Luciérnaga

Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

Estamos aquí reunidos para inaugurar este capítulo que entra al Panteón de Historias Cortas. Y esta es una historia de amor que involucra a Yellow Diamond a Steven Universe y a Pink Diamond.

Nunca hubiera hecho algo como lo que aquí presento por mi cuenta pero perdí una apuesta con una joven bandida que jugó bien sus cartas. Al final de esto les diré de que trato la apuesta y quien es esta autora que me ganó.

Sin más que decir. Les dejo la historia YellowxSteven que se me solicitó.

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Yellow Diamond estaba desesperada. Corría a toda prisa por los pasillos de aquella gran estructura. Un enorme palacio que dominaba gran parte del ahora fracturado Homeworld.

Paredes de varias decenas de metros de alto que terminaban en cúpula enmarcaban historias de eones de antigüedad. Historia de una jerarquía real que involucraba cuatro grandes puntos cardenales. Cuatro diamantes.

Torció a la derecha tomando más velocidad para luego detenerse ante una entrada sin puerta. Daba a una gran sala de estar, donde lucían estructuras y maquinarias que servían para mantener en cierta vigilancia los mundos controlados por aquel vasto imperio.

La diamante se asomó levemente para testear el terreno. Solo 3 incautas gemas maniobrando.

Nunca en su longeva existencia se había imaginado el estar corriendo mientras se escabullía de la vigilancia. Pero nunca, nunca, pensó en una realidad como ahora se le presentaba.

Pink Diamond había tenido un hijo, había heredado su gema y abandonado su existencia, para crear a un nuevo ser, un nuevo Diamante.

-Steven- pensó Yellow para luego tomar impulso y cruzar la puerta a una velocidad imposible para las gemas de guardia.

-White no lo entiende. No alcanza a ver la magnitud de la situación. Tengo que encontrarlo y sacarlo de aquí pronto.-

White una vez que habló con Steven lo había enviado a una habitación para mantenerlo allí algunos cientos de años como castigo a su comportamiento. Pero no se había dado por enterada (y si se enteró no manifestó interés) de que él es en parte un ser orgánico que necesita atenciones diferentes a las de las gemas normales. No entendió que él era un hibrido.

-Lo va a dejar morir y no lo sabe- pensaba angustiada mientras tomaba un nuevo pasillo.

Las gemas de cristal habían sido emboscadas. Todas estaban atrapadas en uno de los muchos calabozos que existían en ese lugar. Yellow sabía dónde estaban, pero no haría nada por ellas hasta sacar al Pink de su encierro. Luego iría por Blue. Luego ya se vería.

Por fin, encontró unas escaleras con caprichosos adornos rosas en los costados, los recordaba como si hubiera sido ayer cuando los recorría buscándola.

Yellow sonriendo con nostalgia al recordar que alguna vez ella recorrió ese camino para dar las llamadas "Clases" a Pink. Charlas en donde ella trataba de que su pequeña comprendiera lo que significaba tener una colonia. Ella había empezado a ir una vez al día para tratar de que ella entrara en razón pero solo se encontraba con sus ocurrencias.

-Mi luciérnaga- pensó. Así solía llamarla a veces.

Desde la supuesta muerte de Pink, ella no volvió a recorrer esos pasillos. Esas escaleras que daban a aquella habitación que había hecho de aula hacía tantos años: la habitación de Pink.

-¿Acaso recordaras algo de ese tiempo Pink? - Se ensimismo un par de segundos Yellow ya por fin de pie frente a aquella inmensa puerta color rosado. Una inmensidad innecesaria para la diamante más pequeña.

Para su pequeña luz de ilusión.

¡Yellow! ¡Oye Yellow! ¡Mira! ¡Soy White!- decía Pink mientras se ponía los cabellos de punta y se cubría con una sábana.

-Si te ve te va a castigar- respondió la Diamante Amarillo sin poder ocultar la sonrisa que le había nacido de aquella burda interpretación.

-Si me castiga, tú me defiendes ¿verdad?- dijo Pink dejando caer la sábana para correr y colgarse del cuello de Yellow.

Ella la tomó con ternura y le sonrió.

-Claro que sí mi luciérnaga- y Pink le dio un beso en los labios.

