Único.
Sakura tenía a la mujer que cuidaría a sus tres hijos, no dejaba de verla con severidad. Ella iba a volver a trabajar, amaba a su trabajo pero amaba más a sus pequeños.
Shinachiku se acercó a su niñera con su hermana de la mano, el mayor siempre estuvo en el trabajo de sus padres y, por menos tiempo, Hanami, porque ella era más traviesa, pero con un tercer hijo era casi inviable hasta que Shinachiku pasará más tiempo en sus clases. Los horarios la habían obligado.
Era la primera vez que la pareja Uzumaki-Haruno dejaba a sus hijos con quién era en teoría una "desconocida", pero fue investigada por todas aldeas y ciudades, tuvo al menos tres entrevistas, y por el visto bueno de una mujer que era sobreprotectora con sus hijos, aún así, no estaba segura.
Sakura no quería ceder a su bebé de un año
La mujer le dió una sonrisa y abrió sus brazos —Todo estará bien, Sakura-sama, yo le hablaré si pasa algo fuera de lo normal—
—Hanami es muy traviesa...tal vez...—
—Lo sé— dijo con una voz calmada —Pero ella me dijo que se portará bien por su mamá—
—Sí— afirmó la pequeña de cabello rosa —Papá me obligó a hacerlo— dijo un poco molesta
—Yo también lo vigilare, mamá— exclamó el mayor con un gran sentido de responsabilidad
La peli-rosa se sintió un poco inmadura al tener que necesitar de la ayuda de sus hijos mayores y le dió a Arashi después de despedirse de él, se bajó a la altura de sus otros hijos y les dió un dulce beso en cada una de sus frentes y la despidieron desde la puerta
Ella salió de su casa y rápidamente entristeció, aún así intento levantar su ánimo
Llegó al hospital, siendo recibida por todos de una manera amable, todo fue a bien, pero al llegar a su lugar de trabajo, empezó a juntar todo lo que pudiera caer o peligrosamente cerca del suelo, a tapar las fuentes de energía, cerró con llave su equipo médico, haciendo con su nuevo consultorio un lugar seguro para que los niños jugarán por ahí, aunque los que iban solo lo hacían de manera ambulatoria.
La de ojos jade se dió cuenta que mientras lo hacía estaba haciendo la mímica de tener cargando a un niño porque de manera involuntaria no usaba un brazo, se sentó y masajeo su frente, no estaba lista, tampoco quería
Su sobreprotectora manera de ser con sus hijos, era obvia, todos lo sabían, también le habían dicho que de cierta manera se parece a la que tiene con su esposo. Por lo que ya era su familia.
Sakura también los extrañaba, la primera vez que Shinachiku fue al colegio fue difícil para ella, pero tenía a Hanami y después a Arashi, ahora no podía ver a ninguno de los tres, tenía una foto y solo hacía que la añoranza fuera más
Ella quería irse, tal vez si dejaba a un clon o si corría suficientemente rápido podía regresar a su siguiente cita
Podía inferir que sus hijos estaban bien porque la niñera no había llamado, pero ella no estaba tranquila con eso
No se decidía a que hacer y el tiempo se le acortaba, pensó en Naruto y encargarle que fuera a verlos, pero lo descarto porque era él era el que quería la niñera para los niños. Ahora lo veía como enemigo porque de alguna manera la convenció de hacer eso y estaba sintiendo ese sentimiento de ansiedad. Ese inquieto sentir la llevo a pensar en la posibilidad de que alguien quisiera hacerle daño a los hijos de Naruto, desprotegidos con una niñera que no era ninja y lo difícil que era el transporte ahora que era una aldea tan grande y que había muchos distractores. Eso la hizo más inquieta, empezó a hiperventilar, se estaba agravando su situación.
