aceptar, la sigo. Empujando a todos, vemos por lo que estos están entretenidos. Oh, vamos, y justo este día tenía que encontrarme con él.
Oh Se Hun.
Quien bailando se mueve al son de la música, sus expresiones demuestran como disfruta del baile. Su ropa se comienza a pegarse por el sudor. La mejor imagen de todas. Vamos Satán, desaparece, te lo suplico.
—Sehun baila muy bien. —Minha susurra a mi oído.
—Demasiado, diría yo. —No puedo despegar mi vista de él. Maldición, me siento una basura.
Es decir, Minha está a mi lado, ella es la persona que solo me ha interesado por cientos de días, años y horas. Sehun es solo alguien que por un error tiene la imagen de la persona ideal para mí, él solo es una clase de crush que jamás se hará realidad, ella es la persona que estará a mi lado. ¿Cómo puedo desear a Sehun cuando Minah está a mi lado?
—Sí, pero yo sé que tú—presiona su dedo en mi hombro—, bailas aún más mejor.
—No lo creo. —Jamás estaré cerca de estar a su nivel.
— ¡Claro que sí! —No pongas esa cara emocionada por favor, me haces sentir más mierda de lo que ya soy.
—No-
Volteo y algo me sorprende —me pone celoso—, el hijo de Yunho está en parado frente a Sehun; éste último al verlo sonríe. Jamás he visto a Sehun, tan feliz. Tal vez el chico sea algún conocido de él.
Comienzan a bailar la canción de Disclousure. ¿Siquiera estos dos vieron el video? ¡Solo trata de dos personas besándose! Mueven sus cuerpos y parece que lo han ensayado. Ambos se siguen con la mirada, no rompen el contacto en ningún momento. Jamás he visto a Sehun hacer eso, y eso que soy algo así como su admirador número 1.
— ¿No quieres ir a algún otro lado? —Pregunto.
—No, es divertido esto.
—Bueno, ahorita vuelvo. —Pongo mi mano sobre su hombro.
—Yo te esperaré. —sonríe—Si no me encuentras aquí, estaré en nuestra mesa. —Señala con su pulgar el lugar por el que vinimos—En la de hace rato.
—Bien. —cuando digo aquello, soy sorprendido por los labios de Minah sobre los míos.
Esto lo hemos hecho bastantes veces, solo estamos experimentando. Dos mejores amigos de la infancia, que quieren saber que se siente...En una relación. Aunque lo que nosotros tenemos, no la llamaríamos "relación" sino más bien, un free. La única relación que tenemos es nuestra amistad, solo esa y el hecho que ella, es en la única mujer que pienso. Y que si no fuera poco, con la que me casaré en el caso de que ambos estemos solteros hasta los treinta.
Empujo a la amontonada gente y cuando por fin soy libre, camino hasta el baño. Mi vejiga esta por explotar. Lo encuentro después de empujones, maldiciones y golpes, suspiro, quien diría que el hijo de Yunho es amigo de Sehun. Wow, estoy un poco anonadado, nunca pasó por mi cabeza el hecho de que Oh Sehun tuviera otros amigos a parte de Kai y los otros.
Trato de hacer en los mingitorios, pero están sucios y no me puedo concentrar bien. ¿Cómo después de tan poco tiempo pueden los baños estar así de sucios? Entro a un cubículo. Escucho gemidos de la puerta de a lado, al parecer alguien se está divirtiendo. La mujer gime con fuerzas. Un gruñido y las maldiciones del chico es lo último que logro escuchar.
Estoy por salir, pero el ruido de la puerta de a lado abriéndose me detiene. Quizá si salgo ahora, alguno de nosotros tres saldrá avergonzado. ¡O algo peor aún! ¿Y si son Chen y Liyin? Sí, la mejor opción: el quedarme aquí.
Escucho la puerta cerrándose junto a un adiós. Creo que es mi señal. Salgo de aquel lugar, me acomodo las mangas y fijo mi vista al frente; mi vida está acabada.
Frente a mí, está un muy desaliñado Kris Wu, la camisa blanca arremangada hasta los codos y sobre todo desabotonada. Se está mirando en el espejo mientras se acomoda el peinado. Creo que aún no me ve. Doy pasos hacia atrás y regreso a mi lugar inicial; estoy por cerrar la puerta cuando una enorme, delgada y blanca mano me lo impiden. Poco a poco, fijo mi vista en la manga blanca, maldigo mi maldita mala suerte, continuo hasta llegar al final, y me encuentro a un muy malhumorado Kris. ¿O será que siempre esta malhumorado cuando me ve?
—Y-yo no vi nada. — ¡Yo solo vine a orinar! Jamás esperé encontrármelo en éste lugar. Nadie quiere encontrarse con Wu.
—Y según tú, ¿que no viste? —No me hagas hablar por favor, ya tengo suficiente con ver a Sehun sonreírle a alguien más, como para tener que responder a una absurda pregunta sobre algo que no vi.
—Tú y la chica... juro que no vi nada. Solo escuché, pero no vi. —esto último lo digo rápido, y me arrepiento de inmediato.
—No te creo, pedazo de imbécil.
—E-es l-la verdad. —Tartamudeo. Las experiencias que he tenido con Wu son demasiado dolorosas como para tener que soportarlas el día de hoy. ¡Hay una mujer allá afuera esperándome!