-Te defenderé de quien sea- Pensó Yellow abandonando el recuerdo para tocar el interruptor de la puerta. Los guardias que estaban en la entrada de las escaleras ahora descansaban en sus gemas después de recibir las descargas de energía de la gran diamante.

Tenía que salvar a Pink. A Steven a como diera lugar.

Por fin la puerta se abrió. Yellow entró e inmediatamente cerró la entrada. Dio un vistazo alrededor, recordaba bien esa habitación. Todo estaba justo como ayer con excepción que en vez de una presencia de cabello esponjoso rosado y zapatillas con borlas en el empeine, estaba un pequeño acurrucado en una esquina, sollozando.

Steven llevaba más de 24 horas en ese lugar.

Yellow sintió un calor en el pecho y paso a paso se acercó a quien ahora era Pink. Lo vio estremecerse a cada paso sin voltear a verla. Se sentó a su lado.

-Steven.- Dijo.

El la volteó a ver y se limpió algunas lágrimas. Se le veía confundido.

-¿Ustedes planearon todo esto?- Le preguntó a la gran gema a su lado.

Yellow frunció un poco sus gruesos labios. Bajó su mano lentamente para acariciar el cabello del chico. Tocarlo fue como una regresión a miles de años atrás.

-No Pink, ni Blue ni yo queríamos que esto acabara así. Es solo que White no está escuchando razones, no entiende que eres algo...diferente ahora.-

Steven por fin se sentó quedando ambos lado a lado. Yellow no dejaba de acariciar su cabello con insistencia.

-Yo no soy Pink, soy Steven.- Le dijo.

-Sí, ya lo sé, pero no esperes que sea fácil el poder decirte por otro nombre, no después de milenios sin verte, no después de recuperarte.- Fue entonces que la gran gema se llevó una mano al rostro. Steven pudo ver que sollozaba.

-¿Qué te pasa?- Se puso de pie angustiado.

-Es solo...rayos...- dijo ella tratando de no mostrar debilidad, pero aquel cuarto, aquella charla. Y Steven. Pink viva.

-Me da tanto gusto que estés aquí- sollozó. Steven pudo notar una lágrima escapando por la mejilla de la gema. Sinceramente le sorprendió la reacción de la amarilla, cuando se enteró allá en la tierra no había mostrado mayor emoción. Pero ahora, justo aquí, ella lloraba.

-Durante milenios me culpe por ser tan dura la última vez que nos vimos. Por gritarte, a ti.- Yellow la volteó a ver- Mi luciérnaga.

Steven sintió dolor de una culpa que realmente no le pertenecía y pegó un brinco para llegar hasta el hombro de la gema donde se colocó suavemente.

-No fue tú culpa.- Le dijo casi al oído.- Todo esto ha sido un enorme mal entendido.-

Ella lo tomó y lo colocó frente a su rostro. Steven se paraba con facilidad en la palma de Yellow Diamond.

Al verla sin cubrirse el rostro, él pudo notar el tremendo dolor en ella.

-De verdad...siento que mamá te causara daño...a ti también...- y él bajo la mirada.

Yellow sonrió, fue un acto que no revelaba malicia ni soberbia, si no ternura. Sin poder guardar más las apariencias tomó al chico con ambas manos y lo llevó a su mejilla para frotarlo justo como había hecho Blue en la tierra.

-Eso ya no importa. Estoy tan feliz de que estés aquí.-

A Steven se le humedeció un poco la camiseta con la suave mejilla de Yellow, sin embargo no dijo nada al notar la felicidad de la Diamante. Fue entonces que de la nada le nació darle un beso en aquel cuadro tan grande que era su mejilla.

Smoooch

Fue el sonido.

Entonces Steven sintió que Yellow lo separaba para colocarlo frente a ella. Vio su mirada extraña y un leve rubor en su cara, no supo si había hecho bien o mal. Le atacaron los nervios.

-Este...yo... perdona mi atrevimiento- dijo rascándose la nuca.

-Tú... ¿Recuerdas algo de nuestro pasado?- dijo ella como temerosa.

-¿Nuestro...pasado?- dijo Steven algo confundido.

-SI, lo que vivimos aquí, en estas paredes, cuando venía frecuentemente para tratar de enseñarte como liderar una colonia. ¿Recuerdas algo?-

-Me temo que no...-respondió él con pena por no poder aportarle algo a Yellow. Y ella no pudo disimular la tristeza.

