|•28•|Diversión













Aurora


No soy muy buena en los ejercicios pero un mal día salgo y hago ejercicios como hoy que es domingo, doy tres vueltas más en el parque y corro de regreso a casa, me he detenido unas tres veces en el camino, soy una débil.

Abro la puerta y cierro detrás mio, me agachó y me quito las deportivas, camino a las escaleras, me siento con las manos en mis rodillas, cierro los ojos y lo veo a él con sus labios fijos en los míos. ¿Qué es esto que me esta pasando? Resoplo unos flecos de mi pelo y termino de subir las escaleras.

Me meto directo al baño y media hora después salgo bañada y envuelta en una toalla azul cielo. Bajo las escaleras con mis pies mojando todo y mi pelo soltando gotas de agua, el timbre de mi hogar suena y miro desconcertada a la puerta, sujeto mas la toalla y me acerco de puntitas a la puerta.

—¿Quien? —pregunto.

—Hola Buenos días Aurora, es Esteban, estoy con mi hijo y pues vamos al parque, pensé que te gustaría acompañarnos y... ¿Puedes abrir la puerta? Odio hablar de esta forma —su voz hace eco afuera.

Lo primero que siento es un nervio terrible que me sube de los pies al estómago y empecé a caminar de un lado a otro. Voy a la puerta, sujeto mas mi toalla y la abro sonriendo con todos mis dientes para ellos dos, que me miran atentos.

—Adelante y claro que quiero ir. ¿Es posible esperar? —hablo normal como si no estuviera en toalla enfrente de él.

No dijo nada, solo entro mirando a otro lugar evitando mi rostro y corrí a las escaleras casi cayendo enfrente de sus narices, llegue a mi habitación y como loca rápido abrí el armario y tropecé con la toalla al dejarla caer al piso. Me puse en pie, puse la ropa interior, pero mas rápido busque un vestido simple, me calce con mis Converses negras que casi nunca uso, saque una chaqueta y me la puse, me mire al espejo unos segundos, me veía como una adolescente, no puse nada en mi cara y tampoco hice nada en el pelo y baje como loca las escaleras con una cartera pequeña colgando de mi hombro.

Están sentados en un sofá, el pequeño fue el primero en mirarme y luego él que posó su ojos fijos en los míos y me hizo sentir nerviosa.

—Pensé que le hubiera dado algún desmayó allí arriba —hablo mirando cada paso que daba al bajar las escaleras.

—Lo siento lo hice lo mas rápido que pude.

—¿Nos vamos entonces? —se puso en pie con el pequeño y me adelante para tomarlo en brazos, quien me rodeó con sus pequeñas manos.

Camino delante y abrió la puerta, seguido de mi salió, bajamos en el ascensor y lo único que se escuchaba eran las raras cosas que hacía con su boca él pequeño. Cruzamos la calle, camino a su auto abrió la puerta de atrás y me subí con el pequeño a mi lado.

—Disculpa que me aparecí así en tu hogar, había pensado que sería buena idea ir al parque de diversiones con mi hijo y como se llevan tan bien ustedes no vi problema —hablo mientras nos miraba por el espejo y conducía adelante.

—Gracias por tenerme en cuenta. Y no importa igual y hoy no tenia nada de hacer.

—Invite a Nereida pero me dijo que esta de turista —reimos al unísono.

Si como no.



Esteban

No me siento mal de haberla invitado al parque con mi hijo, en realidad Gabriel Ángel ha creado un bonito vínculo con ella aunque me lo plantee una hora mientras nos preparábamos en casa.

La verdad casi me da algo al corazón cuando toque su puerta y la vi sujetando su toalla, miraba a otro lado mientras me habla invitándome a pasar, casi una media hora, me dio tiempo a mirar todo en su casa sin tener que ponerme de pie. Aurora ha dejado claro que tiene una personalidad bastante peculiar y lo expresa en cada detalle de su hogar, hasta en su forma de vestir, verla y pensar que parece mi hermana menor me hace gracia.

Los miro ahora por el espejo, mi hijo juega con su pelo y ella lo carga en sus piernas, fijo mi vista al frente y hemos llegado.

—Hemos llegado —hablo, el sol hoy esta mas picante, es por que se acerca el invierno, nada mas abrir mi puerta sentí un caliente en el cuerpo, seguro era por el aire encendido. Le abrí la puerta y salió con el en brazos, me lo paso a mi y se saco la chaqueta, se dio vuelta y metió la cabeza al auto dando vista de su espalda con vellos bonitos y lisos que bajaban en su espalda y algunos lunares, se giro a mi con el bulto de mi hijo y su cartera al otro lado.

—Mira sujeta a mi hijo y yo llevare su bulto —la mire a los ojos mirando bien su rostro, se ve mejor así sin maquillaje.