Escucho un pequeño anuncio, no lo escucho muy bien puesto que estamos muy lejos. Y el lugar es un poco cerrado.
Creo que Wu si lo escuchó bien, pues se detuvo e inicio a escuchar lo que decían. Yo por mi parte solo escuche como contaban. Wu me da una de esas miradas de enojo y me siento pequeño —a pesar de estar de su tamaño—, odio con todo mi ser el encontrarme con él en cualquier lugar.
Eso es bien feo, su mirar tan pesada te hace sentir nada.
—No quede satisfecho...ella solo era muchos gritos y muy poca acción. —Habla Wu, ¿Me está contando sus experiencias sexuales? ¿O solo lo dijo para el mismo? La verdad no me importa mucho lo que diga, yo solo quiero irme de este lugar.
Camina hasta la puerta y la cierra con seguro, mis probabilidades de salir han disminuido. ¿Piensa golpearme y no quiere que nadie interrumpa en mi muerte?
Murmura algo. Casi inaudible pero lo escucho. De hecho escucho cualquier cosa en este espacio cerrado. Hasta el sonido de los grillos.
—No permitiré que vean lo bajo que he caído. —Bueno, siendo sinceros él cayó bajó desde que nació. Bam.
Cuando regresa, me enfrenta y me sorprende lo que dice.
— ¿Alguna vez has hecho una mamada? —eso sí que no lo vi venir.
— ¿E-eh? —Tal vez escuché mal, no puede ser correcto lo que mis oídos están...
—Claro que si lo has hecho, maldito marica.
— ¡Tres!
Kris ataca mis labios, los mueve a placer. Ingresa su lengua en mi cavidad y me quedo estupefacto. ¿Qué está sucediendo? No entiendo la acción de Wu, ¿Por qué lo hace?
—Saca la lengua. —Me ordena.
Soy como un muñeco, y por puro temor solo obedezco órdenes. Sus órdenes.
Saco mi lengua aun sin entender del todo. Él la comienza a chupar. Mis mejillas se acaloran, estoy siendo probado por Wu. Y eso es, bastante excitante. Digo, puede ser asqueroso, pero lo excitante le quita la mala sensación.
Siento como mi miembro es presionado por mi pantalón y también es raro. ¿Cómo me puedo despertar con los besos de Kris? ¡Es Kris de quien hablamos!
—Sube. —Me ordena y subo a las baldosas del lavamanos.
Pasa sus manos por debajo de mi camisa, desabotonándola a su paso. Me besa de nuevo, esta vez le correspondo. Nuestros labios moviéndose en sincronización, fue un impulso. Estaba tan desprevenido que simplemente seguí mis instintos ¡soy hombre también! Tengo todo derecho de hacer lo que se me plazca y si se me place seguir su beso, lo haré. Su lengua dentro de mí, haciendo unas pequeñas luchas por el control. Una de sus manos pellizca una de mis tetillas y gimo entre su boca. Cuando ve el resultado, lo hace de nuevo; pero esta vez mordiéndolas. Si alguien me hubiera dicho que vería a Kris Wu mordiendo mi pecho en un baño sucio, juro que habría vomitado, ahora que en realidad está pasando, solo sé que reprimir mi voz es lo mejor.
Pasa su diestra entre mis muslos y los comienza a acariciar. Mete su mano entre mi pantalón y de un momento a otro, saca mi miembro. Lo acaricia mientras muerde y lame mis tetillas, quizás sea la extraña sensación de sus ásperas y frías manos que siento que estoy por venirme. Retoma su lugar y me vuelve a besar. Esta vez más apasionado. Me toma de la cintura y me baja. Mi pantalón queda en las rodillas.
Aprovecho y lo toco también, subo mis brazos en su cuello y jalo su cabello haciendo que ahora él gima. Bajo una de mis manos y la meto entre su camisa, toco su piel, él sisea por el cambio de temperatura. Nos separamos, su pecho subía mientras el mío bajaba al son de nuestras agitadas respiraciones, ese clic apareció, y ahora nos miramos fijamente, en sus ojos veo el deseo, sus labios están hinchados y en su cuello están algunas marcas rojizas que para nada son mías. Mi cuerpo se mueve por una inercia inexplicable y paranormal, beso esas marcas tratando de quitarlas y dejar las mías. Muerdo su cuello y trato de reparar eso, con besos.
—Arrodíllate.
Me ordena y yo, simplemente obedezco. Él mete dos dedos en mi boca, trata de amoldar mis labios. Lo único que atino hacer es ensalivar los dedos y tocarlos con mi lengua mientras hacemos contacto visual. Cuando los saca un hilo de saliva se va con ellos. Wu, sin pudor alguno, los lame también. Eso hace que mi corazón se acelere.
—Si lo rozas con tus dientes, te golpearé. —Advierte.
Wu baja sus pantalones. No sé de qué me está hablando. Cuando estoy por preguntarle, hay un intruso en mi boca; un enorme intruso. No sé qué hacer, y solo toso. Él al ver eso, lo saca.
—Haz lo tuyo marica. Mámalo.
