25: AGREEMENTS
—¿Qué se supone que es esto?—inquiere alzando una ceja y deja el periódico sobre la mesa para agarrar la carpeta que coloco frente a él
—Estás en todo tu derecho de leerlo —es lo que respondo ya sentada frente a él, y abro mi carpeta para ubicarme en la misma página que él
—¿Es acaso un chiste? —suelta con diversión y la frena al ver mi seriedad —¿Estanos acaso en 50 sombras de Grey o algo por el estilo? —me observa con una ceja alzada y es mi momento de sonreír
—Dímelo tú, fuiste quién comenzó con lo del contrato —le devuelvo el golpe y él abre los ojos sorprendido, dos a una, y en mi favor
—Noto que te has preparado muy bien para este encuentro, ¿no es así?
Me observa de arriba a abajo y entiendo que no sólo se refiere al contrato que he dejado frente a él, sino también a la ropa que llevo puesta. Pues sí, no me hallo vistiendo cualquier cosa, he tomado horas de mi día en elegir la prenda adecuada para esta reunión
—Centrémonos en lo que realmente importa —lo corto
—Pues eso —es lo que responde para finalmente poner la vista en dicho contrato
Guarda silencio mientras lee y yo solo me dedico a releer todo lo plasmado en el acuerdo, el cual elaboré con la ayuda de Mirian. Su mente ágil y sus ideas de doble propósito colaboraron en el nacimiento de mi contrato de golpe bajo. Lo llamo de esa forma porque consigo liberarme de muchas cosas con ese acuerdo, es como si estuviera pagando la mitad de mi libertad. Sólo me queda el que Byron lo acepte, aunque realmente no pienso darle alguna otra opción, lo acorralaré hasta el punto de dejarle muy en claro que si no acepta no pienso servirle de ayuda
—Fingiremos ser novios única y exclusivamente frente a mis padres y familia, no será necesario cuando nos encontremos a solas —lee en voz alta uno de los puntos y yo asiento
—Lamento decirte cariño, que no podrá ser. Es evidente que no conoces a mi madre, pero una vez lo hagas, no sólo serás "mi novia" en estas cuatro paredes, sino que lo serás para el mundo entero —revela y trago duro al escucharlo, esto definitivamente será más grande de lo que imaginaba
—Pues bien, podemos arreglarlo —respondo sin lucir afectada por sus palabras
—Se te permitirá salir y pasear sin restricciones —nombra como si fuese un chiste y lo miro con ganas de acecinarlo
—¿Por qué no?—inquiero fingiendo agobio, en realidad cuando escribí eso sabía que él no aceptaría
—Bien, puedes hacerlo. Siempre y cuando Leon te acompañe
—Prefiero que lo haga Tomas —agrego rápidamente al ser consciente de que ha aceptado
—Pues que sea Tomas, los dos son hombres de confianza. Así que realmente no hallo problemas en ello
—Perfecto
—Todo será fingido, no tendremos ningún tipo de acercamiento o relaciones sexuales —lee cómo si algo estuviera mal en la oración —Es evidente que eso hay que arreglarlo
—Estás de broma ¿cierto?, todo será un teatro, lo sabes bien —aclaro y él sonríe mientras asiente
—No debo tener ningún tipo de acercamiento con mujeres, no se me puede ver en público manteniendo relaciones o comportamiento que den a entender traición por mi parte —levanta la vista para mirarme ofendido
—Pues claro, no pensarás reconocerme como "tú novia" frente al mundo, y luego ir pegándome cuernos como si fuese una vaca
—Llevas razón —murmura acariciando su mentón —¿Se puede saber cuánto tiempo llevas elaborando esto?, parece que has pensado en todo. Y sólo para que lo sepas, ese último punto que leí fue un poco dominante, ¿qué pasa? ¿celosa?
—Ya quisieras —respondo haciéndolo reír
—Para que lo sepas, esa cuenta para ambos. Tú tampoco puedes ser vista en ese comportamiento
—La diferencia es que yo si puedo comportarme —respondo con suficiencia
—¿No puedo traer ninguna de mis amigas pre-pago a casa?
