Alexander / Cam

#5

La ira de Alexander no había disminuido ni siquiera media hora después de que Cameron le hubiese sacado de la casa; no dejaba de preguntarse como esa maldita mujer era capaz de actos tan rastreros y bajos, ¿acaso no le importaba la felicidad de sus nietas?, ¿acaso no debería de aferrarse a intentar ser una familia por el bien de las niñas? Sin embargo, una de las cosas por las que más se preocupaba Alex era por Noah, el joven de grandes ojos azules en verdad era como un hermano para él; un hermano al que no soportaría ver pasar nuevamente por un bache emocional.

La muy hurraca de Mariana no solo se ha atrevido exigir la custodia de las niñas, sino que también ha tirado claras amenazas para el futuro de Julian y Noah; Julian terminaría la vida militar en deshonra si se enteraban que su pareja era un hombre, la gran mayoría de militares aun poseían un pensamiento demasiado retrogrado a pesar de que vivimos en pleno siglo XXI; no obstante, el problema de Noah es que una acusación de pedofilia podría llevarle directamente a la cárcel, pero en el caso de que no sea así le expulsarían de la universidad y le cerrarían las puertas de la mayoría de trabajos; el gatito se ha esforzado demasiado en su vida como para terminar de esa manera.

Aunque si Alex es sincero sabe que lo que más le afectará a Noah sería que Julian le hiciese caso a la molesta vieja y le dejara. La pregunta de Alex es: ¿Le dejaría por cuidarlo o por su propia reputación? Es desconfiado de parte de Alex, sí, pero no puede evitarlo, ya Julian una vez rechazó a Noah por miedo a salir del armario.

—¿Estás bien? —pregunta Cameron con suavidad sentándose en el sofá junto a él, sus manos rodean a Alexander y le acurrucan contra su cuerpo, incluso aunque Alex no lo diga Cam es capaz de sentir su ansiedad.

El cuerpo de Alexander se relaja casi por instinto al sentir los fuertes músculos del cuerpo ajeno, Cameron es puro consuelo solo con su presencia. El mayor de los dos hombres besa con suavidad los cabellos de Alex a la par que sus dedos dejan pequeñas caricias en forma de circulo a lo largo de la descubierta piel del cuello.

—Ahora estoy mejor. —No hay mentiras en su voz, solo una sensación de tranquilidad.

Habían venido al apartamento de Cameron luego de los sucesos en casa de Julian, Cam no había querido dejar a Alex solo debido al nivel de enojo y estrés que el menor poseía.

—Relájate bebé, Julian y Noah tomarán la mejor decisión para ambos.

—¿Y si la mejor decisión es romper?

—Entonces deberás confiar en que ambos han estado de acuerdo con eso.
Alexander vuelve a acurrucarse en el cuerpo de Cam y oculta su rostro en la curvatura del cuello ajeno, con sus labios rozando la suave piel de Cameron.

—¿Crees que Julian le dejaría solo por mantener su reputación en la marina? —No puede evitar preguntar al final Alexander.

Cameron se piensa la respuesta unos instantes y Alex lo agradece, tampoco desea que Cam le diga solo lo que él quiere escuchar. Finalmente, luego de varios segundos, Cameron contesta.

—La vida militar puede ser dura Alex y Julian se ha esforzado demasiado para llegar a donde está. Sería una pena que terminase con una baja deshonrosa solo por mentes que no saben adaptarse a que el amor no tiene géneros.

—¿O sea que ves bien que Julian dejara a Noah por eso? — Alexander no puede evitar el enojo en su voz apartándose bruscamente del cuerpo de su compañero—. ¿Qué harías tú si fuese el caso? ¿Quieres decir que también me dejarías y romperías conmigo?

Cameron vuelve a mantener silencio que casi se hace insoportable para Alexander y, a vistas de esto último, esa fue la respuesta que Alex necesitó. Sin esperar a que su pareja dijera nada más se puso en pie más que dispuesto a irse, intentando contener las lágrimas en sus ojos y la decepción en su cuerpo. Es duro darse cuenta que la persona de la que te estas enamorando te mantendrá como un sucio secreto; no es tan idiota como para pensar que alguien renunciará a toda su vida solo por él, pero aun así es duro darse cuenta que tampoco podrá poseer una relación de pareja ahora que finalmente desea una.

