C21

—¿Te puedo preguntar algo? —el omega mantenía sus manos en los cabellos del alfa, que estaba recostado en sus piernas.

—Tú siempre puedes preguntar, para ti siempre habrá una respuesta. —Jeon sonrió, sin dejar de acariciar los castaños cabellos.

La pareja estaba pasando un lindo momento, ya que Yeonjun dormía a gusto en su cuarto. La película quedó en segundo plano para el omega porque le era más interesante la suavidad de esos cabellos y observar cómo sus dedos se perdían entre ellos.

Taehyung estaba viendo hacia la película, mientras sus cabellos eran presos de esas suaves y amables manos que no paraban de jugar entre sus finos cabellos.

—¿Me amas? —Taehyung dejó de ver la televisión y se giró, aun con la cabeza sobre el regazo del omega, para mirarlo desde abajo.

—Claro que te amo, eres una de las dos personas que más amo. —confesó, ambos siendo conocedores de cuál era la otra personita.

—¿Por qué? —Jungkook quería saber, qué era eso que lo hacía especial ante los demás, quería entender por qué el alfa lo ama tanto como lo hace.

—La verdad, no sé.

La respuesta decepcionó al omega, él esperaba uno de esos versos poéticos que el alfa suele decir en momentos así, más bien, él quería crear un momento romántico para ambos.

—Muévete. —habló con poca amabilidad.

Jungkook se levantó, dejando caer la cabeza del alfa, fue hacia la tele y la apagó, el alfa se quedó analizando qué estaba pasando, no entendía por qué su omega de pronto se comportaba así.

—¿Pasa algo? —el omega lo miró con enojo. —¿Qué hice mal? —eso solo empeoró la cara enojada del menor. —Si no me dices, no puedo remediarlo, necesito saber lo que hice mal para poder disculparme. —el bufido del omega era muestra de que realmente estaba furioso y cada palabra dicha por el mayor, solo empeoraba su estado.

—No sé. —respondió cortante.

—Pero... ¿Estás enojado? —preguntó cauteloso mientras miraba con miedo a Jungkook.

—No sé. —fue la diminuta respuesta que recibió.

Taehyung suspiró antes de levantarse del sofá e ir hacia la habitación, tomó su almohada y una colcha. Seguramente el omega lo enviaría a dormir al sofá, era algo de lo que Namjoon le había advertido, pero no pensó que pasaría en su tercera noche durmiendo en casa del omega.

Desde el celo de Jungkook, Taehyung ha estado durmiendo con el omega para calmar sus síntomas y justo hoy, era el último día de su celo, lo que significaba, que era el día en el que sus emociones eran aún más fuertes.

Jungkook, que regresaba de la cocina con un vaso lleno de agua en su mano, vio al alfa llegar con su almohada y colcha a la sala, se sorprendió al verlo colocarlas en el sofá.

—¿Qué haces? —le preguntó y el alfa detuvo sus acciones para mirarlo.

—Estás molesto, seguro no quieres que duerma en tu cama, pero no quiero dejarte solo en tu último día de celo, así que estaré aquí para que te sientas tranquilo. —el corazón de Jungkook se conmovió y estuvo por decirle que lo perdonaba.

"No sé" hasta que estas dos palabras se cruzaron por su cabeza y todo enojo, volvió a él.

—Bien, servirá para que reflexiones sobre tus acciones. —Jungkook dejó el vaso en la mesita que estaba frente al sofá y luego se dirigió a su habitación. —Lava el vaso y regrésalo a su lugar. —ordenó antes de entrar a su cuarto.

—Sí, mi amor. —susurró el alfa con una sonrisa enorme, luego tomó el vaso y lo llevó a la cocina, lo lavó tal y como pidió su omega para después secarlo y colocarlo en la vitrina.

El alfa regresó a la sala y se sentó en lo que sería su cama por esta noche, no podía creer que había arruinado sus primeras tres noches durmiendo con Jungkook por quién sabe qué motivo.

Seguía sin saber qué era lo que había hecho mal.

Se recostó sobre la almohada y se arropó con la colcha que había tomado del cuarto de su omega. No se sentía tan cómodo, pero tenía mucho sueño, así que se quedó dormido muy rápido.

Estando ya dormido, sintió una presencia acercándose y luego un peso en su cuerpo, el aroma a melón terminó por delatar al culpable.

Jungkook se había colado en su "colchón" para poder dormir a su lado, Taehyung no dijo nada, solo lo recibió entre sus brazos y le compartió de su colcha para que el omega no sintiera frío.

Las manos del castaño rodearon la definida cintura de Jungkook y lo apegó a su cuerpo, el omega escondió su nariz entre el cuello de Taehyung y suspiró de gusto al sentirse extasiado por el aroma a uvas frescas.

