xxi.
—¡Hola, Rin-chan! ¿Cómo está mi cuñado favorito? —Bachira habla con emoción, cayendo con soltura sobre el asiento del copiloto mientras que el nombrado lo mira con una mezcla de molestia y resignación. El mayor se disculpó por molestarlo tanto el día del zoológico y después de eso habían podido llevarse mejor, no son amigos pero al menos el Itoshi ya no tiene ganas de golpearlo.
—¿Dónde está Yoichi? —pregunta en respuesta, viendo que no hay señales de su novio en ninguna parte.
—Oh, me dijo que no te gusta esperar, así que vine a hacerte compañía mientras cierra las puestas del apartamento y así. —El de ojos amarillos le resta importancia, encogiéndose de hombros, él otro lo mira con una ceja alzada.
—¿No pudiste cerrar tú la puerta?
—¿Y darte la oportunidad de dejarme aquí y no llevarme? Me caes bien, pero no voy a dejarte las cosas tan fáciles.
Bachira habla como si fuera lo más obvio, y el de ojos turquesas exhala para disimular la risa, porque es cierto que se habría ido solo con Isagi de tener la oportunidad.
—¡AH, TE REÍSTE! ¡Cada día nos llevamos mejor! Isagi estará orgulloso. —El de ojos amarillos grita intentando acercarse para darle un abrazo, mientras que el menor pone una mano en su cara para evitar que se acerque.
—Déjame en paz. Y mejor vete al asiento trasero de una vez. —responde el pelinegro señalando a la parte trasera del auto.
—¿Por qué debería?
—Porque Yoichi se sienta ahí.
—¿Por qué?
—Porque este es mi auto y él es mi novio. Así que cállate y vete para atrás sino quieres que abra la puerta y te arrastre por mí mismo. —amenaza el menos, viendo la sonrisa burlona de Bachira.
—No serías capaz... —responde con una risa que se apaga cuando escucha al menor abrir la puerta del conductor. Meguru ríe de nuevo antes de abrir su propia puerta y bajarse del auto. —¡Así me gusta Rin-chan! Dando a respetar el lugar de mi mejor amigo, eres genial.
—Cállate que no lo hago para impresionarte. —contesta con fastidio, antes de revisar una vez más su celular. Rin ve un par de mensajes de su hermano quien se burla un poco de su situación, a sabiendas que el menor odia conocer gente nueva y eso es justo lo que tiene que hacer en la fiesta al conocer los amigos de Isagi. Así que decide ignorarlo.
—¡Ya llegué! —Isagi sonríe al abrir la puerta, escuchando el saludo extremadamente efusivo de Bachira, aún cuando los dos llevaban menos de cinco minutos de haberse visto. El de ojos azules sube sin problemas al asiento del copiloto, viendo de reojo a Rin con algo de vergüenza antes de decirse y darle un beso rápido en los labios.
—¡Que viva el amor! Ay, que lindos son. —Obviamente no sé salvarían de las burlas del de ojos amarillos.
—Ya cállate, Bachi. —regaña el mayor de todo, antes de ver de nuevo a su novio. —Hola, Rin.
Yoichi tiene una forma suave de hablar y decir su nombre que no puede evitar hacerlo sonreír un poco, Rin carraspea la garganta intentando disimular, acomodándose en su asiento para arrancar el auto.
—Hola, Yoichi. —responde mientras lo mira de reojo, y Rin odia que el mayor se ría en voz baja porque eso es señal de que claramente se dió cuenta de su vergüenza. —¿Ya me dirás a dónde ir?
—Por supuesto. Vamos a...
—¡Vamos a la fiesta! —grita Bachira, asomándose por el espacio entre los asientos de ambos, Isagi lo empuja de regreso a su lugar y el menor rueda los ojos, guardando la esperanza en su interior de que ojalá el resto de los amigos de esos dos sean más como Yoichi y menos como Meguru.
El de ojos azules le da las indicaciones, llegando a una casa diferente a la de la fiesta donde se conocieron, esta se encuentra más alejada de la ciudad y es ligeramente más pequeña sin dejar de ser llamativa con las puertas de vidrio, la iluminación morada y los pisos de caoba. Cuando entran, parecen haber llegado a tiempo porque la gente está bailando y riendo por ahí.
Rin se siente extraño, pues de ser una ocasión común, simplemente habría agarrado su cámara y habría empezado a tomar fotografías, pero hoy es diferente porque por primera vez en mucho tiempo tiene compañía. Yoichi lo sujeta de la mano desde el momento que bajan de auto y no parece tener la intención de soltarlo. Y aunque debería ser algo común, se le hace extraño y lo hace sentir ligeramente diferente porque saber que está ahí y que no va a dejarlo, lo hace sentir cómodo, mucho más de lo que se siente normalmente en ese tipo de lugares.
