Epílogo:
Pase la mano por mi vientre y solté un suspiro cansino, de agobio. La estaba pasando bastante mal
—Tranquila bonita, apuesto a que Byron se librara de esta. Seguramente tiene un plan —me había dicho aquel chico mientras volamos en el helicóptero
Y quise creerle, de hecho, lo hice. Me aferré a la idea de que Byron tenía un plan, pero lo cierto es que con el paso del tiempo comencé a perder las esperanzas, Byron nunca apreció, ni al día siguiente, ni una semana después, ni un mes después
Y fue así como lo supe, que ya no regresaría
Habían pasado cinco meses desde la última vez que lo vi, esa donde su última imagen era arrodillado en él césped del patio, con las manos en la cabeza, y una pistola apuntando en su frente
Y horas antes..
Horas antes habíamos disfrutado del mejor sexo de nuestras vidas, sin saber que no era más que una despedida. Una trágica despedida
Los chicos me habían traído a la misma casa donde la familia Lozano disfrutaba de sus "vacaciones", fue hasta ese entonces que todo hizo clic en mi cabeza y las piezas del puzle finalmente encajaron. Byron los había alejado porque sabía que probablemente eso sucedería, así como también había logrado tener el helicóptero en el patio de su casa
Él sabía absolutamente todo
Sabía incluso que estaba embarazada, y que tenía todas las intenciones de entregarlo a prisión. Eso me llevo a pensar ¿desde cuándo lo sabía? ¿Porque no hizo nada? ¿Porque no escapó conmigo? ¿Porque decidió entregarse?
Tenía la cabeza llena de incógnitas, dudas, confusión.
Estaba en una casa conviviendo con personas nada agradables para mi gusto, y por lo mismo no hablaba ni gesticulaba palabras. Me pasaba todo el tiempo posible encerrada a la espera de su llegada, algo que nunca sucedió, y tuve que tomar como única esperanza la llamada que hacía Hector una vez a la semana para avisarnos de cómo estaban las cosas
Esos pocos minutos que duraba la llamada eran los únicos en que era feliz, en que mi pecho se calentaba y sentía la esperanza aletear en mi interior. Pero con el paso de los meses ni siquiera su llamada me alegraba, pues sabía que no diría nada nuevo, y no quedaba nada por hacer
Byron moriría en prisión
Para este entonces, toda la familia estaba enterada de los hechos. Nerea fue quien pegó el grito en el cielo cuando me vio aterrizar en un helicóptero fuera de aquella casa, con dos chicos que cargaban una escopeta, sabía que era solo para protegernos, pero ella desde luego no lo veía así
Todos corrieron a hacer preguntas a las que no tenía fuerzas ningunas para dar respuestas, y en cuanto ella preguntó que dónde estaba su hijo, no pude más que echarme a llorar, a llorar sin tapujos, sin vergüenza, a llorar desconsoladamente
Harris fue quien para mi sorpresa calmó las aguas, primeramente tranquilizó a su esposa que parecía estar a punto de sufrir un patatús, y luego, cuando había calmado al resto de la familia, me agarró del brazo alzándome del suelo donde me había desplomado
Para este entonces, todos estábamos acostumbrados a vivir escondidos y con bajo perfil. Incluso Nina que era la fiestera de la familia, había accedido sin rechistar alegando que era Byron lo más importante
Todos estaban acostumbrados menos yo, porque con cada día que pasaba su ausencia dolía, porque le echaba muchísimo de menos, porque no podía continuar sin él
—¿Dónde está Michael? —inquirió Nerea desplazándose en sus altos zapatos de tacón por el salón de la casa
La casa era más grande que la de Byron, y con unas vistas hermosas porque Cancún era precioso. Nerea en los últimos meses se había tomado el tiempo de redecorarla a su forma, haciéndola ver extravagante, pero ninguno nos opusimos, no teníamos ánimos para ello
Y mientras más ocupada estuviera, por mi mejor, todo por tal de no escucharla
Además, Sergio no estaba con nosotros, había salido de viaje días antes de que todo sucediera. Y por nuestro propio bien, no podíamos enviarle nuestra ubicación a nadie
Ni siquiera a él
Y podía notar cómo Nerea lo echaba de menos
—Estará dándose una vuelta por los alrededores, o quizás en la piscina. Ya sabes cómo es —le respondió Harris haciendo un ademán con su mano restándole importancia.