Taehyung sonrió al sentir la suavidad del cuerpo del menor y se decidió a simplemente disfrutar de la cercanía, seguramente su omega había actuado por instinto y había olvidado su enojo, pero estaba seguro de que al siguiente día no sería igual.

Jungkook apenas estaba saliendo de su etapa de calor y necesitaba sentir el aroma del alfa para sentirse a gusto y seguro, algo que Taehyung sabía a la perfección y el motivo por el cual no se había ido a su departamento.

Su tierno omega estaba soltando ronquidos y suspiros bajos, su respiración chocaba contra la piel morena de su alfa y eso hacía más que simples cosquillas en el mayor.

Taehyung se obligó a cerrar los ojos y dejar de fantasear en su mente, deseaba tanto unirse al omega que estaba volviéndose loco, pero él prometió cumplir el sueño de Jungkook de tener una gran boda y cumpliría.

Sus brazos al rededor del menor se hicieron débiles al tiempo en que su mente quedaba dormida y después, comenzó a soñar con la familia que añoraba formar con el dueño de su corazón.

—Buenos días —saludó el alfa al llegar a la mesa del comedor. El omega no respondió, continuó sirviendo la comida para el cachorro. —, ¿Ya me dirás por qué estás enojado? —intentó abrazarlo por detrás, pero el pelinegro se alejó.

—Yeonjun, hoy te llevaré a la escuela. —Taehyung suspiró, después se sirvió un plato de comida y se sentó a un lado del cachorro.

—¿Poque papá no? —su cabecita de lado lo hacía ver tierno. —Yeyu quele que papá lo lleve. —Taehyung sonrió por lo bajo, le causaba gracia que Jungkook quería vengarse de esta forma.

—No, yo te llevaré, él no merece hacerlo, fue un mal alfa. —Yeonjun miró a su papá por respuestas.

—No le creas, mi vida. Tu papi se enojó por su cuenta y no me quiere decir la razón. —Jungkook intentó hablar, pero su teléfono sonó justo a tiempo.

—¿Bueno? —La alfa se presentó y Jungkook sonrió al oírla. —Sí, estoy libre. —Irene necesitaba de nuevo un modelo y Jungkook cumplía perfectamente con el perfil. —¿El jueves? —pensó por un momento y después de que se diera cuenta de que no tenía pendientes ese día, aceptó la propuesta. —Sí, ahí estaré, lindo día, adiós, te cuidas. —finalizó la llamada.

—¿Quién era? —preguntó curioso el alfa, intentando entablar una conversación con el menor.

—No sé.

Taehyung suspiró nuevamente. El alfa iba a morir de estrés si Jungkook no le decía la razón por la que se comportaba así.

El enojo de Jungkook había tardado ya una semana entera, Taehyung no sabía qué debía hacer para remediarlo porque ni siquiera tenía idea de su error, Yoongi se compadeció de verlo tan desesperado y le reveló el gran motivo de Jungkook.

El pelinegro le había contado a Jin y a Jimin la razón, por supuesto que los otros dos omegas le dieron la razón. El alfa azabache escuchó la conversación y fue hasta ahora, que vio a su amigo tan deprimido, que decidió contarle lo que había escuchado de los omegas.

Taehyung por fin sabía la razón de que su omega lo despreciara de vez en cuando, no siempre porque había lapsos en los que Jungkook olvidaba su enojo o simplemente dejaba que sus instintos lo dominen, pero aun así, el alfa se sentía un completo tonto por haber respondido eso.

Aunque era la verdad, él no sabía la razón por la que estaba tan enamorado de Jungkook.

Estaba sentado en su oficina viendo hacia la pantalla de su computador, sin realmente prestar atención a lo que estaba en ella, cuando los toque a la puerta lo regresaron a la realidad.

—Adelante. —la hermosa alfa que ingresó a su oficina caminó hacia su escritorio y se sentó en la silla que quedaba justo frente a él.

—Tae, amor mío, ¿Podrías pensar de nu-

—NO. —Irene suspiró y lo miró con ojos de cachorrrita. —Qué asco, no hagas eso.

—AAAAAAA, pero si fuera Jungkook... —sus ojos acusando al alfa de favoritismo.

—Sería lindo. —confirmó lo que la alfa pensaba.

—Kim Taehyung, por favor, solo tienes que presentarte y ya. —reclamó la mayor. Había estado tratando de convencer al menor de ir a un evento, pero el éxito parecía estar lejos de ella.

—No me gusta ir a esos eventos, lo sabes, odio tener que sonreírle falsamente a todos. —confesó el alfa.

