Capítulo Trigésimo Sexto
Papá una vez nos dijo: «A veces, ser cobarde no es siempre la solución». Después recuerdo que miró a Jaejoong y agachó la mirada. Ese día descubrimos que esa tercera persona que siempre amó, fue un hombre. Teníamos cerca de catorce años, Jongdae estaba cien por ciento seguro que ambos se iban a casar, yo le había dicho que sería cuando cumpliéramos nuestros veinte; querían sorprendernos porque nosotros no sabíamos nada. Junmyeon solo negaba, él era aún más maduro que nosotros así que simplemente ignoraba ese tema. Ahora que lo pienso, ¿Quién era más inmaduro entre Dae y yo? Seguro era él.
Como sea. De eso han sido más de nueve años y Yunho nada que deja su cobardía. Tal vez está en nuestros genes el ser cobardes.
—Quizás y hasta el cereal me iba a dar diarrea. —Acaricio mi vientre y me reconforto con más bonitas palabras que mantengan mi cobardía natural.
Salgo del elevador. El pasillo del piso ocho es la cosa más hermosa de mi existencia. Mi cobardía y todo mi ser se sienten como en casa. Doy un par de pasos y la puerta de mis vecinos se abre de repente. Baekhyun sale junto a Chanyeol, ambos riendo por algo extremadamente gracioso, salen carcajeándose y doblándose de la risa. Hablan de incoherencia y media, después de que se les pasa, niegan hasta volverse a reír una vez más.
—Eres un cobarde, Baek-eh. —Chanyeol señala entre risas.
Hablando de cobardía, y estos bastardos me hacen sentir aún más cobarde. ¡Muchas gracias infelices! ¡Se los agradezco con toda el alma, malditos! Ojalá y sus lenguas se atoren en sus gargantas y mueran entre risas. Qué bueno sería eso. Ojalá Diosito los castigue y se los lleve de una vez por todas.
—Tú eres aún más cobarde, Chan-eh. —El otro maldito enano le responde divertido.
¡Los tres somos unos cobardes! Así de sencillo. Pregúntenme y les responderé inmediatamente.
Chanyeol vuelve a reírse una vez más, Baekhyun no se queda atrás. Ahora se cobardean entre ellos dos y me ignoran totalmente. Hablan una nueva vez de algo bien estúpido y me daban ganas de estrellar sus cabezas contra el piso, es que simplemente no los soporto; si alguien debe ser cobarde, ese solo merezco ser yo, no estos bastardos. Que se autonombren cobardes no es de hombres, pedazos de chiquillos frígidos.
—Pero, es que cuando le salieron las alas, ¡yo simplemente no pude con eso!
— ¡¿Cómo podemos ser unos cobardes ante una cucaracha?! —Byun extiende sus brazos y se pregunta, palmeo mi rostro. Yo pensando estábamos teniendo una conexión completamente increíble sobre situaciones en común, pero estos refiriéndose a una cucaracha. Los iba a matar por nada. Dios, ¿en qué tipo de persona me he convertido?
— ¡Oh! Kyungsoo, ¿apenas llegando? —finalmente Chanyeol toma mi sexy existencia en cuenta y sus absurdas historias de la cucaracha volando en el baño terminan. —Eh, pillín, ¿arreglaron sus cosas?
— ¿Perdón?
—Entre Kai y tú, ¿ya se arreglaron? —Levanta las cejas y lo miro dudando. Trato de responderle, pero, como a Baekhyun le gusta meterse en lo que no le importa, me calla sin pensárselo.
—La confesión, wow, nunca creí que Kai fuera ese tipo de persona tan sentimental, yo lo tenía como alguien más serio. —Mueve su cabeza y después, pasa su mano por el rostro de Chanyeol, mirándolo fijamente. —Tenía miedo, pero Kyungsoo me animaba a continuar con todo. Y mientras Kyungsoo estaba ahí, mi temor poco a poco a desaparecía.
—Espera, que es-
— ¡Esta fue mi parte favorita! —Chanyeol se separa de Baekhyun y actuando dramáticamente, con los ojos enrojecidos de falsas lágrimas, mira fijamente al Byun. — ¡Lo amo! — Y de la nada, Baekhyun lo abofetea.
— ¡No pudiste iniciar primero con eso! ¡Y tash! ¡¿No pudiste ser sincero una vez?! In-cre-í-ble. No te voy a mentir, casi aplaudo.
— ¿Qué demonios les sucede a ustedes dos? —Les pregunto con susto, dejan de actuar y se sonríen.
— ¿No lo recuerdas? Aye-hoy —se corrige—, hoy en el bar, ¿no lo recuerdas? Woorin-ssi no quería que Kai te tocara, comenzaron a discutir y al final, Kai sacó un par de palabras sacadas de una película romántica. Se declaró y hasta recibió un par de cachetadas... ¿no lo recuerdas, en serio? ¡Estabas tirado en el suelo! ¿No lo re-?
—Baek, Kyungsoo estaba inconsciente por el alcohol...
— ¡Ah, cierto! —Se palmea y chasqueando los labios niega por algún par de veces. —Bueno, como sea; Chan-eh, dejemos de ser cobardes y matemos esa cucaracha de una vez por todas. —Y otra vez, vuelvo a ser ignorado.
Ambos entran, sin cerrar la puerta. Escucho los gritos y las risas. Me asomo un poco, y Chanyeol toma un zapato, Baekhyun lleva en la mano un cojín que muerde para callar sus gritos y cierro la puerta de una vez por todas.
Estoy por entrar a mi área de confort —mi departamento— y me detengo un poco. ¿Por qué debo ser yo el cobarde? ¿Por qué debo esconderme? ¿Por qué me estoy llamando cobarde? Esperen un segundo.
¡Soy Do Kyung Soo! ¡No soy ningún cobarde!
Papá una vez nos lo dijo, «ser cobarde no es siempre la solución». ¡Y mi padre siempre tiene la razón!
— ¿Por qué debería temerle al cereal? —Me pregunto.
Mis piernas apresuran sus pasos. Ahora comienzo a correr por las escaleras —algo totalmente tonto porque podía haber tomado el elevador, pero que va, uno ya no piensa en estas situaciones—, respiro profundamente y continúo corriendo los siguientes pisos para llegar.
Y ahí estaba. La cobardía se había acabado. Había corrido junto al poco sudor. La puerta estaba en el mismo lugar de siempre. El pasillo continuaba siendo aquel que tanto había visto. Incluso la contraseña para abrir su puerta continuaba siendo la misma.
Fueron dos simples toques en su puerta. Parecía que Jongin estaba esperándome porque la puerta se abrió en un santiamén—o quizás, cuando abrí la puerta al ingresar la contraseña fue lo que lo alarmó—. Y ahí estaba. Sonriendo de oreja a oreja, con los ojos un tanto rosados por las lágrimas que desaparecieron hace poco y la pequeña nariz que tiene, un tanto hinchada.
— ¿Qué tan delicioso es ese nuevo cereal? —Pregunto con un poco de duda. Las arritmias en mi corazón aparecen en el silencioso segundo que Jongin se tomó para poder sonreírme y responderme con el mismo carisma y voz que solía escuchar.
La confianza. El coqueteo en las palabras. La mirada divertida. La sonrisa cautivadora que naturalmente suele tener. La timidez en su cuerpo que deja a relucir y encubre cuando se da cuenta que ha obtenido lo que quiere. Simplemente, Jongin lo había extrañado como al mismísimo infierno.
—Tienes que probarlo primero.
Uno.
Dos.
Tres pasos.
Sus labios ya se habían encontrado con los míos. Sus manos se habían unido a las mías. Su cuerpo se había pegado al mío. Su respiración se había vuelto errática y golpeaba mi rostro. Nuestros labios no se pudieron separar en ningún segundo, se habían conocido hace mucho y se alejaron por algún tiempo; y ahora se extrañan como no hay un mañana.
Jongin había cerrado sus ojos, sus manos dejaron las mías para acariciar mi rostro un poco. Los besos dejaron de tener aquella desesperación, ahora era todo más lento. Habíamos corrido hacia la primera pared cercana. Su aliento volvió. Sus ojos se abrieron. La sonrisa de alegría apareció en un santiamén.
— ¿Por qué lloras? —Pregunto.
En el momento en el cual me vio, la sonrisa y las lágrimas fueron lo que recibí. Jongin gimoteaba sin poder creerlo. Tocaba mi rostro, besaba mi cuello y jalaba de mis cabellos. «Eres realmente tú.» susurraba, reía y lloraba una vez más. Me besaba una vez más. «Te amo» volvía a repetir. «Oh, diablos, como te amo».
La pared ya no era suficiente para nosotros. Llegamos entre coqueteos a uno de los sillones cercanos, Jongin no se podía separar de mí, o bueno, no se quería separar.
—Extrañaba tu pequeño tamaño. —Susurró, toma lugar en mis piernas y sin que yo lo dijera, quitó su camisa. La tela cayó en el suelo lentamente, la miraba fijamente; y para cuando ya me había dado cuenta, la mía había desaparecido también.
—Crecí tres centímetros. —Muerdo su cuello, Jongin suelta una pequeña risita y con su pecho desnudo subiendo y bajando descontroladamente, se separa. Toca mi rostro otra vez, pasa sus dedos por donde desea y después, se detiene en mis labios.
—Tus cejas siguen siendo muchas...sigues siendo tú. —Da un pequeño pico a mi nariz y baja hacia mis labios, mentón y mejillas.
Ya no eran besos de pasión o deseo, sus picos eran simples besos de ternura. Llena mi rostro de besos, sus manos paseaban por mi pecho, bajando hasta mis pantalones y deteniéndose para tomar mi rostro una vez más solo para llenarme una vez más de besos.
—Tu nariz es distinta, ¿qué te pasó amiguito? —Pregunto divertido y deja atrás sus traviesos besos inocentes para mirarme fijamente. Sus mejillas se enrojecen y muerde su labio.