La relación entre Michael y su padre se había roto desde que Harris supo toda la verdad, si se tenían que hablar lo hacían, pero sólo lo necesario. Harris sentía mucha deserción de él, y no se preocupaba en disimularlo
—Paola, ¿Estás lista? —su rostro giró hacia mí y yo simplemente asentí
Hoy me tocaba consulta, para comprobar que todo seguía bien con el embarazo. Harris y yo no habíamos arreglado nuestra relación, porque obviamente no tenía arreglo, y al menos yo le dirigía la palabra sólo cuando era necesario. Harris en cambio se pasaba todo el tiempo vigilándome, y también cuidándome. Estaba demasiado contento con el embarazo, y no lo ocultaba para nada
Así que había estado a mi lado en cada consulta, que era el único momento en que salía de casa, en un auto de cristales blindados, con los mismos chicos que me habían sacado en helicóptero de casa de Byron, ellos estaban al cargo de nuestra seguridad, así como cuatro hombres más que siempre porteaban la casa
Mi vientre había crecido muchísimo esos últimos meses, y por lo que decía la doctora cada vez que nos veíamos, estaba haciendo un excelente embarazo
¿Y cómo no?
Si tenía a Harris todo el maldito día pegado a mí, él estaba muy feliz, y en parte se lo agradecía, gracias a él todo era más llevadero. Aunque jamás se lo confesaría, se lo permitía hacer porque de igual forma era el futuro abuelo del pequeñín que se formaba en mi vientre, o pequeñina
No había querido saber el sexo porque soñaba con vivir ese momento junto a Byron, en mi pecho se cosechaba esa esperanza, pero ya no podía prolongarlo más
Sabía que Byron no regresaría
—Es una niña —reveló finalmente la doctora y mis ojos se empañaron de inmediato —Escucha los latidos de su corazón —me dijo emocionada y rompí en llanto allí mismo
Tendría una hija
—¡Dios mío pero que feliz me siento! —grito Harris sin cortarse un pelo, haciendo que la doctora soltara una pequeña risa, incluso yo sonreí entre lágrimas —Tendré una nieta muy sana y fuerte —entonces su mano que había estado lanzando porras al aire se posó sobre la mía para darme un leve apretón de asentimiento, y no me pude contener
Harris tenía uña enfermedad mortal, para la cual no existía cura, ni siquiera sabíamos cuánto tiempo de vida le quedaba. De allí las ganas de que Byron tuviera una relación estable e hijos, nos lo había contado hacía dos meses, solamente lo sabía Nerea, por ello era la que siempre lo acompañaba al doctor. Harris no quería que Byron lo supiera, él quería conocer a sus nietos antes de fallecer
Lloré sin control, dejando que las lágrimas me empaparán el rostro y parte del vestido, mientras Harris me apretaba dándome apoyo
Unos minutos después, la consulta terminó y volvimos al auto para regresarnos a casa
—¿Puedo tocar? —me pregunto Harris y asentí al darme cuenta de lo que pretendía
Entonces su mano se posó sobre mi vientre, y lo acaricio con cariño. Sólo que en ese momento la pequeña lanzó una patada y el pegó un bote en el asiento acompañado de un grito
—¡A dando una patada! ¡Lo has visto! —exclamó exaltado abriendo mucho los ojos en mi dirección —Esa pequeña quiere mucho a su abuelo —aseguró él haciéndome reír. Incluso los chicos que iban al frente manejando rieron, ellos también se habían emocionado al saber que sería una pequeña
En parte también se habían encariñado conmigo y mi embarazo, pues me traían a cada consulta y nos cuidaban. Supongo que en el roce está el cariño
—No sabes cuan feliz me siento Paola —me dijo ahora un poco más serio y no supe que responderle
No habíamos hablado mucho durante los últimos meses, porque yo no quería
—¿No has sentido cargo de conciencia todos estos meses? —inquirí, pero como pareció algo confundido, proseguí —Por haber estado dispuesto a entregar a su hijo —aclaré y el con lentitud retiró su mano de mi vientre
—No, no tengo ningún cargo de conciencia