—Por supuesto que no, si voy a ser la señora de esta casa deberás respetarme. No pienso aguantar más el que me observen con lástima cómo ha venido sucediendo sólo porque tú andas de calenturiento
—Eso no debería de importarte, tu sabes que en realidad no somos nada —dice con seriedad, al parecer he tocado un tema muy fuerte para él
—Está claro que no me importa, pero los demás no saben que esto es una falsa, y como no deseas que nadie lo sepa, debes de comportarte
—Me parece que esto es demasiado, no me permites verme con nadie, no puedo traer nadie a casa, y tampoco puedo estar contigo. ¿Cómo se supone que supere eso? ¿Al menos me permitirás tocarte una teta?
—Ni lo sueñes —suelto precipitada
Y así pasamos gran parte de la noche, leyendo y aclarando cada punto del contrato. Y al concluir, dejamos muy en claro que no se puede romper ninguna norma del acuerdo, y de hacerlo, el mismo quedará roto
—Realmente estoy de acuerdo en todo, he decidido confiar en ti, pues estás hundida en este negocio tanto como yo. No podrías hacer nada para perjudicarme, no sin que también te perjudique a ti —y tras esas palabras profundas por su parte nos retiramos para dormir
XXX
—Desde ahora te advierto que estás metida en algo grande, muy grande Paola, seguramente debes saberlo, pero aun habiendo pasado por todo lo que has pasado, no puedes hacerte la idea de en lo que te has metido. Ni siquiera yo que tengo más visión de la vida puedo llegar a imaginar toda la red delincuente que se desenvuelve en dichos negocios. Aun así, decido ayudarte, pienso echarte la mano y ser la luz que te guíe en este lío. Te advierto que no será sencillo, y cómo estamos metidas con personas muy pesadas, necesitarás de un abogado. Necesitamos tener todo en regla, y con la ayuda de un abogado estoy segura que será más fácil desenvolvernos entre esas personas. Así que llama a este número que estoy anotando en tu celular para que agenden una reunión y lo puedas poner al tanto de tu situación, su nombre es Martín Rodríguez, es el mejor en su trabajo, además es mi colega de años y cuando le digas que vas de mi parte no dudará en ayudarte —ella explica devolviéndome mi celular y sólo asiento —Noto que todo esto ha logrado afectarte mental y espiritualmente, por lo que te aconsejo vallas a un psicólogo, necesitarás de mucha terapia para lidiar con todo lo que se avecina. Y por último, te doy la opción de que te piense bien si deseas llevar esta venganza a cabo, en caso de que mantengas la misma posición, te advierto que no será sencillo y estarás arriesgando tu vida, yo prometo ayudarte, y en nuestro próximo encuentro te diré lo que quiero a cambio de mi servicio
Hago los recuerdos de mi última conversación con Mirian a un lado para bajar del auto, y me coloco mis gafas de sol mientras me adentro en el restaurante donde quedé para reunirme con Martín, el abogado que se hará cargo de mi caso. Observo por el rabillo del ojo cómo Tomas se aparca a unas calles de distancia y suspiro con alivio, gracias al contrato puedo andar más libremente por la calle. Si Byron llega a enterarse de lo que planeo hacer, me acabará
No pienses en ello Paola, me aliento a mí misma mientras me introduzco en el lugar.
El sitio es acogedor y muy bonito, además de elegante, por supuesto. Un hombre ondea su mano en mi dirección, y sonrió para encaminarme en su dirección agradeciendo que se halle ya en el lugar, si la situación fuese a la inversa yo no podría hacer lo mismo, pues no tengo punto de referencia
—Toma asiento, Paola —pide cortes mente tras darme un beso en la mejilla y sacar mi asiento
—Gracias
Sonrió y tomo asiento, y él segundos más tarde rodea la mesa y hace lo mismo. Pensé que me reuniría con un señor mayor, regordete y bravucón. Sin embargo, me hallo platicando con un hombre con no más de cuarenta años, de muy buen físico, agradable, y sobre todo, muy elegante. Viste de traje y corbata, su loción de colonia es muy fresca y rica, sus ojos son claros, y su cabello castaño. Sus facciones son delicadas, y una leve sombra de lo que en días será una barba adorna su rostro, es un hombre muy bonito, además de contar con un acento colombiano muy encantador
—Has crecido muchísimo, la última vez que te vi tenías no más de doce años —sonríe y me siento avergonzada, mi físico a los doce años era raquítico