—N-no s-sé c-como. —Intento hablar con normalidad, pero no puedo, mi cuello escoce y mi garganta se siente tan horrible que si cierro los labios aquella sensación no desaparece.
—Lámelo. —El tono de su voz se vuelve distinto, casi por un segundo sentí que me lo estaba pidiendo y no ordenando.
Obedezco, paso mi lengua por toda su longitud. Desde la base, hasta la punta. Beso y lamo. Paso mi lengua por la punta del pene de Wu y este gime de placer. Creo que lo estoy haciendo bien. Repito lo mismo otras cuantas veces.
—Ahora...—Me detiene— mételo a tu boca de poco a poco, hasta que entre todo.
—Pero... no va a caber. —Mi mandíbula ya duele, y eso que solo fue lamer, ahora si lo meto será un caos y seguramente moriré.
—Ahueca tus mejillas. —Ordena.
Usando mi lengua, vuelvo a lamer la punta. Meto de poco a poco en mi boca, ahueco mis mejillas y veo que realmente logra caber. Lo meto casi por completo y pega en mi campañilla, haciendo que lo saque de nuevo.
Lo vuelvo a meter, esta vez usando mi lengua para ensalivar; al parecer le gusta. Muevo mi cabeza de atrás hacia adelante, saco y vuelvo a meter su miembro. Cuando lo siento en mi garganta lo saco. Comienzo a acariciar el mío, el cual pide atención a gritos.
Wu mueve sus caderas, me toma del cabello e impone su propio ritmo. Las envestidas se vuelven rápidas, me acaricio al ritmo de ellas. Después de unos minutos llego. Mi mano está sucia de mi semilla.
El vaivén de caderas se intensifica, su expresión de placer se hace presente. Un gruñido gutural y Wu se viene. Toda su esencia está en mí. La trago, y hago cara de asco; sabe realmente feo.
— ¿Por qué lo hiciste? —Su estoica expresión me hace saber que hice algo mal.
—C-creí que tenía...que t-tragar. —intento no vomitar. Eso fue peor que la gelatina. Hasta mis bellos se erizaron al solo hacer la comparación.
—Rozaste con tus dientes
— ¿M-me vas a pegar? —Pregunto asustado.
Wu me toma del cuello de la camisa levantándome hasta quedar de su tamaño, su ceño está pegado en su rostro, sus labios están fuertemente presionados entre si y sé que viene a continuación. Cierro los ojos esperando el golpe. Pero lo único que recibo a cambio son sus labios. Correspondo de inmediato. Toma mi mano, la que está sucia. Y lame uno de los dedos, probando mi esencia; haciéndome sonrojar.
—Quizá a la próxima lo haga.
Sale de aquel lugar, acomodándose los pantalones y con la camisa desabotonada. Dejándome perplejo, ¿qué acaba de suceder?
♦♣♦♣♦
(Baekhyun)
Llegamos a la fiesta, reunión para cualquier otro, ni siquiera venir pero aquí estoy. Los padres del niño reprimido, lo hacen solo para que su pequeño, se acostumbre. Ese niño es todo un problema. No tengo absolutamente nada en contra de la gente reprimida, pero él, realmente odio que sea tan reprimido. Debería ser más liberal y no siempre estar tanto bajo el manto de Kai.
Mi pareja, mi princesa, la mujer que aún no me da el sí. La bella mujer que me acompaña es Taeyeon. Todos la miran, yo la miro. Las demás la envidian, otros la desean; yo la tengo. Única razón por la cual me encuentro en este lugar. Solo me presento para poder saciar los deseos de esta bella mujer que se mantiene a mi lado para estar juntos por siempre.
Lo juro, moriría si Taeyeon me lo pidiera, desde que tengo razón ha sido solo ella con quien desearía pasar el resto de mi vida.
Después de las 10 de la noche fue cuando entramos al salón, las personas comenzaban a irse, mientras nosotros entramos. Al parecer la fiesta apenas está comenzando. No hubo mucho que hacer o decir, Taeyeon dejó su bolso en una mesa, quité mi saco y deje que ella tomara el control de lo que sucedería en esta noche, me dirigió, se movió y comenzamos a bailar. Sus caderas se mecen de un lado a otro, sus brazos se mantienen junto a mi cuello, sin moverse en varios instantes, la canción cambiaba y con ello el tipo de movimiento que ella hacia y que por mera inercia yo le seguía. Después de un rato, nos sentamos a descansar. El mesero nos sirve unas copas.
— ¿Qué te parece si después de la fiesta, vamos a mi departamento? —Me pregunta seductora.
—Uhm...es una tentadora oferta. —sonrió juguetón, acaricio con lentitud su cintura para segundos después acercarme a su oído y preguntar— ¿Y para que iríamos?
—Para mostrarte como han remodelado la cocina, ¿Qué dices? —Oh, vamos, esa inocencia fingida me puede más que...no se tiene una idea.
—Tú cocina, mi tercer lugar favorito. —Presiono un poco su cadera, ella suelta una leve carcajada.
— ¿Tercer? —Yo asiento, Taeyeon se acerca un poco más a mí y tomándola de la cintura de nueva cuenta, la siento en mi regazo. Ella enreda sus brazos en mi cuello— ¿Cuál es la segunda?
