|•36•|No lo sabíamos
No todos somos unos expertos en el amor, no todos tenemos esa dicha de llamar a una persona con certeza pareja y pocos muy pocos pueden llamar amor a una relación que lleven.
Esa noche no podía quedarme en esa casa, no podría tener cara de levantarme al otro día y dar un buenos días como si nada hubiese pasado. Así que había decidido irme a las dos de la madrugada aun cuando el agua caía no con la misma intensidad, pero aun llovía, todo estaba mojado, había subido a mi auto y llegado a casa en medio de aquella noche. Nada mas haber llegado a mi casa, me heche a llorar como una niña y ¿el porque? No lo supe, solo se que después de llorar me sentí mejor y calmada, no había encendido una sola luz en casa y me quede dormida en mi habitación pero en el piso mirando al balcón.
Esto era solo el comienzo, aquel hombre en sus penumbras se ha dado cuenta que no me ve con ojos de amigos y mucho menos yo y para el darse el gusto de seguir en su pasado me ha dejado bastante claro que era mejor aclarar las cosas ahora porque como el dijo, no pasara otra cosa. Pero como hago ahora que me he dado cuenta que estoy enamorada de él, ya decía yo que esas preocupaciones por él y su hijo no eran normales, esa intensidad de verle, como me bailaba el corazón de verlo y lo nerviosa que me pongo pero que yo ignoraba a propósito porque quizás siempre supe que aquel Esteban esta sumergido en un dolor que no quiere aceptar y yo no soy quien para hacerle entender un dolor que no conozco.
...
Esteban
Me levanto de mi cama y bostezo dándome la vuelta. Me pongo en pie de la cama, estoy solo con el chándal, desde mi balcón veo muchas hojas que han caído y flores, camino por el piso frío a su habitación, esta todo a oscura y duerme plácidamente. Salgo de este y me detengo en el otro pasillo, la puerta esta abierta, sigo parado y paso ambas de mis manos por mi rostro y voy a la mía, me cepillo los dientes, lavo mi rostro, me miro al espejo, mis ojos están distintos, mis labios y todo yo, un cambio sonrío para mi y paso mi mano húmeda por mi pelo suave peinándolo un poco.
Salgo nuevamente y la puerta sigue abierta. ¿Cómo le diré? Le diré que lo de anoche lo dije sin pensar que ella me había llegado a la mente llenándome de culpas. No, no Esteban tu debes de seguir con tu promesa de amor que le hiciste en su tumba. ¿Por qué mi cuerpo, mente, y corazón quieren otra cosa? Con mi puño cerrado golpeo la pared en un toque seco y pego mi frente de esta. Estoy enamorado de ella y no un amor de esos locos es un amor de esos del cual estas seguro de lo que sientes. O quizás estoy equivocado, quizás lo que simplemente siento es agradecimientos por sus actos, quizás encantado con su manera humana, quizás estoy confundiendo una bonita amistad con otra cosas no piensas eso cuando la besas. Solo estoy confundido.
Haberle dicho eso a noche me hace sentir libre y empezar a sentir como mi corazón de acelera de pensarla.
Camino a la habitación abierta y toco la puerta con mi nudillos que esta entre abierta, toco tres veces y no obtengo respuesta. ¿Le habrá pasado algo? Con aquel pensamiento asustado abro la puerta y lo primero que veo es la cama igual de arreglada que antes, el sofá en el mismo lugar, no hay un reloj o celular en la mesita de noche, las cortinas siguen cerradas... El corazón me empieza a palpitar con volumen, no escucho agua caer en el baño.
—¿Aurora estas en el baño? ¿Te encuentras bien? ¿Necesitas algo? Oye, perdón si te hice sentir mal anoche soy un imbécil de verdad lo admito yo estoy confundido y... No se lo que siento me contradigo y digo cosas... —hice silencio al darme cuenta que mi voz esta haciendo eco y me siento hablar solo, abro la puerta y todo esta igual, sentí un pequeño vacío en mi pecho.
Salí y camine a la sala, no está una nota, ni nada, abrí las cortinas de la sala y su auto no esta estacionado donde estaba anteriormente, la cera esta esparcida en el meseta y me ocupo por limpiarla y ponerme hacer el desayuno ocupando mi mente en otra cosa.
Aurora
—Me invitas a desayunar aquí en la clínica y es para estar por algún planeta en el espacio, o sea tierra y Nereida llamando a Aurora Catalina Mendez.
—Disculpa Nereida lo siento en verdad es que...
—¿Que? Eso dijiste hace veinte minutos, nos quedamos donde me preguntaba por mi relación con Fabián.
La invite a desayunar aquí, es mi única mejor amiga, aquí en la clínica tengo amistades, pero son mas colegas de trabajó que otra cosa. Ella es mi confidente, mi amiga pero no puedo decirle lo de su primo y mi persona, no sabría como explicarlo y no quiero que piense mal de mi, así que me conformo con tenerla enfrente y hablar de cualquier tema.
—Te cuento que Fabián ha resultado ser una caja de sorpresas, me sorprende a cada instante, es interesante el hombre, me cautiva siempre y me siento feliz de que me este conociendo con una persona que mira la vida un poco desde mi perspectiva, estaba pensando en presentárselo a Esteban, es mi único familiar que se que estará feliz por mi y se asegurara que sea una buena persona para mi pero igual voy a esperar para presentarlos —sonríe feliz, recogiendo una media coleta de su pelo lacio, aquel maquillaje sencillo y delicado que se da, se ve tan hermosa, esta vestida formar, creo que luego de aquí se ira a un nuevo proyecto en una empresa.
—Me alegro tanto por ti y lo sabes, yo soy feliz con lo que tu seas y nada me agrada mas que ustedes compartan las misma cosas, bueno la mayoría —reí. —Solo espero que todo siga igual eso me llenaría de felicidad por ti —tome su mano en la mesa y la junte con la mía.
—Gracias y sabes que lo sé, también quiero verte feliz, sabes quiero decirte que aunque veas las cosas difíciles, solo son fachadas y se que serás feliz, mejor dicho ya lo eres solo que aun no lo quieres admitir y debes hacerlo para luchar.
—Te me has vuelto una vidente y poeta —reímos ambas.
Al final se fue y me puse en pie, camine por el pasillo de mamá canguros,las madres alimentan a sus bebés recién nacidos, lo llevan para hacer chequeos etcétera. Entre viendo a madres adolescente, brinde sonrisas para ellas, seré pediatra de dos bebés con apenas seis y once días de nacidos. Esto si me hace feliz.
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