-¿A qué te refieres con "nuestro pasado"?- Preguntó él consternado- Yo sinceramente creí que no le tenías mucho afecto a Pink por cómo te comportaste en la tierra.-Dijo sonrojándose un poco puesto que, él era Pink.

Ella le miró como aquel que mira su vida entera. Sonrió.

-Yo amaba a Pink- dijo mientras levantaba un poco el rostro mientras soltaba un enorme suspiro. -Aquí en este lugar, viví lo que podría llamar como el mejor periodo de mi vida, junto a ella.-

Suspiró nuevamente antes de continuar. -Con ella reí por primera vez, pasamos tardes solo contando historias, aprendí a soltar un poco el tiempo y dejarme llevar por lo improvisado-

Steven notaba que Yellow se había perdido en algún lugar en sus recuerdos e inconscientemente coloco una mano en la mejilla de la gran gema.

Eso la sacó de su ensueño.

-Pero es historia vieja. Lo mejor será que partamos lo más pronto posible.- Dijo convencida. Sin embargo sus pupilas se quedaron viendo al pequeño que tenía en la mano; él ahora era aquella gema que alguna vez amo tanto y no pudo evitar dar un beso al pequeño. El cual abarco el torso y parte del rostro.

Smooch

Resonó en la sala.

A Steven le dio mucha cosquilla en su sensible cuerpo aquel acto y soltó una cantarina risa que retumbo por las paredes de aquel inmenso cuarto. Su risa fue tan honesta que cuenta no notó que para Yellow, aquel sonido, aquella expresión, tenía el mismo gusto, la misma energía que ella había extrañado tanto.

-Es increíble- dijo la amarilla sonriendo enormemente- Es que realmente eres tú-

Steven, aún sobre la palma de la gran dama se acomodó la ropa.

-¿Lo dudabas?-

-No, es solo que... es difícil-

Y ella volvió a reír levemente, pero luego soltó en una risa fuerte que a Steven sinceramente le dio temor.

-¡Gemas!- exclamó Yellow- ¡Eres tú!, Mi Pink, ¡Mi pequeña luciérnaga!-

-Yo... soy Steven- recalcó él.

Ella sin poder contenerse puso su otra mano en Steven y en algún momento el chico pensó que lo iba aplastar.

Pero en vez de eso lo llevó con ambas manos a su rostro y lo frotó con fuerza ahora en su otra mejilla. Quizá con demasiada fuerza.

-¡Gemas! ¡Estas viva mi amor!- Dijo mientras soltaba una lágrima siguiendo con la acción.

Cabe mencionar que Steven se sentía como un pedacillo de masa usado para hacer una tortilla.

-Entonces ella reaccionó-

-Oh perdón, ¿Te estoy haciendo daño?- dijo algo ruborizada.

-No muchooo...- dijo con los ojos revueltos.

-Oh perdona, pero es que eres tan pequeño. Ni siquiera te puedo dar un beso de forma adecuada.-

-Y por qué no te encoges un poco- Dijo Steven sin pensar realmente.

Ella se llevó los dedos a la barbilla mientras sostenía a Steven con la otra. Pensó un poco, luego procedió a coloca al chico en el suelo con delicadeza.

-¿Que...que vas a hacer?- Preguntó él temiendo a algo que no comprendía del todo.

Yellow se llevó las manos al cuerpo para quedar como una estatua y su cuerpo se iluminó de forma incandescente. Steven pudo notar como la Diamante se fue encogiendo de tamaño hasta quedar un tanto más alta que Garnet.

Y dejó de brillar.

Cuando abrió los ojos lo primero que hizo fue mirarse las palmas de las manos.

-Esto es lo más que puedo encogerme sin que mi gema salga de mi cuerpo.- Mencionó.

-Pero tu gema se empequeñeció- dijo el señalándole el pecho.

-No- dijo ella- solo estoy mostrando una parte de ella.-

Entonces Yellow dio unos pasos dirigiéndose directamente a Steven, este abrió los ojos asustado y retrocedió instintivamente.

Esto llamó la atención de la Diamante, quien sintió una punzada ácida en el pecho.