—Veo que nada ha cambiado —dije mordaz volteando para ver por el cristal del coche, ya no tenía ganas de seguir con la plática
Pero a Harris no pareció importarle, y por ello continuó
—Cuando seas madre me comprenderás —me mordí la lengua para no soltar una barbaridad, porque él tenía intenciones de continuar y sentía que en parte, me estaba siendo sincero —Yo crie a Byron Paola, he estado en cada etapa de su vida. Lo llevé de la mano por primera vez al colegio, luego lo llevé por primera vez a un partido de fútbol, de la misma forma al hospital cuando se partió la cabeza, y le acompañe a su primer día de trabajo. Y no crie a un delincuente, y tampoco me siento orgulloso de que lo sea —soltó un suspiro —Cuando él nació, no teníamos siquiera dinero para nosotros, Nerea y yo no sabíamos cómo podríamos hacernos cargo de él, pero aun así decidimos tenerlo. Y le enseñe todo lo bueno de la vida, y le crie, le alimenté, y lo eduque. Y Byron me pago con deserción, y no lo merezco. Es por eso que no siento cargo alguno de haber estado a punto de entregarlo a la justicia, y le llevaría de la mano si fuese necesario porque no es ese el hijo que crie. No me importa su dinero, ni nada en relación con lo material, porque esas son cosas banales y no tienes valor ninguno. De igual forma, cuando muera, no podré llevarme nada de eso a la tumba. Lo único que quiero llevarme, de hecho, son los recuerdos y buenos momentos vividos con mi familia, y mi nieta
Y sonreí al escucharle decir eso último, y también fui consciente en ese momento de que estaba sollozando
Me lancé a sus brazos y lo abracé aún sin dejar de llorar —¡Oh, Harris! —lloré aún con más fuerza. ¿Cómo es que no lo había entendido hasta ese momento? ¿como es que mi juicio se nubló tanto? —Lo siento, lo siento tanto por pensar..
—Ya no importa Paola. Yo me siento muy feliz de que tú quieras tanto a mi hijo —me respondió y lentamente me aleje
—Y yo iba a entregarlo —ahogué un sollozo —Y él recibió un balazo por mi, y me salvó de ser detenida —confesé y sus ojos se abrieron de par en par
—¡Mi hijo recibió un tiro! ¡¿Por amor?! —le mire desconcertada —¡Al fin se ha enamorado! —grito aún más alto y los chicos que iban delante al volante explotaron en una carcajada
—¡No es gracioso! —proteste
—Que si Paola, que tú no lo entiendes, pero Byron no se ha enamorado jamás. Hasta llegue a pensar que ese chico no sentía —me dijo Harris —Pero siente muchísimo por ti, ¡recibió un tiro muchacha! —me dijo cómo si fuese obvio y los chicos volvieron a reír, incluso yo lo hice
Para cuando llegamos a la casa y todos se enteraron que era una pequeña, corrieron sobre mi y me abrazaron con entusiasmo, incluso Nerea me abrazó
—¡Tendré una sobrina! —gritaron Nerea y Nina a la par, y ambas se miraron con el ceño fruncido
—Será mi sobrina, tú serás la abuela —aclaró Nina —¡Yo seré la tía!
—Pues yo seré su otra tía, que ni se le ocurra llamarme abuela. Seré su tía favorita y no se diga más. Esa niña no me hará más vieja —refunfuñó
Todos explotamos en una carcajada al escuchar a Nerea, y reímos aún más cuando nos dimos cuenta que lo decía en serio
Entonces mi mente se desconectó de ese momento, y los vi reír a cámara lenta. Ya no escuchaba sus risas, pero les veía felices por mi hija, y me sentía feliz también
Quizás, ya Byron no formase parte de nuestras vidas. Ni siquiera sabía si algún día podría visitarlo, si sería apresada, o podría caminar por la calle libremente algún día, mucho menos sabía que le respondía a mi hija cuando preguntara por su padre
Pero en ese momento me sentí feliz, fui feliz, y me di cuenta que era eso lo que quería hacer
Vivir el momento
Un día a la vez
—Familia ¡llegue! —gritó Michael abriendo la puerta, sacándome de mis cavilaciones
—Ven, corre, tendrás una sobria —gritó Nerea envolviéndome en sus brazos, y una vez más me dejé
—¡Es una niña! —le escuche exclamar y se sintió como algo caía al suelo —¡Seré padre de una niña!
