La noche era muy oscura, en una casucha a las afuera de una gran ciudad estaban reunidos unas personas. yo miraba y escuchaba desde lejos sin comprender nada, parecía que estuvieran discutiendo fuertemente y me acerqué más para lograr entender lo que pasaba... Cuando me di cuenta ya estaba empinado y mirando por una rendija de la vieja casa. Habían algunas personas con biblia en mano y en el centro una joven desdeñada con la mirada hacia el piso, se notaba signos de desnutrición y un abdomen abultado, que yo imagine que era tal vez parásitos, escuchaba a los hombres y mujeres que estaban al rededor de ella preguntándole su nombre; cosa que me pareció estúpida porque bien pudieron preguntarle a su madre que estaba en una esquina llorando. Esa niña no necesitaba que le rezaran,  en mi opinión lo que necesitaba era un médico y buena alimentación, pero aquellos personajes le gritaban cada vez con mas fuerza... De pronto la chiquilla dio un chillido con una voz muy aguda y dijo: —¡mi nombre es Lucy ya no me molesten más, yo solo estoy embarazada!, no tengo nada, he estado actuando raro por que no quería que nadie se enterará de mi panza, y no e comido nada en días porque no tengo mucho apetito, los sonidos raros que hago son por el dolor que he sentido últimamente ¿es acaso un pecado estar embarazada?
Yo desde mi lugar y en silencio Apoyé a aquella joven, es en éstas situaciones donde la religión falla; alegué en mi mente, lo único que no me gustaba era la voz de la joven que lastimaba mis oídos por ser tan aguda.
Los presentes hicieron como que no escucharon o tal vez sólo yo escuche el discurso de la joven; porque ellos seguían reprendiendo al diablo...
Unos instantes después la joven se desmayo tal vez del hambre y todos aplaudieron victoriosos.
Yo no podía entender tanta ignorancia.

Pasando un rato la muchacha volvió en si, su madre se acerco y pregunto como estaba, ella contesto que se sentía bien; pero lo dijo para que se fueran los fanáticos. Luego que se fueron salí de mi escondite y me presenté, ofrecí mi ayuda a la muchacha y ella aceptó. La llevé a un hospital donde la atendieron y me tuve que ir a hacer alguna diligencia... Luego de unos días me enteré que la joven  había tenido un bebé varón. A la semana siguiente la visité en su casa y ella agradeció mi gesto, estaba verdaderamente mejor de salud y me fui tranquilo de aquel lugar.
No volví pues estaba mi agenda muy ocupada en esos tiempos.

Luego de dos años estaba yo viajando en mi auto y me detuve en un parador de carretera que tenía techo de paja y su arquitectura en guadua, en mi país te acostumbras a ver muchos paraderos de carretera en ese estilo.
En ese lugar había  una joven de unos 20 años en minifalda atendiendo aquel lugar, me dije mentalmente que parecía a Lucy; la joven que conocí, pero estaba muy bonita y su cabello estaba brillante, se veía mucho mas atlética. Quise preguntarle si era aquella chiquilla que conocí pero me dio un poco de vergüenza. De todas formas hice mi pedido: pedí una carne a la plancha con una ensalada y papas fritas, en vez de refresco pedí que me trajeran un café pues pensé que la cafeína me ayudaría a despabilar un poco mi mente.
Me atendió otra chica y desde mi mesa no podía dejar de mirar esa muchacha que se parecía a Lucy.

Al poco rato unos tipos en moto de alto cilindraje llegaron haciendo escándalo y la joven se acercó a atenderlos...
Es curioso pero había un niño al lado de esa muchacha pero no parecía de la edad del  hijo de lucy, tenia por lo menos unos cinco años; lo deduje por la estatura del niño, además hablaba muy claro.
Los motociclistas comenzaron a mofarse de ser muy machos y le decían obscenidades a la joven, quise intervenir pero me sorprendí al ver que el pequeño niño se acerco a ellos y les dijo: ustedes son unos perdedores, ¡tú!; se dirigió a uno... Eres impotente y vives con tu madre, y tú «se dirigió a otro» estas casado con una mujer que no amas y aparte te pone el cuerno.... Y así fue cantándole la tabla a uno por uno, no imaginaba como un niño podía inventar algo tan brillante «o» tal vez solo los conocía de algún lado...
Me fui al baño y estando ahí pude escuchar que el pequeño dijo con una voz aguda que me parecía conocida:
—¡ustedes dos van a morir hoy! y sus cuellos van a quedar tan retorcido tal como muere una gallina cuando va a ser alimento, y su sangre quedara escurrida en la calle y los perros beberán de ella.
Mi piel se erizó pero me dije a mi mismo que aquel chico solo estaba viendo mucha televisión y volví a mi mesa, termine mi comida y cuando me dispuse a cancelar lo consumido la joven me sonrió y me dijo:
—¿te acuerdas de mi?;  Yo soy Lucy.
Casi no puedo contestar pero atine a decirle que no la reconocí por que estaba linda. Me señaló al niño que estaba jugando a un lado con un camioncito de juguete, dijo que ese era su hijo; que había crecido muy rápido.

Luego me subí al auto y emprendí de nuevo mi camino, conduje cerca de un cuarto de hora cuando tuve que detenerme, pues había un accidente de carretera...
Un camión grande había arroyado a dos motociclistas. Los pobres desgraciados estaban tirados en la carretera con el cuello retorcido y la sangre de los hombres escurría por la carretera, y unos perros callejeros bebían la sangre derramada; tal y como el engendro lo había dicho.