Casi está llegando a la puerta cuando las fuertes manos de Cameron rodean su cintura desde atrás, el hombre mayor le apega a su cuerpo, pero Alex ni siquiera tiene la valentía de girar la vista atrás y mostrar las lágrimas que ya comenzaban a caer por su rostro.

—Quiero irme…

—Ni siquiera me has dejado terminar de hablar. —Dulces besos caen sobre la nuca de Alexander y este no puede evitar el estremecimiento que le recorre a la par que, mentalmente, maldice su debilidad hacia el hombre que le abraza—. Dije que para Julian su trabajo es demasiado importante, pero no creo que vaya a dejar a Noah solo por su propia reputación, si lo hace para proteger a Noah lo entendería bebé, sin embargo, no creo que abandone a tu amigo solo para salvarse su propio pellejo dado que está muy enamorado de él. —Vuelve a besarlo—. Yo tampoco podría dejarte a ti por el mismo motivo.

La mano de Alexander se detiene sobre el picaporte de la puerta, sin encontrar su propio valor para largarse de ese sitio, al menos ahora no puede ante la sugerencia en las palabras de Cameron; Alex permite que poco a poco Cam le dé la vuelta entre sus brazos hasta tenerle frente por frente a él. La mano de Cameron se posa con delicadeza sobre el mentón de Alex obligando al chico a que alce la mirada hasta quedarse chocando con la suya. Los ojos de Cam son una enorme mezcla de lujuria y deseo, pero, sobre todo, de un cariño y una emoción desbordante. Es maravillosa la manera en como se ha sentido encantado por este hombre al que antes aborrecía, evitó tanto a Alexander, intentó alejarse tanto de él y ahora no quiere ni desea tenerle lejos.

—¿Me quieres? — El miedo vibraba en cada una de las palabras de Alexander, simplemente era difícil de creer que el hombre que tenía delante finalmente le desease a él.

—Por supuesto bebé, me sedujiste a pesar de mis negativas al inicio, me demostraste lo equivocado que estaba; ¡joder!, incluso en nuestra primera cita en la que me trataste como tu Cenicienta particular estaba tan deseoso de besarte que no pude dormir en toda la noche por no haberlo hecho.

La sonrisa de Alexander florece en sus labios.

—¿Podremos mantener una relación normal? ¿No te importa que el resto lo sepa?

—Claro que no pichoncito, quiero que todos vean que eres mi pareja y a la mierda si en la marina se enteran, que se jodan, tu eres mío.

Alexander no puede evitarlo. Antes de darse cuenta está saltando sobre el cuello de Cameron y apoderándose de los labios de este en un beso en inicio torpe y patoso, sin embargo, a Cameron no pareció molestarle esto, todo lo contrario, permitió que Alex se apoderase y rigiese el ritmo que él mismo quisiera implantar. Poco a poco el beso se volvió rítmico y lleno de placer, los dedos de Alexander se enredaban en el cabello de Cam mientras que este comenzaba a resbalar sus manos bajo la camisa ajena.

—Hazme tuyo ahora —pidió Alex lleno de deseo, con las palabras escapándose mediante jadeos.

—¿Seguro bebé?

El deseo envolvía a Cameron, pero no deseaba dar el siguiente paso si Alexander no lo deseaba en el fondo. Aunque viendo las reacciones del menor no es que se pueda decir que se estuviese negando demasiado.

—No era una pregunta Cameron, te deseo tanto, ¡Dios!, te quería desde el primer momento en que te vi, pero no deseaba que me vieras como un pequeño lujurioso.

—Eres un pequeño lujurioso Alexander…y en mi vida he estado más feliz por ello.

