35|Fea.


Akira terminó escabulléndose de nuevo dentro de la aldea y de la residencia Hatake, su clon seguía ahí, estaba leyendo. Akira hizo desaparecer al clon, no lo necesitaba más, estaba cansada, fastidiada, necesitaba un largo descanso de todo.

Kakashi llego tarde a casa y padre e hija pudieron tener una cena pacífica. La mañana siguiente no fue tan pacífica como hubiesen querido, la puerta principal era tocada con insistencia y un Kakashi bastante adormilado tuvo que atender. Iruka sonrió al otro lado de la puerta mientras saludaba.

— ¿Qué ocurre? — Kakashi bostezó un par de veces en medio de la oración.

— La Hokage solicita su presencia y la de Akira—

La peli plata se asomaba por debajo del brazo de su padre mientras miraba atentamente al castaño.





— Como saben, la aldea esta en pleno resurgimiento, los aldeanos apenas están volviendo a sus rutinas— Tsunade mantenía sus manos juntas.

Akira y Kakashi asintieron.

— Hay un pedido de parte de Suna— fue directo al grano— No confió para nada en ellos, no después de lo que paso en los exámenes, pero esta es nuestra oportunidad para evitar una guerra—

— ¿Qué es exactamente lo que esta pidiendo Hokage-sama? — Kakashi no sabia a donde iba todo esto.

— Nos hace falta personal, por eso mismo quiero enviar a Akira como nuestro ninja embajador, o algo así— frunció el ceño.

— No— Kakashi se opuso de inmediato— Ella solo es una genin—

— Por lo que leí, tiene el nivel de un chunin, incluso más—

— Es solo una niña, yo puedo ir en su lugar—

— Te necesito aquí, tengo otra misión para ti Kakashi—

—Esta bien, acepto— Akira interrumpió a ambos.

Kakashi negó con la cabeza mientras se acercaba a ella.

— ¿Estás segura? Esto puede ser peligroso—

Akira asintió con la cabeza convencida de aceptar el pedido de la Hokage.

— Subiremos tu rango, no necesito que se sientan ofendidos por mandar a un genin— Tsunade hizo un ademan con la mano exasperada de solo pensar en la posibilidad.





Al día siguiente en la entrada a Konoha pudo despedirse de Sakura, al parecer Naruto y Sasuke estaban ocupados. Se había despedido de su padre en casa.

— Ten cuidado, vuelve pronto ¿sí? — la peli rosa abrazó a su amiga.

— Tendré mucho cuidado, lo prometo— le devolvió el abrazo— Aprende mucho con la vieja Tsunade— sonrió.

La despedida fue corta, pero grata. Akira emprendió su viaje a Sunagakure.



Tres días de camino después, finalmente estaba en aquel lugar. Al entrar a la aldea el viento se hizo cada vez mas insoportable, la arena se metía en sus ojos y la visibilidad era precaria, odiaba un poco ese lugar.

Cuando la arena se filtro en su boca no pudo soportarlo más, saco de su porta armas una pequeña mascara que tomo prestada de su padre, en realidad jamás pensó que la usaría, solo la quería porque parecía cool.

Ryaku permanecía en forma de ficha dentro de uno de sus bolsillos, al parecer al demonio no le interesaba en lo absoluto conocer una nueva aldea.

A lo lejos pudo divisar lo que parecía ser el edificio mas grande de la aldea, según las indicaciones de la Hokage, aquel edificio debía ser la torre del Kazekage, o algo así. Se adentro en el edificio sintiendo arena hasta dentro de sus calcetines, realmente no iba a disfrutar su estancia allí. Sacudió su cabello, tenía bastante arena.

Los pasillos estaban vacíos, al parecer no tenían mucho personal. Caminó un par de minutos hasta encontrar lo que supuso seria la oficina del Kazekage, deberían tener un guía turístico o algo, la gente podía llegar a perderse en aquel lugar. Toco dos veces la puerta.

— Pase— una voz femenina se escuchó desde dentro.

¿Había escuchado esa voz antes? Frunció el ceño mientras hacia un pequeño reconocimiento de chakra.

La peli plata estaba por empujar suavemente la puerta hasta que pudo escuchar una segunda voz.

— ¿Tú de nuevo? Pensé que habrías muerto o algo

A Akira le dio un pequeño tic en el ojo, esa estúpida voz chillona y fastidiosa. Abrió la puerta de golpe, Gaara estaba frente a ella sentado detrás de un bonito escritorio de madera. No era cierto, estaban jugándole una broma ¿Era el Kazekage?

— ¿Te comió la lengua el gato? — esa voz chillona de nuevo.

— Oh, cállate— la peli plata cerro la puerta tras ella de manera brusca.

— ¿Akira? — Temari estaba a su derecha.

— Si, soy yo—

La chica se quitó la mascara que le cubría medio rostro.

Mejor vuélvete a poner la máscara, fea— estúpido Shukaku.

— Vaya, tu pequeño cerebro de nuez no pudo formular un mejor insulto— se burló.

— ¿Con quien hablas? — Temari la miraba como si estuviese loca.

— Habla con el Shukaku— la voz suave de Gaara le explico a su hermana.

Temari simplemente veía a una chica hablar sola.

— ¿Puedes escuchar a esa cosa dentro de mi hermano? —

—Si, es una maldita molestia— comenzó a deshacerse de su capa y el suéter que traía encima, dejo su mochila en el piso.

— ¿Qué haces aquí? — Gaara interrumpió.

— Soy la enviada de Konoha, Akira Hatake rango chunin a cargo de la división de protección a la quinta Hokage— hizo un ademan restándole importancia— O eso me dijeron—

Gaara desvió la mirada, no sabia como volver a verla a los ojos sin sentir culpa.

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