Todos nos giramos a la vez, perplejos, incrédulos, sorprendidos. Porque frente a nosotros no estaba Michael, sino Byron. Un Byron con los ojos muy abiertos y una sonrisa inmensa en su rostro, un Byron con barba de días y ojeras, un Byron más delgado de lo normal, pero Byron
Mi Byron
Y corrí, corrí como si mi vida dependiera de ello y no me detuve hasta que mis brazos lo rodearon, hasta que mi cabeza no descanso en su pecho, hasta que lo apreté con todas mi fuerzas y me convencí de que aquello no era un sueño. Hasta que comencé a llorar, hasta que alcé la vista y sus ojos se enfocaron en los míos, y me sonrió, sonrió con esa coqueta sonrisa que en otro rostro no sería igual, sentí como mi pecho se inflaba de felicidad, y solo quería llorar y llorar, pero no quería soltarlo, no lo quería lejos nunca más
Los otros no tardaron en llegar y abrazarnos, hasta ese momento recordé que no estábamos solos, y fue un momento muy bonito, demasiado bonito en donde nos quisimos como familia y nos aceptamos los unos a los otros
Entonces sentimos unas manitas pequeñas en nuestros pies, y reímos al notar a Sara abrazándonos también. Hector y Paula también habían llegado junto a Byron, él lucía igual de mal que su hermano, y era entendible, estaba dejándose la piel en el caso
Y todos nos fundimos en aquel abrazo, todos excepto Michael, que nunca llegó
Y luego todos entendimos el porqué
Nerea lloró en silencio al escuchar como Byron y Hector explicaban que Michael, su hijo pequeño, se había entregado y estaba en prisión. Michael ya no soportaba el peso de la culpa, y confesó que era uno de los cabecillas de todo el negocio, que él mismo había propuesto a los jefes que amenazaran a Byron para que se metiera al negocio
Y entonces fue que el lazo de deshizo frente a mis ojos. Entendí que todo el tiempo había sido él, que Byron nunca fue el malo de la película, que había sido una víctima más que no tuvo otra alternativa que aceptar para salvar a su familia
Byron no era malo
No era delincuente
No era contrabandista
Y lloré, todos lo hicimos
—Papá, Michael se ha entregado por ti —confesó Byron apretándome en sus brazos. Estábamos sentados todos en los muebles del salón, porque la noticia había sido impactante —Dijo que te había decepcionado y no podía con la culpa. Que no era su intención dañar a la familia
Y Harris no hizo más que asentir, aún con dolor
Debía de ser demasiada la culpa que sentía, porque fue gracias a ello que Byron fue liberado. Hector estaba haciendo un excelente trabajo, pero en lo que todo se resolvía, Byron podría haber sido apresado alrededor de un año, he incluso más, hasta que se aclararan las pruebas
Algo me decía que aquello tenía que ver con la enfermedad de Harris. Todos sabíamos que Byron era muy importante para él
—No sé cómo pudo hacernos esto, no sé en qué momento Michael cambió tanto. Sabía que tenía un ligero rencor hacia Byron, pero no lo creí capaz de semejante atrocidad. ¿Mandarte a secuestrar? ¿Poner a la familia en riesgo? —Nerea expresó sus sentimientos, pero a pesar de hacerlo en voz alta, era una conversación consigo misma mientras no hacía más que acariciar el rostro de Byron
—¿Prima? —inquirió Sara colocando su pequeña mano en mi vientre, y todos le sonreímos
¿Que sería del mundo sin la inocencia de los niños?