—Yo.. no te recuerdo, lo siento —respondo apenada
—Es algo obvio, las veces que nos vimos fueron muy cortas, y no hablamos nunca nada, siempre tenía temas importantes que tratar con Mirian
—Entiendo, ¿gustas algo de tomar? —pregunto a lo que el asiente mostrando una sonrisa que le hace achinar los ojos, por lo que ordenamos el desayuno
Tras satisfacer nuestro apetito comienzo a relatarle detalle a detalle lo que me ha venido sucediendo, que desde luego no es poco. Reconozco que al principio tenía mucho miedo y vergüenza de hacerlo, pero Martín que es un hombre sabio me tranquilizó explicando que yo ya era su cliente, y lo que le contara, él no se lo diría a nadie más. Sus palabras fueron muy tranquilizantes, me hizo sentir como un domingo de confesión en la iglesia con el cura, por lo que rápidamente quede convencida de que debía de contarle todo
Y debo admitir que fue hasta gratificante, llegaron momentos en los que mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no me permití soltar alguna. Aun así fue consolador poder desahogarme finalmente y contarle a alguien más todo lo que únicamente yo vengo cargando sobre mis hombros a diario
Casi dos horas después habíamos formalizado nuestro contrato de trabajo y oficialmente Martín era mi abogado. Me advirtió con mucha seriedad que estaba metida en todo un lío, pero también dijo que si ponía de mi parte, reunía pruebas y colaboraba podría zafarme de todo ese tóxico ambiente
Acordamos reunirnos muy pocas veces, sólo cuando fuese necesario y mantenernos comunicados mayormente por teléfono, yo misma lo pedí. Era cierto que ahora tenía más libertades, pero reunirme muchas veces con el levantaría sospechas, y Byron por ningún motivo podía sospechar nada. Había que mantener las aguas calmadas, no se me podía olvidar que yo tenía guarda espaldas
Regrese al auto y Tomas no tardo en conducirme a la empresa de Byron donde tenía una reunión en veinte minutos. Me sentía alegre, pero también nerviosa y ansiosa. Ya oficialmente yo era un chivo espiratorio, mi único objetivo aquí era permanecer a flote, cómo he venido haciendo, y reunir todas las pruebas necesarias para salvarme y ser libre finalmente
Salí corriendo del ascensor, Kenia y Byron debían de estar esperando ya por mí, pues llevaba cinco minutos de atraso. Llegue a la puerta de Byron con el corazón prácticamente en mi boca, y cuando estuve por girar el pomo de la puerta una voz irritante me detuvo
—No se encuentra en su oficina, dijo que esperaría por ti en la sala de reuniones —solamente podía observar cómo sus labios pintados con labial rojo chillón se movían con desgano
La aborrecía
Alce mi vista para confrontarla y la encontré observándome con desdén. Era más que evidente que no nos aguantábamos
—Gracias —dije con el mismo desgano y giré sobre mis talones para dirigirme a la sala de reuniones, que por suerte no quedaba muy lejos
Dios vamos, ayúdame, correr en estos zapatos de tacón en horas tan tempranas no es saludable
—Lamento haber llegado.. tarde —la última palabra la dije casi en un susurro. Kenia se apartó abruptamente de Byron y este se acomodó su traje rápidamente.
Debo admitir que quede en shock, no podría decir exactamente que estaba sucediendo aquí minutos atrás, ni siquiera puedo asegurar que lo que mis ojos vieron fue cierto. Es que todo sucedió tan rápido, que ni siquiera sé bien
Byron tomo asiento en la cabecera de la mesa, ya que ambos se encontraban de pie; y Kenia se sentó dos asientos a continuación del suyo. El ambiente se tornó pesado, y yo aún seguía parada como una estúpida en la puerta, aferrada al pomo de la misma
—Toma asiento Paola —fue Byron quien rompió el silencio luego de aclararse su garganta, y dudé. Me balanceé en mis zapatos por varios segundos, hasta que finalmente entré cerrando la puerta tras de mi
La mesa de reuniones era rectangular, y además inmensa. Tomé asiento en la cabecera opuesta, quedando frente a Byron, con siete asientos de distancia de Kenia. Las luces de la sala se apagaron, y como las cortinas estaban pasadas, quedamos en la penumbra. Del centro de la mesa apreció un holograma, donde se mostró todo un proyecto que hasta el momento desconocía. Comenzó como si fuese una propaganda, y concluyó como todo un comercial, ¿quién diría que todo aquel escenario tenía que ver con piezas robadas y contrabando?
