—¿Por qué mierda los ricos tienen laberintos como casas?— Hoseok tomaba fuertemente la mano de JiMin quien vagamente intentaba seguirle el paso.
—¡E-espera, hobi!— exclamó con su respiración agitada.

Fue cuando el menor se golpeó la cabeza con la espalda del pelirrojo, este parecía estar alerta, como si en algún momento alguien o algo saldría a atacarlos.

—¿H-hobi?— un potente rugido resonó por el lugar, provocando que ambos cuerpos se erizaran del miedo.

—Mantente atrás.— el mayor tomo el rifle que en su espalda posaba, caminando lentamente sin dejar de apuntar al frente, JiMin era su único objetivo para proteger, si algo cruzaba su camino, probablemente no salga vivo.

ChanYeol tomaba fuertemente su cabeza, ese chico lo había golpeado muy fuerte, soltó un gruñido levantándose del lugar.
—Maldita sea... Te odio, Park Jihoon...— sus ojos resplandecían en un brillante amarillo con toques anaranjados, levantando su fornido cuerpo del suelo.

Tosió un poco de sangre, limpiando esta con su mano, tenía su abdomen herido.

—Channie...— escuchó un susurro detrás de él, reconocía esa voz.
—¿Baekhyun?—  giro su cuerpo encontrando a este con una camisa holgada, acababa de transformarse en humano.
—¿Que haces aquí?— pregunto de manera agresiva.

—¡Deberías estar en tu jaula!— hubo silencio durante unos cuantos segundos, que para el menor, se sintieron una eternidad.

—Vine a... A verte...— tomo su hombro y miró al suelo.

—¡Regresa a tu celda!— fue en ese momento que se acercó peligrosamente hacia el chico de menor estatura, sin embargo, cuando apenas iba a tocarlo, 3 chicos se interpusieron en su camino.

—¡¿Donde esta JiMin!?— el pálido tomo de su camisa al contrario, notando así, sus ojos carmesíes.
—¡Sueltame!— ChanYeol lo empujó para que lo soltase, ambos se miraron con enojo, gruñendo.

—YoonGi, enserio amigo, no es bueno que lo-

Muy tarde, el de estatura baja le dio un fuerte golpe al castaño, tirándolo al suelo, el contrario cubrió su cara con sus brazos para después tomar su mano y golpearlo justo en la nariz.
El pálido retrocedió un poco, limpiando su nariz de la sangre que poco a poco comenzó a gotear, mirando como el mayor se levantaba del suelo.

—¡¿Quieres saber dónde está JiMin!? ¡Ve y búscalo en la basura! ¡Ahí debería estar él!— dio una rápida mirada a Baekhyun.
—Junto contigo.— le apuntó, el menor simplemente retrocedió un poco, soltando unas cuantas lágrimas.

YoonGi, por otro lado, no se quedó de brazos cruzados,  corrió hacia el cuerpo fornido de su detestable enemigo y lo empujó tan fuerte, que ambos cayeron por la ventana.

—¡Yoonnie!— aquella voz la reconocería en cualquier lado, con algo de dificultad, se levantó del suelo tomando su brazo izquierdo, pues con ese había caído.

—¡JiMin!— ambos se sonrieron el uno al otro, pero alguien detrás suyo seguía vivo.

Fue en ese momento, que un león atacó al pálido, mordendo justamente su hombro.