— ¿Se nota mucho?
—Es perfecta. — ¡Y bam! Los pantalones fuera.
¿Cómo puede desaparecer unos pantalones mientras una persona está sentada y prácticamente está dentro ellos? Jongin solo tiene la respuesta. Sus mágicas y sorprendentes manos hicieron la maravilla del millón y ahora mismo, él estaba desnudo.
Fue un parpadeo, ¡juro por mi madre que solo parpadeé y ya estábamos ambos desnudos! Quise decir algo, pero, nada salió, me quedé en blanco al escucharlo.
—Hagámoslo, hyung, hazlo.
•
Cuando lo vi postrado en la cama. Desnudo y avergonzado. Susurrando a mi oído que no lo hiciera esperar más, que fuera rápido y sin control si es que así yo lo quería.
Cuando explícitamente susurró lo que implicaría el tomarlo y acepté, porque, ¡Diablos! ¡No me importa nada! no me importa lo demás, ¡lo quiero a él y punto!
Cuando mordió mi cuello con desesperación y lo lamentó segundos después, besando ese mismo lugar mientras suplicaba porque no lo dejara.
O cuando trató de tocarse a sí mismo. En ese jodido momento en el que los labios de Jongin se movieron y sus lágrimas salieron suplicando con amor que continuara, en ese preciso momento lo primero que pensé fue: «Wow, quiero meterla hasta el fondo con todo y todo».
¡Jongin es la persona más frágil que pueda existir! ¿Cómo diablo no me di cuenta antes? ¿Cómo me dejé engañar todo ese tiempo? ¿Cómo jodida mierda me hizo sentir nada con su misma presencia? ¡Demonios! ¿Cómo no lo pude ver? Jongin era toda una nena. Más nena que Luhan y eso que Ge lo es solo de apariencia.
¿Cómo es que Jongin no aprovechó su potencial de nena antes? ¿Acaso solo me estaba esperando para sacarlo desde lo más profundo de su ser? Alabado seas Deseo Negro por dejarme ser el primero. Nunca lo olvidaré.
—Te quiero. —Solté después de besar su mejilla y lo único que recibo son los ronquidos. Bueno, no es por presumir, pero si lo dejé agotado. Lo dejé vacío por completo. Lleno y vacío, no sé si logré explicarme.
¿Ya viste lo que se siente, maldito moreno sexy teñido? ¿Lo acabas de sentir no? La furia de un Jung siempre es implacable.
•
Había dos condones tirados en el piso. Yo no podía creer que realmente habíamos usado dos de los cinco que la cajita tiene. Esperé a que se terminaran los cinco, pero Jongin, como todo come almohadas, pidió un descanso. Con pretextos como: «mi culo se va a partir en dos», «me duele todo», «voy a quedar paralitico, hyung» y otras cuantas más que daban risa. Oh, vamos, yo no me quejé cuando lo hicimos por primera vez, y miren que este bastardo ni siquiera un poco de saliva me puso; estaba tan desesperado en aquellos días que agradezca no me las cobré.
Comienzo a silbar y para cuando lo pienso, Jongin comienza a reírse sin parar. ¿Acaso se la metí mal? Y le di en un cable prohibido. Hace no más de un segundo estaba hecho bolita a mi lado, ni siquiera me miró o me tocó, estaba tan avergonzado que hasta sus mejillas se habían teñido y la baba que salió del placer —no es por presumir—aún continuaba saliendo.
Más ahora pareciera que toqué y dañé un botón que lo alteró por completo.
— ¿Qué es tan gracioso? —Pregunto y tomo su rostro. Jongin sonríe de oreja a oreja, después me mira, se sonroja, calla y suelta una carcajada.
—Esto me recuerda al chiste del Conejo y el León. —Da una vuelta, se cae, llora lamentándose y de nuevo, vuelve a reírse después de subirse a la cama una vez más.
— ¿El del conejo drogado que quería que corrieran con-?
—No. —Me interrumpe y después de carcajearse un poco más de diez segundos, suspira, toma aire y continua—: Que había un León que estaba extremadamente caliente, pero nadie le hacia el favor; entonces, encontró a un conejito y lo trata de convencer. —sisea adolorido al sentarse, pero eso no lo detuvo para continuar con su chiste. —"Somos jóvenes", "está de moda", "no te va a doler", "no seas de mente cerrada"; ¡total! El conejito acepta con la condición de que después él se lo haga al León.
—Estas insinuando que yo soy el co-
—Espera, después de que el León le parta hasta el alma al pobre conejito, este se recompone y le dice al León: "Oye León, me toca", y el León acepta, total, no hay nadie cerca. —aplaude mientras ríe, palmea su rostro y después de uno que otro golpe para poder controlarse, continua. —Y ahí estaba el pobre conejito, tak-tak-tak-tak-tak —junta sus manos para hacer el sonido. —Pero no le hacía nada, ya sabes, una cosita para el León-
— ¿Estas insinuando que no-? —Me besa, interrumpe y después de negarlo, sonríe.
—Nada de eso; continuaré sin que me interrumpas, ¿bien? —Deja un beso más sobre mis labios y ahora mueve sus manos para continuar con su chiste. — ¡Pero no estaban solos...! Arriba en los árboles había un trio de monos, quienes al verlos les comenzaron a lanzar lo primero que tenían a la mano, en eso una manzana le cae en la cabeza al León y grita "¡Ay, me dolió!" e inmediatamente el conejo le responde: "¡Aguántese, cabrón!"
La risa se descontrola, Jongin aplaude y ríe sin control. Está bien, si fue un tanto gracioso, pero no daré ni una sola sonrisa hasta que esos tres condones que están en la cajita se terminen. Una vez que eso suceda, me carcajearé porque sus chistes siempre serán graciosos; no como los de Junmyeon-hyung, esos no dan risa.
Detengo su explicación del chiste, tapo sus labios y muerdo su cuello juguetón. Traga saliva y me mira con susto, susurro a su oído e inmediatamente escucho el suspiro que sacó al temblar en mis manos.
— ¿Entonces? — Le susurro una vez más. — ¿Jugaremos al Conejo y el León?
—Hyung~...
•
Al despertarme, Jongin seguía dormido. Fui al baño y al ver el teléfono, me di cuenta que solo pasaron tres horas, apenas eran las cinco de la tarde y mis ojos, al igual que el rostro, estaban hinchados por dormir; el espejo del baño mostraba sin pena aquellas marcas sobre mi pecho. Siseo al presionar la roja marca sobre mi cuello; ¿Cuándo fue que se hicieron si ni las sentí? Que importa, al igual que este momento, después desaparecerán.
Regreso a la habitación. Jongin continúa dormido, me recuesto otra vez, por pura maldad lo nalgueo y suelta un chillido adolorido. Soy un desgraciado, madre de Dios, no merezco gastar otra caja de condones.
—Espera... —Cuando mi tripa grande comenzó a comerse a la pequeña, me levanté provocando que Jongin se despertara en el proceso y él, al instante me detiene.
— ¿Qué sucede? —Trato de quitar su mano, pero el adormecido rostro me sonríe orgulloso. ¿Qué demonios le sucede? Y es que es en serio, le tengo miedo, no sé si realmente presioné un botón mal al hacerlo, Jongin me está dando tanto miedo por sus cambios de humor.
—Espero mi mamada. —Murmura, se desprende de la sabana y justo cuando veo aquel erecto miembro, le sonrió dulce.
—Y la seguirás esperando. —Palmeo cerca de su sexo y le saco la lengua en diversión.
Me levanto y como todo hombre independiente, voy a la cocina por un poco de cereal. No duré bastante tiempo, solo comí el cereal que Jongin me había dicho que compró —antes de nuestros vergonzosos actos sexuales—y que, según él, tiene un sabor único. Sin lugar a dudas fue único.
"Espero mi mamada", vaya, no creí que pudiera recordar aquella absurda promesa; a veces soy un poco maldito, creo que Jongin no merecía aquella respuesta. Incluso aceptó ser el de abajo con el único fin de que yo le hiciera su tan esperada felación. Creo que debí decírselo a los dos días, no al momento. Darle vueltas a su mamada, y finalmente, negarla.
Me levanto y después de lavar el plato junto a la cuchara, guardar el cereal en su lugar y dejar la leche en el refrigerador; fui a la habitación.
— ¿Qué haces? —Pregunto en el segundo que Jongin se coloca los pantalones. Entre siseos, se agacha por su camiseta y después de tomar la chaqueta azul, se detuvo frente mío.
— ¿Qué crees que estoy haciendo? Me voy. —Gruñe esto último y antes de detenerlo por su estúpida idea, ya que, no me gusta arruinarle las huidas, pero esta es su casa. O bueno, su departamento y que, en dado caso, el que se debería ir soy yo, no él; pero bueno, que lo haga si quiere.
— ¿Por qué? —Lo detengo y evade mi mirada. Lanza la chaqueta al piso y hace un pequeño berrinche.
—Hyung, no sé qué es lo que pienses sobre nuestra relación, — suelta con furia y un gran sentimiento de miedo, que hasta me erizó la piel. —creí que ya habíamos arreglado todo. — dijo triste, por un segundo quise correr a abrazarlo y pedir perdón, pero algo me detuvo, quizás solo quiero ver que sucederá. —Pero veo que solo yo soy quien así lo quiere.
— ¿Te das cuenta que aún no somos nada y ya estamos terminando? Esta relación no iba para lejos. —di un largo suspiro negando, volteo a verlo y ante el puchero que armó sus labios, intenté retractarme, pero las palabras continuaban; no lo sé, solo quería que volviera a sufrir un poco más. —Creo que es una buena decisión la que estas tomado. —Comento, muerdo mi mejilla interna y solo espero que agarre el chiste a mis palabras. Vamos, es la primera vez desde hace tiempo que estamos juntos y de la nada, la pelea.
