|•52•|Devuelta a la vida











Me estiro en la cama bostezando dando vueltas para adaptarme al nuevo día mientras doy gracias por ver nuevamente la luz. Me pongo de pie caminando al armario sacando un jeans color crema ajustado de tobillo corto, unos zapatos bajos cómodos junto a una blusa sencilla y la chaqueta de mi trabajo. Entró al baño para ducharme con prisa pues presiento que voy tarde y prefiero no mirar el reloj. Me visto rápido apresurando para poner mi teléfono en mi oído que no para de sonar.

—Halo —me termino de calzar.

—Buenos días mi amor —su voz.

—Buenos días cariño —sonrió mientras camino al espejo y termino de hacer mi coleta.

—¿Como amanece la mujer mas hermosa?.

—La verdad, fatal cariño —me cuelgo la cartera en el hombro y cierro la puerta caminando al auto.

—Nereida esta acá en casa igual vino temprano —la escuchó saludarme.

—Amor voy conduciendo, te parece si hablamos más luego y que tengas un hermoso día, te quiero y te mando muchos besos.

—También tu. Te quiero.

...

Camino entre mis colegas a la cocina del centro, veo que todos están con sus tazas de café, les saludos. Me sirvo té y vuelvo a mi consultorio para tomar lista de mis pacientes he tenido en descuido a algunos de mis niños. Aquí da igual ayudo en todo lo que puedo.

—Buenos días señorita Aurora esta su primer paciente Mateo de cinco años —abre la puerta con el pequeño y su madre de mano les sonrió con un buenos días.

—Deja la formalidad por favor —le sonrió a la chica que por el momento se que se llama Perla.

—Hola Mateo no te había visto por aquí ¿Que tal?—le doy mi mano cuando logra sentarse en la silla con su madre que lo mira a él.

—Bien pero mi mamita dice que tengo algo y yo no se nada —sonrió ante tan bella inocencia y ojos grandes llenos de amor.

—He traído unos analices que le hice acá mismo en el laboratorio —enfoco a la madre con mirada preocupada y tomo el sobre con los resultados mientras leo ella continua hablando. —Le dan muchos dolores de cabeza siempre me dice que le duele, fiebre muy constante problemas para respirar, le duele la garganta y me dice que le duelen los huesos yo digo que los músculos —observo al pequeño.

—Segun los síntomas y los resultados tiene Rinofaringitis es normal en los niños se transmite cuando estornudamos o tosemos sin tapar la boca, por el momento la toma de mucha agua, jugos naturales y reposo, voy a recetar un jarabe para esos dolores que el pequeño siente y pondré cita para dentro de una semana. Si los dolores persisten en los músculos seria bueno ya una radiografía.



...

Mientras estoy en mi hora de almuerzo haciéndole creer a mis compañeras que escuchó su conversación pero estoy más lejos que un avión ¿podre tener la fuerza suficiente para hacerme esos exámenes de nuevo que Esteban me pide? ¡Si tengo que hacerlo!.





Anónimo

Miro una vez más las fotos que le he estado haciendo desde mi auto. Es hermosa y me siento libre de solo mirarla. Desde que la conocí el primer día justo donde esta ahora con sus compañeras almorzando supe que era diferente y no quise volver a tomar esos malditos medicamentos que solo me mantenían como un zombie, dogrado todo el tiempo. Un hombre como yo él cual las mujeres ven como apuesto, guapo y preparado con una profesión la cual no puedo ejercer. Sufro de depresión agresiva, soy compulsivo, sufrí un accidente, en estos momento estoy normal. Necesitó hablarle, mirarla a ese rostro tan delicado y sencillo que tiene, es suave como una pluma, ese papel y unas palabras no podrán alejarme de la única mujer por la cual me metería en tratamientos y llevaría al pie de la letras mis medicamentos.





...


Aurora

Ruedo el reloj en mi muñeca, tres de la tarde. Conduzco a una clínica privada para hacer una ultima vez mi prueba de fertilidad mientras voy llegando mas nerviosa me pongo, entre en el estacionamiento y bajo del auto quitándome la chaqueta quedando en una blusa cómoda, saco mi cartera, lentes y cojo las llaves, mis tacos resuenan en el suelo mientras camino a la entrada.