-¿Pasa algo?- preguntó.

-Es solo que, yo no soy Pink, soy Steven- Dijo él bajando la mirada.

Entonces la amarilla se estremeció. De golpe se dio cuenta lo que estaba haciendo; en la emoción del momento había olvidado que no estaba realmente ante la Pink que conoció. Si no ante un chico que no la conocía.

Hizo un gesto con la boca y Steven pudo notar que los ojos de la gran y soberbia gema, se humedecieron.

-Es verdad- dijo con verdadera pena –yo...lo siento mucho Steven.- Ella desvió la mirada.-

-Tu... ¿Amabas a Pink?-

-Más que a cualquier otra cosa- Respondió ella sin verle.

-La amabas... ¿Cómo ama Garnet?, Es decir, ¿Rubí y Zafiro?- Steven era pequeño de estatura, pero no era tonto, ya se había hecho una idea de por dónde estaba corriendo el caudal de la charla y la situación. Debía de entrar de lleno al tema para zanjar todo lo que tuviera que zanjar.

-Hablas de la fusión permanente ¿verdad?- Steven asintió.

Yellow lo pensó un poco, ¿Valía la pena realmente decir algo? Luego lo vio a él y no supo si decir la verdad o no. Sinceramente se sentía confundida, atrapada entre el haber encontrado por fin a Pink y entre saber que realmente no era ella. Era tan complicado. Tan confuso.

- Si- Dijo por fin- Pink y yo nos llegamos a amar como se aman esa Zafiro y esa Rubí. –Steven sintió un estremecimiento. Yellow continuó.- Yo solía venir aquí a pasar las tardes como ya te había comentado, buscando tratar de que ella se hiciera una mejor líder. Al principio fueron clases bien llevadas pero sus ocurrencias y comentarios que al principio me sacaban de quicio y me molestaban, se fueron convirtiendo en una luz en todo este encierro de eones. En esta rígida oscuridad.

Poco a poco comencé a reír, a disfrutar sus locas ideas y fuimos dejando las clases de lado.-

-Una mañana cuando entré a esta habitación y no la vi, la comencé a buscar hasta casi desesperarme, luego salió de quien sabe dónde y me tiró al suelo quedando encima mientras se reía de haberme derribado. Yo le iba a reñir pero vi su rostro lleno de felicidad y en vez de gritarle, le acaricié el cabello.

Y ella hizo algo que cambiaría todo.-

-Te besó...- dijo Steven quien respiraba agitado ante la historia que le contaba Yellow.

Ella por fin lo volteó a ver.

-Si.- Dijo Yellow - A partir de allí las clases se acabaron. Pasábamos las tardes solo estando juntas, entre besos y caricias. Ella nunca estaba quieta, siempre había algo nuevo.-

De pronto, el rostro de Yellow se volvió sombrío.

-Para aquel tiempo White le cedió un planeta. Eso era lo que Pink más deseaba en el mundo y llena de felicidad me lo hizo saber: pero yo no compartí esa dicha.

Pink no sabría cómo cuidar una colonia, le manifesté mi renuencia y ella se enfureció conmigo.-

Yellow frunció el ceño con dolor. -La última vez que estuvimos en este cuarto fue después de una terrible discusión, ella salió por esa puerta y nunca volvimos a estar juntas.-

La gema se llevó una mano al rostro buscando cubrir unas lágrimas que no dejaban de caer.

-Las pocas veces que nos vimos después de eso fue siempre bajo el protocolo Real. Me porté más soberbia que nunca. Todo le estaba saliendo mal comenzando con querer conservar el planeta, eso era algo que ninguna iba a escuchar; luego surgió la guerrillera y supe que ella en cualquier momento se rendiría y nos pediría ayuda para detenerla.-

Yellow se calló de pronto, era como si las palabras se le atoraran en la garganta asfixiándola, rompiéndole la tráquea.

-Luego... supe de su destrucción. Y todo dejó de importar.-

Yellow se llevó las manos al rostro y Steven se sintió terriblemente mal al ver a la gran gema sollozar mientras las lágrimas escapaban entre sus dedos. La veía agitada en exceso. Yellow llevó una rodilla al suelo de dolor.

-Fui una maldita con ella...por que la quería de vuelta...- y los sollozos fueron a más.