—Ni sonríes. —dijo, recordando que Taehyung siempre les pone una cara de asco, desprecio o fastidio a todos.

—Porque no puedo ser falso. —la pelinegra asintió ante esa verdad.

—Necesito que vayas, todos los años me haces lo mismo, se supone que eres el celebrado y nunca asistes. —era cierto, Taehyung nunca iba a eventos en los que tenía que dar discursos, él no se consideraba bueno en esas cosas.

—Este año será igual, no iré. —la alfa suspiró y salió enojada de la oficina del alfa.

La sonrisa que apareció en sus labios después, era de malicia, hoy vería al omega del castaño para una sesión de fotos y era su oportunidad de pagarle a Kim Taehyung, con su propia moneda.

Lo reportaría con su omega.

—¿Sí, diga? —respondió la llamada en su teléfono. —No, en un momento bajo por él. —la secretaria le había informado que había un paquete para él y en lugar de que la chica lo suba hasta su oficina, él decidió bajar por el paquete.

Taehyung llegó y tomó el paquete, era realmente un simple sobre en el que venían pedazos de telas como muestras.

—¿TaeTae? —la voz del omega llegó a él y el olor que desprendía hacía a su lobo volverse dócil.

—Qué sorpresa verte, ¿cómo has estado? —abrazó al diminuto omega que le dejó un beso en su mejilla. El alfa le regalaba una diminuta sonrisa.

—Bien, ¿y tú? —el omega se alejó y Taehyung suspiró.

—Ah estado complicado por ahora, pero pronto estaré bien. —el alfa no se había percatado de que un omega lo estaba observando desde lo lejos.

Jungkook estaba fijamente viendo a Taehyung coquetear con aquel omega. No diría que es feo, en realidad es hermoso y eso le molestaba más.

Yeonjun estaba a un lado del omega pelinegro y sabía que estaba molesto por el aroma que desprendía, vio hacia su papá y no entendía por qué su papi se enojaría por verlo hablar con él otro hombre.

—¡PAPÁ! —desprendió su manita de entre la de su papi y corrió hacia el alfa que al escuchar el llamado de su cachorro, en seguida se giró y agachó para recibirlo.

—¿Qué haces aquí, Yeyu? —se levantó con el cachorro entre sus brazos.

El omega castaño le acarició la mejilla a Yeonjun y este cerró los ojos gustoso. Jungkook no soportó eso, primero su alfa y ahora su cachorro.

El pelinegro caminó a paso veloz hacia ellos y se plantó a un lado de Taehyung, liberando sus feromonas y marcándolo como suyo. No era consciente de que estaba siendo territorial y aunque lo supiera, no se detendría.

El alfa era suyo.

Taehyung miró al otro omega que estaba sorprendido por la amenaza del pelinegro y solo sonrió por sus acciones.

—Tú debes ser Jungkook, yo soy Suho, el omega de Irene. —extendió su mano y fue cuando analizó las palabras dichas, que Jungkook cayó en cuenta de que el omega olía a un omega gestante, razón por la que el lobo de Taehyung se volvía dócil a su alrededor.

—¿Eres Suho? —el castaño asintió. —Oh, no te conocía en persona, Irene habla mucho sobre ti, ¿cómo te sientes después del embarazo? —hablaba rápido y avergonzado, haciendo reír al omega mayor.

—Hace tan solo un mes que me alivie, pero mi lobo es fuerte, así que he estado mejor, ya pasé lo peor durante el embarazo. —su embarazo fue de alto riesgo, es por eso que el omega se mantenía en cama y no había conocido a Jungkook.

—Sí, lo bueno es que ya estás mejor, ¿vienes a ver a Irene? —Suho lo miró y después asintió. —Yo también, si gustas vamos juntos y así nos conocemos. —Taehyung se mantenía callado, al igual que Yeonjun, ambos viendo a los omegas creando una amistad.

Jungkook dejó de lado su aroma territorial y dejó de querer impregnar al alfa con sus feromonas, ya estaba claro que el omega castaño no quería a su alfa, además, recordó que estaba enojado con él.

—Claro, vamos. —el omega, que era más bajo que Jungkook, se aferró a su brazo. —TaeTae, nos vemos después, me llevaré a tu omega. —se despidió y arrastró a Jungkook al elevador.

—Omegas... —suspiró Taehyung.

—No tendehos lo te figtufite. —Suspiró al igual que su padre.

—Sí... Eso mismo. —para ser honesto, el alfa no entendió lo que quiso decir su hijo. —Vamos a mi oficina, papi tiene trabajo que hacer. —habiendo dicho eso, el alfa regresó a su oficina.