La introducción enganchaba, pero de la nada el recuerdo de lo sucedido minutos atrás me absorbió. Encontrar a Kenia prácticamente enzima de Byron al entrar me dejo más impactada de lo que me gustaría admitir, y aunque se separaron rápidamente, tuve la ligera impresión de que se estaban besando, o estaban por hacerlo. O más bien, Kenia estaba por hacerlo, pues era ella quien estaba inclinada agarrándolo por su pulcro traje
—No es eso a lo que nos dedicamos —la voz de Kenia me saco de mis cavilaciones. Me sorprendió encontrar ya las luces encendidas, y la sala iluminada. Además de ello, Byron me observaba con una profundidad escalofriante
—Es esa la nueva propuesta que enviaron los jefes, este trabajo sólo se hará en esta ocasión. Quieren saber si están de acuerdo en el modo de operar —respondió viendo ahora a Kenia, y escuchar el nombre de los jefes, hizo que mi interés se incrementara
—No podré hacer ese trabajo sola, es demasiado —fue lo que ella respondió, se escuchaba un poco indignada. Sus ojos estaban sobre Byron, y los de él sobre mi
—¿Qué piensas tú de la propuesta, Paola? —inquirió, su voz sin expresión alguna
—¿Quieres saber lo que yo pienso? —pregunte elevando la voz, por lo que atraje también la atención de Kenia. Me sentía extraña, y no entendía el por qué mi cuerpo se sentía cortado, pesado. Eran emociones extrañas y nuevas para mí, y eso me molestaba aún más —Pienso que todo esto es una pérdida de tiempo, no entiendo para que carajos me llamas y me muestras las propuestas cuando finalmente tendré que hacerlo me parezca bien o no —para cuando termino mi pecho sube y baja con rapidez, me encuentro estresada, y verlo sonreír con cinismo no ayuda nada —No pienso pasar un segundo más aquí, ¿esta es la forma en que demuestras que eres mejor persona? —suelto indignada, pero ni siquiera es una pregunta. Me levanto del asiento haciendo un sonido chillón de este con el suelo, y decido marcharme
—Siéntate, la reunión aún no acaba —la voz de Byron me detiene cuando estoy por girar el pomo de la puerta y salir —Ponerlas a trabajar juntas ha sido cómo alborotar el panal de abejas —comenta con respecto a nosotras y Kenia sonríe, yo en cambio pongo los ojos en blanco y no muevo siquiera un músculo, estoy totalmente decidida a marcharme; y él parece ser consciente de ello, por lo que agrega —Les he dado la noche libre a Leon y Tomas, yo te llevaré a casa una vez la reunión termine
Trata de ocultar una sonrisa, pero se siente tan satisfecho de si mismo que termina delatándose. Sabía que eso me molestaría mucho, por eso lo ha hecho
—No tenías derecho de hacerlo
—Soy quién les paga — sé que sólo quiere molestarme, pero eso no disminuye mi enojo. Aun así no me muevo, y renuente me cruzo de brazos junto a la puerta. Podré perder la batalla, pero no mi orgullo
—Pues si quieres continuar el resto de la reunión ahí de pie, no tengo inconveniente. —dice con simpleza —Kenia, sé que el trabajo no lo podrás hacer sola, por lo que han propuesto a Guill como tu compañero. Sólo será esta vez
—¡¿Qué?! ¿Con ese simio? ¿Es que acaso estás loco?
La noticia a Kenia le sentó como un balde de agua helada, no estaba de acuerdo en lo absoluto. Según la escuché, el tipo que habían designado para trabajar con ella tenía unos métodos muy extremistas. Disfrutaba de los riesgos y la adrenalina, y era un imprudente. En mi opinión, solo ese tipo de personas deberían estar involucradas en este tipo de negocios, donde arriesgabas tu vida 24/7.