—El baño. —respondo de inmediato provocándole aquel notorio sonrojo en sus mejilla, muerde su labio y sin apartar su vista de mí, se acerca un poco más.
— ¿Y cuál es la primera? —me susurra.
—Tu cama. — Cuando digo aquello ataco sus labios. Fresa con menta, el mejor sabor. Aun no entiendo como no me puede decir "Si", cada vez que me le declaro. Es decir, lo hemos hecho en cualquier lugar, en cualquier posición y a casi toda hora. Saliendo de la escuela, estando en la escuela, hasta en el funeral de la familia Kim (unos familiares lejanos que tiene Kai) lo hicimos solo porque ella así lo quiso, ¿y aun no me pide que seamos pareja? Es decir, lo hemos hecho hasta en la cama de sus padres. ¿Eso, no es acaso estar en una relación?
Si alguien nos viera, mencionarían la bella pareja que formamos. Quizá mi princesa, teme estar en una relación. Dejo de pensar cuando impone nuestra rotunda separación de labios, limpia mi labio y después da otro pico. Oh, ¿Cómo podría negarme algo que ella me pida?
— ¿Sabes cuál es mi lugar favorito en tu departamento? —Me susurra, seductora. Esta mujer, es simplemente lo mejor.
—No lo sé, ¿Cuál es?
—Uh—hace la que piensa—, pues donde estés-
Se detiene y mira su cartera, saca el celular y contesta. En su mirada irradia felicidad, tal vez le estén dando una muy buena noticia. Quizás sus padres le dijeron que ya puede salir conmigo. Ojalá y sea eso último.
—Baek-eh—ronronea—, debo irme.
— ¿Porque? —La sorpresa no la pude ocultar, no ha sido ni una hora desde que llegamos y ella ya se quiere ir así de la nada.
—Mi prima llegó, y es mi prima favorita. —Pucherea un poco, sus manos siguen en mi cuello. —Ella quiere verme y salir un rato.
—Está bien te acompaño. —suspiro, de cualquier manera ni siquiera me estoy divirtiendo aquí. Si ella se va, la diversión terminará, todo lo demás se volverá aburrido así que mejor paso.
—Mejor quédate, —intento levantarme de la silla, pero ella me obliga a estar donde mismo—no quiero que te aburras haciendo cosas con chicas. Ya sabes, hablar sobre chicos, maquillaje, peinados y eso.
—Bien. —No hay más que hacer, es obvio que quiere estar a solas con su prima, es decir, entiendo cuando quiere su espacio. Soy yo quien la busca, no me gusta agobiarla.
— ¡Pero! —Toma lugar en mi regazo de nuevo, hace un momento se levantó y ahora cambió de parecer—Me gustaría presentártela. ¿Qué te parece si mañana salimos los cuatro? invitemos a Kris, mi prima se enamoró de él cuándo lo vio en una foto. ¿Sí?
—Bien, yo le digo. —Se levanta, toma su bolso, guarda su teléfono y como si fuera la indicación, se inclina un poco para mirarme cara a cara.
—Me voy, te quiero. —me da un pico y se va.
Quizás lo único bueno de no estar en una relación, es que no le tengo que ser fiel a nadie, es decir, me gusta ella y espero salir por siempre, pero, ¿acaso existe algún impedimento de disfrutar una fiesta? Creo que es lo más sano que puedo hacer como adulto joven, obviamente nadie tomará el lugar de Taeyeon, pero por el momento alguien más puede disfrutar de la posición que ella ha dejado abandonada en el día de hoy. Cuando Taeyeon se va, yo simplemente veo lo que sucede.
Voy por un trago y en el camino me encuentro con Kris y Kai.
— ¿Y Taeyeon? —pregunta Kris
—Se fue. —Suelto rápido, no fue necesario comentarle con quien había asistido a la fiesta, es hasta obvio que vendría solo porque ella me lo pide.
—Hoy hay una gran variedad de carne. —Kai aplaude una vez, mirando a todas las mujeres— Hey Kris, mira — señala a una chica, voluptuosa.
Demasiado voluptuosa. Esta se está comiendo una cereza obscenamente mientras mira a Kris. Le guiña el ojo, se mueve al son de la música mientras se toca lentamente ella misma. Fuera de mi agrado, es demasiado vulgar su actuar, por un segundo más mirándola y me habría dado nauseas.
—Bien. Tenemos que disfrutar la fiesta, ¿no? —Ahora es el tiempo de Kris. Y se va con aquella mujer. Que gustos tan nefastos pueden llegar a tener mis amigos.
—Así que...—la mirada de Kai se vuelve una llena de lujuria. Al parecer encontró algo muy interesante, relame su labio gustoso voltea a verme, sonríe mientras levanta su mano y se despide. — Hasta pronto mi querido amigo, voy a divertirme un rato.
Si ellos pudieron buscar un poco, creo que yo también puedo hacerlo. Segundos, minutos, horas, no. Nada es de mi agrado. Nadie se compara con Taeyeon. Está decidido, como mi princesita no existe dos, ni quiera un reemplazo de media noche, no, absolutamente nadie puede siquiera llegarle a los talones.