— ¡Oh Dios! ¿Enserio? ¿Solo estás pensando en eso? ¡Diablos! —Y creo que no lo entendió. Rubio al fin.
—Jongin, no-
— ¿«No», qué; hyung? "No debimos haberlo hecho desde un principio", gracias por aclarármelo. —Suelto un bufido y él, me toma de los hombros. Se tuvo que agachar un poco porque si soy un poquitín bajito y me mira con burla. —Nunca jamás seré un estorbo, ¿bien?
—Así que después de todo este tiempo, solo te irás y ya. —Nadie tiene idea de cuan decepcionado me encontró de este moreno sabroso, vamos que sabía que era un imbécil pero no creí que sería hasta este extremo. —¿Así de fácil? —Pregunto con ironía y él suelta mis hombros.
—Sí. —Baja la cabeza y mira al suelo, empuña sus manos y sin molestarlo más, me quito de su camino.
—Vete.
—Hyung...
— ¡Que te vayas pues!
Un leve empujón y azota la puerta de la habitación. Salgo detrás de él y cuando está en la puerta de entrada, gira sobre su talón y voltea a verme. ¡Que ni se le ocurra pedirme perdón porque le voy a romper toda la cara!
— Y para que quede claro: ¡voy a tener a alguien que me haga una maldita mamada! —Acomoda sus zapatos, me señala con el dedo mientras achina los ojos.
— ¡Vete ya! —Le lanzo lo primero que hay a mi mano y la sombrilla cae a uno su costado.
— ¡Cientos de mamadas! ¡No te necesito! —Grita, abre la puerta y después de levantarme el dedo medio, le volví a lanzar algo que estuviera a mi mano.
El retrato de mi suegro, que va, de todas formas, ni me agrada el señor.
— ¡Jódete imbécil! —y ahora es un cojín el que muere.
— ¡Soy un hombre sexualmente suficiente! —Y azota la puerta.
¡Me van a salir canas verdes! Debí de haber escuchado a mi papá cuando me dijo que, si se me acercaba el maldito del Kim, lo castraría al instante. Solo era cuestión de que avisara. ¡Pero no! ahí voy de buen samaritano y le digo a Yunho que lo perdone. Que no lo haga. Es más, que ya no piense lo mismo otra vez.
¡Debí quedarme como el cobarde que soy! Pero no, aquí vengo de valiente. Juro que, si aparece, yo mismo lo castraré por hijo de ¡arg! ¡Su madre no tiene la culpa que sea un jodido imbécil!
El timbre suena, con malhumor abro la puerta y ante mis bellos ojos, esta él. Con el jodido ceño fruncido y una mueca de odio en su rostro.
— ¡¿Qué quieres?!
— ¡Vengo por mi laptop! —Grita con el mismo que tono que yo usé, y me pasa de largo hasta entrar a su habitación y salir con la mochila.
— ¡¿Para que la quieres?! —Pregunto molesto, y Jongin gruñe mientras usa el mismo tono que yo, otra vez.
— ¡¿Dónde crees que esta el porno?! —Y azota la puerta otra vez.
Juro qué si vuelve a tocar la maldita puerta, o el jodido timbre, ¡lo voy a matar! ¡Que ni se le ocurra aparecer otra vez! Que, si no lo mató Yunho y Jongdae, lo haré yo.
— ¡¿Ahora qué demonios quieres?! —Grito al abrir la puerta y encontrar a Jongin enfrente, con el mismo ceño fruncido de hace rato.
—Dame un beso de despedida. —Me riñe y con furia obedezco su petición.
Tomo su cuello con fuerza, le muerdo el labio y él, presiona con fuerza mis hombros, jala mi cabello y antes de lo esperado, ya estamos en el pasillo. Mido las fuerzas y de un pequeño empujón, lo lanzo contra la pared.
Tomo su rostro en mis manos e inmovilizándolo, le dejo otro pequeño y tierno beso, mientras muerdo su labio con más fuerza. Jongin ahora ya no pone muchas resistencias, así que dejo de ser rudo para que no le dé torticolis y ahora sí, dejo caer mis brazos a lado de su cuello mientras él toma mi cintura y deja pequeños piquitos sobre mis labios.
Con esa caliente boca que suele tener, libera su lengua y rozando con frecuencia la mía, me pega aún más a su cuerpo, y dándome uno de esos besos que me dejan suspirando antes de terminar, mismos que me roban hasta la edad solo para, finalmente nos separamos.
—Ya me voy, hyung. —Murmura, y planta un beso más.
—Vete a la chingada, si quieres. —Ronroneo y planta un beso más.
—Ya me estoy yendo, hyung...—Pega nuestras frentes, y suspirando, ahora besa mi mejilla.
—Pero vete lento..., por si me arrepiento.
—Adiós, Kyungsoo-hyung.
Y con esa triste despedida. Al fin comprendí que lo mío con Jongin, no iba a funcionar de todas formas.
Digo, ¿Qué será de una relación que tiene más peleas que nada? Ni siquiera somos compatibles. ¡Somos Capricornio! ¡Era más que obvio que no estamos destinados!
Entro al departamento cuando Jongin entró al elevador. De cualquier forma, el piso doce ni siquiera es de mi agrado. Y mucho menos quería vivir toda mi vida con Mierdazo. Ese pequeño chihuahua ni me agradaba de todas formas.
¿El cereal? Ni sabía tan bien. Sabia a mierda, y eso que nunca la he probado, pero creo que así debe saber. Además, el ánfora que está en la sala no es de mi agrado de todas formas. ¿Y por qué mierda hay un ánfora en este lugar? ¿A quién jodidos se le puso el dejar una maldita ánfora en este inhumano sitio?
Tomo mi teléfono, le marco a Minho, y antes de que pudiera recibir mi llamada, hay un intruso en el cuarto.
—Hola, ¿hola? ¿Kyungsoo? ¿Qué pasó? ¿Kyungsoo? Holaaa...
— ¿Porque no me dijiste que este era mi departamento?
•
Las clases comenzaron un lunes. El día 19 de septiembre para ser más precisos. Ese día llegué tarde a Neibor. Todo parecía ser igual a la primera vez que ingresé a este lugar. Desde la fallida boda de Tao han pasado ya cuatro semanas. Por más de dos semanas me las pasé fuera de Corea. Hice un pequeño viaje a Canadá, donde visité a Mei y a su familia. No fui muy aceptado por Wei, pero una vez que entramos en confianza, continuó odiándome, pero ahora con confianza.
En esas dos semanas que perdí contacto con todos, descubrí que Mei estaba otra vez embarazada, que hyung y Yixing contaron abiertamente a sus padres sobre su matrimonio. Ambos eran ya unos adultos, debían comportarse como tal, así que, pues nada, todo fue demasiado sencillo para ellos como para no sentirse agradecidos.
Sehun pasó sus vacaciones con la familia de Ge, yo creí que ahí Luhan les diría «Mamá, papá, soy gay y Sehun es mi pareja» pero mi sorpresa fue que sus papás ya lo sabían. Bueno, era cosa de nada el descubrirlo, digo, ¡Es Luhan! Por Dios, tiene toda la facha de gay. Sorprendente habría sido el que dijera que embarazó a su novia, ahí sí, la sorpresa habría atacado a su familia.
Fue gracioso cuando descubrí que Tao y Kris ahora viven huyendo de sus familias, o bueno, vivieron huyendo porque la familia de Wu no acepta el hecho de su heredero sea de manita caída. Pero fue más gracioso el descubrir que su fuga solo duró tres semanas, después se enfadaron y dejaron que Kris hiciera lo que quisiera. Ni la herencia le quitaron. Nada. Lo dejaron en paz. Oficialmente no están saliendo, pero hay varios rumores sobre Tao y Kris tomados de las manos.
Hasta que regresé a Neibor supe algo sobre Baekhyun y Chanyeol, y eso es: ambos siguen siendo los mismos. Final.
—Minseok dejó la universidad. —Silbé y Luhan me dio las nuevas malas. —Jongdae esta como si nada pasara. —Silbé otra vez. —Wow, ¿no te parece todo esto tan dramático?
— Un poco, sí. —Cierro el casillero y Luhan me mira afligido.
—Tres semanas y las personas dejan lo que aman. —Suspira. —Me gustaría ser valiente como lo es Minnie; mírame a mí, llevo años y no lo puedo abandonar.
Sonriendo con pesadez, deja caer sus hombros contra los otros casilleros, niega y se vuelve oscuro todo el ambiente. Mira el piso y sin siquiera decir una cosa más, me sentí fuera de lugar. Sé que el tema sobre Hansol aún es un poco duro para Ge, vamos, es su propio hermano, yo también estaría del mismo modo que él por Dae o Hyung; incluso con papá o Yoochun.
Doy un pequeño golpecito a su hombro y le cuento el chisme que me he aguantado desde que estuve de vacaciones.
—Yoochun consiguió novia. —Le transmito el chisme que me pasaron hace un par de horas atrás. —Y creo que va a tener un hijo.
— ¡¿Qué mi tío qué?!
—Ya sentará cabeza. —Confirmo. Hasta que se le hará a mi soltero tío familiar el conseguir una pareja.
El ruido de los nuevos Neirbonianos irrumpe sin querer. Toda la atención de nosotros cae en el grupito que con galanteo y frialdad avanzan entre todos los nuevos rostros. Siendo rodeados por una muy buena cantidad de alumnos, el grupito de los pelinegros —antes rubios; se les va a caer el cabello si siguen tiñéndoselo tan seguido. — son los causantes de tanto alboroto.
Una chica queda tan asombrada al verlos entrar que, sin querer, choca contra mi casillero y tira su propia mochila mientras se queda con la boca abierta y sorprendida, se tapa el rostro. Como estaba a mi costado me causó un poco de gracia su tierna actitud. Niega y toca sus mejillas, su rostro ya estaba completamente rojo. Traga saliva y muerde sus labios.