Camine a su lado mientras ella cargaba a mi hijo y yo de mi hombro colgaba el bulto de mi hijo winnie the pooh pequeño. Entramos y nada mas llegar los ruidos de diversión, gritos, risas eufóricas, la gente de aquí para allá. Columpios, carros chocones, puestos de comida, juego del tren, personas disfrazadas de muñecos de Disney y otros de animales.

—Ven vamos a subirlo ahí lleva rato mirando los caballitos —me señaló aquellas figuras dar vueltas con niños arriba.

—Se puede caer —la mire confuso.

—Lo voy a sujetar —mueve su pelo azabache para un lado.

Me quede de pie enfrente y camino al señor que atendía aquel juego, la dejo pasar entregándole un papel pequeño y subió con el, primero lo montó a el y luego lo próximo que hizo no me la creí, se monto ella también agarrándolo detrás, aquello sin duda me estaba haciendo reír mucho, saque mi cámara y le saque una foto, salieron riendo, la cosa aquella empezó a dar vueltas, le sujeto los brazos y los elevo al cielo junto con los de el y hice un vídeo. Tres minutos después ya han bajado riendo y me contagio con su risa.

—Mira a Gabriel le gustan esos muñequitos de Mike Mouse —me señalo a donde estaban las personas disfrazadas también de abejas y otros animales que seguro es lo que en el programa que ella le pone en casa.

—Pueden tirarse una foto con mi hijo.

El gigantesco muñeco abrió sus brazos, ella lo puso en sus hombro, aproveche que mi hijo miraba la cámara sonriendo y tire la foto, otra donde ella sacaba la lengua y el la miraba, en una el sale llorando, luego puse a un señor y me puse a su lado cargando a mi hijo mientras sonreímos los tres a la cámara.

Le compre una tiara a ella con las orejas de ratón y se veía súper cómica haciéndome reír.

—No te rías de mi, la tiara me queda muy bonita cuando vaya a Disneyland me comprare uno de Mini.

Le puso uno en la cabeza a mi pequeño con las orejas del perrito, camine con mi hijo en brazos mientras ella cargaba el bulto y nos acercamos a varias personas que miraban con atención una actuación de "Princesas y príncipes".

—Pampam —con su dedo señaló a las personas y ella le sonrío por aquel gesto.

Nos fuimos de ahí y fuimos a la sombra en unos columpios, se quedo sentada en un banco y yo fui a subir a mi hijo en los columpios después de moverlo un rato volví con ella, me senté a su lado. Me da el frente. Personas sentadas a nuestro alrededor, parecíamos una familia. Abrí el bulto y saque agua en su biberón.

—Espera aquí iré a comprar algo —me puse en pie y camine a un puesto de hamburguesas.




Aurora

Me quede con él, me acomodo más en el banco y lo pongo en mis piernas, quite un poco de su pelo que se pega a su frente dejando un beso en esta cariñosamente. Me paso el biberón dejando casi nada de agua recostando su cabeza de mi pecho y lo abrace a mi con sus piernas rodeándome. Le quite la primera camisa que lleva puesta dejándolo en un suéter mas cómodo por la calor, acaricie sus brazos blancos y suaves, me mira a los ojos con aquellos bonitos color miel claro seguro su madre los tenia de aquel color. 

Una chica de dos o más edad que yo se me acerca y lleva un bebé también en brazos de quizás la mismas edad que Gabriel y me sonrió, por ser cortes hago lo mismo se me sienta a mi lado.





Esteban

Camino con las hamburguesas y dos vasos de Coca-Cola en manos, al llegar una chica esta su lado, me acerco y escucho su conversación.

—¿Eres madre soltera? —le pregunta la mujer a Aurora.

—Eh...

No la deja hablar.

—No importa es lo mejor, es la mejor bendición ser madre y no importa si es soltera como yo, no dejo de hacer lo mismo que haría con una pareja salgo con mi hijo y hago todo normal.

Por la cara de Aurora aquella conversación por más que intentará poner una cara de agrado no lo lograba, miraba constantemente a sus lados como en mi búsqueda y sonreía forzosamente.

—Malo sería aquellas que no dan hijos eso es como una maldición de la vida —siguió hablando la mujer.

Aurora se paro de golpe con mi hijo en brazos y el bulto y camino a otro asiento lejos de aquella mujer que se quedo sin entender, no entendí mucho su forma, con delicadeza limpio sus mejillas y miro a sus lados. ¿Está llorando? ¿Que es lo que mira a su lado? Solo hay personas con hijos.

Me le acerque como si acabara de llegar.

—He vuelto —dejo la comida a nuestro lado, la mire a los ojos.

—¿Te pasa algo? ¿Estas bien? — pregunte mirando a mi hijo que se está quedando dormido en sus brazos.

Negó y me sonrió normal.














A quien ama mucho?

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