La reunión terminó treinta minutos después, donde Byron dejó todas las cosas claras. Kenia, tendría que trabajar con Guill, y yo, debía de elaborar los papeles de forma distinta, donde debían aparecer unos cuños de autenticidad que solamente maneja la realeza, al igual que firmas. En fin, todo un rollo. El tema parecía ser bastante serio por las expresiones de ambos, pero yo, que desconocía todo esto, y no tenía voz, voto, ni elección, no me preocupaba demasiado
Llegamos a casa y me sorprendió encontrar todo apagado, incluso algo de miedo me dio. Byron, caminaba delante de mí con tranquilidad, poco a poco fue prendiendo las luces, y el temor se esfumó cuando reveló que también le había dado la noche libre a Azucena, algo que me sorprendió porque recién se incorporaba de sus vacaciones
—Quería pasar esta noche a solas contigo —dijo luego de encender la lámpara del salón y se giró para encararme. La sangre se me agolpó en los pies al escucharlo, por varios segundos no pude respirar, y mi corazón latía con rapidez en mi pecho
—No tengo nervios para tus bromas hoy, Byron —no sé de dónde saque tanta fuerza para responderle. Mi voz salió sin titubeos, dura, firme y clara
—Que bien, porque no era una broma —fue su respuesta, la cual me puso aún más nerviosa. En sus labios se dibujó una sonrisa, pero esta no era cínica o traviesa, sino una amplia y sincera —No pensé en la cena, la verdad. ¿Prefieres que cenemos fuera? —propuso inquieto, y me pareció tierno verlo en esta situación. No sé qué era lo que tramaba, pero por primera vez sabía que no era algo malo.
—Está bien, hay muchas cosas en la nevera. Puedo preparar algo para la cena. Azucena realizo la compra hace pocos días. —la idea de salir y cenar me hubiera parecido perfecta en otro momento si no lo hubiera encontrado en la situación que lo hice hoy en la tarde con Kenia. Pero eso era bueno, pues me hacía recordar qué tipo de persona era Byron, con él sabía que las ilusiones terminaban hechas añicos en la basura
—Entonces lo haré yo —dijo rápidamente y se sacó la chaqueta de su traje para adentrarse en la cocina
Su comportamiento me comenzaba a inquietar, pero al entrar a la cocina y verlo con la estufa encendida mientras usaba la tabla de cortar carne para cortar las verduras no pude más que reír. Era todo un desastre, el aceite se había volado y ahora la cocina se encontraba llena de humo, y las verduras las picaba tan gruesas, que no servirían para nada
—¿Seguro que sabes cocinar? —pregunté burlona y apague el fogón. Él agitaba los brazos al aire haciendo el intento de sacar el humo de la instancia
—Recuerdo que la última vez que cocine algo tenía dieciocho años —se giró para verme y asentí sonriente
—Mejor me encargo yo, supongo que este tipo de cosas no van contigo
Me deshice de mis zapatos y me coloqué el delantal. El impacto de mi pie con el suelo frío envió ondas de alivio a todo mi cuerpo, esos malditos zapatos se sentían como un lento asesinato. Cerré mis ojos por un instante y me dispuse a comenzar con la labor cuando el peso de su mirada me hizo girarme para verle. Se encontraba en la misma postura, pero sus ojos me observaban con tanta intensidad que podría abrirme un hoyo en el rostro
—¿Qué?
—¿Porque eres tan irónica? —inquirió, parecía estresado
—Supongo que quisiste decir realista —le corrijo con suficiencia
—No, he querido decir irónica. Me reprochas y hechas en cara que solamente muestro mi lado malo, que no te tomo en cuenta y hago contigo mi voluntad. Pero tú no colaboras, no soy yo quien solo muestra su lado malo, sino que tú no te permites conocer mi lado bueno —sus palabras se clavan en mi como puñales afilados, abro mis ojos sorprendida, y quiero decir algo, quiero protestar, quiero dejarle en claro que eso no es cierto, pero entonces no lo hago
—¿De que serviría eso? —pregunto con deserción —¿En que cambiarían las cosas si eso sucede? —continuó
—Paola, no todo tiene que ser blanco o negro, no todo tiene que ser malo. Podemos simplemente ser compañeros, podemos apoyarnos, podemos..
—No —lo corto —Asimílalo Byron, nos tocó conocernos de esta forma. Nos tocó encontrarnos en esta situación, no hallo sentido a que de buenas a primeras me muestres tu lado tierno, bueno y divertido, y que mañana cuando vuelvas a ser un témpano de hielo me trates como una basura. Yo no lo merezco
—Es cierto —dice con voz grave apretando sus puños —Iré a tomar una ducha
Yo simplemente asiento y me dispongo a preparar la cena. Una vez lista, y luego de tomar una ducha bajo nuevamente al salón donde para mi sorpresa Byron se encuentra con la cena servida, una botella de champán, copas, y una leve música. El ambiente parece el de dos amantes en una noche de reconciliación; él viste una bermuda y camiseta, y yo me recrimino por llevar simplemente mi bata desgastada —pero cómoda— de dormir. Él saca mi asiento y tras sentarme, toma asiento junto a mí, cosa que me inquieta.
