Explicaciones


Estimada Victoria:

Amalia Suarez Benito de Campos, estaba en boca de todos y no por su apellido o belleza. Sino por usar ¡ropa de hombre!

A madre casi le da un ataque de histeria al verla con una blusa diferente a la que usamos, pantalón de color caqui y botas con tacón de acero. Y si esto no fuera suficiente, gracias al nombre de su familia consiguió plaza como profesora en el colegio del pueblo.

¨Pobre de ustedes, que se les ocurre seguir los pasos de esa mujer. Ya saben lo que les va a pasar si solo cruzan alguna palabra con ella y me entero¨­­­–fueron las palabras de nuestro padre.

Eso era suficiente, para que ese día.Cuando me llamo, siguiera pasteando las ovejas y no detenerme, esperando que se acercara.

–Te llamas Carmen ¿No? –iba a decir que se equivocó de persona, pero solo asentí.

–Bien, ¿Por qué no vas a la escuela?

–Eso debería hablar con mi familia.

–Quiero que tú me des la respuesta. –me señalo.

–Porque ya se leer, escribir y sacar cuentas.

– ¿¡Eso no más!? –como se atrevía a decir esas palabras. Eso era lo mucho que uno podía aprender, como mujer. Y me sentía un poco satisfecha de no ser tan ignorante.

–No te enojes. Solo que es extraño que una muchacha como tú, que siempre saca los libros de la biblioteca ha hurtadilla, ya no quiere estudiar.

–Mi padre dice que las mujeres solo van a la escuela, para aprender a escribir cartas para sus enamorados. Por eso me saco este año. Ya era hora, que empiece a acostumbrarme a las tareas domésticas. –hable tan rápido, con tal de evadir el tema de los libros. Mis manos sudaban, que estaba secándole con las telas de mi pollera.

–Dime, ¿Escribiste alguna carta a un novio tuyo?

–No, –mi respuesta fue inmediata –ni siquiera tengo novio. –Solté un suspiro –sé que es solo una excusa de los padres, para no mandar a sus hijas al colegio.

– ¿Y eso lo sabes por...? –sabia a donde quería llegar.

–Por los libros.

–Carmen, querida. Yo sé que tienes una visión diferente de la vida ¿Por qué te conformas con esta vida?

–No es ser conformista, solo realista –escupí esas palabras.

–Es tu decisión Carmen, de que tu vida sea así.

Y tenía tanta razón, que hasta dolía escucharlo. Yo quería ser abogada, o eso es lo que decían los libros de las personas que estudiaban leyes. Miles de excusas llegaban a mi mente, para dejar esta idea. Sin embargo, yo tomaba la decisión de escucharlas o no.

Y yo, ya había tomado mi decisión con esta conversación.

Hay entendí, que Amalia quizás nunca aparecerá en la página de un libro por su labor. Pero al incentivar a jóvenes como yo, iba a ser la sombra de muchas protagonistas. Y solo por utilizar pantalones y botas.

Atte. Carmen.

Pd. Te amo hermanita. Espero que lo entiendas.

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