21|Domadora de bestias.

Akira se salvó de un regaño por irrumpir en una batalla y el noveno combate comenzó.

La peli plata no se había separado del abrazo protector de Kakashi durante un buen rato y a Kakashi no parecía molestarle en lo absoluto la cercanía. Nadie había hecho preguntas sobre lo ocurrido con Neji, ni sobre lo que dijo Akira sobre su pasado, claro, excepto por un pequeño rubio que con lágrimas en los ojos se aferró a la pierna de la peli plata, Akira suspiro mientras dejaba que su amigo la reconfortara de cierta manera.

Dos nombres aparecieron en el tablero, Gaara contra Rock Lee.

Akira no tenía ni idea de quien podría ser el chico con el corte de cabello un tanto gracioso, pero parecía un poco inofensivo.

Los minutos pasaron y todos se sorprendían cada vez más con la velocidad de aquel chico de traje verde, Akira no podía imaginar los años de trabajo duro que debió costarle llegar hasta tal grado.

Cuando Rock Lee decidió deshacerse de las pesas en sus piernas todos quedaron boquiabiertos, inclusive Akira, quien hizo una mueca de solo pensar en cargar todo ese peso en sus piernas. La pelea llego a otro nivel, casi nadie podía seguir los movimientos tan rápidos.

— Es demasiado rápido, no puedo seguirlo con la vista— susurro la peli plata.

— ¡Es la llama de la juventud! — un tipo raro apareció justo a su lado.

Akira se encogió en si misma tratando de resguardarse en el costado de Kakashi, el mayor sonrió con ternura hacia su hija.

— ¿Quién es usted? — Akira lo veía atentamente.

— Soy amigo y rival de tu padre, puedes llamarme Gai-sensei— sonrió.

Akira elevo una de sus cejas, pero antes de decir algo giro la vista hacia la arena, el chico de verde estaba elevando su chakra.

— No puede ser ¿Le enseñaste esa técnica? — Kakashi veía con atención la pelea.

— Claro que si— dijo orgulloso.

Akira no entendía de que trataba esa técnica, pero era un tanto intimidante, demasiado poderosa.

La pelea tuvo a todos al borde de colapso, fue una gran pelea, Rock Lee parecía bastante bueno, tenía una técnica impecable, lástima que no era suficiente. Akira entorno los ojos en Gaara, podía sentirlo, podía sentir a la bestia rugir, esto estaba mal.

— Lee esta exhausto— reconoció Kakashi.

Akira se mantenía en su lugar con la fuerza de voluntad cediendo a cada segundo, todo en su interior le decía que debía acudir a calmar a la bestia, sus manos comenzaron a hormiguear, sus piernas tenían leves espamos que las hacían moverse de vez en cuando, su pulso se aceleró y su chakra se centraba en la punta de sus dedos listo para ser usado.

Naruto se había levantado y estaba pegado a la barandilla, Kakashi había aflojado su brazo.

Akira no pudo soportarlo más cuando escucho al Shukaku.

— Mátalo— dijo.

Lee estaba desprotegido y cansado. Gaara envió su arena hacia el chico. Akira salto sobre la barandilla y entro en el campo de batalla.

La tensión se podía cortar con unas tijeras, nadie dijo nada, todos temían que el mínimo ruido provocara una tragedia.

— Ataúd...— la voz de Gaara sonaba cansada.

Unas manos suaves se posaron sobre la frente del pelirrojo. Akira respiraba pausadamente mientras murmuraba algo incomprensible.

— Déjalo Gaara, has ganado— la voz de Akira era un susurro.

La peli plata se encontraba en una posición comprometedora sobre Gaara, pero eso era lo que menos le importaba. Lee comenzó a quejarse fuertemente, la arena estaba aplastando sus extremidades.

— Gaara basta, no dejes que te controle— la chica daba leves caricias mientras le trasmitía un poco de chakra— El Shukaku no te deja dormir, pero si sueltas a Rock Lee yo puedo darte tranquilidad por una noche—

Gaara soltó a Rock Lee.

Lee cayó al suelo aun quejándose de dolor, Gai-sensei bajo rápidamente en su auxilio.

El combate fue declarado a favor de Gaara, Temari y Kankuro bajaron a ayudar a su hermano. Akira sonrió satisfecha al ver a un Gaara somnoliento y tranquilo, todo dentro de ella le decía que había hecho un buen trabajo.

Kakashi levanto a Akira de la camisa para luego cargarla como un saco de papas, la peli plata se sonrojo al darse cuenta que había estado sentada a horcajas sobre el pelirrojo, Gaara desvió la mirada ocultando un leve enrojecimiento.

Kakashi llego a la parte superior de la arena para liberar a Akira, pero segundos después volvió a aprisionarla en un celoso abrazo paternal.


🌱 Sentarse a horcajadas: [Postura] de montar a caballo, con una pierna a cada lado del animal, o de sentarse en cualquier otro lugar en una postura similar.🌱

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