—¡El amor de mi vida llegó! —así fue como la alfa recibió a su omega, que llegaba acompañado de Jungkook.

—No finjas que no sabes a qué vine. —el omega estaba fulminado a la alfa con su mirada. —¿Dónde está la omega que te marca? —refiriéndose a la que le deja su aroma a seducción.

—Pero bebé, ya te dije que ella lo hace por su cuenta, yo no le hago caso. —se explicó la mayor.

—No te pregunté eso. —Irene suspiró y después le indicó con la mirada dónde estaba la omega. —Jungkook, te dejo, voy a arreglar malentendidos, suerte en tu sesión, estoy seguro de que te irá bien. —habiendo dicho eso, se fue hacia donde una omega escogía postres para una alfa.

—¿Está bien que lo dejes solo? —la mayor miró con duda a Jungkook. —¿Es seguro dejarlo ir con ella así? —reformuló la pregunta y la alfa sonrió entretenida.

—Para ella quizá no, pero él estará bien. —ella conocía a su omega. —Vamos, tienes que prepararte para la sesión. —Su omega era muy territorial, pero no era capaz de matar a nadie, así que no sé preocupaba.

La alfa se llevó al omega pelinegro hasta el camerino para maquillarlo, ella era muy perfeccionista con sus fotografías, así que prefería maquillar a sus modelos para complementar bien sus fotos. Jungkook mantenía los ojos cerrados, confiando en la habilidad de la mayor.

—Kookie... —el omega solo murmuró demostrando que no estaba dormido. —¿Te puedo pedir un favor? —preguntó con leve timidez.

—Claro, ¿de qué se trata? —la alfa sonrió.

—Taehyung. —el omega abrió los ojos y miró a la alfa. —Este sábado tenemos una fiesta en la que se festeja su nombramiento como el mejor diseñador del año y no quiere ir. —puchereó la pelinegra. —Intenté convencerlo, pero desde que trabajo con él, nunca ha aceptado asistir a un evento así. —Jungkook la escuchaba atento. —¿Podrías convencerlo de ir? —el menor lo pensó antes de responder.

—Sí, haré que vaya, no te preocupes por eso. —le sonrió, Irene le regresó la sonrisa alegre.

—Gracias, gracias, gracias. —juntó sus palmas y agradeció fuertemente al omega que solo sonrió y le indicó que no era necesario ser tan agradecida. —Te dejaré aún más hermoso como gratitud. —Jungkook asintió y regresó a cerrar los ojos para seguir siendo maquillado.

Ahora, debía convencer al alfa con el que estaba enojado. No quería tener que olvidar su enfado hacia el castaño, pero era por Irene, la alfa no tenía la culpa de nada y le había pedido un favor, no podía negarse a ayudarla.

No dejemos que este testarudo omega nos engañe, él simplemente aceptó para tener una excusa y perdonar a su alfa. No soportaba seguir enojado con el castaño, realmente quería perdonarlo, pero no le parecía solo perdonarlo sin razón alguna. 

—Taehyung. —el alfa quitó su vista de la pantalla y miró hacia quien irrumpió en su oficina. —¿Puedo pasar? —el omega ya estaba con la mitad del cuerpo dentro. El alfa se levantó y corrió hacia él.

—Claro que puedes, tú siempre serás bienvenido a mi oficina. —lo incitó a entrar y el omega se dejó. —¿Vienes por Yeyu? Él está en la habitación de juego. —El mayor había hecho que construyan una habitación infantil exclusivamente para su cachorro, justo a un lado de su oficina.

Lo que Taehyung veía en la pantalla de su computadora, era a Yeonjun jugando en la piscina de pelotitas, tenía que firmar unos documentos importantes, así que tuvo que dejar de jugar con su hijo e ir a firmarlos, pero aun así se mantenía vigilando al infante.

—No, puedes dejarlo jugando ahí un rato, quiero hablar contigo. —el alfa trago en seco.

—¿Sobre qué, amor? —le sonrió y el omega se dirigió al sofá, donde se sentó y luego palmeó a su lado, indicándole al mayor que se siente ahí. —Voy. —casi corrió para sentarse junto al omega.

—¿Quieres que te perdone? —el alfa lo miró sorprendido. La sonrisa que surgió, era la respuesta más obvia.

—¡SÍ! —se aclaró la garganta, ya que al gritar tan pronto, había causado que su voz sonara muy aguda. —Quiero decir, sí, claro que quiero que me perdones. —el omega asintió.

—¿Seguro? —el Alfa asintió repetidamente.

—Sí, haré lo que me pidas para que me perdones, en serio, ya no soporto que seas distante, mi lobo muere cada vez que te comportas tan lejano a mí. —eso hizo doler el corazón de Jungkook. No creyó que el alfa estuviera tan triste.