Quizás estoy demasiado sobrio como para poder agarrarles un poco de color a las mujeres que están por estos lares, de un rato a otro la decisión sale como la mejor opción, voy por whisky. Solución a mi abstinencia. Un poco de alcohol y cualquier puede ser de mi gusto. Lo pido, me lo entregan al segundo, doy un vistazo a mi alrededor pero creo que necesito tomarlo de una vez por todas o de lo contrario me arrepentiré por la estúpida decisión de venir aquí, estoy por dar un sorbo pero soy interrumpido por un alto imbécil.
— ¡Alto ahí niño! —maldita sea mi suerte— No debes beber. —me cago en mi maldita suerte— ¿No eres muy pequeño para tomar alcohol?
— Cállate, imbécil.
— ¡Wa! ¡Qué niño tan irrespetuoso! —Púdrete maldito imbécil, púdrete—¿Y tus padres? ¿No te habrás perdido?
—Piérdete.
—Uno queriendo ayudar a los pobres e indefensos niños. Pero tú simplemente no me dejas...—saca su celular—Bien, dame el número de tus padres. —Se detiene, me mira, lo juzgo, realmente no puedo con todo esto. —Yo les llamaré para que vengan a recogerte.
—Eres un imbécil, Park. —Suelto.
— ¡Oh! —Voltea a todos lados, preocupado— ¿Dónde está? —vuelve a mirar a todos lados, asustado. Se acerca a la persona de al lado. — Disculpa, ¿has visto a un pequeño niño, de un metro dos centímetros? Tiene cara de cachorrito gruñón. Viste su pequeña ropita color negra. Se le perdió a su mamá. ¿No? —Este niega— ¿Enserio? Lleva su cabello rubio, se lo acaba de teñir. ¿No? Bueno, gracias.
—Que mier-
— ¡Oh! ¡Aquí estas! —Me alborota el cabello con su enorme mano— ¡No vuelvas a hacerlo de nuevo! Casi me da un infarto —toca su pecho, suspira profundamente y suelta los hombros al sacar el aire—Pensé que te había perdido. Eres bastante pequeño, alguien te puede pisar.
— ¡Que te den! ¡Maldito gay! —golpeo su mano, no puedo más. Su mera presencia me altera completamente, es un completo imbécil, me desespera estar un solo metro cerca suyo. Tienen esa jodida aura de castrocidad rodeándolo por completo.
Golpeo de nueva cuenta, necesito que se aleje o esto se saldrá de control. Hablan sobre un reto. Chanyeol se inclina hasta quedar a mi altura y me mira con sus enormes ojos de sapo que tiene.
— ¿Qué dijiste? No logré escucharte.
—Que te-
— ¡Tres!
No me deja terminar y ataca mis labios. Se mueve con parsimonia, y me agarra de la nuca cuando intento sepárame. Haciendo que abra mis labios y le dé pase. Muevo un poco los labios. Solo por inercia lo hago. Me siento extraño. ¡Me estoy besando con un hombre! Y no solo eso, ¡es con el imbécil de Chanyeol! Maldita sea mi absurda suerte de mierda.
Cuando reacciono me separo. Esto es lo peor que ha hecho este imbécil árbol.
— ¡Que mierda crees que estás haciendo! —Tallo con fuerza mis labios, las arcadas están a nada de salir de solo recordarlo, ya quiero vomitar ahí.
— ¿Yo? —Se señala—Cumplir el reto.
— ¿El reto? —pregunto molesto.
—Sí, no quería estar desnudo y que me bañaran en licor. —una mueca. Una mueca fue como terminó la conversación. Después de decir aquello Park da media vuelta, mete sus manos en los bolsillos de los janes y se aleja. Así de simple, sin remordimiento alguno.
Este hijo de puta, me las pagará.
♦♣♦♣♦
(Kyungsoo)
Divirtiéndome. Claro. Pido una cerveza. Deambulo por toda la fiesta. Me encuentro Tao hablando con una chica, ¿un ligue? Tal vez, yo debo hacer lo mismo. No conozco a nadie, me da pena hablar y no entrar en la onda. Quizás estoy perdiendo mi toque, antes era un poco más extrovertido, ahora solo quiero ir a dormir, escuchar música de Mago de Oz —un nuevo grupo que comencé a escuchar gracias a YouTube—, ya hasta me sé sus bailes —o bueno, me inventé sus bailes— pero como sea, ya quiero irme a mi casa, estoy cansado, con hambre y ¿a quién se le ocurre solo beber alcohol? La comida ni siquiera me llenó, creo que debí pedir doble cuando tuve la oportunidad.
Sentado en una de las pocas mesas, me encuentra a Xing-Xing. Me acerco a él. Me inicia a contar sobre cómo consiguió un esguince, Ge suele ser muy descuidado a veces.
—Eres un poco torpe, Ge. —No tenía ganas de nada, ni de hablar. Y eso es raro, soy bien platicador, tal vez se deba a que no estoy durmiendo a mis horas.
—Ya sé. —unas cosas más, quizás Ge me está pegando este sueño mediante sus lentas palabras— Dodo, tengo sed, ¿puedes tráeme algo?
—Claro. —Mecánicamente me levanto, camino hasta el primer mini-bar, y ahí es donde me quedó pensando seriamente que es la alegría humana y porque debemos alterar nuestro cuerpo con bebidas embriagantes para poder tener una convivencia con los otros.
