Todos eran llevados en una camioneta, bueno, Namjoon, YoonGi y Taehyung iban en otra sedados hasta el tope.

JiMin tenía unas esposas en sus manos y en su cuello lo que parecía ser un rastreador, le incomodaba mucho usarlo, de hecho, era el único que estaba así.

—Oye, ¿Por qué JiMin es el único que lleva esa cosa? Le incomoda mucho, haz algo.— Jin estaba muy enojado, el que iba de copiloto soltó una risita y lo volteo a ver.
—¿No les has dicho?— JiMin bajo la cabeza, estaba furioso, de verdad quería arrancarle la garganta a todos ellos, pero el miedo que tenía le ganaba por mucho más.

—Vaya, ni porque son tus amigos.—

—JiMin... ¿De que está hablando?— JungKook observó a su amigo, por la forma en la que se encontraba no era algo bueno, temió por su amigo.

—Es un híbrido, uno de Pantera blanca, único en su especie...— todos ahí miraron al menor, este simplemente mantuvo su mirada baja, de verdad lo lamentaba mucho.
—Una alimaña, es un error el que estés ahora aquí vivo, felicidades chicos, tienen como amigo a un fenómeno.— le escupió en la cara al de cabello rosado.

Silencio, la camioneta estaba sumida en un silencio de ultratumba, JiMin se negaba a levantar su mirada, hasta que sintió como unas suaves manos limpiaban su cara, la saliva de aquel señor era espesa y asquerosa, por fortuna, SeokJin lo limpio por completo.

—Fenomeno o no, eres mi amigo, y te quiero tal y como eres...— le dedicó una sonrisa llena de esperanza.
—Yo opino lo mismo.— JungKook sonrió de la misma manera, el pelirosa solo asintió con sus ojos cristalizados a punto de llorar, como pudo, el mayor de todos le dio un abrazo.

—¿Que es eso?— susurro el conductor, una luz se divisó entre todo el bosque, cada vez se hacía más cerca.
—¡Es una motocicleta! ¡Acelera!— el auto salió disparado para intentar perder a quien iba ahí, la otra camioneta hizo lo mismo.

—¿Lo perdimos?— pregunto el que anteriormente escupió a JiMin.

El que conducía freno de golpe, provocando que todos se dieran un santo golpe, frente al carro la motocicletas estaba, les impedía el paso.

Aquel que estaba en la moto tenía su cara completamente tapada, en su espalda tenía un rifle de alto porte, tenía botas y unos Jeans apretados algo lodos.

El soldado quien conducía la otra camioneta bajo de esta para alertar a ese chico.

Sin embargo, antes de que pudiera siquiera bajarse completamente, un disparo resonó en el lugar y este cayó al suelo con un hoyo en su cabeza.

—¿Realmente creíste que mis padres serían así de descuidados?— dijo JiMin burlón, el soldado que estaba ahí simplemente le soltó un golpe.

—Llevalo a la base, me quedare aquí con este payaso...— seguido de esto, bajo del auto y rápidamente los disparos sonaron por el lugar pues no solamente ese soldado se había bajado, un total de 8 ahora atacaban a quien se encontraba ahí.

Ambos transportes no esperaron más y arrancaron hacia el laboratorio.

—Tu puedes Hoseok, vamos...— susurro JiMin cerrando sus ojos.

Mientras tanto, el de cabellera castaña lidiaba con los soldados, todos atacaban de manera simultánea, pero pocos golpes llegaban a tocarlo.

Uno por uno, fue cayendo muerto por la audacia del chico, el único que quedó en pie, fue su líder.

—Si te vas... Consideraré tenerte piedad...— susurro amenazante, el soldado comenzó a reír con fuerza.
—Antes muerto que cobarde...— se lanzó a ese chico, quien en una maniobra rápida, saco una revolver chica y le dio en su corazón.

—A fin de cuentas...— se quitó la pañoleta que cubría su cabeza y su tapabocas.
—Yo, un chico de 25 años logró vencerte, la vergüenza te seguirá por tu eterna muerte...— fue lo último que aquel hombre escuchó.

—Espera un poco más, JiMin... Estoy en camino...— subió de nuevo a su motocicleta y siguió el rastro de las camionetas.