— Él es Byun Baek Hyun, hijo menor de una familia dueña de una gran cadena hotelera. —Toca mi brazo y me cuenta, su voz casi no se escucha, se le salieron alguno que otro gallo, pero eso no impidió que me contará todo lo que sabe. —El que está a su lado, es Park Chanyeol, hijo menor de los Park, ¡el de los autos! —Inhala y exhala, niega otra vez y continúa presentándome a todos. —...Y finalmente esta él, Kai, debes tener cuidado con él; si quieres sobrevivir en este lugar, no debes acercarte a él. —Toma mi mano y cuando trato de abrir la boca, me calla.
Me hala y lleva lejos, Luhan intenta detenerla, pero le pido que nos deje solos. Caminamos —humildemente diré que corrimos— por más de cuatro minutos alejándonos de todas las personas que estaban cerca y sin darle mucha vuelta al asunto, me mantengo callado y solo dejo que ella continué diciendo mil y un cosas sobre no sé qué.
Finalmente nos detenemos en un aula desocupada. Creo que me va a violar...
— ¿Tu eres él, cierto? —Me pregunta. Toma mis hombros y se pega a mi rostro, si me dio un poco de miedo lo acepto.
— ¿Él? Te refieres a que soy-
— ¡El especial! —Grita asustada, después tapa su boca y mira a su alrededor para saber que nadie la ha escuchado.
Soy un maldito, lo sé. Es claro que ella es nueva en este lugar. Es muy seguro que no sabe quién soy en realidad. Pero soy en verdad un desgraciado al mover mi cabeza afirmando.
— ¿Qué es eso de especial? —Pregunto inocente. — ¿Es porque estoy becado? —Ella afirma de inmediato. — ¿Y por eso estas asustada? No tiene nada de especial ser becado, uhm, tú eres...
—WheeIn. —Responde de inmediato, el timbre suena casi al instante de responder. Sonrío, vamos, hay gente tan linda en este lugar. — Diablos, ya es hora de entrar, debes tener cuidado-agh, ¿Cuál era tú nombre?
—Do K-
— ¡Dong Min! Ten cuidado con ellos, Dongmin-ssi, ¡escóndete de ellos! Y no creas en sus palabras.
Se fue.
Me dejo la advertencia y se fue.
Y yo creyendo que mis días en Neibor serían una mierda más.
•
Cuando fue hora de que consiguiéramos nuestros sagrados alimentos, la cafetería se llenó de pies a cabeza. Extrañé tanto los sándwiches que sin pensarlo dos veces eso fue lo que compré de inmediato. ¿Y cómo no? Fui a la máquina expendedora y compré tres jugos, porque cuando uno tiene dinero se puede dar ciertos lujos.
Todos me miraban. Los de primer año murmuraban al verme, o bueno, murmuraron cuando Baekhyun, Chanyeol, Sehun y Luhan compraron exactamente lo mismo que yo e incluso imitaron el sabor de mi jugo.
—Vamos a probar la comida de pobres. —Byun levantó sus manos con emoción y dejó su comida en mi mesa.
—Oh, vamos, no es comida de pobres. —Sehun regaña y Byun bufa molesto.
—Cállate, reprimido.
Era extraño sentir otra vez este ambiente. Las peleas entre Oh y Byun eran los vagos recuerdos cuando entre por primera vez a Neibor. Tao y Kris juntos era más que extraño. No supimos en que momento tomaron lugar en nuestra mesa, era extraño el ver a Chanyeol comiendo sándwiches mientras Luhan saca su propio dinero para comprar comida, es decir, usualmente le robamos la tarjeta a Junmyeon y falsificamos todo lo ilegalmente posible para obtener beneficios; pero ahora que tanto Hyung como Yixing no están, porque ellos ya se han graduado, es extraño no tenerlos aquí.
Era extraño ver nuevas caras y que las antiguas, desaparezcan. Era extraño no ver a Minseok más porque se fue a no sé dónde y que Jongdae ni siquiera me haya saludado o abrazado, al fin y acabo, soy su hermanito que no vio por más de tres semanas.
Todo es tan jodidamente extraño.
— ¡Sí, comida de pobres! —Grita una vez más Byun y como me estaban dando ganas de lanzarle un jodido sándwich en la boca para que pare todo eso de la comida de pobres.
—Lo siento, vámonos. —Damas y caballeros, WheeIn ha llegado a mi rescate.
— ¿Disculpa? —Wu irrumpe con su majestuosa presencia y el susto es notable en el rostro de mi nueva amiga. — ¿A dónde van?
— ¡Ustedes no tienen ningún derecho de hacerlo! ¡Él desea estar aquí sin problemas! No dejaré que-e...
Demasiado tarde, a lo lejos se escucha la bandeja cayendo en el piso, me gusta el chisme por lo que volteé en dirección a las risas que eran la garantía de que algo sucedió. WheeIn toma mi mano y me aleja de aquellos que me harán daño. El ruido se escucha una vez más. Las risas lo completan y sin más palabras que decir, ambos vamos hacia donde la multitud se aglomera.
Tres chicos acorralan a alguien más, lanzan las bandejas con comida en el piso y el chico del piso es batido intencionalmente con la comida. Las risas son consecutivas, más bandejas con comida caen. Uno de los chicos que violentaba, toma el rostro del chico del piso y justo antes de que estrelle su rostro contra el firme concreto y la comida, WheeIn grita que paren.
—Cállate zorra. — El peli-castaño escupe y con furia estrella el rostro del chico contra el piso. —Eso es lo que les pasa a los malditos especiales que se creen iguales a nosotros.
Todos aplauden sus palabras.
Oh, esto se está poniendo interesante.
— ¡Aprende tu lugar! —Otro de los chicos, uno rubio teñido lanza la charola golpeando el cuerpo del que se encuentra en el piso.
Por la emoción y energía de todos los que nos rodean, imagino que deben ser los de nuevo ingreso. Doy solo dos pasos cuando WheeIn me pide que me quede atrás, ella hará lo posible por ayudar en esa situación. Me pide que no me meta o saldré dañado.
— ¡Que lo dejes imbécil! —Grita ella, lanza al peli-castaño y sin pensarlo, el tercer chico que violentaba, le da una fuerte bofetada.
—Oh no, lo hiciste. —Todos se callan cuando la voz de Jongin sale cantarina y divertida. Tapa su boca mientras mira con emoción el acto.
Todos palidecieron. Kai los está mirando. Kai ha tomado un poco de atención a los juegos de ellos. ¡Qué gusto! ¡Qué emoción! ¡Al fin son reconocidos!
Que felices se sienten, ahora Kai, el gran Kai sabrá que Neibor estará en muy buenas manos una vez que él concluya sus estudios en ese lugar. Aquellos tres jovencillos se les revolotean su cuerpo emocionados.
¡Já! Pedazos de mierdas.
—Estas en problemas. —Susurra divertido.
—Hay tres cosas que no permito. —Hablo. — La primera: que se crean superiores a otros, solo porque tienen más. —Todos me miran, los de primer año se mantienen callados mientras que los de segundo se levantan para ver qué sucede al escucharme. —La segunda: Que golpeen a una mujer. —WheeIn me mira fijamente y para cuando toco su mejilla dañada, ella me pide que me aleje. —Y la tercera: Que golpeen a una mujer que conozco.
¿Alguna vez he comentado o dicho que cuando enfurezco no hay quienes puedan aplacar mi enojo? No es que realmente me guste golpear a las personas o que me meta en peleas por vocación, pero hay momentos en los que necesitas quitar toda tu frustración con las personas malas y enseñarles el lado que, moralmente es correcto.
Es decir, sé y entiendo que estoy haciendo mal cuando el chico que se atrevió a golpear a WheeIn suplicó por un poco de piedad ya que su brazo está a punto de zafarse por la presión que estoy dando entre el piso, mi pierna y su mano, mientras estiro lo más posible.
Estoy haciendo las cosas mal. Hasta es posible que me reporten y me graben como prueba de mi violenta actitud, pero siendo sinceros, ese chico peli-castaño sí se merecía aquel puñetazo que le metí y que continúo dando mientras esta en el piso y, un poco de—mucha— sangre sale de su nariz y labios...Yo me hago cargo si se le cayó algún diente, conozco a varios dentistas que hacen unas cirugías en extremo perfectas.
— ¡Detente! —Cuando WheeIn gritó, comprendí que hice algo muy mal...creo que una disputa no se debe detener con golpes si no con palabras.
El último chico, el rubio teñido corrió hacia Jongin mientras WheeIn me detiene para no ir tras él. El chico que se encontraba en el piso me mira asustado, soy un ser misericordioso así que le doy la mano y le pregunto si se encuentra bien. Él, un poco sorprendido y asustado, mueve su cabeza afirmando. ¿Ya ven? Él está bien, no hay que preocuparnos.
WheeIn por su parte me continúa mirando, el chiquillo rubio le pide a Jongin que haga algo. Que ellos estaban haciendo su tradición y que nadie tiene permitido interrumpir.
— ¿Así que él es el especial de Primer Año? —La voz de Jongin resuena por toda la cafetería, el silencio fue total, nadie habló ante su pregunta, ellos simplemente asentían con la cabeza mientras agachaban la mirada. ¡Já! Hasta parecía que el rey estaba hablando con los plebeyos. Debemos dejar de ver tanto drama histórico. Me dan muchas ganas de reír y gritarles a todos que su estúpido rey es todo un llorón cuando se la meten.
—Esa zorra nos arruinó la bienvenida. —Murmuró el mismo rubio.