¿Qué no pueden relacionarse sanamente? Sin bebidas que alteren el comportamiento, simplemente hablando como normalmente debería hacerse. Voy por unas cervezas, esa era la única idea en mi cabeza, ¿Porque estoy pensando de más? Debo mantener silencio, beber y largarme, es todo lo que debo hacer. Me ofrecen whisky, niego de inmediato, sé porque pero el whisky suele subírsele muy pronto; mientras que la cerveza no. El simplemente puede tomarse 10 cervezas y estar bien, pero si prueba el whisky —o hasta el mismito tequila— lo perdemos. Eso es extraño. Ge, es muy extraño.
—Me da dos...cuatro cervezas. —Dejo de pensar y pido.
El señor mesero no me escucha. Hay mucho ruido y gente amontonada. Las personas que están en el mini-bar, se amontonan demasiado, sacándome. Vuelvo a meterme y quedo frente uno de los meseros.
—Me puede dar cuatro cervezas. —Grito, me subo al banquito y aquí la única persona que saldrá lastimada serán los malditos montoneros que me están tocando el trasero, malditos pervertidos.
—Claro.
El señor va a buscarlas y tarda bastante. Miro el celular. Ninguna llamada, mensaje o algo que me distraiga. Pero si Wifi, y es libre. Creo que Lu estaría encantado con este nuevo descubrimiento. Ah, Luhan... ¿Por qué debió crecer tanto? Cuando lo conocí era todo un niño, ahora ya se h vuelto un adulto que ama el wifi como si fuera su vida. Bueno, en realidad, ama los autos, a nonna y los autos. Quien diría que ese cerebrito andante crecería para ser esa clase de hombre.
—Lo siento, solo queda una. —me habla el mesero sacándome de mi mundo— Quizá si la pide en otro lugar, tengan más.
—Bien, gracias. —tomo la cerveza y regreso con Ge. Yo ni quería beber de todas maneras, si me quedo dormido, seguramente Yixing me lleve en sus brazos hasta su camita y me deje dormir en sus sagrados aposentos.
Camino por entre toda la gente, y después de perderme. Retomo una nueva ruta y al final encuentro a Ge. Pero esta vez no está solo. Junmyeon está con él. Entre ciego y aburrido, veo a mi hermano tocarle las mejillas a Ge, bueno, al menos se llevan bien. Hyung le toma su pie y lo comienza a observar. Ge por su parte se sonroja. Es bastante raro, todo esto. Los sigo observando. Doy un trago a la cerveza. No tengo una vida que seguir, así que me entretengo en lo que hacen, no creo que se agarren a golpes, Jun es demasiado nena para golpear a alguien y Ge bastante torpe para coordinar un puñetazo.
Agh, tenían que unirse dos personas tan aburridas y no llenas de acción como ellos dos. Allá va mi suerte de ver correr sangre. Me alejo, tal vez sea cierto lo de la tarea. Y por eso son muy cercanos ahora. No todo debe terminar en sangre, aunque, ahora que lo pienso, si lanzo a uno que otro, puedo iniciar un poco de acción...
Tomo de la cerveza, el lugar es sofocante y aburrido. Las personas bailan como si su vida valiera de eso. Otros inician a besarse. Otros tantos van al baño, algunos más salen mágicamente desarreglados. Creo que probare esto último, aunque no traje protección. Creo mi idea no funcionara del todo, después de todo.
Tal vez siempre si debería iniciar una pelea. Papá no está, por lo que soy libre de hacer todo lo que quiera.
Camino un poco, pero una chica se para frente a mí. Me da una mirada coqueta y quiere que dé el primer paso. Y eso es lo que hago.
— ¿Quieres bailar? —Pregunto ahora menos aburrido.
—Claro.
Dicho y hecho, estiro mi mano y ella con rapidez la toma, la danza comienza. Movemos nuestros cuerpos al son de la música. A la tercera canción ella me dice que quiere algo de tomar. Caminamos hasta otro mini-bar.
—Me da una cerveza y que es lo que quieres, ¿vino? ¿Whisky? ¿Vodka tonic? ¿Gin? ¿Curacao? —le pregunto, me sonríe arrebatando mi cerveza y le un trago. Me la entrega mientras suelta un guiño, vamos, creo que voy a conseguir esposa aquí, ahora, justo con ella; le doy un trago a la misma cerveza. Se sonroja. Creo que no he perdido la sensualidad, ni cuando
— ¿Quieres bailar? —me pregunta. Y yo acepto en seguida.
Coloco mi mano en su espalda desnuda. Agradezco a la persona que creo aquel escote. El vestido la hace ver su delgada figura, el escote que tiene muestra su pálida y tersa piel. Algo vibra en mi bolcillo, justo estoy disfrutando la noche sin aburrimientos y el celular comienza a sonar cual desquiciado.
Le entrego la cerveza, ella la toma y bebe sin pena alguna. Saco el celular, no contesto al ver un número desconocido, cuelgo la llamada pero segundos después vuelve a sonar de igual manera.
—Espera, contestaré. —le informo, muestro el teléfono para que vea que n oes ninguna excusa y mi acompañante solo hace un asentimiento con la cabeza.