Con desesperó tomó el teléfono y llamó a su casa, estaba tan ansiosa que apuraba los sonidos de intercomunicación
Apuró su respiración en el sonido de entrada
—¿Sakura-sama?— preguntó la mujer
—Yo...— exclamó escuchando al fondo de la otra línea a su pequeña refiriéndose a Arashi
En un respiro pudo tranquilizarse un poco
—¿Cómo están?— rectificó su dicho
—Shinachiku-san ya está en la academia— le avisó con una sonrisa
—¿-san?— preguntó extrañada de la formalidad, cuando la niñera nunca se había referido a sus hijos con sufijo
Tal vez podía ser una impostora
La mujer río con ligereza —Es porque él me dijo lo que tenía que hacer otra vez y le pidió a sus hermanos que se portaban bien hasta que él volviera para volver a vigilar a ambos como le prometió—
Sakura sonrió, él sintió toda su preocupación y estaba haciendo todo eso por ella
—¿Es mamá?— preguntó la de ojos azules —¿¡Es mamá!?—
—Sí, lo es— contestó en voz baja
—¡Quiero hablar con mamá'ttebara!— exclamó alzando hacía arriba los brazos
—Bien— susurró fuera de la bocina —Le pasaré a Hanami— le avisó
—Hola mami— saludó emocionada
Sakura se hizo más pequeña alrededor del teléfono enconvardo se cerca de él —Hola, Hanami— respondió sonriendo un poco
—Te quiero mamá— dijo con amor
Ella sonrió feliz y se le salieron unas lágrimas
—Trabaja duro, estamos bien— dijo para apoyar a su progenitora, vió a su hermano menor y recordó que él probablemente tardaría mucho en apoyar verbalmente a su madre —Arashi-chan también te quiere mucho—
—Gracias— agradeció sintiéndose mejor aunque seguía llorando
—Adios, trabaja mucho mami para comprar dangos— se despidió
La pelirosa quería seguir pero decidió dejar a su hija
—La dejamos para que trabaje tranquila— dijo la cuidadora —Esta haciendo un gran trabajo, Sakura-sama—
—Gracias— agradeció tragando el exceso de saliva
Ella colgó, Sakura sintió un nudo en la garganta y tomó el teléfono de nuevo, escuchó unos pasos y paró en el primer botón que marco y abrieron su puerta sin avisar
—¡Saakuuuraaaa-chaann~!— cantó un hombre rubio con una flores en la mano y con una sonrisa
—Naruto— dijo colgando el teléfono —¿Qué haces aquí?—
—¿Qué estabas haciendo, Sakura-chan?— respondió cuestionando a su mujer
—Nada— respondió nerviosa. Le había prometido no llamar si no era importante. Naruto estaba gastando mucho en ello.
—No puedes mentirme, Sakura-chan— dijo seriamente y notó huellas de llanto
—¿Y esas flores?— cambio la conversación
El de ojos azules decidió no presionarla —Son para tí— dijo pasando de sus manos a las de ella
Sakura regularizó su respiración —Debiste llevarlas a casa— dijo mirando las rosas del color de su cabello
—No son para la casa, son para tí, Sakura-chan— le aclaró —Felicidades por volver a trabajar— dijo sacando una caja de su ropa
Ella se asombro y se sonrojó levemente tomando la caja de joyería
—Shikamaru me dijo que tal vez no debí de comprar algo tan caro por el gasto extra pero creo que puedo hacerlo— explico mientras ella veía el collar que le fue comprado
La mujer sonrió con calidez —Puedes devolverlo con la nota— dijo devolviendo el regalo —Necesitamos el dinero para la niñera—
Naruto estaba confundido, pensaba que ella seguía en negación de ello. La peli-rosa vió sus rosas, tomó la mano libre de su esposo —No estoy convencida aún— le dejó en claro —Pero no puedo ignorar sus esfuerzos para ello—
—Sakura-chan— llamó apretando la mano de la adversa —Contrate unos Ambus para que cuidaran la casa si eso te preocupa—
Eso la tomó por sorpresa, ¿Le había contagiado un poco de sobreprotector a Naruto o había estaba madurando con una velocidad inesperadamente rápida?
—Yo también estoy preocupado, les dije que me hablarán por cualquier cosa, después de todo te prometí que los cuidaría con mi vida—
Sakura se asombro y recordó algo que pasó de largo en su ataque de pánico, él le había hecho una promesa de vida que englobó otras promesas. Ella sabía que esas promesas eran sagradas y ciertas aunque también eran problemáticas
—Lo sé— dijo tranquila llevándolo al sillón para descansar
—¿Este mueble no estaba en otro lado?— cuestionó recordando que habían ido otro día
—Hice un reacomodo— dijo a media verdad
El rubio tenía una idea de lo que podía haber ocurrido pero realmente no era importante
Sakura se acurrucó con él poniendo su oreja en su pecho mirando su regaló floral —¿Realmente crees que podré hacerlo?—
—Creo que Sakura-chan puede hacer lo que quiera— respondió acomodando su brazo
Ella sonrió
—¿Colgaste bien el teléfono por si llama la niñera?— cuestionó él rápidamente
—Sí, lo revise tres veces— respondió con los ojos cerrados
Naruto sonrió y se acomodó con ella
Eso lo podía hacer tener más tiempo a solas, era una ventaja aunque solo fuera un poco.
FIN
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