Jongin dio dos pasos. Dejó atrás al rubio, miró al chico que estaba en el piso y poniendo una cara de asco mira su atuendo; sus ojos pasan de él a WheeIn a quien le gruñe de inmediato. Tres pasos más y ahora está frente a ella, la toma del mentón y bufa molesto cuando la suelta, este es el momento en el cual me mira y me dice: «así que vas más por las feas, hyung, que bajo has caído», pero se traga las palabras y simplemente da media vuelta y habla como un rey dando un decreto real.
—Dejen al especial tranquilo.
— ¡¿Pero? ¿Qué?! —todos los de primer año gritan inconformes. — ¡Esto es una jodida broma!
—Chicos, las cosas aquí han cambiado bastante, ¿quieren meterse en más problemas?
Cinco pasos más, nadie dijo nada. Todos escucharon como fieles sirvientes. WheeIn le pregunta al chico sobre cómo se siente. Lo toma de la mano y sin mucho drama le dice sobre qué hará a continuación: lo ayudará a limpiarse. Toma mi mano y con voz gélida suelta aquellas frías palabras de «Tú, vienes con nosotros».
—Por cierto, Kyungsoo-hyung, —sabía que se iba a detener. —que gustos tan bajos tienes. —Habla arrogante, señala la mano de mi nueva amiga de primer año y gruñe.
— ¿Bajos? —Pregunto con burla, ahora tomo por completo la mano de WheeIn, sorprendiendo no solo a ella sino a todos los que nos miraban con interés. —Bajos sería el salir con alguien como tú, Kai.
—Tan sucio. —Fin. Jongin solo siguió caminando hasta la puerta de la cafetería.
—Espera, si tú eres Kyungsoo, ¿Quién es Dongmin? —Y este es ese momento incómodo en el cual no puedes decirle a la otra persona que intentó protegerte que se equivocó de persona y simplemente le seguiste el chiste para saber hasta dónde se podría llegar, todo por mera diversión.
—Si te digo que no tengo la menor idea de quién es, ¿me golpearías por mentirte? —Solo por seguridad pregunto. Ella afirma. —Qué bueno, porque me enamoré de ti desde la primera vez que te vi.
—Gracias. —Si el chico golpeado no hubiera hablado, estoy más que seguro que habría recibido una gran bofetada por parte de WheeIn quien me mira con molestia mientras trata de reconfortar al chico. —Yo-o soy Lee Dongmin...
Iba a decir algo más cuando Chanyeol llegó a interrumpirnos, me miro y sin prestarles atención a mis nuevos amigos, me pregunta si me encuentro bien. Si las miradas mataran, WheeIn estaría en prisión por matarme dolorosa y lentamente con su cariñosa mirada.
—Kyungsoo-yah, ¿te encuentras bien? —Ahora es Baekhyun quien interrumpe asustado al ver toda la suciedad en el piso junto a los dos chicos que seguían quejándose por el dolor.
—Nada fuera de- ¿oh? Se fueron.
Mi nuevo dueto de amigos se ha ido. Ni se despidieron. La vida en Neibor ya no tiene sentido.
•
Estábamos en el salón de clases. Por mala suerte comparto varias clases con Baekhyun y Sehun, Jongin era parte de nuestro salón, pero él en ningún momento se acercó a nosotros. Existía ese claro trato entre los chicos en relación a nosotros dos. Es algo gracioso, porque ellos no se atreven a hablar de mí frente a Jongin, y lo mismo sucede conmigo, ellos absolutamente no sacan a colación nada de lo que Jongin haga.
Es gracioso porque en ningún momento les dije algo como «me siento incomodo hablando de él»; nada de eso. Las cosas que quedaron en el pasado, en el pasado estarán, ellos son los tontos que creen que el tema de Jongin y yo, es algo delicado. Tonterías de ideas por ver tantos dramas.
—Tengo una duda —Byun miró su teléfono, después lo dejó y se me acercó. — ¿Ustedes simplemente, se ignorarán y ya? Bueno, tienen su pasado turbio, los comprendo un poco, pero, ¿Qué sucederá con nosotros? ¡Somos amigos de ambos! —Ahora Sehun apoya las palabras de Baekhyun. — ¿Sabes cuál es el daño mental al ver a dos de nuestros amigos ignorándose? ¡Me siento mal hablando contigo y no con él!
—Chicos, yo no les impido hablar con él, son libres de hacerlo.
Ambos se dan miradas, Baekhyun se va de mi lado y comienza a charlar con el solitario Jongin, Sehun se me queda mirando, susurra un «¿En serio se acabó?» pego una mueca y eso es mi respuesta, ahora él corre hacia su amigo y me quedo absolutamente solo. Bueno, no tan solo, al menos me tengo a mi mismo. Este es el tiempo íntimo de Kyungsoo a Kyungsoo. No necesito a los demás, conmigo estoy perfectamente bien.
Las clases aun ni comenzaban, pero aquel dueto ya estaba a mi lado.
—Ustedes no volverán. —Afirma Sehun con sorpresa.
Sonrío y cuando giro a ver a Jongin, él ya estaba acompañado. Una linda chica de primer año estaba sentada en sus piernas, su cabello castaño se enredaba entre el juguetón dedo de Jongin. Los murmullos eran muchos, la chica sonríe avergonzada y besa la mejilla de Jongin.
Una carcajada, y ambos se levantan de la mesa, sus manos se entrelazan, las miradas viajan de él a mí; un guiño y sin esperarlo, Jongin le da un beso tan profundo y suave que me dieron ganar de grabarlos para tenerlo como recuerdo.
—Kyungsoo, eso-
— ¿Alguien notó su cara? —Interrumpo a Baekhyun y suspiro negando. —Puso la expresión más sexy del mundo. —Cuanta suerte tienen los que más ricos, no cabe duda.
•
Ya han pasado tres meses desde que regresé a Neibor. Desde hace tres meses que no ha sucedido nada salvo tener trabajos, tareas y exámenes, jamás creí que ser de último año fuera tan pesado. Bueno, es más que se siente extraño, usualmente tenía algo que hacer cuando apenas tenía veinte, ahora que ya soy mayor todo se ha vuelto tan monótono.
No he sabido nada de Minseok, ni de Jongdae, ni de papá, ni de absolutamente nadie. Mis amigos tienen vidas propias, sí Chanyeol o Baekhyun me invitan a salir, son las únicas ocasiones en las que puedo divertirme. Woorin encontró pareja y es extraño el estar pegado a ella. Boram-nonna es la única persona que me escucha cuando voy a hacerme algunos trajes, pero sé que tiene una vida propia así que he detenido mis visitas diarias por semanales.
Luhan, quien siempre me dijo que estaría conmigo, no sé a dónde diablos se fue. Kris y Tao están en ese ambiente donde "no somos nada, pero somos algo".
¿Acaso las personas no se han aburrido de su monótona vida? Porque si es así, esta es una de esas veces en las que todo en tu vida es escuela→ tareas→ casa→ escuela→ más tareas→ casa→ amigos (rara vez) →escuela. ¡Es una cadena de nunca acabar!
Aunque no todo es tan malo a como se ve, por ejemplo, WheeIn es mi nueva amiga escolar, así que, si no hablo con todos los bastardos de mis amigos, puedo hablar con ella. Descubrí que su familia tiene una farmacéutica, también supe que tiene un gran sentido de justicia y por ello su deseo protegerme, porque creyó ciegamente que yo era el especial que tanto se habló por redes sociales. Sería un buen momento para salir con ella, pero lamentablemente, tiene novio.
Lástima.
— ¿Qué están haciendo? —Cuando abrí la puerta, los alegres rostros de todos aquellos infelices que nunca me vinieron a ver en casi dos semanas, se presentan.
Wu, Tao, Lu-Ge, Sehun, Xing-Xing, Park, Byun, Hyung, Jongdae y, aclararé y pondré en puntos suspensivos lo que se viene a continuación...Jongin.
Todos estaban bien vestidos, ¡por Dios! Es sábado, es pecado el vestirse un fin de semana; cargaban regalos en sus manos además de un pastel y un poco de comida. Así como cada uno ingresa a mi sagrado departamento, me entregan el regalo mientras sueltan el «feliz navidad».
—Oh, cierto, es navidad. —Murmuro al recibir el ultimo regalo que es del moreno hijo del culo.
Todos y cada uno de ellos toman lugar en la enorme sala. Encienden la televisión, Kris corre a la cocina a robarse las zanahorias mientras los demás charlan como si nada pasa.
—Kyungsoo, danos de comer. —Jongdae ordena. —Me desperté desde las nueve y no he comido absolutamente nada porque a Ge se le ocurrió decir que no había tiempo para comer.
—Trajeron comida, coman de eso. —e importándome un pepino, me recuesto en el sillón contra él y señalo toda la comida que han traído cargando.
—Kai la hizo, no confío en eso.
•
Era diciembre, era extraño, todo era condenadamente extraño. Nadie bebió nada. Todos nos quedamos plantados en los sillones mirando televisión. ¿Es porque somos millennials, cierto? Nadie hizo nada para entrar en ambiente, ni un chiste ni una adivinanza, ni un chascarrillo, nada, solo miraron su teléfono, lo guardaron y pusieron toda su atención al televisor.
A comparación de hace años, todos a esta hora estaríamos borrachos hasta los cabellos, o estaríamos haciendo un poco de desastres en todo el edificio; o encenderíamos una fogata como el año pasado, pero no, todo se volvió tan simple y aburrido.
Creo que el hecho de que cada quien este con su cada cual, es lo que ha vuelto aburrido y simple este día. Esta vida. Es raro ver a Hyung y Tixing-Ge juntos y acaramelados. O eso de que Baekhyun y Park no se estén mordiendo y simplemente tomen sus manos, es horrible. Que Tao y Kris no suelten vulgaridades para hacer sentir menos al otro, es condenadamente aburrido. ¡Yo los dejé entrar para que vuelvan divertida mi vida, no para que demuestren cuan enamorados están entre ellos!