—Si cielo, es tu prima —le dije y ella aplaudió contenta dando brinquitos de emoción, y reímos
Fue así como se aligeró el ambiente y poco a poco todos secaron sus lágrimas, sobre todo Nina y Nerea que eran las más afectadas
—¿Paola le has hecho una remodelación a la casa? —inquirió Hector y yo negué sutilmente
—Como si no conocieras a tu madre —le respondió Nina y Nerea sonrió con satisfacción
—¿Ah que te gusta? —le dijo
—Pero mamá, ¿pediste permiso a Paola antes? —inquirió y yo le miré intrigada mientras que Byron se tensaba bajo de mi
—¿Porque debería hacerlo? —preguntó ella, seria
—Porque es su casa mamá, Byron se la compró hace unos meses. Es el regalo que quería hacerle pero no tuvo tiempo, ¿porque es que nunca preguntas primero? ¿Sabes tú sí a Paola le gusta esta decoración? —suspiró —Hay mamá, nunca cambiarás —negó llevando do dedos al puente de su nariz
Dejé de prestar atención a la discusión de Hector con Nerea, porque había muchas cosas que no entendía. En primer lugar no entendía cómo Hector me defendía cuando estaba completamente segura de que no le agradaba, y en segundo lugar, ¿está era mi casa? ¿Mía?
Para cuando mis ojos dieron con Byron lo encontré rascándose la parte trasera de la cabeza con nerviosismo. Le miré con una ceja alzada —¿Mi casa? —inquirí
—¡Mi hijo siente! ¡Está enamorado! —gritó Harris emocionado y no pude hacer más que unirme a las carcajadas que resonaban por todo el salón, incluso Nerea y Hector reían
—Pues sí, estoy enamorado. ¡Y voy a ser papá! ¡Seré papá de una niña que voy a malcriar muchísimo! —grito aún más alto y yo negué en desacuerdo, pero lo cierto es que estaba feliz
Muy feliz
Debía dar gracias a dios por tanta felicidad que ni siquiera cabía en mi pecho. Byron me estaba haciendo la mujer más feliz del mundo y le estaba agradecida
Mucho
—Te amo —me dijo al oído mientras la familia discutía cual sería el nombre de la pequeña
—Yo te amo más —abrió los ojos de sobremanera, pero antes de que pudiera gesticular palabra alguna lo bese fundiéndome en sus labios, amándolo
Y lo hice todo a un lado. Olvidando por un momento que Augusto estaba preso, que Kenia había sido asesinada, que Miriam volvía a llamarme hija y mostraba amor por mi, que había sido secuestrada, que había sufrido mucho, qué Nerea era una ludópata, que Byron y Harris se habían aleado y me habían hecho pasar muy malos momentos, que en su momento estuve con un hombre que resultó ser violador, que teníamos la fecha del juicio al que ambos estábamos citados para declarar, en que tendría una hija y no tenía idea de cómo ser madre.. lo hice todo a un lado, y me centré sólo en Byron
El mundo se había borrado, quedando solamente nosotros
XXX
Dicen que todo pasa por algo, y fue entonces cuando aquel refrán cobró sentido para mi, pues gracias a que Byron llegó a mi vida, tuve la bebé más hermosa del mundo, y de esa forma fui la madre más feliz que podría existir. Tuve una boda hermosa donde usé un traje blanco con un inmenso velo, y en brazos de Miriam llegué al altar. Pase una luna de miel maravillosa, viaje por el mundo, conocí otras culturas, inauguré la tienda que manejé con mucha sabiduría. Byron y yo decidimos tomarnos unas vacaciones en una isla paradisíaca en lo que la investigación para saber si su empresa se dedicaba al lavado de dinero, que por suerte no fue el caso y el de forma inteligente había invertido en un prostíbulo que no tenían nada que ver con su empresa, y que desde luego clausuraron y confiscaron. Y si señores, a pesar de haberme tenido prácticamente secuestrada, pese a que me amenazaba y asustaba, a que me drogó y humilló, y me lastimó e hirió, pese a que siempre fue el dueño del tablero de ajedrez cuando ya daba por seguro que le haría un jaque mate, Byron Lozano me hizo la mujer más feliz del mundo
