Mi gemela y yo, dejamos las maletas sobre la cama.

Mabel comenzó a gritar como loca y correr por toda la habitación. Reí.

Dipper: ¿Qué ocurre, Mabel?

Mabel: ¿¡Lo viste!?

Arqueé una ceja.

Dipper: ¿A quién?

Mabel: ¡A Oliver! —suspiró y se dejó caer en una cama. — Es hermoso...

Dipper: Vaya... —negué divertido. —Tu si que te enamoras fácilmente de cualquiera.

Mabel: ¿¡Yo!? ¡Puf! —Bufó. —Claro que no, ¡Estas alucinando!

Negué.

Dipper: No. —sonreí. —Estas enamorada.

Mabel: Es amor, Dipper. —dijo con voz estúpida.

Volví a negar divertido.

Dipper: Parece que no podré cumplir la promesa que le hice a nuestros padres.

Ella me miro curiosa.

Mabel: ¿Qué promesa?

Dipper: La de llevarte a casa sin un nuevo novio.

Ambos reímos y ella me golpeó levemente el hombros.

Mabel: ¡Ya!~ Anda apresúrate.

Dipper: Bien... —abrí la maleta. Admiré cada prenda que había, así que opte por cambiarme. —Mabel, me voy a cambiar, si llegan los demás, espérenme.

Mabel: Si, pero no tardes mucho.

Dipper: No.

Me metí al baño y proseguí a cambiarme.

Salí vestido con un pantalón de mezclilla, unos tenis blancos y una camiseta verde.

[...]

Reí, cuando Mabel se tropieza y casi cae al suelo. Ella se volvió a verme molesta, así que desvié la mirada.

Dipper: Lo siento.

Oliver: Vaya, ¿Estas bien, Mabel?

Ella se sonrojó y soltó una risa nerviosa.

Mabel: ¡Claro que si!

_____: Vaya, Mabel es muy alegre.

Me sonrojé un poco.

Dipper: ¡Si, je! —me rasqué la nuca. —Bi-bien, ¿Qué dinosaurio quieren ir a ver primero!

"¡T-Rex!" —exclamaron todos al unísono.

Reí.

Dipper: ¡Vayamos con el T-Rex!