—Bueno, te perdonaré si haces lo que te pediré. —el alfa sonrió realmente feliz. Haría lo que sea que su omega le pidiese. —Ve al evento que Irene está organizando para ti. —el castaño pensó que le pediría matar a alguien, pero lo que le pidió era un precio demasiado fácil de pagar.

—Bien, iré. —abrazó al omega y hundió su nariz en el cuello de Jungkook, inhalando su aroma, ese que había extrañado sentir así de cerca.

El omega se dejó abrazar y olfatear, por un lapso de tiempo demasiado corto, a gusto del castaño, luego empujó la cabeza del alfa y este lo miró con ojitos tristes.

—Todavía no te perdono, hasta que asistas al evento. —el alfa suspiró triste.

—Le diré a Irene que cambie el evento para hoy. —el omega soltó una fuerte risa por el comentario del alfa. —No bromeó, no soportaré más días de tu rechazo. —se sinceró.

—Bien, te perdonaré desde hoy, pero si no vas, me volveré a enojar. —el alfa sonrió en grande y besó rápidamente al omega, sorprendiéndolo.

—¿Vendrás conmigo al evento? No quiero estar ahí sólito. —su omega lo miró con duda. —Por favor, ven conmigo, así puedo presentarte ante mis socios como mi Omega, muchos no te conocen porque son del extranjero. —Jungkook seguía sin darle una respuesta. —Vamos, di que sí. —suplicó y el menor terminó suspirando.

—Solo iré para asegurarme de que no andes mirando feo a los invitados. —Taehyung le hizo un puchero a Jungkook y el omega solo lo besó.

El alfa sonrió de inmediato al sentir como los dulces labios de su novio se pegaban a los suyos, borrando el rastro del puchero que había hecho.

—Me encantan tus besos. —confesó el mayor, generando nerviosismo en el menor.

—Iré a comprarme ropa para el evento, así qu-

—¿Comprar ropa? —cuestionó, interrumpiéndolo. —Amor, tienes frente a ti al mejor diseñador, tú eres la inspiración de todo lo que confecciono, vamos, te llevaré a que elijas cualquiera de ellos para usar. —tomó la mano del omega y se puso de pie, incitándolo a levantarse también. —Pero primero, voy a buscar a nuestro cachorro. —Taehyung fue por Yeonjun al cuarto de juegos y lo trajo en sus brazos. —Ahora sí, vamos al closet de oro. —nombre del cuarto donde se encontraban todos los diseños que había hecho, incluyendo los que no habían salido a la luz.

Jungkook siguió al alfa hasta una enorme puerta dorada y cuando el alfa la abrió, sus ojos se engrandecieron por lo que veía.

Todos los diseños que su alfa había elaborado, estaban ahí, incluso había unos que nunca había visto en las revistas. Había trajes brillantes y elegantes, vestuarios de gala y de todos los colores que se podría imaginar, era como entrar al mundo, que era la cabeza del castaño.

—Todo aquí es tuyo, elige el que más te agrade para la fiesta, todos están hechos a tu medida. —el alfa miraba al omega que no sabía qué decir.

—¿Papá hicho todo? —preguntó el infante en sus brazos. —Woooaaah. —expresó al ver que su padre alfa asintió.

—¿Está bien que use cualquiera? —El mayor se acercó hasta tomarlo de la mano.

—El que utilices un diseño mío, es un honor para mí. Cuando la musa viste lo que se diseñó, es un sueño para todos los creadores y artistas. —Jungkook sentía sus mejillas calentarse y el alfa era testigo del cambio de color en ellas. —¿Cuál te gusta más? —sonrió mostrando sus bellos y perfectamente alineados dientes.

—El más barato, ¿Cuál es? —Taehyung casi se carcajea.

—El más barato vale casi tres lingotes de oro, aunque, si aceptas mi opinión —el alfa dejó al pequeño en el suelo mientras se introducía más al fondo de la habitación y volvía con una bolsa negra de trajes. —, este de aquí es perfecto. —abrió el cierre que mantenía seguro el vestuario y dejó a la vista lo que protegía aquella bolsa.

—¡Es muuuuy bonito, a Yeyu le guta! —gritó feliz el pequeño que estaba de pie junto a su papi.

El omega miraba expectante aquel traje blanco, el pantalón se veía suave y cómodo, la parte de arriba era una camisa de manga larga, la tela era traslúcida en las mangas y del cuello caían holanes que dejaban una apertura atrevida, además de que tenía pedrería que hacían verlo mágico por los destellos que ocasionaban.

—No he visto este modelo antes. —comentó el pelinegro.