Tomo la llamada y por el ruido que esta, no logro escuchar del todo. Mira a todos lados, solo logró mirar a los demás amontonarse cual desquiciado enfermo mientras mueven sus cuerpo al desquiciado son de la música.
—Un momento. —hablo a la persona que está al otro lado de la línea. Viro una de las puertas y salgo llegando por mera suerte al verde jardín. El ruido de dentro desaparece, solo un poco—Si, ¿Quién es? —Si es un extorsionador, le haré alguna broma y grabaré la llamada para mostrarla a mis queridos hermanos los Kim.
— ¿Tan pronto has olvidado mi voz?— Es Jae, quien molesto me pregunta la razón por la cual no lo he visitado. Que si acaso mi padre no me dijo nada. — Esto es el colmo. ¡Argh! Ese hombre ¡argh! Pero sabrá que...
—No, no es eso. No tuve tiempo, la reunión se convirtió en otra cosa—trato de compensarlo— Mañana te visitaré, ¿Si?
—Bien. — ¡JA! Sabía que no podría negarse— Estaré en el hotel.
— ¿En cuál hotel? ¿El de siempre? —Me acerco a las flores, palpo los pétalos blancos y pregunto entretenido.
—Sí, —rápido responde—por cierto te llevas a tus hermanos. —Separo un poco el auricular, escuché un ruido a mis espaldas, pero creo que solo es mi imaginación. —...les llamé, ¡y me ignoraron de igual manera que lo has hecho tú!
—Ah, muy bien, te espero en el de siempre. —Acorto el regaño, Jae se detiene en su sermón sobre porque usamos teléfonos si no los vamos a utilizar, que mejor para eso nos hace señales de humo.
— ¡Te quiero~!—alarga la última palabra.
—También te quiero. —Respondo rápido y bajo, volteo de nueva cuenta, espero que nadie me escuche.
—No te escuche~. —Reclama cantarín, si no fuera porque estamos lejos estoy más que seguro que ahora mismo estaría tomándome a la fuerza en un abrazo hasta obligarme a decir exactamente lo que él quiere escuchar.
—Aish, pareces mi mamá.
— ¡Lo soy! —Afirma sinvergüenza, soltando una leve carcajada— Ahora dilo, grita cuanto quieres a tu madre. —Que va, nadie me ve y si no hago lo que me dice seguramente me irá peor cuando lo vea.
— ¡TE QUIERO!—Grito— ¿Feliz?
—Mucho mejor. Te cuidas. —lanza un sonoro beso—-Ah, y te quiero~.
—Igual, adiós— le cuelgo.
Voy hasta la puerta, mis instintos no me traicionaron, obviamente alguien estaba escuchando mi plática, y obviamente alguien me niega el pase. Suspiro. Una linda chica me está esperando adentro para bailar —y algo más—, pero el imbécil de Jongin está jugando a no dejarme entrar.
—Permiso. —Pido humildemente y con todo respeto que las personas se merecen.
— ¿Con quién hablabas? —Suelta y lo miro con un gesto.
—Puedo entrar, ¿por favor?
—Si me dices con quien hablabas, tal vez te deje. —Si no fuera porque tiene bonito rostro y es posible que entre a la cárcel por la sata golpiza que estoy imaginando en mi cabecita, juro que ahorita estaría haciendo una representación gráfica y en live de lo que mi mente quiere hacerle. Aquí, ahora.
—Con mi mamá. —suelto— ¿Feliz? Ahora déjame entrar.
—Eso es mentira. —Oh, que chingados, ¿ahora está intentando buscar la verdad de la vida o qué demonios?
—No, es la verdad. —Vete Jongin, vete antes de que me envíes a tu bola de abogados en la cárcel, vete no quiero que los ministeriales vengan por mí el día de hoy.
—Sabes algo. —mira a todos lados, da un sorbo al vino y me mira fijamente—Lo que más odio son las mentiras. Y tú lo acabas de hacer.
— ¿A si? Pues yo odio que las personas escuchen y se metan en conversaciones que no les interesan. —-Achino los ojos, anda y caliéntame el comal, y no te escaparas de la golpiza que te meteré por meter las narices donde no te interesa, deseo Negro de mierda.
—Eres mío. —Y dale con lo mismo. —Puedo meterme en tu vida si me place.
—No me jodas...sigues con eso—Lo empujo molesto, quiero que me deje entrar de una buena vez.
Mala idea. Cuando lo empujo el vino que llevaba en la mano, ahora está todo vertido en su blanca y pulcra camisa, quedando de un color violeta.
—E-eh...perdón. —Estuve a nada de decir "perdón en nombre de todos los meseros del mundo" pero creo que no le entenderá el chiste, vamos, es rubio el niño.
— ¿Crees que con un perdón volverá a quedar blanca? —Frase sacada de un drama, creo que a alguien le gusta ver dramas por las noches. Y ese alguien, no soy yo.
—Dámela, la lavaré. —No deseo entrar en controversias por una camisa— Te la llevaré a tu departamento.
— ¿Lavarla? —Pregunta irónico, así es maldito rubio, justo lo que has repetido como tarado es lo que he dicho— Esto es seda. —toma entre sus dedos un poco de tela—Algo que nunca en tu vida tendrás, y ¿crees arreglarla lavándola?
—La llevaré a la tintorería. —ruedo los ojos.