Dae es la única persona a la que pareciera no le importa nada. No he podido hablar con él sobre Minseok, y siento que no debo sacar el tema justamente hoy, así que mejor me callo y respeto la puta relación de Luhan y Sehun; ¡esos infelices son unos calientes! Se fueron a la cocina y regresaron todos idos además de despeinados y el agua que fueron a "traer" jamás existió.
Jongdae se levanta para ir al baño así que el espacio que él ocupaba está libre. Me muevo un poco ya que el calor de Dae desaparece y voy en busca de algo más calientito, soy abrazado mientras la película continua y para cuando Bye Bye Man abre la puerta para que el hermano de Eliot entre, el teléfono de Jongin suena.
—Diablos, ¿ya han pasado cuatro horas? —Me pregunta con asombro.
— ¿Quién era? —Tomo una rebanada de pastel cuando sus brazos me dejaron.
—Papá, se suponía que estaría con ellos a las cuatro, y ya me pasé por veinte. —Suspira enfadado, gruñe molesto y guarda el teléfono. — ¿Me veo bien? Creo que ensucié mis pantalones con el pastel. —señala la pequeña mancha rosa de mermelada que se mantenía firme en su rodilla y suspira.
—Muy guapo. —Le respondo de inmediato, él golpea mi pecho con suavidad y sin pensárselo, planta un pequeño beso en mis labios. —En mi habitación hay unos jeans, — no es que la mancha sea muy grande, pero como son pantalones de color muy claro, si que es notoria a simple vista. —los desgastados.
— ¿Los dejé aquí? —Me pregunta sombrado.
—Ayer lavé la ropa, todo está limpio. —Jongin suelta un «lindo» y pellizca mi mejilla justo después de darme un beso más. Siendo sinceros, Jongin es un encanto dando cariñitos y besitos.
—Te espero en la noche. —Me avisa y planta un beso más. —Te quiero.
—Igual, adiós. —Un último beso, suelta otro «te quiero» y justo cuando esta por irse por sus pantalones para largarse con su familia, cuando suspiro porque estaré una vez más solo, el disparo de la película nos vuelve a los dos a la realidad.
El ruido del tren queda atrás, el fuego de la casa incendiándose se refleja en los ojos de todos los demás. Ocho pares de ojos se incrustan en nosotros, y sin pensárselo dos veces; Jongin se acerca a Baekhyun y lo besa.
—Te quiero. —Suelta, se acerca a Kris y hace lo mismo. Estrella sus labios contra los contrarios. —Te quiero también.
Y sucesivamente besa a cada hombre, soltando siempre un «te quiero». ¿Cómo llegamos a esto? Es decir, ¿Bye Bye Man desaparecerá ahora que Eliot murió? No entiendo esta situación. Ahora mismo, justo en este instante en el que todos han sido besados por Jongin creo que entendieron esa frase de la película. Ahora nadie lo dice, ni nadie lo piensa.
— ¿Qué diablos está sucediendo aquí? —Dae pregunta; creo que nos olvidamos por completo de él, se queda petrificado al ver a Jongin besando a Hyung, y sin más por esperar, recibe los labios morenos.
—Te quiero, Troll. —Jongin sacude su mano y con una enorme sonrisa, se despide. —Nos vemos chicos, ¡feliz navidad!
•
Ahora que todos me están mirando me dan ganas de cantar esa canción que suena como tuntuuuuun, tuntuntuun; me muevo en mi lugar, muevo mi cuerpo, los gritos de los demás hacen una gran combinación con la canción. ¿Qué decía la canción? Era algo muy pegajoso...Es esto que no tiene Jongin y que a Sehun le sobra... ¿Culón...qué más?
— ¡Que ustedes están saliendo! —Todos gritaron. ¡Ay, si! ¡Ay, si! Se sorprenden porque estoy saliendo con alguien, pero, ¿y ellos? ¿Acaso me molesté y grité sorprendido cuando comenzaron a salir entre ellos? Pues creo que si...pero eso no viene al caso.
— ¡¿Desde cuándo?!
—Desde hace como cuatro meses, creo... —Si las cuentas no me fallan, desde el día veintidós de agosto esta relación comenzó a florecer de poco a poco. Suspiro y enciendo las luces, callo a cada uno de los que tratan de interrumpirme y pido hablar. —Pero esto no será una relación de mucho tiempo. —Informo. —Jongin y yo acordamos terminar cuando concluyamos la universidad, así que es algo tonto el hablarlo oficialmente con los demás.
Nadie dijo más.
Era obvio que una relación de manitas calientes no dure lo suficiente, además de todo esto es la universidad. ¿Quién no tuvo sexo en la universidad y hoy en día no están con esa persona si no con alguien más? Esto no será la excepción.
•
««««_esto será una clase de flashback, pero no me gusta usar la palabra flashback, porque como que pierde el encanto y la verdad, es todo_»»»»
Dicen que los peores lugares son los ataúdes, y eso es una total falacia. El peor lugar en el cual puedes estar es el cuarto de conserjes del cuarto piso —la maldición del cuatro, donde te quieren poner en cuatro—, ese lugar es solitario y te da miedo saber que la persona que te llevó a rastras al lugar solo quiere saciar sus violentas ganas de aniquilarte en el lugar.
Los besos de Jongin son, a ver, ¿Cómo lo explicaría? Sus besos son ¿experimentados? No lo sé, son besos húmedos; llevan lengua, cariño, amor y dos kilos de ganas; hacen bien a las personas porque se sienten queridas. Las contraindicaciones de sus besos son: la falta de aire, las piernas de gelatina, piel de gallina, comezón en partes íntimas —esto lleva como consecuencia las inevitables ganas de rozar las partes afectadas contra partes similares—, además de que la parte trasera del cuerpo —el culo— se contrae por ansiedad.
Las manos tocando los cuerpos son de gran ayuda, en especial si quieres hacer sentir bien a la otra persona, en este caso las manos significan que quieren algo más que solo besos calientes.
Existen distintos significados para la posición de las manos mientras se besan, las manos en la cintura significan que te tiene ganas pero que no puede hacer movimientos fuertes porque te puede asustar; así que es un buen trato de cariño y respeto. Por su parte, las manos el cuello significa que estas demasiado enano y apenas de puntillas puedes alcanzar los labios, así que esa posición significa soporte de enanos para no caer. Cuando no hay manos tocando cuerpo, significa que esa persona es un total virgen que apenas ha comenzado a amar y es tímido.
Pero, en mi caso, cuando las manos bajan de la espalda hacia la parte baja —culo— significa peligro. Aléjate de esa persona, nada bueno viene cuando las palmas de sus manos tocan tu trasero, mucho menos cuando se estruja la piel entre las palmas y aquella contracción de ansiedad en el culo es la clara alerta de que se debe detener o las cosas irán por un muy mal camino.
—Espera, Jongin, detente. —Las piernas gelatinosas es mi claro ejemplo de que abusé de más los besos. Mi respiración es un poco irregular, pero eso no me impide el detener a Jongin.
— ¿Qué sucede nene? —Las miradas siempre son importantes, la voz baja y comprensiva es un gran toque para continuar con todo. Jongin sabe cómo utilizarlos para que las personas (como yo, claro ejemplo) contraigan una vez más el rabo.
—Tenemos clases. —Es de personas precavidas utilizar salidas de emergencias. Las clases son esenciales. —No podemos hacer esto aquí.
— ¿Estás seguro? —Cuando la voz se vuelve monótona significa que se detendrá y que la otra persona sacará un punto que te molestará. Pero no hay que preocuparnos, las personas que hablan no son de acciones.
Jongin es un claro ejemplo de ese tipo de persona, que solo ladra más no muerde.
Que cruce las manos y se aparte de mi cuerpo, solo me dan a entender que su erección ha decaído por la depresión. Poner una expresión de me-vale-no-se-me-parará-hagas-lo-que-hagas siempre es esencial. Denota que el que manda en la relación eres tú y no la otra parte.
—Si estas tan caliente que ya no puedes resistir, busca a alguien más, si así tú lo deseas.
Poner condiciones que no se tomarán en cuenta es muy importante. Denotaremos que no nos interesa si nos engañan o no, de esta forma la otra parte —Jongin— imaginará que yo puedo hacer lo mismo así que se abstendrá para solo tenerme para él.
—No estoy jugando, nene.
—Yo tampoco. —Le aclaro y miro fijamente. Jongin niega, pellizca mis mejillas y niega una vez más.
—Eres tan lindo que no podría.
«Eres tan lindo que no podría» ¡Pero que mentiroso de las diez mil putas! Pero ahí estoy yo, creyendo que no podría seguir mis consejos. Pero es que es tan rubio e imbécil que no tomó las palabras a bromas como yo las tomaba.
Eso dijo el infeliz, pero, ¿Qué tal cuando se besó con aquella hermosa dama de primero? ¡Qué puto Jongin! En serio, ¡qué hijo de las mil putas!
—Linda chica, Kai, ¿es tu nueva novia? —Cuando regresó a los pocos cuatro minutos de haberse ido le pregunté sin muchos rodeos; tanto Baekhyun como Sehun se quedaron impactados a mi pregunta. —Pone una cara hermosa al besar.
—Bueno, conozco a alguien más que pone expresiones muchísimo más hermosas, Jung Kyungsoo.
—Me gustaría conocerla.
Sabía que no podría llevar sus acciones más allá de simples caricias celosas.
«««_Aqui, plebes, se termina el intento de flashback, bais_»»»
•
Cuando descubrí que mi amado profesor, mi masculino y sexy profesor se retiró de Neibor, lloré. Yo, un fiel fan al profesor Changmin sufrí de depresión severa al ver la planilla de los profesores y su nombre no estaba escrito.
— ¿De qué sirve la vida? —Me voy a suicidar. Voy a lanzarme a las vías del tren. Voy a tomar veneno con el cereal, y moriré sin que nadie se dé cuenta. Voy a bañarme y usaré la tostadora para electrocutarme y crean que fue un accidente. La vida ya no vale nada. Voy a matarlos a todos y después, me voy a matar yo, porque ninguna condena es lo suficientemente grande como la condena que llevo cargada en el alma porque mi amado profesor se ha ido.