Caminan entre las personas siguiendo a Bachira quien camina más adelantado. Isagi dice algo como que, sus amigos ya se encuentran ahí y ni siquiera se esfuerza en responder porque la música está muy alta, así que simplemente aprieta más su agarre para mostrar que está prestando atención.
Ni siquiera está seguro de dónde están, terminan llegando a una habitación donde hay un par de chicos de cabello rosa de distintos tonos y un pelinaranja hablando mientras se ríen, pero al momento de escucharlos llegar voltean a verlos.
—¡Llegó su persona favorita! —Bachira grita de forma divertida, lanzándose a los brazos de un pelirrosa de dientes afilados. —¿Qué haces aquí, Kurona? No eres parte de este grupo.
—Vaya, menos de diez segundos y ya me rompiste el corazón. Que cruel eres. —El tal Kurona responde mientras sacude el cabello negro con amarillo del chico entre sus brazos. Sus ojos rosas vuelven la atención al resto y se concentran en él. —Oh, tú debes ser el famoso Rin. ¡Isagi tenía razón! ¡Eres lindo, lindo!
El tal Kurona ríe mostrando sus dientes afilados, los otros dos se ríen al escucharlo e Isagi se avergüenza un poco antes de aclarar su garganta.
—Chicos, se los presento. Él es mi novio, Rin Itoshi. Y ellos son algunos de mis amigos, Kunigami, Chigiri y Kurona. —dice mientras señala a cada uno, quienes asienten en su dirección. —¿Dónde está Nagi?
—Con Reo. —responde el de cabello rosa más largo, Chigiri si no entendió mal.
—¿Y dónde está Reo?
—Con Nagi. —contesta el de dientes afilados.
—Muy graciosos, eh. —Isagi se queja, los pelirrosas ríen mientras que el pelinaranja toma un trago de su bebida.
—Reo dijo que lo esperemos aquí y seguramente Nagi vendrá con él. —Kunigami responde con simpleza y una sonrisa suave antes de hacer un gesto en dirección a los sofás. —Dejen de estar ahí de pie y vengan a sentarse. Seguramente esos dos no han de tardar, Reo dijo que traería un juego o algo. No tenemos idea.
—Los juegos de Reo son peligrosos. —dice Isagi, mientras lo jala de la mano hasta ir a sentarse en los sofás.
—No puedes negar que son muy divertidos. —refuta Bachira.
—Tan divertidos que la última vez despertaste en la piscina. —Se burla Chigiri, tomando un sorbo de su bebida.
—Me siento muy ofendido por el hecho de que no me hayan invitado a jugar antes. —comenta Kurona.
—¿Y a tí quién te invitó hoy?
—¿Tú también serás cruel conmigo, Isagi? Me dijiste que me presentarías a tu novio hoy.
—Sí, pero no creí que estarías aquí con el resto... Ni siquiera sabía que eras cercano a ellos.
—Conozco a Chigiri por una clase en la universidad, él me presentó a Kunigami. Vine aquí hoy para encontrarte, me lo encontré a él, le dije que te buscaba y aquí estoy. —respondió como si fuera algo demasiado simple.
Rin solo los mira interactuar sin estar seguro de lo que debería decir u hacer. No se siente especialmente incómodo aunque sí un poco apartado, aunque la mano de Isagi sigue dejando apretones en su mano en señal de que no ha olvidado que está ahí.
—Chicos, yo... —Las palabras de su novio se ven cortadas cuando escuchan la puerta ser abierta con un estruendo. Al mirar, puede ver a un pelimorado entrar mientras carga en su espalda a un peliblanco más alto que él.
—¡Llegamos! —dice el de cabello morado, agachándose un poco para bajar al otro sujeto de su espalda, quien solo se restriega un ojo con pereza, saludando a todos con un asentimiento de cabeza, llendo a recostarse contra el cuerpo de Chigiri. Los ojos púrpuras chocan con él y en su rostro aparece rápidamente una sonrisa divertida. —Vaya, Isagi. ¿No que era solo la firma tu interés hacia él?
Itoshi no conoce al Mikage especialmente bien, realmente sí en la anterior fiesta le hubieran preguntado por esa persona, habría señalado a un pelimorado cualquiera, ya que no lo recordaba del todo a pesar de haberlo visto en un par de ocasiones en los eventos benéficos que la gente rica organizaba para regodearse en su "bondad" al dar cantidades grandes de dinero apoyando causas nobles. Incluso sin conocerlo del todo, puede sentir la burla en sus palabras. Junto a él, su novio se sonroja.
