|•19•|
Aun abrazándola le susurro que le quiero y que tiene que comer para crecer sana y fuerte.
Salió por la puerta, puse una cita en dos semanas y ver cómo va reaccionado su cuerpo a la nueva leche y alimentos.
Mi celular empieza a sonar y lo saco del bolsillo de mi bata blanca lo llevo a mi oreja al ver que es mi amiga.
—Te estoy esperando en la cafetería de enfrente ¿Ya terminaste la labor hoy verdad?.
—Si, ya voy —cuelga.
Me quito la bata blanca y la dejo colgando y me meto al baño pequeño que hay en mi consultorio. Me quito también el pantalón de tela blanco y los zapatos igual. Saco de mi bolso el pantalón jeans negro y unas bailarinas beige junto a una blusa de mangas largas del mismo color, enseñando un poco de mi espalda, la entro por dentro del pantalón al ser una tela un poco ajustada y por encima una chaqueta roja, mojó mi cara al estar sin maquillaje con cuidado de no mojar mi pelo por que dure dos horas sacándolo para ponerlo liso.
...
—Te hubieras quedado —me regaña al verme y la abrazo hasta que sonríe. —Vine en mi auto así que nos vamos en el mio —concluye.
—Lo sabia por eso me vine en metro hoy —caminamos a su auto.
Vamos camino a casa de Esteban con el pretexto de que ella dejo un bolso allí. Aunque ella no necesita de pretextos para ver al pequeño pero yo si.
...
Tocamos el timbre dos veces y la puerta se abre enseñando lo con él bebé en brazos.
—Pasen —habla tranquilo, el pequeño tiene una paleta dulce en la boca ensuciando su cara.
Entramos y nos sentamos, miro que en la mesa que están varios papeles, una lapto y algunas carpetas.
—¿Estas trabajando desde casa hoy? —pregunta Nereida.
—Si, salí temprano al parque con Gabriel y regresamos hace unas horas.
—¿Me lo das un momento? —me meto en la conversación.
Camina a mi y el bebé antes de llegar me abre los brazos, me pongo de pie y lo pone en mis brazos. Tiene un año pero aun así es una ternura. Me siento con él en mis piernas y me olvido de que ella y el están ahí y camino con él a un cesto donde estan juguetes y me siento con él sacando varios cada vez que saca uno me lo enseña y sonríe y lo afila una detrás de otro.
—¿Te gustan mucho los niños Aurora?—pregunta Esteban captando mi atención.
—No te imaginas cuanto, aunque Gabriel es especial.
—Voy a bajar por helado no te vayas a ir aurora —me habla Nereida.
—Te espero aquí —hablo.
Esta se levanta y sale por la puerta, un silencio se hace pero para nada incomodó.
—Me gustaría o mejor dicho quiero ofrecerme para cuidarlo cuando tengas que trabajar. Puedo cuidarlo en mi casa los días que no trabajó y sin nada a cambio solo tendrás que comprarle todas las cosas que el bebé necesita —hable mirándolo, este me miro y luego al pequeño.
—Me lo voy a pensar —volvió su mirada a sus papeles.
—¿De verdad? —no me lo creía.
—No lo vuelvas a preguntar, quizás luego no me lo piense —me miro fijo y por un momento juro haber visto una sonrisa de verdad pero desvío su mirada y se concentró en sus papeles.
—Ohh un elefante —le hable al pequeño que jugaba haciendo que el elefante me comía la mano.
Cogí un león y hice un sonido de León, hacia que el comía su nariz, su risa de niño no tardo y me salto encima y nos fuimos en el suelo, su risa me contagio bastante.
—¿Están bien? ¿No se lastimaron?—pregunto.
—No, para nada.
—Pampam —le sonrío a su padre.
Lo vi también sonreír le a su hijo y volver a su trabajo en la mesa. La puerta se abrió y Nereida llego con los helados.
—He vuelto —se agachó y dejo varios besos en la mejilla y frente de Gabriel. —Tia esta celosa —hablo parándose.
Se sentó con nosotros y me ofrecí a darle yo el helado de ciruela al pequeño mientras comía el mio de kiwi con fresa. Esteban no quiso, esta muy concentrado en su trabajo y Nereida empezó ha hablar por celular alejándose de nosotros yendo a la cocina. El pequeño y yo nos terminamos el helado.
Así pase dos grandiosas horas con aquel pequeño y llego mi hora de partir.
...
Me llevo un pedazo de Waffle a la boca y la masticó despacio deleitando me con su sabor. Mi celular vibra, enciendo la pantalla es un mensaje de un número desconocido.
Mensaje
Hola buenas noche, soy Esteban, disculpa mi manera y la hora, quería agradecer por tan hermoso aprecio que te has ganado y dado de mi hijo, espero que no te moleste que te allá escrito y bueno por fin me digno a escribir, le recuerdo que me había dejado una tarjeta... Bueno nuevamente gracias y pase una feliz noche. Esteban.
Lo leo una ves mas y analizo. Sin duda no me esperaba esto de él, aveces aparenta ser una persona tan fría cuando se que por dentro solo existe alguien dolido y triste con deseo de un buen abrazo sincero y con amor, aunque hay otros que preferimos morir de frío.
Besos!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top