—No sé si te has dado cuenta, pero estas hablando en voz alta. —Baekhyun se me queda viendo mientras toma su teléfono y lo pega a su oído. —Channie, sácame de aquí, Kyungsoo me da miedo.
Maldito niñito frígido, tú serás la primera persona que mate; ya estoy pensando en el asesinato más doloroso y tortuoso. Vuelve a decirme algo otra vez, ¡y mi furia no se detendrá!
— ¡Te sigo escuchando, demente!
•
Me gustan los días en los que tengo que hacer tarea en equipo, porque comparto conocimientos y temas. Lo que no me agrada es el hecho de que mi equipo solo sea una persona, y que en dado caso no sería un equipo, sino una bina; aunque me agrada la idea de que siempre me diga «no tienes derecho a hacer la tarea con nadie que no sea yo», son graciosas sus palabras que casi le llegan a lo tierno y psicópata. Lo malo es cuando Jongin es mi compañero. Lo feo es cuando descubre el historial de internet. Lo horrible es cuando se baja los pantalones.
La erección de Jongin era tan notoria como mis ganas de salir corriendo y abandonarlo para siempre, porque uno es un caballero y los caballeros no hacemos orales. Un caballero se debe dar a respetar.
— ¿Lo harás o siempre si debo buscar a alguien que lo haga? —Bien, eso sí que cala un poco. — ¿Debo seguir tu consejo y buscar a alguien más eh? Nene, ¿debería?
Creo que fue una tremenda estupidez decirlo cuando me lo suplicó. Fue un arranque de ira. Me había molestado tanto sus comentarios sobre cómo sus anteriores parejas morirían por hacerlo y sin que él lo pidiera. Tal vez, solo tal vez, el que le haya gritado «¡Pues búscalas y pídeles que lo hagan!», fue de esos errores que matan el alma y la envenenan.
Así es, no haré que otros tomen la culpa que me pertenece. Debo ser responsable de mis acciones y palabras, papá una vez lo dijo, «no siempre ser cobarde es la solución». Pero es que ¡ese jodido Deseo Negro me provoca que le diga cosas por las que me arrepiento al instante!
Ojalá Yunho nos hubiera hecho con menos orgullo y más sumisos. Quizás y de esa forma no tendríamos tantos problemas en las relaciones y en, obviamente, las felaciones.
—Te vas y nunca más me volverás a ver. —Y no digo que sea un celoso de primera, pero si le gruñí. Nadie tiene permitido tocar, y mucho menos lamer-chupar-probar-sorber las partes íntimas de este moreno sabroso.
—Está bien Nene, todo tuyo. —De lo más orgulloso muestra su horrorosa cosa.
Bien parada y respingada. Diría que la mía y la suya son casi del mismo tamaño, pero lo que denotaba el cambio era el grosor. Orgullosamente me gustaría dejar en claro que la mía es más gruesa. La de Jongin tiene bonita forma. Incluso la de él está más curveada. Mismo tamaño, mejor grosor —la mía—. Ahora, ¿cómo debo continua? ¿Debo poner música y cerrar los ojos mientras imagino que no es su pene el que me llevaré a la boca? Ay, no, no sé qué hacer, es que hasta la maciza me da asco, ¿Cómo soportaré tener su cosa en mi boca?
— ¡Espera! — Toma mi mano, la aparta y toma un poco de aire. Tranquiliza su respiración y en una carcajada nerviosa, vuelve a tomar aire y sacarlo al segundo. Ya muchísimo más tranquilo. —Ahora sí, ya me preparé mentalmente.
—Aquí voy. —Aviso.
Miro hacia otro lado e intento dirigir mi mano a su agrandado miembro. Muerdo mi labio cuando algo toca mis dedos. Pego un pequeño brinco cuando esa cosa se mueve por si sola.
¡No me jodan! ¡Tiene vida propia!
—Soo, bésame. —Suplica.
Mi mano no se mueve y eso me hace dudar un poco sobre la duración de Jongin. Solo planté mi palma y él ya estaba gimiendo y pidiendo por amor.
Tal cómo Jongin me pidió, uní nuestros labios mientras movía con delicadeza mi mano.
Otro gemido y creo que no será muy necesario mi boca en este día.
—Continúa, nene. —Los ojos de Jongin me miran suplicante. Y quieran o no, eso me pone...
Los movimientos de mi mano son más veloces. No ha sido la primera vez que he tocado su pene, más, sin embargo, está es la primera vez que sé que mis manos no serán las únicas que complazcan.
Me inclino y arrodillo finalmente.
La madre esta cobró vida cuando quite mi mano. La extasiada mirada de Jongin fue lo que me impulsó a acercar mi rostro y besar cerca de su sexo. Muerdo la ingle y de la nada, algo ya había caído en mi rostro y cabello.
— ¡Eso es trampa! —Jongin grito avergonzado.
Un minuto. Un jodido minuto y él se vino en mi rostro.
— ¡Déjame! —Corre lejos de donde me encuentro. Trate de detenerlo, pero el shock de haber llegado más pronto de lo esperado fue bastante para su pequeño cerebro rubio.
Se encierra en el baño. Trato de nuevo, pero mis palabras son nada. Parece que su orgullo se fue a la basura por una pobre mordida.
—Anda, sal, eso nos pasa a todos.
—Déjame. —Pide otra vez.
—Si sales, voy a dejar que me la me-
La puerta se desbloquea. No terminé de hablar cuando la mirada juguetona de Jongin es lo primero que veo y la razón del porque un escalofrío recorrió la mitad de mi cuerpo.
—Aun espero mi mamada, hyung. — Y otra vez, el horroroso ser viviente de su parte baja despierta.
¿Y la vergüenza donde quedó? ¿Se fue por el retrete junto a su orgullo y sus neuronas? ¿O es que ya solo piensa y reacciona por las mamadas que de eso vive?
El ambiente vuelve. Los bajos gemidos salen de sus labios cuando mi mano se planta una vez más en su miembro. Subo y bajo la palma de mi mano por su extensión, ahora ya no giro a ningún lado. Ahora mismo él es la razón por la cual me estoy impulsando a continuar. Su mirada se incrustó en mi cabeza. Su mano toca mis labios ante cualquier pronóstico.
—Chupa. —Ordena con aquella voz que me pone...
Dos de sus dedos tocan delicadamente mis labios, mi boca se abre por magia, dos cosas calientes tocan mi lengua. Ahora ya no era solo uno el que la tenía parada. ¿Quién hubiera dicho que los dedos en la boca se sentían jodidamente bien?
Cuando pasé mi lengua por sus dedos, su cosa se movió por inercia. Vaya, ¿quién es el pervertido aquí?
Tomo su mano y cerrando mi boca, meto y saco aquellos morenos dedos; paseando mi lengua con diversión. Un gemido sale de mi cuando sus dedos tocaron mi paladar. Cierro mis piernas por inercia, abandonó mis movimientos y solo me mantengo en silencio por un par de segundos.
Si no me detenía, Jongin no sería el único precoz.
—Suficiente. —Ordena una vez más.
Levanto la cabeza y justo cuando estoy por cruzar miradas con él, lame sin pudor alguno aquellos dos dedos que hace poco se mantenían en mi cavidad. La saliva se escurre por su dedo medio y sin apartar miradas, pasa aquella puntiaguda lengua por donde recorre la sustancia, y sin dudárselo, la probó. Metió sus dedos en su boca y después de combinar nuestras sustancias, volvió a meter sus dedos en mi virginal y consagrada boca.
Eso ya era mucho para mí.
La fuerza de voluntad se esfumó. Lanzo a Jongin sobre la cama. A gatas camino sobre su cuerpo. La carcajada nerviosa sale de él cuando me mira cerca de su sexo.
— ¿Últimas palabras? — Suelto antes de acercarme a su erección.
—Te amo, Nene.
Y listo. Estoy perdido. Toco su hermosa cosa, intento meterlo a mi boca, pero algo me detiene, algo suave.
La textura de un pene es aceptable cuando la mano es aquella quien la sostiene. Pero hablando de boca...da asco.
La textura y sensación de tener un pedazo de carne suave y que pareciera piel de bebé, con una pequeña tela que llegas a temer salga de su lugar por la rudeza es...asqueroso.
Asqueroso, pero por Jongin, debo aguantar.
— ¡No vomites! ¡No vomites! —Aleja mi rostro cuándo las arcadas comienzan.
Aun ni tocaba su pene y él ya halaba de mi cabello, no para que entrara más profundo, si no para que no vomite encima suyo.
— ¡Dios! Nene, ¿te encuentras bien? — Pregunta preocupado. Toma mi rostro y me ayuda a que saque toda aquella hiel que sale de mi garganta.
Su carcajada finalmente sale libre. Me encontraba desplomado en el suelo y él, desnudo con su pene todo dormido por el susto que pasó.
—No estoy hecho para esto. — Murmuro y niego. Esto no pudo haberme pasado. Esto es demasiado vergonzoso para poder aceptarlo.
•
¿Alguien sabe que es lo peor de las apuestas? Yo creo que lo peor es cumplirlas. Podemos hacer apuestas, y nunca cumplirlas porque no tenemos palabra; pero, creo que lo peor de una apuesta es el pedir ayuda.
—Vaya, nunca creí que tanta gente vendría. —Jódete Baekhyun, jódete tú y tu maldita cámara. —Como se esperaba de la magia de Kai.
El hecho de hacer apuestas con tus hermanos, ya es malo, ahora añadamos a un trio de personas que se unieron solo para hacer sentir mal a los demás.