Cam volvió a besarle mientras que subían hacia la habitación. Ni chance tuvo Alexander de fijarse en la decoración del sitio, lo único que le interesaba era el hombre que le sostenía entre sus brazos y que acababa de bajarle en el enorme colchón de la cama de tamaño King. Cuando se separaron Alexander estaba agitado, acostado sobre el colchón comenzó a levantarse la camisa, pero Cam lo detuvo a la par que se dejaba caer sobre él y le besaba el mentón y todo el cuello.

—No te la quites, déjame a mí— rogó por lo bajo.

Alexander ni podía hablar, la voz se le entrecortaba y de sus labios tan solo escapaban gemidos de placer. Cam volvió a poner sus manos bajo la camisa y comenzó el recorrido ascendente deslizando la fina pieza fuera del delicado cuerpo de Alexander. El chico en sus brazos siempre ha sido hermoso, sin embargo, ahora que Cameron le tiene bajo él a su disposición y semi desnudo es un nuevo nivel de belleza y salvajismo. Alexander está lleno de lunares en todo su pecho y Cameron solo puede visualizarse a él mismo pasando la lengua sobre cada uno de ellos y descubrir todas las zonas sensibles de Alex.

—¿Quiero que me digas como te gusta? ¿Quiero que sea tu mejor experiencia? —susurra Cam con deseo a medida que muerde el labio inferior de Alexander dejándole rojo e hinchado.

Por unos instantes, miedo y preocupación parecen pasar por el rostro del menor mientras observa con anhelo a Cameron.

—Yo… yo no sé…

Las palabras se traban en su boca llamando la atención de Cam.

—¿Qué quieres decir?

—Nunca…nunca he estado así con un hombre.

Las mejillas de Alexander se encendieron con sus propias palabras y a Cameron le costó unos segundos concentrarse en lo que acababa de escuchar. No se esperaba esto, Alexander había estado con otros chicos cuando comenzó a experimentar la bisexualidad, pero no había llegado más allá de besos o toqueteos con ninguno de ellos. Se puede decir que era una especie de virgen con hombres y, obviamente, Cam era el primero que iba a estar dentro de él, eso si en algún momento llegaba a salir del shock que las palabras mencionadas acababan de causarle.

Alexander se movió un poco incómodo dispuesto a retirarse de la cama, sin embargo, Cam no se lo permitió. Estaba puramente feliz.

—Vas a ser solamente mío bebé, me encanta ser tu primero, haré que lo pases muy bien.

—No tengo duda de ello— expresó Alexander con una tímida sonrisa.

Cameron retrocedió solo un poco para retirarse la camisa y en menos de lo que dura un parpadeo estaba sobre Alexander nuevamente besando el cuello de este y sosteniéndole entre sus brazos. Las uñas de Alex se clavaban en la espalda de Cameron dejando un camino de surco rojos a su paso que encontraba exquisito. Un sonoro gemido se escapó de Alex cuando los labios de Cameron atraparon uno de sus pezones aplicando presión en él con sus dientes mientras que su lengua daba pequeños azotes sobre la sensible carne enviando espasmos de deseos por todo su cuerpo. Cameron no dudó a medida que los desnudaba a ambos hasta que ninguna pieza de ropa se interponía entre ellos.

Los labios de Cameron descendieron por todo el cuerpo de Alexander, mordiendo, chupando y besando, excitándole y llenándole de rosadas marcas. En ningún momento tocó la erección de Alexander, no le dio el alivio a su necesidad, sino que aumentó esta última a pesar que su propio deseo le tenía al punto del colapso. Cameron abrió las piernas de Alexander y las llevó hasta el pecho de este exponiendo completamente su desnudes para él.
Cameron descendió su rostro hacia la entrada trasera de Alexander, pasando su lengua por ella y provocando un pequeño chillido y sobresalto del objetivo de su deseo.

—¡No! —La voz le tembló a Alexander mientras pronunciaba las palabras.

—¿No te gusta? —preguntó Cameron con total seriedad.

—Si me gusta, pero quiero darte placer a ti.

Cameron sonrío.

—Solo disfruta bebé, tu placer es el mío.