—Eso es porque nunca ha sido usado, es completamente nuevo. —confesó el alfa. —Lo hice después de un sueño que tuve. —eso llamó la atención del omega.

—¿Un sueño? —El alfa asintió. —¿Sobre qué? —las orejas de Taehyung quedaron rojas de solo recordar lo que había soñado.

—Nuestra boda —el corazón del menor se aceleró al escuchar esa respuesta. —, vestías completamente de blanco, al igual que yo, pero sin duda a ti se te veía mejor y después de eso, la idea de verte en un traje blanco... Simplemente, me venció y terminé creando este traje. —el omega estaba sin saber qué decir. —Así que, si lo usas, estoy seguro de que te verás como todo un ser divino. —Jungkook sentía su cara arder.

—B-Bue-Bueno, usaré ese, pero no por-porque tú lo digas. —le arrebató el traje y salió corriendo de la habitación.

—Papi huyó. —dijo el pequeño Yeonjun.

—Déjalo, es tímido. —el alfa le extendió su mano al pequeño y este le dio su manita. —Vamos, hoy veremos películas los tres. —eso hizo feliz al cachorro.

Taehyung no podía soportar la emoción que sentía al saber que el sábado vería a su omega vistiendo un diseño que él mismo había hecho y que había creado con la imagen de su boda.

Una boda... Un evento que no estaba del todo lejos.

El sábado por fin llego y Taehyung ya estaba todo arreglado para ir al evento, se encontraba sentado en el sofá de la sala, junto a su cachorro. Jungkook salió de la habitación y se paró frente al alfa.

Los ojos de Taehyung brillaron al ver la belleza que era Jungkook, la sonrisa boba en sus labios hacía trabajar más rápido al corazón del menor.

—¿Listo? —preguntó el omega evitando preguntar algo que encendiese el interruptor del alfa. —Vamos, todavía debemos dejar a Yeonjun con Jimin. —el mayor se levantó rápidamente y el infante ya estaba entre sus brazos.

—Te ves hermoso —dijo estando frente al omega, Jungkook se sonrojó. —, precioso, encantador, deslumbrante, di- —el omega le tapó la boca con la mano.

—Solo vamos. —empujó al alfa y se alejó, sus mejillas coloradas y su rostro caliente por los repentinos halagos del castaño.

Taehyung le siguió sus pasos, sin borrar la sonrisa de sus labios. Salieron del castillo verde con un bolso preparado para Yeonjun y se dirigieron a la casa de los Min.

Jimin fue quien recibió a la pareja, debido a que la invitación decía "sin infantes" no podían llevar a Yeonjun, así que el pequeño alfa debía quedarse con la familia de su mejor amigo.

—¡Adiósh papi, adiósh papá! —se despedía, agitando su manita hacia la pareja.

—Pórtate bien, mi amor. No le causes problemas a tu tío Jimin. —le indicó el omega a su hijo.

—Cuídalo, lo haces llorar y haré llorar a tu cachorro. —amenazó Taehyung a su amigo pelirrubio que solo blanqueó los ojos. —No lo hagas llorar, tampoco le niegues lo que pida, si es costoso, te devolveré el dinero, pero se lo das. —Jungkook se limitó a suspirar, ya rendido a impedir que su cachorro sea consentido por el alfa.

—Lo estás dejando en mi casa, no en un cuartel de guerra. —se burló, usando las mismas frases que usaba Taehyung cuando le pedía cuidar de Soobin.

—Solo cuídalo. —ordenó el alfa. Se agachó para estar a la altura de su cachorro. —Papá vendrá por ti mañana, ¿sí? Aunque si te despiertas y quieres regresar a casa, solo dile a tu tío para que me avise y vendré por ti, ¿de acuerdo? —el menor asintió. —Bueno, adiós, —le dio un beso en la frente. —, te amo. —se puso de pie y luego Jungkook hizo lo mismo que el alfa, antes de que ambos se despidieran para dirigirse a la fiesta.

Ambos llegaron a la tan esperada fiesta de premiación, Taehyung se encargó de presumir a todo quien preguntara por Jungkook, que él era su omega. El pelinegro estaba bastante feliz siendo halagado por su belleza y más cuando hablaban de lo bien que le quedaba su traje.

El alfa se encontraba sentado junto al omega, en la misma mesa que Irene y Suho. Jungkook estaba sentado en medio de Taehyung e Irene. Un mesero se acercó a la alfa y le susurró algo en el oído, a lo que ella simplemente asintió.

—Taehyung, ya es hora de tu discurso. —el alfa la miró disgustado. —Solo es leer. —extendió el papel donde estaba escrito el discurso. Taehyung seguía sin querer ir.

