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Esteban

Trato de dejar todo organizado en casa. Entro a su habitación, aun duerme, camino a la mía y termino de arreglar mi chaqueta negra, me asesoró de que mis zapatos negro están bien limpios, voy a la cocina y miro que no allá que comprar nada.

Hoy Aurora vendrá, es martes tan pronto y no quiero que les haga falta nada, apago el aire de mi habitación y voy a una habitación que convertí en una pequeña oficina para mi y organizo los papeles que me llevare. Escucho el timbre, se que es ella. No hago esperar y camino a la puerta, la abro y definitivamente es ella.

—Buenos días —le hablo, disimula arreglar una pulsera en su muñeca y no me mira, no pongo asunto, quizás son cosas mías.

—Buenos días —habla, la dejo pasar, miro que esta vestida con un Jeans holgado negro, ajustado un poco a su cintura, una camisa blanca de mangas largas, parece triste.

—¿Viniste en tu auto? —pregunto entrando mis papeles en el maletín.

—Si —aun no me mira.

—Que bien, Gabriel aun no despierta todo esta acá en casa no tendrás que salir.

—Claro, gracias.

—¿Te pasa algo? —pregunto acercandome a ella que se ha sentado en una silla.

Elevo su mirada, ahí ojeras marcadas en su rostro, tiene los ojos cansados.

—Es solo que no dormí bien anoche —hablo quitando su mirar de mi.

—Entiendo, bueno ya veo, espero que se diviertan mucho juntos —entendí que ella no quería hablar del tema y yo no tenia porque husmear en ella, camino a la puerta y salgo por ella.







Aurora


Paso ambas manos por mi pelo y respiro profundo, no pude dormir nada anoche, el imbécil de Sebastián se la paso llamando a mi celular, lo apague, luego a mi teléfono de la casa una razón más para no seguir poniendo mi teléfono de casa en las tarjetas y también lo desconecte pero no volví a dormir mas, que pena con Esteban que me vea el primer día en estas condiciones, miro mi cartera a mi lado, paso un mechón de mi pelo por mi oreja y rebuscó mi encendedor junto a los cigarrillos, cuando los tengo en mis manos, los suelto de golpe dentro y voy a pasos largos a su habitación, la puerta naranja esta entre abierta, la abro despacio, las cortinas azules celeste están cerradas, se ve aun oscuro dentro, enciendo la luz y me acerco a la cuna, despacio, sonriendo, olor a bebé en toda la habitación es lo que me embriaga. Pongo mis manos en la barandilla de la cuna de colores, esta con la nalga elevada, boca abajo, el pampers se ve lleno, tiene puesto una pijama de pajaritos, acaricio su pelo y este se remueve en la cuna, me alejo despacio para no despertarlo, no es bueno despertar a los bebés cuando duermen.

Salgo de la habitación y camino por la casa con las manos en mis bolsillos del jeans holgado súper cómodo, me agacho y quito mis deportivas blanca quedando en calcetines, las cojo y las meto en mi bolso que entraron sin problema. Así me siento mas cómoda, voy a la cocina y pongo agua a hervir para tenerle la papilla lista al pequeño y también un biberón, el silencio reina peor que en mi casa, miro bien todo como cada vez que vengo, hay dos sala, varias puertas y poca decoración, camino a la otra sala y me encuentro con un televisor plasma, grande, perfecto para ver una película de seis personas sin problema alguno, el control esta encima de una mesa muy bonita donde encima esta el televisor, la mesa tiene gavetas pequeñas, es de color caoba, cojo el control en mis manos y enciendo el televisor. Busco en el cable canales educativos para niños, encontré varios, personas saltando animando a los niños a decir números o vocales, a enseñar los animales, animarles a caminar o hablar y lo deje en los animales hablando, enseñando colores, aventuras, me hacen hasta reír hasta a mi.

Baje el volumen y fui a la cocina, prepare la papilla y el biberón, los entro en el microondas para que se mantenga tibio, camine a la habitación, encendí la luz nuevamente, me asombre de verlo despierto, boca arriba, concentrado mirando el techo, con los ojos bien abiertos mientras se sobaba el brazo izquierdo con la otra mano concentrado en no se que, soltó un bostezo.

—Buenos días hermoso ¿como se siente la cosa más bonita del mundo? —me le acerque a la cuna dejando un beso en su frente.

Al principio me miro extrañado, pensara ¿dónde está mi padre? ¿Por que ella esta aquí?. Lo saque de la cuna en mis brazos, dejando besos sonoros en su mejilla y dándole muchos abrazos en mis pecho, hundió su cabeza en mi cuello, haciéndome cosquillas con su respiración, camine con el en mis brazos a la sala.

—¿Tienes hambre? —solo saco su cabeza y me miro atento, paso su lengua por sus labios pequeños y me hizo gracia.

—Pampam —pronuncio haciendo un puchero, quiere llorar.

—Supongo que pampam es papi, está en el trabajo y yo, tu amiga que te quiere mucho, estará contigo de vez en cuando —acaricie su mejilla y deje un beso en la punta de su nariz.

Con él en brazos aun, volví a la habitación y entre a su baño, poniendo el agua tibia en su bañera pequeña, lo senté en el lava manos y le quite el pañal, había hecho caca, en su mirada noté vergüenza, son tan tiernos cuando se ponen así, con las toallas húmedas lo limpie y lo puse en la bañera, que rápido empezó a jugar con el agua, miro a los lados y encontré esponjas y gel de bebé.

...

Mi risa se escuchaba por toda la casa, después de diez minutos intentando que se quedara quieto para ponerle una ropa, por fin lo había logrado, ahora camino con el en brazos a la sala y lo siento enfrente del gran televisor, para que vea los muñequitos (caricaturas) educativas mientras le ayudo a comer la papilla, lo observo, esta concentrado, sonríe, ríe y pronuncia algunas de las cosas que dicen los otros aunque no se le entiende muy bien ¿Cuándo cumplirá sus dos años? Reímos juntos, voy a la otra sala y saco de mi bolso una manzana roja, vuelvo con el dando mordiscos y se queda viéndome y vuelve su mirada a la pantalla.

El teléfono de la casa suena y voy por el, no sin antes poner varios cojines a sus lados y ponerlo cómodo.





Esteban

Después de una reunión que se baso entre discutir sobre trece autos que debieron llegar hace una semana y aun no llegan, voy a la oficina con papeles en mano y me siento enfrente del escritorio, levanto el teléfono y marco a mi hogar. Un tono...

—¿Si buenas? —su voz se escucha mejor que en la mañana temprano.

—Aurora es Esteban ¿Cómo están? —voy guardando papeles.

—Estamos de maravilla, mejor imposible.

—¿Qué hace mi pequeño? —sonrió.

—Está desayunando y viendo la televisión.

—¿La televisión? —preguntó extrañado, yo nunca le pongo la televisión.

—Si esta súper feliz y concentrado, no te preocupes son dibujos educativos, animales, colore, las vocales, números, saltar, cantar, repetir lo que dicen etcétera.

—Ahh esta bien gracias.

—¿Algo mas? —pregunta y escucho su risa.

—Si, que cuides de mi hijo como si fuera tuyo, es lo único que tengo y... Adiós que la pasen bien —corte la llamada y me apoye de manos en el escritorio con la cabeza apoyada en este, desde ayer estoy extraño, siento una felicidad extraña al saber que ella estará dos veces en mi casa con mi hijo y saber que le veré seguro es porque es una buena persona. Y por la manera de como trata a mi pequeño.

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