Y sin dar más explicaciones volvió a devorarle con su boca, pasando con la lengua el primer anillo de músculos del trasero de Alexander, el chico era cálido y estrecho en su interior y por mucho que Cameron quisiera prolongar su primera vez juntos lo deseaba tanto que sabía que una vez que le poseyera no dudaría demasiado. Por lo que se entretuvo lamiendo cada centímetro de la intimidad de Alexander.

Cameron se retiró y buscó cerca de la cabecera de la cama una pequeña botella de lubricante y un paquete de condones, se colocó lo segundo en su casi dolorosa erección y untó el lubricante en tres de sus dedos para poder preparar a Alexander. Comenzó a besarlo al mismo tiempo que adentró los dos primeros dedos en su trasero, su lengua le había preparado un poco por lo que no fue tan doloroso para el menor, aun así, quemaba, sin embargo, sus músculos se relajaron rápido y el dolor dio paso a un placer que el joven jamás había experimentado en su vida. Sobre todo, cuando Cameron tocaba un punto dentro de él que le hacía gritar. Las caderas de Alexander se embestían ellas solas en la mano ajena buscando auto complacerse.

—Más, necesito más, tómame…

—Por lo visto mi bebé es un pequeño lujurioso, pero aun no estas…

—Da igual, tómame.

Aunque Cameron quería prepararle más las suplicas eran demasiado, ya bastante le estaba costando controlarse para no venirse con la sola visión de Alexander extasiado de placer.

Cameron vertió más lubricante sobre el condón y rozó su erección contra la entrada de Alexander antes de comenzar a adentrarse en él. Los gemidos de molestia Alexander los acalló sellando sus labios juntos con los de Cameron en un fuerte y deseoso beso y, al igual que la vez pasada, luego de unos instantes el dolor se volvió placer, principalmente cuando Cam comenzó a moverse. Las piernas de Alexander se envolvieron en la cintura de Cameron y poco a poco ambos se movían al mismo ritmo.

Era salvaje y lleno de lujuria, pero también se notaba una enorme ternura en las caricias y los besos. Antes de darse cuanta estaban cambiando posiciones y mientras que Cam se sentaba en la cama, Alexander se montaba a horcajadas sobre el logrando llegar más profundo en su propio interior, aumentando el placer y el deseo de ambos. Sus manos envueltas en los cabellos ajenos y sin parar de jadear, sus cuerpos sudados y llenos de marcas.

—Cam, ya casi…

—Yo también.

Las respiraciones estaban entrecortadas y no pasó mucho tiempo que el semen de Alexander baño los vientres de ambos cuando llegó al orgasmo. Pocas embestidas después Cameron le alcanzó, a pesar del condón Alex podía sentir el calor del clímax en su interior. El ritmo bajo hasta que ambos se arrojaron agotados en la cama, Alexander aun encima de Cameron y este último sin salir del interior del primero.

Iban llenándose de besos y caricias mientras recuperaban sus propias respiraciones.

—Te quiero— susurro Alexander en el oído de Cameron sin estar seguro de que era el momento de decirlo, a lo mejor es demasiado rápido, pero no podía evitarlo.

—Yo también te quiero bebé.

Cameron lo envolvió más en sus brazos antes de que Alexander hablara.

—¿Crees que todo se solucione?

—Por supuesto, Julian no dejará que nadie lo separe de sus hijas ni de Noah, además, tampoco creo que el fiero gatito se mantenga cruzados de brazos.
Ambos rieron por lo bajo.

—¿De verdad no vas a dejarme?

—Nunca, eres mío Alexander, no dejaré que nadie te aparte de mi lado.

—¿Y si se enteran en tu trabajo?

—Pues que los jodan, yo te quiero a ti. No vas a alejarme de manera tan sencilla. Tendrás que cargar conmigo.

—¡Qué sexy! Mi propio Daddy de película. Me quedaré contigo con una condición— bromeo.

—¿Y cuál es esa?

—Quiero un striptease con tu uniforme de trabajo.

—Solo si luego te lo pones tú.

—Hecho.

Ambos rieron y volvieron a besarse y, aunque Alexander jamás creyó en las relaciones, sabía que no cambiaría este momento por nada del mundo.

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