—Quiero pasar esta noche contigo, y tu humor de mierda no lo arruinará —me dice y yo sonrío. Realmente es cabezota, con todo lo que le dije en la cocina pensé que no me miraría al menos por tres días
Pero aquí está Byron Lozano, sorprendiéndome una vez más
—Mis padres estarán en casa pasado mañana —explica y consigo atorarme con el buche de champaña que recién ingiero —No era mi intención asustarte, sólo quiero que estés preparada —dice dando leves golpes en mi espalda y por fin me calmo
—Gracias por tomarme en cuenta, estaré preparada para ese día —digo, pero más bien lo hago para mí misma
—Mi madre es una persona un poco... exigente, puede que se empeñe un poco contigo, te pido por favor que te lo tomes todo con calma, con ella hay que tener mucha paciencia, no te escaquees —explica alborotando levemente su cabello y yo asiento
—¿Tan grave es la situación que preparas una cena para alentarme?
—Si —responde convencido
—¿Qué hay de tu padre? —inquiero
—Mi padre es más dócil, es muy amable y considerado. Estoy seguro que se llevarán muy bien —sonríe nostálgico y me llevo el primer bocado a mi boca
—No solo he preparado esta cena para alentarte, pensé que debíamos tener algunas cosas cuadradas. Por ejemplo el día en que nos conocimos, cuando convenzamos a salir, cuando tuvimos nuestro primer beso
Eso último hace que me atore por segunda vez en la noche, sólo que esta tos es mucho más fuerte. Toso tanto que llego a parecer una foca asmática
—Bebe un poco de agua mujer. —me acerca en vaso desesperado —Dios, no pensé que esto se me diera tan mal —cometa mientras bebo del vaso y no puedo evitar sonreír, Byron parece realmente inquieto y atormentado
Para ser sincera Byron lleva razón, ese tipo de preguntas son las típicas que le hacen a toda pareja que recién comienzan a salir. Colocó mi mano sobre la suya y trato de tranquilizarlo mientras admito que lleva razón. Decido entonces dar mi brazo a torcer, y juntos nos ponemos de acuerdo. Cuadramos el día en que nos conocimos, el día en que tuvimos nuestra primera cita, y cuando fue nuestro primer beso. Lo dejamos todo claro por si nos hacen preguntas por separados, poder dar ambos la misma respuesta
La cena se desenvuelve de maravilla, los chistes, bromas y halagos no se hacen esperar. Realmente la velada transcurre de maravilla, y en el momento en que pide que baile con él mi corazón casi se me sale por la boca
Me tiende su mano y no dudo en agarrarla, juntos nos dirigimos hasta el centro del salón y una vez allí bailamos al compás de la música. —Gracias por esta noche —me dice en un susurro con sus labios pegados a mi oreja. Sentir su aliento caliente tan cerca de mi piel envía corrientes eléctricas a todo mi torrente sanguíneo, mi pulso se dispara, y de mis nervios ni hablar
—Gracias a ti —respondo muy bajo, tanto, que no se logra percibir el nerviosismo en mi voz
—Realmente lo hemos dejado todo cuadrado, pero quiero darte esto por si preguntan cómo fue —dice dejándome trastocada. Arrugo mi ceño y me alejo un poco de él para encararlo, pero Byron es más ágil y cuando me hallo en medio de mi labor me sujeta de la nuca y une sus labios con los míos
En un primer momento no respondo, me hallo demasiado sorprendida para hacerlo, pero una vez él hace por profundizar el beso, separo lentamente mis labios y correspondo su caricia. El beso es sube y delicado, cómo estar besando un pétalo de rosa. Sus labios carnosos besan y succionan los míos con una calidez que logra erizar los bellos de mi cuerpo. Sus manos se aferran a mis caderas, acercándome más a él, cómo si temiera que me apartara; un suspiro brota de mis labios, y un gruñido se ahoga en su garganta. Y así concluye nuestra velada, con sus labios unidos a los míos, y mi cuerpo entre sus brazos
LietyD.G
2022*
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