La felicidad nunca es segura, por tal razón debemos valorarla y aprovechar al máximo a nuestros seres queridos, a nuestro querido Esteban le había durado lo que dura una ola al romper en las rocas, pero lo ha dejado deleitado y lo sigue deleitando con su Ángel, el pequeño Gabriel. Ese día una vida se había ido trayendo consigo a otra que desgraciadamente iba a recordar dolor y un amor puro, vivir solo en una gran casa con su pequeño no es cosa fácil y más cuando aún amas esa herida que te empeñase en no cerrar. La vida nos da sorpresas y tragos amargos que duran vidas y sigues sin asimilar, muchas veces ponemos en pausa, pero sabemos que continua. Nos encanta que nos disfracen las mentiras en verdades para no aceptar una situación actual.