Teníamos solo un año después de ser descubiertos y cumplir nuestra apuesta, intenté entrar en razón con mis hermanos; ya me hice famoso y respetado en Neibor. Tengo un grupo de admiradoras a quienes no quiero decepcionar vistiéndome de Elsa. Pero creo que aquello bastardos que comparten sangre no lo entendieron del todo. Claro, como ellos no tienen un título que mantener, me tienen envidia.
Soy el chico más rudo y fuerte de todo Neibor, ¿saben cuánto afectará esta presentación a mí posición? Antes jamás me importó lo que los demás pensaran, pero eso se debía a que era pobre ¿sí? Ser un Jung es un título que mantener, el hecho de haber golpeado a unos cuantos debe mantenerse impecable; ¿entienden siquiera que ahora soy famoso?
— "Magia de Kai", ¡ja! Magia mis polainas. —Nos encontrábamos en el baño. Baekhyun seguía mirando su cámara. Cuanto lo odio de verdad.
Jongdae entra al baño como toda una diva de vestido azul y peluca amarilla, me mira de pies a cabeza y después murmura un «Me veo más linda que tú», mueve sus caderas, mira sus uñas y pega una mueca al solo verme. Así como entró se largó. ¿Qué demonios les sucede? ¡Es obvio que yo soy una Elsa más bonita que él! Yo nací para ser Elsa, él no, que no se iguale por favor.
—Yixing dice que me veo sexy de Anna, ¿ustedes que creen? —Hyung posa esperando una respuesta positiva. Un poco perturbados levantamos nuestros pulgares y él en una sonrisa alegre se aleja.
Kris, no sé porque demonios está aquí, usa el mismo vestido azul que Dae y yo, solo que en unas cuantas tallas más grande que nosotros. Con aquella expresión seria nos mira, nos da una mirada y ahí es donde nos obliga a no decir absolutamente nada porque como él es más grande y nos puede aplastar así que nos callamos.
—Me veo mejor que ustedes dos. —Presume y se va.
Baekhyun se queda con la boca abierta. No entendí como sucedió esto, pero Kris por voluntad propia pidió ser parte de nuestra apuesta ya que él ama Frozen con todo su corazón y no perderá la oportunidad de idolatrar a su gran personaje favorito que es Elsa...Solo aceptamos porque nos pareció bonita su explicación sentimental sobre cuanto ama Frozen. Casi me llegan al corazón sus lágrimas.
—Odiaría que mis padres estuvieran aquí. —Cuando vi más de trecientas personas en el enorme auditorio donde tanto Jongin como Sehun bailan para atraer toda la atención de los espectadores, en ese hermoso momento esperé que Yunho no estuviera aquí.
— ¿Qué no es tu papá el que está con Luhan? —Maldito sea el momento en el que Baekhyun me iluminó el camino hacia mi padre. Maldito sea el momento en que Ge se convirtió en mi amigo. —Oh, mira, nos esta salu- ¿Kyungsoo? ¿A dónde vas?
Abandono a Byun, corro lejos, me alejo lo más que me permiten estas malditas y hermosas zapatillas de tacón alto, —Dios, que hermosas zapatillas me conseguí— intento no caer y seguir con la frente en alto y la peluca bien puesta, no me importan las carcajadas de risa de los otros envidiosos, yo simplemente sigo corriendo.
Lanzo a todos los que estorban en mi camino, la voz de mi padre me sigue; corro aún más rápido, finalmente lo veo después de una cansada carrera logro ver el baño de chicos. Cierro con seguro, cierro y olvido por completo la apuesta. Si papá estaba ahí presente, Yoochun estará de igual manera, y si está él significa que mi rostro saldrá en muchos retratos y se mantendrán colgados en las paredes de mi hogar por mucho, mucho tiempo.
— ¡Yah, Kyungsoo, bastardo, déjame entrar! —Dae golpea con fuerza la puerta asegurada y niego, ni de loco abriré. —Aish, ¡ya no te quiero! —Grita molesto; escucho más gritos y disculpas. Así que no soy el único en escapar.
El teléfono suena, levanto mi vestido —como no tengo bolsas, tuve que metérmelo entre el calzón y un elástico que tiene la crinolina del vestido para mantenerse bien sujeto y no se me caiga en pleno show—, busco y a tientas logro sacarlo; raro, no era mi teléfono el que sigue sonando.
—Oppa... —Del cubículo y con sus rasgados ojos hinchados de una clase de llanto, Hansol me saluda sonriendo. —te ves bien. —Algo bien raro sucede en mi amigo amante de las chuchu-pop, me está sonriendo, e incluso me habló con un tono alegre; pero de sus ojos están corriendo pequeñas lágrimas, intento dar un paso al frente, pero simplemente me detengo. Cruzo mis manos y hago como si no lo hubiera visto llorar.
— ¿También estas escondiéndote en el baño porque no quieres que tu tío te avergüence por el resto de tu vida? —Pregunto y él vuelve a sonreír, solo que esta vez agacha la cabeza y niega.
—Mi familia me odia. —Suelta.
—La mía también, —informo, no me voy a quedar atrás, esta es mi oportunidad que todos sepan y tengan conocimiento del maltrato que sufrí día a día en ese lugar. — mi tío me dijo nenita el otro día, tiene una foto mía en la que me vestí de Shang y se la muestra a todas las personas que sean posible; imprimió una lona de mi rostro siendo abofeteado por una chica y escribió como leyenda "no seas puto, #putonoesbonito", ¡que no soy puto! ¡Estábamos jugando y actuando sobre una obra de la escuela y él se la tomó literal! Pasa y me nalguea cada que puede, tengo miedo de dormir y que él amanezca en mi cama... —suspiro. —en definitiva, mi familia me odia.
Una risita verdadera y sonríe ya sin tanta falsedad.
—Papá me quiere mandar lejos, otra vez. —Murmura, rasca su cuello y niega. —Sabe que los estoy buscando, sabe cuan duro estoy tratando de estar con ellos, pero, me quiere alejar de nuevo.
—Wow, tu familia sí que te odia...
—Sabes oppa, papá es una bestia; — lloró, no había lágrimas, pero su voz era tan lamentable como si lo estuviera. —le tengo miedo, mis piernas tiemblan de solo pensar en él, aparece un sonido que me deja sordo y mudo cuando él está; tengo miedo —lo repite, tiembla y niega, como si no pudiera hacer nada más, como si eso lo protegiera. — y su misma presencia me ordena el seguirlo.
Llora una vez más. Acomodo mi peluca, pensándolo bien, no tengo palabras para confortarlo y decirle que todo estará bien. Es decir, simplemente no tengo palabras. No soy alguien que haga sentir bien a los otros, soy un pequeño diablillo endemoniado, no soy tan buena persona a cómo debería serlo. Pero al menos soy sincero.
— ¿Te gustaría vivir en el baño conmigo y olvidarnos de todo? —Pregunto serio, él se carcajea, no lo entiendo, le estoy dando mi sinceridad. — ¿Qué sucede? Es una buena oferta, tendremos agua, jabón líquido y, sobre todo, mucho papel.
— ¿Me prometes que seremos felices? —Con diversión me pregunta, muerde su dedo y sus hinchados ojitos se vuelven medias lunas de la diversión.
—Siempre que exista el papel, seremos felices. —Y ¡Bam! La puerta se abre, los gritos se escuchan, las personas corren y el chisme se propaga en cada persona: Pelea. Jung Yunho está peleando.
No necesité más, corrí a donde mi papá, se rumora, está peleando. Hansol corre conmigo, me ayuda a mantener firme la enorme peluca y finalmente los miro.
Yunho comienza a desprenderse de su saco, sube las mangas de su camisa y las enrolla hasta sus codos, deliberadamente quita el costoso reloj y se lo lanza a Yoochun; trago saliva, pobre del hombre que se enfrenta a Yunho, una vez Jaejoong me contó qué si yo era violento, Yunho me decía quítate que para allá te voy. Según Jae, papá y yo tenemos el mismo poco raciocinio cuando a tratar la gente mala se trata.
—Existen tres cosas que odio, —Yunho toma de los hombros al otro hombre. —La primera, que insulten a una mujer; segundo, que golpeen a una mujer; y tercero: que esa mujer, sea mi conocida. —Las palabras sobraron, el señor cayó al suelo del puñetazo que Yunho le propinó.
— ¡Ese es mi papá! —Grité emocionado.
— ¡Ese es mi papá! —Gritaron asustado a mi lado.
Mientras yo señalaba a Yunho, Hansol señalaba al otro hombre que a duras penas lograba levantarse del piso. Un hombre más entra en acción y derrumba de un solo golpe a mi padre; Hansol tapa su rostro y niega, susurra un simple «tío» y los golpes le llueven a Yunho quien fue atacado a traición.
Como si del destino se tratara, mi zapatilla se rompió cuando quise dar un paso al frente y Zhoumi dio un largo beso a su esposa solo para segundos después golpear a los bastardos aquellos que se atrevieron a tocarle un pelo a Yunho.
— ¡Suegro! —Escuché exclamar a Sehun, Yixing y Jongin.
— ¡Papá! — Ahora, tanto Junmyeon como Luhan gritan en asombro al cuarteto de adultos que se lanzan golpes al azar.
— ¡Ese es mi padre, párteles su madre Yunho! —No hace falta saber quién fue el que grito y aplaudió emocionado.
Un golpe, dos gritos más; Yunho está ganando la pelea.
La cosa aquí es que no sé en qué momento, en qué segundo de la pelea, todo se detuvo y el llanto de Hansol finalmente fue tomado en cuenta. Él, dramáticamente, ya se encontraba en el piso, su rostro palideció por algo, por la pelea o qué sé yo, pero él ya no era el mismo. Sus labios temblaban, sus manos señalaban algo, alguien, mejor dicho.
Su voz salió como si se tratara de un susurro, la saliva se escucha perfectamente bajando por su garganta. La aniñada voz masculina salió una vez más.
—Mamá.
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Hola ♥.
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