—Prometiste que no andarías de amargado, ve a leer ese discurso. —ordenó Jungkook y su alfa nunca podría ignorar una orden suya.

—Solo por ti. —le dio un pequeño beso en la mejilla, antes de arrebatar el papel de las manos de la pelinegra e ir hacia el escenario.

Taehyung subió y se plantó frente al micrófono después de que lo hayan anunciado, los aplausos durante su entrada eran fuertes, en verdad estaban sorprendidos y felices de que al fin el alfa había asistido a un evento.

—Me dieron un discurso escrito que se supone debo leer —empezó a hablar a través del micrófono. —, pero creo que saben que no es mi estilo este tipo de eventos. —arrugó el papel que tenía en sus manos y lo dejó sobre el estrado. —La verdad, no vendría si no fuera porque alguien me lo pidió. —Irene codeó las costillas de Jungkook, avergonzado al pelinegro. —Así es, Kim Taehyung vino por primera vez a un evento así, solo porque desea el perdón de un omega. —los invitados solo sonreían y miraban alrededor en busca del afortunado omega. —Él se enojó porque me hizo una pregunta y al parecer, la respuesta no le gustó, pero prometió perdonarme si asistía a este evento. —Jungkook no sabía dónde esconder su cara y la alfa a su lado solo empeoraba su sonrojes con sus comentarios.

—¡¿CUÁL FUE LA PREGUNTA?! —gritó Irene, siendo conocedora de esto, pero quería que los demás invitados hicieran bulla, algo que consiguió.

—Él me preguntó la razón del por qué lo amo y yo le respondí que no sabía. —los abucheos no se hicieron esperar, todos estaban de acuerdo con Jungkook; esa era una pésima respuesta. —¿Qué se supone que debía responder? —cuestionó a los ojos juzgones que lo miraban desde abajo. —¿Cuáles son las razones por las que puedes amar a alguien? —las personas comenzaron a gritar algunas de las muchas razones que surgían en sus cabezas.

"Los ojos"

"La risa"

"Las manos"

"La voz"

"El cuerpo"

"El género"

Algunas de las razones que el alfa logró escuchar entre las que le gritaban con un tono de obviedad, él solo sonrió, parecía no estar de acuerdo con lo que el resto pensaba y justo ahora, diría lo que haría cambiar la forma de pensar de los demás.

—No, nada de eso puede ser la causa de mi amor por él. —aseguró, dejando una duda en todos los presentes. —¿Sus ojos? No es el único con ojos color avellanas, sin duda son hermosos, pero existen muchas personas con ese color de ojos y aun así, solo en él me aparecen hermosos. —recordó otra de las razones y negó. —¿Su risa? Sí, es hermosa y amo escucharla, pero si alguien más se riese de la misma forma que él lo hace, no podría amar de la misma manera a esa persona, así que no, su risa no es la razón. —luego se vio las manos y pensó en la posibilidad de que sean la razón, pero nuevamente negó la idea. —¿Sus manos? Obviamente amo entrelazarlas con las mías, pero no son una razón para amarlo, muchas personas tienen las manos igual de suaves que las suyas, pero solo me apetece tomar las manos de él y de nadie más. —Jungkook no despegaba su mirada del alfa y al igual que todos, escuchaba atento lo que diría a continuación. —¿Su voz? Es la más hermosa y melodiosa que he escuchado, pero si alguien más tiene el mismo timbre de voz, no me enamoraría de esa persona, así que no, esa no es la razón. —Pensó brevemente, hasta que recordó otra palabra dicha y también negó esa posibilidad. —¿Su cuerpo? Es espectacular, pero aunque exista un ser con las mismas características de su cuerpo, no me enamoraría como lo hice de él, entonces no, su cuerpo no es la razón por la cual lo amo tanto. —el corazón de Jungkook podría ganar una carrera a este paso, no podía dejar de aumentar su ritmo cardíaco. —¿El que sea omega? Existen miles de millones con el mismo género y solo él logró hacerme amarlo con todo mi ser. —quitó el micrófono de la base y caminó al centro del escenario.

—¡ES SU NOMBRE! —gritó un alfa para hacer reír al resto.