—Buenas tardes joven ¿En que le podemos ayudar ? —me recibe una joven vestida formal en la recepción.

—Buenas tardes, soy Aurora Catalina Mendez llame aproximadamente hace una hora para una cita con el Dr Fajardo —sonrío poniendo mis gafas en el pelo.

—Oh claro puede pasar, puerta tres.

Camino sin mirar mucho a los lados, la puerta esta frente a mi. Todo blanco, su nombre en la puerta, respiro tres veces profundo y limpio mis manos en una servilleta, tomo el pomo abriendo la puerta. Un señor de unos cuarenta años pelo un poco largo rubio y ojos profundos achocolatado esta sentado en su escritorio vestido de blanco.

—Adelante es usted ... Aurora —me hace señas para sentarme con una sonrisa que ayuda a calmar mis nervios.

—Hola, si soy yo.

—Bueno Aurora. Buenas tardes, agradecerte por ponerte en nuestras manos, sin embargo no tengo ningún expediente suyo por lo cual empezaremos de cero haciendo exámenes ¿Le parece?.

—Si, si claro no tengo ningún problema.

—Perfecto, los exámenes lo podemos hacer acá mismo para mas seguridad, confió en mi equipo ¿Quiere empezar hoy?.

Me rasco la nunca sonriendo un poco.

—Le parece si mañana en la mañana con la hora un poco mas fresca, vengo de trabajar y estoy cargada de una larga jornada.

—Claro no hay problema.

Me paro dándole la mano dejando una cita para mañana.




...

—Nereida puedes venir a casa cuando escuches este mensaje por favor —dejo un mensaje de voz cuando su correo me salió. Marco el número de Esteban.

—Hola mi amor —hablo desde que descuelga.

—Hola preciosa ¿que tal?.

—Bien, camino a casa ¿tu?.

—Ya estoy en la casa te dije que vendría temprano.

—Ah perfecto amor —evito decirle lo del médico no quiero ilusionar y así seguiré manteniendo esto en mi secreto por si todo sigue igual por si sigo seca.

—¿Esta Nereida por hay?.

—No cariño se fue hace un rato ¿porque no te vienes a la casa?.

—Mas tarde —me siento mal.

—Esta bien —su voz baja de tono.

—Te hablo cuando llegue a la casa —cuelgo ya frente a mi edificio, me quedó un rato sentada dentro, mi celular vibra en mis piernas es Nereida.

—Hola ya voy para allá.

—Ok perfecto —cuelga y salgo del auto yendo a mi hogar. Abro la puerta de mi hogar respirando pesadamente acomodando me. Suena el timbre.

Nada más verla la abrazo fuerte después de todo es mi amiga incondicional en silencio también me abraza fuerte.

—Gracias por venir, amiga —camino con ella al sofá.

—Ah no seas tonta igual hoy iba a venir a verte —sonrie tan bonito quitándose la primera chaqueta.

—Te dije que vinieras porque tengo algo que contarte de mi vida.

—Me asustas —me interrumpe.

—Te comente una vez que escogí carreras de pediatra porque es en verdad lo que me gusta es mi pasión pero todo tiene que ver con que —hago una pausa mirando a mi alrededor y a la vez nada. —Pues no puedo tener hijo. No puedo ser madre —su cara de confusión por mis palabras y sus ojos cristalizar mientras le hablo.

—Haber Aurora no estoy entendiendo nada ¿Tú? Esto no te puede estar pasando a ti amiga ¿desde cuando lo sabes y porque no me habías dicho? Por Dios —me abraza fuerte y hago lo mismo.

—Lo siento. Lo siento Nereida pero es algo que mas luego iré contándote mejor —nos separamos. Tiene lágrimas.

—No sabes como lo siento, eres la mejor persona que conozco tu no mereces esto —toma mi mano entre la suya. —Que puedo hacer por ti, dime por favor —Solo la abrazo.

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