Kakashi caminaba tranquilamente a casa, al llegar se percató que el chakra de su hija no estaba cerca, lo cual era raro, fue a la cocina y sus peores miedos se hicieron realidad.

No había comida preparada.

Mientras tanto, Akira disfrutaba de comer ramen en el famoso Ichiraku, se fue hasta muy entrada la noche ya que estaban celebrando la reinauguración y el ramen era gratis, ella no desaprovecharía esa oferta.

Akira se levantó temprano, Kakashi hoy quería hacer la misma rutina que hacía la pequeña peli plata, y bueno Akira aceptó porque quería lograr forjar un lazo de confianza.

A la quinta vuelta se encontraron con Gai-sensei y dos de sus alumnos. Akira podía reconocer a Neji, mas no creía haber tenido nunca un acercamiento con la chica de su equipo.

—Kakashi, Akira-chan ¡Buenos días! —el entusiasmado hombre verde los saludó.

—Buenos días Gai—

—Buenos días Gai-sensei—

Kakashi y Gai comenzaron a hablar, en realidad, Gai era el único que hablaba. Akira podía ver la cara de "alguien por favor sálveme" que su padre tenía en la cara.

— ¡Veremos quién es el mejor! —

Akira elevó una ceja.

—Tomaré el reto de Gai, vuelvo en un rato— Kakashi sonrió en dirección a Akira.

La peli plata le devolvió la sonrisa.

Después de una media hora de incomodidad, Akira sonrió en dirección a ambos chicos del equipo.

—Me iré adelantando, si mi padre pregunta estaré en casa—

—De acuerdo— Tenten fue la única en responder.

Akira se dejó caer en el sofá en cuanto llegó a casa, se quedó dormida al poco rato.

Despertó con unos golpes suaves en la cara, Ryaku estaba ahí en su forma de felpa y la miraba con insistencia.

— ¿Qué ocurre? —

—Puedo sentirlo—

Akira alzó una ceja sin entender.

— ¿Sentir el qué? —

—Puedo sentir el llamado del santuario— alzó las pequeñas patas de felpa.

Akira seguía sin comprender, pero cuando Ryaku se desvaneció en el aire se dio cuenta de que era exactamente a lo que se refería.

La peli plata se levantó de inmediato, tenía que volver, justo ahora. Mordió su labio entendiendo el riesgo que significaba irse o tomar la decisión contraria. Si se iba justo ahora, sospecharían de ella, no podía dejar que eso pasara, además de que le gustaba el lugar y había prometido dejar de guardar secretos, pero si se quedaba, entonces perdería lo único que le quedaba de su madre, de su gente, tampoco podía permitir eso.

Antes de que pudiese decidir, Kakashi entró por la puerta principal con cara de cansancio.

— ¿Cómo estuvo tu ejercicio... o competencia? — preguntó un tanto divertida.

—Bien, increíble, gané— elevó el dedo pulgar.

Akira soltó una pequeña risa mientras olvidaba por un segundo sus responsabilidades.

*Flashback*

Kakashi iba directo a casa después de esa pequeña competencia contra Gai, pero antes de poder llegar fue abordado por un ninja, la quinta Hokage quería verlo en su oficina.

— ¿Tienes una hija? —

—Veo que se enteró, y es cierto—

— ¿Estás seguro de que es tu hija? —

Kakashi ladeó un poco la cabeza.

—No solo porque sean parecidos debe ser tu hija— sentenció—

—No dudo que sea mi hija, no solo es el parecido físico—

—Aun así, quisiera hacer una prueba sanguínea para asegurarnos— poso su mentón sobre sus manos— La aldea está en crisis, debemos de asegurarnos de todo—

Kakashi asintió, no podía ir en contra de la Hokage.

*Fin flashback*