—Lo era, al principio pero... Pasaron cosas.
—Se-xo —La voz de Bachira suena entrecortada por una tos, se aclara la garganta antes de continuar: —Perdón, tosí mientras lo decía. Tuvieron sexo hasta enamorarse.
—¡Bachira, cállate! —Isagi golpea al de ojos amarillos mientras esté intenta esconderse detrás de Kurona quien ríe bastante divertido con la situación.
—Isagi, incluso sin que Bachira lo dijera, ya lo sabíamos. —dice Chigiri con una sonrisa burlona.
—Eres un poco obvio, amigo. —Kunigami habla con algo de vergüenza aunque también deja escapar una risa.
—Las marcas en el cuello son difíciles de ocultar. Aquí no juzgamos por eso no dijimos nada hasta ahora pero... Era un poco obvio. —comenta Kurona, agarrando las manos del de ojos azules para evitar que golpee a Bachira. Su sonrisa de dientes afilados es muy grande, y Rin mantiene la vista sobre ellos incluso cuando la atención del resto gira sobre él. —Eres como un vampiro. Pobre Isagi, siempre con el cuello marcado.
Rin abre la boca para contestar pero es su novio quien cubre sus labios con la mano para evitar que diga algo.
—¿No dijiste que jugaríamos algo Reo? —pregunta con algo de nervios, siendo acosado por la mirada turquesa de su pareja.
—¡Oh sí! Los creadores del juego nos dieron algunas copias de esto para que la compañía los patrocine. No sé si aceptarán la oferta porque no es algo de nuestro mercado común pero aún así, me adueñé de una de las copias. —responde el pelimorado, desviando la atención de todo hacia su persona. Rin mira con una ceja alzada a su pareja, quien sonríe con un poco de nervios. El menor ni siquiera se ofende, porque hasta él mismo sabía que diría algo bastante desvergonzado. —Son cartas que traen un reto escrito. Si cumples el reto, bien. Sino, tendrás que beber un shot cargado como castigo.
—¿Y cómo se gana?
—Gana el que esté menos ebrio antes de cansarnos de jugar, supongo. Leí algunos retos y son una locura. Pensé que sería divertido hacerlo, pero ahora que Isagi tiene pareja... ¿Están dispuestos a jugar aún así? Algunos retos son bastante... Picantes por decirlo de alguna forma. —Reo explica encogiéndose de hombros, y hay algo en la forma que tiene de mirar a Isagi que Rin entiende como un reto. No sabe del todo como es su relación, pero por lo que su novio dijo, ellos dos no eran especialmente cercanos.
—No te preocupes tanto por nosotros, Reo. Si no estamos cómodos con el reto, beberemos. Y ya. —contesta Yoichi con una mirada totalmente segura al pelimorado aceptando el juego, aunque algo parece hacerlo sobresaltarse porque enseguida voltea a mirarlo con algo de preocupación. —Digo, ¿A tí te parece bien jugar, Rin? Está bien si no quieres hacerlo.
Todas las miradas voltean hacía él, se siente acorralado en un callejón, pero la mirada de Isagi es suave y parece que verdaderamente no va a molestarse si decide negarse. Aunque ni siquiera debería preocuparse porque Rin nunca diría que no a un reto y mucho menos quedaría como un cobarde frente a los amigos de su novio.
—No tengo problemas. Juguemos. —responde. El resto sonríe y Reo coloca la baraja en la pequeña mesa de centro.
—Hey, Isagi. ¿Por qué no inicias tú? —Reo se sienta junto al peliblanco que supone es Nagi, y con Bachira a su otro costado.
Isagi bufa, mientras asiente antes de agarrar la primera tarjeta de la baraja. La levanta para leerla y Rin puede notar el color rojo cubrir su rostro con rapidez.
—Tienes que leerla en voz alta. —La voz de Mikage es cantarina debido a la burla y Yoichi parece suplicar en su interior que la tierra lo trague.
—Dí en voz alta, quién crees que tenga la polla más grande y justifica tu respuesta.
Bachira se atraganta con la cerveza que había agarrado de la mini nevera antes de empezar a reírse casi de forma histérica. Los demás también empiezan a reírse, Isagi parece estar muy avergonzado y Rin a este punto ya no está seguro de qué esperar. Solamente espera seguir teniendo novio al final de la noche.
[...]
El desmadre se viene fuerte en los próximos capitulos.
Debería estar durmiendo pero mañana tengo que hacer un papeleo importante totalmente sola y los nervios no me dejan dormir, así que preferí terminar el capítulo hoy porque sus comentarios siempre me levantan el ánimo. ¡Deseénme suerte!
Espero actualizar pronto esta loca fiesta. ¡Gracias por leer!✨❤️
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