—Sin duda, el nombre de Jeon Jungkook es perfecto y hermoso, pero si ese no fuera su nombre, igual me hubiera enamorado de él y si alguien con el mismo nombre apareciera frente a mí ahora mismo, no podría amarlo como lo amo a él. —regresó la seriedad y reconstruyó la atmósfera romántica. —Así que no mentí cuando le respondí que no sabía cuál era la razón de mi amor, solo sé que amo su risa porque es suya, amo escuchar su voz porque proviene de él, amo sus manos, sus ojos que se iluminan con el brillo de la luna y su cuerpo completo... Porque le pertenecen a él. No lo amo por esas características, amo esas características porque son suyas, entonces ¿qué me hace amarlo tanto? No lo sé, en verdad no lo sé, perdón si mi respuesta te hirió o te confundió, pero no te puedo responder cuando ni siquiera yo sé la respuesta. Lo único que puedo decirte es que te amo porque eres tú. —Taehyung se bajó del escenario y comenzó a caminar hacia Jungkook. —Soy malo para expresarme, pero aun así me amaste, soy pésimo para cuidarte, pero aun así te recostaste en mis brazos y te sentiste seguro en ellos, soy un alfa torpe, pero confiaste en mí. —sus ojos solo buscaban los del menor, ignorando al resto de personas.

Taehyung odiaba la cursilería, pero amaba ver esos ojos en Jungkook, unos ojos brillantes que dejaban en claro lo feliz que era al escuchar todo lo que su alfa tenía por decir. Taehyung podría perder toda vergüenza con tal de ver esa mirada de alegría en su omega, no pensaba en nada más, solo en mantener ese brillo en esos ojos que tanto ama ver.

—Viene hacia ti. —le susurró Irene al pelinegro que había hasta detenido su respiración.

—Estuve pensando en la respuesta a tu pregunta, pero sigo con la misma desde aquel día; no sé. Y espero nunca saber, porque prefiero amarte sin razón a saberla y algún día perderla. Te amo Jeon Jungkook y es por eso mismo —al fin llegó frente al omega, Jungkook se giró e Irene se hizo a un lado para que el alfa pueda arrodillarse ante el pelinegro. —... que hoy me arrodilló ante ti para pedirte que por favor me brindes el honor de ser quien te acompañe en esta y todas nuestras vidas. —el pelinegro estaba que no se lo creía. El alfa le dio el micrófono a Irene y tomó la mano del omega para después besarla. —Te lo prometí, que te pondría un anillo en este dedo. —hablaba solo para el omega. Sacó una cajita del interior de su saco y la abrió, dejando a relucir un anillo plateado con diminutos diamantes incrustados en toda su expansión. —¿Aceptas ser mi esposo? —los ojos de ambos se miraron y estaban brillando debido a las lágrimas de emoción que retenían.

—¿Estás seguro de esto? —le preguntó al alfa y sus ojos decían que estaba seguro de lo que hacía. —No soy un omega adecuado para ti. —su voz temblando, sus inseguridades saliendo a flote en este momento.

—No hay un estándar para definir si eres o no adecuado, en realidad, solo tú puedes serlo. —Su mano acariciando la del menor, para tratar de calmar sus nervios.

—¿Y si te arrepientes o buscas un mejor omega? —Taehyung sonrió, viéndolo incrédulo.

—Eres el único omega al que le pediría formar una familia. Además, te lo había dicho antes; soy un hombre exitoso porque solo actuó si estoy seguro del éxito completo y cariño, una vida junto a ti y Yeonjun, sería el mayor de mis éxitos. —Jungkook suspiró, no podía contra el alfa. —¿Aceptarás o debo comprar un anillo con diamantes más grandes? —Jungkook sonrió y extendió su mano.

—Aceptaré, pero si un día te arrepientes, pagarás caro, Kim Taehyung. —el castaño sonrió mientras asentía. —Eres todo un caso romántico. —el alfa quitó el anillo de su cajita y la colocó delicadamente en el dedo anular del omega.

—Gracias por concederme ser feliz, te amo. —besó la mano donde recién había colocado el anillo y luego Jungkook acunó su rostro para besarle la frente.

—Te amo, mi Alfa.

Y todos comenzaron a aplaudir por la gran noticia, los reporteros no tardaron en fotografiar el momento para después hacer varios artículos sobre la gran confesión de amor del alfa Kim Taehyung, hacia su omega, Jeon Jungkook.

La promesa de amor estaba hecha y ahora, seguía una gran y extraordinaria boda.

Holiwilis ♡

Más vale tarde, que nunca jsjsjs 

 Espero les haya gustado este capítulo, saben que siempre trato de darle un toque cursi a todo en esta historia y era la proposición, obvio debía ser un capítulo así :3 

 Muchos quieren que el segundo hijo sea Beomgyu, pero les diré que no, no será él y más adelante sabrán por qué no lo será. 

Tardo más de lo que creí en escribir un capítulo, perdón por eso, el tiempo me hace falta, pero ya quiero terminarla, para poder empezar a subir otra historia JAJAJA 

 No olviden comentar qué les pareció y votar <3 

 Las amo lunitas bellas y agradezco su apoyo a esta cursi y melosa historia. 

 *Mali fuera*  

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