—Aún no puedo entender cómo es que tú y Harris pudieron haberme hecho algo así —me queje aún sin soltar su mano mientras la arena de la hermosa playa se colaba entre mis pies descalzos
Era nuestro último día en la playa pues gracias a Hector y Martín, que nos habían defendido hasta el fin, nuestra misión con la justicia había terminado. Solo nos quedaba el juicio final donde una vez más, debíamos declarar
—Mi amor, supéralo de una vez —se burló mientras le daba la mano a Sophie, nuestra pequeña, que apenas comenzaba a andar
—Es increíble cómo todo el tiempo estaba jugando tu juego, yo que me sentía realizada —fruncí los labios y me crucé de brazos para remarcar mi punto, y Byron soltó una carcajada burlesca y escandalosa que me provocó ganas de reír, pero me mantuve firme, mientras que nuestra hija le miraba con sus grandes ojos muy abiertos, con curiosidad
—Nunca fue mi juego porque nunca pensé que me podría salir de ese mundo, fuiste tú quien llegó a cambiarlo todo Paola —me confesó ahora con sinceridad soltando la manita pequeña de Sophie para besarme lento y apasionado, haciéndome olvidarlo todo por un momento
—Pa-pa —Byron y yo nos alejamos de inmediato para mirarnos con los ojos muy abiertos, y luego mirar a Sophie que tenía en sus manos un caracol de mar y su cabello rizado volaba a causa del viento
—¿Qué has dicho? —le preguntó él tirándose a la arena para estar a su altura, y Sophie le sonrió tendiéndole el caracol —¡Lo has visto! ¡Ah dicho Papá! ¡Lo ha dicho! —me grito emocionado mientras no hacía más que sonreír. Byron vivía encariñado de su hija, la mimaba y consentía muchísimo. No quería verlos cuando Sophie fuese mayor —Repítelo cariño, por favor —le pidió a Sophie que aún reía feliz, nos habíamos dado cuenta que le encantaba el mar
Era la primera palabra que Sophie pronunciaba, es por ello que Byron reaccionaba así, yo estaba igual a él, sólo que él estado de nervios no me permitía siquiera hablar
Y Sophie volvió a abrir sus labios, y lo dijo no sin antes entregarle el caracol
—Ma-má —fue lo que dijo haciendo que mi corazón latiera con fuerza dentro de mi pecho
—¡La has odio! —grite mientras Byron me veía con el entrecejo fruncido —Repítelo cariño —le pedí lanzándome a la arena para quedar a su lado, mientras mi cabello, ahora, nuevamente rizado, se alzaba al aire
—No cariño, di Pa-pa —le pidió Byron con lentitud y Sophie asintió como si entendiera, la sonrisa no se borraba de su rostro
Era hermosa. Tenía su piel de un color acaramelado, había sacado mi cabello rizado, y sus ojos grandes como los de su padre
—Ma-ma —repitió y casi lloro, pero en vez de eso solté una alta carcajada mientras Byron se cruzaba de brazos y Sophie abría sus manitas y me abrazaba
La rodee con mis brazos y me alcé dando una vuelta mientras reía feliz, era muy feliz
—Ya veo cómo van a ser las cosas por aquí —comentó Byron fingiendo molestia pero sonreía a boca cerrada
Y reí aún más alto mientras Sophie me seguía la rima como si entendiese lo que decía su padre
—Las amo —y nos apretó en un abrazo que con gusto recibí
—Pa-pa
—¡La has escuchado! —volvió a gritar rompiendo él abrazos para mirarnos con ojos muy abiertos
Y me la arrebató de los brazos para correr mientras la alzaba al aire
—¡Ma-ma! —grito Sophie aún entre los brazos de su padre y salí corriendo tras de ellos
—Espera, ¡también soy su favorita! —grité mientras la carcajada de Byron inundaba el ambiente y para cuando llegue a ellos caímos los tres sobre la arena
—A-mo —dijo ahora dejándonos anonadados y sorprendidos
—Nosotros te amamos a ti —dijimos a la par para fundirnos en un abrazo de tres, mientras sonreímos alegres
Desde luego, que todos mis días fueron así de felices y coloridos, nada de lágrimas, ni tristeza. Viví mis días alegre, rodeada de la familia Lozano...
Fin.
LietyDGR
2023
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