—Y como sé que no la robarás. —Y de nuevo con lo mismo.
—Soy pobre no ladrón. —Te lo advierto, otra cosa más y juro que me importará poco ir a prisión.
—Sabes Kyung-mierda-Soo...en estos momentos, estoy muy molesto. Necesito deshacerme de la ira—Me toma de los hombros y me lanza contra la pared. Empuña su mano—. Estoy, muy pero muy molesto Kyungsoo...
—No creo que golpeándome liberes tu ira. —reto. Al primer golpe que tire, lo responderé con otro mayormente certero y fuerte, que lo haré resoplar por la falta de aire que dejaré como huella de mis respuestas.
— ¿Quién dijo que voy a golpearte?
Un golpe. Y nuestros labios se unen. Jongin cuela su mano entre mis pantalones, saca mi fajada camisa y comienza a tocar mi piel a total deseo. Le correspondo al beso. Este se vuelve uno más que hambriento. Entre nuestras bocas hay esa inexplicable razón por dominar, por demostrar quien, instintivamente, es mejor. Me toma de los muslos a la fuerza colocándolos en su cintura, mi cuerpo, por inercia se enreda solo por aquella seguridad que me puede proveer para no caer. Me presiona contra la pared, su mano la baja hasta quedar en mi trasero. Lo masajea y lo estruja, gimo entre el beso.
Me separo un poco para tomar un poco de aire; me siente extraño, extrañamente fantástico. Beso y muerdo su cuello, es como una adicción, debe ser culpa de la cerveza, porque si estuviera en mis sano juicio estoy más que seguro que jampas estaría haciendo lo de ahora mismo. Él suelta algunos gemidos lastimeros y de placer. Mi respiración se vuelve bastante agitada, igual que la suya. Subo por su cuello y lamo el lóbulo de su oreja. Esto es bastante increíble, los movimientos que crea para provocar la fricción en unos leves vaivenes entre su pelvis y mi trasero, me hacen aferrarme con mayor fuerza a su cuerpo.
Nos miramos, en sus ojos solo veo el placer. Aquel placer que yo siento igual. Lo beso, quizás ya sin impulso y más con ganas, pruebo el sabor del vino. Comienzo a hacer movimientos, no sé porque lo hago. Mi cuerpo simplemente lo hace. Subo y bajo. Mi pene comienza a reaccionar al sentir su mano deslizándose entre mis sentaderas, los gemidos que suelta cuando no puede controlar su excitación. Un gruñido de su parte y su hombría ha despertado contra mi pierna. Él ataca mi cuello en aquel impulso que nos cegó a ambos, lo muerde y lame mis pocos lunares que se notan.
— Les reto a besar a la persona que este a tu derecha...
Tal vez el alcohol jugo con ambos. —O solo conmigo—. El deseo que ambos sentimos, es solo el efecto que este deja —O quizá uno ya lo deseaba—. Abro los ojos cuando siento una fría mano tocando sin pudor mi trasero y otra pellizcando mi tetilla; los labios de Jongin sobre los míos. Las ráfagas del viento me hacer regresar a la realidad. Me estoy besando, con un hombre. Algo nada normal. Y dejemos atrás el hecho de que es un hombre, me estoy besando con Jongin.
Separo las piernas y lentamente me bajo de él. Aun entre el beso, Jongin coloca una pierna entre las mías; rozando a su paso mi erección que lentamente comienza a desaparecer por el balde de agua fría que me cayó mentalmente. Nos separamos. Él intenta besarme de nuevo, pero no lo permito. Mis mejillas están rojas, Jongin no sabe lo que sucede.
— ¿Q-que pasa? —pregunta agitado.
—Esto, está mal... l-lo siento.
—Nada está mal, es normal—habla calmado.
—Todo esto, n-no debe pasar... y-yo no...
—Hyung—me toma de la barbilla y nos miramos. En su mirada ya no está la lujuria de antes...ahora es otro—no está mal, si tú lo quieres—me vuelve a besar— ¿Bien?
—Y-yo, lo siento... —Levanto mis hombros, intento sonreír pero la pena y digo lo intento, porque lo única acción que pude realizar fue la de correr lejos de donde ambos nos encontrábamos.
Entro, todo es totalmente...raro. ¿Por qué lo hice? ¿Por qué con él? ¿Por qué? ¡Mierda, ¿Porque?! Estoy por salir, pero mi sorpresa es otra cuando encuentro a Luhan perdido y a Minseok petrificado.
— ¿Qué pasa? —les pregunto.
—Vámonos. —ambos piden al unísono.
—Sí, Lu-
—Los tres juntos. Yo bebí demasiado. —Se toca los labios y balbucea cosas.
—Y-yo...y-yo sí. —incoherentemente intenta responder Minseok. —Vámonos. —suplica.
Subimos en el Mercedes, yo tuve que manejar. Hyung entra y se queda en los asientos de atrás. Dice cosas sin ningún sentido.
Luhan hace lo mismo, entra al auto quedándose a un lado del Bollo; con sus dedos sobre sus labios, hablando sobre un labial.
Esa noche nos quedamos en mi departamento. Y esa misma noche prometimos algo.
Nunca preguntar o hablar, sobre lo que sucedió en la fiesta.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top