La desesperación y el dolor lo fue todo.

Entonces ella sintió como unos pequeños brazos se metían entre sus manos para apartarlas de su rostro. Steven se abrazó del cuello de ella con mucha fuerza. Yellow se impactó tanto que no supo cómo reaccionar.

-No es tu culpa Yellow...nada de esto es tu culpa...Todos hemos sufrido mucho, no es fácil de aceptar lo sé, pero no es tu culpa; deja de llorar por favor.-

La gema apretó la mandíbula y los ojos ante las palabras.

- Yo creo que tú ya has sufrido bastante Yellow, deja de llorar, cualquier cosa que haya pasado antes, yo te perdono.-

Él se separó y tomo el rostro de la gema entre sus manos, rostro que al ver de cerca y esta vez en un tamaño casi normal pudo apreciar bien. Una nariz perfilada, unos labios gruesos, unos ojos acechantes pero llenos de lágrimas y dolor.

-P...Pink- dijo ella.

-Soy Steven- le respondió- Pero llevo la gema de Pink Diamond.-

Y navegando en un mar de incertidumbre el chico sintió que el dolor que Yellow le había manifestado tenía que parar. Un brillo rosa comenzó a surgir desde su gema, luz que no tardó en envolverlos. El chico, embargado por la energía que surgía de él mismo rompió la distancia que los separaba para colocar un dulce beso en los labios de la gran gema.

Yellow, al sentir el contacto y la energía que emanaba de la gema de Pink, sintió un calor en el pecho casi doloroso, un calor que emanaba desde milenios de un sentir mal aguantado. De reprimirse. De antiguas culpas acechantes.

Abrazó al chico y lo pegó a sí. El sintió sus lágrimas mojar su rostro en el beso que aun sostenían.

-¡Perdóname Pink! ¡Perdóname por no haberte defendido! ¡Por no haberte protegido! ¡Por darte la espalda!- Dijo ella. Steven, la sentía temblar mientras se abrazaban con fuerza.

-¡No te culpes más Yellow!- dijo el mientras se pegaba a su cuello.- ¡Ya no te culpes por favor!-

Y Steven le dio dos besos más en la mejilla a la gema. Esta sintió su pecho arder, lo levantó cargándolo como un pequeño, y lo abrazó con fuerza llenándole de tiernos besos las mejillas.

Y finalmente, uno en los labios donde ambos lloraron,

al separarse, simplemente sonrieron.

******

Estaba Yellow Diamond sentada en posición de loto apoyada contra una pared, con un pequeño Steven en sus piernas. Respiraba cansada, agotada, pero serena.

-¿Te sientes mejor?- Preguntó el joven Diamante acomodándose un poco.

-Como nunca en milenios Steven.-Le respondió sonriendo levemente mientras le acariciaba el pelo.

Yellow hubiese deseado que ese momento fuera eterno. Volvía a sentir ese gusto, esa felicidad de estar con alguien con quien se sentía libre, única y amada.

Pero en ese momento, ese cuarto era una prisión y Steven necesitaba salir de allí cuanto antes.

Debían escapar de White.

Ella le acarició el cabello un poco más.

-Ya habrá momentos para estar mi luciérnaga, algún día, solos tú y yo.-

Pero mientras ese tiempo llega, de mi cuenta corre que nadie te haga daño.

-Es hora de irnos.-Le dijo con seriedad.

-Lo sé.- Respondió él decidido.

Yellow brilló para recuperar su tamaño natural, tomó al chico y lo colocó en su hombro. Escapar de Homeworld era una carrera contra el tiempo una vez saliendo del cuarto, pero la ganaría.

Como se prometió a sí misma, que se ganaría de nuevo, su brillante corazón.

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La persona que me solicito este fic fue @fanDbz1 autora de buenos fics que les recomiendo dar chance. Estas servidaaaaa, espero te haya gustado.

La apuesta fue ¿Cual fue la edad de Goku cuando se encuentra con Bulma al inicio de todo? Ya no me interesa la repuesta, el caso es que perdí xD

Espero haya sido del agrado de ustedes, todo comentario es bienvenido. Saludos a los amigos de Argentina, Nicaragua y México. Manden fotos de su ciudad prrz.

Gendou -El Maldito- Uribe

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